INTRODUCCIÓN
Los trastornos de la locomoción son considerados como un problemas de importancia de las explotaciones bovinas lecheras convencionales y orgánicas, porque afectan el bienestar, la salud y la productividad, al causar anomalías en la marcha y presencia de dolor (Pinedo et al., 2017a; Fedegan, 2018; Alvergnas et al., 2019). La presencia de cojeras reduce la longevidad, la producción de leche, afecta el peso corporal y el comportamiento reproductivo, además de aumentar el riesgo de descarte, muerte o presencia de enfermedades concomitantes, entre otros (Dolecheck et al., 2018). Investigaciones recientes reportan pérdidas en producción lechera bovina entre 0.73 y 1.66 kg/día a causa de la hemorragia en suela, enfermedad de la línea blanca y dermatitis digital (Charfeddine y Pérez-Cabal, 2017), así como presencia de animales no-ambulatorios, debilidad y emaciación (Whay y Shearer, 2017), factores que finalmente se traducen en resultados económicos negativos (Ettema y Østergaard, 2006; Dolecheck et al., 2018).
Los trastornos podales están implicados en el 90% de las cojeras del ganado (Bautista-Fernández et al., 2021). Se ha identificado una gran variedad de factores de riesgo a nivel del rebaño y de los bovinos relacionados con los problemas podales, tales como, la nutrición, la higiene, el acceso a los pastos, la compra de animales, la comodidad de las vacas, las rutinas de recorte y pediluvio, la genética, la edad, el rango social y la condición corporal (Shearer, 2017; Moreira et al., 2019). De acuerdo con la etiología y la patología, las lesiones podales se clasifican en infecciosas y no infecciosas (trastornos de la suela y erosión del talón) (Potterton et al., 2012), relacionadas en su mayoría con la higiene ambiental y las lesiones córneas (fisuras de la pared de la pezuña, doble suela y enfermedad de la línea blanca), y causadas por factores metabólicos (forma anormal de la pezuña) o mecánicos (Moreira et al., 2019).
El hato colombiano bovino está conformado por cerca de 24 millones de cabezas, ocupa el quinto puesto en América, el 12 a nivel mundial y representa el 21.8% del PIB Agropecuario (Fedegan, 2018). El sistema doble propósito y las lecherías de trópico bajo producen el 55% de la leche y representa el 39% de la población bovina nacional (Fedegan, 2018). En Colombia se han realizado trabajos relacionados con las afecciones de la pezuña en ganado de leche en las sabanas de Bogotá (Medrano-Galarza et al., 2020) y en la región suroeste Antioqueña, donde evaluaron la frecuencia y distribución de las lesiones podales (Correa-Valencia et al., 2019). No obstante, son escasos los estudios en ganado de leche de trópico bajo. El objetivo de esta investigación fue caracterizar las lesiones podales en lecherías en predios del eje cafetero y el norte del Valle del Cauca, para identificar los problemas más frecuentes y orientar las medidas de prevención y control.
MATERIALES Y MÉTODOS
Se realizó un estudio retrospectivo observacional basado en los registros de evaluación podológica de bovinos de leche en trópico alto y bajo. El estudio se llevó a cabo en condiciones de rebaños comerciales y los investigadores participaron en el proceso únicamente como observadores. Todos los procedimientos relacionados con el uso y cuidado de los animales siguieron estrictamente la norma regulatoria colombiana, Resolución 001634-2010, según lo establecido por el Instituto Colombiano Agropecuario (ICA, 2010).
Zona de Estudio
El estudio se realizó en el eje cafetero y Norte del Valle del Cauca, en los departamentos de Caldas (5o06'N, 75ºS), altitud entre 114 y 5260 msnm, temperatura entre 14 y 23 oC y humedad relativa promedio de 84% anual; de Quindío (4o32'N, 75o42'0''O), altitud entre 900 y 4750 msnm, temperatura entre 8 y 24 oC y humedad relativa promedio de 81%; de Risaralda (-75.7668 5° 9'56'' N, 75° 46'0'' O), altitud entre 2000 y 4500 msnm, temperatura entre 12 y 24 oC, humedad relativa promedio del 75%; y del Valle del Cauca (3°25'00''N 76°310'000''0'' O), altitud de 1000 a 4080, temperatura entre 23 y 24 oC, humedad relativa de 81% (IDEAM, 2021). Los bovinos de estos cuatro departamentos representaron el 4.4% de la población de Colombia en 2019 (ICA, 2019).
Población de Estudio
Se analizaron los registros podológicos de 8671 bovinos (n=93 predios) productores de leche (n=8548 hembras, n=123 reproductores) localizados en 28 municipios. El 72.04% de las fincas estaban ubicadas en trópico bajo (n=67 con 7133 animales) y el 27.96% en trópico alto (n=26 con 1538 animales). Un médico veterinario entrenado y experto en podología realizó la evaluación de todas las lesiones en el periodo comprendido entre enero de 2015 y diciembre de 2019. Se seleccionaron 2261 registros de acuerdo con los siguientes criterios de inclusión: bovinos con diagnóstico de cojeras, crecimiento anormal del casco, tejido conectivo o lesión en la estructura de la pared, suela o ranilla del casco (Cuadro 2).
Evaluación de Lesiones
La evaluación de las lesiones en los bovinos se efectuó mediante la inmovilización y sujeción del animal en un brete hidráulico, el cual fijó el animal por unas bandas a nivel de pecho y abdomen, protegiendo la glándula mamaria. No se utilizó ningún tipo de sedación o tranquilización. Para la valoración del casco, cada bovino se elevó de manera que los cuatro miembros quedaron suspendidos en el aire, a nivel de la altura de la cintura del profesional. En los casos de ausencia de signos de afección podal, se realizó un tratamiento profiláctico con debridación de las partes en las que se observaba crecimiento anormal, mediante pinza descalladora y una pulidora eléctrica. En caso de que existiera cojera, se efectuó la inspección del casco afectado con pinza de presión en la suela, en busca de la lesión y el posible agente causal. Cuando fue necesario, se despejó, debridó y retiró los cuerpos extraños. Una vez se ubicó la lesión, se lavó la zona afectada durante un minuto con agua a presión y se estableció el diagnóstico. La información obtenida se registró en un instrumento estructurado y posteriormente se diligenció una hoja de cálculo de Excel.
Análisis de Datos
Los datos se colocaron en una hoja de cálculo en Excel, la cual se transformó a un archivo TXT para proceder al análisis en el programa "R" v. 3.6.2. Los análisis estadísticos se realizaron mediante el paquete lme4 (Bates et al., 2019). Para indagar el comportamiento de las variables (cojeras, hemorragia en suela, abscesos, doble suela y enfermedad de la línea blanca) y su comportamiento frente a los factores (mes, año), se utilizó un modelo lineal generalizado (GLM), el cual se ajustó usando el error quasibinomial mediante la biblioteca fitdistriplus (Delignette-Muller et al., 2020). Las tablas de análisis de varianza tipo II se utilizaron para evaluar la importancia de los términos en GLM utilizando la función ANOVA en la biblioteca car. Las figuras se elaboraron mediante el paquete sjPlot (Wickham, 2016). Las variables distribución de las lesiones por año, por miembro y frecuencia fueron analizadas en el programa Excel. Se realizó un análisis de estadística descriptiva usando una prueba de Chi cuadrado para determinar diferencias significativas (p<0.05), basados en el total de lesiones de la pezuña registrados en la base de datos.
RESULTADOS
El Cuadro 2 presenta la prevalencia de las lesiones podales diagnosticadas por año.
La prevalencia más alta se encontró en 2019 (49.42%). El 4.7% de los registros no presentó la identificación especifica de la lesión, por lo cual se pueden presentar variaciones en las sumatorias.
Las prevalencias de lesiones infecciosas y no infecciosas fueron de 7.88% y 92.12%, respectivamente. La hemorragia solar fue la patología más frecuente (41.40%), seguida de los abscesos en la suela (13.80%) y doble suela (11.35%) (Figura 1). Asimismo, se mantuvo este orden al estratificar la presentación de lesiones en las lecherías de trópico alto y bajo. Las afecciones patológicas de menor presentación fueron agrupadas como otros (cuerpos extraños, erosión de talón, desprendimiento de muralla, casco erosionado y dermatitis interdigital (Figura 1). La mayor prevalencia de cojeras se observó en el departamento de Caldas (x2=13.8, p<0.003) (Figura 2).
Las lesiones encontradas en las pezuñas fueron muy variadas y con diferentes grados de intensidad, llegando algunas a alterar la movilidad de los animales (Figura 3). De los 8671 individuos evaluados, 2261 (26.07%) presentaron lesiones en algún grado y de estos, 1472 (65%) presentaron alteración en la locomoción (cojera).
La prevalencia de las lesiones podales presentó variaciones de acuerdo con el mes evaluado (x2=196.08, p<0.001). Durante 2018 y 2019 se observó un incremento de lesiones podales, especialmente en los meses de abril y mayo (Figura 4). La prevalencia de la hemorragia en suela fue mayor durante los meses de enero, marzo y mayo (x2=265.69, p<0.001) (Figura 5).
La frecuencia de la hemorragia solar y de abscesos fue mayor en marzo para el primer semestre (x2=265.69, p<0.001 y x2=33.77, p<0.001) y en agosto, septiembre y octubre, para el segundo semestre de los años 2018 y 2019 (Figura 6).
DISCUSIÓN
La presencia de lesiones podales que generan cojeras son foco de atención científica, porque son ampliamente reconocidas como condiciones dolorosas y angustiantes para los bovinos, afectando el bienestar animal (Shearer et al., 2013; Sadiq et al., 2020; Bautista-Fernández et al., 2021). Estudios realizados en Colombia (Romero et al., 2020), Dinamarca (Dahl-Pedersen et al., 2018) y Estados Unidos (Stojkov et al., 2020) demostraron que una de las principales causas de descarte de las vacas lecheras es la presencia de cojeras. El estudio colombiano encontró una prevalencia de vacas con problemas podales y cojeras del 21.6%, similar a la descrita en la presente investigación (26.07%), lo cual sugiere que su impacto en las ganaderías de leche y doble propósito es relevante (Romero et al., 2020), aspectos también descritos en el país por otros investigadores en ganaderías de leche (Benavidez et al., 2012; Álvarez et al., 2017). Las alteraciones de las pezuñas son una condición multifactorial, y su prevalencia puede variar entre regiones (Bautista-Fernández et al., 2021) y sistemas productivos (estabulados o pastoreo) (Fabian et al., 2014; Passos et al., 2017).
La alimentación, el cuidado de las pezuñas, la higiene general del establo, la concentración de ganado, la genética, la humedad, las instalaciones, el pastoreo, la edad de los animales, el nivel y la fase de producción, así como el factor humano, son los factores asociados a las patologías podales en vacas más descritos en la bibliografía (Labrada Velázquez et al., 2020). Los principales factores de riesgo de cojera en el ganado de pastoreo están relacionados con el riesgo de trauma, largas distancias de desplazamiento, falta de mantenimiento de las vías y factores del animal como la adaptabilidad de ciertas razas al estilo de vida de pastoreo (Hund et al., 2018). Bran et al. (2018), sugieren que la paciencia del trabajador para manejar los animales es un elemento importante, puesto que la velocidad de desplazamiento es un factor que contribuye al aumento en la presentación de cojeras, aspecto que sería conveniente investigar en futuros trabajos en lecherías de trópico bajo, teniendo en cuenta que una alta proporción de manejadores de ganado tienen baja escolaridad, capacitación y entrenamiento en el manejo de los bovinos (Moreira, 2017; Romero et al., 2020); así como, bajos niveles de actitud (Herrán et al., 2017) y empatía hacia los animales (Leon et al., 2020).
La prevalencia de lesiones podales de acuerdo con el departamento presentó diferencias significativas (x2=13.8, p<0.003). No se encontraron trabajos que permitieran comparar este aspecto. De acuerdo con el IDEAM (2021), el departamento del Valle del Cauca presenta una menor precipitación pluvial comparado con los departamentos del eje cafetero, lo cual podría ser un factor que explique las diferencias encontradas.
En este estudio predominaron las lesiones de origen no infeccioso, similar a lo reportado en Estados Unidos por Eicher et al. (2013),América del Sur (Passos et al., 2017), Europa (Barker et al., 2010; Fabian et al., 2014; Alvergnas et al., 2019) y Colombia (Correa-Valencia et al., 2019). Entre las lesiones no infecciosas en bovinos están la laminitis, enfermedad de la línea blanca, úlceras en la planta, dedo del pie y talón (Pinedo et al., 2017b). La hemorragia solar (41.4%) fue la afección más frecuente, especialmente en el primer semestre del año (X2=265.69, p<0.001), particularmente en marzo, abril y mayo, periodo que coincide con las épocas de lluvias, según los reportes del Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (IDEAM, 2021). Tomasella et al. (2014) encontraron resultados similares, pues describieron la hemorragia solar como la patología prevalente (51.47%), seguida de enfermedad de la línea blanca (25.74%) y suela fina (10.29%). No obstante, los resultados difieren con los reportes en el sur de Chile de Flor y Tadich (2008), quienes hallaron diferencias en la prevalencia de cojeras de acuerdo con el tamaño del hato, siendo de 54.9% la prevalencia para enfermedad de la línea blanca en hatos grandes y de 82.5% en los pequeños. Así mismo, Álvarez et al. (2017) reportaron una mayor presentación de pezuña tirabuzón (36.47%), mientras que para Rabelo et al. (2013) fue la dermatitis digital (23.7%) y para Benavidez et al. (2012) en Colombia fue la erosión del talón (53.84%). Estos resultados ratifican las diferencias entre las prevalencias de acuerdo con la localización geográfica de los hatos.
Las lesiones de origen infeccioso halladas con mayor frecuencia en el presente estudio fueron la dermatitis digital e interdigital, resultados que coinciden con los reportados por Rabelo et al. (2013) en Goias (Brasil), seguido por pododermatitis séptica (12.6%) y doble suela (12.1%), y por Medrano-Galarza et al. (2020) en el departamento deAntioquia, Colombia. En Colombia se tiene dos periodos secos y dos de lluvias, donde marzo, abril, mayo, septiembre, octubre y noviembre corresponden a la estación de invierno (IDEAM, 2021). La época de lluvia es un factor de riesgo para la presencia de lesiones podales y cojeras, tal y como ha sido descrito en el presente estudio y en estudios similares en Australia (Ranjbar et al., 2016) y Colombia (Medrano-Galarza et al. (2020), pues el aumento de la humedad y el encharcamiento de los potreros pueden contribuir al reblandecimiento de las pezuñas del animal. En fincas basadas en pastoreo, como las evaluadas en este estudio; las condiciones de los potreros y de los senderos durante el aumento de la precipitación son difíciles de controlar, por lo que se aumentan los acúmulos de agua y flujos de lodo, que podrían causar un aumento de la suciedad y de las lesiones en las pezuñas. Álvarez et al. (2017) reportaron que 42.35% (139/170) de los animales presentaron trastornos podales, aspecto asociado al pastoreo en terrenos bajos y anegadizos causal de lesiones de la pezuña (Passos et al., 2017).
La distribución anatómica de las lesiones podales se da de forma aleatoria, ya que no existe un patrón de presentación determinado. Galán et al. (2014) y Bergsten et al. (2003) indican que el 60% del peso del cuerpo de un cuadrúpedo se distribuye en el miembro anterior y el 40% restante, en el posterior, lo cual puede interferir en la presentación de las lesiones. En el presente estudio, los miembros posteriores presentaron una prevalencia mayor (67.45%); resultado similar a los reportes de Tomasella et al. (2014) (87.5%) y Rabelo et al. (2013) (75.3%) y Labrada Velázquez et al. (2020) (66.26%). Así mismo, coinciden en menor proporción con lo encontrado en el sur de Chile en vacas de leche, donde se afectaron con mayor frecuencia los miembros posteriores tanto en rebaños grandes (92%) y pequeños (91.5%) (Flor y Tadich, 2008).
En el presente estudio se presentaron lesiones podales con mayor frecuencia en el miembro posterior izquierdo (36.33%), tal y como lo señalan Tomasella et al. (2014) y Rabelo et al. (2013), pero difieren del reporte de Álvarez et al. (2017), quienes encontraron una mayor proporción de lesiones en el miembro posterior derecho (51.6%). Estos resultados han sido asociados a causas morfofuncionales de los miembros, tanto en movimiento como en decúbito esternal, así como la exposición de los miembros posteriores a la materia fecal y orina (Greenough, 2007; Silveira et al., 2009).Así mismo, la disposición anatómica de los miembros anteriores permite mayor amortiguación por la forma de inserción del miembro anterior al tórax, a través de músculos y ligamentos, a diferencia del miembro posterior que se fija a través de la cabeza del fémur al acetábulo, el cual presenta una deficiencia ligamentosa en la articulación coxofemoral, que lo hace más sensible a lesiones y aumenta el riesgo de daño estructural de la pezuña en el miembro posterior (Greenough, 2007). Contrario a estos resultados, Viana et al. (2018) encontraron que 55.5% de los animales presentaban lesiones en el miembro anterior.