INTRODUCCIÓN
Entre el 31 de diciembre de 2019 y 4 de enero de 2020 se reportaron 44 casos de neumonía de etiología desconocida en Wuhan, China, que desencadenó rápida diseminación de la infección y la consecuente declaración de la pandemia por parte de la OMS el 11 de marzo 1,2 causada por la infección por el coronavirus SARS CoV-2 3. En el Perú, el primer caso se reportó en Lima el 5 de marzo 2020 y en pocas semanas la infección se extendió a todo el territorio por lo que el gobierno declaró estado de emergencia sanitaria nacional en nuestro país 4. El 16 de marzo se dictaron las primeras medidas incluyendo el aislamiento social 5,6,7 y con esto la suspensión de las actividades académicas para los estudiantes tanto de la educación básica como de la educación superior. Desde ese momento las universidades empezaron a adecuarse para el dictado de clases en la modalidad virtual 8 no siendo la Universidad Nacional de San Marcos exceptuada de ello.
Al inicio la pandemia en Perú tuvo características epidemiológicas muy similares a otras partes del mundo 9; sin embargo, la mortalidad fue una de las más altas 10, teniendo entre sus principales causas las deficiencias de nuestro sistema sanitario 11,12.
En el Perú contamos con universidades públicas y privadas, en algunas de las cuales se enseñan ciencias de la salud tanto en pregrado como en el post grado. En la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM), una de las facultades con mayor número de escuelas en ciencias de la salud, es la Facultad de Medicina de San Fernando en la que se congregan cinco escuelas académicas: Medicina Humana, Enfermería, Obstetricia, Tecnología Médica y Nutrición.
Los estudiantes de la Facultad de Medicina provienen de diversas partes del Perú y de diferentes estratos socioeconómicos. Desde la oferta educativa comparten las mismas aulas y laboratorios durante los primeros años de estudios pasando luego a asistir a los establecimientos de salud de diferentes niveles de atención, mayoritariamente ubicados en Lima Metropolitana y Callao.
Los reportes mundiales indicaban la presencia de infección en todos los grupos de edad; aunque desde un inicio se empezó a notar que la enfermedad grave y mortalidad se presentaba mayormente en adultos mayores 9, tendencia que se observó también en el Perú 5.
Un estudio en la ciudad de Iquitos refiere preliminarmente una prevalencia en la población total de 72%, mientras que en la población de jóvenes era de 77% 13. Las estadísticas del MINSA sobre la enfermedad en población al 9 de setiembre 2020, muestran que la positividad a las pruebas a nivel nacional fue de 20,59% y una letalidad de 85,6% en población hospitalizada de más de 50 años 13.
El Ministerio de Salud del Perú ha difundido desde el inicio de la pandemia información de la prevalencia en la población general 13,14, requiriéndose contar con más información sobre la población joven, con el propósito de orientar las decisiones sobre el mejor manejo para el retorno de las actividades académicas presenciales. Con el objetivo de determinar la cantidad de la población estudiantil que estaba afectada por la pandemia, se realizó el estudio de seroprevalencia y encuesta de factores de riesgo en una muestra representativa de estudiantes del pregrado de la Facultad de Medicina de la UNMSM.
MÉTODOS
Diseño del estudio
Se realizó un estudio descriptivo, transversal y seroepidemiológico del SARS-CoV-2.
Población y muestra
La población estudiada estuvo conformada por los estudiantes del pregrado de las cinco escuelas profesionales de la Facultad de Medicina de la UNMSM. De un universo de 2558 estudiantes matriculados en las escuelas de medicina, enfermería, nutrición, obstetricia y tecnología médica, se tomó una muestra aleatoria con los siguientes criterios estadísticos: z=1,96, p=0,29, nivel de confianza del 95%, con un nivel de precisión de 0,018 (error de muestreo) y con un deff2 1,5, obteniendo una muestra aleatoria de 132 estudiantes.
Criterios de inclusión y exclusión
Para el enrolamiento de los estudiantes de la muestra aleatoria, se utilizó el correo electrónico, dado que era un medio factible en el contexto del desarrollo de actividades académicas de manera virtual. A los estudiantes que aceptaban participar se les solicitó un consentimiento informado virtual, y el llenado de una encuesta en formulario Google; posteriormente se les citó a la Facultad de Medicina UNMSM para la firma del consentimiento informado y la toma de muestra de sangre.
Para la detección de anticuerpos, se realizó una prueba rápida 15,16,17 tomando la muestra de sangre entera por punción en el pulpejo del dedo, la prueba nos permitía determinar la presencia cualitativa de Inmunoglobulina M (IgM), inmunoglobulina G (IgG) o la presencia de ambos anticuerpos. Se utilizó el kit Cellex qSARS-CoV-2 IgG/IgM Rapid Test, del fabricante CELLEX BIOTECH (SUZHOU) CO., LTD. test de inmunoensayo cromatográfico de flujo lateral que permite la detección de estos anticuerpos luego de 15 a 20 minutos de la extracción de sangre 18. La sensibilidad y especificidad de la prueba referida por el fabricante fue de 93,75% y 96,4% respectivamente.
Análisis estadístico
Los resultados descriptivos se presentaron en frecuencias absolutas de la muestra y proporciones ponderadas por el muestreo complejo, con sus intervalos de confianza al 95% (IC95%). El análisis bivariado consistió primero en identificar las características asociadas de los estudiantes y la variable de estudio mediante la prueba chi cuadrado ponderado. Posteriormente se evaluaron los factores de riesgo mediante OR ponderados crudos y ajustados por modelos de regresión logística. Se empleó el software estadístico R versión 4.1.0 (The R Foundation for Statistical Computing Platform).
RESULTADOS
Desde la declaración de emergencia sanitaria por la pandemia, los estudiantes de la facultad de medicina recibían sus clases en modalidad virtual, excepto los que estaban en el internado. La muestra de las cinco escuelas profesionales estuvo conformada por 132 alumnos que concurrieron a la realización de la prueba.
Las características generales de los estudiantes se detallan en la tabla 1. El rango de edad de los estudiantes fue de 22 a 41 años, la mediana de 22 años y la media de 23 años.
Del total de los estudiantes participantes 32 (24,92% IC95% 18,2-33) fueron positivos a la prueba de anticuerpos contra el SARS CoV-2 y 100 (75,08% IC95% 66,9-82) fueron negativos.
En la tabla 2 se presentan las características de los estudiantes según el resultado positivo de la prueba serológica de anticuerpos contra el SARS CoV-2. 21 de 32 (67,1%) de los que dieron positivo no tenían diagnóstico de COVID-19. 30 de 32 (93,9%) que dieron positivo no tuvieron síntomas de la enfermedad. 13 de 32 (40,2%) no tuvieron contacto con sospechoso de tener COVID-19 o no saben si lo tuvieron, habiendo sido para ellos un hallazgo el resultado positivo.
Al análisis de los factores de riesgo en la tabla 2, encontramos que el laborar en establecimiento de salud dio una diferencia significativa con p de 0,0059; sin embargo, en la tabla 3 en que se realizar el OR ajustado por todas las variables de interés, este resultado es 0,15, es decir fue no significativo como factor de riesgo.
* p_valor < 0.05
† OR ajustado mediante modelo de regresión logística para las variables sexo, edad, trabajo en establecimiento de salud, vacuna COVID-19, diagnóstico COVID-19.
De la misma manera, en la tabla 2, el antecedente de vacunación dio una diferencia estadística significativa con un 0,00001 en relación a un posible efecto protector de la vacuna; sin embargo, al realizar el OR ajustado por todas las variables de interés, como se muestra en la tabla 3, se halló un p de 0,05; de no diferencia significativa.
DISCUSIÓN
Los reportes mundiales indican la presencia de infección en todos los grupos de edad 19 con mayor incidencia de enfermedad grave y mortalidad en los grupos de adultos y adultos mayores. En cuanto a la población joven, estudios epidemiológicos en la provincia de Lima Metropolitana y el Callao a 6 meses del inicio de la pandemia mostraron reportes preliminares de una seroprevalencia de 27% en la población joven en relación a la prevalencia de 21% en la población total 14, cifra similar al hallazgo de este estudio de 24,92% IC95% 18,2-33 de anticuerpos en la población de estudiantes de la Facultad de Medicina de la UNMSM. Esta seroprevalencia fue mucho mayor a la seroprevalencia hallada en estudiantes en otros países, como la Universidad Bloomington de Indiana que en una muestra de 1076 estudiantes hallaron una seroprevalencia de 4,6% 20.
La prevalencia de 24,92 % en estudiantes universitarios hallada en este estudio nos informa de una prevalencia no muy diferente a la de la población general en el país (20,6%) 5. Similar resultado se encuentra en un estudio de Tuells en la Universidad de Alicante en la seroprevalencia en la población de estudiantes fue de 2,6% y en la población general 2,4% 21. Del mismo modo, estudios en Los Angeles, USA 22 y en Atenas, Grecia 23, hallaron resultados similares, no encontrando diferencia entre la seroprevalencia en la comunidad universitaria y en la población general.
En cuanto a la potencial infección de los estudiantes de medicina, un estudio en Dinamarca, donde los estudiantes son contratados como trabajadores de salud por los hospitales durante su etapa de estudiantes y en especial en la pandemia, lo que los expone a contacto con individuos infectados con SARS CoV-2 asintomáticos, así como con pacientes con COVID-19, hallaron en un estudio en abril 2020 una seroprevalencia anti SARS CoV-2 de 14,97% en comparación con el 4,04% del resto de trabajadores de los hospitales 24. En un estudio subsecuente, los autores profundizaron la investigación en los estudiantes daneses conociendo que la mayoría de ellos no están empleados por los hospitales y por lo tanto no están comprendidos en los protocolos establecidos para los trabajadores de salud que incluyen la toma de pruebas PCR de rutina, encontrando en octubre 2021 que el 34,58% de los estudiantes de medicina eran positivos, siendo la población con la más alta seropositividad en el sistema de salud danés 25. Estos hallazgos nos indican que las medidas de protección y protocolos para los trabajadores de salud son efectivos y deben extenderse a todos los estudiantes de ciencias de la salud en los hospitales.
En cuanto a la efectividad de las medidas de prevención en las actividades presenciales, un estudio longitudinal en una escuela de medicina en Alemania en estudiantes de los tres primeros años que asistieron a clases presenciales durante el semestre de invierno se encontró al inicio del semestre dos infecciones asintomáticas con PCR-TR positivas de 1000 muestras y ninguna durante el semestre; a la vez un 6% presentó seropositividad al inicio y sólo se observó nueve seroconversiones al final del semestre a pesar que Alemania se hallaba en esos momentos en medio de la segunda ola de infección. Los investigadores vinculan estos resultados a la aplicación de medidas de prevención y control de infecciones entre los estudiantes desde el inicio del semestre 26. Este estudio muestra que las actividades educativas presenciales no promueven la infección, los resultados son indicativos del efecto de aplicar diversas medidas de protección, entre otras las medidas de higiene, seguimiento de contactos, disminución de tamaño de grupo a 6 estudiantes y un tutor por cadáver, prohibición de contacto entre grupos, distancia espacial de 1,5 metros, uso obligatorio de mascarillas, ventilación con alto recambio de aire, desinfección de los materiales educativos, un máximo de 116 personas en una área de 450 m2 26.
En cuanto a la planificación para el reinicio de actividades presenciales con el fin de mitigar casos posibles de COVID-19 y reapertura de actividades académicas se exploró entre otras variables las actitudes de los estudiantes en la universidad de Alicante 21 hallándose que el 91% desean recibir la vacuna. Con esta información establecieron un plan que incluyó seguimiento de casos y contactos, pruebas PCR aleatorias, cursos de capacitación, modalidad presencial y virtual, website específica y distribución de equipos de protección personal.
En el presente estudio se halló que el 8,3% de la población de estudiantes refirió comorbilidades, a diferencia del 30% a más que se encuentra en la población general, esto debido esencialmente a que la población de estudiantes tiene una media de edad de 23 años, en que la hipertensión arterial, la diabetes, la obesidad no son prevalentes.
La limitación mayor en nuestro estudio fue encontrar que muchos de los estudiantes de la muestra no se encontraban en Lima, por lo que para completar la muestra aleatoria de estudiantes fue necesario utilizar toda la muestra adicional prevista como reemplazo para los casos de no respuesta debido a ausencias o rechazo.
Este estudio de seroprevalencia y encuesta de factores de riesgo en una muestra representativa de estudiantes del pregrado de la Facultad de Medicina nos muestra que el 24,92% (IC95% 18,2-33,) fueron positivos a la prueba de anticuerpos contra el SARS CoV-2 y que el 75,08% (IC95% 66,9-82) fueron negativos, con lo cual se cumplió con el objetivo de determinar la cantidad de la población estudiantil que estaba afectada por la pandemia.
Conocer la magnitud de la población seropositiva y sobre todo la que no tiene anticuerpos, nos sirve para planificar e implementar medidas de bioseguridad, educación, prevención, soporte y control antes del retorno a las aulas ya sea en la modalidad semipresencial o presencial y proteger a la población susceptible de infección, teniendo en consideración que estarán en contacto con pacientes infectados sintomáticos o asintomáticos y que necesitarán apoyo permanente para mantener el control en su vida personal, familiar y social.
Los factores de riesgo asociados a la infección por SARS-CoV-2 en la población de estudiantes se presentan en una baja proporción (8%), ya que estos están ligados a enfermedades crónicas presentes en grupos de mayor edad. Por tanto, para el control de la infección en los estudiantes debemos enfatizar en las medidas de prevención que han mostrado ser efectivas: el uso de mascarillas, el distanciamiento físico entre las personas, el lavado de manos, la ventilación natural y el recambio de aire en los ambientes.
El regreso a la presencialidad debe hacerse con cuidadosa deliberación, utilizando las herramientas científicas disponibles para desarrollar planes y protocolos para proteger a la comunidad universitaria y controlar la diseminación del SARS-CoV-2.