INTRODUCCIÓN
Las enfermedades cardiovasculares (ECV) ateroscleróticas son la primera causa de mortalidad a nivel mundial 1. Para el año 2018, los eventos isquémicos cardíacos y cerebrovasculares sumaban el 11,3% de muertes en Perú, representando un aumento de más del 200% respecto al 2010 2. Algunos factores de riesgo cardiovascular modificables, abordables en la atención médica, son el tabaquismo, actividad física, dislipidemias, obesidad, diabetes mellitus (DM) e hipertensión arterial (HTA) 3. En Perú, 24,6% de la población de 15 años o más padecía de obesidad, el 21,7% de HTA, y el 4,1% de DM en el 2020 4.
Dada la fisiopatología de las ECV, se recomienda la prevención primaria de estas 5. Entonces, resulta indispensable una educación y conocimiento adecuados sobre los factores de riesgo para prevenir estas enfermedades 1.
En Irlanda del Norte y Kuwait se evidenció que, a mayor conocimiento sobre factores de riesgo cardiovasculares, menor prevalencia de estas enfermedades en la población 6,7. Y un mayor nivel de conocimiento sobre esto puede mejorar también la adherencia de los pacientes con ECV a estilos de vida saludables 8. En Perú, 53% de pacientes con HTA presentaron un nivel bajo de conocimiento sobre su enfermedad 9. Sin embargo, estos estudios se realizaron en establecimientos de mayor complejidad, y sólo exploraron el conocimiento de factores de riesgo específicos. No obstante, la mayoría de actividades preventivas para estas enfermedades se realizan en el primer nivel de atención en salud (PNAS) 10.
En nuestro medio faltan estudios sobre el conocimiento de otras ECV en población que no tienen dichas enfermedades. Por ello, nuestro objetivo buscó determinar el nivel de conocimiento acerca de enfermedades cardiovasculares y algunos factores de riesgo en personas que acuden a un centro de salud del PNAS en Lima, Perú.
EL ESTUDIO
Estudio descriptivo transversal realizado con personas que acudieron a atenderse en el Centro de Salud I-3 Amakella (localizado en el distrito de San Martín de Porres en Lima, Perú), y sus acompañantes o familiares. El muestreo fue realizado por conveniencia entre los meses de septiembre y octubre de 2022.
Los criterios de inclusión fueron: personas de ambos sexos que acudieron a atenderse a dicho establecimiento por cualquier motivo, y sus acompañantes o familiares, todos con edad de 18 años a más. Se excluyeron a gestantes (pues iba a alterar los resultados de presión arterial y circunferencia abdominal), personas con algún déficit cognitivo o secuela neurológica que les imposibilite realizar el cuestionario, y personas que no hablaban español.
La recolección de datos se realizó mediante entrevista, aplicando un cuestionario para evaluar conocimientos en torno a riesgo y enfermedad cardiovascular. Este fue validado en idioma español con pacientes atendidos en la comunidad por Amariles y col. 11, quien nos autorizó adaptar su instrumento. Para nuestro estudio, el cuestionario se sometió a un juicio de 8 médicos expertos en atender pacientes con enfermedades cardiovasculares (2 cardiólogos, 2 endocrinólogos y 4 médicos internistas). Posteriormente, se hizo un estudio piloto en 10 personas con características similares a las de este estudio en un día en el mismo centro de salud, en quienes se evaluó el entendimiento de las preguntas. El instrumento fue validado para su aplicación, y se obtuvo un coeficiente de 0.89 la prueba V de Aiken; un α de Cronbach de 0,93. Esto demostró que el instrumento tuvo alta fiabilidad en estos aspectos.
El cuestionario final tuvo 18 preguntas (8 evaluaron variables demográficas y antropométricas, y 10, el nivel de conocimiento). Dentro las variables antropométricas, se determinó la circunferencia abdominal, la cual no se categorizó para definir obesidad; y el índice de masa corporal (IMC), del cual se obtuvo 4 categorías: obesidad (IMC ≥ 30 kg/m2), sobrepeso (IMC 25-29,9), peso normal (IMC 18,5-24,9) y bajo peso (IMC < 18,5). Para adultos mayores, el IMC se categorizó de la siguiente manera: obesidad (IMC ≥ 32 kg/m2), sobrepeso (IMC 28,0-31,9), normal (IMC 23,0-27,9), y bajo peso (IMC < 23,0).
Cada respuesta correcta valió 1 punto, y 0 puntos si fue errónea. El puntaje total osciló entre 0 y 10 puntos (“0” representó un peor conocimiento y “10” un mejor conocimiento). Un puntaje de “6” o más se clasificó como conocimiento adecuado 11, y se categorizó como conocimiento deficiente (puntaje < 3), regular (puntaje entre 3 y 5), bueno (puntaje entre 6 y 8) y excelente (puntaje > 8).
Luego de la recopilación y análisis de la información, se trasladó a una base de datos en Microsoft Excel® 2020 y se utilizó estadística descriptiva para calcular frecuencias y porcentajes, medidas de tendencia central y de dispersión.
Este estudio fue aprobado por el Comité Institucional de Ética en Investigación (CIEI) de la Universidad Peruana Cayetano Heredia (UPCH) el 16 de agosto de 2022 en el documento N° 358-31-22.
HALLAZGOS
El cuestionario fue aplicado a 400 personas, y 265 (66,3%) fueron mujeres. El promedio de edad fue de 46,8 + 16,2 años. El IMC promedio fue 28,3 + 5,2 kg/m2. Un 31% de personas tuvo obesidad, 34% sobrepeso, 31,25% peso normal y solo 3,75% delgadez. La circunferencia abdominal promedio fue 94,9 + 13,2 cm (en mujeres fue 95,0 cm y en varones 92,3 cm). Las demás características de los participantes se presentan en la Tabla 1.
Tabla 1 Características demográficas de las personas en el Centro de Salud Amakella de San Martín de Porres en Lima, Perú.
Variable | Frecuencia | Porcentaje (%) | |
---|---|---|---|
Sexo | |||
Masculino | 135 | 33,8 | |
Femenino | 265 | 66,2 | |
Grupo etáreo | |||
Joven | 76 | 19,0 | |
Adulto | 214 | 53,5 | |
Adulto mayor | 110 | 27,5 | |
Grado de instrucción | |||
Iletrado | 2 | 0,5 | |
Primaria completa | 22 | 5,5 | |
Primaria incompleta | 14 | 3,5 | |
Secundaria completa | 122 | 30,5 | |
Secundaria incompleta | 53 | 13,2 | |
Superior completa | 90 | 22,5 | |
Superior incompleta | 97 | 25,3 | |
Índice de masa corporal | |||
Bajo peso | 15 | 3,75 | |
Normal | 125 | 31,25 | |
Sobrepeso | 136 | 34,0 | |
Obesidad | 124 | 31,0 | |
Total | 400 | 100,0 |
La nota promedio obtenida fue de 4,52 + 1,85. El 71% de personas obtuvo un puntaje inadecuado. La pregunta 9 obtuvo la mayor cantidad de aciertos (76,5%) e indagaba sobre el conocimiento acerca del tabaquismo como factor de riesgo cardiovascular, mientras que la pregunta 5 obtuvo menor cantidad de aciertos (11,3%) y trataba sobre los niveles adecuados de colesterol total en sangre (Tabla 2).
Tabla 2 Cantidad de aciertos por pregunta en personas en el Centro de Salud Amakella de San Martín de Porres en Lima, Perú.
Número de pregunta (*) | Tema | n | Porcentaje (%) |
---|---|---|---|
9 | Relación del tabaco y enfermedad cardiovascular | 306 | 76,5 |
8 | Relación de diabetes y enfermedad cardiovascular | 297 | 74,3 |
2 | ¿Cuál es el mejor tipo de ejercicio? | 247 | 61,8 |
7 | Relación de triglicéridos y enfermedad cardiovascular | 242 | 60,5 |
1 | Percepción del peso propio | 179 | 44,8 |
10 | Valores normales de la presión arterial | 147 | 36,8 |
6 | Implicancias de HDL y LDL colesterol | 119 | 29,8 |
4 | Riesgo de infarto al corazón según sexo | 114 | 28,5 |
3 | Riesgo de infarto al corazón según edad | 112 | 28,0 |
5 | Valores normales de colesterol total | 45 | 11,3 |
(*) Puede verse más detalles en el material suplementario
Un nivel de conocimiento inadecuado se obtuvo en todos los grados de instrucción. No obstante, todos los que tuvieron un conocimiento excelente tenían grado de instrucción secundaria o superior. Según el grupo etario y el sexo, 77,6% de jóvenes, 71,9% de adultos y 64,5% de adultos mayores; y, 74,1% de varones y 69,4% de mujeres tuvieron conocimiento inadecuado, respectivamente. La mayor parte de personas tuvieron un conocimiento inadecuado, cualesquiera que fuese su IMC (Tabla 3).
Tabla 3 Nivel de conocimiento según características de las personas en el Centro de Salud Amakella de San Martín de Porres en Lima, Perú.
Nivel de conocimiento | |||||||||||
---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|
Deficiente | Regular | Bueno | Excelente | Total | |||||||
n | % | n | % | n | % | n | % | n | % | ||
Grupos etarios | |||||||||||
Joven (18-29 años) | 13 | 17,1 | 46 | 60,5 | 15 | 19,7 | 2 | 2,7 | 76 | 19,0 | |
Adulto (30-59 años) | 38 | 17,7 | 116 | 54,2 | 56 | 26,2 | 4 | 1,9 | 214 | 53,5 | |
Adulto mayor (60 años a más) | 15 | 13,6 | 56 | 50,9 | 36 | 32,7 | 3 | 2,8 | 110 | 27,5 | |
Sexo | |||||||||||
Masculino | 20 | 14,8 | 80 | 59,3 | 32 | 23,7 | 3 | 2,2 | 135 | 33,8 | |
Femenino | 46 | 17,3 | 138 | 52,1 | 75 | 28,3 | 6 | 2,3 | 265 | 66,3 | |
Grado de instrucción | |||||||||||
Primaria (completa o incompleta) | 2 | 5,3 | 6 | 68,4 | 10 | 26,3 | 0 | 0,0 | 38 | 9,5 | |
Secundaria incompleta | 9 | 16,9 | 33 | 62,3 | 10 | 18,9 | 1 | 1,9 | 53 | 13,3 | |
Secundaria completa | 28 | 22,9 | 67 | 54,9 | 25 | 20,6 | 2 | 1,6 | 122 | 30,5 | |
Superior incompleta | 12 | 12,4 | 50 | 51,6 | 33 | 34,0 | 2 | 2,0 | 97 | 24,3 | |
Superior completa | 15 | 16,7 | 42 | 46,7 | 29 | 32,2 | 4 | 4,4 | 90 | 22,5 | |
Índice de masa corporal | |||||||||||
Bajo peso | 1 | 6,7 | 10 | 66,7 | 3 | 20,0 | 1 | 6,6 | 15 | 3,75 | |
Normal | 18 | 14,4 | 66 | 52,8 | 34 | 27,2 | 7 | 5,6 | 125 | 31,25 | |
Sobrepeso | 22 | 16 | 72 | 52,6 | 41 | 30,0 | 1 | 1,4 | 136 | 34,0 | |
Obesidad | 21 | 17 | 74 | 59,6 | 29 | 23,4 | 0 | 0 | 124 | 31,0 | |
Total | 62 | 15,5 | 222 | 55,5 | 107 | 26,7 | 9 | 2,3 | 400 | 100,0 |
DISCUSIÓN
Según nuestros resultados, 71% de entrevistados tuvo un conocimiento inadecuado sobre enfermedad cardiovascular, con un puntaje promedio de 4,52 de un máximo de 10. Este resultado es menor al obtenido por Amariles et. al.12, cuya nota promedio fue de 5,8; y al obtenido en Colombia donde fue 5,4 13. En Países Bajos, el conocimiento fue un poco mejor con 42,3% de pacientes con percepción inadecuada del riesgo cardiovascular 14. Estas diferencias se deberían a que en estos estudios se incluyó solo pacientes con alguna enfermedad cardiovascular diagnosticada. Esto pudo afectar su conocimiento sobre el riesgo cardiovascular por educación previa del paciente respecto a estas enfermedades por parte de su médico tratante. En nuestro estudio se incluyeron personas que no necesariamente tenían un diagnóstico previo de alguna enfermedad cardiovascular.
En relación con la edad, la mayoría obtuvo un nivel inadecuado de conocimiento. Esto fue similar a otro estudio realizado en Lima Perú donde los pacientes tenían un nivel de conocimiento medio o bajo, independientemente de su grupo etario 9. No obstante, en nuestro estudio los adultos mayores tuvieron un mejor conocimiento, lo cual contrasta con el de España, donde la proporción de pacientes con conocimiento bueno o excelente fue mayor en los menores de 60 años 11.
En relación al sexo, casi el 70% de las mujeres tuvo conocimiento inadecuado. Esto se asemeja a lo encontrado en otro estudio de Lima, donde 53,5% de mujeres tuvieron conocimiento inadecuado 9. En Venezuela, el mayor porcentaje de los hombres mostró un nivel de conocimiento bajo e intermedio, mientras que aproximadamente la mitad de las mujeres presentó un nivel intermedio o alto de conocimiento 15. Estas diferencias no se deberían solo a aspectos cognitivos o educativos intrínsecos al sexo, sino posiblemente porque se entrevistaron más mujeres que varones en nuestro estudio.
Según el grado de instrucción, las dos terceras partes de personas que obtuvieron un puntaje excelente tenían un grado de instrucción superior, resultados similares a los obtenidos en España y Países Bajos 12,14. Sin embargo, tener una educación superior no implicaría necesariamente tener un conocimiento adecuado, pues la mayor parte de personas con educación superior en nuestro estudio no lo tuvieron.
Entre las personas con obesidad, casi 80% tuvieron un conocimiento inadecuado, lo cual fue mayor que el grupo con sobrepeso o peso normal. En otro estudio en Perú, se encontró igualmente un menor conocimiento en obesos que en los que tenían sobrepeso, en especial para factores de riesgo como el estado nutricional y el síndrome metabólico 16.
Algo llamativo fue que 55% de personas con obesidad se equivocaron en la pregunta 1, que pedía indicar su propio estado nutricional, lo que fue mayor también que aquellos con sobrepeso o peso normal. Esto podría explicarse porque la definición de obesidad puede ser subjetiva para cada persona y estar sujeta a percepciones o constructos sociales distintos 17.
Por otro lado, poco menos de 75% de personas reconocieron a la diabetes como factor de riesgo cardiovascular, un poco más que en Venezuela o la India 15,18. Esta diferencia podría explicarse por el aumento de la prevalencia de diabetes en los últimos años, que podría aumentar el conocimiento sobre esta enfermedad, sea por padecerla o conocer alguien que la padezca. Asimismo, casi 80% de personas reconocieron al tabaquismo como un factor de riesgo cardiovascular. Esto guarda similitud con datos reportados en Pakistán (19, y podría deberse a la influencia de los medios de comunicación sobre el tabaquismo, que pudo resultar en un reforzamiento negativo para fumar en el tiempo 20.
Pocas personas identificaron los valores normales de colesterol y el estado de su presión arterial. Esto fue similar a lo hallado en Venezuela, donde también se vio que menos de la mitad de personas identificaron al colesterol elevado y a la hipertensión arterial como factores de riesgo cardiovascular 15. Esto podría deberse a que estas enfermedades, siendo asintomáticas, podrían ser poco reconocidas como problemas de salud o de riesgo cardiovascular por la población general. Por otro lado, la información en los medios de comunicación clásicos acerca de la prevención de estas enfermedades puede no ser tan mediática como con el tabaquismo.
Nuestra investigación tuvo algunas limitaciones. Primero, el diseño descriptivo del estudio no permite establecer una relación causa-efecto o generalización de resultados. Segundo, pudo existir sesgo de información, por problemas de interpretación de las preguntas por algunas personas. Tercero, no se podía verificar si las respuestas eran confiables o si se marcaron al azar. Cuarto, pudo ocurrir un sesgo de selección por usar muestreo no probabilístico.
No obstante, nuestro estudio tiene aspectos valiosos. Primero, tiene implicancias de salud pública, pues se encontraron personas en atención primaria que no tuvieron un adecuado conocimiento sobre salud cardiovascular. Segundo, incluimos no solo pacientes con ECV, sino a sus acompañantes, lo cual ampliaba la posibilidad de captar personas que quizás nunca antes serían captadas en un establecimiento de salud, al no tener patologías en el momento de la encuesta.
En conclusión, el conocimiento sobre enfermedad cardiovascular y algunos de sus factores de riesgo resultó inadecuado en la población estudiada, independientemente de su género, etapa de vida y grado de instrucción. El conocimiento de la diabetes y el tabaco como factores de riesgo cardiovascular fue mejor en la mayoría de casos. Sin embargo, el reconocimiento del sobrepeso u obesidad y valores normales de presión arterial y colesterol fueron conocidos por menos de la mitad de los encuestados.
Existe entonces la necesidad de lograr que los pacientes reconozcan los factores de riesgo de ECV y sean motivados a adoptar estilos de vida saludables para prevenir estas enfermedades. Mediante algunas intervenciones educativas, no solo en centros de atención de salud sino en medios de comunicación masiva, se podría mejorar el conocimiento de la población general sobre estas enfermedades. Estudios futuros con muestreo probabilístico, multicéntricos, comparando el conocimiento entre población con enfermedad cardiovascular y sin ella, pueden ser realizados para dirigir mejor dichas intervenciones.