Sr. Editor:
La COVID-19, causada por el virus SARS-CoV-2, se ha expandido rápidamente en diferentes regiones desde su importación al Perú el 6 de marzo del 2020 procedente de Europa. Esto generó un estado de emergencia sanitaria en todo el territorio peruano.
El Ministerio de Salud del Perú (MINSA), a través del Centro Nacional de Epidemiología, Prevención y Control de Enfermedades, viene informando periódicamente las zonas de alto riesgo y el número de casos positivos de la COVID-19. Apurímac se ubica dentro del grupo con menor porcentaje de positividad (13,7%) según el informe publicado a finales de julio del 2021 1.
Entre las medidas sanitarias adoptadas por el gobierno peruano para brindar atención a pacientes con COVID-19 resaltó la telemedicina, lo que produjo el cese parcial de actividades de los establecimientos de salud (EE.SS) orientados la Atención Primaria de Salud (APS) 2. Este nuevo contexto generó un problema de organización del primer nivel de atención, pues se tuvo que redireccionar los recursos a niveles superiores como hospitales; sin embargo, en mayo del 2020 se condujo la reactivación de los EE.SS en mayo con el objetivo de brindar atención preventivo-promocional e incluso de tratamiento en zonas focalizadas para disminuir o controlar los casos de la COVID-19 3,4.
Presentamos la experiencia concordante con la normativa nacional en la zona rural del departamento de Apurímac donde el personal de salud continuó brindando las medidas preventivo-promocionales de APS orientadas a la educación sanitaria a la población del correcto lavado de manos y uso de métodos de barrera como mascarillas mediante charlas educativas distanciadas. Adicionalmente, se persistió con la vacunación de poblaciones vulnerables, el triaje diferenciado en situaciones de urgencia-emergencia y, a partir de abril del 2020, la toma de prueba rápida serológica para la COVID-19 con el fin de realizar un manejo y seguimiento oportunos (Figura 1). Estas actividades concuerdan con las sugeridas por la Organización mundial de la Salud, el Banco Mundial y Villanueva-Carrasco et al. quien propuso medidas clave a realizar como respuesta del primer nivel de atención de salud del Perú a la pandemia COVID-195-7; por lo que, consideramos que el quehacer sanitario de los EE.SS. apurimeños han contribuido al mejor control del número de casos.
Sin embargo, en el Perú, aún faltan estudios que hayan evaluado el impacto de la APS en el control del número de casos de la COVID-19 en zonas rurales. Y ante la oportunidad promovida por el MINSA en mejorar la capacidad de los EE.SS en zonas de comunidades indígenas y centros poblados rurales contra la COVID-19 mediante un plan nacional desde mayo del 20208, resaltamos la importancia de incentivar la investigación relacionada por parte del gobierno peruano en estas comunidades.
En conclusión, las actividades de APS en la zona rural del departamento de Apurímac pudieron haber contribuido con su continuo bajo porcentaje de casos positivos de COVID-19. Por tanto, sugerimos continuar fortaleciendo estas actividades en comunidades rurales mediante un estricto cumplimiento de las normativas impuestas por el gobierno peruano y, también, promover la evaluación del impacto de esta mediante trabajos de investigación multidisciplinarios.