INTRODUCCIÓN
En décadas pasadas, Venezuela se caracterizó en ser un país receptor de migrantes, al 2010 contaban con más de un millón de migrantes 1, quienes se movilizaron principalmente por razones laborales provenientes de países vecinos 2. La grave crisis que afecta a Venezuela ha originado que cientos de miles de personas abandonen su país en busca de mejores oportunidades de vida, principalmente a países latinoamericanos. Además de las tradicionales razones de migración (económicas, conflictos, guerras, insatisfacción de los servicios e instituciones), se suman el bienestar de los niños como un fuerte conductor de las decisiones de migración 3, por lo cual entre 20072016, los intentos y planes de migración fueron más altos en los hogares con presencia de menores de edad.
Los niños migrantes enfrentan diversos retos durante la travesía migratoria debido a que sus familias cuentan con limitaciones económicas que los fuerza a desplazarse por caminos pocos seguros y en condiciones precarias, muchos de ellos enfrentan la pérdida de la unidad familiar quedando a cargo de terceras personas. Los niños y sus familias enfrentan desafíos para regularizar su estatus migratorio, lo que afecta su acceso a la protección social, la salud, el desarrollo de la primera infancia, la educación, los medios de vida sostenibles y la protección de los niños 3. La falta de políticas públicas integrales sobre temas de migración en los países de acogida hace que los niños corran un mayor riesgo de discriminación, violencia, xenofobia, explotación y abuso en los países de tránsito o de destino.
El objetivo de este artículo es describir el estado nutricional, morbilidad y características de la alimentación de los niños venezolanos migrantes menores de cinco años de edad, así como las acciones de salud y nutrición implementadas al momento de su ingreso al Perú.
EL FLUJO MIGRATORIO VENEZOLANO EN LATINOAMÉRICA Y EL PERÚ
Los países de América Latina y el Caribe albergan aproximadamente 3,2 millones de los cuatro millones de migrantes y refugiados venezolanos en todo el mundo, y los 800 000 restantes se encuentran en otras regiones del mundo 4. De acuerdo con informes del Fondo de las Naciones para la Infancia (UNICEF), se estima que más de un millón de niños en Brasil, Colombia, Ecuador, Guyana, Panamá, Perú y Trinidad y Tobago necesitarán asistencia en 2019 5.
A enero del 2019, en un lapso de tres años ingresaron al Perú 680 mil ciudadanos venezolanos. De acuerdo con estimaciones realizadas en el control fronterizo de Tumbes en dos momentos, alrededor del 25% de los grupos de viaje que ingresan, lo hacen con menores de edad 6,7. La mitad de esta población infantil inmigrante son menores de cinco años.
Como todo desplazamiento migratorio masivo, en especial los forzados por crisis sociales, políticas o naturales, es de esperar que ocurran consecuencias en el estado de salud, nutricional y emocional de las personas, especialmente en los niños.
EL RETO DE CONTAR CON INFORMACIÓN SOBRE LA SALUD Y NUTRICIÓN INFANTIL PARA LA TOMA DE DECISIONES EN EL CONTEXTO DEL TRÁNSITO MIGRATORIO
Contar con información oportuna y de calidad para la toma de decisiones en un contexto de rápido y creciente flujo migratorio es un gran desafío. En estos contextos la provisión de servicios desde el Estado suele verse sobrepasada generando déficit en la atención y comprometiendo su calidad.
Ante la necesidad de contar con la información del estado nutricional de los niños migrantes venezolanos menores de cinco años, para implementar o ajustar acciones específicas de salud y nutrición, la Dirección Regional de Salud (DIRESA) de Tumbes y UNICEF organizaron un estudio descriptivo en dos rondas de recolección de datos, en agosto de 2018 y marzo de 2019. Este estudio permitió evaluar el estado nutricional y las condiciones y entorno familiar de viaje, realizadas en el Centro Binacional de Atención Fronteriza (CEBAF) de Tumbes.
Por sus características, el flujo migratorio en la frontera hace muy difícil establecer un marco muestral definido. Sin embargo, dado que el CEBAF es un punto de espera obligatorio para realizar los trámites migratorios, es posible tener en el CEBAF a todas las personas en flujo migratorio disponibles para el estudio. Esto llevó a elegir el muestreo consecutivo, un método no probabilístico que en este caso incluyó a todos los niños menores de cinco años que llegaron al CEBAF en un rango de tiempo determinado 8,9. La primera ronda fue del 22 al 29 de agosto de 2019 y en la segunda del 3 al 12 de marzo del 2019. Para ambas rondas, se consideró días consecutivos que comprendieran al menos un fin de semana, cada día tuvo un ciclo de recolección continua de 13 horas en la primera ronda (6:00 a 19:00 horas) y, 16 horas en la segunda (6:00 a 22:00 horas). De modo paralelo, se reclutó personal de salud capacitado con experiencia en estudios de base poblacional, quienes fueron estandarizados en mediciones antropométricas y dosaje de hemoglobina por el Centro Nacional de Alimentación y Nutrición (CENAN) y por UNICEF. La capacitación incluyó la administración del cuestionario y su registró en tabletas electrónicas o en papel, procedimientos y protocolos de ética, contención emocional y reconocimiento de situaciones de vulnerabilidad para la derivación a servicios ad-hoc. El lenguaje y comprensión del cuestionario fueron validados con ciudadanos venezolanos, los pilotos de cada ronda se realizaron en terminales terrestres en Tumbes con una profesional de salud y en promedio participaron diez personas en la validación.
El puesto de evaluación fue un ambiente aledaño al puesto de inmunizaciones de la DIRESA, paso previo y obligatorio para la gestión migratoria de toda persona que ingresa al Perú por el CEBAF, lo que permitió identificar y registrar a toda la población objetivo. A los padres y tutores de los niños se les explicó los objetivos y procedimientos del estudio y se obtuvieron sus consentimientos. Se realizaron entrevistas que duraron entre 20 a 30 minutos, luego se efectuaron las mediciones antropométricas y el dosaje de hemoglobina a los niños.
La entrevista fue realizada al cuidador del niño en quien se indagó sobre sus características socioeconómicas y en relación con los niños, sobre la situación de la lactancia y alimentación del día previo y la presencia de morbilidad (fiebre, diarrea y dificultades respiratorias) en los tres últimos días previos. En la segunda ronda se incorporó preguntas sobre cambios emocionales en los niños y síntomas de depresión en los cuidadores en los últimos 15 días, relacionados al proceso migratorio.
La medición del peso y talla se realizó según los protocolos recomendados por la OMS 10. La concentración de hemoglobina fue medida a través de una muestra de sangre capilar y un analizador automatizado (HemoCue 201+ en la primera ronda y HemoCue 301+ en la segunda). Todos los equipos fueron previamente calibrados. La administración del cuestionario, el registro de la información en tabletas electrónicas y las mediciones biológicas se hicieron en ambientes climatizados para evitar alteraciones de las lecturas dado el clima tropical que superaba los 30 °C.
El estado nutricional fue evaluado a través de los índices talla para la edad (T/E) y peso para la talla (P/T), empleando los estándares de crecimiento infantil de la OMS 11. La anemia fue definida como una concentración de hemoglobina inferior a 11 g/dL, de acuerdo con los criterios de OMS 12. La frecuencia mínima de alimentación (FMA) 13 se utilizó como un indicador de la calidad de alimentación del niño durante el viaje, según su edad y estado de lactancia (para los que lactan se considera el consumo en el día anterior, de un mínimo de dos preparaciones espesas o sólidas en las edades de seis a ocho meses y tres preparaciones entre nueve y 24 meses; en los no lactantes la frecuencia debe ser 4 veces al día). El rol de la lactancia durante la travesía migratoria se evaluó en función si había variado o cesado.
El control de calidad de la encuesta fue diario en ambas rondas, los encuestadores verificaron la información y enviaron sus formatos cada dos días a un supervisor. En la segunda ronda el envío fue vía internet a un servidor. En ambas rondas, la captura electrónica contó con programación de alertas para datos inconsistentes u omisos. La información se procesó en el programa IBM SPSS Statistics for Windows, versión 23 (IBM Corp., Armonk, N.Y., USA), los índices antropométricos se procesaron en el programa Anthro V3.2 14.
Todas las evaluaciones contaron con consentimiento verbal de los padres o tutores de los niños, en la segunda ronda estos fueron grabados. Los resultados nutricionales fueron entregados por escrito a los padres o cuidadores, quienes recibieron orientaciones y derivados inmediatamente a una siguiente atención en donde recibieron atención y consejería especializada en salud y nutrición materna e infantil.
LA SITUACIÓN NUTRICIONAL, MORBILIDAD, CONDICIONES DE VIAJE DE LOS NIÑOS MIGRANTES VENEZOLANOS MENORES DE CINCO AÑOS
Al conjunto de personas, familiares o no, que arribaron juntas al Perú se les denominó «grupo de viaje». En las rondas 1 y 2 se entrevistó a 287 y 537 grupos de viaje con 322 y 619 niños venezolanos menores de cinco años, respectivamente. Por cada ronda, las medias de edad en meses de los niños fueron 26,4 ± 16,6 y 26,4 ± 15,6, mientras, el 52,8% y 49,4% fueron varones.
ESTADO NUTRICIONAL Y MORBILIDAD
Los niños migrantes afectados de desnutrición aguda (DA) mostraron prevalencias similares en ambas rondas, 3,2 y 3,0% respectivamente; la desnutrición crónica (DC) afectó al 16,5% y 17,9% y la anemia al 34,8% y 25,0%. La enfermedad diarreica en la ronda 1 afectó al 16,6% y en la ronda 2 al 9,9%. La tos o dificultades para respirar fue la morbilidad más reportada por los cuidadores, 31,3% y 17,6%, respectivamente para cada ronda; mientras que, la fiebre afectó al 14,4% y 10,1%. Al considerar alguno de los tres signos, el 44,1% y 29,5% de los niños los presentó en los tres últimos días a su arribo al país (Tabla 1).
* Definido como Z-score < -2 SD de la mediana para talla por edad (desnutrición crónica) y peso para la talla (desnutrición aguda), estándares de crecimiento de la Organización Mundial de la Salud 2006. ** Concentraciones de hemoglobina menor a 11 g/dL. ¶ Últimos tres días, reportado por la madre. ¥ Tres o más deposiciones líquidas o semilíquidas. † Tamaño de la muestra para cada categoría. ‡ Proporción estimada de la condición.
CARACTERÍSTICAS DEL CUIDADOR
En ambas rondas, los cuidadores de los niños predominantemente fueron sus madres (85,1% y 92,9%), en la ronda 1 la media de edad fue 28,1 ± 7,4 años, en la ronda 2 fue 27,1 ± 17,1 años. Los cuidadores con 18 años o menos fueron el 3,1% y 5,4%, las gestantes fueron el 5,4% y 4,1% de las mujeres. Cuatro de cada diez mujeres se encontraban dando de lactar, 42% en la ronda 1 y 41,5% en la ronda 2. En cuanto al nivel educativo, 10,8% y 15,1% de los cuidadores del niño contaban con estudios primarios o no tenían ningún estudio, respectivamente para cada ronda. La proporción con niveles educativos más altos, técnico o universitario, pasó de 44,3% a 28,7%. En ambas rondas, el 45% manifestó haber tenido un empleo o trabajo por cuenta propia antes de salir de su país de origen (Tabla 2).
CONDICIONES DEL VIAJE
En ambos momentos, la razón más frecuente de migración mencionada por los cuidadores de los niños fue la económica, 62,4% y 42,2%. El acceso a alimentos en la ronda 1 fue manifestado por el 7,5%, proporción que se triplicó a 22,7% en la ronda 2. La reunificación familiar mantuvo proporciones cercanas, 21,9% y 20,8%. El tipo de grupo de viaje predominante fue el familiar, cuando además del niño y su cuidador se hallan otros parientes, en la ronda 1 fue en el 75,5% y 60,1% en la ronda 2. El porcentaje de la modalidad «Solo cuidador y niño» incrementó de 12,5% a 21,7%. El viaje desde la salida de Venezuela hasta Perú tuvo una mediana de duración de cinco días en ambas rondas, el porcentaje de los que les tomó un mes o más para arribar a Perú pasó de 9,0% y 17,6% entre ambas rondas (Tabla 2).
CARACTERÍSTICAS DE LA LACTANCIA Y ALIMENTACIÓN EN LOS NIÑOS MENORES DE 2 AÑOS.
En la ronda 1 y en la ronda 2 las cuidadoras manifestaron que el 68,8% y 71,7% de sus hijos respectivamente, habían lactado el día anterior a la encuesta. Respecto de la frecuencia de la lactancia, en la ronda 1 el 58,3% de las cuidadoras manifestaron que la aumentaron y el 27,5% que la mantuvieron; en la ronda 2 estas mismas prácticas fueron reportadas en el 47,0% y 34,0% respectivamente. Con relación a FMA en la ronda 1, el 13,8% de los niños recibió alimentos sólidos o semisólidos en la frecuencia esperada, mientras que en la ronda 2 lo recibió el 18% (Tabla 3).
ACCIONES PARA PROTEGER LA NUTRICIÓN Y EL ESTADO DE SALUD DE LOS NIÑOS MIGRANTES
Al no tener estadísticas oficiales actuales del estado nutricional de los niños en Venezuela 15, no es posible aproximar en qué medida el tránsito migratorio ha impactado en la nutrición de estos niños. Sin embargo, se observa que la FMA fue alcanzada por menos de la quinta parte de los niños, es decir los niños en su mayoría no reciben alimentos sólidos o semisólidos la cantidad de veces recomendada que ocurriría muy probablemente por las difíciles condiciones económicas y logísticas del viaje de tránsito migratorio. Asimismo, las cuidadoras estarían recurriendo a incrementar la frecuencia de lactadas frente a este hecho.
Por otro lado, aunque en general el porcentaje de niños con DA estuvo alrededor del 3%, en el subgrupo de niños en el rango de edad de 48 a 59 meses, este porcentaje alcanza o es mayor a 5%, punto a partir del cual se considera que habría un problema de salud pública; la alimentación y las morbilidades reportadas estarían asociadas a esta condición. Sin bien es cierto que este subgrupo representa una proporción relativamente menor del total de niños de la muestra (13,6% ronda 1 y 12,5% ronda 2), es un hecho llamativo ya que las cuidadoras luego de su ingreso al país no tendrían de manera inmediata los medios para mejorar las condiciones de alimentación y cuidado en general de los niños.
La proporción de niños con anemia se encuentra dentro del rango de lo considerado como un problema de salud pública moderado (16), sin embargo, por la naturaleza de esta afectación, no es plausible establecer que se deba a las condiciones del proceso migratorio.
Con base en estos resultados, la DIRESA Tumbes y UNICEF desarrollaron un conjunto de acciones destinadas a proteger la salud y nutrición de los niños migrantes, tal como se detallan a continuación.
EVALUACIÓN Y CONSEJERÍA NUTRICIONAL
Con base en los resultados de la primera ronda, UNICEF en coordinación con la DIRESA Tumbes, establecieron un módulo de salud y nutrición dentro del CEBAF para atender a los niños migrantes menores de cinco años. El módulo se implementó en colaboración con la ONG PRISMA.
En este módulo se ofrecieron evaluación y consejería nutricional, derivación a atención de salud de ser necesario y suplementación alimentaria. Los niños identificados durante la evaluación con DA u otros problemas de salud fueron referidos para el seguimiento y el tratamiento dentro del CEBAF al módulo de la Cruz Roja, donde hay personal médico especializado para esta atención. La consejería nutricional se enfocó en la promoción de la lactancia materna y prácticas apropiadas de alimentación complementaria. Entre septiembre 2018 y mayo 2019, UNICEF y PRISMA, evaluaron el estado nutricional de 9482 menores de cinco años (4787 niñas y 4695 niños), brindaron consejería en alimentación infantil a 6971 familias y derivaron a 1341 niños y niñas a atención en salud.
SUPLEMENTOS ALIMENTICIOS
Desde diciembre 2018 hasta mayo 2019, se proporcionaron suplementos alimenticios a las mujeres lactantes con niños menores de dos años (1378) y niños y niñas de 6 a 59 meses (3111), respectivamente. Los niños y niñas recibieron cinco dosis diarias de un alimento suplementario listo para usar (RUTF por sus siglas en inglés, Plumpy Doz™) y las mujeres lactantes recibieron un suplemento alimenticio que consiste en barras energéticas adquiridas localmente para que puedan complementar su dieta. Estos suplementos tienen el objetivo de prevenir la desnutrición aguda, recuperándolos de su viaje reciente y apoyar su viaje en curso. En coordinación con la DIRESATumbes, también se proporcionaron multimicronutrientes y antiparasitarios (estos últimos a toda la familia).
TRATAMIENTO Y PREVENCIÓN DE MORBILIDADES, Y OTRAS ACCIONES
Para apoyar la recuperación de los niños que presenten enfermedad diarreica aguda, UNICEF proporcionó suplementos de zinc que se distribuyeron a través de la Cruz Roja y de seis establecimientos de salud cercanos al CEBAF. Asimismo, UNICEF y otras agencias dentro del CEBAF, en coordinación con la DIRESA Tumbes, brindaron, a través de la ONG COOPI (Cooperazione Internazionale), kits de cuidado e higiene básico dirigidos a niños y niñas menores de tres años. Hasta mayo 2019, se habían entregado 7837 kits. Además, se brindó apoyo psicoemocional y de gestión de crisis a madres, padres, cuidadores y niños que lo requerían.
CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
Los resultados muestran que el estado nutricional de los niños migrantes podría estar en riesgo por las condiciones del proceso migratorio, por lo que las acciones implementadas al momento de su ingreso al país estuvieron destinadas a proteger su salud y nutrición. Contar con información oportuna para la toma de decisiones en un contexto de migración dinámica, con un volumen y complejidad que supera los escenarios planificados, es un desafío que requiere una coordinación y despliegue rápidos.
Los flujos migratorios no son nuevos en la región, sin embargo, la magnitud del flujo migratorio venezolano es inédito para América Latina. El sistema de salud en el Perú, tanto en el ámbito nacional como subnacional, requiere incorporar estos escenarios en sus procesos de planeamiento y preparación a fin de poder afrontar estas circunstancias. Sin bien es cierto que la reacción oportuna frente al ingreso de la población migrante es un buen primer paso, el sistema de salud necesita generar las condiciones para que los servicios de salud puedan brindar la cobertura con la calidad adecuada a toda la población que reside en el territorio nacional, bajo el enfoque de que el derecho a la salud corresponde a todas las personas sin ningún tipo de exclusión.