EL PERSONAJE
Laura Ester Rodríguez Dulanto nació en Supe, provincia de Chancay el 18 de octubre de 1872. Las discrepancias sobre la fecha de su nacimiento se resolvieron con la publicación de su partida bautismal.1Sus primeros años los vivió en su ciudad natal, pero luego la familia se trasladó a Lima donde inició estudios primarios, los únicos disponibles para las mujeres en la época, los que realizó en el Colegio Badani dirigido por Magdalena Badani de Chávez.2Este era un colegio“para señoritas”y su objeto era que se formaran para orientar adecuadamente la crianza de los hijos y desempeñarse como educadoras. Allí obtuvo el título de preceptora de tercer grado.3
No existían colegios secundarios para mujeres4, pero era requisito para ingresar a la Facultad de Ciencias de la Universidad de San Marcos haber concluido los seis años de educación secundaria. Laura Gutiérrez aprovechó que su hermano Abraham Moisés, inició estudios secundarios en el Colegio Guadalupe y replicó en casa la formación:
“Mi hermano, al regresar del Colegio Guadalupe, donde estudiaba la secundaria, se prestaba los cuadernos de sus compañeros y me los traía también y durante dos horas me repetiría las lecciones”
Culminadas las materias incluidas en el plan de estudios, rindió examen ante el Jurado Especial del Consejo Superior de Instrucción Pública:“muy pocos entre los que fueron sus compañeros de estudios pudieron propasarla”2. Menciona Elvira García y García
Ingresó a la Facultad de Ciencias de la Universidad de San Marcos en mayo de 1892. No fue la primera mujer en ingresar a dicha Facultad, pocos años antes, en 1888, había ingresado Margarita Praxedes Muñoz, natural de Santiago del Estero. Un año después, en 1893, Laura Rodríguez Dulanto se gradúa como bachiller en ciencias con la tesis“El fenómeno químico biológico de las fermentaciones”3Al año siguiente y cumpliendo con el requisito de tener estudios superiores en Ciencias se matricula en la Facultad de Medicina, pero continua sus estudios de Ciencias con el objetivo declarado de ser la primera doctora en Ciencias en el Perú.
Una mujer estudiando Medicina alteraba el orden establecido, Laura Rodríguez Dulanto tuvo el apoyo de su hermano que también inició estudios de medicina. Las clases se dictaban en el antiguo local de la Facultad, adyacente al Hospital de San Andrés, en la Plaza Santa Ana en Lima. No se tiene un relato autobiográfico de su paso por la Facultad, pero el orden imperante la obligó a ciertas concesiones. Debió vestir chaqueta y corbata, imitando lo que vestían los alumnos varones, y fue obligada a recibir las lecciones de anatomía detrás de un biombo en el Anfiteatro hasta que le dieron permiso para que pudiera realizar sus prácticas en una sala separada acompañada de su hermano6. Mannarelli interpreta que su participación en la Facultad de Medicina, campo hasta entonces exclusivo de varones, solo podía ser tolerada adscribiéndola simbólicamente a un orden tutelar en el cual era su hermano, el que tenía bajo su control a Laura Rodríguez.
“Esta compañía de parientes revela la incomodidad que la presencia femenina podía despertar. Era un alivio para todos que las mujeres estuvieran protegidas por la compañía familiar, pues seguían siendo piezas del orden tutelado….. Al ser así, los hombres tomaban como referencia al patriarca acompañante, no estaban frente a una mujer, con sus propias ideas, sino a la hermana de un hombre”6
Su entrenamiento clínico lo realizó en el Hospital Santa Ana, exclusivo para mujeres, y allí como interna de la Sala San Pedro publica el 15 de agosto de 1898, su primer trabajo científico:“Enorme quiste del ovario acompañado de otro pequeño. Laparatomía. Curación.”7Es destacable que su trabajo sea quirúrgico, si la medicina era un ámbito vedado a la mujer, la cirugía lo era mucho más.
Cronológicamente su segundo trabajo académico es su tesis doctoral para obtener el Doctorado en Ciencias.“Estudios geológicos de la provincia de Chancay”8presentado el 18 de octubre de 1898. Manifiesta allí la precocidad de su vocación científica y su esfuerzo“Han transcurrido ya 12 años desde el día en que por fuerza de una vocación irresistible contraje compromiso con la ciencia; 12 años de trabajos y de esfuerzos, pero también de ideales y esperanzas.”Indica también su convicción de merecer el grado:“Me halagó la ilusión Que tal vez yo podía ser la primera mujer peruana que alcanzara el honor de ostentar la insignia doctoral”1.
Aun siendo doctora en ciencias continúa como interna en la Sala San Pedro del Hospital de Santa Ana, dirigida por el Dr. Néstor Corpancho, quien le hizo conocer un nuevo método de tratamiento de las infecciones pélvicas“puso en mis manos el folleto titulado “Inflamaciones pelvianas de la mujer”del doctor Celestino M de Argenta” El folleto al que se refiere es una comunicación de 45 páginas publicada en 1894.9, en la que el autor relataba sus experiencias con el ictiol en España.
Replica el tratamiento y como resultado de sus investigaciones presenta, el 4 de diciembre de 1899, una tesis experimental para su Bachillerato en Medicina:“Empleo del ictiol en las inflamaciones pelvianas”.10el 13 de diciembre le nombran un jurado formado por los Dres. Benavides, Carvallo y Fernández y sustenta su tesis el 23 del mismo mes1. De acuerdo con una publicación en el periódico “El Comercio” juramentó como médica y cirujana el 26 de septiembre de 190011. Antes de juramentar publica un nuevo trabajo académico“Fibromioma uterino - Histerectomía abdominal conformación de pedículo extraperitoneal - Curación”, publicado también en la Crónica Médica.12
Luego de estas publicaciones hay un largo periodo sin publicaciones hasta 1913, fecha en que se realiza en Lima el 5° Congreso Latino Americano y 6° Panamericano de Medicina, ante el cual Laura Rodríguez Dulanto presenta la ponencia“Contribución a la curación de la Tuberculosis”.13Pocos años después, el 6 de julio de 1919 fallece en Lima.
El ejercicio medico de Laura Rodríguez
La historiografía de Laura Rodríguez Dulanto unánimemente indica que su ejercicio profesional fue mínimo, Pamo, reafirmando lo expresado por Villavicencio14lo resume así
“la censura social y el hostigamiento velado de la época la confinaron a ejercer la profesión en un liceo de niñas o en conventos pero nunca en un hospital o consultorio privado.”15
Lo reafirma Balbuena:
“Rodríguez no logró desarrollar su profesión de cirujana en hospitales o consultorios particulares, debido a la discriminación de la que fue víctima, y tuvo que dedicarse a dirigir la Escuela Normal de Mujeres, el Liceo Fanning y los Conventos de La Concepción, Jesús María y Nazarenas”16
Su contemporánea y biógrafa Elvira García y García, también se suma a esa opinión
“excepción hecha del “Liceo Fanning”, en el que fue la médica obligada, desde el día que prestó juramento profesional, hasta que su salud le impidió seguir trabajando, en ningún otro colegio de niñas, y ni siquiera en el que se educó se utilizaron sus servicios profesionales”2
Una búsqueda exhaustiva nos permite refutar ese dato: Laura Rodríguez Dulanto si ejerció la medicina en forma privada, en su consultorio situado en la calle Boza N° 349, actual cuadra 8 del Jirón de la Unión, en el centro de Lima. Publica un aviso en el Almanaque de El Comercio, edición 1902(17);17en el que indica dedicarse“a las enfermedades de señoras y niños”, atendiendo diariamente de 9 am a 12 m. (Figura 1) Contaba incluso con un número telefónico. Su atención particular, sin embargo, no se limitó a enfermedades de mujeres y niños, pues como relata en su ponencia de 1913, atiende numerosos casos de tuberculosis.
Pensamiento científico y médico. El primer experimento clínico
Sus ideas sobre la ciencia están definidas en su tesis doctoral“Estudios geológicos de la provincia de Chancay”. Indica allí que las observaciones que le permitieron recoger los datos las realizó durante dos largas estancias. La propuesta de Laura Rodríguez Dulanto es conservadora, interpreta que las formaciones geológicas de Chancay obedecen a la teoría plutónica de James Hutton, un geólogo escoces de ideología deísta que consideraba que, a través de leyes naturales inmutables, la tierra se había adaptado para que en ella vivieran los seres humanos.18Esta posición de Hutton asumida por Laura Rodríguez le permitía conciliar su profunda fe religiosa con su formación científica. Los detalles de esta tesis describiendo los parajes de la provincia de Chancay muestran una aguda capacidad de observación.
Su pensamiento medico se evidencia en su tesis de bachillerato en Medicina:“c”;19una tesis manuscrita de 59 páginas, actualmente conservada en la sección de colecciones especiales de la Biblioteca Central de la Universidad de San Marcos,(Figura 2) con una dedicatoria al Dr. Nestor J Corpancho, Jefe de la sala donde era interna:
“al eminente ginecólogo, doctor Néstor J. Corpancho / dedica este trabajo su discípula y sobrina / una firma”
Es significativa esta dedicatoria porque revela un parentesco no referido por sus anteriores biógrafos que puede explicar las facilidades con las que contó para su práctica quirúrgica.
En la Introducción señala la unidad intrínseca entre el cuerpo masculino y el femenino como“seres organizados”sujetos a la influencia del medio:“la mujer, como todo ser organizado, está sujeta en su evolución vital a las variadas influencias del medio que la rodea”Esta afirmación nos remite a la larga influencia de Hipólito Unanue en el pensamiento medico peruano. No deja sin embargo de señalar las diferencias entre hombre y mujer, la que tiene enfermedades“que solo a ella atañen y que repercuten en todo su ser”. De allí deriva su interés en la Ginecología operatoria, a la que denomina“Ciencia enteramente nueva”que combate“añejas preocupaciones, salvando antiguos errores y yendo con mano atrevida a hasta extirpar el mal en su mismo origen”. Sobre las curaciones que son el objeto de su tesis indica que, aunque la cirugía operatoria es el campo de los mayores logros, existen otros procedimientos dentro de su campo como las curaciones que evitan complicaciones y que estos triunfos“no por ser mas modestos son menos positivos”.
A la introducción siguen dos secciones, la primera describe las causas de las infecciones pélvicas. Aunque reconoce el carácter microbiano de las mismas mantiene un pensamiento tradicional sobre sus causas predisponentes
“encontramos con frecuencia como causa predisponente las caídas sobre la pelvis, los grandes viajes a caballo, la prolongada posición vertical, el ejercicio exagerado ya sea en la máquina de coser ya en las faenas domésticas, los enfriamientos bruscos”.19
La segunda sección es la fundamental y tiene un carácter innovador que no ha sido reconocido por la historiografía, en efecto Laura Gutiérrez Dulanto, sobre la base de un nuevo medicamento propuesto en Alemania para el tratamiento de las infecciones pélvicas por el Dr. Freund, decide aplicarlo en 10 casos que en principio deberían ser de resolución quirúrgica, logrando en todos los casos un éxito notable. Sorprende que su objetivo declarado es similar al que décadas después orientaría el descubrimiento de los antibióticos:
“el ideal terapéutico debe estar constituido por el empleo de una sustancia que gozando de un poder micromicida suficiente para destruir la viabilidad hoy de los gérmenes patógenos o disminuir su Resistencia, sea capaz de aumentar los naturales medios de defensa orgánica y susceptible de aplicación inmediata y prolongada, sin que su penetración al torrente circulatorio entrañe perturbaciones en la economía.”19
Las infecciones pélvicas en este periodo pre antibiótico causaban gran mortalidad. Se combatían con diversas sustancias antisépticas como el sulfato de cobre, yodoformo, tintura de yodo y especialmente el ácido fénico. Sin embargo, en 1890 el ginecólogo alemán Freund propuso el uso del ictiol.20,21Su propuesta se difundió rápidamente en Europa y Estados Unidos22, utilizándose también para el tratamiento de la blenorragia.23Químicamente el ictiol es un derivado sulfónico de amonio de un petróleo crudo obtenido por destilación seca de una roca fosilífera. El ictiol fue patentado e introducido por primera vez en el comercio de drogas por una empresa de Hamburgo, Alemania, que obtuvo su aceite base de depósitos marinos en Seefeld, Tirol.24,25El producto final no tenía una composición exacta pues dependía del proceso de fabricación.
El experimento tuvo un protocolo acorde a la época aplicando en todos los casos un mismo procedimiento:
“2 g de ictiol al día en 12 píldoras con 2 cada 2 horas continuando con esta dosis hasta que se haya vencido en gran parte la inflamación siendo entonces reemplazada por 3 píldoras al día de 20 centígramos cada una. Si los dolores son muy intensos se asocia al ictiol 6 centigramos de codeína, la que generalmente puede suspenderse a los seis u ocho días Por la cesación completa del síntoma dolor. El vehículo que se emplea para la formación de las píldoras es el extracto o los polvos de regaliz en cantidad suficiente.”19
Los resultados de la experiencia de Laura Gutiérrez Dulanto fueron excelentes, todas las pacientes se recuperaron sin necesidad de intervención quirúrgica. Esta fue la primera investigación experimental medica realizada por una mujer en el Perú, lo que le auguraba un brillante futuro, pero las limitaciones al ejercicio profesional hospitalario para las mujeres frustraron ese objetivo. Debe añadirse por consiguiente a su mérito de ser la primera mujer graduada de Medicina en el Perú y la primera doctora en ciencias, el haber sido la primera mujer en realizar una intervención experimental clínica, en un contexto general de escasa producción científica. Solo se puede especular cual hubiera sido su desarrollo como investigadora e introductora de métodos modernos en la práctica clínica si hubiera podido continuar en un Hospital y no limitarse a la atención en consulta privada.