Sr Editor: En Brasil, Venezuela, Colombia, Bolivia 1) y Guayana Francesa 2) se han reportado brotes por transmisión oral de la enfermedad de Chagas asociados epidemiológicamente al consumo de bebidas como el jugo de açaí (fruto de una palmera) y caña de azúcar 1. Entre el 2002 a 2012, se reportaron 959 casos de enfermedad de Chagas aguda (ECA), de ellos, el 66,5% fueron por transmisión oral, con una tendencia al incremento 1.
En Perú, entre el 2006 a 2010 fueron reportados siete casos de ECA en la cuenca amazónica 3-4, seis de los cuales fueron niños de comunidades nativas de la provincia Datem del Marañon, en el departamento de Loreto. Uno de ellos, fue una niña Candoshi de dos años de la comunidad de Chambira, en el distrito de Andoas 4. En este caso, además de la investigación entomológica, serológica y la entrevista a los padres para establecer si se infectó por vía vectorial, oral o congénita 4, se realizó una encuesta exploratoria de conocimientos, actitudes y prácticas a los jefes de familia de las comunidades de Chambira, San Fernando y Progreso, en mayo de 2010.
Dada la relevancia y la escasa información del riesgo de la transmisión oral, describimos los hallazgos. El objetivo fue conocer la percepción sobre la enfermedad de Chagas e identificar las bebidas y los jugos que consume la población que son consumidas por la población y que podrían tener potencial riesgo de transmisión oral de Trypanosoma cruzi (T. cruzi).
Las 19 preguntas aplicadas se distribuyeron en datos sociodemográficos (cinco preguntas), conocimientos y hábitos del vec tor (tres), transmisión (una), participación comunitaria (dos), actitudes (dos), tipo de jugos o bebidas que son consumidos y los recipientes utilizados en su preparación (tres), medidas de prevención (una) y fuentes de información (dos). Para identificar si reconocían los triatominos hematófagos, se les enseñó muestrarios adultos de Panstrongylus geniculatus y de Rhodnius prolixus.
La comunidad de Chambira es eminentemente Candoshi y está ubicada en la ribera del río Huitoyacu, afluente del río Pas taza. En cambio, San Fernando está conformado, principalmente por mestizos y algunos nativos y está ubicado en la unión de los ríos Huitoyacu y Pastaza. Progreso está ubicado entre San Fernando y Chambira.
Fueron entrevistados, previo consentimiento de los cuatro Apus (líderes) de las comunidades, 34 jefes de familia, de los cua les, el 67,6% (23/34) fueron varones. Una persona de 61 años manifestó haber sido picado, alguna vez, por una «punduna», pre sentando chagoma y fiebre. Ninguno de los entrevistados conocía el rol de los triatominos en la transmisión de T. cruzi (Tabla 1).
a Se excluyeron a los que no identificaron a los triatominos
b Cultivos de plátano y de camote
RIC: rango intercuartilico
El 52,9% (18/34) de los entrevistados provenían de San Fernando, 44,1% (15/34) de Chambira y un jefe de familia (2,9%) de Progreso. El 94,1% (32/34) manifestó que aceptaría que le tomen una muestra de sangre para hacerse un examen y descartar alguna infección.
Además, fueron identificados 11 bebidas o jugos ingeridos por la población y que son preparados y conservados en reci pientes de boca ancha. Los brotes ocurrirían por el ingreso ocasional de triatominos a las viviendas, atraídas por la luz. El açaí se contaminaría directamente con las heces de los vectores o por triatominos infectados caídos accidentalmente a los recipientes con pulpa de açaí o durante la manipulación o colección del fruto 5.
En un brote por transmisión oral en la Amazonía brasileña, se identificó T. cruzi linaje TcIV, tanto en los pacientes como en el jugo de açaí, confirmándose como agente etiológico de la enfermedad de Chagas 6. Asimismo, el jugo de caña de azúcar, consumido en las comunidades encuestadas, ha sido vinculado, epidemiológicamente, a los brotes de la enfermedad de Chagas 1. En cuanto al riesgo, el «chapo», «mingado de arroz» y la «chicha» son consumidos inmediatamente después de ser hervidos; sin embargo, el resto son bebidas naturales mantenidas en condiciones ambientales; por lo tanto, existe el riesgo de su potencial contaminación si se mantienen en recipientes abiertos.
En Perú, la ingesta de aguaje podría ser un vehículo para la transmisión oral de T. cruzi7. Asimismo, en Datem del Ma rañón, dos hermanos huambisas con ECA tenían una semana de diferencia en el inicio de sus síntomas, por lo que se habrían infectado por vía oral, al ingerir masato 4. Se requieren estudios de supervivencia o viabilidad de T. cruzi para conocer mejor el riesgo.
El uso de mosquiteros y las alternativas tradicionales podrían ser factores protectores para evitar infectarse con T. cruzi. En una comunidad huambisa, un caso agudo resultó ser el único de su familia que no dormía bajo mosquitero 4.
A pesar de no haberse confirmado brotes por transmisión oral de la enfermedad de Chagas en Perú, en las capacitaciones de los microscopistas en el marco del Plan Malaria Cero, se debería incluir el diagnóstico diferencial de T. cruzi.
Estos resultados preliminares, tiene limitaciones como la antigüedad de los datos y el reducido tamaño muestral, sin embargo, brindamos una primera aproximación al riesgo de transmisión oral de T. cruzi en una comunidad de la Amazonía peruana.