INTRODUCCIÓN
La hipotermia intraquirúrgica se presenta de manera recurrente durante la anestesia en pequeños animales (Ortega, 2016). La temperatura corporal se encuentra por debajo de 37 °C, considerando el rango normal de la temperatura en caninos y felinos entre 37.5 y 39 °C (Da Costa et al., 2011; Ortega, 2016). Los cambios de la temperatura interna del paciente luego de la inducción anestésica es la razón más importante de hipotermia, de esta forma se llega a presentar una reducción del 81% en la temperatura central en la primera hora pos-inducción anestésica, y del 43% en las dos horas subsiguientes (López, 2014).
El hipotálamo es el principal centro termorregulador, pues permite el aumento o disminución de la temperatura debido a las condiciones medioambientales. Los termorreguladores ubicados en la piel trasfieren la información de los cambios de la temperatura ambiental por el tracto espino-talámico hacia el centro termostático en el hipotálamo, gracias a los receptores térmicos que se encuentran en varias zonas del cuerpo y que son sensibles a la temperatura sanguínea (Romanovsky, 2018). La presencia de fármacos anestésicos en la sangre altera a los receptores y se produce una disminución de la temperatura corporal (Gonzáles et al., 2017; López, 2014; Yelson et al., 2020).
Las bajas temperaturas en los caninos aumentan la estimulación del sistema nervioso simpático favoreciendo la liberación de catecolaminas que produce vasoconstricción, alterando la presión venosa y arterial por una disminución en la elasticidad vascular, generando descenso en el hematocrito, aumentando el consumo de oxígeno, la frecuencia cardiaca y la velocidad de filtración glomerular (Da Costa et al.,2011; López, 2014; Potter et al., 2015). La hipotermia puede llevar a una serie de complicaciones, entre las cuales se encuentran el aumento del tiempo de recuperación debido al efecto de los fármacos anestésicos, la disminución de la función plaquetaria y de la cascada de coagulación, el sangrado intraoperatorio, y la ocurrencia de tremores o isquemia miocárdica, entre otros (Da Costa et al., 2011; Brodeur et al., 2017; Uriostegui et al., 2017).
Los anestésicos y preanestésicos pueden alterar la termorregulación del hipotálamo, debido a que provocan vasodilatación, taquipnea acompañada de hiperventilación y disminución de los movimientos musculares que a su vez producen pérdida excesiva de calor (Bornkamp et al., 2016). La hipotermia induce vasoconstricción periférica, que, a su vez, lleva a la disminución en la presión parcial de oxígeno tisular para su distribución en los tejidos, deteriorando la función inmunitaria, predisponiendo las infecciones en la herida en el posoperatorio y retrasando la cicatrización (Da Costa et al., 2011; Potter et al., 2015). Se ha comprobado que el aumento de la temperatura ambiental, terapias de fluidos intravenosos a 37 °C y el calentamiento cutáneo son algunas estrategias para el manejo térmico del paciente y, a su vez, permite reducir complicaciones intraquirúrgicas y posquirúrgicas (Potter et al., 2015).
Debido a los múltiples factores que generan hipotermia en caninos y felinos durante los procedimientos quirúrgicos y sus alteraciones a nivel sistémico, es de suma importancia el control de la temperatura corporal perioperatoria, por lo que este estudio promueve el uso de un aislante térmico para el control de la hipotermia intraquirúrgica en pacientes caninos y felinos domésticos sometidos a una jornada de esterilización masiva.
MATERIALES Y MÉTODOS
Se realizó un estudio de corte transversal donde se analizaron las temperaturas presentadas por caninos y felinos sometidos a ovariohisterectomía y orquiectomía, realizadas entre el 15 de noviembre y 15 de diciembre de 2018 en la Unidad Didáctica Clínica Veterinaria UNISARC, ubicada en Santa Rosa de Cabal, Risaralda; Colombia. La zona se encuentra a 1840 msnm y presenta una temperatura promedio de 19 °C y humedad relativa de 75%.
Se trabajó con 200 pacientes (140 caninos y 60 felinos), provenientes de los barrios del municipio de Santa Rosa de Cabal, Risaralda, clasificados como (ASA I) en función de la historia clínica, el examen físico, hemograma completo, valores normales de ALT (alanino aminotransferasa) y creatinina previos al procedimiento.
Los animales a la llegada a la clínica contaban con ayuno previo de 12 horas. La medicación preanestésica se realizó con xilacina al 2% (Seton®) a una dosis de 0.5 mg/kg vía IV en combinación con tramadol (Vitalis®) a dosis de 3 mg/kg vía IV. La tricotomía del área quirúrgica se hizo 10 minutos después. Se induce la anestesia con ketamina al 5% (Ketafine®) a dosis de 10 mg/kg vía IV, y se procede a colocar el tubo endotraqueal. El mantenimiento de la anestesia general de los pacientes se realizó con el 50% de la dosis de inducción con ketamina al 5%. Los caninos fueron entubados con sonda endotraqueal para tener acceso a una vía aérea permeable.
Se desarrolló un dispositivo térmico tipo colchoneta, empleando poliéster metalizado para la construcción de la capa externa, mientras que la capa interna fue compuesta por espuma de poliestireno de color negro. Las dimensiones del dispositivo terminado fueron de 80 cm de longitud, 55 cm de ancho y 2 cm altura de grosor. Para mantener la asepsia del dispositivo y evitar la contaminación cruzada entre procedimientos quirúrgicos consecutivos, se implementó un protocolo de desinfección utilizando una solución compuesta por glutaraldehído al 0.5% y compuestos de amonio cuaternario al 0.4%.
El quirófano y la sala de recuperación se mantuvieron a una temperatura ambiente de 21 y 25 °C, respectivamente. Se monitorearon las constantes fisiológicas como la frecuencia cardiaca y frecuencia respiratoria mediante el monitor veterinarioTomorrow TR 500J®. Además, se evaluó el color de las mucosas labio-gingivales y temperatura rectal con termómetro digital. Los pacientes fueron distribuidos en dos grupos experimentales:
Grupo 1: Posterior a la inducción anestésica, 100 pacientes (35 felinos y 65 caninos) se posicionaron en decúbito supino sin aislante térmico, durante toda la cirugía sobre la mesa quirúrgica y al término de la cirugía fueron trasladados a la sala de recuperación.
Grupo 2: Posterior a la inducción anestésica, 100 pacientes (25 felinos y 75 caninos) se posicionaron en decúbito supino sobre un aislante térmico evitando el contacto directo con la mesa quirúrgica. El aislante térmico está compuesto por espumas de polietileno y cinta térmica. Luego se trasladaron a recuperación una vez terminada la cirugía. Al término de la cirugía fueron trasladados a la sala de recuperación.
El monitoreo de la temperatura se hizo de la siguiente manera: T1, temperatura durante la medicación preanestésica y la inducción anestésica, y T2, temperatura promedio durante la cirugía tomada cada 5 minutos. Asimismo, durante la recuperación anestésica se tomaron las mismas constantes fisiológicas que durante las cirugías, con intervalos de 5 minutos hasta que los pacientes se encontraran en posición cuadrupedal.
Los datos recolectados fueron la especie, sexo, temperatura corporal intraquirúrgica (con y sin uso de aislante), temperatura corporal en el periodo preoperatorio e intraoperatorio. El análisis de los datos de la temperatura intraquirúrgica se basó en la tabla de clasificación de Uribe et al. (2016), la cual se divide en normotermia (38.5-39.5 °C), hipotermia leve (36.7-37.7 °C), hipotermia moderada (35.6-36.7 °C), hipotermia severa (33-35.6 °C) e hipotermia crítica (<33 °C). Se utilizó el análisis de varianza para datos paramétricos y se aplicó la prueba de Duncan para determinar diferencias entre promedios. En todos los casos se utilizó el programa estadístico SAS v. 7.0.
RESULTADOS
Caninos
La frecuencia de pacientes caninos con diferente grado de hipotermia como resultado del empleo de anestésicos para la cirugía con (n=75) y sin (n=65) el uso del aislante térmico en la mesa quirúrgica se presenta en el Cuadro 1.
Con aislante | Sin aislante | |||
---|---|---|---|---|
n | % | n | % | |
Hipotermia leve (36.7-37.7 °C) | 27 | 36 | 27 | 41 |
Hipotermia moderada (35.6-36.7 °C), | 15 | 20 | 14 | 22 |
Hipotermia severa (33-35.6 °C) | 3 | 4 | 2 | 3 |
Hipotermia critica (<33 °C) | 0 | 0 | 0 | 0 |
Temperatura normal (38.5-39.5 °C) | 30 | 40 | 22 | 34 |
Total: | 75 | 65 |
Se encontraron diferencias significativas en la temperatura corporal entre el momento previo a la cirugía y la temperatura promedio durante la cirugía (p<0.001); sin embargo, no hubo diferencias significativas por el uso del aislante térmico (Sí/No, p>0.05). El sexo del paciente tampoco fue una variable significativa para la hipotermia (p>0.05) (Cuadro 2).
Fuente de variación | Temperatura (°C) |
---|---|
Aislante | |
Con aislante | 38.01 ± 1.06 |
Sin aislante | 38.06 ± 1.19 |
Valor p | 0.6218 |
Sexo | |
Hembra | 37.99 ± 1.15 |
Macho | 38.10 ± 1.07 |
Valor p | 0.3082 |
Momento | |
Antes de la cirugía | 38.72 ± 0.72 |
Dentro de la cirugía | 37.35 ± 1.02 |
Valor p | <0.0001 |
Valor p | |
Sexo / aislamiento | 0.3726 |
Sexo / momento | 0.0059 |
Aislamiento / momento | 0.1737 |
Al analizar las interacciones de las variables en estudio se encontraron diferencias altamente significativas en la interacción sexo y momento (antes y durante la cirugía) para la temperatura corporal de caninos (p<0.01; Cuadro 2).
Felinos
La frecuencia de pacientes felinos con diferente grado de hipotermia como resultado del empleo de anestésicos para la cirugía con (n=25) y sin (n=35) el uso del aislante térmico en la mesa quirúrgica se presenta en el Cuadro 3.
Con aislante | Sin aislante | |||
---|---|---|---|---|
n | % | n | % | |
Hipotermia leve (36.7-37.7 °C) | 9 | 36 | 16 | 46 |
Hipotermia moderada (35.6-36.7 °C), | 2 | 8 | 12 | 34 |
Hipotermia severa (33-35.6 °C) | 0 | 0 | 5 | 14 |
Hipotermia critica (<33 °C) | 0 | 0 | 0 | 0 |
Temperatura normal (38.5-39.5 °C) | 14 | 56 | 2 | 6 |
Total: | 25 | 35 |
Se encontraron diferencias significativas en la temperatura corporal entre el momento previo a la cirugía y la temperatura promedio durante la cirugía (p<0.001); así como entre el uso y no uso del aislante térmico (Sí/No; p<0.001), a favor del aislante, habiendo una diferencia de 0.74 °C. Por otro lado, el sexo del paciente no fuer una variable significativa para la presentación de hipotermia (p>0.05) (Cuadro 4).
Fuente de variación | Temperatura (°C) |
---|---|
Aislante | |
Con aislante | 38.26 ± 0.85 |
Sin aislante | 37.52 ± 1.38 |
Valor p | <0.0001 |
Sexo | |
Hembra | 37.74 ± 1.31 |
Macho | 37.98 ± 1.12 |
Valor p | 0.1317 |
Momento | |
Antes de la cirugía | 38.63 ± 0.73 |
Dentro de la cirugía | 37.03 ± 1.13 |
Valor p | <0.0001 |
Valor p | |
Sexo / aislamiento | 0.6208 |
Sexo / momento | 0.2404 |
Aislamiento / momento | 0.0004 |
En el análisis de las interacciones se encontraron diferencias altamente significativas en la interacción el uso del aislante tér mico y el momento (antes y durante la cirugía) para la temperatura corporal de caninos (p<0.01; Cuadro 4).
DISCUSIÓN
En este estudio se evaluó la eficacia de un colchón térmico como medida preventiva contra la hipotermia durante procedimientos quirúrgicos en animales de compañía. Este enfoque no solo facilitó la monitorización de la temperatura rectal, sino que también se demostró su empleo, ya que no se observaron efectos adversos en los pacientes en contacto con el dispositivo.
La investigación de Bornkamp et al. (2016) indicó que 83.6% de los pacientes que no recibieron soporte térmico durante la anestesia experimentaron hipotermia. Estos resultados son similares a los obtenidos en el presente estudio, donde 66% de los caninos y 94% de los felinos presentaron hipotermia en ausencia de aislamiento térmico durante las cirugías.
La inducción de hipotermia podría estar influenciada por el uso de distintos fármacos y las variaciones metabólicas individuales de los pacientes. Específicamente, la combinación de xilacina y tramadol para premedicación, seguida de ketamina y diazepam para la inducción anestésica, puede resultar en una disminución de la temperatura corporal de entre 1 y 4°C (Boada, 2020).
Los hallazgos revelaron que el 36% de los pacientes tratados con aislante térmico experimentaron hipotermia leve, en comparación con el 43% que no recibió aislante térmico. Este fenómeno podría estar relacionado con factores como alteraciones en la respuesta termorreguladora, temperaturas ambientales bajas en las salas quirúrgicas, anestesia general y administración de líquidos intravenosos (Stepaniuk y Brock, 2008).
Además, investigaciones han mostrado que condiciones como la temperatura ambiental del quirófano y la pérdida de calor a través de la mesa quirúrgica pueden contribuir a la hipotermia, con registros de hasta 34.4°C (Wongyingsinn y Pookprayoon, 2023). Esto es consistente con los datos del presente estudio, donde 4% de los pacientes tratados con aislante térmico presentaron hipotermia intraquirúrgica igual o inferior a 34.4 °C, en comparación con el 7% sin aislante térmico. Por otro lado, Potter et al. (2015) también reportaron que no hubo diferencias significativas en la incidencia de hipotermia en caninos sometidos a esterilizaciones rutinarias bajo anestesia, incluso con el uso de métodos pasivos de calentamiento, donde el 76.9% desarrolló hipotermia. Estos resultados coinciden con el presente estudio, donde 60% de los caninos experimentaron hipotermia a pesar del uso de aislante térmico, sugiriendo una eficacia limitada en esta población, mientras que, en felinos, el aislante térmico fue efectivo en el 44% de los casos.
En conclusión, aunque los métodos pasivos como los colchones térmicos son beneficiosos para mitigar la pérdida de calor endógeno y contrarrestar la pérdida de calor por convección y conductividad, su efectividad en la prevención de la hipotermia intraquirúrgica es limitada. Por lo tanto, se recomienda la combinación de estas técnicas con métodos activos de calentamiento para lograr un control más efectivo de la hipotermia intraquirúrgica.