INTRODUCCIÓN
El cuy (Cavia porcellus) es un roedor nativo de América del Sur, utilizado como alimento, negocio y en medicina tradicional para el tratamiento de enfermedades psicosomáticas (Chauca, 2007; Negrete et al., 2018). Se les emplea como mascotas y modelos para investigaciones, especialmente en biomedicina. En el estudio del Origen de la Salud y la Enfermedad en el Desarrollo (DOHaD, por sus siglas en inglés), es la especie ideal para evaluar los efectos multigeneracionales y transgeneracionales tanto de la perturbación perinatal como de cualquier intervención, debido a la similitud fisiológica con el ser humano (Morrison et al., 2018). En el Perú está distribuido a nivel nacional gracias a las poblaciones migrantes de la Sierra, ya que estos animales pueden habitar tanto en zonas cálidas como en frías, adaptándose más a este último, a pesar de que los mejores resultados en su crianza se obtienen en la Costa (Chauca, 2007).
La crianza familiar extensiva en la Sierra con una alimentación a base de forraje verde, Medicago sativa, Lolium multi- florum, Trifolium pratense (Mamani et al., 2015) predispone a los cuyes a la infección por Fasciola hepatica. Se ha trabajado con otras opciones alimenticias como balancea- dos (Camino e Hidalgo, 2014), suplementos con harina de cebada (Velásquez et al., 2017), harina de pulpa de café (Yoplac et al., 2017), cebada y girasol en grano (Lozada et al., 2013) y otros, que han demostrado mejores índices productivos; sin embargo, no llegan a constituir la dieta principal.
Las fuentes principales de la infección animal y humana con F. hepatica son los berros frescos, la alfalfa, las lechugas y el agua de bebida donde se han enquistado metacercarias del parásito (Carrada-Bravo y Escamilla, 2005; Carrada-Bravo, 2007). La susceptibilidad en cuyes es alta debido al pequeño tamaño del hígado, donde cuatro fasciolas podrían causar enfermedad crónica, ya que no soporta infecciones altas, aconteciendo la muerte con un mayor número de parásitos (Lévano, 1994).
La fasciolosis genera un alto impacto económico en el sector ganadero (López- Villacís et al., 2017). El ciclo biológico de F. hepatica se perpetúa en lugares endémicos con manejo inadecuado de pastos y la ausencia de tratamiento de las heces usadas como fertilizantes en la siembra de hortalizas, convirtiéndose en un problema de salud pública por el carácter zoonótico del parásito, afectando al humano (Maco et al., 2003; Cruz et al., 2006). En el Perú se tienen diversos reportes de fasciolosis en humanos (Marcos et al., 2002, 2004, 2007, Orfanos et al., 2016; Rodríguez-Ulloa et al., 2018).
Este problema se agrava en Perú por los múltiples reportes de fracasos en el trata- miento en animales (Rojas, 2012) y humanos (Gil et al., 2014; Terashima y Marcos, 2016; Ortiz et al., 2018), lo cual sugiere que la re- sistencia al triclabendazol puede ser un problema emergente en los Andes (Carrada-Bravo, 2007; Cabada et al., 2016). Debido a la ineficacia de las drogas empleadas, los mejo- res resultados se dan con la cirugía y con la Colangiopancreatografía Retrógrada Endoscópica (ERCP) (Gil et al., 2014), lo cual no es aplicable en animales.
Al ser el cuy una especie muy susceptible a fasciolosis, lo que se traduce en pérdidas económicas para el productor, y sumado a los pocos estudios en esta especie, el objetivo del estudio fue determinar la prevalencia de F. hepatica en cuyes de 10 comunidades del distrito de Chota, Cajamarca.
MATERIALES Y MÉTODOS
La presente investigación es de corte transversal aleatorio realizado en 10 comunidades del distrito de Chota (Negropampa, Cabracancha, Chota Centro [Sector Ramón Castilla], Pingobamba Alto, Pingobamba Doñana, Chororco, Campamento, Llasavilca, Uchuclachulit y Yuracyacu) entre agosto y octubre de 2014. El distrito de Chota está ubicado a una altura de 2388 msnm, presenta una topografía accidentada, clima mayormente templado y temperatura promedio de 17.8 °C. La época de sequía se da de mayo a octubre y la lluviosa de noviembre a abril (Municipal Provincial de Chota, 2022).
Al no existir datos estadísticos de la población de cuyes en las comunidades de estudio, el cálculo del número de muestras se realizó usando la fórmula del «n» muestral para una población desconocida, con un nivel de confianza al 95% y una prevalencia estimada de 40.5% (Jaramillo y Martínez, 2010), dando un total de 370 muestras. El tamaño muestral se distribuyó equitativamente en las comunidades (10% del total; es decir, 37 cuyes por comunidad). Se muestrearon animales con edades entre tres y seis meses de edad, sin distinción de raza, línea, tipo o sexo. En cada comunidad se seleccionaron en promedio cuatro granjas de crianza familiar comercial, con cuyes criados en pozas y alimentados a base de alfalfa y Rye Grass principalmente, obteniendo 9-10 muestras por la granja.
Los cuyes fueron colocados individual- mente en cajas de cartón durante 12 horas con el fin de recolectar las heces. Estas fueron trasladadas en un cooler con espuma de poliuretano enfriador al Laboratorio de Parasitología Veterinaria de la Universidad Nacional de Cajamarca. Las muestras fueron analizadas mediante la Técnica de Sedimentación Natural Rápida de Lumbreras (INS, 2004). Los huevos de F. hepatica se identificaron por sus características morfológicas (Fiel et al., 2011) vistos en estereoscopio a 1.6X y con mayor detalle en microscopio óptico con aumento de 40X. Se calculó la prevalencia (Thrusfield y Christley, 2018) y el análisis estadístico de la correlación en cuanto a la procedencia del cuy con la prueba de Chi cuadrado a un intervalo de confianza del 95%.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
Se encontraron huevos de Fasciola hepatica con una prevalencia de 4.6 ± 2.13%, con mayor frecuencia de positivos en la comunidad de Negropampa (16.2 ± 11.9%), seguida de Yuracyacu (8.1 ± 8.8%) y con resultados negativos en tres de ellas (Cuadro 1, Figura 1). Esta frecuencia es superior a los resultados reportados por Sánchez (2013) con 1.75% (2/114) en cuyes del Valle del Mantaro, Huancayo. Asimismo, Curipoma (2020) en Ecuador reportó una prevalencia de 12.5% (48/278), similar a la frecuencia encontrada en la Estación Experimental Baños del Inca del INIA, Cajamarca, de 14.2% (Diaz, 2018).
Pese a las diferencias cuantitativas, es- tos resultados prueban la presencia de F. hepatica en cuyes, en diversos sistemas de crianza en cuanto al manejo, alimentación, condiciones meteorológicas, etc. Al respecto, Mas-Coma et al. (2008) y Londoñe et al. (2009) manifiestan que en un futuro próximo los lugares fríos y de altitudes por sobre los 4000 msnm podrían llegar a ser zonas endémicas debido a los cambios biológicos, climáticos y topográficos que generan variaciones en el ecosistema atrayendo hospedadores a ambientes nuevos, donde el manejo de pastos juega un rol muy importan- te (Bennema et al., 2011), agregado a esto el tráfico de animales sin las medidas preventivas necesarias que conllevan a la propagación del parásito.
A pesar de encontrar una baja prevalencia, es necesario mantener una vigilancia epidemiológica, identificando y evaluando los factores de riesgos tanto para animales y humanos (Cañete et al., 2011; Orfanos et al., 2016). La mejor prevención es a base de la educación de la población y profesionales de la salud (Cañete et al., 2011), evitar los riegos con aguas de ciénegos donde crecen plantas hospederas de Lymnaea columella (hospedador intermediario de F. hepatica) (Giraldo y Álvarez, 2013). Asimismo, se debe seguir investigando fármacos alternativos (Fernández, 2020), así como posibles vacunas (Checa et al., 2020).