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Apuntes

Print version ISSN 0252-1865On-line version ISSN 2223-1757

Apuntes vol.51 no.96 Lima Jan./Apr. 2024  Epub Jan 31, 2024

http://dx.doi.org/10.21678/apuntes.96.1858 

Artículos

Clases medias, mestizos y migrantes: estrategias de elección de residencia en asociados de clubes departamentales durante las décadas de 1970-1980 en Lima

Middle classes, mestizos and migrants: Residential strategies in departmental club’s associates during the 1970-1980 decades in Lima

Danilo Gago Hidalgo1  2 

1 Universidad de Oxford. Oxford, Reino Unido. danilo.gagohidalgo@bsg.ox.ac.uk

2 Pontificia Universidad Católica del Perú. Lima, Perú. dagagoh@pucp.edu.pe

RESUMEN

Este artículo explora dos grandes asuntos en Lima: la diferenciación social y los vecindarios de clases medias. En un contexto de imprevisibilidad urbana, aborda las estrategias de elección de residencia realizadas por ancashinos, puneños y huancaínos durante las décadas de 1970 y 1980 en Lima. Haciendo una revisión de los criterios de elección de residencia, como las condiciones materiales del vecindario, la ubicación en el entramado urbano y las características de las familias residentes, se identificó que la «clase social», el «grupo étnico» y la «procedencia social» fueron categorías fundamentales para inclinar la balanza de uno u otro lado al elegir vecindario. Las estrategias de elección de residencia permitieron ahondar en la homogeneidad del área central de la ciudad, así como explorar las diferencias en el interior de las clases medias.

Palabras clave: Clase social; diferenciación social; clases medias; estrategias de residencia; clubes departamentales; etnicidad

ABSTRACT

This article explores two significant issues in Lima: social differentiation and middle-class neighbourhoods. In a context of urban unpredictability, it addresses the residential strategies carried out by ancashinos, puneños and huancaínos during Lima's 1970 and 1980 decades. Reviewing the residential criteria, such as the material neighbourhood conditions, the urban location and the resident families' features, it was identified that social class, ethnic group and social origin were fundamental categories when choosing neighbourhoods. The residential strategies allow to delve into the homogeneity of the city's central area and explore the social differences within the middle classes.

Keywords: social class; social status; social differentiation; middle classes; residential strategies; departmental clubs; ethnicity

1. Introducción: Lima y las clases medias

Desde la segunda mitad del siglo XX, la histórica polarización estructural de la sociedad peruana se extrapoló a la ciudad de Lima en una escala nunca vista. La «ciudad polarizada»1 (Bahr & Borsdorf, 2005) se ha caracterizado por la presencia de un área central-formal ocupada predominantemente por antiguas familias limeñas de distintos sectores sociales y familias migrantes de élites y clases medias regionales, así como por la expansión de áreas informales situadas en las periferias de la ciudad, habitadas por familias migrantes de múltiples regiones y de escasos recursos (Matos Mar, 1998; Vega Centeno, 2009; Pereyra, 2016). La ciudad polarizada abrió paso al patrón centro-periferia, que incluía a los grupos de mejor posición en el centro y a aquellos de peor posición en las periferias (Bahr & Borsdorf, 2005).

Si Lima históricamente concentró gran parte del poder del país, en el nuevo panorama se agudizó tal patrón al reunir en el área central los mejores centros laborales y educativos, servicios financieros y comerciales, equipamiento urbano e infraestructura vial, la fuerza de trabajo calificada y las mejores oportunidades de vida (Matos Mar, 1998; Vega Centeno, 2009). En las siguientes décadas, tal configuración urbana generó el crecimiento y la concentración de vecindarios de clases medias en el área central de la ciudad, reflejados en el aumento del precio del suelo (Bensús, 2018), en la mayor presencia de familias de ocupaciones de clases medias (Fernández de Córdova, 2012) y en nuevos patrones de segregación que excluirían a las clases inferiores (Fernández de Córdova, 2012; Bensús, 2018). A pesar de los nuevos modelos de ciudad acordes a los tiempos globales2, aún el patrón centro-periferia seguiría teniendo alta repercusión en la estructuración de la ciudad.

Las clases medias han adquirido cierto protagonismo en Lima cuando se han desarrollado momentos de modernización o crecimiento económico (Nugent, 2003; Toche, 2010). En Lima suelen distinguirse tres grandes grupos de clases medias: la primera generación (las antiguas clases medias), la segunda generación (las clases medias consolidadas) y la tercera generación (las nuevas clases medias) (Portocarrero, 1998; Toche, 2010). Estos grupos habrían surgido en tiempos y contextos estructurales distintos3; tendrían diferencias de estatus ocupacional, grupo étnico y procedencia social; y habitarían distintos espacios de la ciudad.

Tabla 1. Características de las tres generaciones de clases medias en Lima 

Clases medias Surgimiento Ocupación inicial Etnia Procedencia social
Primera generación Inicios del siglo XX Empleados públicos y privados Blancos y criollos Limeños
Segunda generación Mediados del siglo XX Empleados públicos y del sector servicios Mestizos Primeros migrantes
Tercera generación Finales del siglo XX Pequeños empresarios y empleados Mestizos, cholos e indígenas Migrantes

Fuentes: Portocarrero (1998); Toche (2010). Elaboración propia.

La primera generación surgió a inicios del siglo XX como consecuencia de las primeras expansiones del empleo público y privado (Parker, 1995), y estaría compuesta por familias de descendencia extranjera (criollos) y mestizos con tonos de piel claros (Pereyra, 2016). La segunda generación es producto del mayor alcance de la educación superior pública, del crecimiento del empleo estatal y del sector servicios a mediados del siglo XX. Está mayoritariamente compuesta por mestizos de élites y clases medias regionales (Portocarrero, 1998; Toche, 2010). Por último, la tercera generación aparece en las últimas dos décadas, en un contexto de crecimiento del sector servicios, la informalidad económica y la microempresa4 (Golte & Adams, 1990; Toche, 2010), y está compuesta por mestizos de tonos oscuros de piel, cholos e indígenas (Nugent, 2003; Toche, 2010).

El presente artículo se propone complejizar la visión cristalizada de un área central homogénea en Lima, así como explorar los principales mecanismos de diferenciación en el interior de las clases medias. Para ello, se indaga en las estrategias de elección de residencia desarrolladas durante las décadas de 1970-1980 por asociados de los clubes departamentales de Áncash, Puno y Huancayo, personas también pertenecientes a la segunda generación de clases medias de Lima.

Este artículo está organizado en cinco secciones. En la segunda, se exponen enfoques teóricos sobre la elección de residencia. Después, se abordan el caso estudiado y la metodología. En cuarto lugar, se presentan los resultados de la investigación en tres partes: vecindarios, criterios simbólicos y criterios materiales. Para cerrar, se desarrolla la discusión final.

2. Aproximaciones sobre la elección de residencia

En las sociedades contemporáneas, el vecindario y el trabajo son espacios fundamentales para la construcción del estatus social (Crompton, 1994; Bourdieu, 2011). La elección de residencia es un paso decisivo en la acumulación de capitales familiares (Bourdieu, 2011), para el futuro del patrimonio económico familiar y las oportunidades de vida de sus miembros (Goyette, 2014; Lareau, 2014). Esta decisión influye en el acceso a espacios fundamentales para determinar el bienestar individual y del hogar, como la salud, la educación y la seguridad (El Komi & Jargowski, 2011).

De este lado del mundo, los estudios de elección de residencia se han hecho principalmente en los Estados Unidos de América, y en estos se distinguen tres enfoques teóricos: el enfoque economicista, el enfoque centrado en las lógicas culturales y el enfoque de redes sociales (Álvarez-Rivadulla, 2007; Newburger et al., 2011; Lareau, 2014). El enfoque economicista ha dominado la producción académica sobre la elección de residencia, considerando que las decisiones de agentes racionales intentan equilibrar el valor de la propiedad y el acceso a espacios urbanos, que permitan el desarrollo profesional y familiar (Phe & Wakely, 2000). Particularmente, resaltan la conexión entre la elección de residencia y la elección de colegio, sugiriendo que esta es una de las claves del éxito en la reproducción de la posición de clase (Lareau, 2014).

Desde los enfoques centrados en las lógicas culturales, se proponen estudios que abren una perspectiva hacia las diferencias étnicas, de ciclo de vida (edad, estado civil y presencia de niños) y las intervenciones de políticas de vivienda (Goyette, 2014). Entre los argumentos más disonantes al enfoque economicista, en algunos estudios se demuestra que residentes prefieren quedarse en vecindarios a los que están acostumbrados, cerca de familiares o en los que han vivido algún tiempo, antes que apostar por nuevos vecindarios con mejores proyecciones económicas (Speare, 1974; Sampson, 2012).

El enfoque de redes ha primado en los estudios de segregación residencial (McPherson, Smith-Lovin, & Cook, 2001), y estos han explorado recientemente el terreno de las elecciones de residencia, desde los gustos culturales, hábitos y preferencias de estatus (Lareau, 2014). Un estudio que tiende puentes entre la perspectiva cultural y la presente sostiene que las redes pueden estar arraigadas en áreas geográficas con diferentes servicios culturales y de entretenimiento, y que existe una relación por explorar entre la elección de residencia y la similitud de ideas culturales y políticas de los miembros de un vecindario (Bishop, 2008).

Un tema común entre las dos últimas perspectivas es el estudio de la elección de residencia en un contexto de creciente diversidad étnica y transformaciones residenciales (DeFina & Hannon, 2011; Ferreira, 2011). Estos estudios ponen énfasis en comprender el componente étnico de la segregación residencial más allá de los factores económicos (Adelman, 2004). Destacan aquellos estudios sobre preferencias de residencia en vecindarios étnicamente heterogéneos u homogéneos (Charles, 2005), que demuestran que los estadounidenses prefieren residir en vecindarios con familias de su mismo grupo étnico (Charles, 2005), a la par que algunos grupos desean vivir en vecindarios con mayor heterogeneidad étnica, sobre todo los latinos y afroamericanos (Adelman, 2004); y que pocos afroamericanos expresan preferencias por residir en vecindarios predominantemente afroamericanos (Lareau, 2014).

Otro grupo de estudios se centra en los mecanismos de integración y exclusión de grupos minoritarios (latinos, afrodescendientes, asiáticos) en vecindarios de familias blancas (DeFina & Hannon, 2011). Estos estudios señalan que la presencia de familias de distinto grupo étnico incrementa la percepción negativa sobre el valor de la propiedad (Adelman, 2004) y la calidad de las condiciones del vecindario (Ferreira, 2011), y que fuerza distintas formas de adaptación, exclusión o abandono del vecindario de los antiguos residentes (DeFina & Hannon, 2011).

Siguiendo estas perspectivas, en Latinoamérica, un estudio sobre segregación residencial encuentra que familias en Montevideo prefieren residir en condominios horizontales para asegurar la reproducción de su trayectoria de clase mediante un espacio más seguro (Álvarez-Rivadulla, 2007). Tal enclaustramiento fue una forma de evitar una ciudad impredecible en plena expansión urbana; y vino acompañado de estrategias para evadir los espacios públicos y, con ello, minimizar el relacionamiento con personas de otras clases sociales (Álvarez-Rivadulla, 2007).

3. Estudio de caso y metodología

3.1 Clases medias y segunda generación de clases medias

El crecimiento y diversificación de las clases medias es un fenómeno relativamente nuevo. Ciertos autores refieren que, en la década de 1990, la mayor apertura a la globalización y la liberalización del mercado habrían sentado bases para que hoy el Perú sea un «país de clases medias»5 (Arellano, 2010; Jaramillo & Zambrano, 2013). Se sostiene incluso la idea de un proceso de modernización capitalista basado en condiciones flexibles para la inversión, la diversificación productiva, el amplio ascenso social de sectores informales y la consolidación de patrones diferenciados de consumo (De Althaus, 2007; Arellano, 2010; Parodi, 2014). Otros autores cuestionan profundamente esta lectura, considerando el panorama de las clases medias más estrecho en volumen (Benavides, 2007) y más precario e inestable en condiciones sociales6 (Quijano, 2001; Portes, 2003; Plaza, 2008; Toche, 2010).

El presente estudio no pretende definir ni medir las clases medias, sino que se aproxima a los grupos sociales que la componen mediante una perspectiva histórico-estructural7. Por tanto, las clases medias son grupos sociales de diferentes trayectorias que acceden y tienden a monopolizar el control de ocupaciones y otros recursos altamente valorados en determinada sociedad, en búsqueda de la reproducción en estas posiciones o su ascenso social8 (Portes, 2006; Germani et al., 2010). En sentido estricto, las clases medias no son clases sociales9, sino segmentos del espacio social donde grupos se encuentran y ponen en juego el control de distintos capitales, así como las principales diferencias sociales y simbólicas.

Para aproximarse a los principales recursos que controlan las clases medias, se rescata la noción de capital de Bourdieu, a partir del volumen y composición del capital económico (posición en el mercado: ocupación e ingresos) y el capital cultural (estatus -principalmente ocupacional- y credenciales educativas) (Bourdieu, 1990a, 1991, 2011). En este planteamiento, las personas que comparten similares capitales tendrían mayores probabilidades de compartir habitus: experiencias, estilos de vida y gustos particulares que fungen como símbolos de estatus social y facilitan los procesos de integración o exclusión dentro de un grupo o clase (Bourdieu, 1990b; Lamont, 1992).

Los estudios sobre clases medias en el Perú han abordado la primera generación (Parker, 1995, 1997; Reátegui et al., 2022) y, en un creciente interés, la tercera generación de clases medias (Osorio, 2005; Espinal, 2010; Ramírez & Román, 2015; Ucelli & García Llorens, 2016; Rentería & Zárate, 2022). La importancia del estudio de la segunda generación radica en encontrarse entre clases medias -entre la primera y la tercera- y, por lo tanto, potencialmente estar más próximos a los otros grupos y quizá tener una experiencia más amplia de las diferencias en el interior de las clases medias.

3.2 Clubes departamentales e informantes

El estudio de elección de residencia en familias de la segunda generación de clases medias, a través de la perspectiva de miembros de clubes departamentales de Áncash, Puno y Huancayo, presenta las siguientes fortalezas y limitaciones. El objetivo principal de estas instituciones es el reconocimiento social entre paisanos, fomentar la conservación de la cultura regional, así como preservar el capital social familiar acumulado y desarrollarlo en Lima (Altamirano, 1984). Son fundadas por élites y clases medias regionales10, que arribaron a Lima a mediados del siglo XX (Altamirano,1984) y que, por tanto, están compuestas mayoritariamente por familias de la referida segunda generación de clases medias.

En estos clubes, sus miembros comparten la procedencia social, similares trayectorias de clase y generalmente pertenecen a un mismo grupo étnico, lo que permite distinguir ciertas regularidades en sus comportamientos. Al ser instituciones para el desarrollo de la vida social y cultural, también funcionan como espacios en los que se refuerza el estatus étnico y de procedencia social. Las regiones de referencia de los clubes departamentales escogidos están situadas en distintas zonas geográficas del Perú (norte, centro y sur), y se encuentran integrados a diferentes circuitos económicos y entornos sociales (Gonzales de Olarte, 1985).

El presente estudio de caso clasificó a los informantes en tres grupos de acuerdo con su posición dentro de las clases medias: aquellos con «mejor posición», de «posición intermedia» y de «menor posición». Esta clasificación consideró el volumen y composición de los principales capitales de las clases medias: el capital económico (ocupación propia y de los padres, ingresos propios) y el capital cultural (estatus ocupacional, nivel educativo propio y de los padres).

En la elección de informantes, en el interior de los clubes departamentales se buscó a personas cuyas trayectorias coincidieran con la trayectoria de este segmento de clases medias. Primero, que se encontraran en las tres ocupaciones tradicionalmente consideradas como ocupaciones de clase media: profesionales, empleados y pequeños empresarios11 (Toche, 2010; Pereyra, 2016). Segundo, que los asociados de los clubes departamentales tuvieran estudios universitarios o técnicos. Tercero, que no hubieran nacido en Lima. Por último, para acotar más el perfil de los informantes, se buscó que la muestra estuviera compuesta por hombres y mujeres de entre 60 y 80 años, con familias con hijos y que se hubieran mudado a Lima entre las décadas de 1950 y 1970.

El grupo con mejor posición está compuesto mayoritariamente por huancaínos, el grupo de posición intermedia es heterogéneo, mientras que el grupo de menor posición está integrado principalmente por ancashinos y puneños. La mayoría se mudaron a Lima entre las décadas de 1950 y 1970, provienen de familias de clases medias o clase media-alta regionales; vinieron como estudiantes o para consolidarse en algún campo profesional; y un buen grupo se desempeñó como profesional o empleado en alguna institución estatal.

Tabla 2 Informantes según trayectorias de clase 

Seudónimo Grupo Club Distrito Ocupación
1 Camila Venturo Grupo de mejor posición Huancayo San Borja Empresaria/educadora
2 Rita Aranda Huancayo La Molina Empresaria/educadora
3 Andrea Hidalgo Áncash Pueblo Libre Educadora
4 Julio Sarmiento Huancayo San Borja Militar
5 Mariano Tavera Huancayo La Molina Empresario/abogado
6 José Pedroza Grupo de posición intermedia Puno Jesús María Educador
7 Pedro Franco Áncash Pueblo Libre Abogado
8 Micaela Ramos Áncash Lima Cercado Educadora
9 Samanta Chirinos Puno Lima Cercado Antropóloga
10 Raúl Tamayo Puno Pueblo Libre Ingeniero agrónomo
11 Gabriel Palermo Huancayo Miraflores Abogado
12 Sofía Angulo Huancayo San Isidro Escuela social
13 Sandra Marsano Grupo de menor posición Áncash Lima Cercado Abogada
14 Tomás Torres Áncash Jesús María Odontólogo
15 Andrés Sabina Áncash La Molina Dramaturgo
16 Bonifacio Montes Puno San Miguel Economista
17 Emma Muñoz Puno San Miguel Educadora
18 Jorge Ocampo Puno Magdalena Médico retirado
19 Fátima Miranda Huancayo San Borja Secretaria ejecutiva

Fuente: recojo de información. Elaboración propia.

Las trayectorias de clase de estas familias han experimentado un movimiento ascendente, así como cambios en la composición y volumen sus principales capitales. La mayoría experimentó en diferente medida una trayectoria de movilidad social ascendente, aunque un grupo menor de familias ha experimentado desclasamiento. La tendencia es que el capital económico ha cambiado su composición: de terrenos urbanos en capitales departamentales y terrenos agrícolas (propiedad, producción o renta), a propiedades urbanas, sueldos, pensiones y rentas urbanas. Cabe resaltar que un grupo pequeño se aventuró a desarrollar instituciones empresariales (imprentas, colegios, tiendas de ropa, etc.). El capital cultural ha incrementado su volumen fundamentalmente debido a la inversión en educación formal, desde la generación de sus padres hasta la de sus hijos. Tal incremento también estaría asociado a las actividades culturales desarrolladas en sus respectivos clubes.

Las trayectorias de clase de la mayoría de los huancaínos son ligeramente superiores, pudiéndose denominar de clase media-alta, mientras que los grupos de ancashinos y puneños tienen posiciones de clases medias12. Ha sido distinto el tipo de ocupación de los progenitores: los padres de los huancaínos tenían profesiones tales como abogados, ingenieros o minifundistas. A diferencia de ellos, los asociados de los clubes Áncash y Puno son hijos -en su mayoría- de empleados públicos, educadores y también minifundistas de menor envergadura. Aunque en la generación de los informantes las distancias ocupacionales se han reducido, un buen grupo de huancaínos pudo marcar diferencias al sumar actividades empresariales a su desarrollo profesional. Por otra parte, la diferencia entre géneros es considerable: gran parte de los hombres ha estudiado carreras universitarias, mientras que un porcentaje de mujeres, carreras técnicas. Por último, en algunos casos, las trayectorias familiares y la acumulación de capital económico ahora se respaldan en pensiones, herencias y rentas.

3.3 Recojo de información

El recojo de información se realizó entre noviembre de 2016 y marzo de 2017, en las instalaciones de los clubes departamentales de Áncash, Puno y Huancayo. El contacto con las instituciones se realizó mediante cartas formales emitidas por la Facultad de Ciencias Sociales de la PUCP. Se realizaron entrevistas semiestructuradas y llenados de cuestionarios a 21 personas, de las cuales se escogieron 19 entrevistas finales para el análisis y desarrollo de la investigación. Las entrevistas duraron entre 1 hora con 30 minutos y 2 horas, y abarcaron principalmente el tema del contexto urbano, las condiciones materiales del vecindario, la ubicación y las características de los vecinos.

4. Resultados

En el presente apartado, se sostendrá que la tendencia general en las estrategias de elección de residencia fue la siguiente: los vecindarios más caros y más tradicionales son mejores culturalmente, al tener mayor homogeneidad social. Los huancaínos de mejor posición y posición intermedia realizaron estrategias más arriesgadas y con lógicas de diferenciación más pronunciadas, acercándose a los vecindarios de las antiguas clases medias y valorando la homogeneidad social: familias con similar posición social y objetivos de vida. En contraste, ancashinos y puneños del grupo de posición intermedia y posición inferior desplegaron estrategias más seguras: residir en vecindarios donde habían desarrollado un sentido de pertenencia, donde se sentían cómodos con el ambiente y la composición social (mestizos y migrantes). No obstante, como una segunda tendencia, también se encontró un grupo considerable de ancashinos y puneños de los grupos de mejor posición y posición intermedia que, teniendo similares oportunidades de elección que los huancaínos, prefirieron residir en los vecindarios de la segunda generación de clases medias, considerando que los vecindarios más caros no necesariamente cuentan con mejor composición y ambiente social13.

Para organizar la información sobre elección de residencia, se construyeron dos grandes categorías de análisis: los criterios materiales y los criterios simbólicos de elección de vecindario. Estos criterios están relacionados con los distintos capitales en el interior de estos espacios, y cada uno de ellos engloba una serie de elementos que son discriminados en la valoración del vecindario. Los criterios materiales están asociados a las condiciones materiales del inmueble y del vecindario, y a las relaciones espaciales con el entramado urbano. Los criterios simbólicos hacen referencia a las relaciones humanas en el interior de los vecindarios, preocupándose por las características de los vecinos y el ambiente social que construyen.

4.1 Sobre los vecindarios de clases medias

Los entrevistados distinguieron tres grupos de distritos en Lima, que concentran los vecindarios tradicionales de los distintos grupos de clases medias14. Los vecindarios de la primera generación de clases medias estarían en los distritos X; aquellos de la segunda generación, en los distritos Y; mientras que la tercera generación estaría en otras partes de la ciudad15.

Fuente: recojo de información. Elaboración propia.

Mapa 1. Vecindarios de clases medias y residencia de los informantes 

Los distritos X han sido denominados «el corredor de la riqueza» (Ploger, 2006), debido a que albergan al centro financiero y los más importantes centros laborales, educativos, de servicios y de servicios turísticos (Legdard & Solano, 2011), y además contarían con los vecindarios que mejor preservan sus lógicas residenciales (Ploger, 2006). La primera generación de clases medias y sus descendencias se han expandido hacia estos vecindarios, proceso acompañado por una oferta significativa de urbanizaciones y suburbanizaciones creadas por el sector inmobiliario formal (Bensús, 2018). El testimonio de Gabriel Palermo, abogado huancaíno que reside en Miraflores y es integrante del grupo de posición intermedia, señala el estatus superior de su actual vecindario situado en Miraflores:

Lo compré porque era un buen barrio, ¿no? Miraflores, buena zona. Pero donde vivía antes en Jesús María tampoco es un mal barrio, ¿no? Es en todo caso, un barrio de clase media. (Gabriel Palermo, Miraflores, Club Huancayo)

Los distritos Y se encuentran cerca del Centro Histórico de la ciudad, el principal núcleo urbano de la antigua Lima monocéntrica (Chion, 2002). En la actualidad, estos distritos concentran una cantidad considerable de centros laborales, educativos, de servicios, culturales, entre otros (Chion, 2002). En los vecindarios residirían familias de distintos segmentos de las clases medias, aunque sobre todo de la segunda generación, y en menores proporciones también habitan personas de clases sociales más bajas. El testimonio de Andrea Hidalgo, educadora cesante de Áncash que es residente en Jesús María y pertenece al grupo de mejor posición, refiere las diferencias entre los distritos X y los distritos Y:

Yo me caso y me voy a Pueblo Libre. Sí, cambia porque la gente no se queda en el mismo lugar, los hijos crecen, aspiran a más. Por ejemplo, mi hijo vive ahorita por San Borja, tiene una casa muy bonita, ya son otras decoraciones. Es que han crecido, ganan un sueldo mucho mejor, y así. Creo que eso es lo que pasa en todas partes, ¿no? (Andrea Hidalgo, Jesús María, Club Áncash)

4.2 Los criterios materiales en la elección de residencia

Al mudarse a Lima entre las décadas de 1950 y 1970, la mayoría de los informantes de los clubes Áncash, Puno y Huancayo residieron en los vecindarios de los distritos Y. A la hora de elegir un vecindario, tuvieron como principal y única perspectiva de residencia el área central de la ciudad, accediendo al mercado inmobiliario formal de la época, situándose en los mejores distritos de la ciudad, en vecindarios con reconocimiento social y con buenas condiciones residenciales. A continuación, se desarrollarán los cuatro criterios materiales de elección de residencia: el costo de la vivienda, el tipo de vivienda, las condiciones del vecindario y la accesibilidad.

En la elección de vecindario, los criterios materiales tuvieron mayor relevancia para los huancaínos del grupo de mejor posición que para aquellos integrantes de los grupos de posición intermedia y menor posición, fundamentalmente compuestos por ancashinos y puneños. Como tendencia, los huancaínos realizaron una mayor inversión para acceder a vecindarios ligeramente más caros en los distritos X y a viviendas tipo casa. En cambio, los ancashinos y puneños accedieron a vecindarios de clases medias en los distritos Y, y oscilaron entre viviendas tipo casa y departamentos. Las condiciones del vecindario y la accesibilidad fueron criterios importantes durante la elección, aunque las diferencias entre grupos fueron mínimas.

La diferencia más sobresaliente estuvo asociada a los costos de la vivienda. Los huancaínos pertenecientes a los grupos de mejor posición y de posición intermedia prefirieron adquirir viviendas en vecindarios más caros ubicados en los distritos X, mientras que ancashinos y puneños de los grupos de posición intermedia y menor posición escogieron viviendas en los distritos Y16. Esta afirmación se sostiene en comparación con los precios históricos del suelo en Lima17. En ese sentido, se distingue que, mientras mejor es la posición, se prefiere residir en los distritos X. Sin embargo, en el grupo de posición intermedia, personas con similares posiciones tomaron decisiones distintas: dos huancaínos prefirieron los distritos X, mientras que seis ancashinos y puneños eligieron los distritos Y (contando uno del grupo de mejor posición). Esto insinúa que los criterios materiales son suficientes para comprender la elección de residencia.

Para los informantes, en líneas generales, los vecindarios en los distritos X tendrían mejor estatus y los precios de las viviendas serían más caros. Conociendo este panorama, las estrategias residenciales de gran parte de ellos no se basó en únicamente en un vecindario, sino que fueron cambiando progresivamente a mejores lugares. El caso de Rita Miranda, empresaria del sector educación perteneciente al grupo de mejor posición, muestra la importancia del ingreso en la búsqueda de una mejor residencia. Ella cuenta con una trayectoria familiar de movilidad social ascendente, en la cual pasó de un vecindario en San Miguel a un «condominio horizontal» en La Molina:

Empezamos en Maranga [San Miguel]. Mis hijos estudiaron en el colegio Claretiano. Y de ahí tienes que buscar el mejor clima, ¿no?, dónde estás mejor, dónde no hay bulla, dónde es más tranquilo. Y nos mudamos a La Molina. Hasta ahora vengo con sol de allá, siempre hay sol allá. Vivo en una zona, un condominio muy bonito, donde no escuchas ni un ruido de carros. Un condominio, estoy contenta. (Rita Miranda, La Molina, Club Huancayo)

A diferencia de lo anterior, la mayoría de los vecindarios en los distritos Y no tendrían el mismo estatus, y el precio de las viviendas sería menor. El testimonio de Bonifacio Montes, economista puneño que pertenece al grupo de menor posición, da cuenta de la brecha en los precios de la vivienda entre los grupos de distritos. Sin embargo, pone énfasis en que su vecindario se encuentra acorde a su estatus social como profesional de clase media:

En todo sitio de Lima hay puneños, pero digamos que los que somos profesionales, […], es que siempre buscamos un estatus que nos permita vivir tranquilos y sin preocupaciones, ¿no? Tampoco hemos salido de San Miguel a otro distrito, que, podríamos decir, más ampuloso, llamado Miraflores. Simplemente es un estatus de vida que lo hemos mantenido permanentemente por nuestra comodidad. (Bonifacio Montes, San Miguel, Club Puno)

En segundo lugar, la elección del tipo de vivienda estuvo sujeta fundamentalmente a la economía de los informantes y, en menor medida, a otros motivos de elección de residencia. En la siguiente tabla, se identifica que la mayoría de los huancaínos de los grupos de mejor posición y posición intermedia, residen en viviendas tipo casa y, en menor medida, en departamentos, mientras que los ancashinos y puneños de los grupos de posición intermedia y menor posición oscilan entre casas y departamentos:

Tabla 3. Tipo de vivienda según grupo 

Vivienda tipo casa Vivienda departamento
Grupo de mejor posición 5 0
Grupo de posición intermedia 3 4
Grupo de menor posición 1 6

Fuente: recojo de información. Elaboración propia.

Salvo ancashinos y puneños del grupo intermedio, que pudieron acceder a viviendas tipo casa en zonas céntricas de la ciudad, en los otros casos, las estrategias de elección de vivienda se sopesaron con otros criterios materiales, como las condiciones del vecindario o la accesibilidad. Independientemente de pertenecer al grupo de posición intermedia o de menor posición, aquellos que residen en departamentos en zonas como Jesús María o Pueblo Libre, prefirieron adaptarse con tal de estar en un buen vecindario y tener proximidad al centro de la ciudad. En cambio, aquellos que residen en zonas un poco distantes al centro y en vecindarios mixtos (no tan atractivos por la cercanía a tugurios), cedieron en estos últimos aspectos con el fin de tener una vivienda tipo casa.

Respecto a las condiciones del vecindario, aunque cumplieron un rol importante en la elección de residencia, se encontraron respuestas homogéneas. A pesar de las diferencias de estatus de vecindario, la mayoría de los informantes consideraron que estos espacios en los distritos X y los distritos Y cuentan con buenas condiciones y que las diferencias son ligeras. Incluso, algunas personas del grupo de posición intermedia señalaron que, en evaluación de las condiciones del vecindario, no hubieran tenido dificultades en vivir en uno u otro lugar de la ciudad.

Tabla 4. Evaluación de las condiciones del vecindario según grupo 

Diferencias no significativas Algunas diferencias Diferencias significativas
Grupo de mejor posición 2 2 1
Grupo de posición intermedia 4 2 1
Grupo de menor posición 3 1 2

Fuente: recojo de información. Elaboración propia.

Las mayores coincidencias en las condiciones residenciales de los vecindarios de los distritos X y distritos Y se expresan en la presencia de servicios básicos, de infraestructura vial y equipamiento urbano en buen estado, de buenos y variados servicios públicos y privados, sobre todo servicios educativos18. Las diferencias más significativas se anuncian en torno al cuidado de las áreas verdes y la seguridad ciudadana en favor de los distritos X. En testimonio de Emma Muñoz, educadora puneña del grupo de inferior posición, habría diferencias en la seguridad y las áreas verdes de San Miguel y Surco:

Surco es otra cosa: es hermoso porque tiene bastantes áreas verdes, bastante seguridad. En La Capullana es cerrado, dejan las puertas empujaditas, ni siquiera con llave. Nunca entra nadie, nunca se pierde nada porque todo está cerrado, enrejado. No entran ladrones, no hay movilidad, por ahí no circulan carros. Se conocen, los niños corretean. (Emma Muñoz, San Miguel, Club Puno)

En una época en la que la ciudad se desarrollaba de manera polarizada, lo común fue diferenciar las condiciones del área formal de la ciudad de aquellas del área informal. En testimonio de Gabriel Palermo, del grupo de posición intermedia, huancaíno y abogado, las condiciones de los vecindarios en los distritos X y los distritos Y serían similares y, más bien, el contraste sería con el resto de la ciudad:

Los vecindarios son buenos. La limpieza, en general, es óptima. El recojo de basura, el orden. Todo. Los servicios públicos, tanto en Miraflores como en Jesús María siempre han sido óptimos. Bueno, comparando con otros distritos que, de repente, son mucho más populosos, un caos en seguridad, en el orden del comercio, en las vías de tránsito. San Juan de Lurigancho, San Martín de Porres, el Callao. (Gabriel Palermo, Miraflores, Club Huancayo)

Finalmente, la mayoría de los informantes consideró que la accesibilidad o la ubicación de su vecindario en la ciudad fue un criterio importante durante la elección. Estos refirieron que actualmente se encuentran bien ubicados respecto a las principales centralidades urbanas: el Centro de Lima y Miraflores. Fundamentalmente, los ancashinos y puneños del grupo de posición intermedia e inferior señalaron que sus vecindarios están bien ubicados entre estas dos concentraciones urbanas.

Sobre todo, para los huancaínos del grupo de mejor posición, que decidieron adquirir viviendas en zonas suburbanas, no tan cercanas a las principales concentraciones, la accesibilidad fue un criterio que tuvieron que ceder con tal de conseguir mejores vecindarios. No obstante, consideraron tener vecindarios bien ubicados en la ciudad, debido a que, cuando empezaron a vivir en estas zonas, Lima contaba con buenas vías de acceso y el tránsito vehicular no era tan problemático. El testimonio de Micaela Ramos, educadora ancashina del grupo de posición intermedia, expresa las diferencias de accesibilidad entre los distritos X y los distritos Y, resaltando que algunos vecindarios en los distritos X se encuentran no tan próximos de las concentraciones urbanas.

Me parece que es un barrio que está «dentro de la ciudad» [San Isidro] y me parece más seguro que el resto. Por ejemplo, a mí no me gustaría irme hasta La Molina, es demasiado lejos. Yo soy una persona que soy muy sociable, […], San Borja quizá, pero no, no tanto. A mí me gustaría siempre… siempre he estado «dentro de la ciudad». (Micaela Ramos, Lima Cercado, Club Áncash)

4.3 Los criterios simbólicos en la elección de residencia

Las preferencias por residir en vecindarios de clases medias de los distritos X o los distritos Y, se consolidan a partir de diferencias que están más allá de los criterios materiales del vecindario y de la economía de las familias. Los criterios simbólicos hacen referencia a la valoración de las relaciones humanas en el interior de un vecindario: la composición social, los valores y comportamientos de los vecinos, y el ambiente social que desarrollan. Estos se desagregan en las siguientes categorías: la estrategia de búsqueda de vecindario (vecindarios conocidos o nuevos vecindarios), la composición social y las características de las familias, y el ambiente social del vecindario.

Durante la elección del vecindario, los criterios simbólicos fueron más diversos y ligeramente más importantes para distinguir las motivaciones detrás de la elección de residencia. Los grupos de mejor posición y posición intermedia, mayoritariamente compuestos por huancaínos, prefirieron vecindarios más homogéneos socialmente, con mayor proximidad a las élites limeñas; mientras que los grupos de posición intermedia y menor posición, mayoritariamente compuestos por ancashinos y puneños, optaron por habitar espacios con los que estaban familiarizados, con presencia de familias de la segunda generación de clases medias, mestizos y migrantes. En simple: al escoger vecindario, para los huancaínos fue más importante la clase social, mientras que, para los ancashinos y puneños, el estatus de grupo étnico y de procedencia social.

La estrategia de búsqueda de vecindario se resume en elegir vivienda en vecindarios conocidos con un entorno social familiar o apostar por nuevos vecindarios con un nuevo entorno social. La siguiente tabla muestra las diferencias en las estrategias de relacionamiento.

Tabla 5. Estrategia de búsqueda de vecindario según grupo 

Nuevos vecindarios Vecindarios conocidos
Grupo de mejor posición 4 1
Grupo de posición intermedia 1 6
Grupo de menor posición 1 6

Fuente: recojo de información. Elaboración propia.

La mayoría de los huancaínos de los grupos de mejor posición y posición intermedia decidieron mudarse a los distritos X19, tanto a vecindarios tradicionales de clases medias situados en Miraflores y San Isidro, como a nuevos vecindarios de suburbanizaciones en San Borja y La Molina. Un aspecto fundamental para escoger estos vecindarios fue la homogeneidad de clase social: familias de clase media o media-alta, generalmente de la primera generación de clases medias20. Para Camila Venturo, educadora y empresaria que pertenece al grupo de mejor posición, el desarrollo de sus hijos en un vecindario cercano a otros más heterogéneos socialmente pudo ser perjudicial. Ella y su esposo decidieron mudarse de Pueblo Libre a San Borja:

Al venirme aquí también era barrio tranquilo [San Borja]; en cambio, en Pueblo Libre, donde vivíamos nosotros [primera vivienda de casados], era un chalet nuevo, que se llamaba La Calle Metropolitana. Una urbanización nueva; pero estaba atrás de Santa Catalina. Entonces, en Santa Catalina había fumones. Entonces mi esposo dijo: «No, aquí mis hijos se echan a perder». Nosotros buscábamos que nuestros hijos sean lo mejor, que vivieran en un sitio donde no haya contaminación, porque tú sabes que ver el mal ejemplo de tontos niños que se drogan… (Camila Venturo, San Borja, Club Huancayo)

En contraste, en los grupos de posición intermedia y menor posición, se priorizó residir en vecindarios conocidos, ubicados en los distritos Y. Los ancashinos y puneños del grupo de posición intermedia, pudiendo acceder a cualquiera de los dos grupos de distritos, decidieron quedarse en los distritos Y. Estos vecindarios se sitúan próximos a las viviendas de sus padres o familiares, a los lugares que frecuentaron y frecuentan cotidianamente21, y les permitieron mantener distintas rutinas de ocio, laborales y comerciales. Tal decisión también brindó seguridad respecto a la composición social del vecindario, el ambiente social y la seguridad urbana. El siguiente testimonio de Samanta Chirinos, que pertenece al grupo de posición intermedia, expresa la forma en que la diferenciación y la practicidad se manifiestan a la hora de elegir residencia en un vecindario conocido:

Yo hice así, vine donde una amiga que vive en Lince, después conseguí casa. El departamento donde vivo queda en el límite de Lince y Lima, por esa facilidad de que ya conocía el sector y no quería ir a otro lado. Lima Cercado era un distrito instalado. [...]. [Buscaba] que tuviera gente más o menos [de] mi estatus social, ¿no? El lugar en Santa Beatriz vivo hace ya 40 años. Ese lugar me gusta, me agrada, porque tiene acceso a todos los sitios, es un sitio tranquilo y eso. (Samanta Chirinos, Lima Cercado, Club Puno)

Dentro del grupo de menor posición también hubo quienes tuvieron que adaptarse a algunas condiciones no deseables en sus vecindarios o entornos urbanos. Para ello, emplearon estrategias como no transitar por ciertas zonas que consideraban peligrosas y tomar precauciones para que sus familias no se relacionen con personas no deseadas. En testimonio de Emma Muñoz, puneña y educadora retirada del grupo de menor posición, San Miguel es un distrito heterogéneo socialmente, que cuenta con zonas peligrosas que merecen un especial cuidado:

En San Miguel antiguo están las zonas marginales del distrito. Siempre hay un ambiente bastante crítico, problemático, porque es una barriada, es un pueblo joven, que han crecido ese tipo de cosas, de gente de mal vivir. [...]. Yo trato de no ir por ahí y cuido que mi familia no lo haga. Hay unas quintas, unas residencias bastante tugurizadas donde también se da la delincuencia. San Miguel no es un distrito completamente sano y bueno, tiene también su «zona roja». (Emma Muñoz, San Miguel, Club Puno)

El segundo criterio se basó en la composición social y las características de las familias del vecindario. Como ha sido reseñado, los informantes señalaron que los distritos X están mayoritariamente compuestos por familias de la primera generación de clases medias, criollos y mestizos; mientras que los distritos Y son integrados por la segunda generación de clases medias, de mayor mestizaje y origen migrante. La siguiente tabla muestra las preferencias por residir con familias de distintas características. Como tendencia, se distingue que los grupos de mejor posición buscaron residir junto a familias de similar clase social, mientras que los grupos de posición intermedia y posición inferior prefirieron que sus vecinos sean familias conocidas o familias educadas.

Tabla 6. Características de las familias del vecindario según grupo 

Familias educadas Familias de similar clase social
Grupo de mejor posición 2 3
Grupo de posición intermedia 5 2
Grupo de menor posición 5 2

Fuente: recojo de información. Elaboración propia.

El grupo de mejor posición social prefirió residir con familias de similar clase social, para lo cual desarrollaron estrategias residenciales más selectivas en las que se consideró que el acceso a vecindarios más costosos, más residenciales y tradicionales aseguraba, en parte, encontrar familias más similares a la suya. Estos grupos consideraron que una familia de similar clase social a la propia debía ser una familia de profesionales que tengan objetivos de vida trazados para el desarrollo personal y familiar, sobre todo sobre el futuro de sus hijos: vida universitaria y trabajo profesional. Para Sofía Angulo, huancaína residente en San Isidro y parte del grupo de posición intermedia, fue fundamental encontrar un vecindario con familias de similar posición a la suya, para mejorar el entorno de desarrollo de sus hijos. En el testimonio también puede apreciarse la relación entre elección de vecindario y elección de colegio:

Sí, mi marido siempre fue el que quería vivir en un sitio bueno, para que sus hijos tuvieran amigos más o menos de su nivel. Porque somos de clase media, no podemos ser tampoco... irnos a un barrio donde los niños, mayormente, no tienen ambiciones para estudiar carreras. También depende de la zona donde vives, no todo el tiempo, pero a veces. [...]. Por eso es que él escogió esa parte para vivir y el colegio que quería que estudien [...]. Entonces, tampoco era tan barato el San Agustín, estaban en un colegio de primera, no entre los extras, ¿no? Nosotros buscábamos algo bueno para mis hijos, por eso vinimos a vivir en esta zona. (Sofía Angulo, San Isidro, Club Huancayo)

Los grupos de posición intermedia e inferior, compuestos mayoritariamente por ancashinos y puneños, decidieron residir en los vecindarios de los distritos Y sabiendo que encontrarían vecindarios con familias educadas o vecinos con educación familiar22. Para los informantes, la educación se obtiene en el núcleo familiar y es expresada al mantener un comportamiento adecuado con los vecinos: respetar la privacidad, saludar cordialmente, sostener conversaciones ocasionales e incluso entablar relaciones interpersonales duraderas. Para Fátima Miranda, del grupo de posición inferior, huancaína que residió varias décadas en Pueblo Libre y ahora vive en San Borja, lo más importante en las familias del vecindario es que sepan respetar el espacio y la privacidad de los vecinos:

En primer lugar, desde que llegamos de Huancayo habíamos vivido en Pueblo Libre y, por coincidencia, yo compré el departamento al lado del edificio. [...]. Era una zona a la que estábamos acostumbrados, teníamos el mercado cerca, la Brasil, la movilidad. Vinimos, nos hicimos de gente muy agradable, gente amiga, gente respetuosa. Es lo que debe primar: que no estén en la ventana chismeando, esas cosas son tan horrorosas, ¿no? Era una zona bonita, agradable. (Fátima Miranda, San Borja, Club Huancayo)

En tercer lugar, el ambiente social fue un criterio importante, aunque ligeramente más decisivo para los ancashinos y puneños del grupo de posición intermedia. La siguiente tabla muestra que personas de distintos grupos y de los tres clubes departamentales consideran que es diferente el ambiente social de los vecindarios de clases medias de los distritos X y los distritos Y.

Tabla 7. Diferencias en el ambiente social de los vecindarios según grupo 

Diferencias no significativas Ligeras diferencias Diferencias
Grupo de mejor posición 2 1 2
Grupo de posición intermedia 1 2 4
Grupo de menor posición 2 1 3

Fuente: recojo de información. Elaboración propia.

Los puneños y ancashinos de los grupos de posición intermedia y menor posición diferencian el ambiente social de los vecindarios de los distritos Y, debido a que son espacios más horizontales, de mayor contacto humano y donde incluso pueden desarrollar relaciones con sus vecinos. En estos vecindarios, el ambiente social está relacionado con la disposición del espacio; con la cercanía de las viviendas, que fomentan el encuentro entre sus residentes; así como con la composición social: de segunda generación de clases medias, mestizos y migrantes. El testimonio de Samanta Chirinos, puneña y antropóloga ubicada en el grupo de posición intermedia, da cuenta de la influencia de la clase social, el mestizaje y la procedencia social en el ambiente de los vecindarios en los distritos Y:

Bueno, en primer lugar, era un barrio de gente mestiza, ¿no?, gente mestiza, alguna gente de provincia, otros de acá, de Lima. Era un lugar como cualquier otra parte de Lima. Eso lo hacía un lugar acogedor, ¿no? De Lima, de los sectores cercanos al Cercado de Lima. Porque no es un sitio residencial en el que vivo. Una zona residencial es más exclusiva, ¿no? Las calles, los servicios son más exclusivos. En cambio, por donde vivo es un sector de clase media. [...], pero tampoco es La Victoria, tampoco es El Agustino, ¿no? (Samanta Chirinos, Lima Cercado, Club Puno)

Para los ancashinos y puneños de los grupos de posición superior e intermedia, los vecindarios de los distritos X se caracterizan porque el espacio no es un lugar de encuentro, por una distante disposición de las viviendas y porque las relaciones se desarrollan de manera impersonal y con escaso contacto entre vecinos. El testimonio de Sandra Marsano, abogada ancashina del grupo de posición intermedia, ejemplifica las diferencias entre el ambiente social de los vecindarios de clases medias en los distritos Y y los distritos X:

Si me pudiera comprar una casa sería en Jesús María, qué Casuarinas, qué La Molina. [...]. Son frías, no hay alma. Es que tú vas por ahí y no hay nadie, todo mundo anda en su casa, en su carro. Está todo solitario, no me gusta. Por eso cuando fui a Estados Unidos no me gustó, me regresé, porque es igual, la gente es muy indiferente. Ahí de repente te ven desnuda y ni caso te hacen. Cada quién hace su vida. (Sandra Marsano, Lima Cercado, Club Áncash)

Entre los huancaínos del grupo de mejor posición y posición intermedia, se encuentran respuestas divididas. De un lado, quienes señalan que las diferencias no son significativas, consideran que los vecindarios en los distritos X y distritos Y cuentan con buenos ambientes sociales. Sin embargo, como se ha expuesto, para este grupo el ambiente social no fue un criterio decisivo al escoger vecindario, y sí lo fue encontrar familias de similares posiciones de clase. En contraste, quienes consideran que las diferencias son significativas se alinean con la visión desarrollada anteriormente. En esta línea, el testimonio de Julio Sarmiento, militar en retiro huancaíno del grupo de mejor posición, corrobora la diferencia del ambiente social de los distritos X y los distritos Y:

Magdalena era, justamente, un sitio tradicional. Entonces, era un barrio grande, poco poblado, todo el mundo tenía amistad. [...]. [A diferencia,] La Molina se ha ido formando poco a poco, ha ido creciendo poco a poco. Cada uno se ha hecho una casaza, el del otro lado, otra casaza. Es un lugar muy tranquilo, aunque ya ni se miran, seguramente porque cada uno vive con sus comodidades, ¿no? (Julio Sarmiento, San Borja, Club Huancayo)

Finalmente, se evidencia que los grupos de ancashinos y puneños se sienten más cómodos en los vecindarios de los distritos Y debido al ambiente social y la similitud entre pares de similar estatus de grupo étnico y procedencia social, mientras que, respecto a los distritos X, se encuentra cierta distancia social que no les acomoda. En pocos casos, algunos ancashinos y puneños se animaron a expresar las reacciones frente a las diferencias étnicas y de procedencia social que hubo -y aún pueden encontrarse- en los vecindarios de los distritos X. En el testimonio de Andrés Sabina, dramaturgo y docente universitario del grupo de menor posición, se evidencia que en los distritos X existieron -y aún existen- barreras sociales hacia personas de color de piel más oscuro y de procedencia andina:

Miraflores se sentía extraño, se sentía extraño porque todos eran blancos. Entonces, un cholo por ahí... Ahora, más o menos, todavía mantiene Miraflores cierto toque, incluso con más extranjeros, ¿no? Entonces, ahí te sientes extraño, por el color, por la pinta del cerro, el serrano viene del cerro. (Andrés Sabina, La Molina, Club Áncash)

5. Discusión final

Históricamente, en la sociedad peruana las categorías de clase social y etnicidad han tenido gran influencia en la organización societal y los mecanismos de diferenciación y exclusión social (Plaza, 2008; Thorp & Paredes, 2011). En el contexto de la ciudad polarizada (Bahr & Borsdorf, 2005), para los limeños residir en el área central-formal o en las áreas informales ha significado una importante etiqueta de clase y de estatus social (Portocarrero, 1998; Pereyra, 2016). En una época de expansión urbana e incertidumbre social, las estrategias de elección de residencia de los ancashinos, puneños y huancaínos intentaron tomar distancia de las áreas informales y de los vecindarios de clases sociales distintas a la suya, y se han dirigido a vecindarios de clases medias o clases medias-altas en el área central.

Estudios urbanos han evidenciado durante la última década un creciente patrón de segregación espacial, que promueve la homogeneización del área central de Lima como consecuencia del crecimiento urbano y la mayor presencia de vecindarios de clases medias (Vega Centeno, 2009; Fernández de Córdova, 2012; Bensús, 2018). Desde la perspectiva de los ancashinos, puneños y huancaínos, sobresale la heterogeneidad inter- e intravecindarios de clases medias, evidenciando así que existen vecindarios con distinto valor social, incluso desde las décadas de 1970-1980: los vecindarios en los distritos X habrían desarrollado lógicas más homogéneas y los vecindarios en los distritos Y, lógicas más heterogéneas.

Del mismo modo, sobresale que la segregación urbana no giraría en torno a grupos étnicos y, por el contrario, se reafirma la hipótesis que considera que la segregación se explica más bien por la clase social (Vega Centeno, 2009; Fernández de Córdova, 2012; Bensús, 2018).

Las etiquetas de clase y estatus, categorías intensamente interrelacionadas en el análisis social, han sido fundamentales para diferenciar los vecindarios de clases medias, aportando con este hallazgo a la comprensión del componente étnico en la elección de residencia (Adelman, 2004). Para los huancaínos fueron más importantes las etiquetas de clase al optar por residir en los vecindarios de las antiguas clases medias, más homogéneos en términos de clase social; mientras que, para los ancashinos y puneños, las etiquetas de estatus, particularmente el grupo étnico y la procedencia social, fueron más decisivas al valorar vecindarios de la segunda generación de clases medias, más heterogéneos socialmente, de mestizos y migrantes. Tal elección en los huancaínos del grupo de mejor posición se expresó más pronunciadamente como una lógica de imitación de las élites, mientras que, en los ancashinos y puneños de mejor posición y posición intermedia, se planteó como una ligera lógica de diferenciación.

Este planteamiento contrasta con estudios urbanos que sostienen que la segregación urbana limeña se explica por la clase social antes que por la etnicidad. (Vega Centeno, 2009; Fernández de Córdova, 2012; Bensús, 2018). El presente artículo reafirma que el componente étnico también puede desempeñar un rol durante la elección de residencia. Esta no es suficiente evidencia para afirmar que Lima se construye con un patrón de segregación étnica o multiétnica. La afirmación correcta es que algunos individuos relacionan vecindarios de clases medias con determinados grupos étnicos (blancos y criollos, y mestizos).

Las elecciones residenciales diferenciadas sugieren una construcción del capital simbólico más heterogénea y heterárquica23, que no necesariamente considera que los grupos y clases sociales perciben y respetan jerarquías culturales unificadas y definidas (Lamont, 1992). Siguiendo el enfoque económico de elección de residencia (Phe & Wakely, 2000), la tendencia general fue considerar que, a vecindarios más caros, mejor composición y ambiente social. En un contexto de crecientes transformaciones urbanas y diversidad social, el grupo de mejor posición accedió a vecindarios más homogéneos socialmente; mientras que el grupo posición inferior, con mayores limitaciones económicas, se estableció en vecindarios más heterogéneos.

No obstante, ancashinos y puneños de los grupos de mejor posición y posición intermedia desarrollaron una ruta alternativa o contrahegemónica: a pesar de poder acceder a los vecindarios de las antiguas clases medias y quizá maximizar la inversión en términos del volumen del capital económico, prefirieron residir en vecindarios heterogéneos: de clases medias, mestizos y migrantes. De la otra cara de la moneda, esto no excluye que, en vecindarios con mayor heterogeneidad de clase, ancashinos y puneños hayan tenido que afrontar condiciones sociales no deseadas, teniendo que desplegar estrategias de adaptación.

Particularmente, el grupo de ancashinos y puneños de mejor posición y posición intermedia desarrolló una elección segura al residir en vecindarios conocidos, dando continuidad a espacios y rutinas urbanos y familiares establecidos (Speare, 1974; Sampson, 2012). Esta idea se encuentra presente en estudios sobre estrategias de migración interna en grupos de menores recursos, que concluyen que la elección de residencia estuvo orientada por la proximidad al empleo y a las redes sociales (Golte & Adams, 1990; Blondet et al., 1986). Sin embargo, los grupos de clases medias suelen agregar una dimensión extra a la ecuación de elección de residencia: quién reside en mi entorno y con quién elijo relacionarme.

Durante la elección de vecindario, la heterogeneidad étnica (Adelman, 2004; Charles, 2005) y la homogeneidad en condición migrante (Adelman, 2004) fueron determinantes para que ancashinos y puneños estén cómodos en un ambiente social horizontal y de mayor contacto humano. La disposición del vecindario, la cercanía de las viviendas y la presencia de espacios de encuentro fueron características urbanas deseadas durante su elección residencial, debido a que influyen en el ambiente social del vecindario. Asunto pendiente es ahondar en la forma en que el origen étnico se traduce concretamente en prácticas y discursos de sociabilidad, así como explorar las diferencias entre las estrategias de adaptación e identidad urbana respecto a los sectores de menores recursos económicos (Golte & Adams, 1990; Blondet et al., 1986).

En contraste, para los huancaínos, habitar los vecindarios de las antiguas clases medias fue una forma de evitar una ciudad impredecible en plena expansión urbana, así como una forma segura de reproducir o incluso movilizar ascendentemente su trayectoria de clase (Álvarez-Rivadulla, 2007). En las siguientes décadas, el enclaustramiento en condominios horizontales, la evasión de espacios públicos y la minimización del relacionamiento con otras clases sociales será tendencia en las estrategias urbanas de distintos sectores de clases medias y otros grupos sociales (Álvarez-Rivadulla, 2007). De momento, un asunto pendiente por investigar son las estrategias de integración de la segunda generación de clases medias en los vecindarios de las antiguas clases medias (DeFina & Hannon, 2011).

Del mismo modo, la elección de residencia está vinculada con la reproducción de otros capitales (Lareau, 2014), como la elección de centros educativos (capital cultural) y la elección de pares (capital social), temas sobresalientes en los grupos de mejor posición y posición intermedia. Recientes estudios en Lima apuntan a que la elección de colegio en las clases medias altas es fundamental para la reproducción social de la clase, particularmente de los capitales cultural y social24 (Reátegui et al., 2022). Para mantener la clase, el mérito sería insuficiente, a la vez que son necesarios componentes hereditarios de las relaciones sociales, piedra angular para mantener el poder simbólico. En este panorama, aunque no se profundizó en tal aspecto, fue recurrente, y estuvo más presente en el discurso de los huancaínos, que la elección de residencia estuviese ligada a la elección de colegio y elección de pares en vecindarios tradicionalmente de clases medias.

Este estudio de caso pretende haber trazado algunas rutas para desarrollar investigaciones con preguntas más refinadas y amplias, que permitan seguir explorando las clases sociales, las diferencias y las desigualdades en la sociedad peruana. Urgen investigaciones que aporten al conocimiento de los principales mecanismos de diferenciación y exclusión social y simbólica, y es necesario llevar a discusión pública aquellos grandes asuntos que aquejan a nuestras sociedades.

Por último, el presente artículo pretende incentivar el estudio de las clases altas, las clases medias y las distintas élites, para así retomar grandes preguntas pendientes sobre el protagonismo de estos grupos en el desarrollo del capitalismo, la gobernabilidad y la desigualdad social y cultural. Uno de los aportes de la presente investigación es distinguir que las clases medias buscan distanciarse espacial y socialmente de ciertos lugares y grupos sociales. Sin embargo, se desprende otra pregunta planteada de manera inversa: ¿en qué asuntos y bajo qué circunstancias las clases altas y clases medias necesitan al resto del país, a personas de otros grupos o clases sociales?

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1Uno de los principales conceptos en los estudios urbanos para aproximarse al desarrollo de las ciudades latinoamericanas durante la segunda mitad del siglo XX (Bahr & Borsdorf, 2005).

2Aunque en Lima se siguen distinguiendo ciertas características de la ciudad polarizada, otros modelos de ciudad complementan antes que contradicen esta propuesta, como aquellos de la «ciudad neoliberal» (Abramo, 2012), la «barriada global» (Ludeña, 2003) o incluso la «ciudad fragmentada» (Bahr & Borsdorf, 2005).

3Cuando distintos grupos acceden a posiciones de clases medias durante una época determinada, es probable que sus descendencias puedan ocupar posiciones de clases medias o incluso mejores. En ese sentido, por ejemplo, en el ciclo de expansión de la segunda generación de clases medias, los descendientes de la primera generación pudieron entrar a la disputa por ocupaciones de clases medias probablemente en mejores términos, debido a que contaban con mayores capitales familiares que las mismas clases medias consolidadas que recién adquirían dicha posición.

4Respecto a este segmento de clases medias, estudios destacan el empleo de estrategias y tradiciones que los migrantes traían de su lugar de origen como formas de adaptarse y crear una nueva identidad en el nuevo espacio urbano (Golte & Adams, 1990; Blondet, Degregori, & Lynch, 1986).

5Centrada en el ingreso, la expansión de las clases medias estaría dejando atrás la tradicional «pirámide social» –donde los sectores populares son mayoritarios–, para pasar a formar un «rombo» de anchos sectores medios (Arellano, 2010; Huber, 2017).

6Sería un proceso de clases medias basado en la informalidad, la expansión del sector servicios y el autoempleo, y al que les son característicos procesos de desindustrialización, desproletarización y reprimarización de la economía, es decir, de un crecimiento sin empleo que agudiza la desigualdad social (Quijano, 2001; Portes, 2003; Plaza, 2008a; Toche, 2010).

7Esta definición permite una delimitación rigurosa de qué grupos pertenecen a las clases medias, a la par que respeta la flexibilidad y fluidez que caracteriza a este segmento del espacio social.

8Aunque con distintas reflexiones, los estudios más recientes sobre clases medias en el Perú estarían englobados en esta definición, aunque haciendo diferentes énfasis. Huber (2017) rescata el concepto de «cierre social» de Max Weber, que privilegia la forma en que grupos incluyen y excluyen a otros: (1) relaciones cerradas en virtud de la tradición y (2) relaciones cerradas en virtud de una actividad racional con arreglo a fines. Reátegui, Grompone y Rentería (2022) enfatizan la definición de Bourdieu para comprender la fluidez de los patrones de comportamiento en las clases medias; mientras que Uccelli y García Llorens (2016) prestan mayor atención a la movilidad social, y entienden las clases medias por su proximidad o distancia con distintos aspectos de lo moderno.

9Las clases sociales deben entenderse desde una doble ontología: desde las posiciones objetivas en el espacio social y las disposiciones subjetivas en los habitus (Bourdieu, 1990a, 1995). Por «espacio social» se entiende una totalidad de posiciones objetivas diferenciadas por la distribución de los distintos capitales, en el cual se generan ventajas y desventajas objetivas que serían traducidas como diferencias, diferenciación y desigualdad en la estructuración de los distintos grupos en las sociedades (Bourdieu, 1990a). En este planteamiento, las personas que comparten similares posiciones de clase (y condiciones de vida) tendrían mayores probabilidades de compartir habitus: experiencias, estilos de vida y gustos particulares que fungen como símbolos de estatus social y facilitan los procesos de integración o exclusión dentro de un grupo o clase social (Bourdieu, 1990b; Lamont, 1992).

10La fundación fue realizada por hacendados y minifundistas, profesionales, militares de alto rango, comités de damas, etc. Fechas de fundación: Club Áncash, 1949; Club Huancayo, 1955; y Club Puno, 1959.

11Sería complicado incluir a profesionales y técnicos independientes por la poca estabilidad e irregularidad de su ocupación; también a los técnicos de nivel inferior y a supervisores de trabajadores manuales por su cercanía a las clases trabajadoras.

12Todos los grupos forman parte de la segunda generación de clases medias. Como se recuerda, incluso en el interior de la segunda generación de clases medias coexisten grupos con distintas trayectorias, posiciones, ocupaciones y estatus.

13Véase la tabla 1.

14Cabe resaltar que los distritos agrupados son heterogéneos en sí mismos. Por ello, no se debe generalizar que en uno u otro conjunto de distritos predomine cierto tipo de vecindario. Haciendo una lectura correcta del caso, se afirma que en los distritos agrupados resultan tradicionales o típicos vecindarios con las características que a continuación se expondrán.

15No se desarrollarán en este artículo. Se sitúan en Lima Norte, están compuestos fundamentalmente por vecindarios de las clases populares y habrían tenido que consolidar sus propios núcleos urbanos (Osorio, 2005). Los distritos señalados son Los Olivos, Independencia y San Martín de Porres.

16A pesar de que un buen grupo de vecindarios en los distritos X son más caros, tanto los distritos X como los distritos Y contaron con una estratificación de vecindarios de distintos precios, por lo que personas de clases medias pudieron encontrar vivienda acorde a sus posibilidades económicas. Es el caso de huancaínos en el grupo de menor posición que residen en los distritos X.

17Por razones metodológicas, no se pudo obtener de manera directa datos homogéneos sobre los costos de las viviendas, por lo que se sostendrá el argumento mediante el precio del suelo. Como tendencia, salvo excepciones, como algunos vecindarios de clases medias altas en Jesús María o Pueblo Libre, los precios del suelo históricamente han sido más elevados en los distritos X que en los distritos Y (Bensús, 2018). Miraflores y San Isidro han tenido los vecindarios más caros de la ciudad. Posteriormente, San Borja, Surco o La Molina contaron con viviendas más costosas debido a que eran nuevas urbanizaciones que buscaron asemejarse a un modelo de suburbios.

18El servicio que mayor importancia tuvo cuando se habló de elección de residencia fue el servicio educativo. La mayoría de los entrevistados señalaron haber buscado buenos colegios que se encuentren cerca de sus viviendas, mientras que un grupo pequeño de huancaínos se preocupó porque sus residencias estén cerca de ciertos colegios privados reconocidos (La Inmaculada, San Agustín o el Claretiano). A modo de hipótesis, siguiendo las tendencias en otras sociedades (Lareau, 2014), se propone que la lógica de diferenciación más pronunciada en los huancaínos también podría haberse extrapolado en la elección de colegio.

19Como fue señalado, al llegar a Lima, la mayoría de los entrevistados residió en los distritos Y.

20Para los huancaínos, el filtro económico de las nuevas suburbanizaciones posibilitó que los vecindarios fueran más homogéneos en términos de clase y procedencia social (antiguas clases medias).

21Como se ha señalado, estos vecindarios contaban con una composición particular: mayoritariamente de clases medias, de mestizos y de migrantes. Es decir, eran vecindarios con personas que contaban con trayectorias similares a las suyas.

22Para los entrevistados, todas las familias similares a la propia serían familias educadas; sin embargo, esta relación no funciona a la inversa.

23Estructura de múltiples jerarquías.

24A diferencia de otros países de la región donde la reproducción del capital cultural se define sustantivamente en la elección de universidades (Reátegui et al., 2022).

Recibido: 27 de Mayo de 2022; Aprobado: 10 de Junio de 2023

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