INTRODUCCIÓN
Las enfermedades no trasmisibles (ENT) son padecimientos de larga duración y lenta progresión. Entre ellas, destacan las enfermedades cardiovasculares, cáncer, diabetes mellitus y las respiratorias crónicas, con gran impacto en los países en vías de desarrollo, que agravan la problemática socioeconómica y deterioran más la calidad de vida de las poblaciones pobres y vulnerables 1, quienes registran más del 75% de estas enfermedades y, cada vez, afectan más a personas entre los 30-69 años de edad, con incremento de la mortalidad prematura 2.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), entre los factores de riesgo para ENT destacan los factores comportamentales modificables y los metabólicos. Considerando como factor comportamental al tabaquismo, la exposición al humo ajeno, la ingesta de alimentos con elevado sodio, consumo de alcohol y la deficiente actividad física 3. Los factores metabólicos son la hipertensión arterial, el sobrepeso y obesidad, hiperglicemia e hiperlipidemia 4. Estudios de base poblacional muestran que los varones tienen más sobrepeso y obesidad que las mujeres, aumentando esta condición en los grupos de mayor edad, bien como en aquellos con menor escolaridad 5,6, bajo ingreso económico 5 y entre los casados/con pareja 6. Además, un tercio de la población padece diabetes o hipertensión 6,7 y casi un 20% presenta ambas enfermedades 6, hipertrigliceridemia, consumo de tabaco y alcohol 7; con actividad física deficiente 6,7.
La dislipidemia suele estar asociada con la hipertensión arterial, diabetes y/o tabaquismo 8. Hernández et al. 9, refieren que el colesterol total, c-HDL, c-LDL y los triglicéridos aumentan a mayor edad; adicionalmente, el colesterol total ajustado a la edad se asocia con cualquier factor de riesgo cardiovascular y, más del 70% de la población tiene al menos un factor cardiovascular. El sobrepeso y el sedentarismo están presentes en la mayoría de personas 5,6,8,10,11, con bajo consumo de frutas y verduras 10.
La amenaza que constituye las ENT en cualquier grupo social, especialmente en el Perú, que atraviesa una post transición epidemiológica desde finales del siglo XX, donde las ENT predominan sobre las demás enfermedades, dado el impacto negativo de la globalización, la urbanización descontrolada y los estilos de vida, con alto consumo de productos hipercalóricos, de bajo valor nutricional, ricos en sal, grasas saturadas, junto al sedentarismo 12.
Uno de los principales problemas, es el sistema sanitario deficiente en salud pública, a pesar de las políticas y normas reguladoras vigentes 14 en concordancia con la OMS; además de la escasa o nula información sobre las ENT en los trabajadores 13.
Bajo este contexto, la universidad es un espacio donde estudiantes, docentes y administrativos pasan largas horas, muchas veces sin oportunidad de retornar al hogar por las distancias geográficas existentes entre un lugar y otro. Docentes y administrativos laboran entre 8-12 horas continuas, interfiriendo con los hábitos de alimentación y prácticas de actividad física, observándose entre los trabajadores sobrepeso y obesidad con posibles enfermedades crónicos degenerativos en la salud 15.
El objetivo del estudio fue determinar la asociación entre los factores de riesgo para ENT comportamentales (el tabaquismo, la exposición al humo, la ingesta de alimentos con elevado sodio, consumo de alcohol y la deficiente actividad física) y metabólicos (hipertensión arterial, el sobrepeso, obesidad, hiperglucemia, hiperlipidemia) con algunas variables demográficas (sexo, edad, residencia, estado civil) y comorbilidades (dislipidemia, hipertensión arterial, diabetes mellitus) en personal docente y administrativo de una institución universitaria.
MATERIAL Y MÉTODOS
Estudio cuantitativo, descriptivo y de asociación. La población estuvo conformada por los docentes y el personal administrativo que laboraban en una institución universitaria, localizada en el interior de la Región Lima. El estudio fue realizado durante el semestre 2018-II, con una población de 249 (docente 162 + administrativo 87). Se estimó una muestra utilizando la fórmula de población finita para estudios de proporción, con un nivel de confianza de 95%, un error de 5% y una probabilidad de acierto de 40% (n=150), elegidos mediante muestreo probabilístico, con reposición. Se consideraron como criterios de inclusión: ser personal docente o administrativo de la universidad, ambos sexos, residentes en el país en los últimos cinco años y participación voluntaria. Fueron excluidas las mujeres gestantes.
Se realizó la toma de muestra de sangre venosa en ayunas para determinar glucosa, perfil lipídico (HDL colesterol, LDL colesterol, colesterol total y triglicéridos) medido en el laboratorio utilizándose el método enzimático colorimétrico, la muestra de sangre obtenida fue de 5 ml en tubos al vacío, sin anticoagulante.
La presión arterial fue medida por el encuestador, con el trabajador en posición sentada luego de 10 a 20 minutos de reposo, utilizándose un tensiómetro o esfingomanómetro aneroide con brazalete velcro de marca Riester® con manguito de tamaño medio y un estetoscopio de aluminio también de marca Riester® para todos los participantes.
Para el índice de masa corporal (IMC) se tomaron las medidas de peso y talla utilizando un tallímetro adherido a la pared y una balanza digital marca ADE® Germany, con una capacidad máxima de 150,00 kg.
Se aplicaron dos cuestionarios mediante la entrevista. Uno elaborado a partir del STEPS Instruments propuesto por la OMS para medir factores de riesgo de ENT 16, considerando el cuestionario básico que tiene cinco componentes, la primera parte registra datos del entrevistador y entrevistado, siguen datos del entrevistado y luego 21 criterios sobre: consumo de tabaco, de alcohol y del régimen alimentario.
El segundo instrumento fue el Cuestionario Internacional de Actividad Física-IPAQ. Zhang-Xu et al. 17, citando a Graig, refieren que tiene buena confiabilidad y validez internacional, habiendo sido utilizado en poblaciones de 15-69 años de edad para medir el grado de actividad física. El instrumento fue aplicado en diferentes países 18, incluyendo el Perú 17. Está estructurado en cuatro componentes: tiempo libre, mantenimiento del hogar, ocupacionales y transporte 19; utilizándose en el estudio la versión corta 20.
La actividad física se midió en equivalentes metabólicos (MET). La clasificación se realizó teniendo en cuenta la actividad física de cada participante. Un MET es la energía consumida mientras se permanece sentado/reposo; el valor MET de una actividad o ejercicio se calcula en relación con el reposo. En caso de ejercicio o actividad vigorosa, el esfuerzo debe ser superior a 6 MET. Como ejemplos se puede citar, que caminar a paso ligero equivaldría a 2,5 MET, caminar a paso muy rápido a 4,5 MET. Son actividades vigorosas el baile aeróbico, montar bicicleta, nadar, jugar tenis, correr, entre otros 21.
Serón et al. 22, citando la guía IPAQ, refieren que los MET son una forma de calcular los requerimientos energéticos y que son múltiplos de la tasa metabólica basal y la unidad utilizada de MET-minuto; se calcula multiplicando el MET correspondiente con el tipo de actividad realizada por minuto ejecutado en un día o una semana 18.
El tercer instrumento fue una ficha de registro de los datos antropométricos y bioquímicos, consta de 7 criterios, constituido por 12 ítems: Presión arterial, peso/talla, glucosa en ayunas, perfil lipídico y triglicéridos.
Para recolectar los datos se cumplieron con los trámites de autorización. La lista de docentes y administrativos fue obtenida de la oficina de recursos humanos de la universidad; luego se procedió a unificarlo intercalando docentes y administrativos obteniéndose el muestreo en el programa Excel 2010. Cada trabajador fue contactado vía celular y personal. La toma de datos fue realizada en locales de la Universidad (Campus Universitario y Sede Administrativa-ciudad), según programación, entre diciembre 2018 y febrero 2019, solicitándoles asistan con ropa ligera y en ayunas de 12 horas.
El trabajador fue informado sobre el objetivo y procedimientos del estudio, dando respuesta a sus inquietudes. Una vez firmado el consentimiento informado fue realizada la entrevista en una sala libre de ruidos, en un tiempo estimado de 15-20 min. Concluido esta fase, se obtenía la muestra de sangre (de 7-10 ml). Continuando con la medición de la presión arterial siguiendo el protocolo 23; la toma de presión arterial se realizó en ambos brazos y para el estudio se consideró el control del lado izquierdo. Todo el procedimiento ocurrió durante 10-12 minutos; terminando con la antropometría conforme normatividad 24; la balanza era regulada cada 10 participantes.
Para el análisis estadístico, los datos previamente fueron digitados en una base de datos en Programa Excel 2010 utilizando códigos. Luego, fueron importados por el Programa SPSS v. 15,0. Se usó la estadística descriptiva con frecuencias absolutas y relativas. Para determinar asociación de variables categóricas se utilizó el test de Chi-cuadrado, test de Fisher y Odd ratio, considerando un valor estadístico significativo de p < 0,05.
El proyecto fue revisado y aprobado por el Comité de Ética de la Universidad Nacional de Barranca, aún no acreditado por el Instituto Nacional de Salud por ser una universidad recién creada. (Registro N° 002-2019-UNAB/CEPI).
RESULTADOS
El 51,3% era mujer, el 54,0% 40 años con una media y desviación estándar de 41,3 ± 11,7, 65,3% residían en Barranca, 44,7% eran casados, 35,3% trabajaba en otro lugar y 73,3% pertenecía a familias con menos de cuatro miembros. La IMC media fue 28,0 ± 4,4.
En la Tabla 2, se muestra la frecuencia de hábitos nocivos, estilo de vida y comorbilidades en la población estudiada; resalta el bajo consumo de verduras y hortalizas en el 66,7%, la actividad física deficiente en el 82,0% y la dislipidemia en 87,3%.
En la Tabla 3, se muestra el nivel de asociación de los factores demográficos y de los factores de riesgo para ENT, con hipertensión arterial en la población estudiada; ser varón, mayor de 40 años, estar casado, padecer de alguna enfermedad y consumir alcohol de manera frecuente, se asociaron con hipertensión arterial.
*Test de Fisher
En la Tabla 4, se muestra la asociación de los factores demográficos y de riesgo para ENT, con obesidad, sobrepeso en la población estudiada; ser varón y residir fuera de Barranca se asociaron con la obesidad y sobrepeso
*Test de Fisher
No se encontró asociación significativa entre factores demográficos y factores de riesgo para ENT con dislipidemia (Tabla 5), ni con diabetes (Tabla 6).
*Test de Fisher
*Test de Fisher
DISCUSIÓN
Estudios realizados en Uruguay y Tailandia con trabajadores de un banco y una empresa petrolera también muestran mayor presencia de mujeres 24,11, la edad media en trabajadores del banco fue 48 años 24 y mayores de 30 años en la empresa petrolera 11.
Sobre los factores de riesgo comportamentales para ENT se evidencia alta frecuencia (Tabla 2). Aunque el hábito de fumar y consumo de alcohol fueron más bajos que los datos reportados por el INEI a nivel nacional el 2018 (25). Por otro lado, Skapino y Alvarez 26 identificaron que el 16,1% fumaba y 49,3% con historia de fumar; la baja frecuencia está relacionado con la política de no fumar de la institución laboral; semejante a la institución en estudio, identificada como universidad saludable libre de tabaco atendiendo a la Ley No29517 27.
Otro factor fue la inactividad física, siendo mayor que en estudios previos 13,25. Esto muestra que los trabajadores de la universidad tienen escaso tiempo para ejercitarse.
Según la OMS 28, una persona debe caminar con paso ligero al menos 30 min., cinco veces por semana, consumiendo un mínimo de energía de 600 MET-min/semana para obtener beneficios de la actividad física; caso contrario los riesgos de ENT aumentan.
En el consumo de frutas y verduras, es recomendable consumir cinco porciones de frutas y verduras al día o 400 gramos, siendo esto imposible debido al horario laboral, reportándose en el estudio más consumo de frutas que verduras y hortalizas. Al respecto, Rosas et al. 16, refieren que el 85,3% de trabajadores consumía frutas y verduras por debajo de las recomendaciones. La tercera encuesta nacional sobre factores de riesgo para ENT en Argentina reportó un consumo promedio diario de 1,9 frutas o verduras 10.
Entre los factores de riesgos metabólicos para ENT, el sobrepeso y la obesidad en el estudio muestran mayor frecuencia al compararse con información nacional 27, pero semejantes a estudios previos 11,13,25. El sobrepeso y la obesidad constituyen un problema creciente en la población, siendo alarmante y afectando al 40%, y en algunos casos llega a superar el 60% 11, predisponiendo al desenlace de alguna enfermedad cardiovascular, que se potencializa al sumar varios factores de riesgo 29. Hernández et al. 9, refieren que más del 70% de la población presenta al menos un factor de riesgo cardiovascular.
Además, la frecuencia de hipertensión arterial y de diabetes en la población estudiada fue baja, contrarios a la dislipidemia. Un estudio uruguayo mostró que la hipertensión arterial afectaba al 30,2% y la dislipidemia al 33,1% de población 25. La alta frecuencia de dislipidemia en los trabajadores del estudio, triplica los valores obtenidos en otros estudios, siendo un dato importante, sobre todo, por sus consecuencias en la salud, como enfermedades cardiacas incluso, derrame cerebral 30; reconociendo, además, que una proporción de personas con hipertensión y diabetes desconocen que la padecen 25.
En nuestro estudio, se encontró asociación con hipertensión arterial, el ser varón, tener ≥ 40 años, padecer de alguna enfermedad, y consumir alcohol. Sin embargo, Maguiña 31 en su estudio identifican un total de 33 adultos que presentan una mayor predisposición a desarrollar hipertensión arterial por ser mayores de 40 años, por lo tanto, evidenciamos que la edad es un factor no modificable, que afecta a la población en estudio.
Se encontró asociación con obesidad, el ser varón, y residir fuera de Barranca y tener triglicéridos alterados. Rosas et al. 13, reportan que el colesterol total, cLDL, triglicéridos, cHDL estaban elevados en las personas obesas (p<0,05) estableciendo asociación entre una ENT como: enfermedad cardiovascular, diabetes, enfermedad respiratoria crónica, cardiometabólicas, hipertensión arterial e hiperlipidemia, con tener 40 años de edad y con tener sobrepeso 11.
En el caso de alimentos no fue incluido en el estudio el consumo de grasas trans, bebidas azucaradas y alto contenido de sodio, tomando en consideración previos estudios 11,25,32.
Es importante prevenir enfermedades cardiovasculares en la población estudiada, sobre todo, al considerar que ser varón, mayor de 40 años, con obesidad constituye factores de riesgo para enfermedades cardiovasculares 30. Rosas et al. 13, citando a Maggio y Pi-Sunyer, refieren que el sobrepeso y la obesidad constituyen riesgos en numerosas dolencias, entre ellas la dislipidemia, que afecta a una alta proporción de trabajadores. Al respecto, pocos estudios a nivel nacional la abordan, a pesar de ser reconocida como predictor de enfermedad cardiaca o derrame cerebral, dato que marca relevancia en las enfermedades discapacitantes, y cada vez más, en poblaciones menores de 60 años 29.
Entre las limitaciones del estudio, resaltar el tamaño de la muestra comparado con estudios previos y su diseño transversal, debiendo corroborarse los resultados con estudios de causa-efecto. Asimismo, pudo estar presente el sesgo de memoria, pues no siempre las acciones cotidianas se recuerdan con precisión. Además, algunos trabajadores no participaron del estudio, posiblemente por la escasa cultura de participar en estudios de investigación. Por último, otra limitación fue el instrumento utilizado para determinar la presión arterial.
Concluyendo, el estudio muestra que en la población estudiada los factores de riesgo para ENT como consumir alcohol, bajo consumo de frutas y verduras, la hipertensión, obesidad y dislipidemia, tienen asociación con el ser varón, tener ≥40 años, padecer de alguna enfermedad; los cuales deben ser considerados al implementar estrategias de prevención y control con eficacia en los centros laborales y, en el caso de la universidad, promover actividades orientados a persuadir y preservar estilos de vida saludable. Actualmente, existe interés por crear ámbitos de esparcimiento y desarrollo de actividades físicas vigorosas con personal capacitado con acceso a la comunidad universitaria y dispendio de alimentos saludables dentro del claustro.