1. Introducción
Este artículo desarrolla un análisis del proceso de institucionalización de la lingüística durante el periodo 1983-2016 en el espacio de la educación superior de la provincia de Santa Cruz (Argentina), una zona considerada de periferia. En el marco del proyecto de investigación de la Universidad Nacional de la Patagonia Austral (en adelante UNPA) "Agentes, agencias e intelectuales de provincias en la Educación Superior de Santa Cruz: institucionalización e internacionalización de los estudios literarios, lingüísticos y semióticos (1958-2020)" (29A-510), este trabajo se sitúa en una zona de borde entre la glotopolítica, los estudios de institucionalización y de internacionalización. En tal sentido, el interés por las formas que la disciplina lingüística asume se enmarca dentro de una línea de investigación abierta desde el 2019, y que continuamos, respecto de la historia de la institucionalización del campo de las Letras (Literatura, Lingüística y Semiótica) en la UNPA y abierta en el CIT Santa Cruz (Centro de Investigación y Transferencia de la provincia de Santa Cruz). El objetivo general de este proyecto es describir, analizar e interpretar instituciones, agentes y etapas involucradas en los procesos de expansión y consolidación de esas disciplinas en el período 1953-2016. Para ello, apelamos a herramientas teórico-metodológicas provenientes de la glotopolítica (Narvaja de Arnoux, 2016; Del Valle, 2016; Cárdenas, 2023), de la institucionalización e internacionalización (Gerbaudo, 2014; Sapiro, 2013) y del análisis del discurso desde una perspectiva materialista (Glozman y Monteiro, 2010).
Estudiamos la función docente (programas institucionales y contenidos mínimos de asignaturas, tales como Análisis y producción del discurso y Alfabetización académica) y la función investigación (la historia de los agentes y de un proyecto radicado en la Universidad Nacional de la Patagonia Austral), en cuyo análisis interrogamos las trayectorias y los vínculos trazados entre distintos agentes para pensar su impacto en la consolidación de la lingüística tanto en la periferia de Santa Cruz como a nivel nacional. Sostenemos que, en el periodo estudiado, la institucionalización de la disciplina lingüística en Santa Cruz atraviesa un proceso de expansión caracterizado por la consolidación de las funciones docencia e investigación y por una fuerte presencia estatal, lo que da como resultado una lingüística cuyos agentes locales dependen del Estado. Entendemos la categoría de "agentes" en el sentido que Bourdieu le asignó, como actores dentro de un campo específico de juego, en este caso, el campo nacional intelectual de desarrollo de la lingüística donde "se mueven".
El artículo se organiza en dos grandes apartados: "Institucionalización de la lingüística en zona de periferia nacional: función enseñanza y función investigación" y "De cuerpos y agentes: estudios de la(s) lengua(s) de la Patagonia austral"; a su vez, este último se subdivide en los apartados "Entre la extinción y el rescate: desmarques disciplinares en el estudio del tehuelche" y "Sustracciones del sustrato: el caso del español hablado en la Patagonia Sur". El artículo se cierra con las conclusiones, en las cuales se repasan los nodos más destacados, haciendo hincapié en las dinámicas y las potencias de los agentes y las instituciones vinculadas con la expansión de la lingüística en Santa Cruz durante el periodo abordado.
2. Institucionalización de la lingüística en zona de periferia nacional: función enseñanza y función investigación
En este primer apartado, describiremos el proceso de institucionalización del conjunto de disciplinas que conforman, a grandes rasgos, lo que se conoce como lingüística en un espacio determinado: la educación superior de la provincia de Santa Cruz.
En este contexto, la lingüística se perfila como una disciplina que se constituye como pilar de la formación de los profesores y licenciados en Letras y que goza de un indudable prestigio. Para dar cuenta de esto, hemos organizado este apartado bajo la premisa de que la institucionalización de la lingüística está fuertemente regulada por procesos que, si bien se diferencian y en ciertas coyunturas parecieran no solaparse (otros actores, otros espacios), en algunas circunstancias se amalgaman (mismos actores, mismos contextos). Estos procesos se asientan en la función enseñanza, para cuyo estudio revisamos el programa de la asignatura Análisis y producción del discurso, y en la función investigación, abordada mediante el análisis de un proyecto de investigación dirigido por una directora externa, la Dra. Ana Fernández Garay.
Nuestra hipótesis sostiene que, al considerar un espacio particular como es el subsistema de educación superior -espacio restringido a una universidad nacional y una facultad de la Universidad Tecnológica Nacional (Regional Santa Cruz), a lo que podemos sumar espacios como los institutos formadores de profesores y sus direcciones (en el marco del Consejo Provincial de Educación)-, la lingüística en tanto disciplina modula un proceso de institucionalización donde las firmas del centro reproducen e instalan sus líneas de investigación y docencia.
La construcción de espacios disciplinares como Análisis y producción del discurso, en tanto materia institucional en las carreras de la UNPA, y Alfabetización académica, como asignatura del campo de la formación general en los institutos formadores, ha dado lugar a un conjunto de contenidos provenientes de la lingüística (y, en líneas generales, de la pragmática) que fueron acumulándose para ser enseñados como estrategia para motivar o perfeccionar las prácticas lecto-escriturarias.
Sin embargo, antes de avanzar en la expansión de los contenidos de la lingüística a través de la asignatura Análisis y Producción del discurso, debemos detenernos en el modo singular en el cual la disciplina se curricularizó en las carreras de Letras en el período universitario1, lo que nos ha permitido construir las siguientes variables de periferias, reglamentadas para formar y consolidar los subsistemas de docencia e investigación de la UNPA y que, a su vez, funcionan activamente en la institucionalización de la lingüística en tanto disciplina al interior de dicha institución:2 1) el profesor viajero; 2) el director externo de proyectos de investigación (Ordenanza 164/12), y 3) la construcción de áreas y no de cátedras (Res. 094/91187/06-061/00-190/06).
Por un lado, el profesor viajero es un docente externo a la planta de la universidad, contratado para cubrir un área de vacancia (es decir, se constituye como una solución para la falta del profesor adjunto). Un caso ejemplar en la historia de las carreras de Letras de la UNPA es el de la Dra. Raquel Macciuci (titular de Literatura Española II de la Universidad Nacional de La Plata) que se hizo cargo de Literatura Española I, II y III entre 2004 a 2006, y que también fue directora externa de proyectos de investigación para el área hasta que la misma se consolida con la llegada del Dr. Juan Ennis. El director externo de investigación es una persona que cumple ciertos requisitos explicitados en la Ordenanza antes citada (164/12): debe tener categoría I o II de investigador, profesor asociado o titular con vasta experiencia en el área objeto de investigación donde se presenta la vacancia universitaria, y es financiado a través de becas (una dedicación simple como titular, pagado durante los 24 meses que dura el proyecto de investigación) bajo la contraprestación de dirigir el PI, formar recursos humanos y dictar una conferencia y un curso de postgrado. En este punto, debemos agregar que, para el caso de la lingüística, la Dra. Ana Fernández Garay ocupó el puesto de directora externa de investigación del PI 29/A064 "El español hablado en la provincia de Santa Cruz: descripción y distribución de las variables fonológicas más representativas", cuyo instrumento legal fue el Acuerdo del Consejo de Unidad 051/00 y se extendió entre enero de 2000 y diciembre de 2004.3
Finalmente, en su organización curricular, las carreras de Letras tienen -como el resto de las carreras de la UNPAla particularidad de presentar áreas de estudio y no cátedras, como suele presentarse en el orden nacional, estableciéndose las siguientes áreas de estudio tanto para la carrera de profesorado como para la de licenciatura en Letras: 1) Áreas de ciclo básico común; 2) Área de literatura; 3) Área de Estudios Clásicos; 4) Área de Estudios Teóricos; 5) Áreas de Estudios Lingüísticos. Esta decisión curricular tiene implicancias en la organización de la universidad y en la carrera docente con la aplicación del Nuevo Convenio Colectivo de Trabajo para docentes universitarios argentinos del año 2017.
La tesis doctoral de Lucía Santomero (2021) nos muestra la necesidad de remarcar que en la UNPA la construcción de un área de Ciencias del Lenguaje (más allá de la asignatura que se concurse: puede ser Lingüística I, II o Historia de la Lengua) permite la movilidad de los agentes al interior de la misma. En este sentido, el equipo de Ciencias del Lenguaje se ha organizado en torno al curso Análisis y Producción del Discurso, en tanto es la asignatura que muestra más movilidad de agentes y de ingreso.
Otra variable de periferia a considerar, con menor espesor que estas aunque con funcionamiento similar, es el impacto del Plan Resolución 132/96: se trata de un plan de carrera bisagra y fundacional cuyo principal objetivo fue la transformación y la actualización de los profesores con "título nouniversitario" a "título universitario". Es decir, un plan destinado a profesores que ya se encontraban en la planta del instituto del profesorado, que se estaba transformando en universidad y que requería, ahora sí, un nuevo espectro formativo centrado en la función investigación y socio-política de la educación superior universitaria.
Una consulta sobre la aplicación y puesta en funcionamiento sobre este plan con una informante confirma que, más allá de sus dos estudiantes implicados -cuyos nombres aparecen mencionados en la resolución-, todos los profesores cursaron los seminarios como ofertas de postgrados porque los mismos fueron dictados por firmas del campo central: Noe Jitrik, Alberto Giordano, Miguel Dalmaroni, Susana Zanetti, etc. La actualización también cuenta con una formación en sociopolítica de la educación superior universitaria. Entre los seminarios se incluyen temáticas relativas al teatro argentino contemporáneo, literatura hispanoamericana, semiótica, teoría literaria, metodología de la investigación literaria, entre otras.
La llegada de Nora Muñoz a la UNPA en el marco del FOMEC con un tiempo completo al área de Ciencias del Lenguaje tuvo lugar, precisamente, en la asignatura Lingüística y fue ideada por esta agente, quien impulsó la creación del curso Análisis y Producción del Discurso, una asignatura caracterizada por ser una materia institucional (las otras dos materias institucionales son Ciencia, Universidad y Sociedad (CUS) e Introducción al Conocimiento Científico (ICC), las cuales cedieron horas para la creación de Análisis y Producción del Discurso a instancias del requerimiento de esta creación y a sabiendas de la necesidad de una transversalidad de las prácticas comunicativas) porque aparece en la mayoría de las carreras de la universidad (ingenierías, psicopedagogía, profesorados, entre otros).
Cabe señalar que los fondos de mejoramientos de la calidad universitaria (FOMEC) tuvieron su impacto en la UNPA y, por ende, en las carreras de Letras. La radicación de un tiempo completo en lingüística fue el hito marcado a partir de estos fondos que consolidan el área de lingüística, que como indicador presupuestario de institucionalización no podemos dejar de notar.
En tal sentido, desde sus contenidos mínimos la asignatura Análisis y producción del discurso propone un conjunto de saberes provenientes de la lingüística con el fin de afianzar los procedimientos de lectura y escritura de los estudiantes. Los contenidos son los siguientes:
Análisis y comprensión del discurso. Nociones básicas de Teoría de la Comunicación y la Enunciación, de Semántica y de Pragmática. Análisis y producción del discurso. Operaciones de planificación del texto como unidad semántico-pragmática. Del plan global a la puesta en el texto: cohesión y coherencia. La arquitectura de la frase, del párrafo y del texto. Normativa: problemas de gramaticalidad, de adecuación y de estilo. (Material de cátedra)
Con el propósito de "comprender la lógica de los discursos académicos" (Sayago, 2008), estos contenidos universalizaron4 de modo didáctico los saberes de la lingüística a partir de la creación de la institución UNPA. Con esta misma lógica, el llamado Instituto Nacional de Formación Docente potenció a sus institutos a través de un documento titulado Recomendaciones para la elaboración de los diseños curriculares de los Profesorados de Nivel Primaria (INFOD, 2010), en el cual se deja en claro la necesidad de constituir un espacio curricular llamado Taller de lectura, escritura y oralidad, capaz de perfilarse como "un espacio para desarrollar, sistematizar, profundizar y reflexionar sobre la apropiación de las prácticas de lectura, escritura y oralidad en el nivel superior". En el primer diseño curricular del Instituto Provincial de Educación Superior (IPES) Río Gallegos, y de conformidad con los lineamientos nacionales, esta propuesta tomó la forma del espacio curricular de Alfabetización Académica, que ofrecía contenidos similares a los considerados para Análisis y Producción del Discurso.
No obstante, la forma propuesta para comprender la lógica del discurso académico en el nivel superior se da por la vía de categorías propias de la pragmática y de la teoría de la enunciación, como se puede apreciar en los programas vigentes en las instancias propias del desarrollo curricular. Así, "Enunciación, enunciado, enunciador", "Actos de habla" y "Polifonía" son los contenidos utilizados como comunes en los programas (Rubio, 2010). Destacamos que la profesora Nélida Rubio fue la primera encargada del espacio de Alfabetización Académica en el IPES Río Gallegos en el año 2010 y es su programa el que estamos referenciando. La asignatura reviste gran importancia porque señala un cambio fundamental en la profesionalización de la formación docente no solo de primaria sino de los niveles inicial y especial. Sobre la trayectoria de esta profesora se remarca que tenía un título que le permitía ejercer tanto en el área de Historia como en la de Lengua y Literatura, algo singular para las trayectorias actuales (Gasel, 2020).
En tal sentido, podemos considerar que los procesos de construcción institucional de la lingüística en los contextos de periferias -la UNPA y los institutos de formación docentese muestran activos en la función docente, especialmente por el prestigio depositado en sus categorías (polifonía, enunciación, estilo directo e indirecto, tipos textuales) para el mejoramiento de las prácticas de lectura y escritura que devienen en futuros profesionales tanto docentes como profesiones liberales (ingenieros, psicopedagogos, licenciados en Informática).
3. De cuerpos y agentes: estudios de la(s) lengua(s) de la Patagonia austral
A continuación, construimos y analizamos una serie textual compuesta por dos libros (El tehuelche. Una lengua en vías de extinción [Fernández Garay, 1998] y Estudios lingüísticos en la Patagonia Sur. El habla en Río Gallegos [Muñoz y Musci, 2007]), aquí comprendidos como instrumentos lingüísticos (Narvaja de Arnoux, 2016), a los fines de pensar las formas en que la lingüística se institucionaliza en términos de la función investigación previamente señalada en este artículo. Entendemos la categoría de instrumentos lingüísticos como "intervenciones sociales, asociadas a ideologías lingüísticas, destinadas a influir en las prácticas de una comunidad, más o menos amplia, tendiendo a modificar el espacio público del lenguaje, sujetas a requerimientos de la sociedad frente a los cuales se adoptan, además, determinados posicionamientos" (2016, pp. 20-21). Desde una mirada glotopolítica, entonces, se trata de razonar (sin : )
cómo en la exposición de los conocimientos sobre el lenguaje se define, con modalidades diversas, la representación que los autores tienen de la sociedad, la posición que adoptan respecto de los requerimientos de su época y cómo intervienen en la construcción de las subjetividades. (Narvaja de Arnoux, 2016, p. 37)
En tal sentido, nuestro enfoque metodológico supone poner en práctica una atención dirigida a aquellas zonas del objeto de investigación generalmente consideradas periféricas o marginales como son los prólogos, prefacios o presentaciones, en la búsqueda de las reflexiones e ideologías metalingüísticas (Del Valle, 2016) que ahí tienden a ser tematizadas.
Nos interesa considerar a los agentes, productores (investigación) y mediadores (docencia) de esos discursos metalingüísticos, en sus posiciones y relaciones con el campo cultural y político en el que se mueven, lo que implica "una exploración de las condiciones materiales que posibilitan o impiden la circulación de discursos y su relación con el panorama institucional del momento" (Del Valle, 2016, p. 20).
Con respecto a la necesidad de discernir el contexto pertinente de análisis, Ana Teresa Martínez señala lo siguiente:
no necesariamente hay en cada provincia o en cada pueblo un campo intelectual para estudiar, pero sí hay un espacio social cualitativamente diferenciado donde es posible discernir subespacios específicos (hasta ‘donde haya efectos de campo’, decía Bourdieu) entre los que se puede delimitar circuitos de circulación, de intercambio y de cosas en juego, sin olvidar que todos tienen que ver con un campo general del poder (económico, político y simbólico) que incide de diversas maneras sobre el conjunto del espacio social y del espacio físico. En general, cuanto más reducida la escala, la incidencia tiende a ser mayor. (Martínez, 2013, p. 178)
Para la cuestión del concepto de campo, es importante la revisión que propone Gisèle Sapiro (2013) cuando reactualiza la categoría al interrogar su relación con las fronteras nacionales: un interrogante que en ningún caso supone desatender las dinámicas ligadas a condiciones políticas y económicas particulares, sino que las complejiza al problematizar su configuración a la luz del proceso de producción y de circulación de los resultados actuales de la investigación, cuya internacionalización se ve favorecida, como la del conjunto de los bienes culturales, por las nuevas tecnologías (Sapiro et al., 2015), y condicionada por la lógica del mercado y la expansión a escala global del orden capitalista, con su desigual distribución de los recursos científicos, tecnológicos, educativos.
3.1. Entre la extinción y el rescate: desmarques disciplinares en el estudio del tehuelche
La trayectoria de la Dra. Ana Fernández Garay la sitúa actualmente como una referente en los estudios sobre lenguas indígenas. Hacia 2021, en un extenso hilo de Twitter bajo el hashtag "MartesdeCientíficas", la Red de Lingüistas en Formación (ReLiF) le dedica un extenso texto en el que señala que "su principal aporte es el estudio del tehuelche" (Orden y Malvesttitti, 2021). Según el investigador Sebastián Sayago, su estudio El tehuelche. Una lengua en vías de extinción (1998), obra sobre la que nos detendremos a continuación, "es todavía la obra más completa sobre el tehuelche" (Sayago, 2021, p. 93).
El libro en cuestión se publica hacia 1998 por la Universidad Austral de Chile, en la colección Alejos de "Estudios Filológicos" y con el financiamiento del CONICYT (Comisión Nacional de Investigación Científica y Tecnológica) de ese país. Como la autora explica en el texto de presentación, el libro fue originalmente "presentado como tesis para optar al grado de Doctor en la Especialidad Ciencias del Lenguaje en la Universidad René Descartes, París V, el 27 de octubre de 1993 con la dirección del Dr. Christos Clairis" (Fernández Garay, 1998, p. 17). Clairis, precisamente, es quien se encarga del prefacio al estudio, fechado en enero de 1996 en la Sorbona. Ahí, el entonces profesor de Lingüística general de dicha institución,5 comienza por referirse al trabajo de Fernández Garay como una "descripción del tehuelche" (Clairis, 1998, p. 13), que constituye un "hito fundamental y decisivo en la historia de la lingüística fueguina" en la medida en que, mediante una "tarea de arqueología lingüística", habría logrado rescatar el tehuelche, una lengua "en vías de extinción" que formaría parte del "patrimonio cultural de América en general y de la Fuegopatagonia en especial" (p. 14).
Tras señalar el acierto por parte de Fernández Garay al explicitar su marco teórico de trabajo, que es el de la lingüística funcional -perspectiva de la que Clairis resulta un conspicuo referente-, el investigador se detiene en lo que considera uno de los aspectos más destacables de la lengua tehuelche, a saber, el tipo de construcción sintáctica del enunciado: "a través de ello se puede observar, como si se tratara de una experiencia de laboratorio, la transición que se opera de una sintaxis de construcción ergativa a una sintaxis de construcción acusativa" (p. 14).6 Esta observación le permite establecer una "radiografía" de una lengua en movimiento y comparar su "evolución" con la del indoeuropeo.
Finalmente, y antes de los agradecimientos, Clairis destaca el carácter de la "empresa colectiva internacional e intercontinental" de la que el libro emerge.
A modo de homenaje, el catedrático se refiere a la profesora y académica María Beatriz Fontanella de Weinberg y al antropólogo Rodolfo Casamiquela como dos personas decisivas para la cristalización del trabajo presentado. A la vez que agradece a Claudio Wagner, quien dirige la colección Anejos de "Estudios filológicos" en la que el libro se publica, Clairis destaca la "internacionalidad" de la tarea de descripción del tehuelche desarrollada por Fernández Garay en la medida en que la pone en relación con sus estudios precedentes de la lengua qawasqar (El qawasqar: lingüística fueguina, teoría y descripción, 1985) y con investigaciones por entonces venideras, como la de la investigadora María Guerra con la lengua yahgan.
El prefacio concluye con una alusión a la creación, hacia 1972 y por parte del propio Clairis, del "Centro de Investigación en Lenguas Indígenas C. I. L. I." en la Universidad Católica de Valparaíso -clausurado con el golpe de Estado de 1973 en Chile-, y con una cita de una carta de Platón orientada a trazar un saldo positivo de las investigaciones encaradas desde entonces.
La presentación del volumen, a cargo de la autora, se inicia con una detenida descripción de los movimientos de los agentes que intervinieron para que el estudio presentado fuese posible: las investigaciones de Jorge Suárez7 en Santa Cruz entre 1966 y 1967 marcan el inicio de un itinerario que sería continuado por Fontanella de Weinberg, una de sus discípulas, quien hacia 1980 -y como directora del Gabinete de Estudios Lingüísticos de la Universidad Nacional del Sur (Bahía Blanca)invita a Clairis "a dictar un curso sobre lenguas indígenas fueguinas" (Fernández Garay, 1998, p. 17). En ese marco, se inicia el proyecto de rescate del tehuelche, esa "lengua patagónica que se hallaba en proceso de muerte" a través de un viaje por la Patagonia que Rodolfo Casamiquela -también docente de la UNSrealiza junto a Clairis para relevar a "los últimos hablantes de tehuelche" (p. 17). En palabras de la autora, este viaje les habría permitido reconocer la "necesidad y urgencia de su recolección y estudio, para que la misma fuera rescatada e integrada a nuestro patrimonio cultural" (p. 17). Con este proyecto en mente y en el marco del Programa de Cooperación de la Embajada Francesa en Argentina (p. 18), hacia 1982 los tres investigadores llevan adelante la firma de un primer convenio entre la Universidad del Sur en Argentina y la Universidad René Descartes (Paris V), y en paralelo otro convenio, que establece un proyecto de financiamiento, firmado entre dicha universidad argentina y el Ministerio de Cultura de la provincia de Santa Cruz y en el que Clairis y Casamiquela ofician como responsables del área lingüística y etnográfica, respectivamente. Junto a la investigadora Martinet Delahaye, Fernández Garay se encarga de la recolección de material lingüístico y etnográfico tehuelche, trabajo de campo desarrollado en Santa Cruz entre 1983 y 1984, que, según explica la propia autora, pudo realizar gracias al programa de investigación y desarrollo, y a una beca externa de CONICET, que le permite defender su tesis en París.
Antes de los agradecimientos finales dirigidos a Fontanella de Weinberg, a Ana Gerzeinstein (su directora por CONICET), a Nora Muñoz, a Martine Delahaye, a José Pedro Viegas Barros y a "todos nuestros informantes", sin los cuales "la documentación de esta lengua no habría sido posible", Fernández Garay señala a modo de balance histórico: "Hoy, cuando sólo quedan cuatro hablantes que recuerdan el tehuelche, podemos decir que esta lengua ha sido finalmente rescatada del olvido, pudiéndose contar con materiales para futuras investigaciones en el campo de la lingüística históricocomparativa y tipológica" (p. 18).
El libro se organiza en seis capítulos (I. Los tehuelches. Aspectos históricos, etnográficos y lingüísticos; II. La fonología del tehuelche; III. Sintemática; IV. Clases sintácticas; V. Funciones sintácticas; VI. Dinámicas de la desaparición del tehuelche), divididos en apartados, de los que nos interesa detenernos fundamentalmente en el I y en los dos primeros apartados del VI ("Introducción" y "Factores extralingüísticos"), donde se halla la mayor concentración de reflexiones metalingüísticas.
El capítulo I empieza con una introducción en la que se presenta un panorama general -desde el punto de vista etnológico y lingüísticode la Patagonia argentina (se incluye un apartado con las denominaciones y autodenominaciones del pueblo tehuelche), a lo que sigue una distinción entre los tres grandes grupos étnicos de la región: "los mapuche", "los fueguinos o canoeros" y "el complejo tehuelche".
En este punto, resulta necesario detenernos para considerar el contexto histórico-político y lingüístico: la firma del MERCOSUR en 1991 actúa como parteaguas entre el momento de la producción y el de la publicación de la descripción del tehuelche por parte de Fernández Garay. Como señalan Glozman y Lauría, este tratado "generó nuevos requerimientos de orden políticolingüístico vinculados con el proceso de integración regional" e implicó "la necesidad de establecer criterios en relación con el estatus y el uso de las lenguas oficiales y de trabajo, por un lado, y con los sectores educativo y cultural, por otro" (2012, p. 131). En ese marco, la aparición de este estudio de la lengua tehuelche a cargo de Fernández Garay no puede sustraerse a las tensiones propias de un tiempo transicional, ubicado entre la exigencia de políticas lingüísticas para la integración de la región y la vigencia que durante la década de los 90 -y en lo relativo al campo del lenguajemantuvieron las representaciones asociadas a la matriz del estado-nación (p. 133).
Al momento de intentar esclarecer el "confuso panorama lingüístico de la Patagonia" (Fernández Garay, 1998, p. 30), la autora recupera y contrasta las clasificaciones etnográficas de Roberto Lehmann Nitsche, de Federico Escalada (El complejo tehuelche, 1949), de Rodolfo Casamiquela y de Christos Clairis, para luego describir las formas que el contacto entre los diversos grupos asumió. En esa instancia Fernández Garay destaca el "proceso de araucanización" -esto es, el avance de la cultura mapuche desde Chile hacia la Patagonia argentina hacia el siglo XVIIcomo causa explicativa de las transformaciones en la región: "Prácticamente todos los grupos tehuelches del centro-norte de la Patagonia fueron araucanizados. Los tehuelches meridionales australes sobrevivieron a este proceso, probablemente a causa de su alejamiento de la zona de influencia mapuche" (Fernández Garay, 1998, p. 39).
A los fines de este artículo, en donde nos proponemos rastrear el proceso de institucionalización de la lingüística en la provincia de Santa Cruz desde la recuperación de la democracia, la idea de "araucanización", recuperada por Fernández Garay en el capítulo introductorio a un estudio descriptivo del tehuelche, nos permite conjeturar el funcionamiento de lo que Michel Pêcheux (1983) ha formulado como interdiscurso:
La condición esencial de la producción y de la interpretación de una secuencia no es inscribible en la esfera individual del sujeto psicológico: ella reside de hecho en la existencia de un cuerpo socio-histórico de huellas discursivas que constituyen el espacio de memoria de la secuencia. El término interdiscurso caracteriza ese cuerpo de huellas como materialidad discursiva, exterior y anterior a la existencia de una secuencia dada, en la medida en que esa materialidad interviene para constituirla. Lo no-dicho de la secuencia no es entonces reconstruible sobre la base de operaciones lógicas internas, reenvía aquí a lo ya dicho, a lo dicho afuera. (p. 86, citado en Glozman y Monteiro, 2010)
Dado el espesor de los debates en torno al funcionamiento del interdiscurso en la teoría materialista del discurso formulada por Pêcheux, en este punto de nuestro análisis proponemos entenderlo como la "totalidad compleja articulada de las formaciones discursivas, que opera como instancia de formación de sentidos, enunciados, relaciones, articulaciones" (Glozman, 2020, p. 216). La noción de interdiscurso, entonces entendida como exterioridad constitutiva (Glozman y Montero, 2010, p. 77), es decir, como aquel inconsciente del enunciado constituido por "discursos ‘no dichos’" (p. 85), permite en este caso pensar el cuerpo socio-histórico de trazos discursivos que resuena en la idea de "araucanización" y que luego, mediante producciones académicas como la que analizamos -que se perfila a su vez como instrumento lingüístico en el sentido antes señalado de Narvaja de Arnoux (2016)-, ingresa en el cuerpo de la lingüística en tanto disciplina: desde ese lugar de prestigio y legitimidad intelectual e institucional, ese cuerpo de huellas discursivas no deja de volver para intervenir en los debates en torno a la ideas de estado y nación, y a las relaciones que desde esas identidades se establecen con los mapuche y los tehuelche (en adelante, utilizaremos el singular en las palabras "mapuche" y "tehuelche" dado que -al ser "che" el vocablo en mapuzungun para "gente"se trata de sustantivos colectivos que no requieren la "s" final como marca de plural).
En efecto, la presentación de las relaciones entre los mapuche y los tehuelche en los términos de "araucanización" ha sido fuertemente discutida en la última década, al menos en tres sentidos.8 Por un lado, porque -siguiendo a Adrián Moyanolo araucano es, desde su misma nomenclatura, una imposición heredada de los primeros españoles, quienes al entrar en contacto con los mapuche de la península de Ragko, optaron por el más fácilmente pronunciable "Arauco" (Moyano, 2019, s.p). Por otro lado, porque la idea de una invasión mapuche sobre los territorios al este de la cordillera de los Andes pasa por alto la presencia de los puelches ("gente del este" en mapuzugun), que habitaban esa región desde tiempos prehispánicos (Moyano, 2012; Ruiz Rodríguez, 2015). Finalmente, porque supone a la vez un proceso de extranjerización de los mapuche -considerados chilenos o chilotes invasoresy de apropiación de los tehuelche, entendidos como indios argentinos (Rodríguez, 2019, p. 46).
En efecto, Moyano llega a considerar que "para las reivindicaciones actuales del pueblo mapuche, la elaboración intelectual más perjudicial, pergeñada por estudiosos de la historia y seguida por arqueólogos y antropólogos, está dada por la hipótesis de la Araucanización de Pampa y Patagonia" (Moyano, 2012, p. 108). Es que, desde esa perspectiva, los mapuche serían los principales responsables de la presunta "desaparición" de muchas de las lenguas ahí habladas, entre ellas el gününa küne, la lengua de los puelche. A este respecto, Moyano se pregunta: "¿Cómo pudieron los mapuche, pueblo que incorporó el caballo a su vida cotidiana en la segunda mitad del siglo XVI, desparramar con tanta premura la influencia de su idioma?" (2012, p. 111).
Ahora bien, si -en su estudio sobre el tehuelcheFernández Garay reproduce esta mirada cuando afirma que "el proceso de araucanización lleva a imponer la lengua, la religión y el sistema político y social de los mapuche a los grupos del complejo tehuelche" (1998, p. 39), también es posible encontrar ahí una búsqueda de matizar y contrastar esa lectura en la medida en que, por un lado, la investigadora se pregunta por las formas en que lo mapuche debió -a su vezadaptarse a los modos de vida de las tribus tehuelches debido al "ataque permanente de los blancos" (p. 39); por otro lado, sitúa en la presencia de estos últimos -y concretamente en la llamada "Conquista del desierto"una de las razones del "estado de extinción" (p. 60), en que la lengua tehuelche se encuentra en el presente de la escritura del estudio desarrollado.
La complejidad teórica de este punto se encuentra, a su vez, con otro vector que aparece en el estudio lingüístico de Fernández Garay: se trata de la descripción de una lengua (el tehuelche) en la que el cuerpo de los hablantes es convocado solo como "informantes", como sobrevivientes últimos de una desaparición ya ocurrida. En efecto, desde el prefacio, Clairis se refiere a la descripción de Fernández Garay como el "testimonio último y más completo de esta lengua" (p. 13), por lo demás "en vías de extinción", en ruinas, sin que la realidad sociohistórica de los hablantes de la lengua sea siquiera aludida; por su parte, en la presentación -y ya desde el título del librola autora vuelve a presentar el tehuelche como una lengua "en proceso de muerte" (p. 18). En ninguno de los dos textos -prefacio y presentación-, que operan como puertas de ingreso a la descripción propiamente dicha, encontramos alusiones a los procesos histórico-culturales que condujeron a la "penosa realidad" (Clairis, 1998, p. 13) que, para fines del siglo XX, atraviesa el pueblo tehuelche. A este respecto, nos interesa detenernos en el corte disciplinar, el de la lingüística, desde el que esa investigación se configura y las tensiones que ahí tienen lugar.
En su trabajo "La lengua y el cuerpo. Preparativos para una arqueología", en el que propone entender la lengua desde una mirada glotopolítica -como "artefacto políticamente construido" (Ennis, 2021, p. 292; Del Valle, 2016, p. 21)-, Juan Antonio Ennis repone brevemente el proyecto en que su investigación se enmarca, un proyecto orientado a "explorar la exclusión del cuerpo de la representación de la lengua como objeto en el medio histórico de su producción, esto es, como producto del desarrollo histórico que conocemos como capitalismo (y colonialismo)" (Ennis, 2021, p. 294). Según explica el investigador, desde el momento mismo de su constitución epistemológica e institucional -en el siglo XIX alemánla lingüística moderna emplea un doble movimiento: por un lado, la lengua recibe un cuerpo, en el sentido de una comunidad lingüística monoglósica cuya dinámica vital termina por ser indisociable de la del Estado-nación; por otro, las ciencias del lenguaje separan esa lengua de la agencia de esos sujetos -los hablantes-, de modo que estos últimos, responsables de darle expresión, no controlan "ni sus límites ni sus características" y la lengua, por su parte, queda finalmente dotada de una "corporeidad metafórica" que la sustrae a la historicidad humana (Ennis, 2021, p. 287). Aquello que Ennis denomina el "dispositivo de la filología y la lingüística" proporciona, especialmente en el caso europeo, una "plataforma de racionalización y de legitimación científica para diversas intervenciones sobre el emplazamiento político de la lengua en la sociedad" (p. 290).
Ahora bien, en la descripción del tehuelche de Fernández Garay podemos leer una tensión irresuelta entre, por un lado, una inclinación disciplinar que tiende a reproducir la separación señalada entre lengua y cuerpo y, por otro, un conjunto de prácticas en las que se trata de poner en relación los cuerpos, de propiciar el encuentro y la circulación de la palabra -durante cerca de diez meses entre septiembre de 1983 y junio de 1984en una operación que tiene por objetivo el rescate de la lengua tehuelche. La ya referida publicación en Twitter por parte de ReLiF enfatiza este aspecto del recorrido profesional de Fernández Garay: "La trayectoria de Ana continúa como docente, formadora de investigadores y, sobre todo, lingüista abocada al trabajo de campo" (ReLiF, 2021). Esa experiencia de escucha atenta de las voces tehuelches de Santa Cruz, de la que la tesis doctoral -luego transformada en el estudio que analizamossería un primer resultado acabado, significa un momento inaugural y decisivo en la trayectoria de Fernández Garay, en tanto agente especialista en lenguas indígenas y una instancia pionera en la propia configuración de la lingüística como disciplina, lo cual se demuestra en el dossier "Voces habitadas. Recorridos lingüísticos en homenaje a Ana Fernández Garay" (Orden y Malvestitti, 2021), en el que numerosos especialistas reflexionan sobre las contribuciones de la investigadora a los estudios sobre lenguas patagónicas. En efecto, durante una entrevista de 2021, interrogada por los "capítulos" en los que organizaría su trayectoria académica, Fernández Garay habla de dos etapas: una primera que refiere como "El inicio del camino", vinculada con su ingreso en la vida universitaria, y una segunda, a la que menciona como "La Lingüística aborigen" (2021, p. 93), la cual se iniciaría hacia 1980 con su decisión de "participar en el proyecto de recuperación del tehuelche" (p. 94).
3.2. Sustracciones del sustrato: el caso del español hablado en la Patagonia Sur
Precisamente en esa línea de investigación abierta por la Dra. Fernández Garay es que se enmarca el siguiente material que hemos de analizar: se trata del volumen Estudios lingüísticos en la Patagonia Sur. El habla en Río Gallegos (UNPA, 2007), de las investigadoras Nora Isabel Muñoz y Mónica Beatriz Musci9. En efecto, es la propia Ana Fernández Garay quien -a cargo del prólogoexplica la aparición del volumen como resultado del proyecto de investigación "El español hablado en la provincia de Santa Cruz", radicado en la Universidad Nacional de la Patagonia Austral y que ella dirige entre los años 2001 y 2003. A modo de presentación del estudio publicado, Fernández Garay señala la participación de las autoras junto a las asistentes de investigación y profesoras Ana Carolina Contreras y Betina Ferrante en el proyecto de identificar "los rasgos característicos del español hablado en la provincia de Santa Cruz, variedad dialectal hasta el momento no tenida en cuenta por las investigaciones dialectológicas en la Argentina" (Fernández Garay, 2007, citado en Muñoz y Musci, 2007, p. 11).
Según explica, la investigación se organizó en tres etapas: una primera, orientada a abordar el nivel fonético-fonológico "aplicando la metodología de la sociolingüística variacionista" (p. 11); una segunda etapa, encarada "desde una perspectiva más cualitativa" (p. 11), en la que se analizan la morfo-sintaxis y el léxico, lo que supuso "sacar a la luz rasgos inéditos… respecto de los fenómenos de contacto del español con las lenguas aborígenes del lugar" (p. 11)10; un tercer momento en el que se estudió el español hablado por los tehuelches, "etnia que poblaba la región comprendida entre el río Santa Cruz y el Estrecho de Magallanes, y que lentamente se fue extinguiendo llevando a la pérdida de su lengua y de su cultura" (p. 12). Si, por un lado, esta síntesis del proceso de investigación a cargo de Fernández Garay presenta rasgos comunes a lo señalado previamente en su libro El tehuelche. Una lengua en vías de extinción, especialmente en cuanto a la idea de extinción aplicada al pueblo tehuelche, por otro, enfatiza positivamente el análisis desarrollado por las investigadoras sin "la interferencia de los preconceptos" (p. 12), lo que más concretamente reconoce una ética de la investigación que se distancia de la de los hispanistas, quienes habitualmente rechazan "la influencia de las lenguas aborígenes sobre el español que estudian" por el "desconocimiento que existía de las lenguas indígenas" (p. 12).
El estudio del fenómeno del contacto, uno de los ejes centrales de la investigación presentada, se sostiene en la presunción -compartida por el grupo de trabajo entonces coordinado por Fernández Garayde que los cambios que produce pueden darse no solo en el nivel léxico o fonético-fonológico sino también en el nivel morfosintáctico. En conclusión, la "tesis de la influencia de sustrato aborigen sobre el español americano" es planteada, tanto en el prólogo de Fernández Garay como en el estudio propiamente dicho, sin las alarmas que dicho fenómeno despertó para Amado Alonso en su día (Ennis, 2012), lo que -leído epistemológica y glotopolíticamenteimplica una toma de posición clara respecto del vínculo entre el español y ciertas lenguas indígenas (en este caso, mapuche y tehuelche), analizadas desde una suerte de plano de inmanencia.
En efecto, tanto en la introducción como en las palabras finales, las autoras explicitan la finalidad de la investigación desarrollada: la de "aportar al conocimiento de nuestra realidad lingüística y a su valoración como un rasgo de identidad regional" y, de esa manera, contribuir "a la detección y remoción de prejuicios lingüísticos en el ámbito educativo" (Muñoz y Musci, 2007, p. 15) para así favorecer la "aceptación mutua de las diferencias dialectales entre maestros y alumnos" (p. 97).
A tal fin, el seguimiento -señalado abiertamente en la introducciónde "los principios científicos y metodológicos que proporcionan la Lingüística descriptiva y la Sociolingüística variacionista" (p. 13) se expresa desde la misma formulación del volumen: la sección "Estudios preliminares", que sigue a la introducción, se compone de los subapartados "La Patagonia en los estudios dialectológicos", suerte de estado de la cuestión a través del cual se evidencia la "‘laguna’ científica" (p. 13) en la descripción del español hablado en la zona sur de Santa Cruz, y de los "Datos de poblamiento", recorrido diacrónico del proceso de poblamiento de la región santacruceña desde 1895 hasta comienzos del siglo XXI (2001), y finalmente encontramos las "Hipótesis generales y específicas". En esa instancia, las autoras se distancian del estudio pionero de Berta Vidal de Battini (El español de la Argentina, 1964), en el cual se postula la integración de la zona patagónica al área lingüística bonaerense debido a la "colonización moderna" de la Patagonia desde Buenos Aires, en la medida en que Muñoz y Musci dan cuenta del impacto de la migración chilena -en aumento desde los años 60sobre el habla de la región. Las autoras plantean, entonces, que en la zona analizada es posible identificar una variedad lingüística diferente a la bonaerense, con características compartidas con otras provincias sureñas que estarían "relacionadas con rasgos surgidos del contacto con el habla de Chile, como así también, en forma directa o indirecta, con el sustrato indígena, especialmente mapuche y quizás en alguna medida tehuelche" (p. 31).
Como en la sociolingüística de Labov, en el estudio desarrollado por Muñoz y Musci prevalece, en primer término, una preocupación por la lengua en su contexto social de circulación y, más precisamente, un interés por considerar la estratificación social, considerada labovianamente como producto de la diferenciación y evaluación social, y motivada no sólo por el uso lingüístico, sino también por factores extralingüísticos: la referencia ya recuperada a los "prejuicios lingüísticos", que es necesario remover, necesita leerse, desde este punto de vista, en el doble marco del proyecto de recuperación -posteriormente rearticulado como revitalizacióndel tehuelche y en el paralelo proceso de "inversión de la relación vergüenza-orgullo" que, siguiendo a Nahuelquir et al. (2016, p. 124), la comunidad tehuelche de Santa Cruz comenzaría a experimentar a comienzos del siglo XXI.
En este punto, vuelve a resonar la consideración de Elvira Narvaja de Arnoux, recuperada al inicio de este apartado, respecto de la perspectiva glotopolítica, que estudia especialmente:
cómo en la exposición de los conocimientos sobre el lenguaje se define, con modalidades diversas, la representación que los autores tienen de la sociedad, la posición que adoptan respecto de los requerimientos de su época y cómo intervienen en la construcción de las subjetividades. (Narvaja de Arnoux, 2016, p. 37)
Dado el análisis planteado, se puede observar el modo en que las presentaciones de la dimensión lingüística en el estudio del tehuelche y del habla riogalleguense permiten leer, especialmente desde los elementos metalingüísticos trabajados, las complejas miradas sobre el mundo que dinamizan tales presentaciones.
4. Conclusiones
La institucionalización de la disciplina lingüística en Santa Cruz atraviesa, durante el período estudiado, un fuerte proceso de expansión caracterizado por la consolidación de las funciones analizadas: la docencia y la investigación.
En el marco de la construcción del espacio docente en el nivel superior, la lingüística se describe como una ciencia aplicada que tiene un fin pragmático claro: resolver problemas de lectura y escritura mientras que, simultáneamente y mediante la intervención de determinados agentes en su función docente, se forman profesionales. En este sentido, la creación de espacios institucionales como Análisis y Producción del Discurso (para las carreras de la UNPA) y Alfabetización Académica (para los profesorados de institutos) han universalizado los saberes de la lingüística con la esperanza de fundar lectores expertos académicos. Sin la intención de medir estas pedagogías objetivistas, nos interesa notar estas expansiones que se corporizan y multiplican en manuales, instrumentos legales, aulas virtuales y espacios de exámenes.
Para la función de investigación, la lingüística recorrió otro camino, tal vez más sinuoso y ligado a la potencia de una agente que sobre la que este artículo se detiene: tanto en cuanto a desarrollos ligados al orden de agencias nacionales (el plan FOMEC) o agencias internacionales (la universidad francesa), la presencia de Ana Fernández Garay significó el puntapié inicial de la constitución del área lingüística para las carreras de Letras y para la investigación. En ese sentido, una firma del campo vinculada a las lenguas indígenas desarrolla las primeras producciones que la universidad acoge en el campo lingüístico: un estudio pionero del habla del español en las periferias australes.
El recorrido propuesto, entonces, pone en evidencia los procesos de institucionalización de una lingüística (descriptivista en su función investigativa, que universaliza sus propios saberes, en su función docente) en el nivel de la educación superior de Santa Cruz, pero que, simultáneamente, operativiza las fuerzas del Estado para alojarse en términos institucionales. En Santa Cruz, entonces, encontramos una lingüística con agentes locales que dependen del Estado.