Sr. Editor:
Nuestra investigación 1 se planificó en septiembre del 2020, y fue ejecutada cuando iniciaba la segunda ola de la COVID-19 en Perú, por eso evaluamos solamente las percepciones de los estudiantes mediante encuestas virtuales. Le dimos un enfoque mayormente cualitativo, pues no pusimos alternativas de opinión para escoger y ellos fueron libres de escribir abiertamente sus opiniones. Para poder “cuantificarlas” y mostrar los resultados agrupamos las respuestas por temática y resumirlas, como describimos en la sección de material y métodos. Este proceso fue parecido a la metodología descrita por Palacios et al. 2 para análisis de datos cualitativos. Aunque nuestros resultados deben interpretarse para esa época, es consabido que en estos tres años post pandemia han aparecido numerosas herramientas didácticas y tecnológicas que han facilitado la docencia y el aprendizaje virtuales, que para el 2024 incluyen a la inteligencia artificial y las realidades virtual y aumentada. 3
Sin embargo, estamos de acuerdo con los autores de la carta en que aquella no debe ser la única forma de evaluar una habilidad tan importante en medicina, como es conseguir datos de anamnesis y realizar un examen físico para plantear mejores diagnósticos en un paciente, pues, según Serra y Viera 4, “... sin un correcto diagnóstico no puede haber una buena intervención o conducta”. La evaluación de dicha competencia debe realizarse también desde los puntos de vista del docente, e incluso con herramientas tipo las evaluaciones clínicas objetivas estructuradas (ECOE) o simulación clínica 5. Por ello es que enfatizamos el hecho que evaluamos la percepción de logros de aprendizaje por parte de los estudiantes en las limitaciones y en nuestras recomendaciones. No obstante, la autoevaluación es una forma inicial de evaluación que se está utilizando cada vez menos, y sería útil retomarla para evaluar el logro de aprendizajes en cualquier curso; sobre todo en la adquisición de habilidades, porque la percepción que tiene un estudiante sobre su nivel de competencia puede sugerir la mejor forma de enseñar dichas competencias. 5
Siendo la semiología y la propedéutica clínica ramas de la medicina en las que se aprende a comunicar y dominar la técnica de entrevista, a identificar y desarrollar las técnicas de la exploración física y a llegar a interpretar dichos datos para establecer el problema de salud del individuo y sus posibilidades diagnósticas 4, queremos agregar que se puede reducir la cantidad de tiempo del estudiante en un aula para escuchar o presenciar clases teóricas en estos cursos, y aprovechar ese tiempo en desarrollar sus habilidades de entrevista, examen físico y de comunicación en un establecimiento de salud o, incluso, en entornos de simulación clínica. Aunque se ha usado ECOE en línea con escenarios simulados virtuales en pandemia 6, los alumnos pueden sólo obtener el conocimiento sobre cómo realizar algo (“know how”), pero no adquirir la destreza para realizarlo (“show how”), por lo que debería existir siempre la supervisión presencial y directa del docente o tutor de manera individualizada, con feedback constante, de las destrezas en entrevista, examen físico y planteamiento diagnóstico.
Finalmente, no debe olvidarse que el producto final de este curso debe ser la realización de una historia clínica completa con planteamientos diagnósticos, establecidos como problemas de salud o síndromes pertinentes. Lograr dicho producto solo ocurrirá revisando y corrigiendo las historias redactadas por los estudiantes desde el inicio del curso, y no solo al final de este. Con una retroalimentación personalizada y oportuna de nosotros como docentes podrían lograrse los cambios necesarios para mejorar las siguientes historias clínicas realizadas por los estudiantes, no solo en este curso, sino a partir de él hasta el final de la carrera.