INTRODUCCIÓN
Las lesiones traumatológicas y ortopédicas del esqueleto apendicular en caninos son frecuentemente diagnosticadas en la clínica diaria; sin embargo, son pocos los estudios realizados en el país sobre la frecuencia de diagnóstico radiológico de estas lesiones. Además, los estudios publicados suelen utilizar un escaso número de pacientes, evaluando cortos periodos de tiempo o se centran en una raza en particular (Dávila, 2002; Ramos, 2006; Salinas, 2006, Tong et al., 2000), por lo que los datos no parecen representar la realidad de la casuística. No obstante, se puede resaltar el estudio de Flores y Grandez (2017), quiénes evaluaron 115 lesiones traumáticas en huesos largos del esqueleto apendicular en caninos mediante diagnósticos radiológicos, encontrando una mayor frecuencia de lesiones en caninos machos (61.7%), mayormente en canes de razas puras (57.4%), menores a 12 meses (55.7%), donde la estructura ósea más frecuentemente fracturada fue el fémur (36.5%). Por otro lado, Marquina (2019) solo evaluó las lesiones traumatológicas del miembro posterior en 90 estudios radiológicos encontrando tendencias similares, aunque con mayor frecuencia en caninos mestizos (56%); no obstante, no consideró a la pelvis como parte del estudio.
El presente estudio tuvo como objetivo determinar la frecuencia de diagnóstico de lesiones osteoarticulares del esqueleto apendicular de caninos diagnosticados radiológicamente en la Clínica de Animales Menores de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos en el periodo 2012-2016, a fin de aportar datos más cercanos a la realidad del medio que permitan al médico veterinario conocer las lesiones más comunes y así poder diseñar esquemas diagnóstico y tratamiento temprano de estas lesiones.
MATERIALES Y MÉTODOS
El estudio se realizó en el Área de Radiología de la Clínica de Animales Menores de la Facultad de Medicina Veterinaria de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (CAME-FMV-UNMSM). Se revisaron los registros de los años 2012-2016 que implica- ron la evaluación radiológica del esqueleto apendicular de caninos.
Se seleccionaron los registros que describían lesiones traumatológicas, ortopédicas, y otros diagnósticos de afecciones óseas del esqueleto apendicular. La información fue clasificada de acuerdo con el miembro afectado (anterior, posterior), articulación o estructura ósea particular. Se evaluó la distribución etaria de los pacientes: juvenil (menor de un año), adulto joven (desde un año y menor a tres años), adulto maduro (desde tres años y menor a diez años) y geriátrico (de diez años a más) (Shearer, 2011). Además, se evaluó la distribución de las lesiones según la raza y sexo de los pacientes. Los resultados obtenidos se analizaron mediante estadística descriptiva a través de tablas de frecuencia.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
En el periodo 2012-2016, se realizaron 6776 estudios radiológicos a pacientes caninos con diversas necesidades diagnósticas. De estos, 37.7% (n=2552) requirieron evaluación del esqueleto apendicular. Del total de evaluaciones del esqueleto apendicular, los casos más frecuentes correspondieron a lesiones traumatológicas (43.3%, 1106) y lesiones ortopédicas (23.2%, 591) (Figura 1).
El 71.4% (n=790) de las lesiones traumatológicas del esqueleto apendicular se dieron a nivel de los miembros posteriores y 29.8% (n=330) a nivel de miembros anteriores (Figura 2), lo cual concuerda con otros estudios (Souza et al., 2011; Libardoni et al., 2016), que reportaron que los miembros posteriores están más predispuestos a lesiones traumatológicas que los miembros anteriores. La estructura ósea con mayor diagnóstico de fractura fue la pelvis (35.1%, n=388), seguida por el fémur (26.9%, n=298). Asimismo, Bennour et al. (2014) en Libia señala una mayor frecuencia de lesiones en pelvis, en tanto que Minar et al. (2013) en Corea del Sur encontraron frecuencias similares para fracturas en pelvis y fémur. Otros estudios no incluyeron a la pelvis como parte de las estructuras bajo evaluación, reportando al fémur como la estructura ósea con mayor frecuencia de fracturas (Ben Ali, 2013; Rhangani, 2014; Libardoni et al., 2016; Flores y Grandez, 2017; Marquina, 2019).
De las 591 lesiones ortopédicas (Figura 3), las más frecuentes fueron la luxación patelar (36.9%, n=218) y la displasia de cadera (36.6%, n=216). En estudios similares, Souza et al. (2011) en Brasil evaluaron 889 casos de lesiones ortopédicas del miembro pélvico, reportando una frecuencia de 15.1% (n=134) para displasia de cadera y 13% para luxación patelar (n=116); sin embargo, Shearer (2011) en EEUU refiere una mayor diferencia entre la prevalencia de luxación patelar con 5.3% y la de displasia de cadera con 2.0%. Esta diferencia podría explicarse por la falta de protocolos de diagnósticos temprano de lesiones ortopédicas como la displasia de cadera en el Perú, ya que estudios en Lima sobre displasia de cadera muestran frecuencias de 61.7% en canes Labrador Retriever (Tong et al., 2000), de 55% en Rottweiler (Dávila, 2002) y de 65% en Mastín Napolitano (Salinas, 2006).
La lesión del ligamento cruzado craneal tuvo una frecuencia del 18.4% (n=109), de los que 24.8% (n=27) tuvieron también luxación patelar. Esto se explica dado que la luxación patelar predispone a la lesión del ligamento cruzado craneal (Houlton et al., 2006; DeCamp et al., 2016).
Las lesiones traumatológicas se presentaron con mayor frecuencia en caninos juveniles (46.6%; n=485), lo cual concuerda con el estudio de Minar et al. (2013), quiénes reportan una frecuencia en juveniles de 31.5%. Esta predisposición en canes juveniles se explica por la mayor actividad física que despliegan los canes (Kumar et al., 2007), así como por una posible mayor fragilidad de los huesos aún en crecimiento, y la falta de capacidad para prevenir traumatismos (Vidane et al., 2014). Por otro lado, las lesiones ortopédicas se presentaron con mayor frecuencia en el estrato de adultos maduros (42.2%; n=245) (Cuadro 1), ya que estas suelen detectarse por signos secundarios de estas lesiones como la osteoartrosis (Denny y Butterworth, 2000).
Según el sexo, el diagnóstico de lesiones traumatológicas y ortopédicas tuvieron una mayor frecuencia en machos (Cuadro 2), debido principalmente a la influencia del sexo sobre varias enfermedades ortopédicas (Morgan et al., 2000). Asimismo, según el grupo racial, el diagnóstico de lesiones traumatológicas se observó mayormente en caninos mestizos (60.3%; n=658), mientras que Flores (2017) en su estudio en Lima refiere lo contrario. Por otro lado, las lesiones ortopédicas se dieron mayormente en perros de raza pura (70.0%; n=405) (Cuadro 3), lo que se puede explicar por el componente hereditario de este tipo de lesiones (Morgan et al., 2000).
Los resultados indican que la luxación patelar fue más frecuente en razas pequeñas como la Shih-Tzu, dado que este tipo de razas se encuentran más predispuestas a esta enfermedad (Houlton et al., 2006). En el caso de la displasia de cadera, el Labrador Retriever fue la raza con mayor número de casos, lo que se explica debido a que las razas grandes y de rápido crecimiento están más predispuestas a esta enfermedad (Thrall, 2012). Los diagnósticos compatibles con lesión del ligamento cruzado craneal fueron encontrados mayormente en razas como el Bulldog Francés, Shih-Tzu y Yorkshire.
Las lesiones degenerativas del esqueleto apendicular compatibles con osteoartrosis tuvieron una frecuencia de 12.7% (n=323). Esto concuerda con reportes que indican que es la enfermedad articular más comúnmente diagnosticada (Shearer, 2011; Anderson et al., 2018). De total de lesiones compatibles con neoplasias, 65.7% (n=23) se dieron a nivel del miembro anterior. Sobre esto, Withrow y Vail (2007) refieren que los miembros posteriores son más afectados que los anteriores en una relación de dos a uno, expresamente en el caso del osteosarcoma.
CONCLUSIONES
La estructura ósea más fracturada fue la pelvis (35.1%), seguida del fémur (27.0%), y las lesiones ortopédicas más frecuentes fueron la luxación patelar (36.9%) y la displasia de cadera (36.6%).
Las lesiones traumatológicas fueron más frecuentes en caninos juveniles (46.5%), y las lesiones ortopédicas en adultos maduros (42.2%).
Los machos presentaron mayor frecuencia de lesiones traumatológicas (58.3%) y ortopédicas (61.2%) en comparación con las hembras; en cambio, las lesiones traumatológicas fueron más comunes en caninos mestizos (60.3%), y las ortopédicas en caninos de raza pura (70.0%).