Señor editor,
Después de haber revisado el artículo original "Nivel de conocimientos de higiene de manos en enfermeras y médicos de tres hospitales nacionales del seguro social de salud, 2018"1 es de nuestro interés manifestar que este estudio ratifica lo que publicaciones previas han hallado: un bajo nivel de conocimientos respecto a una estrategia que ha demostrado ser la mejor y más económica forma de reducir la proporción, morbilidad , mortalidad y los costos económicos de las infecciones asociadas a la atención en salud (IAAS). Sin embargo, no solamente es deficiente el nivel de conocimientos, sino también el cumplimiento y actitudes respecto a higiene de manos, todo lo cual complica el escenario y perpetúa las altas tasas de prevalencia de IAAS.
Sin duda, el mayor esfuerzo es lograr la adherencia y debido cumplimiento de la higiene de manos, en especial en los llamados "cinco momentos", sobre todo cuando se trabaja en áreas particularmente vulnerables como residencias geriátricas. De acuerdo a un estudio2, pareciera que "tratamos de ser cumplidos solo si nos están observando"; en efecto, gracias a la presencia de una enfermera entrenada en verificar cumplimiento de uso de alcohol en gel se pudo lograr reducir de modo significativo la contaminación ambiental por microorganismos multirresistentes como Acinetobacter baumanii, enterobacterias productoras de betalactamasas y S.aureus meticilina resistente (MRSA).
De hecho, diversos estudios han mostrado que al comparar cumplimiento de higiene de manos entre médicos y enfermeras, son estas profesionales las que, en general, tienen mejor adherencia, incluyendo las que laboran en unidades de cuidados intensivos (UCI)3,4; sin embargo, hay discrepancias entre resultados de un estudio a otro, en especial cuando se trata de conocimientos y prácticas. Además, hay estudios que encontraron que hay personal que percibe que ha realizado una mejor higiene si se lava con jabón que cuando usa solo el alcohol en gel5. De hecho una revisión sistemática6 que extrajo información de 61 estudios internacionales, la mayor parte de ellos ejecutados en UCI de adultos, encontró que el cumplimiento de higiene era mayor en países de mejores ingresos económicos, mayor en personal trabajando en UCI neonatal que en UCI de adultos, pero concluyeron que, en promedio, la tasa de cumplimento era menor a los objetivos internacionales.
Se ha intentado una serie de mecanismos para optimizar la adherencia y cumplimiento de higiene de manos, como es el caso de un estudio7) que hizo seguimiento de médicos y enfermeras que laboraban en dos UCI a lo largo de tres años usando educación, retroalimentación, entrevistas, recordatorios y modelos de conducta (modelo multifacético), encontraron que mejoraron las cifras iniciales, excepto en el "momento 3" (después de la exposición a los fluidos corporales); pese a las mejoras, el estudio concluyó que eran necesarias estrategias de seguimiento a largo plazo, ya que los niveles de cumplimiento de higiene de manos fueron disminuyendo con el tiempo, pasada la fase de intervención.
Entonces surge la pregunta obvia ¿será posible elevar y mantener en el tiempo una adecuada adherencia a la higiene de manos? Los autores hemos encontrado algunas posibles alternativas, por ejemplo, un ensayo controlado y aleatorizado8 realizado en un hospital de Miami, Florida, se propuso investigar si la preparación a través de pistas olfativas y visuales incrementaba el uso de alcohol en gel. El experimento consistió en usar un olor a limpio/cítrico y fotos de ojos femeninos y masculinos. Se observó una mejora significativa cuando se colocó una foto de "ojos masculinos" sobre el dispensador de gel de mano (33,3% vs. 15,0%, p < ,038), de igual manera encontraron que un olor limpio y cítrico mejora de modo significativo la conducta esperada (46,9% vs. 15,0%, p = ,0001).
Por otro lado, estudio9 probó la no-inferioridad de 15 versus 30 segundos de lavado de manos para la contaminación por Staphylococcus aureus y Escherichia coli en diferentes cargas, usando volúmenes de lavado de manos personalizados a base de alcohol isopropanol del 60%. El experimento consistió en "contaminar" las manos de los participantes con E. coli o S. aureus (caldo que contenía 108 o 106 UFC/ml) y se compararon subgrupos desinfectando las yemas de los dedos friccionando con alcohol en gel por 15 o 30 segundos según el grupo. Los investigadores constataron que no hubo inferioridad de 15 en comparación a los 30 segundos, independientemente del tipo de bacteria o la concentración de fluido de contaminación. En conclusión, es posible que una fricción de menor tiempo a la establecida sea capaz de higienizar las manos del personal de salud, permitiendo así mayor posibilidad de cumplimiento.
En todo caso, visto el impacto de las IAAS y su fácil prevención con la correcta y oportuna higiene de manos, hay que seguir investigando modos creativos, eficaces y baratos de incrementar esta conducta