INTRODUCCIÓN
El avance de la Medicina Veterinaria ha logrado mejorar el control de las enfermedades infecciosas y disminuir la mortalidad de los animales de compañía, dado como resultado un notable incremento en la expectativa de vida de estos animales. Por lo tanto, las afecciones que se presentan en edades avanzadas, como las neoplásicas, vienen teniendo mayor relevancia, dado que es una de las principales causas de decesos. Se observa que entre el 15 y 20% de los canes adultos y gerontes atendidos en clínicas veterinarias padecen de procesos neoplásicos (Cuitiño, 2011).
La cavidad oral puede presentar una amplia gama de procesos patológicos que son de común hallazgo en la práctica clínica veterinaria. Entre las patologías de la cavidad oral se encuentran las neoplasias que son el cuarto cáncer más común en caninos (Nelson y Couto, 2010); las que pueden ser de origen odontogénico o no odontogénico, presentándose formas benignas y malignas.
El presente estudio muestra los resultados obtenidos de las historias clínicas durante los años 2009-2013 sobre las neoplasias en la cavidad de la oral de la Clínica de Animales Menores (CAME) de la Facultad de Medicina Veterinaria (FMV) de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM) en Lima, Perú. La CAME es un centro con una gran variedad casuística y donde se cuenta con la especialidad de oncología veterinaria. El objetivo del estudio fue determinar la frecuencia de las neoplasias orales según las variables raza, sexo, edad, clasificación histológica y localización anatómica.
MATERIALES Y MÉTODOS
Se utilizaron los registros clínicos de la CAME-FMV-UNMSM del periodo enero de 2009 y diciembre de 2013. Se recuperaron datos de los protocolos de histopatología diagnosticados por el laboratorio de patología veterinaria de la FMV y otros. Los casos con resultado de neoplasias fueron divididos por su localización anatómica, utilizándose aquellos con resultado de neoplasia oral.
Se analizaron las variables de edad, raza, sexo, localización anatómica, diagnóstico y clasificación histológica.
RESULTADOS
El número de historias clínicas en el periodo en estudio fue de 23 489, de las cuales 19 192 correspondieron a pacientes caninos, y de estas, 238 historias clínicas contaron con protocolos de histopatología.
En los protocolos histopatológicos en caninos se encontró una frecuencia de 80.7% (192/238) de lesiones neoplásicas y 19.3% (46/238) de no neoplásicas. Las neoplasias orales en caninos representaron el 12.0% (23/ 192). Por otro lado, de las 25 lesiones encontradas en la cavidad oral, 92% (23/25) correspondieron a lesiones neoplásicas y el 8% (2/25) a lesiones no neoplásicas.
Las frecuencias de neoplasias por grupo etario y peso corporal se presentan en el Cuadro 1, y por grado de malignidad, según sexo y raza en el Cuadro 2. La frecuencia de neoplasias orales por tipo histológico y localización anatómica se presemtan en el Cuadro 3.
DISCUSIÓN
El 92% de las biopsias orales realizadas a pacientes caninos de la Clínica de Animales Menores de la FMV de la UNMSM fueron diagnosticadas como neoplasia oral. Frecuencia mayor al 37.8% reportado por Stenholt et al. (2009) del Registro Danés de Cáncer en Veterinaria de 60 centros veterinarios en Dinamarca. Esta diferencia podría deberse al tamaño muestral y a una mayor aceptación de los propietarios en los centros daneses a realizar biopsias orales.
El 12.0% de las neoplasias orales con relación al total de neoplasias diagnosticadas por histopatología fue igualmente mayor al 7.9% encontrado por Páucar et al. (2017) y De Sousa (2010), así como al 6% reportado por Venturini (2006), posiblemente debido a que en la CAME se considera anestesiar a los pacientes para una mejor revisión de la cavidad oral, pudiendo de esa manera, de ser necesario, realizar una biopsia incisional o excisional de la lesión oral a fin de obtener un diagnóstico histopatológico. De no hacerse así, muchas veces se recurre a los diagnósticos citológicos de las neoplasias, los cuales no son diagnósticos definitivos.
La mayor frecuencia de neoplasias orales fue observada en caninos de 6 a 10 años (52.2%), resultados que concuerdan con los reportes de Martin (2013) en 64 casos de neoplasias orales, quién encontró la mayor frecuencia (56.4%) en caninos de 6-10 años, y por el de De Sousa (2010) con una mayor frecuencia en el rango de 7 a 13 años. Es de esperarse hallar una mayor frecuencia de neoplasias conforme avance la edad, dada una mayor activación de oncogenes y la presencia acumulada de elementos cancerígenos (Mendiz, 2004).
La frecuencia de neoplasias orales en machos fue de 65.2%, mientras que en hembras fue de 34.8%. En este sentido, Fonseca et al. (2011) encontraron frecuencias de 53.3 y 46.7% para machos y hembras, respectivamente. Asimismo, De Sousa (2010) indica que, en Brasil, los machos tienen 2.4 veces mayor riesgo de desarrollar este tipo de cáncer que las hembras. No obstante, no se encontraron reportes que plantearan influencias hormonales, por lo que no se reporta predisposición sexual en la literatura para el cáncer oral (Fonseca et al., 2011; Mendiz, 2004).
En el presente estudio se encontró la mayor frecuencia de neoplasias orales en perros con pesos de 25-44 kg (47.8%), especialmente por presentación de melanoma y rabdomiosarcoma, seguidos de perros con pesos entre 11 y 24 kg con un 30.4%. Asimismo, caninos de 18 y 27 kg presentaron carcinoma de células escamosas y un canino de 40 kg presentó fibrosarcoma oral, lo cual corrobora que los perros de razas grandes presentan mayores probabilidades de adquirir carcinoma de células escamosas y fibrosarcomas (Howard, 2000; Gioso, 2003). Por otro lado, Birchard (1996) reporta una mayor incidencia de fibrosarcoma oral en perros grandes con pesos mayores de 23 kg.
Las razas definidas como grupo fueron las más afectadas (69.7%) en comparación con los perros mestizos (30.3%). Páucar et al. (2017), también reporta una frecuencia de 75.2% para el grupo de razas definidas.
Las frecuencias de neoplasias orales por raza dependen mayormente de la frecuencia de determinadas razas según la zona geográfica y el estrato socioeconómico. Así por ejemplo, en Brasil, Venturini (2006) encontró una mayor frecuencia en Bóxer en la ciudad de en São Paulo, Gomes et al. (2009) en Porto Alegre encontraron al Poodle, y Fonseca et al. (2011) en Brasilia encontró al Doberman Pinscher como la raza mayor frecuencia de neoplasias orales.
Las neoplasias no odontogénicas en este estudio representaron el 82.6%, similar resultado a lo descrito por Páucar et al. (2017) con 80%. Esto se debería a que las neoplasias odontogénicas se forman solo a partir de tejido que participa en la odonto-génesis, por lo que son raras en todas las especies.
Las neoplasias orales malignas representan el 73.9%, lo que coincide con el 72% obtenido por Páucar et al. (2017), pero superior a lo encontrado en otros reportes (Venturini, 2006; Stenholt et al., 2009). Por otro lado, las neoplasias orales benignas representaron el 26.1%, valor menor lo presentado en otros reportes (Venturini, 2006; Stenholt et al., 2009; De Sousa, 2010), lo cual podría deberse a la baja frecuencia de caninos menores de un 1 año en este estudio, toda vez que la frecuencia de las neoplasias malignas aumenta con la edad. La papilomatosis oral es la neoplasia oral benigna más común en caninos jóvenes e inmunológicamente comprometidos (Lucena et al., 1996; Liptak y Withrow, 2013).
La neoplasia maligna con más frecuencia fue el melanoma (21.7%), posiblemente debido a que varias razas descritas en este estudio tienen la mucosa oral pigmentada, por lo que presentarían mayor riesgo a desarrollar este tipo de neoplasia (Ramos-Vara et al., 2000). La segunda neoplasia maligna más frecuente fue tanto el plasmocitoma como el rabdomiosarcoma (13.0%), mientras que autores como Venturini (2006) reportó 9.9% de frecuencia para rabdomiosarcoma oral y Páucar et al. (2017) encontraron el 26%.
La mayor frecuencia de neoplasias orales benignas fue el épuli (17.39%), seguido del papiloma (8.7%). El épulis fibromatoso fue más frecuente que el épuli osteomatoso, lo cual coincide con Páucar et al. (2017) que obtuvo una frecuencia de 56% en épuli fibromatoso. Cabe resaltar que Liptak y Withrow (2013) clasifican al épuli osificante y épuli fibromatoso como fibroma odontogénico periférico.
En cuanto a las neoplasias dentro de la cavidad oral, el componente oral más afectado fue la gingiva (69.7%), seguido del labio (17.4%) y el paladar (8.7%), lo cual presenta valores relativamente similares con otros reportes (Birchard, 1996; Mendiz, 2004; Páucar et al., 2017).
CONCLUSIONES
La frecuencia de neoplasias orales en caninos fue de 11.98% para el periodo 20092013.
Las razas definidas fueron las más afectadas con 69.6%, teniendo una mayor presentación el Rottweiler y el Labrador Retriever (13.0% por raza).
Las neoplasias orales más comunes son las no ontogénicas (82.6%).
Las neoplasias orales malignas fueron más frecuentes (73.9%), siendo el melanoma el de mayor presentación (21.7%).
La localización anatómica más afectada fue la gingiva (69.7%).