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Revista de Psicología (PUCP)

versão On-line ISSN 0254-9247

Revista de Psicología vol.38 no.2 Lima jul-dez 2020

http://dx.doi.org/10.18800/psico.202002.011 

Artículos

“Puedes estar conectado todo el tiempo”: el uso de smartphones por universitarios(as) brasileños(as) y las sociabilidades

“You can be connected all the time”: the use of smartphones by brazilian university students and sociabilities

‘Você pode estar conectado o tempo todo’: uso de smartphones por estudantes universitários(as) brasileiros(as) e sociabilidades

“Vous pouvez être connecté tout le temps”: utilisation des smartphones par les étudiants brésiliens et les sociabilités

Luiza Elesbão Sbrissa1  * 
http://orcid.org/0000-0001-7249-161X

Adriane Rubio Roso1  ** 
http://orcid.org/0000-0001-7471-133X

1Universidade Federal de Santa Maria - Brasil

Resumen

Se analiza el uso de los smartphones en las redes de sociabilidad de universitarios brasileños que viven en una residencia estudiantil. Fue realizada una investigación de campo con observación participante, anotaciones en diario de campo y encuentros dialógicos. El material fue analizado desde la Psicología Social y los Estudios de Cultura Material. Los usos de los smartphones mantienen y reinventan prácticas de sociabilidad, convirtiéndose en artefactos de “comunicación físico-afectiva”. Además, participan del proceso de emancipación y producen una extensión del cyber-holding en la juventud, facilitando la adaptación de la vida a la universidad. Por otro lado, el apego a los smartphones causa tensiones con sus redes de sociabilidad y genera ansiedad.

Palabras clave: psicología social; sociabilidades; smartphones; internet; universitarios

Abstract

The use of smartphones in the sociability networks of brazilian university students living in a student residence is analyzed. A field research was carried out with participant observation, notes in field diaries and dialogical encounters. The material was analyzed under Social Psychology and Material Culture Studies. The uses of smartphones maintain and reinvent sociability practices, turning them into artefacts of “physical-affective communication”. In addition, they participate in the emancipation process and produce an extension of cyber-holding in youth, facilitating adaptation of life to university. On the other hand, the sense of attachment to smartphones causes tensions between their sociability networks and generates anxiety.

Keywords: Social Psychology; sociability; smartphone; internet; university students

Resumo

Analisa-se o uso de smartphones nas redes de sociabilidades de estudantes universitários brasileiros que vivem em uma residência estudantil. Foi realizada uma pesquisa de campo com observação participante, anotações em diários de campo e encontros dialógicos. O material foi analisado desde a Psicologia Social e os Estudos de Cultura Material. Os usos dos smartphones mantêm e reinventam práticas de sociabilidade, transformando-se em artefatos de “comunicação físico-afetiva”. Além disso, participam do processo de emancipação e produzem uma extensão do cyber-holding na juventude, facilitando a adaptação da vida à universidade. Por outro lado, o apego sentido aos smartphones provoca tensões com suas redes de sociabilidade e gera ansiedade.

Palavras-chave: Psicologia social; sociabilidades; smartphones; internet; universitários

Résumé

L’utilisation des smartphones est analysée dans les réseaux de sociabilité des étudiants universitaires brésiliens qui vivent dans une résidence étudiante. Une recherche sur le terrain a été menée avec l’observation des participants, des notes dans les journaux de terrain et des réunions de dialogue. Le matériel a été analysé sous la rubrique Études de psychologie sociale et de culture matérielle. Les usages des smartphones maintiennent et réinventent les pratiques de sociabilité en les transformant en artefacts de “communication physique-affective”. En outre, ils participent au processus d’émancipation et produisent une extension de la cyber détention chez les jeunes, facilitant l’adaptation de la vie à l’université. D’autre part, l’attachement aux smartphones provoque des tensions entre leurs réseaux de sociabilité et génère de l’anxiété.

Mots-clés: psychologie sociale; sociabilités; smartphones; internet; étudiants universitaires

Este artículo aborda el uso de los smartphones por universitarios(as) que viven en una residencia estudiantil a partir de una investigación de campo realizado en Brasil. Los smartphones son aparatos digitales que disponen de un sistema operativo móvil que gestiona todos los programas. Son teléfonos inteligentes, como el nombre sugiere, debido a la diversidad de funciones que ofrecen y por el acceso a Internet. No obstante, la capacidad inherente del smartphone no puede informar mucho más sobre él porque solo se sabe de lo que es capaz cuando se manifiesta en usos y significados (Miller, 2013). Es decir, las apropiaciones realizadas por los consumidores transforman el aparato y le dan otros fines no previstos por sus creadores.

La telefonía móvil se ha convertido en el principal medio de comunicación en el mundo en un corto espacio de tiempo. En el territorio brasileño fue implementada en 1990 con precios muy altos, dirigida a empresarios y ejecutivos. En 2007, se lanzó al mercado el primer smartphone y en 2014, se convirtió en el principal dispositivo de conexión a internet. Según los datos estadísticos, en 2017 el país registró 236.489 millones de móviles, como uno entre los principales consumidores del mundo tras China, India, Estados Unidos e Indonesia (Teleco, 2017).

Con relación al perfil de los consumidores, 94% de los jóvenes brasileños entre 16 y 24 años se conectaron a internet (Teleco, 2017). Lo que justifica el interés de investigar este público que nació o creció en medio a la popularización de las tecnologías digitales (Grossi et al., 2014). Sin embargo, no se puede ignorar las vulnerabilidades socioeconómicas de la sociedad brasileña. Aunque los datos indiquen, por ejemplo, que el 70% de la población que cobra hasta dos salarios mínimos1, considerado un sueldo bajo, tiene acceso a internet, pero las condiciones y la calidad de la conexión no son las mismas para todos (Teleco, 2017).

Comprender los efectos del uso de los smartphones en diferentes realidades, ha sido de creciente interés por parte de la Psicología, pues ya no es posible ignorarlos. Hace dieciocho años, considerado reciente en el contexto de la investigación brasileña, la psicóloga Nicolaci-da-Costa (2002) argumentaba que la exposición a Internet estaba generando profundas transformaciones subjetivas en los sujetos contemporáneos y denunciaba la falta de reconocimiento de este hecho por parte de muchos(as) psicólogos(as). Era innegable que los comportamientos y hábitos podrían cambiar con las nuevas tecnologías digitales. Lo difícil era percibir que algunas tecnologías pueden generar profundas transformaciones internas, es decir, cómo piensa una persona, cómo percibe y organiza el mundo externo e interno, cómo siente, cómo se relaciona con los demás y consigo mismo, entre otros aspectos subjetivos.

Esta investigación se basó en un diálogo entre la Psicología Social y la Antropología Digital. La Psicología Social considera el sujeto desde una perspectiva sociohistórica, porque entiende que lo social y lo psicológico son inseparables (Jodelet, 2009; Marková, 2006). Los Estudios de la Cultura Material, desde la Antropología, entiende el consumo como un proceso social, con significados simbólicos y materiales. El interés es dirigido a los objetos en sí mismos, a lo que expresa su materialidad, pues la materialidad condiciona los sentidos que puede liberar (Miller, 2007; 2013; Miller et al. 2016; Roche, 2000; Simmel, 1950). Por lo tanto, estos enfoques se complementan poniendo en el centro la relación entre los sujetos y los objetos, situada en un contexto social específico.

Este estudio se interesa por los usos de los smartphones en las redes de sociabilidad de universitarios(as). La sociabilidad, que está en el centro, es un término amplio que se refiere a las diversas asociaciones entre los seres humanos que forman parte de la vida cotidiana, la convivencia y los intercambios diarios, ubicadas en un tiempo y un espacio. Las prácticas de sociabilidad están atravesadas por el impulso humano de interactuar y de unirse (Simmel 1950) y por las influencias y intereses externos a la relación, que pueden modificar las formas de interactuar, comunicar y asociarse (Velho, 2013).

Los estudios de campo de los antropólogos Miller et al. (2016), en ocho países durante catorce meses han producido importantes análisis sobre el uso de los smartphones y redes sociales, indicando que las personas están transformando las tecnologías tanto como las tecnologías están transformando a las personas. Esas tecnologías ya no son solo medios de comunicación, son espacios en lo cual se socializa, o sea, el lugar de interacciones e intercambios afectivos que impacta directamente la formación de los más diversos tipos de relaciones sociales, produciendo prácticas inventivas de sociabilidades. Dentro de uno de los hallazgos, ellos observaron que las redes sociales están ocupando un espacio de sociabilidad grupal entre lo público y lo privado, como un espacio intermedio. Al hacerlo, ha creado escalas entre el tamaño del grupo y el grado de privacidad. Se puede ir del público para el más privado con una o más personas, en diferentes redes sociales o puede variar en una red social, como la posibilidad de subir un anuncio público en el muro de noticias o conversar en un mensaje privado en Facebook®. Ese cambio ha producido un nuevo tipo de sociabilidad, la sociabilidad escalonable.

Según los autores, este hallazgo no debe ser tomado como estable o fijo, porque a todo momento las redes sociales están cambiando, por lo que los estudios deben seguir para acompañar el dinamismo de las tecnologías y identificar nuevas sociabilidades. Aún según ellos, es importante estudiar las redes sociales en interacción entre sí y no de forma aislada, lo que justifica esta investigación haber elegido los smartphones, ya que es el aparato a través del cual más se conecta a Internet y a las redes sociales en Brasil.

Considerando la realidad de los universitarios brasileños, Grossi et al. (2014), a partir de una investigación descriptiva con 928 estudiantes de variados cursos de todo el país, afirmaron la integración de los medios de comunicación e información en sus vidas cotidianas. Son usados para actividades laborales y estudiantiles y, principalmente, para la creación y el mantenimiento de vínculos familiares y amistades.

Frente a esta afirmación, se cuestiona: ¿qué significados y efectos produce el uso de los smartphones en las redes de sociabilidades de los jóvenes universitários?, ¿se está produciendo nuevas formas o prácticas de sociabilidades?, ¿los smartphones desempeñan un rol caracterizado por este contexto? Por lo tanto, este estudio tiene como objetivo analizar el uso de los smartphones en las redes de sociabilidades de universitarios brasileños que viven en una residencia estudiantil, a partir de una investigación de campo.

Contextualización del campo

La Universidad Federal de Santa Maria está ubicada en la ciudad de Santa Maria, en la provincia de Rio Grande do Sul, al sur de Brasil. En 2016, coincidiendo con el año de la investigación, hubo un cambio nacional que ha unificado la forma de ingreso a la universidad, como consecuencia se ha diversificado la ciudad y la provincia de origen de los estudiantes. En el mismo año, hubo un total de 30 mil estudiantes (CEU, 2017).

La universidad es reconocida por tener una de las mayores asistencias estudiantiles de Latinoamérica. La residencia estudiantil fue creada en 1968 con mucha lucha, especialmente por parte de los estudiantes, para que los que se encontraban en vulnerabilidad económica mantuvieran sus estudios. Dos residencias estudiantiles participaron del campo de estudio. La tercera se ubica en el centro de Santa Maria, fuera de la ciudad universitaria, por eso no fue considerada.

La Unión Universitaria es un alojamiento provisional que alberga hasta 200 estudiantes en proceso de evaluación del beneficio socioeconómico, tiene un alojamiento femenino, un masculino y un mixto (Figura 1). La Casa del Estudiante Universitario II es formada por cuatro edificios, 483 departamentos y un área de ocio. Los departamentos son mixtos para dos, cuatro o seis plazas. Hay 1600 plazas (CEU, 2017).

Reproducción de X autorizada, 2016

Figura 1 Imagen del alojamiento de la Unión Universitaria.  

Método

Se realizó un trabajo de campo durante nueve meses, de marzo a noviembre de 2016, con estudiantes de la UFSM que viven en la ciudad universitaria, ubicada en el barrio de Camobi, ciudad de Santa María, Rio Grande do Sul, Brasil. Se trata de una investigación cualitativa que se caracteriza por el interés en los significados simbólicos y materiales de los fenómenos sociales, a partir de la perspectiva de los participantes (Flick, 2013). Lo que es presentado en este artículo es un recorte de un estudio2 que tuvo como objetivo principal analizar los usos de los smartphones por los(as) universitarios(as) y la producción de subjetividades, vinculado al grupo de investigación “Saúde, Minorías Sociais y Comunicação”.

Participantes

Los criterios de inclusión de los(as) participantes en este estudio consistía en tener un smartphone y residir en la ciudad universitaria. Los criterios de exclusión fueron no tener un smartphone y no residir en la ciudad universitaria. Es importante señalar que los(as) participantes de este estudio no fueron elegidos por ser estadísticamente representativos de algún tipo de ideal, sino por el interés que ellos(as) tenían de discutir el tema de investigación y por el establecimiento de una relación de confianza con las investigadores. Esta es una estratégia intencional que es propia del tipo de trabajo de campo desarrollado en este estudio (Queiroz et al., 2007), que será presentado en los apartados que siguen. Por cierto, para haber una representatividad satisfactoria, fue necesario situar los(as) participantes en un contexto histórico y social, como indica Fonseca (1999). El movimiento interpretativo contextualizado parte de lo particular hacia lo general, permitiendo una contribución cualitativa a la reflexión académica. A continuación se presentan los datos sociodemográficos, que es parte de una contextualización de los(as) participantes.

Fueron dieciocho universitarios(as) participantes, con edades entre 18 y 25 años. Catorce se autodeclararon del género femenino (78%) y cuatro del género masculino (22%). Ocho se autodeclararon blancos(as) (45%), cinco pardos(as) (28%), cuatro negros(as) (22%) y uno no quiso declararse (5.5%)3. Siete se autodeclararon heterosexuales (39%), siete homosexuales (39%), cuatro bisexuales (22%). Trece tenían pareja (72%), cinco estaban solteros(as) (28%). Once migraron de la província de Rio Grande do Sul (61%), tres de São Paulo (17%), dos de Paraná (11%), uno de Distrito Federal (5.5%) y una de Rio Grande do Norte (5.5%). Todos(as) residían en la ciudad universitaria, catorce en la CEU II (78%) y cuatro en la UU (22%) y se encontraban en una situación de vulnerabilidad socioeconómica. Siete cursaban Ciencias Sociales y Humanidades (39%), tres Ciencias Naturales y Exactas (17%), dos Ciencias Rurales (11%), dos Ciencias de la Salud (11%), uno Artes e Letras (5.5%), una Educación (5.5%), una Ingeniería (5.5%) y una Curso Técnico (5.5%). Trece estaban el en primer año del curso (72.5%), dos en el segundo (11%), una en el tercero (5.5%), una en el cuarto (5.5%) y una en el quinto (5.5%). A saber, los nombres que figuran en este texto fueron elegidos por los(as) participantes para asegurar la confidencialidad de sus identidades.

Técnicas e instrumentos

El trabajo de campo se basó en tres técnicas de construcción de datos: observación participante, diario de campo y encuentros dialógicos. La observación participante exigió una inmersión en campo para conocer y compartir el cotidiano para poder sentir lo que significa estar en una situación determinada (Queiroz et al., 2007), en este caso vivir en la ciudad universitaria y atentarse a las interacciones con los smartphones en este contexto. Los registros escritos y fotografiados de los eventos y de las interacciones que movieron la investigación, sumados a la implicación subjetiva de la investigadora, hicieron del diario de campo una técnica reflexiva (Clifford, 2011) y un enlace entre las observaciones y el análisis de datos (Neves, 2006).

Para complementar las conversaciones informales, se celebraron encuentros dialógicos. Inspirados en la “dialogicidad”, a que se refiere Marková (2006), los encuentros tuvieron un carácter abierto y un escenario improvisado para estimular los intercambios comunicacionales que implicaron indagaciones y curiosidad sin pretender un consenso o una única visión del mundo, sino más bien multiplicidades. Para facilitar el proceso, fue elaborado un guion con 3 ejes de preguntas abiertas:, (1) aspectos del consumo de los smartphones e informaciones del aparato, (2) acerca del uso de los smartphones el por qué, cómo y cuándo y (3) acerca de la experiencia de residir en la ciudad universitaria. Además, se ha dado a los(as) participantes un formulario para que describieran sus datos sociodemográficos.

Procedimiento

Los(as) universitarios(as) fueron invitados a participar del estudio a través de un cartel pegado a los pasillos de la residencia de estudiantes y durante las conversaciones informales que tuvieron lugar en los espacios comunes de circulación, como los patios y el restaurante universitario. Los encuentros dialógicos fueron individuales o grupales con una o dos horas de duración, en piso del estudiante o en una de las áreas comunes. Los(as) participantes tenían la opción de encontrarse con las investigadoras más de una vez, sucedía de acuerdo con su voluntad y disposición de seguir hablando del tema. Con algunos de los(as) estudiantes se habló una vez más, hasta un máximo de cuatro encuentros.

La participación fue voluntaria y anónima. Antes de empezar los(as) participantes debían firmar un consentimiento informado (Anexo I), que cumple con los requisitos éticos de investigaciones con los seres humanos establecidos por el Consejo Nacional de Salud de Brasil (Resolução n° 446/2012), en el que se les informaba sobre los propósitos de la investigación.

Las conversaciones de los encuentros fueron gravadas y transcritas en su totalidad. Las conversas informales y las observaciones fueron registradas detalladamente en el diario de campo. Todo el proceso de investigación contó con la ayuda de un equipo de seis investigadoras (una estudiante del postgrado en Psicología, tres del curso de Psicología y una de Comunicación Social y una psicóloga) y una profesora.

Análisis de datos

El método cualitativo usado para categorizar la información fue el análisis temático teórico propuesto por Braun y Clarke (2013), que colabora para una análisis interpretativa de los datos, además de buscar patrones, recursividad, flexibilidad, homogeneidad interna en los temas destacados y heterogeneidad entre estos temas. El análisis del material para la creación de las categorías/temas se basa en Estudios de la ­Cultura Material (Miller, 2007; 2013; Roche, 2000; Simmel, 1950), en la Psicología Social (Marková, 2006) y en las investigaciones sobre consumo de móviles, redes sociales y internet (Miller 2007, 2013; Miller et al., 2016; Silva, 2007, 2010; Winocur, 2009, 2014). Del análisis se ha resultado tres categorías/temas: comunidad, pertenencia y sociabilidades. Este artículo tratará específicamente del último.

Resultados y discusión

La mayoría de los(as) participantes se alejaron por primera vez de su familia cuando se mudaron a otra ciudad o provincia para ingresar a la universidad. Luego, con el uso de los smartphones y de las redes sociales, ha sido posible mantener una conexión ininterrumpida entre los miembros familiares en diferentes momentos del día y se ha creado un hogar desterritorializado. La relación de esos jóvenes con el tiempo y el espacio ha cambiado. Muchos de estos jóvenes adquirieron el primer aparato para que los familiares pudieran accederles, con la intención de “neutralizar la dispersión familiar” y “extender virtualmente los lazos protectores del hogar” (Winocur, 2009, p. 13). Todos los(as) participantes tienen smartphones y dicen no poder quedarse sin ellos. Esa situación es ilustrada por Ariane que le ha sido regalado su primer móvil a los catorce años cuando se fue a vivir a la ciudad para la escuela secundaria:

Tengo un móvil desde hace mucho tiempo y es importante para mí, porque llevo siete años viviendo aquí [Santa Maria], mis padres son del interior [de la zona rural], así que es el único medio de comunicación con ellos, casi todos los días. O los llamo yo o me llaman ellos. Desde principios del año es como me comunico con mi novio que tampoco es de aquí, vive en Río de Janeiro. (Ariane, 21 años, segundo año del curso de relaciones públicas y comunicación social)

El cuerpo no puede estar allí materialmente, pero por medio de la tecnología el sujeto altera la interacción, creando una nueva dinámica de sociabilidad. Bajo ese aspecto, los smartphones pueden ser entendidos como artefactos de ‘comunicación fisioafectiva’ utilizados por los padres/cuidadores de los(as) estudiantes(as), proporcionando cierta sensación de seguridad en el proceso de educación de sus hijos. Es fisiológico pues no toca directamente el cuerpo de quién lo coge y es afectivo pues representa el cuidado maternal/paterno. El smartphone parece ser capaz de producir una continuación del “holding” en la juventud que, según Winnicott (1982), debe ser instalado desde el nacimiento del niño, a partir la presencia física de alguien que lo cuide y lo presente al mundo exterior, como un soporte confiable. Ese proceso de “cyber-holding” representado por los smartphones parece reforzarse con la ampliación de las distancias territoriales.

La posibilidad de un monitoreo ágil y constante abarca también los amigos de la escuela o el(la) novio(a) que dejaron en la ciudad de origen. Hay un aumento en la distancia espacial que conlleva a un acortamiento temporal. Los(as) participantes afirman que los smartphones facilitan el proceso de emancipación, pues una especie de ubicuidad les es otorgada, de modo a generar un continuum online/offline entre sujetos que están siempre en movilidad.

La migración ha movilizado diversos afectos en los(as) universitarios(as), especialmente la nostalgia. El rol de los smartphones en sus vidas es asegurar la pertenencia al sitio de origen y evitar que los lazos sean cortados. En el caso de Ana, que estaba en el primer año del curso de Psicología, el proceso de adaptación todavía estaba en curso. Ana se quejaba de las dificultades de sentirse acogida en el piso que lo compartía con una chica que vivía ahí a más tiempo. Entre sus intercambios comunicacionales, solía enviarle al padre fotos de su gato. Una de estas fotos está en el fondo de pantalla de su móvil. El gato vivió con ella en los primeros meses, pero como ella pasaba más tiempo afuera debido a las clases, lo llevó de vuelta a sus padres:

Sabía que llegaría en casa y alguien estaría me esperando, era él. Fue muy difícil, los primeros días escuchaba sus maullidos, era muy raro, le extraño. Estos días hasta mi padre hizo un Whatsapp®, me puse muy contenta, está aprendiendo. Me envía fotos del gato casi todos los días. (Ana, 22 años)

Ana comentó que su padre ha adherido al Whatsapp®, mientras que su madre solo coge llamadas telefónicas convencionales. ¿Sería posible afirmar que esa herramienta estaría aproximándolos simbólicamente en un nivel afectivo? La felicidad de Ana parece expresar que sí. Compartiendo del uso, el padre podría así participar con más frecuencia de los intercambios comunicacionales de su hija.

Winocur (2014) argumenta que los jóvenes naturalmente acoplan a las tecnologías de comunicación porque estas constituyen un pilar de sus vínculos sociales. La comunicación entre los familiares y los(as) universitarios(as) se hace predominantemente por llamadas convencionales, mientras que con otras personas se hace por redes sociales. La diferencia de elección entre las plataformas también denota la pertenencia a lógicas generacionales diferentes.

Ya en la casa de los padres de Ariane no hay internet. “Yo senté con ellos varias veces para explicarles que “la internet es eso, eso y eso” y ellos siguen a pensar que no es importante conectar a internet desde casa”. Ella atribuye ese rechazo a la “ciudad pequeña” en que viven: “allá todo es del tiempo antiguo”. El padre tiene un smartphone prestado por la empresa para la que trabaja, mientras que su madre se compró un móvil sin conexión alámbrica en 2013 y se lo regalaron a sus hermanos adolescentes un smartphone en 2016:

Mi padre y mi madre nunca usan el móvil, así que él está siempre en el mismo lugar junto al teléfono fijo. Lo usan como un medio de comunicación y nada más, no se lo llevan. Ya les ofrecí el mío, a veces digo “mamá dale un vistazo a mi móvil” y ella “no sé usarlo y no quiero”. Ellos prefieren ni conocerlo bien. (Ariane)

Si para los jóvenes la inserción digital es “natural”, para muchos adultos es vivido como algo impuesto y desagradable, violando las formas conocidas e institucionalizadas de hacer las cosas y desafiando el lugar de saber que ocupan en una jerarquía de poder. Todas esas cuestiones entran en tensión con la necesidad de que los familiares estén localizables, comunicables y disponibles (Winocur, 2014). Esos pequeños recortes muestran claramente que las especificidades ­generacionales, económicas, culturales y de género impactan en el uso de los smartphones no solo en términos prácticos, pero también simbólicos.

El smartphone también ha desempeñado un rol especial en la vida de Larissa, después del desplazamiento de la provincia de São Paulo para estudiar Arquitectura en Santa Maria. El uso fue un reforzador de sus características personales. Con el comentario de Larissa se observa que el uso de los smartphones, aunque fuertemente determinado por el entorno sociocultural y los significados compartidos por el grupo, puede experimentarse de manera subjetiva, influyendo en la intensidad y en el sentido del uso (Silva, 2010; Miller et al., 2016).

Cuando llegué a Santa Maria, no usaba el móvil para nada, lo olvidaba en casa, no lo cargaba y todos se quejaban. Después de un tiempo entendí realmente la importancia del móvil, que es posibilitarme el contacto con la gente que quiero. Por ejemplo, cuando mi padre me llama es siempre en momentos muy específicos, entonces tengo que estar atenta, porque tengo que contestarle. Antes no sentía, pero hoy siento aquella sensación de que la persona necesita contestar sí o sí. Tú ves a la persona en línea y ella no te contesta, “tío, estoy lejos y la persona no quiere hablar conmigo, ¿no me extraña?” Porque a mí me gusta mucho la familia y lo noté más cuando llegué aquí, que soy muy apegada, que les extraño muchísimo, aunque no les demuestre mucho, solo a mis amigos. (Larissa, 20 años, primer año del curso de Arquitectura)

Parece existir en eses jóvenes una “llamada” a estar siempre con alguien, como si no debieran o no pudieran estar solos, produciendo tensión. Todos los(as) participantes comentaron que siempre estaban cerca del móvil en caso de que algún familiar llamara y que no conseguían controlar las ganas de usarlo. ¿Sería mucho más un deseo de los jóvenes estar disponibles o una mayor preocupación y necesidad de los familiares vigilar y sentirse cerca?

Según Winocur (2009), estar en comunicación todo el rato y en todo lugar se ha convertido en un acto urgente e indispensable. Luana, que tiene 21 años y es estudiante del primer año de ­Administración, ya no vive con su madre y su hermano hace tres años y dice que se siente apegada al smartphone porque puede conversar siempre cuando quiera y arreglar rápido las cosas pendientes. Si necesita, sale de cualquier clase para llamar a su mamá y así aliviar la tensión y el agobio que suele sentir. Los smartphones ayudan a mantener esta conexión, lo que lleva a muchos padres/cuidadores a comprar el móvil para sus hijos y a tranquilizarse cuando sus hijos llevan el móvil a todas partes. Por tanto, ¿el cable de la batería podría estar representando un cordón umbilical? (Figura 2).

Publicación en Instagram® de Lucas que él enseño a las investigadoras. Reproducción autorizada

Figura 2 Cable del cargador de la batería/cordón umbilical.  

Lucas, 25 años, un universitario que acababa de llegar para estudiar Educación Especial, mencionó la dificultad que tenía para adaptarse al frío que hacía en Santa Maria y que estaba disfrutando del “mate”, una bebida caliente tradicional de la región. Les enseñó a las investigadoras una publicación en su Instagram®, que registra la incorporación de un hábito local mientras habla por Skype con un amigo que vive lejos (Figura 3). El mate no es solo su compañía, es más que eso. La imagen ilustra el cable del cargador de batería conectado al smartphone que, a su vez, se conecta al mate y desde allí se conecta a Lucas. Existe una inseparabilidad entre los objetos (mate y smartphone), el sujeto (Lucas) y el mundo (su amigo que vive lejos) que rompe con la noción de separación entre lo virtual y lo real. Como dice el interlocutor de la publicación: “¿Quién ha dicho que es necesario estar cerca para tomar el mate juntos?” El afecto está ahí, pulsando como el corazón rojo adjunto al comentario.

Reproducción autorizada

Figura 3 Publicación en Instagram® de Lucas que se lo enseñó a las investigadoras. 

Además de conectarse a la familia o los amigos que ellos dejaron en la ciudad donde vivían, los smartphones y las redes sociales han contribuido a las primeras socializaciones en la ciudad universitaria. Hay grupos privados en Facebook® como el “Universo CEU” que reúne residentes y antiguos residentes (más de 5 mil mienbros en marzo de 2017) que funciona como un grupo informativo, de ayuda mutua, de intercambio, ventas y donaciones. Hay también grupos de conversas en Whatsapp® entre compañeros de curso. Para muchos de ellos, unirse a estos grupos fue uno de los primeros contactos que hicieron con personas que mantienen fuertes vínculos.

Con los compañeros de piso, no importa lo lejos que estén, es parte de los intercambios diarios de comunicación enviarles mensajes para saber lo que están haciendo o invitarlos a hacer algo, incluso si están en la misma casa a unos pocos metros de distancia. Se envían mensajes entre ellos, se encuentran en los pasillos de la facultad, en clases o en casa y luego vuelven a enviárselas entre ellos: el circuito no se rompe.

Para acercarse a estos jóvenes y hacer circular el conocimiento, muchos profesores han creado páginas de las asignaturas en Facebook®. A través de las pantallas de los móviles los(as) universitarios(as) estudian, comparten textos e informaciones. El uso frecuente durante la clase, tanto por parte de estudiantes como de profesores, ya no causa la vergüenza o represión que hace unos años. Los smartphones están participando directamente de la redefinición de los códigos de interacción social relativos a los espacios públicos (Lasén, 2004), son capaces de modificar la dinámica de momentos ritualizados como la clase (Silva, 2007). “Con el móvil es mucho más práctico, puedes estar conectado todo el tiempo, mientras estás en la clase, puedes echarle un vistazo” (Ana).

Si, para algunos, el smartphone facilita el proceso de adaptación a la universidad, para otros estorba. Las nuevas experiencias requieren atención al aquí y ahora, como explica Eduarda que ha adaptado su uso del smartphone a esas condiciones.

Ya lo pensé porque dejé de usar el Whatsapp® así, porque antes no podía, me quedaba pendiente todo el día, a cada cinco minutos miraba el móvil, y después de haber llegado aquí necesito estar en contacto con la gente. Para establecerme aquí ya no paso tanto tiempo en lo virtual, ¿entiendes? Por mucho que quiera hablar con mis amigos, por mucho que les extrañe, no puedo hablar con ellos todo el día. Es como si no pudiera manejar los dos mundos. No puedo estar todo el tiempo en línea ni todo el tiempo presente aquí, no funciona. Entones, a veces lo dejo, paso el día sin entrar en Whatsapp® y por la noche cuando estoy en casa sola, voy allí y contesto a todos. (Eduarda, 22 años, estudiante del primer año del curso de Letras)

Para Eduarda, su ciudad natal y la nueva residencia son dos mundos que se cruzan según el uso del smartphone. Es necesario desconectarse temporalmente de sus antiguos vínculos para que pueda estar más presente en la vida universitaria. Hay una consciencia de que no se puede vivir solo de la relación humano-máquina, pues la relación humano-humano aún es imprescindible. El uso de los smartphones no excluyen o prescinden las interacciones cara a cara (Miller et al., 2016), sino que mantiene, acerca y reinventa la presencia de otros (Winocur, 2009).

Sin embargo, si el tempo alejado del smartphone es prolongado surge nerviosismo, ansiedad, angustia o dificultades para dormir, términos utilizados por muchos de los(as) participantes. Los smartphones no son solo un medio de comunicación, sino que participan en actividades diversas de la vida diaria. Están con ellos(as) junto a la cama para despertarlos al día siguiente. Es lo primero que miran cuando se despiertan y lo último cuando se van a dormir. Además, para muchos las únicas cosas que les pertenecían, cuando llegaron a la ciudad universitaria, eran la maleta y el smartphone. Cuando ya no es posible ignorar los efectos de los smartphones, uno reconoce el apego que siente hacia ellos.

No tengo reloj, ni siquiera sabía dónde me encontraba en relación con el universo (risas). Me sentía desubicado, porque no sabía nada. Fue una semana o dos como mucho, en las que me quedé sin [el smartphone], pero fue una semana en la que estuve bastante perdido en relación con todo. (Arthur, 18 años, estudiante del primer año de Ciencias Sociales)

La investigación de Silva (2010), también realizada en una de las regiones al sur del país, mostró que los teléfonos móviles eran importantes para insertar simbólicamente los sujetos de grupos populares urbanos en redes de sociabilidades y conectarlos al estilo de consumo que se caracterizaba por ser tecnológico. A partir de los hallazgos de esta investigación, el uso de los smartphones y de la internet móvil intensificó la inserción simbólica en las redes de sociabilidades, haciéndolos imprescindibles para “estar en el tiempo y en el mundo”, utilizando la expresión de la autora. El uso de los smartphones difumina ciertas fronteras y ofrece coordenadas espaciales, temporales y sociales para situar a los(as) universitarios(as) en su entorno.

Conclusiones

Esta investigación se propuso analizar el uso de los smartphones en las redes de sociabilidades de jóvenes universitarios brasileños que viven en una residencia estudiantil. Es posible afirmar que los usos de los smartphones y de las redes sociales mantienen y reinventan prácticas de sociabilidad, uniendo simbólicamente las redes de sociabilidades más importantes de sus vidas: familiares, amigos, parejas, compañeros de piso y compañeros de curso. El uso de los smartphones participa del proceso de emancipación, como si una especie de ubicuidad les fura otorgada, facilitando la migración y adaptación a la universidad. Lo que proporcionan es a menudo un conforto a la nostalgia, el aumento en la distancia espacial conlleva a un acortamiento temporal. Los envíos de mensajes, las llamadas o publicaciones son cargados de afectos, los smartphones se convierten entonces en artefactos de “comunicación fisioafectiva”.

Sin embargo, también pueden estorbar y dificultar la experiencia del aquí y ahora, ya que demandan disponibilidad constante. Los intercambios comunicacionales ocurren durante todo el día y el circuito no se rompe. Es lo primero que miran cuando se despiertan y lo último cuando se van a dormir. Causan tensiones debido a la creación de una necesidad de que ellos estén atentos, localizables y comunicables, y lo mismo esperan de los demás. Si por un lado parece tranquilizar la familia y producir la extensión de un “cyber-holding” en la juventud de sus hijos/familiares, los jóvenes tienen que adaptar el uso de su smartphone a esas condiciones. Muchos de ellos dijeron que ya no podían estar solos o controlar las ganas de usarlo. Las sensaciones verbalizadas por los(as) universitarios(as) respecto a los momentos que quedaron, por alguna razón, sin los smartphones fueron nerviosismo, ansiedad, angustia y dificultades para dormir. Luego, un circuito se instala, porque lo que calma la ansiedad es lo que la genera.

Por lo tanto, a partir de los hallazgos de esta investigación, se observa que el uso de los smartphones y de las redes sociales ha intensificado la inserción simbólica de los(as) universitarios(as) en las redes de sociabilidades y ha difuminado las fronteras. El uso se vuelve indispensable para dar las orientaciones espaciales, temporales y sociales que sitúan a los(as) universitarios(as) en sus vidas. El virtual y el físico dan sentido completo uno al otro. Si bien el campo también ha demostrado que no se puede vivir solo de la relación humano-máquina, porque la relación humano-humano aún es imprescindible.

Aunque los usos de los smartphones y de los medios sociales sean fuertemente determinados por el ambiente sociocultural y por los significados compartidos, fue posible notar que pueden ser vividos subjetivamente de manera diferente y esta singularidad produce variaciones en la intensidad y en el modo de usarlos. Pero sin duda estar en la ciudad universitaria ha cambiado de alguna manera el rol del smartphone en la vida de todos ellos.

La mayoría de los(as) participantes se encontraban entre el primero y el segundo año del curso, pero todos estaban lejos de su familia y de su ciudad de origen, lo que puede haber producido efectos específicos en los resultados de la investigación, tales como destacar los procesos de migración, separación de la familia y emancipación. Por supuesto, la incorporación de los smartphones tiene el potencial de crear nuevas dinámicas familiares que merecen mayor profundización por parte de la Psicología, con el fin de comprender las consecuencias de estos cambios en las redes de sociabilidades a largo plazo. El adviento y la popularización de los smartphones es muy reciente, luego es importante seguir estudiando en profundidad los efectos psicológicos y sociales del apego que los jóvenes están sintiendo hacia ellos.

Para concluir, es importante mencionar que los cortes de la investigación muestran claramente que las especificidades generacionales, económicas, culturales y de género impactan en el uso de los smartphones no solo en términos prácticos, pero también materiales y simbólicos. Luego, estas especificidades deben ser llevadas en cuenta en las investigaciones para una mejor comprensión del fenómeno. Las investigadoras consideran una limitación del estudio no haber abordado el uso de género, una vez que la mayoría de los(as) participantes(as) se identificaban como parte del género femenino, así que lo llevaran a cabo en futuros análisis.

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1 Un salario mínimo equivale a 937 reais (moneda brasileña).

2El estudio está vinculado al grupo de investigación “Salud, Minorías Sociales y ­Comunicación” y al proyecto “Saberes, afecto y cultura material: experiencias y voces del consumo en la era de las conexiones”.

3El sistema de clasificación por color o raza del Instituto Brasileiro de Geografia e Estatística (IBGE) configura cinco grupos que conforman la población brasileña: blancos, negros, pardos, amarillos e indígenas.

Anexo

Recibido: 12 de Abril de 2018; Revisado: 02 de Septiembre de 2019; Aprobado: 27 de Abril de 2020

Autor de correspondencia: * luizasbrissa@gmail.com

Autor de correspondencia: ** adriane.roso@ufsm.br

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