Introducción
Las enfermedades parasitarias son consideradas en el mundo como un problema de salud pública. Se estima que la enfermedad de Chagas afecta de 8 a 12 millones de personas en Latinoamérica; en el 2020 se produjeron, a nivel mundial, 241 millones de casos y 627 000 muertes por malaria; en América, 120 millones de personas viven en zonas de riesgo de infección. Asimismo, la toxoplasmosis afecta a un tercio de la población a nivel mundial, y se considera que el Toxoplasma gondii es un importante oportunista encefálico. Todas estas patologías parasitarias poseen prevalencia alta en países de continentes tradicionalmente considerados de ingresos económicos bajos a medianos (como en África, Asia y en la región central y sur del continente americano) y prevalencia baja en países con altos ingresos. A pesar de esta situación, es escaso el interés por formarse en esta rama del conocimiento y existe un retraso en el desarrollo de las herramientas pedagógicas para su enseñanza 1-8.
En términos generales, en parasitología, el proceso enseñanza-aprendizaje no es activo, sino que se centra en el profesor o en el contenido más que en el estudiante; no es un proceso que estimule el trabajo en equipo, ni la solución de problemas reales. Las nuevas metodologías pedagógicas le confieren un papel protagónico al estudiante en el reto de aprender; no obstante, para afrontar estos cambios con éxito, se debe entender por completo la forma tradicional de enseñar la parasitología, porque solo de la interacción entre los nuevos procesos de enseñanza-aprendizaje y el ya existente es posible el éxito; es decir, la formación de profesionales de alta calidad 9-11.
Es por ello que el objetivo de este escrito de tipo revisión narrativa persigue, en primera instancia, mostrar las características del programa tradicional de la parasitología humana y, en segundo lugar, describir los atributos relevantes que definen la pedagogía tradicional de esta asignatura en las mallas curriculares de la mayoría de los programas de formación en ciencias de la salud latinoamericanos, con el propósito de estimular el debate sobre los procesos que conducen al aprendizaje, la integración del conocimiento, la promoción del desarrollo de habilidades mentales complejas como resultado de tareas globales significativas y la resolución de problemas sanitarios con base en el juicio crítico y el análisis 9,10,12-19.
Estrategia de búsqueda
El presente escrito, de tipo revisión documental narrativa, se basó en información disponible en repositorios digitales sobre aspectos del programa pedagógico tradicional de la parasitología humana o médica, con base en el empleo de descriptores o palabras clave en estrecha relación con el tema. Los artículos que se revisaron principalmente fueron aquellos publicados en revistas científicas arbitradas, indexadas y de reconocido prestigio. Se excluyeron documentos repetidos y aquellos sin conclusiones claras ni originales. Se incluyeron todos los documentos originales publicados hasta abril del 2023. El análisis de las ideas relevantes permitió agruparlas en tres subcapítulos en la sección de resultados: programa tradicional de la parasitología humana o médica, pedagogía tradicional en parasitología y conclusiones, con el fin de facilitar su lectura.
Programa tradicional de la parasitología humana o médica
La parasitología humana tiene sus bases en la biología, la fisiología, la bioquímica, la anatomía humana, la embriología, la inmunología y la patología. Su programa formativo está destinado a proporcionar, mediante uno o varios grupos de profesores en una o varias cátedras, conocimiento de las enfermedades parasitarias, de tal manera que el futuro profesional pueda ser capaz de sospechar, diagnosticar, tratar y prevenir de acuerdo con los casos predominantes, según cada región en particular. Su enseñanza se ha centrado específicamente en la historia natural de las parasitosis, es decir, en las bases morfológicas, biológicas y ecológicas que rigen la relación entre parásitos, transmisores y hospedadores; en los elementos de la biología y ecología humana y animal relacionados con las parasitosis, y en las características epidemiológicas que incluyen incidencia, prevalencia, distribución geográfica, morbilidad, mortalidad, magnitud, trascendencia, vulnerabilidad y mecanismos de transmisión 20-24.
Asimismo, forman parte de la enseñanza de la parasitología las relaciones parásito-hospedador, la patogenia y efectos directos de los parásitos sobre el hospedador, los signos y síntomas clínicos, los métodos diagnósticos (modo de obtener la muestra, procedimiento de laboratorio e interpretación de resultados), el tratamiento específico para cada tipo de parasitosis, la prevención y el control individual y colectivo, los programas sanitarios gubernamentales existentes dirigidos a enfrentar este tipo de enfermedades y la concienciación de los estudiantes sobre la importancia del estudio de estas enfermedades en su propósito por dar respuesta a los problemas de salud que enfrenta la población donde ejercerán sus funciones. Todo ello se estructura en dos secciones: la primera, relacionada con conceptos generales; la segunda, con aspectos especiales, con el propósito de revelar los mecanismos básicos relacionados con la prevalencia y control o erradicación de las enfermedades parasitarias o para lograr explicar las relaciones entre parásitos y seres humanos o el medio ambiente externo 20,24.
A pesar de que la parasitología, como asignatura, está incluida en el currículo de las carreras de las ciencias de la salud, muchos de los aspectos que la conforman se imparten dentro de los programas de otras asignaturas, los cuales son dictados por docentes sin adecuada formación en el campo, sin experticia diagnóstica y con escasa investigación sobre la materia, pero con el firme deseo de contribuir con la formación profesional completa del estudiante de ciencias de la salud. El parasitólogo tiene la responsabilidad de integrar la parasitología a lo largo del currículo; no obstante, han surgido muchos tropiezos y se ha tenido escaso éxito, pues es difícil cohesionar la labor docente y la práctica asistencial, dada en los servicios de medicina interna, patología, cirugía y pediatría, así como en los departamentos de medicina preventiva y social. Aunque la medicina preventiva y social apuesta de forma positiva por la promoción de la salud y la prevención de enfermedades parasitarias, existen escasas herramientas técnicas basadas en el contenido del programa de parasitología 20,24.
A esto se suma el hecho de que en algunos países se integra la parasitología a otras ciencias básicas, como la microbiología y la inmunología, sin ser considerada un curso básico y fundamental en los planes y programas de estudio, al punto de ser una asignatura electiva para algunas carreras del área sanitaria. La enseñanza de la parasitología es más diferenciada y forzosa en países con grandes ingresos económicos, donde las enfermedades parasitarias tienen menor prevalencia en relación con países con bajos ingresos económicos ―dada la débil asignación de recursos destinados a la educación superior―; no obstante, es conveniente destacar que esta situación podría revertirse si los gobiernos incrementaran su inversión en materia educativa y sanitaria 20,25-31.
Se reconoce que las enfermedades parasitarias están estrechamente ligadas con el medio ambiente y social en el que se desenvuelve el ser humano, una relación marcada por la complejidad y un constante cambio, para lo cual los actuales programas de formación en parasitología no están preparados, otra debilidad de las mallas curriculares que se suma a las antes señaladas. Cabe mencionar que la instrumentación de la enseñanza de la parasitología se ha centrado en conferencias que resaltan los aspectos de mayor interés y nuevos conocimientos, las prácticas de laboratorio para facilitar la comprensión y la fijación de conceptos, las discusiones de casos clínicos y anatomopatológicos (o método de aprendizaje situacional que estimula la participación activa del estudiante en clase con efecto positivo en el proceso educativo), las visitas o excursiones al campo (al medio ambiente y social donde se produce la transmisión), la presentación de seminarios por los estudiantes y por las clases magistrales dictadas por docentes de la asignatura o invitados. En todas estas estrategias pedagógicas se procura cuidar la calidad académica, con el propósito de contribuir eficientemente con la formación profesional del estudiante 20,25,32.
Es adecuado señalar que los métodos de enseñanza de la parasitología clínica previamente expuestos están actualmente cimentados, si se quiere acertadamente, en la enseñanza multimedia, donde la proyección de imágenes y videos son la clave para el incremento del interés del estudiante por aprender; sin embargo, con este método, la habilidad del pensamiento lógico puede verse comprometida por su efecto adverso en la concentración de los estudiantes, ya que una asignatura con temas es considerada por ellos como tediosa y monótona, lo que dificulta la memorización de lo aprendido 32.
Generalmente se emplean herramientas multimedia, con escasa escritura adicional en la pizarra del aula, las que contienen gran cantidad de imágenes fotográficas de parásitos y pacientes; la enseñanza práctica incluye demostraciones de laboratorio (las secciones morfológicas para la demostración de la forma del parásito y sus estructuras y las secciones patológicas para la explicación de las características de las enfermedades parasitarias) y los experimentos. Además, se realizan evaluaciones centradas fundamentalmente en la medición oral o escrita del conocimiento técnico, con secciones sobre identificación y análisis de casos clínicos con preguntas de opción múltiple, verdadero-falso o que requieren espacios en blanco para llenar con respuestas; el contenido se distribuye en lo que el estudiante debe dominar sobre el tema (75 %-85 %), familiarización del estudiante sobre el tema (10 %-15 %) y autoaprendizaje, entendido como el proceso de formación activo o involucramiento de los estudiantes en la adquisición de conocimiento (5 %) 20,25.
De allí que, en algunos países, fundamentalmente asiáticos, se impulse la enseñanza heurística, con base en la indagación, el debate y la participación activa, con especial fomento de la microenseñanza y la enseñanza en grupos, pues se cree que mejoran la comunicación y el trabajo en equipo. En este sentido, algunas universidades asiáticas emplean la enseñanza híbrida en línea y fuera de línea, esta última centrada en el aprendizaje basado en casos (se crean blogs y foros de discusión temática) 32.
La rápida internalización del conocimiento y la mejora de habilidades para resolver problemas prácticos son atributos del estudio de casos clínicos, porque unen la teoría con la práctica y promueven la investigación, el pensamiento analítico, la comunicación, la discusión y la resolución de problemas, con base en el aprendizaje autónomo. Para ello, se requiere de la continua actualización de conocimientos por parte del docente y del estudiante, de la progresión del aprendizaje pasivo al activo, así como de la proactividad y la creatividad 32.
Pedagogía tradicional en parasitología
La pedagogía tradicional, aunque se aplica a la enseñanza de la parasitología desde que adquirió el estatus de ciencia, no es una estrategia exclusiva de esta, que lamentablemente descuida los mecanismos involucrados en el proceso de aprendizaje y se limita a modelar conocimientos y habilidades adquiridos empíricamente por los estudiantes. Además, la información la reciben los estudiantes en forma de discurso con mínima carga de trabajo práctico, debido a deficiencias financieras, de infraestructura y de equipamiento; se retiene la información con la repetición mecánica de ejercicios sistemáticos y la memorización, y la evaluación es reproductiva, dirigida fundamentalmente a medir conocimientos sin incluir la capacidad de análisis y razonamiento 28-41.
La pedagogía tradicional resulta insuficiente en lo teórico-cognitivo y en la praxis de la parasitología, ya que está afectada por la disminución en el número de horas dedicadas a su enseñanza, con preocupante reducción de la capacidad de los profesionales de ciencias de la salud para el diagnóstico de enfermedades parasitarias porque no las consideran de importancia. En este modelo, corresponde al profesor la autoridad en la relación con su estudiante (modelo cognoscitivo-paternalista), con clara tendencia a la imposición, coerción y escasa flexibilidad,
ya que se considera al estudiante como un simple receptor de información, con plena desvinculación de los procesos que participan en la asimilación del conocimiento y de la estructura interna humana que determina la conducta individual y social, y la influencia que esta puede tener sobre el aprendizaje. Por lo tanto, debido a que la parasitología es una ciencia de la biología de patógenos en constante cambio en su cuerpo de conocimiento, además de estar indisolublemente influenciada por el medio ambiente y el contexto social, es fundamental que se fortalezca el aprendizaje constructivo 28,34,42-49.
Conclusiones
Las enfermedades parasitarias han afectado a la humanidad a lo largo de la historia, incluso hoy los parásitos continúan causando enfermedades, discapacidad y muerte a millones de personas en todo el mundo. Por tal razón, dentro de las medidas para combatir tan terrible flagelo, se señala la importancia de la capacitación de más y mejores profesionales en el área, por su papel preponderante en el diseño y ejecución de los programas de control, de lo que se desprende la necesidad de describir en detalle las características de la enseñanza tradicional de esta rama del conocimiento. De esta manera, podrían mostrarse sus bondades y desventajas, en virtud de la existencia de nuevos métodos de enseñanza humana, entre los que se señalan la enseñanza participativa, el aprendizaje basado en problemas y el aprendizaje asistido por computadora (internet).