INTRODUCCIÓN
Una de las deficiencias minerales más frecuentes en bovinos al pastoreo es la de cobre (Underwood y Suttle, 2001; Hartati et al., 2022 ), siendo reconocida por los productores a nivel mundial (McDowell, 2005; Slavik et al., 2006), especialmente en América Latina (Picco et al., 2004; Da Silva et al., 2008; Rodríguez et al., 2021) y es considerada una causa importante de trastornos reproductivos funcionales e infecciones de la glándula mamaria y el tracto reproductor en la hembra bovina (Spear y Weis, 2008; Torrez et al., 2017; Gómez et al., 2019). Es así que Xin et al. (1993), Corbellini (1998) y Kendal et al. (2006) señalan que el impacto ejercido por la deficiencia de Cu en la reproducción está asociado con cambios en los perfiles endocrinos y en la esteroidogénesis, afectando el desarrollo de los folículos ováricos, conduciendo a ciclos anovulatorios y anestro, Asimismo, en estudios más recientes se ha demostrado su efecto en el desarrollo del embrión producido in vitro (Gao et al., 2007; Rosa, 2015).
La suplementación parenteral de cobre en la mejora del comportamiento reproductivo en trópico húmedo demuestra una disminución de los intervalos entre partos, menor tasa de aborto y mayor natalidad (García et al., 2012; Hernández et al., 2016; Rodríguez et al., 2021); sin embargo, no se han encontrado estudios sobre su efecto en vacas en anestro y deficitarias de cobre. Con base a este contexto la presente investigación tuvo como objetivo evaluar el efecto de la suplementación de cobre por vía parenteral en la eficacia de los programas de inducción del celo en vacas en anestro e hipocuprémicas criadas en pastoreo.
MATERIALES Y MÉTODOS
La investigación se realizó durante un año con un enfoque cuantitativo en un diseño experimental completamente aleatorizado. Se desarrolló en una empresa pecuaria ubicada en la región occidental de Cuba. Para la realización del estudio se tomó un rebaño de 5817 vacas Siboney de 4 a 6 años de edad, no lactantes y con anestro pre-servicio e hipocuprémicas distribuidas en cuatro granjas, que estaban bajo la supervisión y asistencia técnica de dos médicos veterinarios especializados en reproducción animal y seis técnicos de inseminación artificial. Los animales presentaban una condición corporal de 2.5 a 3 en escala de 0-5 y un peso vivo entre 450 a 500 kg.
El estado de anestro fue diagnosticado mediante dos exámenes ginecológicos por palpación rectal a intervalo de 9 ± 1 día y el perfil de la progesterona en suero sanguíneo. Se tomaron muestras de sangre mediante punción de la vena yugular. La sangre fue centrifugada a 1500 rpm y el suero resultante fue conservado a -20 °C hasta su examen químico. Los valores de progesterona fueron determinados mediante la técnica de radioinmunoanálisis según García et al. (2001). Para determinar los niveles de cobre se utilizaron las muestras de sangre colectadas 10 días antes del inicio del tratamiento y previo el diagnóstico de gestación 60 días más tarde. Estos valores fueron determinados mediante la técnica de espectrometría de absorción atómica según González et al. (1988).
Se consideró como vacas en anestro aquellas que en los exámenes por palpación rectal mostraron ausencia de cuerpo lúteo y presentaron valores de progesterona inferiores a 1.59 nmol/L en dos observaciones con un intervalo de 9 ± 1 día (García et al., 2001). Se consideró que las vacas estaban en estado de hipocupremia cuando presentaron valores séricos de cobre sanguíneo menores a 10.6 µmol/L, situándose los valores normales entre 12 a 14 6 µmol/L acorde a lo dispuesto por Kincaid (1999) y García (2008), valores determinados en investigaciones previas sobre niveles sanguíneos que se recuperan a los 10 días de la administración parenteral del cobre en bovinos y el aumento de las reservas hepáticas posterior a un periodo no menor de 70 días.
Los animales fueron distribuidos en cuatro grupos:
Grupo I (n=2984). Control interno. Se administró 2 ml vía subcutánea de un placebo (solución de EDTA -glicerol 10%) 10 días previo a la administración de una solución de progesterona oleosa (P4) en tres aplicaciones cada 48 h en dosis de 60, 90 y 90 mg vía IM, respectivamente. Finalmente, 48 h después de la última aplicación de P4 se inyectó 1 mg de benzoato de estradiol (BE2) vía IM (Labiofan-Cuba).
Grupo II (n=1314). Se aplicó una solución de sulfato de cobre (50 mg con EDTA-Glicerol) vía SC (Super-CU-2014 CIMAGT, Cuba) 10 días antes de la aplicación de la terapéutica hormonal indicada para el Grupo I.
Grupo III (n=1070). Se aplicó la solución de sulfato de cobre como en el Grupo II, pero no se le hizo el tratamiento hormonal.
Grupo IV (n=449). Control externo. Las vacas estaban ubicadas a 500 m de los grupos experimentales, y fueron mantenidos en similares condiciones de manejo y alimentación. Fueron tratados con placebo (solución fisiológica de cloruro de sodio).
Se registraron los celos durante los 24 días que siguieron al tratamiento. Se registró la fecha del servicio, el código del toro, el técnico inseminador y el grupo correspondiente. Las inseminaciones fueron realizadas por seis técnicos con más de 15 años de experiencia. Se empleó semen congelado en pastillas de un toro de fertilidad probada. Las vacas fueron inseminadas cuando mostraron signos de celo (se dejaron montar por un toro recelador). El celo se observó en horas de la mañana y la tarde. El diagnóstico de preñez fue realizado mediante palpación rectal 60 días después de realizado el servicio.
Los datos fueron analizados mediante un análisis de varianza. Se tomó como variable dependiente los valores de cobre en suero sanguíneo, el número de vacas que presentaron celo y fueron inseminadas y la tasa de preñez. Como variable independiente los tratamientos I, II, III y IV. Los porcentajes se analizaron mediante prueba de comparación de proporciones. La diferencia entre medias fue estimada mediante la Dócima de Duncan con un grado de significación p<0.05. Estos análisis fueron realizados empleando el paquete estadístico de SAS (1996).
RESULTADOS
Los resultados de la suplementación parenteral de Cu se presentan en el Cuadro 1. La tasa de presentación de celo fue mayor en los grupos bajo tratamiento hormonal con o sin suplementación de cobre en relación del grupo control. La tasa de preñez del grupo III (suplementado solo con Cu) fue significativamente mayor que en los demás grupos (p<0.001), quedando en segundo lugar el grupo III (Cu más tratamiento hormonal) (p<0.05). Por otro lado, no hubo diferencias significativas en la interacción tratamiento x técnico x rebaño no mostró diferencias significativas.
I: Control interno. Placebo + tratamiento hormonal; II: Sulfato de cobre + tratamiento hormonal; III: Sulfato de cobre sin tratamiento hormonal; IV: Control externo. Solo placebo
a,b,c Letras diferentes dentro de columnas indican diferencias significativas (p<0.05)
Valores de referencia de cobre en suero sanguíneo: 12 a 14 µmol/L, según McDowell (2005) y García et al. (2008)
DISCUSIÓN
Una de las causas de mayor importancia en el rendimiento productivo del ganado al pastoreo, especialmente en condiciones de trópico se debe a las deficiencias de minerales en las pasturas, tanto en el contenido de macro como micro minerales (McDowell, 2005). En el caso de rebaños lecheros y de carne en Cuba, se ha demostrado que el cobre es uno de los minerales deficitarios tanto en las pasturas, como a nivel sanguíneo y en las reservas hepáticas (Pedroso y Roller, 2009). Esta deficiencia estuvo relacionada con un bajo desempeño reproductivo, aumento de la frecuencia de mastitis y disminución de la capacidad de respuesta inmunológica de las vacas después del parto (Torres et al., 2016; Figueroa et al., 2017).
En la presente investigación, la suplementación de cobre por vía parenteral retribuyó los niveles de este microelemento a los valores normales del suero sanguíneo y mejoró la eficacia del tratamiento de inducción del celo en hembras en anestro e hipocuprémicas (Grupos II y III) con relación a los grupos no suplementados (I y IV) (p<0.05). Similares resultados fueron reportados por otros autores (García et al., 2012; Pedroso et al., 2014; Gómez et al., 2019). No obstante, Hackbart et al. (2010) no llegaron a obtener efectos favorables por la suplementación de cobre en el desarrollo folicular, y tasa de preñez en vacas lecheras.
Uno de los hallazgos más sobresalientes de este estudio fue que la mayor tasa de preñez experimentada en el grupo III, el cual solo recibió la suplementación de cobre. Al respecto, se tiene evidencia que los cambios metabólicos y carenciales manifestados en la sangre se reflejan en el contenido de licor folicular donde se desarrolla el ovocito y en el fluido del útero donde ocurre la implantación del embrión y el feto (Le Blanc, 2014; Leroy et al., 2015, De Bie, 2017); sin embargo, en este sentido, no existe mucha información científica disponible en vacas criadas en pastoreo en zonas donde regularmente existe esta deficiencia (Pedroso y Roller, 2009; Nasroallah y Mohamaddi, 2013). El resultado obtenido podría atribuirse a que fueron vacas que presentaron celo espontáneo; es decir, que tuvieron un crecimiento folicular adecuado que condujo a la maduración del folículo y, de esperarse, a la ovulación (Corbellini, 1998; Brem et al., 2001).
En este contexto, Sales et al. (2011) demostró que la suplementación de microelementos (cobre, hierro, manganeso y zinc), mejoró el desempeño reproductivo en vacas lecheras y contribuyó a mejorar los resultados de biotecnologías de reproducción asistida. En forma similar, Kendall et al. (2006) demostró que la suplementación con Cu puede mejorar la diferenciación de las células de la teca cultivadas in vitro. Más tarde, Gao et al. (2007) encontraron un efecto beneficioso en la tasa de maduración y en el número de embriones que completaron su desarrollado durante la producción in vitro de embriones.