INTRODUCCIÓN
La industria lechera se ha dinamizado en las últimas décadas, con grandes mejoras en la producción láctea, dando prioridad a la selección de animales de mayor rendimiento lechero (Oltenacu y Broom, 2010; FAO, 2017). Este criterio de selección ha afectado la fertilidad, debido a la correlación genética negativa entre estas dos características (Jewel, 2002; Pryce et al., 2004). El alto rendimiento productivo conduce a demandas metabólicas que no están totalmente compensadas, a pesar de un consumo adecuado de materia seca (Sundrum, 2015), reflejándose en infertilidad (Jewel, 2002). Los problemas reproductivos son la principal causa de sacrificio en los rebaños lecheros (Chiumia et al., 2013, Casarin et al., 2015), aspecto que también es un problema frecuente en los establos lecheros del país (Orrego et al., 2003). Esto conduce a una saca elevada de animales con alto rendimiento productivo afectando la población del establo, su nivel de producción y la economía del ganadero.
Se han desarrollado algunas técnicas para intentar paliar los descartes ocasionados por los problemas de fertilidad, dentro de las cuales se encuentra un sistema de manejo artificial de la lactancia, conocido como inducción hormonal a la lactancia, lacto-inducción o parto químico, que intenta aprovechar al máximo el potencial productivo de vacas que por infertilidad no logran una nueva campaña lechera. Esta técnica, mediante la aplicación de hormonas, simula el desarrollo mamario durante la gestación tardía (Kisinger y Magliaro-Macrina, 2011), pudiéndose obtener producciones relativamente altas (por encima de los 14 000 kg) sin ocurrencia de parto (M ellado et al., 2006) o por debajo de los 4000 kg, como lo reporta Valera (2013) para un establo en el norte del Perú. Pero, sin duda, lo que más ha llamado la atención de la aplicación de esta técnica es el hecho de que, además del rendimiento lechero, se reporten preñeces en vacas que estaban destinadas al descarte por infertilidad (Jewell, 2002; Freitas et al., 2010; Mellado et al., 2006).
En el Perú son escasos los estudios sobre la inducción hormonal a la lactancia, a pesar de ser una técnica adoptada por diversos establos lecheros de la cuenca de Lima. Esta escasez de información demanda investigar sobre el rendimiento productivo y reproductivo de vacas inducidas a la lactancia. Por ello, los objetivos de este estudio fueron la evaluación del rendimiento lechero en vacas sometidas a inducción láctea, así como la tasa de vacas preñadas logradas al final de la campaña lechera.
MATERIALES Y MÉTODOS
El estudio se realizó con los datos de un establo lechero ubicado en el distrito de Chancay, provincial Huaral, Región Lima (Perú). La zona se encuentra a una altitud de 43 msnm y presenta una temperatura media anual de 19.6 °C.
Se realizó un estudio retrospectivo y observacional en el hato lechero. Fueron recolectados los datos de los registros individuales de las vacas Holstein, de 1 a >5 lactaciones, sometidas a tratamiento lactoinductor por problemas reproductivos (infertilidad) en el periodo 2015-2017 y que culminaron sus respectivas campañas (n=98). Así mismo, se tomaron datos de un grupo control de vacas con lactancias naturales durante el mismo periodo (n=191). Los datos recolectados para cada animal fueron: producción de leche total por campaña, producción de leche corregida (a 305 días), largo de campaña o días en lactación (DEL), número de servicios y diagnóstico de gestación, consignados en el software de gestión del hato UNIFORM-Agri (https://www.uniformagri.com/gl).
El protocolo de lacto-inducción empleado en el establo como rutina de manejo para inducir la lactación tenía una duración de 21 días y se basa en la administración de benzoato de estradiol (0.1 mg/kg p.v. por día, s.c.); progesterona (0.28 mg/kg p.v. por día, s.c.) en los días 1, 3, 5, 7 y 9; dexametasona (0.03 mg/kg p.v., i.m.) aplicada desde el día 18 al 20; somatotropina bovina recombinante (rBST) (500 mg/vaca, s.c.) aplicada los días 1, 10 y 21. Adicionalmente, se administra oxitocina en dosis de 10, 5 y 2.5 UI/vaca los días 21, 22 y 23, respectivamente, antes del ordeño.
La tasa de vacas preñadas fue determinada entre el número de vacas registradas en el estudio y el número de vacas que quedó gestante para las vacas con lacto-inducción y del grupo control. Del mismo modo, se procedió al cálculo del número de servicios por concepción para ambos grupos.
Los datos fueron procesados mediante el programa estadístico SPSS v. 22. Se empleó el análisis de varianza (α = 0.05) para la comparación de las medias de producción y largo de campaña y la prueba de Duncan para determinar diferencias entre el número de lactaciones. Por otro lado, la prueba de Chi cuadrado se empleó para el análisis de las proporciones de vacas preñadas entre el grupo sometido a lacto-inducción y el grupo control.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
La producción total promedio por campaña fue de 7546 kg en 367 días de lactancia con dos ordeños al día (Cuadro 1). Magliaro et al. (2004) y Freitas et al. (2010) reportan producciones similares; no obstante, estos investigadores administraron rBST durante la campaña láctea para incrementar la persistencia de la lactancia, hecho que influye directamente en la producción total (Stehr et al., 2001; Vargas et al., 2006; Tarrillo, 2011). Por otro lado, Mellado et al. (2006), utilizando rBST, reportaron producciones de leche mayores (14 041 kg), explicado en parte por la mayor duración de la campaña (462 días), y por el promedio del hato en lactancia natural (>16 000 kg).
a,b Diferentes superíndices dentro de filas indica diferencia significativa (p<0.05). DE: desviación estándar
La producción de leche corregida, calculada por el software UNIFORM-Agri fue de 6641 kg (Cuadro 2), resultado superior a los 5228 kg obtenidos por Lupori (2016), posiblemente debido a que no emplearon rBST en el protocolo de inducción; además, este autor trabajó mayormente con vaquillas, y se conoce que vacas de primera lactación presentan producciones de leche menores (Ray et al., 1992). Por otro lado, las vacas lactoinducidas en el estudio de Mellado et al. (2006) registraron una producción corregida superior a la del presente estudio (aproximadamente 9000 kg).
a,b Letras similares en medias dentro de filas indica que no hubo diferencia significativa. DE: desviación estándar
Según reportes de la literatura científica, los animales lacto-inducidos pueden llegar a producir el 60-80% del promedio alcanzado por vacas con lactaciones naturales (Jewell, 2002; Mellado et al., 2006). En el presente estudio se comparó la producción de los animales lacto-inducidos con el 80% de la producción de las vacas control (lactaciones naturales) no llegándose a encontrar diferencias significativas en producción de leche (Cuadro 2).
La producción de leche por número de lactación siguió el comportamiento esperado en el grupo de lacto-inducción (Cuadro 3), presentando los rendimientos más bajos en las vacas de primera lactancia; resultado acorde con el estudio de Mellado et al. (2011) para hembras jóvenes. Así mismo, se observó además un menor rendimiento productivo en vacas con 5 o más lactaciones (Cuadro 3), a diferencia de Mellado et al. (2011), quienes reportaron que vacas con más de seis lactaciones presentaron producciones similares a vacas con 2 a 6 lactancias; posiblemente debido a que las vacas de dicho estudio no fueron servidas, suprimiendo de esa forma el efecto de la gestación sobre la producción (Norgaard et al., 2008).
a,b Diferentes superíndices dentro de la columna indica diferencia significativa (p<0.05). DE: desviación estándar
El 58% (57/98) de las vacas lacto-inducidas llegó a quedar gestante (Cuadro 4), porcentaje de éxito menor al 75% reportado por otros investigadores (Jewell, 2002; Magliaro et al., 2004; Mellado et al., 2006). Esta diferencia podría deberse a un deficiente manejo reproductivo en el establo bajo evaluación, cuya tasa de concepción es menor al promedio de establos lecheros similares de la zona. Por otro lado, Reátegui y Cairo (2009) y Reátegui y Pinto (2011) reportaron 71 y 67% de vacas gestantes sometidas a lactoinducción, respectivamente, en hatos lecheros de Arequipa. Los resultados obtenidos resaltan las ventajas de la aplicación de la lacto-inducción sobre el endometrio, toda vez que muchos de estos animales iban a ser descartados del rebaño por problemas reproductivos (Risco et al., 2007; Chang y Zhang, 2008; Noakes et al., 2009).
El número de servicios por concepción fue similar entre las vacas sometidas a lactoinducción (3.9) y las vacas con lactaciones naturales (3.6) (Cuadro 4), y bastante mejor al valor de 5.8 servicios por concepción reportados por Mellado et al. (2006), posiblemente debido a sus mayores niveles de producción. Por otro lado, Ortiz et al. (2009) indicaron que valores promedio de 2.4 servicios/concepción como promedio para establos lecheros de la cuenca de Lima.
CONCLUSIONES
Bajo las condiciones del presente estudio, la lacto-inducción en vacas con problemas reproductivos producen lactancias equivalentes al 80% de la producción de leche que se registra en vacas con lactaciones naturales, permitiendo, además, que más de la mitad de estas vacas permanezcan en el rebaño y no sean descartadas.