Introducción
La actividad turística ha sido desde mediados del siglo XX una alternativa de las naciones para aminorar la pobreza y promover el desarrollo. En aras de lograr dicho cometido, sus gobiernos han implementado una serie de programas para impulsarla. Ejemplo de ello, en el caso de México, es el Programa Pueblos Mágicos, que otorga tal distinción a comunidades, en su mayoría rurales, de alto valor paisajístico, que a lo largo de los años han conservado sus atractivos naturales y culturales, además de su arquitectura y gastronomía.
Sin embargo, ¿qué sucede cuando esas comunidades se ven rebasadas por los efectos adversos del turismo y empiezan a manifestar problemas como la gentrificación? Es entonces cuando el supuesto desarrollo genera afectaciones a su ambiente, concebido en este artículo como una relación dialéctica entre las leyes ecológicas y las leyes sociohistóricas que definen su estructuración (Jiménez, 1997). En virtud de lo anterior, el artículo plantea una problemática de vacío de conocimiento, particularmente en estudios de gentrificación por turismo en la ruralidad, pues de manera recurrente las aproximaciones a la gentrificación se han concentrado en las grandes ciudades (Bojórquez et al., 2022; Crespi-Vallbona y Mascarilla-Miró, 2018; Hiernaux y González, 2014). Es de resaltar que dicho vacío de conocimiento implica oportunidades de investigación en la emergencia de nuevos problemas en espacios rurales.
Aun cuando la comunidad científica se ha inclinado por abordar la gentrificación ligada al turismo en zonas urbanas, recientemente esta problemática ha empezado a emerger en la ruralidad, derivado de la práctica del turismo como alternativa de desarrollo. Este fenómeno cobró mayor fuerza desde 2020, toda vez que las autoridades sanitarias recomendaron evitar masificaciones durante la pandemia por el virus SARSCoV-2 (covid-19). El boom de su práctica en espacios naturales abiertos, con frecuencia rurales, generó fuertes implicaciones ambientales en sitios carentes de la infraestructura necesaria para recibir grandes masas que evitaban las ciudades, incluso en la pospandemia.
En tal contexto, la gentrificación es definida por Glass (1964) y Brockerhoff y Smith (1997) como un fenómeno que se evidencia en los procesos de rehabilitación de los barrios de los centros de las ciudades considerados degradados. Se asume que el principal impacto son nuevas áreas económicamente más ricas y socioculturalmente más homogéneas y estandarizadas. Brockerhoff (1997), considerado «el padre» de los estudios en la materia, plantea que este fenómeno comenzó a vivirse en la posguerra y lo señala como una forma de reactivación socioespacial que empezó a notarse hacia 1950 en barrios de Londres y de Nueva York, que en 1970 afectó a las grandes ciudades de Europa.
En tanto, Cruz y Velásquez (2019) describen que la gentrificación se manifiesta en: 1) un cambio de composición social; 2) mejoramiento o renovación de la arquitectura; 3) nuevas formas de desarrollo económico que se presentan como innovadoras y modernas con gran demanda en áreas de economía terciaria; 4) alza en los precios de tierras y viviendas; y 5) aumento desproporcionado de las remuneraciones o entradas y del nivel de educación de los nuevos residentes en comparación con la población local.
Lo anterior da pauta a cuestionar las implicaciones de la gentrificación por turismo al afectar el ambiente del destino, y al sobreexplotar recursos naturales como el agua, que es ampliamente demandada ante el creciente número de establecimientos de hospedaje, alimentos y bebidas; asimismo, el cambio de uso de suelo para la construcción de complejos turísticos deja a su paso la devastación y deforestación de zonas naturales. De la misma manera, en el aspecto sociocultural, los habitantes de dichos destinos comienzan a experimentar transformaciones en sus formas de vida, costumbres y tradiciones. En términos económicos, las comunidades enfrentan fenómenos como la inflación y el encarecimiento de la vivienda; tales aspectos en su conjunto contribuyen a que esta problemática llame cada vez más la atención entre los especialistas.
Para atender a su propósito, el artículo está integrado en cuatro partes: posterior a la introducción se plantea la metodología, donde se presentan los datos y fuentes de la revisión del estado de la cuestión; se exponen además los resultados y la discusión; como parte de ellos se destacan las cuatro líneas de investigación identificadas que abonan al propósito del artículo; finalmente, se presentan las conclusiones.
Materiales y métodos
En primer término, se presenta un marco conceptual general que expone los conceptos de ambiente y de gentrificación turística, a fin de procurar una mejor comprensión del enfoque que sustenta este acercamiento documental.
Ambiente
Generalmente cuando se alude al ambiente, el imaginario social se remite exclusivamente a elementos relacionados con la naturaleza. El modelo de desarrollo económico dominante privilegia la noción del ambiente como fuente de recursos naturales, pero deja fuera aspectos fundamentales para comprenderlo como una red donde están presentes las relaciones entre los seres humanos. Inicialmente su concepción consideraba las condiciones, influencias o fuerzas que envuelven, influyen o modifican un complejo de factores climáticos, edáficos y bióticos que actúan sobre un organismo vivo o una comunidad ecológica, pero actualmente incluye aspectos que implican no solo a la naturaleza, sino a aspectos sociales y culturales de las relaciones humanas con la propia naturaleza (Calixto, 2013).
La Real Academia Española designa al ambiente como el conjunto de circunstancias culturales, económicas y sociales en que vive una persona o un grupo humano; en tal sentido, dicho término da la posibilidad de identificar distintas relaciones, pues alude tanto a elementos naturales como a sociales.
En tal marco de ideas, es posible considerar al ambiente como una categoría social, relativa a un modo de ver y de pensar la realidad, porque es resultado de un proceso de construcción social-cognitiva que abarca las relaciones entre los componentes que lo constituyen; dicho vínculo, permite identificar no solo un ambiente natural, sino también el transformado y el social; por tanto, se le debe comprender como una relación dialéctica entre las leyes ecológicas (en su sentido biológico) y las leyes sociohistóricas que definen su estructuración (Jiménez, 1997); de ahí que el ambiente es una construcción cultural (Calixto, 2013).
Tal como menciona Leff (2000), en la crisis ecológica se fue configurando un concepto de ambiente como una nueva visión del desarrollo humano, que reintegra los valores y potenciales de la naturaleza, las externalidades sociales, los saberes subyugados y la complejidad del mundo negados por la racionalidad mecanicista, simplificadora, unidimensional, fraccionadora que ha conducido el proceso de modernización, emergiendo como un saber reintegrador de la diversidad, de nuevos valores éticos y estéticos, de los potenciales sinérgicos que genera la articulación de procesos ecológicos, tecnológicos y culturales (Leff, 2000).
En este sentido, el ambiente emerge desde múltiples aspectos: económicos, políticos, ecológicos y sociales, asociados con los cambios naturales y que, a su vez, dan lugar a incorporar los principios de diversidad cultural, sustentabilidad ecológica, equidad social y solidaridad transgeneracional (Luis, 2018; León et al., 2010).
Con base en los anteriores planteamientos, la concepción del ambiente para este artículo es integradora de los aspectos natural, social, cultural y político, con el propósito de procurar un entendimiento holístico del fenómeno gentrificador y sus implicaciones.
Gentrificación turística / Gentrificación por turismo
Cocola-Gant (2020) conceptualiza a la gentrificación turística como un proceso en que la producción del espacio para el consumo turístico conlleva el desplazamiento de la población local, lo cual provoca tres formas interrelacionadas de desplazamiento: residencial, comercial y simbólico. Estas provocan tensiones diarias que complican la vida cotidiana entre la población del barrio:
Desplazamiento residencial: el crecimiento del turismo afecta al mercado inmobiliario ante la demanda de espacios para el consumo turístico que intensifican el uso del suelo, lo que conlleva un aumento de los precios inmobiliarios
El desplazamiento comercial se deriva en gran parte de la conversión de viviendas en alojamientos turísticos. En este caso se deben tener en cuenta infraestructuras tradicionales como hoteles y también la expansión de tiendas y de los apartamentos turísticos.
El desplazamiento simbólico se deriva de la pérdida de espacios cotidianos que se apropió la industria del ocio.
Una vez atendida la conceptualización y con el propósito de identificar los textos científicos relacionados con el objeto de estudio, se realizó una primera búsqueda en bases de datos de acceso abierto y cerrado, en idiomas español e inglés a partir de dos criterios: que en su título y en sus palabras clave incluyeran el término gentrificación.
Se consultó la base de datos Google Scholar, considerada la opción más viable por el tipo, la cantidad y la accesibilidad del contenido; se aplicó un filtro temporal de 2008 a 2022 que arrojó un total de 73 artículos en Open Access sobre el tema de gentrificación en general. Cabe mencionar que la temporalidad de la producción científica muestra un comportamiento irregular y una marcada tendencia a la baja, como se observa en la figura 1.
Asimismo, bajo los mismos criterios, se realizó una consulta en acceso cerrado, revisando la base de Elsevier, además de ampliar retrospectivamente cuatro años (de 2014 a 2022) el periodo de búsqueda, porque las publicaciones en acceso abierto no eran tan actuales. De esta nueva revisión se derivaron 25 artículos: 14 en español y 11 en inglés, como se muestra en las figuras 2 y 3, respectivamente.
También se realizó una tercera búsqueda de artículos científicos en Google Scholar y en Elsevier, pero con las palabras clave «gentrificación», «gentrificación por turismo», «gentrificación rural», «ambiente» y sus términos equivalentes en inglés: «gentrification», «tourism gentrification», «rural gentrification» y «enviroment». Esta nueva revisión arrojó investigaciones que contenían los términos gentrificación y turismo como objeto de estudio; de esta búsqueda, se identificaron en total 35 estudios de distintos países reportados en 25 artículos científicos de habla hispana y 10 de habla inglesa. Estos corresponden a la producción tanto en acceso abierto como cerrado. En la figura 4 se observa su procedencia.
Como se puede observar, España y México destacan como los principales generadores de publicaciones; le siguen China, Chile y Reino Unido, ambos con el mismo porcentaje, mientras que Argentina se coloca en tercer lugar. La menor producción corresponde a Canadá, Portugal, Italia y Bélgica.
Respecto a las revistas y al repositorio consultados, son predominantes las publicaciones enlistadas en la tabla 1.
TABLA 1. Fuentes consultadas por país
Revista | País | Número |
---|---|---|
Repositorio de la Universidad de Lisboa | Lisboa | 1 |
Revista EURE. Revista Latinoamericana de Estudios Urbanos Regionales | Chile | 1 |
Región Metropolitana de Barcelona: Territori, estratègies, planejament, RACO | España | 2 |
Revista Invi (Revista del Instituto de la Vivienda) | Chile | 2 |
Estudios Demográficos y Urbanos | México | 2 |
Rotur. Revista de Ocio y Turismo | España | 2 |
REIS. Revista Española de Investigaciones Sociológicas | España | 1 |
Territorios | Colombia | 1 |
Alba Sud | España | 1 |
Servicio de Publicaciones y Difusión Científica de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC) | España | 1 |
Revista Bibliográfica de Geografía y Ciencias Sociales, Universitat de Barcelona | España | 1 |
Journal of Rural Studies | UK | 4 |
Geoforum | UK | 4 |
Cities | UK | 2 |
International Encyclopedia of Human Geography | UK | 1 |
Tendencias Sociales. Revista de Sociología | España | 1 |
Encrucijadas. Revista Crítica de Ciencias Sociales | España | 1 |
INNOVA Research Journal | USA | 1 |
Lurralde: Investigación y Espacio | España | 1 |
Ayana. Revista de Investigación en Turismo | Argentina | 1 |
Población y Sociedad. Revista de Estudios Sociales | Argentina | 1 |
Hospitalidad ESDAY | México | 1 |
Revista Latinoamericana de Estudios Rurales | Argentina | 1 |
Iztapalapa. Revista de Ciencias Sociales y Humanidades | México | 1 |
Total | 35 |
Resultados
A partir del análisis, el principal hallazgo fue la identificación en la literatura de las siguientes cuatro líneas temáticas por revista y país de origen, relacionadas con la gentrificación por turismo: 1) socioespacialidad e impactos socioespaciales y socioculturales por turismo, 2) capitalismo y desplazamiento, 3) gentrificación en la ruralidad, y 4) gentrificación y gobiernos. Estas líneas son observables en la tabla 2.
TABLA 2. Líneas temáticas sobre gentrificación por turismo
FUENTE/ REVISTA | PAÍS | Turismo, y capitalismo | Socioespacialidad e impactos socioespaciales y socioculturales de la gentrificación por turismo | Gentrificación en la ruralidad | Gentrificación y gobiernos | N.° |
---|---|---|---|---|---|---|
Repositorio de la Universidad de Lisboa | Lisboa | 1 | 0 | 0 | 0 | 1 |
Revista EURE. Revista Latinoamericana de Estudios Urbanos Regionales | Chile | 0 | 1 | 0 | 0 | 1 |
Región Metropolitana de Barcelona: Territori, estratègies, planejament, RACO | España | 2 | 2 | 0 | 0 | 2 |
Revista Invi (Revista del Instituto de la Vivienda) | Chile | 1 | 1 | 0 | 1 | 2 |
Estudios Demográficos y Urbanos | México | 1 | 1 | 0 | 0 | 1 |
Rotur. Revista de Ocio y Turismo | España | 1 | 1 | 0 | 0 | 1 |
REIS. Revista Española de Investigaciones Sociológicas | España | 1 | 0 | 0 | 0 | 1 |
Territorios | Colombia | 0 | 0 | 1 | 0 | 1 |
Alba Sud | España | 1 | 0 | 0 | 0 | 1 |
Servicio de Publicaciones y Difusión Científica de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC) | España | 0 | 1 | 0 | 0 | 1 |
Revista Bibliográfica de Geografía y Ciencias Sociales, Universitat de Barcelona | España | 0 | 0 | 1 | 0 | 1 |
Journal of Rural Studies | UK | 1 | 0 | 3 | 0 | 4 |
Geoforum | UK | 0 | 3 | 0 | 1 | 4 |
Cities | UK | 0 | 1 | 0 | 0 | 2 |
International Encyclopedia of Human Geography | UK | 0 | 0 | 1 | 0 | 1 |
Tendencias Sociales. Revista de Sociología | España | 0 | 1 | 0 | 0 | 1 |
Encrucijadas. Revista Crítica de Ciencias Sociales | España | 0 | 1 | 0 | 0 | 1 |
INNOVA Research Journal | USA | 0 | 1 | 0 | 0 | 1 |
Lurralde: Investigación y Espacio | España | 0 | 1 | 0 | 0 | 1 |
Ayana. Revista de Investigación en Turismo | Argentina | 0 | 0 | 0 | 1 | 1 |
Población y Sociedad. Revista de Estudios Sociales | Argentina | 0 | 0 | 1 | 0 | 1 |
Hospitalidad ESDAY | México | 0 | 1 | 0 | 0 | 1 |
Revista Latinoamericana de Estudios Rurales | Argentina | 0 | 0 | 1 | 0 | 1 |
Iztapalapa. Revista de Ciencias Sociales y Humanidades | México | 0 | 1 | 0 | 0 | 1 |
9 | 17 | 8 | 3 | 32 |
Como es observable, existe un claro énfasis sobre la línea temática de socioespacialidad e impactos socioespaciales y socioculturales por turismo (17 publicaciones); seguida de capitalismo y desplazamiento (9); en tercer lugar, figuran los trabajos (8) sobre gentrificación en la ruralidad; finalmente las investigaciones de la línea sobre gentrificación y gobiernos (3).
Partiendo de estos hallazgos, las líneas pueden ser descritas a partir de los trabajos y autores anteriormente consultados:
a) Socioespacialidad e impactos socioespaciales y socioculturales de la gentrificación por turismo
Como resultado del desarrollo residencial y turístico, la gentrificación alcanza de lleno al destino. El auge de las redes sociales atrae a un público distinto a la población local y crea nuevas formas de producción, tanto de bienes como de servicios, incentivando el crecimiento del turismo, el cual representa una fuente de oportunidades e ingresos que contribuye a la transformación urbana; pero es, a la vez, una conversión que puede despojar a una comunidad de su patrimonio tangible e intangible y de su calidad de vida; también de la singularidad, alma y autenticidad que la definen (Crespi-Vallbona y Mascarilla-Miró, 2018).
Asimismo, los autores arriba citados sostienen que en las fases de consolidación y posterior estancamiento de un centro urbano turístico se vuelven más necesarios planes estratégicos integradores que coadyuven a la gobernanza del turismo en el destino. La intensidad de estas fases se expresa en distintos términos: ambientales (escasez), sociales (resentimiento de la población local, incivismo de los visitantes), económicos (incremento de precio en los productos básicos y disfunción de la oferta basada exclusivamente en el turismo, desatendiéndose las necesidades de la comunidad local), culturales (cambios en los hábitos y costumbres locales para adaptarse a las necesidades de los visitantes extranjeros), insatisfacción de los visitantes (que perciben el rechazo de la comunidad local; exceso de turistas o su comportamiento negativo). Las externalidades negativas son mayores que las positivas.
La animadversión que suscita el turista se manifiesta en paralelo con procesos de gentrificación, materializados en la llegada de gente con mayor capital económico y cultural que desplaza a la población tradicional (las clases populares más desfavorecidas económicamente, más vulnerables), hasta el punto de excluirla definitivamente del territorio (Desmond, 2012; González, 2011; Hiernaux, 2006; Janoschka y Sequera, 2016; Lees, 2008). Estos procesos se dan principalmente en el ámbito simbólico y de mercados inmobiliarios, impulsados por la administración local (Janoschka et al., 2014) y despiertan respuestas de resistencia a la gentrificación (Casgrain y Janoschka 2013; Crespi-Vallbona y Mascarilla-Miró, 2018).
Ortín y Urquiaga (2018) subrayan que la gentrificación se desarrolla mediante una secuencia de movimientos de grupos sociales e inversiones en un territorio donde encontraron condiciones de posibilidad, cuyas principales características son la migración suburbana de las élites sociales y económicas durante el apogeo de la era industrial, y el consecuente abandono de los centros urbanos que los procesos de reestructuración económica ligados al cambio en el modo de desarrollo capitalista han dado lugar al ascenso de un nuevo grupo sociodemográfico en las ciudades directoras del proceso: hogares de pequeño tamaño caracterizados por nuevas formas de convivencia.
Otra característica es el surgimiento de representantes de las nuevas clases medias compuestas por jóvenes ocupados en actividades creativas, financieras o corporativas vinculadas a la economía global; otras actividades ligadas a una alta cualificación y cuyo estilo de vida demanda contextos diferentes a los suburbios de la vieja clase media. Finalmente, un giro emprendedor en el gobierno urbano que ha propiciado intervenciones públicas que favorecen los procesos de reapropiación de los centros urbanos, mediante su rol facilitador de la inversión privada, entre las cuales destaca la mercantilización de la vivienda.
Por tanto, los clásicos procesos de gentrificación se producen en un escenario definido por una combinación específica de desarrollo urbano, posición en la jerarquía del sistema económico mundial y modelo de regulación que encuentra su ejemplo paradigmático en ciudades globales mexicanas como Monterrey, Guadalajara o Querétaro (Ortín y Urquiaga, 2018).
Según las aportaciones de Cáceres (2019), Mendes (2021) y Parralejo y Díaz (2021), el alojamiento turístico puede tener efectos positivos en la regeneración de los núcleos urbanos, en la recalificación del patrimonio, en la diversificación social, en el complemento de la renta de los residentes, en la creación de empleo y en la recuperación económica, pero su excesiva oferta reduce las oportunidades de alquiler a quien desea vivir en la ciudad; ello ha generado alarma social en torno a la saturación de visitantes, con especial atención al crecimiento de espacios habitacionales para arrendamiento turístico temporal y las plataformas tipo Airbnb.
En este sentido, es importante recalcar el reciente interés por los destinos naturales «abiertos», que se han saturado a partir de la pandemia por covid-19, toda vez que, para evitar grandes multitudes, varios países cerraron las puertas a viajes internacionales, por lo cual el turismo doméstico en «espacios abiertos» fue la opción más viable para evitar contagios a turistas y entre ellos; derivado de ello, diversos destinos rurales registraron un considerable incremento de visitas, pero de la misma manera vieron crecer sus problemas ambientales. Lo mismo está sucediendo con los «nativos digitales» que tras la pandemia siguen trabajando de manera virtual en sitios distintos a sus lugares de origen.
Por su parte Marín et al. (2019) siguen la línea de la gentrificación entendida desde un mercado o desde una sociedad que la consume; en tanto, Cruz y Velásquez (2019) y Mansilla y Milano (2019) abordan las diversas transformaciones y conflictos socioculturales en el pericentro de las comunidades estudiadas, que están asociadas con un activo desarrollo inmobiliario y sus nuevas tipologías residenciales, observando la multidimensionalidad del espacio social, además de poner énfasis en las luchas simbólicas.
b) Capitalismo y desplazamiento
Cocola-Gant (2020) declara que, en la literatura, la gentrificación turística normalmente tiene lugar bajo dos escenarios: en el primero, las economías capitalistas avanzadas, el turismo y la gentrificación clásica coexisten y se alimentan mutuamente; el turismo tiene lugar en las áreas gentrificadas en desarrollo, sobre todo porque la gentrificación proporciona un ambiente atractivo para el consumo turístico. En tal sentido, los espacios de consumo tienen la capacidad de aumentar el valor del suelo, lo que explica por qué los propietarios inmobiliarios están especialmente interesados en promover el aumento de dicha actividad. Por tanto, la atracción de visitantes acelera la presión gentrificadora, puesto que la intensificación del uso del suelo aumenta el valor de las propiedades inmobiliarias, tanto comerciales como residenciales.
El segundo escenario se gesta en países periféricos; la gentrificación turística resulta particularmente importante en aquellos que dependen del turismo como factor de crecimiento económico, pues, de acuerdo con Cocola-Gant (2020), la llegada de consumidores del norte global al Mediterráneo, América Latina o la región Pacífico-asiática complementa una escasa demanda local y abre la posibilidad a nuevas inversiones inmobiliarias. Esto conlleva un proceso de urbanización turística que, aparte de grandes complejos de ocio y segundas residencias en áreas costeras, incluye la rehabilitación de zonas históricas. La gentrificación por turismo en economías periféricas está directamente relacionada con el desarrollo desigual del capitalismo.
Respecto a turistas como consumidores de espacios, hay que mencionar la relación entre turismo y migraciones transnacionales norte-sur en busca de mejor calidad de vida, lo que en inglés se conoce como lifestyle migration (Benson y O’Reilly, 2009). La migración por estilo de vida, distinta a la que tiene lugar por motivos laborales, se considera una forma híbrida de movilidad entre migración y turismo permanente o residencial (Janoschka et al., 2014). Debido a que los migrantes por estilo de vida tienen un capital económico más alto que los habitantes locales, son altamente deseados por el Estado y el sector privado para estimular economías periféricas. En este sentido, existen procesos de gentrificación impulsados por la llegada de migrantes europeos o norteamericanos a destinos como el Caribe o el Mediterráneo, incluyendo zonas urbanas, rurales y costeras (Blázquez-Salom, 2013; Hayes, 2018; Janoschka et al., 2014; Van Noorloos y Steel, 2016). Bajo la perspectiva de Sigler y Wachsmuth (2016) y de Cocola-Gant (2020), lo importante es que la demanda de estos «gentrificadores transnacionales» crea posibilidades de inversión en el mercado inmobiliario en lugares donde tales oportunidades no habrían existido con la mera demanda local.
La relación entre gentrificación y turismo descansa primordialmente en el nuevo papel otorgado a las ciudades bajo el capitalismo neoliberal. De ser consideradas el espacio por excelencia para la reproducción social, han pasado a convertirse en elementos claves en los procesos de acumulación y circulación del capital. El turismo y la gentrificación, de este modo, aparecen como dos caras de una misma moneda en que este atrae a más gente, lo que genera en muchas ocasiones procesos socioespaciales como la gentrificación, por lo cual ambos fenómenos no pueden considerarse por separado (Mansilla y Milano, 2019).
Es necesario tomar en cuenta, además, que un proceso gentrificador debe ser atractivo (rentable) para el capital, cuestión que se asegura mediante el cambio en los usos del suelo. Es imprescindible no confundir esta reinversión de capital con una regeneración o renovación del espacio. Los procesos gentrificadores no contribuyen «a solucionar problemas de pobreza, sino a cambiar la pobreza de lugar» o, en otras palabras, la gentrificación es intrínseca a la obtención de plusvalías mediante el debilitamiento o destrucción de formas de vida representadas como tradicionales o menos desarrolladas (González-Fuente y Salas, 2019).
c) Gentrificación en la ruralidad
Cruz y Velásquez (2019) aluden, en el contexto del fenómeno gentrificador, a un tercer territorio, el cual se materializa en un cuadro de vida urbano en lo rural, marcado por residencias, equipamientos y servicios urbanos que allí se establecen. Este fenómeno es una explosión en términos del hábitat, en detrimento ambiental y poblacional con serias implicaciones para el ordenamiento territorial rururbano.
Por su parte, Lorenzen (2021) sostiene que el desplazamiento residencial directo no es un impacto predominante de la gentrificación rural. Presenta seis argumentos principales para respaldar esta posición:
La emigración en entornos rurales es con frecuencia resultado de una reestructuración rural más amplia que precede a la gentrificación; por tanto, la llegada de los gentrificadores a menudo resulta en un reemplazo, no en un desplazamiento de trabajadores.
La creación de nuevas oportunidades económicas y de empleo vinculadas a la gentrificación puede ayudar a disuadir la emigración rural.
Los residentes de mucho tiempo pueden beneficiarse de la gentrificación vendiendo parte de su propiedad.
La propiedad de la vivienda, a diferencia del alquiler, está muy extendida en las zonas rurales, lo que limita las presiones de desplazamiento residencial.
La gentrificación de nueva construcción no afecta directamente a las viviendas de los residentes de tiempo atrás; es más predominante en el campo que en los espacios urbanos.
Los gentrificadores rurales a menudo prefieren vivir en casas separadas de los pueblos cercanos para disfrutar de las comodidades rurales.
Sin embargo, la gentrificación rural está estrechamente relacionada con otras formas de desplazamiento; entre ellas, el desplazamiento excluyente, el desplazamiento sociocultural, el desplazamiento comercial (especialmente de agricultores) y el desplazamiento de otras especies animales y vegetales. En este sentido, la investigación sobre la gentrificación rural ofrece una visión más matizada y compleja del vínculo entre gentrificación y desplazamiento; esto tiene implicaciones para la definición misma de gentrificación (Lorenzen, 2021).
El desplazamiento excluyente es un término acuñado por Marcuse (1985) y se refiere a la situación que impide a la población originaria vivir en un barrio gentrificado donde habrían buscado vivienda. Sin embargo, Davidson (2008) y Davidson y Lees (2010) sostienen que este tipo de desplazamiento en los barrios gentrificados analizados por ellos sí provoca desplazamiento residencial, especialmente en el caso de los hijos de los residentes originarios, muchos de los cuales tienen dificultades para pagar una vivienda en los barrios de sus padres después de independizarse, lo que origina al fenómeno referido como «desplazamiento generacional».
De la misma manera, Davidson (2008), Davidson y Lees (2005 y 2010) y Marcuse (1985) mencionan que el desplazamiento sociocultural se refiere a la pérdida del sentido de lugar, a causa de los cambios en un barrio provocados por gentrificación; dentro de este fenómeno se incluye el concepto de «presión de desplazamiento», que se refiere a zonas «cada vez menos habitables» para los residentes originarios. Varios de ellos, especialmente las personas mayores, experimentarían una sensación de duelo a causa de los cambios en la composición social y demográfica, los establecimientos comerciales, los servicios y las comodidades del área. Esto puede incluso influir en algunos de ellos para abandonar sus vecindarios.
Los mismos autores consideran que, aun cuando la gentrificación puede no causar un desplazamiento residencial inmediato, sí puede provocar un desplazamiento residencial a largo plazo en vecindarios adyacentes «en ascenso», así como un desplazamiento comercial. Este desplazamiento residencial a más largo plazo ocurriría en lugares que rodean proyectos de vivienda aburguesados (ya sean de nueva construcción o no), a medida que crece el atractivo del área general y el aumento de las rentas y los precios desencadenan procesos posteriores de aburguesamiento (Lorenzen, 2021).
d) Gentrificación y gobiernos
Una visión relevante a partir de la administración del espacio la ofrece Chen y Zhanng (2021), quienes abordan el término gentrificación como «reestructuración de clase del espacio urbano dirigida por el Estado», tal cual lo mencionan Lees et al. (2015) está ocurriendo a gran escala en las ciudades chinas a partir de 2010 y se ha mantenido hasta la segunda década del siglo XXI.
La gentrificación de las ciudades chinas tiende a centrarse en el Estado, lo que afirma su dominio en el declive de los barrios y la acumulación de capital (Wu, 2016; Yang y Chang, 2016). El Estado, que había sido ignorado en estudios anteriores sobre la gentrificación en el oeste y norte global, se ha convertido en un agente clave en la generalización y normalización de la gentrificación (Lees, 2015).
Una perspectiva importante aportada por China a la investigación de la gentrificación son las diferentes caras del Estado en este proceso y las luchas resultantes. La gentrificación, predominantemente mediante la renovación urbana de nueva construcción a gran escala, pero también de la preservación histórica, es un proceso importante, pero no el único, que reconfigura los paisajes de las ciudades chinas (Ren, 2015).
El gobierno es parte y juega un papel clave en la acumulación urbana centrada en la tierra, una estrategia común seguida por los gobiernos locales. Dominante en la planificación y respaldado por un sistema legal que desprotege los derechos de los ciudadanos durante el desplazamiento y el despojo (Shin, 2013).
La gentrificación permite a los propietarios de terrenos en las ciudades y empresas vinculadas al negocio de desarrollo de terrenos extraer ingresos de los mercados de terrenos e inmobiliarios, liberando terrenos en ubicaciones centrales para proyectos adaptados a los gustos de los grupos sociales más ricos; al mismo tiempo, crea una demanda de vivienda por parte de los residentes desplazados (Jiang et al., 2018). Dentro de una estructura fiscal que centraliza los ingresos y descentraliza las responsabilidades (Lin, 2014), los ingresos generados por la tierra permiten a los gobiernos locales con problemas de liquidez apoyar la acumulación industrial y los gastos sociales (Wang et al., 2022).
La gentrificación atestigua así las «variedades del emprendedurismo urbano» (Phelps y Miao, 2019), que encarnan simultáneamente lógicas especulativas, extractivas y desarrollistas. Sin embargo, la búsqueda de crecimiento económico y desarrollo territorial por parte de los gobiernos locales no siempre está perfectamente alineada con los intereses del gobierno central, sobre todo debido a los conflictos y a la violencia que implica el despojo de la propiedad (El, 2019). La literatura ha develado cómo los ciudadanos afectados por varios proyectos de desarrollo de tierras elaboran estrategias sobre las tensiones entre los gobiernos locales más «depredadores» y un gobierno central más «benigno» para expresar sus quejas y hacer reclamos (Chen y Zhanng, 2021).
En tanto, Benach y Albet (2018) analizan conceptualmente la gentrificación a partir de los trabajos de Glass en 1964 a lo largo de más de cinco décadas, ampliando su significado y aplicación desde la connotación positiva que tuvo en los años 70 como «reinversión», «revitalización», «renovación» o «renacimiento», conceptos que señalaban el lado positivo de este fenómeno; en los años 80 le dieron un significado parcialmente crítico, pues los agentes gentrificadores, principalmente el gobierno, evitaban un término que señalara su lado oscuro, que era señalado como «renovación».
Hackworth y Smith (2001) lo definen secuencialmente mediante un modelo de tres fases u olas: la primera se produjo a finales de la década de 1960 y principios de 1970; se trató de casos esporádicos que afectaban a pequeños barrios en algunas de las mayores ciudades europeas y norteamericanas, tratándose habitualmente de cambios inducidos por el Estado; durante la segunda, a finales de la década de 1970, el proceso se esparció por barrios céntricos que hasta aquel momento no habían recibido inversiones públicas. Alcanzó también a ciudades medias y el rol del sector privado ya era mucho mayor. Posteriormente, desde mediados de la década de 1980, se produjeron intensas luchas políticas contra la expulsión de los antiguos residentes empobrecidos. Finalmente, al término de los años 80, la recesión provocó la caída de flujos de capitales hacia los barrios en proceso de gentrificación.
Este modelo de tres fases explica muy bien lo sucedido en las ciudades norteamericanas y británicas durante esos periodos. No obstante, desde mediados de la década de 1990 y hasta la crisis global de 2007-2008, la gentrificación experimentó un crecimiento sostenido, favorecido por bajas tasas de interés que hicieron posible que se extendiera hasta alcanzar también el mundo no industrializado. Así se renovaron barrios enteros, a menudo con la ayuda del Estado (Benach y Albet 2018).
Discusión y conclusiones
Esta aproximación a la literatura permitió observar que la academia aborda procesos de gentrificación impulsados por el crecimiento y la reactivación de las ciudades o bien por la actividad turística, identificando el arribo de turistas europeos o norteamericanos a destinos con economías periféricas; estos sujetos «crean» posibilidades de inversión en el mercado inmobiliario donde tales oportunidades no habrían existido solamente con la demanda local.
Pese a ello, es necesario reflexionar respecto a ¿qué tan viables son dichas «oportunidades»?, ¿la comunidad realmente las requería o deseaba?, ¿por qué de manera externa las comunidades rurales son presionadas para «crecer», cuando el crecimiento tiene un significado diferente al desarrollo?
Dichas interrogantes llevan a repensar el significativo adoctrinamiento alrededor del sistema capitalista: crecer para explotar, obtener beneficios, agotar recursos e ir en busca de recursos nuevos, lo que implica un proceso extractivo que termina por extinguir los recursos naturales, culturales y sociales de las comunidades en los que paradójicamente se basan estos procesos, en particular los turísticos que los consideran el aliciente para desplazarse.
Respecto a la gentrificación rural a causa del turismo, una línea cada vez de mayor interés entre la comunidad científica, se identificó que implica de manera holística al ambiente, puesto que las tradiciones sucumben a ser un producto de la «cristalización de la cultura», la cual ya no puede permitirse evolucionar como lo hace en su forma natural, si no que se muestra como inmanente, a fin de mostrarse como un producto disponible para su compra.
Asimismo, los lugares de consumo se vuelcan hacia las necesidades y gustos de «la nueva comunidad» que demanda comodidades que la población local no tenía; de esta forma, ahora atienden diferentes estilos de vida como el pet friendly, el fit y alternativas alimenticias como el vegetarianismo o el veganismo, que exigen espacios que acepten mascotas y ofrezcan productos alimenticios ajenos a la comunidad. El desplazamiento es voraz y paulatinamente va consumiendo a la comunidad en cuestión, hasta transformarla en una totalmente diferente.
La gentrificación ha sido capitalizada por los gobiernos de esos pequeños destinos, como una oportunidad para generar ingresos adicionales por conceptos tributarios, o bien para la venta y renta de terrenos, proceso alentado por la creciente demanda. De esta forma, la autoridad se ha convertido en uno de los más grandes agentes gentrificadores que detona, mantiene y acrecienta este fenómeno en diversos espacios donde la gentrificación por turismo se desarrolla.
Finalmente, es posible afirmar que dicho fenómeno es un proceso que, lejos de ampliar las posibilidades de los destinos, empobrece a su población al desplazarla, limitarla y excluir de los beneficios de las inversiones que solo privilegian a los capitales más poderosos.
En todos los casos, pero en particular para los territorios rurales, donde empieza a cobrar mayor fuerza, es importante procurar el control de este proceso; es responsabilidad de los gobiernos, la academia y las instituciones investigar, proponer e implementar acciones que permitan un desarrollo igualitario, pero sobre todo la conservación del ambiente y del bienestar de la comunidad local.
Con base en la revisión a la literatura especializada, es posible concluir varios puntos. A partir de las cuatro líneas de investigación identificadas, es observable que el fenómeno de la gentrificación es un tema polémico cuando se le relaciona directamente con el capitalismo como la forma de producción imperante, pues evidencia las diferencias y conexiones entre las líneas abordadas en este documento, cuyo punto común que enlaza a las cuatro es el turismo y sus impactos, pero con la diferencia del papel de los gobiernos como agentes gentrificadores o protectores de las zonas gentrificadas.
La socioespacialidad y los impactos que trae consigo este proceso son ampliamente discutidos a partir de cuatro ejes: espacial, cultural, social y económico; el mayor énfasis prevalece en estudios vinculados a la espacialidad, que abordan primordialmente la gentrificación urbana, aunque, a partir de la década de 2010, las investigaciones se han extendido a la ruralidad, como se explica en el siguiente punto.
La gentrificación en la ruralidad por turismo es una veta recientemente explorada por la academia, particularmente en el contexto de la pandemia por covid-19, luego que los turistas se han refugiado en «espacios abiertos» alejados de las ciudades para evitar lugares concurridos. Esta preferencia aumentó las visitas a pequeños destinos asentados en la ruralidad, situación que los ha rebasado. Esto ocasiona problemáticas ambientales como los diferentes tipos de desplazamiento ya abordados: contaminación, agotamiento de recursos (principalmente escasez de agua), cambios de uso de suelo, entre otros.
En varios casos, dicha gentrificación del medio rural se vincula de manera directa con la turistificación; es decir, la gentrificación es ocasionada por el turismo, que irónicamente agota los recursos tanto naturales como culturales de las comunidades, que en un principio fueron la motivación para visitarlas. Como plantea Lorenzen (2021), este tipo de gentrificación se relaciona con otras formas de desplazamiento, como el excluyente, el sociocultural, el comercial, así como el de especies animales y vegetales, y es un fenómeno que atiende no solo al espacio, sino que implica a todo el ambiente del lugar.
El desplazamiento excluyente, enfocándose en los hijos de los residentes originarios, es denominado «desplazamiento generacional»; en el mejor de los casos se manifiesta cuando los hijos de los residentes locales se van a probar suerte a ciudades dentro o fuera del país, dejando a sus familias y propiedades, pero aprovechándolas como espacios destinados a hospedaje turístico o rentas para negocios, que en la mayoría de casos también se dedican a este rubro; o bien se tornan segundas residencias a donde ellos arriban en vacaciones o en fechas especiales. Sin embargo, en casos no tan afortunados, terminan por abandonar y vender las tierras de sus familias, que de igual manera terminan destinadas para actividades turísticas.
Finalmente, cuando se alude al desplazamiento sociocultural en destinos turísticos donde tiene lugar la gentrificación, los argumentos se vuelven más contundentes; en las comunidades se hace extensivo un sentimiento de añoranza de lo que un día fue su comunidad, pero que ahora está sufriendo modificaciones a causa de los procesos socioespaciales provocados por el turismo. De espacios tranquilos y vacíos se transforman en lugares abarrotados y ruidosos; los sitios tradicionales cambian al gusto y necesidad de la demanda turística, lo cual incentiva en mayor medida el abandono y la venta de las tierras por parte de los residentes locales, en detrimento del ambiente.