Introducción
Los TME son un grupo complejo de trastornos dolorosos de tendones, ligamentos, articulaciones, nervios y vasos sanguíneos. Se producen en nueve partes del cuerpo: cuello, hombros, antebrazos, codos, zona lumbar, cintura, muñecas, muslo y rodillas, con una frecuencia diversa 1. Por tanto, los TME constituyen un importante problema de salud ocupacional y representan una de las principales causas de discapacidad a nivel mundial 2,3.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS, 2021), existen 1710 millones de personas con TME en todo el mundo. Desde 1990, la molestia más frecuente es el dolor lumbar, que lo padecen 568 millones de personas. Curiosamente, los datos de la literatura demostraron que la prevalencia de estas molestias en poblaciones laborales específicas y/o sectores ocupacionales es significativamente mayor que en la población general 1.
Las cifras más relevantes que contribuyen a la carga mundial de la enfermedad profesional son las de riesgo ergonómico, riesgo de lesiones, ruido, humos y gases 4. Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT, 2019), en Asia existe un 64 % de mortalidad por trabajo; en Africa, un 11,8 %; en Europa, un 11,8 %; en América, un 10,9 %, y en Oceanía, un 0,6 %. Estas estimaciones reflejan un grave peligro que enfrenta la población de trabajadores en todo el mundo 5. En cuanto a la prevalencia de los TME en trabajadores, en una investigación colombiana se reveló que la frecuencia de TME en empleados de una fábrica de refrigeradoras fue del 60,8 %, donde el 48,1 % presentó solo una zona afectada 6. Por otra parte, en el Perú se encontró que la frecuencia de los TME en empleados de una refinería de Lima fue del 52,9 %, y se halló que la zona más afectada fue el lumbago asociado a la hernia discal (25,1 %) 7.
En Perú, el Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo (MTPE) estableció un marco legal para estandarizar la ergonomía en los puestos de trabajo, donde cabe resaltar la “Ley de Seguridad y Salud en el Trabajo 29783” y la “Norma básica 375-2008”. En esta última se encuentran los parámetros para manipulación de cargas, posturas en el trabajo y cargas, tanto máximas como mínimas, para operarios según género 8. El adecuado diseño ergonómico en el área de trabajo garantiza un mejor rendimiento del trabajador, como también la disminución epidemiológica de dolencias musculoesqueléticas 9. Pese a existir un respaldo legal, no todas las empresas cumplen estrictamente con las disposiciones del MTPE o, en su defecto, no logran controlar todos los puntos establecidos, es así que dichas circunstancias no controladas se traducen en factores de riesgo ergonómico 10,11.
El riesgo ergonómico se refiere a la probabilidad de sufrir un evento indeseado en el trabajo, y dentro de los factores asociados más frecuentes se encuentran la carga postural, las tareas repetitivas, la carga de pesos, el mobiliario inadecuado, las posturas mantenidas, el tiempo de la postura, entre otros. El método REBA analiza el miembro superior, el tronco y el miembro inferior, además, evalúa el tipo de agarre como también la manipulación de cargas. Al respecto, un estudio realizado en trabajadores de una fábrica de ropa en Pakistán reportó que el nivel de riesgo ergonómico predominante fue alto (40,3 %) 12. Igualmente, un estudio efectuado en el personal que realiza recolección de desechos sólidos en Ecuador evidenció que el nivel de riesgo ergonómico fue medio (48,4 %) 13. Por último, una investigación realizada en el Perú por Arroyo-Castillo et al. 14 reveló que el nivel de riesgo ergonómico predominante fue muy alto (38,46 %).
Los TME graves y a largo plazo podrían afectar la calidad de vida, reducir la productividad laboral, aumentar las bajas por enfermedad, acortar la vida laboral y provocar una discapacidad laboral crónica, así como constituir un desafío de salud importante para las personas y los sistemas de atención médica en todo el mundo 15. El Cuestionario Nórdico de Kuorinka mide el comportamiento de los síntomas y TME en la zona de trastornos, la duración de episodios, la intensidad y los cambios de trabajo. Por ello, es importante reconocer que la presencia de factores de riesgo ergonómico condiciona la aparición de TME, en menor o mayor grado. Estudios realizados en Pakistán y Ecuador confirmaron que el factor de riesgo ergonómico se relaciona significativamente con los TME en trabajadores operativos 12,16. Cabe resaltar que para conocer más el fenómeno de los TME es importante considerar el perfil sociodemográfico y laboral de los trabajadores, debido a que existen estudios, a nivel internacional y nacional, que muestran que el sexo 17, el estado civil 18,19, el tipo de puesto y el contrato laboral están relacionados con los TME 2,17,20,21.
La salud es un requisito esencial para el desempeño de los trabajadores, por lo cual es indispensable garantizar ambientes propicios para su desempeño, así como brindar constantes capacitaciones de higiene postural y ergonomía. Por ello, como paso inicial, la presente investigación pretende analizar la relación entre el riesgo ergonómico y los TME en trabajadores de una empresa de industria alimentaria de la provincia del Callao, Perú, 2021.
Materiales y métodos
Diseño y población de estudio
Estudio no experimental, correlacional, de corte transversal. Se consideró a los trabajadores de una empresa de alimentos de Perú, cuya población estuvo conformada por 350 trabajadores; se utilizó el muestreo no probabilístico para una muestra efectiva de 184 participantes. Según los criterios de inclusión, se consideró a los que aceptaron participar, a aquellos que firmaron el consentimiento informado y que también estuvieran laborando en distintas áreas (administrativos, operarios, ayudantes, operadores de máquinas, etc.). Se tomaron como criterios de exclusión a las embarazadas y trabajadores que hubieran experimentado algún traumatismo durante el mes previo a la evaluación. Para el proceso de selección se aplicaron estos criterios a toda la muestra.
Variables y mediciones
Las variables del estudio fueron el riesgo ergonómico, medido por el método REBA, y el TME, evaluado por el Cuestionario Nórdico de Kuorinka. La evaluación utilizada para el riesgo ergonómico tiene cinco categorías (inapreciable, bajo, medio, alto y muy alto) y se encarga de medir la carga postural estática, además, cuenta con un alfa de Cronbach de 0,93 22. El cuestionario utilizado para los TME describe el comportamiento de sus síntomas y TME, categorizado en Sí y No; asimismo, identifica por zona corporal (cuello, codo-antebrazo derecho, espalda, hombro derecho y mano muñeca derecha) y señala un alfa de Cronbach de 0,83 23. Igualmente, se consideraron variables secundarias como sexo, variable cualitativa nominal (masculino y femenino); edad, variable cuantitativa discreta; estado civil, variable cualitativa nominal (casado, conviviente y soltero); tipo de contrato, variable cualitativa (completo y parcial), y puesto de trabajo, variable cualitativa nominal (administrativo, ayudante, operario de máquina y operario de producción), las cuales fueron medidas por una ficha de datos.
Análisis estadístico
Los datos fueron procesados en Microsoft Excel para la base de datos y analizados en el programa estadístico SPSS. Se realizó un análisis descriptivo y se obtuvo frecuencias y porcentajes para las variables cualitativas y media con su desviación estándar para la edad. Luego se realizó el análisis bivariado para las variables principales y secundarias usando chi al cuadrado, correlación de Pearson y prueba t de Student. Se consideró un nivel de significancia menor o igual a 0,05.
Resultados
Del total de la muestra de 184 trabajadores, el sexo masculino representó el 58,15 %; la edad media fue de 33,56 años; ser conviviente equivalió al 42,39 %; tener un contrato completo, 83,7 %; ser operario de producción, 64,13 %; presentar un riesgo bajo, 43,48 %, y presentar trastorno musculoesquelético, 79,89 % (Tabla 1).
Variables | n | % |
---|---|---|
Variables secundarias | ||
Sexo | ||
Femenino | 77 | 41,85 |
Masculino | 107 | 58,15 |
Edad (m ± DE) | 33,56 ± 6,86 | |
Estado civil | ||
Casado | 35 | 19,02 |
Conviviente | 78 | 42,39 |
Soltero | 71 | 38,59 |
Tipo de contrato | ||
Completo | 154 | 83,70 |
Parcial | 30 | 16,30 |
Puesto de trabajo | ||
Administrativo | 30 | 16,30 |
Ayudante | 12 | 6,52 |
Operario de máquina | 24 | 13,04 |
Operario de producción | 118 | 64,13 |
Variables secundar | ||
Inapreciable | 7 | 3,80 |
Bajo | 80 | 43,48 |
Medio | 53 | 28,80 |
Alto | 16 | 8,70 |
Muy alto | 28 | 15,22 |
Ha tenido molestias | ||
No | 37 | 20,11 |
Sí | 147 | 79,89 |
Parte del cuerpo donde ha tenido molestias | ||
Cuello | 25 | 16,89 |
Codo-antebrazo derecho | 12 | 8,11 |
Espalda | 40 | 27,03 |
Hombro derecho | 32 | 21,62 |
Mano muñeca derecha | 39 | 26,35 |
En la Tabla 2 se puede apreciar que la relación entre el factor del riesgo ergonómico y los TME fue significativa (p = 0,001), con una fuerza de correlación positiva de 0,301.
Factor del riesgo ergonómico | Trastornos musculoesqueléticos | ||
Factor del riesgo ergonómico | Correlación de Pearson | 1 | 0,301** |
Sig. (2 colas) | 0,001 | ||
N | 184 | 184 | |
Trastornos musculoesqueléticos | Correlación de Pearson | 0,301** | 1 |
Sig. (2 colas) | 0,001 | ||
N | 184 | 184 |
** Correlación significativa al 0,01 (2 colas).
En la Tabla 3 se aprecia que las molestias están relacionadas con el sexo, tipo de contrato y puesto de trabajo. Las personas con mayor edad presentan molestias en el cuello (p: 000), los que tienen un contrato completo presentan molestias musculoesqueléticas en un 84,42 % y los operarios de máquinas como los de producción también tienen ese problema (p-valor menor a 0,05).
Variables secundarias | Trastornos musculoesqueléticos | ||
---|---|---|---|
No | Sí | ||
n(%) | n(%) | p-valor | |
Soltero | 22 (30,99) | 49 (69,07) | |
Tipo de contrato | 0,001 | ||
Completo | 24 (15,58) | 130 (84,42) | |
Parcial | 13 (43,33) | 17 (56,67) | |
Puesto de trabajo | 0,000 | ||
Administrativo | 21 (70,00) | 9 (30,00) | |
Ayudante | 3 (25,00) | 9 (75,00) | |
Operario de máquina | 0 (0) | 24 (100,0) | |
Operario de producción | 13 (11,02) | 105 (88,98) |
Discusión
Entre los principales hallazgos descriptivos se evidencia que el 43,48 % de trabajadores de la industria alimentaria tienen un nivel de riesgo ergonómico bajo. Esto difiere de lo encontrado por Ashiq et al. 12 en trabajadores de confección de ropa de vestir en Pakistán, donde tienen largas jornadas laborales, y concluyeron que el nivel de riesgo ergonómico predominante fue alto (40,3 %). Igualmente, los resultados no concuerdan con un estudio realizado en Ecuador en trabajadores de recolección de desechos sólidos, quienes se dedican a realizar barridos con un triciclo de basura en distintos turnos de trabajo, donde se evidencia que el nivel de riesgo ergonómico fue medio (48,4 %) 13. Por último, en un estudio realizado en Lima-Perú a músicos percusionistas se muestra que el nivel de riesgo ergonómico predominante fue muy alto (38,46 %) 14. Estas disparidades en los hallazgos podrían deberse a que el método REBA se utiliza principalmente para el análisis de posturas forzadas y no específicamente para la evaluación de movimientos repetitivos, y también por el tipo de lugar y actividades que podrían ser riesgosas ergonómicamente y requieren de actuaciones específicas que minimicen este riesgo, donde el tipo de actividades es similar a las reportadas en el presente trabajo 24.
Otro hallazgo fue que el 79,89 % de los trabajadores manifestaron TME, y la parte del cuerpo que presentó más molestia fue la espalda, con un 27,03 %. Este hallazgo guarda relación con lo encontrado por Russo et al. 17, donde la prevalencia de los TME en trabajadores italianos fue del 51,0 % y para el dolor de espalda fue de 46,1 %.
Otro estudio concuerda con el anterior hallazgo, ya que evidenció que los trabajadores ecuatorianos alzadores de frutas presentaron más molestias en la parte dorsal o lumbar (26 %) 16. Se ha demostrado, en una investigación realizada en trabajadores de una empresa de refinería de Lima-Perú, que el 52,9 % presentó TME y el tronco fue la parte más afectada 7. Estas disparidades porcentuales podrían deberse a la diferencia en la percepción de los participantes del estudio sobre el dolor o la incomodidad, el tamaño de la muestra, el entorno laboral y la carga de trabajo. Asimismo, estos hallazgos confirman que los TME siguen siendo considerados como una de las causas más comunes de discapacidad en todo el mundo, y que el dolor lumbar es la condición más frecuente en sus actividades laborales 25.
Un hallazgo importante es que el riesgo ergonómico se relaciona significativamente con los TME en trabajadores (r = 0,301), donde las personas con un riesgo ergonómico muy alto presentan molestias. Ashiq et al. 12 evidencian que existe una fuerte correlación positiva entre el factor de riesgo ergonómico y los TME (r = 0,9, p ≤ 0,001) en los trabajadores de confección de ropa en una ciudad de Pakistán. Asimismo, en el estudio realizado por Pincay Vera et al. 16, se concluye que existe una correlación moderada positiva entre el riesgo ergonómico y los TME y posturas (r = 0,56, p ≤ 0,001). De la misma manera, se puede observar en el estudio de Ramírez Pozo 26 que existe una asociación significativa entre ambas variables (R2 = 0,851, p = 0,05) en una población de trabajadores de una refinería de Lima. Con este hallazgo se confirma que las posturas o movimientos inadecuados en las actividades de los trabajadores les pueden producir un TME, y estas diferencias de fuerza de correlación de los hallazgos se deben, posiblemente, al tipo de trabajo y las herramientas de evaluación disponibles y las estrategias aplicadas para la evaluación de los riesgos ergonómicos que requieren competencias específicas y capacitación adecuada para ser seleccionados y utilizados adecuadamente 17.
Respecto a la relación entre las variables secundarias con los TME, el sexo se relacionó con los TME (p = 0,015); los hombres presentaron mayores molestias. Este resultado fue comparado con los estudios realizados por Russo et al. 17 y Ramírez Pozo 26, lo que evidencia que el sexo se relaciona significativamente con los TME. Pero solo en el estudio de Russo et al. 17 se demuestra que las mujeres son las más afectadas. Con estos resultados se confirma que en la actualidad tanto las mujeres como los hombres realizan las mismas labores y enfrentan las mismas posibilidades de presentar TME, lo cual puede deberse a las diferencias en los roles sociales, las actividades y los comportamientos 27. Sin embargo, por las divergencias biológicas, los músculos de los hombres están más desarrollados que los de las mujeres, con tejido de fibra muscular masculino más grueso y con menos agua, por lo que el sistema musculoesquelético femenino es más propenso a sufrir daños. Cabe destacar que en el presente estudio las molestias las sintieron más los varones que las mujeres, posiblemente porque hubo mayor cantidad de sujetos del sexo masculino.
La edad no se relacionó significativamente con los TME ( p = 0,061). Este dato concuerda con los estudios realizados en Perú por Zamora-Chávez et al. 28 y por Ramírez Pozo 26. Pero, en cambio, el estado civil resultó significativo en lo que respecta a los TME (p = 0,011), ya que los que tienen pareja (casados y convivientes) sí presentaron dolor. Este hallazgo es respaldado por dos estudios realizados en Perú 18 y China 19, los cuales evidenciaron que el estado civil se relaciona con los TME (p ≤ 0,001). Barzideh et al. 29 explican que los trabajadores con cónyuge no solo cumplen con sus labores de trabajo, sino también con su responsabilidad familiar. Además, su tiempo de descanso es relativamente menor que el de otros trabajadores.
El puesto de trabajo se relacionó con los TME (p = 0,001), ya que los operarios de puestos de producción manifestaron dolor en el hombro y muñeca derecha. Este hallazgo es similar a las investigaciones realizadas por Garzón Duque et al. 21, Njaka et al. 2 y Russo et al. 17, quienes evidenciaron que el puesto de trabajo se relaciona con los TME, por tanto, se confirmó que el puesto de operarios o manuales son los que presentan más dolencias. Esto se explica por las frecuentes actividades como agacharse o ponerse en cuclillas y levantar objetos pesados del piso y, por ende, la parte baja de la espalda presenta la tasa más alta de los TME de los trabajadores. Incluso el trabajar de pie por un tiempo prolongado tiene una fuerte asociación con molestias en los pies y piernas. Esta es una desviación de los principios ergonómicos del trabajo que estipula que las tareas deben adaptarse a los trabajadores y también se supone que deben trabajar en una posición neutral y en zonas de confort 30.
El tipo de contrato de trabajo se relacionó con los TME (p = 0,001), lo cual explica por qué las personas con un tipo de contrato completo presentaron más dolor en comparación con el nombrado. Este hallazgo es congruente con el estudio de Dong et al. 20, quienes señalaron que la situación laboral se asoció significativamente con los TME.
Esto podría deberse a que los empleados temporales o contratados experimentan más inseguridad laboral que los empleados permanentes o nombrados. Además, la inseguridad laboral ha sido identificada como un importante factor de estrés laboral y afecta negativamente la salud y el bienestar psicológico y físico de los empleados y, por ende, podría conducir a la aparición o agravamiento de los TME 31.
En cuanto a las limitaciones, el diseño transversal nos permite describir asociaciones, pero no extraer inferencias causales sobre los efectos de las diferentes variables en los TME. Otra limitación es que el estudio ignoró las interacciones cuantitativas entre los factores ocupacionales, psicosociales y demográficos. Es posible que se necesite un diseño de estudio de cohorte prospectivo en el futuro para proporcionar evidencia de una investigación más sólida. Como en la mayoría de los estudios transversales, se muestra información recolectada de autoinforme, por lo que es posible que los encuestados hayan proporcionado respuestas vagas o exageradas sobre sus TME. Este estudio tiene fortalezas clave por ser una de las primeras evidencias de investigación sobre TME entre trabajadores de la industria alimentaria.
En conclusión, el riesgo ergonómico se relaciona con los TME y evidencia una correlación positiva baja. Asimismo, el sexo, el estado civil, el puesto de trabajo y el tipo de contrato se relacionan con los TME, donde los más afectados son los varones, los que tuvieron pareja, los que desempeñaron el puesto de operario y los contratados. Por otro lado, se evidencia que la mayoría de los trabajadores de la industria alimentaria tiene un nivel de riesgo de ergonomía bajo, es decir, un menor riesgo de problema ergonómico, y presentan TME, con mayor molestia en la espalda.
Para futuros estudios, a partir de los hallazgos presentados, se recomienda centrarse en el análisis de la efectividad de las metodologías y estrategias de evaluación actuales que se usan para valorar los factores de riesgo biomecánicos/ergonómicos de manera periódica, considerando a la población más afectada según el perfil sociodemográfico y laboral. Estas estrategias innovadoras deberían estar dirigidas, principalmente, a mejorar nuestra comprensión de los riesgos laborales emergentes que pueden asociarse a los TME y, por ende, desarrollar intervenciones en el lugar de trabajo para mejorar el proceso de evaluación y gestión de riesgos laborales, de tal forma que sea posible implementarlas en los sistemas de vigilancia de la salud.
Asimismo, aumentar la conciencia de los trabajadores y los empleadores sobre las medidas ergonómicas y personales apropiadas que son necesarias para mejorar la seguridad y el bienestar de los trabajadores. Por último, se recomienda formular políticas referentes a la seguridad de los trabajadores y la productividad de la empresa, las cuales ayudarían a salvaguardar a los trabajadores y empleadores de desviaciones de salud y pérdidas económicas en términos de días de trabajo no laborados, compensación y baja productividad. Igualmente, ayudarían a mejorar las condiciones de trabajo, como el ambiente laboral, ya que les permitiría realizar una variedad de actividades recreativas y ajustar el ciclo operativo.