INTRODUCCIÓN
El uso de cadáveres en las prácticas de cirugía de estudiantes de medicina veterinaria tiene sus ventajas. Investigaciones con la utilización de cadáveres realizados en el exterior (Carpenter et al., 1991) o dentro de Brasil (Silva et al., 2007) no indicaron alteraciones significativas en relación al rendimiento quirúrgico de alumnos que utilizaron cadáveres en sus aulas en comparación con alumnos que utilizaron animales vivos. Además, se tiene el 95.7% de aceptación por parte de los alumnos para la utilización de cadáveres químicamente preparados, en tanto que el 88.9% consideran, además, que el aprendizaje utilizando cadáveres es satisfactorio (Silva et al., 2007).
Los test biomecánicos permiten comparar a los tejidos frescos con aquellos sometidos a la conservación, generando información que contribuye al mejoramiento de técnicas quirúrgicas en la búsqueda de material biológico alternativo para la experimentación animal (Camargo et al., 2014).
Las sustancias más utilizadas para la conservación en medio l í qui do son el formaldehído, la glicerina, el alcohol etílico y el fenol (Rodrigues, 2010), además de inhibir el crecimiento de microrganismos. El formaldehído es el fijador y conservante más utilizado, comúnmente en solución acuosa al 10%. A pesar de tener un bajo costo y rápida penetración tisular (Rodrigues, 2010), el formaldehído es considerado como una sustancia cancerígena y teratogénica por la Agencia Internacional de Investigación en Cáncer (IARC), y ofrece riesgo ambiental, caso sea descartado en afluentes (WHO, 1991).
Los nitritos y nitratos tienen actividad conservadora, pues retardan o inhiben la actividad microbiana o enzimática, evitando la precoz deterioración de los tejidos. También son fijadores de color (Iamarino et al., 2015). La refrigeración es el método más utilizado para la conservación de la carne y se convierte en necesaria, por un lado, para minimizar las alteraciones, principalmente la putrefacción, y por otro, para eliminar los riesgos producidos por el desarrollo de microrganismos patógenos, además de controlar la velocidad con que aparecen las características organolépticas post mortem de la carne (Rosset et al., 1994).
En un estudio realizado por la Universidad de Berlin, Alemania, utilizando la sal de cura como alternativa al uso de formaldehído en la enseñanza de anatomía veterinaria, en solución de 23% de sales de cura, 30% de etanol, 20% de Pluriol® E 400 (mezcla de polietilenglicoles) y 0.1% de aceite de orégano encontraron que preservaba los cadáveres de caninos, sin riesgos ambientales ni de la salud humana con bajo costo efectivo (Janczyk et al., 2011). Werdelmann y Gerics (2016), de otra parte, demostraron la utilidad de la solución de sales de cura al 16% como alternativa al formaldehído para la preservación a largo plazo de piezas anatómicas de caninos sometidos a la disección. Las piezas inmersas en la solución de sales mantuvieron su coloración y consistencia en comparación con aquellas sometidas a la fijación por formaldehído.
El embalaje al vacío es considerado una atmósfera modificada, pues ocurre una alteración de la presión del aire por reducción del oxígeno, provocando así una disminución de la actividad respiratoria normal del alimento y de la población microbiana, llevando a la disminución de la velocidad de deterioración (Young et al., 1988). Además, el vacío promueve reducción en los valores de oxidación y de la fuerza del cizallamiento muscular (Leonel, 2008), lo que provoca mayor macicez del producto. Cuando no hay contacto con el oxígeno predominan las bacterias lácticas, que causan menor alteración en la calidad de las carnes (Tesser, 2009).
Por lo tanto, el objetivo de este trabajo fue analizar biomecánicamente la piel de cadáveres de caninos preparados químicamente con alcohol etílico y sal de cura, embalados al vacío, para la práctica da cirugía veterinaria, así como realizar la evaluación microbiológica del producto.
MATERIALES Y MÉTODOS
Animales y Muestras de Piel
Se seleccionaron ocho cadáveres de caninos, machos y hembras, adultos sin alteraciones morfológicas aparentes. Los cadáveres fueron obtenidos en el Centro de Control de Zoonosis de Ribeirão Preto, SP (Proceso 02.2014.000027-1) y aceptados por el comité de ética local (Proceso 4593/19). Los animales fueron congelados (-18 oC) después de su muerte y transportados al Laboratorio de Anatomía Animal de la Universidad Estadual de São Paulo (UNESP) Jaboticabal, Sao Paulo.
Los animales escogidos tuvieron un peso de 7.96±1.48 kg y condición corporal de 4 (costillas fácilmente palpables, con mínima cobertura de grasa; cintura abdominal fácilmente observada, cuando vista dorsalmente; pliegue abdominal evidente) o 5 (costillas palpables y sin exceso de cobertura de grasa; cintura abdominal observada caudalmente hacia las costillas observada dorsalmente; pliegue abdominal evidente observada por lado), en una escala de 1 al 9, considerado como score corporal ideal por Laflamme (1997).
Los cadáveres fueron descongelados en un refrigerador horizontal a 4-6 oC e identificados de A1 al A8. Se cortó el pelo de todo el cuerpo, teniendo cuidado de no lesionar la piel. Se tomaron tres fragmentos de piel fresca utilizando un bisturí y un molde rectangular de 1 x 4 cm de acero inoxidable con auxilio de bisturí, las que fueron consideradas como muestras control. Las muestras fueron inmediatamente colocadas en frascos con agua para evitar el resecamiento hasta el momento del análisis biomecánico. Posteriormente, se inyectó a cada cadáver una solución de alcohol etílico puro con 5% de glicerina a razón de 150 ml/kg de peso corporal, vía arteria carótida con un catéter 40x16G, seguido de 120 ml/kg de solución con sal de cura (200 g/L de cloruro de sodio, 10 g/L de nitrito de sodio, 10 g/L de nitrato de sodio). Finalmente, los cadáveres fueron embalados en sacos plásticos al vacío y refrigerados entre 0 a 4 °C, con termómetro digital acoplado en la tapa de sello del refrigerador.
Se tomaron muestras mensuales de piel por cuatro meses (D30, D60, D90 y D120). Para esto, los embalajes fueron abiertos y luego de la colección de la muestra, los embalajes fueron nuevamente cerrados al vacío y mantenidos en refrigeración.
Para la colecta de la piel, el cadáver fue posicionado inicialmente en decúbito lateral izquierdo. Con el auxilio de un bisturí (hola 22) y un molde de 1 x 4 cm se cortaron los fragmentos de piel, en el lado del pecho, paralelo y a 5 cm del plano sagital. Las muestras fueron tomadas en forma secuencial y en sentido transverso a la línea de tensión de la piel del canino (Figura 1). Las muestras fueron almacenadas en recipientes con agua hasta el momento del análisis biomecánico.
Para la evaluación de la resistencia de los tejidos, se utilizó la Máquina Universal de Ensayos EMIC® DL-2000. La célula de carga utilizada fue de 500N, con una velocidad de aplicación de carga de 100mm/min y con un espacio libre entre las garras con agarre del material de 20 mm.
Bacterias Aerobias y Anaerobias Mesófilas
Se realizó el análisis microbiológico mensual del líquido que se extravasa en el embalaje de dos cadáveres escogidos al azar. Se colectaron no menos de 10 ml en frascos estériles y las muestras fueron llevadas al Laboratorio de Microbiología de la Facultad de Ciencias Agrarias y Veterinarias de la UNESP de Jaboticabal.
La cuantificación de las bacterias mesófilas aerobias y anaerobias facultativas viables fue realizada a través de la técnica de placas en superficie. En esta técnica, la muestra es diluida hasta 5 veces con peptona 0.1% y a partir de cada dilución se utiliza 100µl como inóculo y se distribuye en las placas en la superficie del agar BHI (Brain Heart Infusion) expandido con auxilio de un asa de Drigalski. Las placas para el conteo de microrganismos aeróbicos fueron almacenadas directamente en una estufa bacteriológica, mientras que las placas para el conteo de microrganismos anaerobios fueron almacenadas en jarras de anaerobiosis con la utilización de Anaeroback (Probac). En ambos casos, las placas fueron incubadas a 37 °C durante 24 h. Luego de la incubación se hizo el conteo de Unidades Formadoras de Colonias (UFC) por mililitro (Vanderzant y Splittstoesser, 1992).
Posterior al conteo, se aislaron cinco colonias de cada placa, se sembraron en agar BHI (Brain Heart Infusion), y se incubaron a 37ºC por 24 h para la identificación de bacterias de los géneros Bacillus, Clostridium, Pseudomonas y de la especie Escherichia coli.
Las colonias se sembraron en las placas con asa de platino. Para el estudio se utilizaron medios de cultivo selectivos: agar M ac Conkey p a r a Pseudomonas y Escherich ia c oli , agar SP S (Sulfito Polimixina Sulfadiazina) para Clostridium y agar base MYP (Manitol Yolk Polimixina) para aislamiento de Bacillus . Después de la incubación a 37 °C durante 24 horas, se evaluó la morfología celular mediante tinción de Gram, presencia de esporas y pruebas bioquímicas específicas para confirmar cada género o especie (Barrow y Feltham, 1993).
RESULTADOS
La fuerza máxima de ruptura para los grupos control, D30, D60, D60 y D120 (promedio ± desviación estándar) se presentan en el Cuadro 1.
Los datos referentes a la fuerza máxima de ruptura (N) y al desplazamiento máximo de ruptura presentaron normalidad (Cramer-Von Mises 0.9244 y 0.055, respectivamente). No se encontró diferencia significativa (p = 0.53) entre el promedio de la fuerza máxima de ruptura presentada por el grupo control y los promedios de los tres momentos evaluados, lo que comprueba que la fijación con las sales de cura y el almacenamiento en embalajes al vacío mantuvo las características biomecánicas de la piel durante los 120 días bajo condiciones de refrigeración.
Se encontró diferencia significativa (p = 2.436x10-8) entre el promedio del desplazamiento máximo de ruptura (mm) del grupo control con los promedios de los tres tiempos de conservación, pero sin diferencia entre estos (Cuadro 2).
Los resultados de la identificación bacteriana se presentan en el Cuadro 3. La población microbiana no excedió de 8x102 UFC/ml en los aerobios totales y de 5x102 UFC/ml en los anaerobios totales. El 25% de las muestras no presentaron contaminación.
DISCUSIÓN
La solución etílica demostró ser eficiente como fijadora (Rodrigues, 2010), tal y como ha sido reportada en cadáveres humanos hasta por un año (Goyri-O’Neill et al., 2013). La respuesta obtenida también fue similar a los estudios que utilizaron alcohol etílico para fijación y solución acuosa de cloruro de sodio para conservación de cadáveres de caninos hasta por cuatro meses para el entrenamiento quirúrgico en piel y yeyuno (Rocha et al., 2018), arterias (Cerqueira et al., 2017) y venas (Pelógia et al., 2018). La piel no se oscureció ni se endureció como ocurre cuando se utilizan fijadores que contienen formaldehído (Groscurth et al., 2001; Hayashi et al., 2016).
El análisis estadístico no mostró diferencia significativa entre el promedio de la fuerza máxima de ruptura entre las muestras control y las sometidas a conservación, lo que confirma que el proceso efectuado mantuvo las características biomecánicas de la piel hasta por 120 días bajo refrigeración y embalaje al vacío, tal y como se obtuvo con una solución etílica en cadáveres de caninos hasta por cuatro meses (Rocha et al., 2018).
En la presente investigación, el valor promedio para la ruptura de la piel fresca en caninos de 7.96±1.48 kg fue de 125.89 N, lo que fue similar al valor de 131.3 N en caninos de 7.6±2.7 kg (Rocha et al., 2018), lo que se puede asumir como una relación directa entre el peso corporal y la fuerza para ruptura. Durante el tiempo de conservación, la fuerza varió de 95.78 N a 129.0 N, lo que es comparable a la variación de 110.8 N a 177.5 N de la piel de caninos del estudio de Rocha et al. (2018) en caninos mantenidos hasta por cuatro meses en tanques de alcohol etílico.
La fuerza observada en muestras frescas o conservadas fue muy mayor a los 19.98 N necesarios para causar ruptura en las venas yugulares de caninos o de los 21.51-26.17 N necesarios para romper las venas yugulares de caninos mantenidos en tanques de alcohol etílico (Pelógia et al., 2018). Los valores obtenidos también fueron mayores a aquellos requeridos para la ruptura de arterias carótidas de caninos frescos (25.77 ± 15.43 N) o mantenidos en tanques con alcohol etílico (16.44 ± 31.79N) (Cerqueira et al., 2017).
En el caso de la contaminación microbiana, García-Esteban et al. (2004), observó un aumento progresivo de aerobios mesófilos en embalajes al vacío, llegando a presentar 9.45x103 UFC/g en la semana 8. En el presente estudio, en la muestra A5 (Cuadro 3) se observó un aumento lento en los aerobios totales y en los anaerobios totales llegando a presentar 1x102 y 5x102 UFC/ ml, respectivamente. Los resultados obtenidos fueron parecidos a otro estudio de caninos preservados con la misma técnica en la cual la concentración no fue superior a 9x101UFC/ml en los aerobios totales y 7x101 UFC/ ml en los anaerobios totales (Pereira et al., 2019). De otro lado, se reconoce que una bacteria para que cause enfermedad en el hospedero debe tener una concentración de 109 UFC/ml (Rigobelo et al., 2016). Los alores obtenidos en el presente estudio apuntan que 102 es una concentración baja, garantizando que no causaría daño a la persona expuesta.
CONCLUSIÓN
La fijación/conservación con alcohol etílico y sales de cura, asociado a los embalajes al vacío es una forma económica, de bajo impacto ambiental y efectiva de preservar y conservar las características de la piel fresca de cadáveres caninos por un tiempo no menor de 120 días, lo que es recomendado para la enseñanza de la cirugía veterinaria por mimetizar en los cadáveres fijados la resistencia cutánea presentada por los cadáveres frescos.