INTRODUCCIÓN
La población de gatos domésticos y asilvestrados ha aumentado en zonas urbanas y periurbanas a nivel mundial. En estos ambientes es posible que múltiples focos de enfermedades reemergentes de tipo zoonótico se propaguen fácilmente, tales como rabia, hidatidosis, leishmaniasis y toxoplasmosis (Seimenis y Tabbaa, 2014; Candela et al., 2022; Zhu et al., 2023). Si bien los refugios para perros pueden manejar con cierto éxito los animales sin dueño o rechazados por estos, la situación de los gatos es diferente, a menudo se les permite vagar libremente y los refugios para gatos no tienen el mismo alcance que el de perros (Sandøe et al., 2019).
En comparación con otros métodos, la captura-vasectomía-histerectomía-liberación en gatos ha disminuido de manera efectiva el tamaño de las poblaciones en áreas urbanas y periurbanas (McCarthy et al., 2013; Tan et al., 2017; Swarbrick y Rand, 2018), reduce la eutanasia en los refugios y las quejas relacionadas con los gatos (Levy et al., 2003; Spehar y Wolf, 2018a; Spehar y Wolf, 2018b). Un aspecto clave que se recomienda para la reducción de la población de gatos callejeros a largo plazo es cubrir una tasa de 90% de esterilizaciones por población (Jones y Downs, 2011).
La ovariohisterectomía (ablación de los ovarios y el útero) es una técnica quirúrgica de aplicación frecuente en perras y gatas con la intención de la supresión de los celos y, con esta, el control poblacional, además de disminuir el riesgo de desarrollar tumores mamarios (Misdorp, 1988; Sonnenschein et al., 1991). La ovariohisterectomía en gatas es usualmente practicada mediante una laparotomía medial, abordaje que presenta ciertas desventajas como el riesgo de evisceración por ruptura de sutura. Asimismo, la evaluación posquirúrgica de la incisión presenta dificultad, especialmente en gatas difícilmente manejables o que tienen comportamiento callejero, y requiere que la incisión sea de mayor longitud (Levy, 2004; McGrath et al., 2004).
A pesar de que existe información de ovariohisterectomía mediante abordaje quirúrgico por el flanco en gatas desde hace muchas décadas (Wilson y Balasubramnium, 1967; Krzaczynski, 1974; Dorn, 1975), su práctica generalizada no ha sido muy difundida o aceptada. El objetivo del presente estudio fue demostrar la viabilidad de la ovariohisterectomía en gatas abordadas por el flanco, para lo cual se calculó el tiempo de duración de la intervención quirúrgica, tiempo de cicatrización de la herida y descripción de las posibles complicaciones en el posoperatorio.
MATERIALES Y MÉTODOS
Las Pacientes
El trabajo se realizó en el Laboratorio de Cirugía Veterinaria de la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad Nacional de Cajamarca (Perú). Se seleccionaron 30 gatas de entre 1.5 a 4 años de edad, clínicamente sanas, previa anamnesis y evaluación de las constantes fisiológicas. Cada propietario fue informado sobre el procedimiento quirúrgico que se llevaría a cabo. Se les presentaron los riesgos quirúrgicos, así como las ventajas y desventajas de lo que se tenía previsto realizar. Además, firmaron un consentimiento informado.
La medicación preanestésica consistió en clorhidrato de ketamina (Ket-A-100, Agrovet Market, Perú), clorhidrato de xilazina (Xilagal 2%, Galmedic, Paraguay). Luego de 5 min se colocó un catéter N.° 22 o 24, según el tamaño del paciente en la vena cefálica y se conectó a una vía con solución de NaCl 0.9%, con la finalidad de tener acceso venoso para la administración de los principios activos (soluciones inyectables, Biosano, Chile) para la anestesia (Cuadro 1). Seguidamente se procedió con la tricotomía y preparación aséptica del campo operatorio con alcohol 70° y yodopovidona 5%.
Intervención Quirúrgica
Los pacientes en etapa de anestesia quirúrgica y en posición decúbito lateral derecho fueron sujetados a la mesa de cirugía con las extremidades posteriores hacia caudal. El lugar de la incisión se ubicó formando un triángulo equilátero entre la porción craneal del ala del hueso ilion, el trocánter mayor del hueso fémur y un punto equidistante en el abdomen.
Se realizó una incisión oblicua de 2 a 3 cm a lo largo de la piel. Se retiró la grasa subcutánea del área mediate seccionamiento y se procedió con una pequeña incisión en el músculo oblicuo abdominal externo, músculo oblicuo abdominal interno y músculo transverso abdominal utilizando una tijera Metzenbaum recta, siguiendo la dirección de las fibras musculares de cada músculo.
Una vez localizado el cuerno uterino izquierdo se procedió a su exteriorización con una pinza anatómica y del ovario izquierdo. Haciendo uso de la técnica de triple clampeo, se colocó una ligadura circunferencial de Miller modificada en el pedículo ovárico. Se verificó la extirpación completa del ovario y la ausencia de hemorragia, se liberó el pedículo sostenido y mediante ligera tracción se rompió el ligamento ancho del útero para mejor visualización del cuerno uterino subyacente, en el que se realizó los mismos procedimientos.
Con la ablación de ambos ovarios y divulsión de los cuernos uterinos, se procedió con la técnica de doble clampeado lo más cercano posible al cérvix donde se colocó la misma ligadura circunferencial que en los pedículos ováricos y, de la misma manera se verificó la ausencia de hemorragia antes de liberar el tejido.
La incisión se cerró por planos. El afrontamiento de los músculos se realizó con ácido poliglicólico 2/0, siguiendo un patrón de sutura en «X» o Cruzado. Luego, usando un patrón de sutura simple continuo se aproximó el tejido subcutáneo y finalmente, usando el mismo material y calibre se suturó la piel en punto de colchonero horizontal (Figura 1). Se limpió la herida, se roció un antiséptico y se terminó la intervención con la administración de una única inyección de amoxicilina a dosis de 10 mg/kg PV vía IM.
Evaluación Posoperatoria
Se midió la duración del tiempo que conlleva la intervención desde el momento de la incisión de la piel hasta el cierre completo de la misma. Además, se registró el tiempo transcurrido para la cicatrización de la herida y se determinaron posibles complicaciones como ruptura de puntos de sutura, inflamación e infección local o sistémica y evisceración. Los datos registrados fueron analizados mediante estadística básica, calculando promedios, desviación estándar y rangos mínimos y máximos.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
El proceso de la intervención quirúrgica se muestra en la Figura 1. El 93.3% de las gatas no presentaron complicaciones posoperatorias (Cuadro 2).
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Figura 1. Secuencia de acciones realizadas para la ovariohisterctomía lateral en gatas. A. Ubicación del lugar de la incisión; B. Incisión de la piel; C. Seccionamiento de los músculos oblicuo abdominal externo, interno y transverso del abdomen; D. Ingreso a la cavidad abdominal; E. Localización del cuerno uterino y ovario izquierdo; F. Localización del cuerno uterino derecho; G. Extirpación de ambos cuernos y ovarios; H. Síntesis de planos musculares; I. Síntesis de la piel
Cuadro 2. Tiempo registrado para la ovariohisterectomía y cicatrización de la intervención quirúrgica en 30 gatas1 (Cajamarca, Perú)
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1 El peso promedio de las pacientes fue de 2.9 ± 0.9 kg.
Dos pacientes (6.7%) presentaron complicaciones posoperatorias (Inflamación e infección local), que demandaron mayor tiempo de cicatrización de la herida en comparación al promedio
La inflamación local en dos pacientes (6.7%) ocurrió posiblemente por una incorrecta aposición de los bordes de la incisión. No se observaron casos de ruptura de puntos, evisceración, inflamación e infección sistémica o hemorragia. En el estudio realizado por Munif et al. (2022) se observó infección en el sitio de la herida (7.4%), dehiscencia de las líneas de sutura (11.1%), sangrado (3.7%) y supuración de heridas (14.8%).
La duración de la intervención quirúrgica fue de 19.8 ± 2.5 minutos. Si bien el tiempo que demanda desde la incisión en la piel hasta la entrada en el peritoneo es mayor en el abordaje por flanco, el tiempo quirúrgico requerido para la intervención por el flanco es menor en comparación al abordaje de la línea media debido a que la incisión en el flanco se encuentra directamente sobre el ovario y el cuerno uterino (Coe et al., 2006). Por otro lado, cerrar la herida quirúrgica en un solo plano también puede ahorrar tiempo.
El tiempo promedio de cicatrización de la herida fue de 6.9 ± 1.2 días. La inflamación local observada en dos gatas amplió el tiempo de cicatrización de la herida a 11 días. Munif et al. (2022) indican que necesitaron de 7 a 11 días en gatas con incisiones de menor longitud que en gatas paridas que requirieron un corte de mayor longitud las que cicatrizaron de entre 9 a 12 días.
La alta frecuencia de pacientes sin complicaciones posoperatorias podría deberse al estricto cumplimiento de los principios de Halsted (Nelson, 2021) y también al uso de una dosis única de amoxicilina (10 mg/kg). Munif et al. (2022) hallaron 63% de gatas sin complicaciones al postoperatorio, sin mencionar el uso de antibióticos, salvo el caso de complicaciones, pero con desinfección local del área con povidona yodada al 10%. El uso de una inyección única de antibiótico podría resultar bastante útil en campañas de esterilización masiva o gatas callejeras que tendrán menor riesgo de complicaciones que pongan en riesgo su vida.
Con base a los resultados, se recomienda el abordaje lateral o por el flanco para realizar ovariohisterectomía en gatas clínicamente sanas. Sin embargo, se debe tener en cuenta ciertas condiciones fisiológicas. Diversos autores desaconsejan su uso en casos de gestación o piometra, obesidad y gatas menores a 12 semanas (Dorn, 1975; Salmeri et al., 1991; Dorn y Swist, 1977). Estéticamente se optaría un abordaje por línea medial en gatas destinadas a exhibición para evitar posibles riesgos de cicatrización visible, crecimiento nuevo o imperfecciones en el color del pelo (Janssens L y Janssens G, 1991).
CONCLUSIONES
La sobrepoblación de animales de compañía con el tiempo se volverá un problema si es que no se toman medidas como la ovariohisterectomía. El resultado del estudio, con 93.3% de gatas que no presentaron complicaciones posoperatorias indica que el abordaje por el flanco izquierdo, cumpliendo las condiciones de una intervención quirúrgica y con la aplicación de una dosis única de amoxicilina (10 mg/kg) es una opción aconsejable para su uso en campañas de esterilización y como técnica de rutina.