SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.48 número1La naturaleza difusa de la norma académica en El libro de estilo de la lengua españolaTono léxico y estructura métrica de la palabra amahuaca: hacia una comprensión de los patrones prosódicos de una lengua pano de las cabeceras índice de autoresíndice de materiabúsqueda de artículos
Home Pagelista alfabética de revistas  

Servicios Personalizados

Revista

Articulo

Indicadores

  • No hay articulos citadosCitado por SciELO

Links relacionados

  • No hay articulos similaresSimilares en SciELO

Compartir


Lexis

versión impresa ISSN 0254-9239

Lexis vol.48 no.1 Lima ene./jun. 2024  Epub 16-Jul-2024

http://dx.doi.org/10.18800/lexis.202401.002 

Artículos

¿Cuántas lenguas quechuas hay? Una estimación del número de lenguas quechuas

How Many Quechuan Languages Are There? An Estimation of the Number of Quechuan Languages

1University at Buffalo - Estados Unidos, gcamacho@buffalo.edu

2Universidad San Francisco de Quito - Ecuador, sfloyd1@usfq.edu.ec

3Universidad Nacional Santiago Antúnez de Mayolo - Perú, fjulca@unasam.edu.pe

RESUMEN

Si la práctica de referir a una sola “lengua quechua” es incorrecta porque ello no reconoce las distintas “lenguas quechuas” habladas en los países andinos, entonces, ¿cuántas lenguas quechuas hay? En este trabajo, se propone una cantidad aproximada basada en una aplicación a la literatura quechuista de los criterios más relevantes para la distinción lengua/dialecto: (1) grado de intercomprensión, (2) cercanía fonológica-morfosintáctica, (3) correspondencia léxica, (4) perspectivas sociolingüistas y (5) fragmentación geográfica. Sumando cada región quechuahablante ­individualmente, se llega a un total de aproximadamente 12~17 lenguas. Este resultado subraya la diversidad de la familia quechua tanto para la lingüística como para las políticas públicas y comunitarias, que podrían tener más éxito si, en vez de promocionar la estandarización, valoraran la diversidad.

Palabras clave: quechua; lenguas quechuas; intercomprensión; países andinos

ABSTRACT

If the practice of referring to a single “Quechua language” is incorrect because it does not acknowledge the many distinct “Quechuan languages” spoken in the Andean countries, then how many are there? In this study we propose an approximate number based on an application of the most relevant criteria for the distinction between languages/dialects to the Quechuanist literature: (1) degree of mutual intelligibility, (2) phonological-morphosyntactic similarity, (3) lexical correspondence, (4) sociolinguistic perspectives, and (5) geographic fragmentation. Adding up each region individually, we arrive at a total of approximately 12~17 languages. This result highlights the diversity of the Quechuan family as much for linguistics as for public and community policies, which would be more successful if instead of promoting standardization, they valued this diversity.

Keywords: Quechua; Quechuan languages; mutual intelligibility; Andean countries

1. INTRODUCCIÓN

Hoy en día, se ha vuelto muy común referirse a “la lengua quechua” o “el quechua” como si fuera una sola lengua. De hecho, diferentes instituciones superiores en Norteamérica y Europa promocionan la enseñanza del “quechua” como una lengua. Asimismo, diferentes textos académicos y no académicos se refieren al “quechua” de la misma manera. Por ejemplo, consideremos este texto de promoción de un programa de estudio en EEUU: “El quechua es la lengua ­indígena más hablada en las Américas, con 7-8 millones de hablantes, primariamente en Perú, Bolivia, Ecuador, y también algunas áreas de Colombia, Argentina y Chile” (traducción propia)1. Algunos documentos oficiales del gobierno de Perú, el país con más variedades de quechua, continúan usando la frase “el quechua” en vez de “las lenguas quechuas” (por ejemplo, Sullón Acosta, Huamancayo Curi, Mori Clement y Carbajal Solís 2013, Espinoza Bustamante 2022). Un artículo de BBC de 2018 cita un especialista en lenguas minoritarias de la UNESCO: “La lengua quechua, además de Perú, se habla también en Ecuador, Bolivia y (en el noroeste de) Argentina” (Blasco 2018). Es evidente que incluso en las publicaciones académicas se ve con frecuencia la expresión de “el quechua” en lugar de la forma científicamente y sociolingüísticamente adecuada: “las lenguas quechuas”.

Por un lado, es atractivo enfatizar la colectividad sociopolítica andina y hablar de millones de hablantes de “una sola lengua” a través de las tierras del antiguo Tahuantinsuyo. Pero, por el otro lado, si nos basamos en evidencia lingüística actual, las lenguas quechuas modernas constituyen una familia lingüística completa y no una sola lengua. Tanto entre los países andinos como entre las variedades quechuas habladas dentro de los países individuales, una revisión de la literatura quechuista revela que existen enormes diferencias fonológicas, léxicas y morfosintácticas que imposibilitan la inteligibilidad mutua entre hablantes de diferentes lenguas quechuas. Sin embargo, la falta de información precisa sobre qué lenguas quechuas son mutuamente inteligibles ha dificultado la especificación de cuántas lenguas quechuas podrían existir en total. Esto dificulta la difusión pública del mensaje según el cual son una familia de lenguas, no una sola lengua.

Hasta la fecha, el estudio de Torero (1974) es el único trabajo que ha aplicado escalas numéricas de intercomprensión entre ­diferentes quechuas; ahí se propone un total de siete lenguas quechuas habladas en Perú, Bolivia y Argentina, un total que no incluye lenguas habladas en Ecuador y Colombia (1974: 41-42). El otro estudio sobre intercomprensión quechua que se conoce es el de Luykx, García Rivera y Julca Guerrero (2016), el cual ofrece una mirada etnográfica con información detallada sobre experiencias de contacto de hablantes de diferentes quechuas. Sin embargo, su propósito no es enumerar lenguas específicas, sino analizar estrategias de comprensión. Aún no se ha realizado un estudio cuantitativo de intercomprensión que cubra toda la familia quechua y la información cualitativa que existe sobre este tema es limitada.

Entonces, como comentaron Adelaar y Muysken en Languages of the Andes hace casi dos décadas: “La pregunta persiste: ¿cuántas lenguas quechuas hay?” (2004: 168, traducción propia)2. Esta pregunta tiene repercusiones, no solamente lingüísticas, sino también sociopolíticas, tema que se retomará en la sección final después de la discusión de la estimación del número total de lenguas. Por eso es importante que los lingüistas tengamos una respuesta lista para el público general que, asimilando por primera vez la información de que las lenguas quechuas son una familia, frecuentemente quiere saber, entonces, cuántas lenguas son. Aunque tal vez no es posible contestar esta pregunta con exactitud, dar como respuesta una estimación científica inspira más confianza que una respuesta como la que “nadie sabe de verdad”.

Aquí, nuestro propósito es proponer, con base en una síntesis de la literatura quechuista y nuestros datos primarios, cuántas lenguas quechuas existen actualmente, aunque sea con un número aproximado dentro de un rango de mínimo a máximo. Después de explicar los criterios más relevantes para la distinción entre lenguas y dialectos quechuas, se analiza la literatura sobre cada subregión quechuahablante en términos del conjunto de dichos criterios de intercomprensión, semejanza lingüística, factores sociolingüísticos y la contigüidad versus la fragmentación geográfica, para así estimar un número de lenguas para cada región individualmente y, finalmente, para la familia quechua en su totalidad.

1.1. Antecedentes

La distinción entre “lengua” y “dialecto” es un problema general y persistente para la lingüística (Haugen 1966; Gooskens 2007, 2013; Gooskens y van Heuven 2021; Chambers y Trudgill 2002), y genera dificultad al especificar números de idiomas, aunque hay varias formas sistemáticas para llegar a cantidades citables (Hammarström 2008). Idealmente, las lenguas quechuas se podrían diferenciar unas de otras basándose en el nivel promedio de intercomprensión entre sus hablantes, pero como fue mencionado anteriormente, no existen datos cuantitativos representativos de este tipo sobre la familia quechua entera. Aunque un futuro estudio cuantitativo masivo sería revelador, aquí creemos que, con los datos cualitativos a nuestro alcance en la literatura y en nuestros datos de campo, por lo menos podemos llegar a una propuesta relativamente sólida.

Históricamente, las lenguas quechuas han sido tratadas como “dialectos” sin tomar en cuenta directamente criterios importantes como el grado de intercomprensión. Una mezcla poco sistemática de factores lingüísticos, geográficos y, a veces, étnicos han contribuido a determinar qué quechuas han sido distinguidos como variedades independientes y qué quechuas no. Aunque los códigos del Instituto Lingüístico de Verano (ILV) siguen siendo los estándares para la identificación de variedades lingüísticas distintas (Eberhand, Simons y Fenning 2020), no es posible asumir que cada variedad con un código propio es una lengua independiente, pues esto resultaría en un número exagerado de cuarenta y cuatro lenguas distintas para la familia quechua.

Después del estudio de Torero (1964, 1974) mencionado anteriormente, no se han visto otros intentos de enumerar las lenguas quechuas con la intercomprensión. De siete a ocho “supralectos” han sido propuestos por Torero para Perú, Bolivia y Argentina: ‘Ayacucho-Cuzco’, ‘Áncash-Huánuco’, ‘Tarma-Huánuco’, ‘Jauja-Huanca’, ‘Yauyos’, ‘Cañaris-Cajamarca’, ‘Chachapoyas-Lamas’ y ‘Santiago del Estero’. Torero también menciona la posibilidad de reducir estas a cinco “lenguas” (1974: 42; 2004: 85). Las ocho lenguas mencionadas por Calvo Pérez (1993: 31) constituyen una propuesta similar a la de Torero, con algunas modificaciones menores. Cerrón-Palomino refiere que “el quechua constituye en verdad una familia lingüística integrada por al menos cuatro ramas, que a su vez contienen varios dialectos” (2008: 149), pero no propone un número preciso de lenguas. También existen algunos estudios detallados sobre la cuestión “lengua/dialecto” para quechuas específicos, como Julca Guerrero (2009a, 2009b) sobre el quechua ancashino, o Carbajal Solís (2004) sobre el límite entre el cuzqueño y el ayacuchano. La única propuesta reciente para todas las lenguas quechuas que pudimos identificar es en la forma de un “infográfico” publicado en línea el 26 de junio de 2020 por la Asociación de Lenguas Quechuas (ALQ). Este propone ocho lenguas quechuas totales, esencialmente las mismas que propone Torero (no distingue Argentina de Cuzco-Bolivia, pero sí considera Pacaraos como una lengua independiente), e incluye todo el grupo ecuatoriano junto con Chachapoyas-Lamas como una sola lengua (ALQ 2020). Como se verá más adelante en la discusión, en la realidad, esta agrupación presenta múltiples lenguas distintas. La Tabla 1 compara esta propuesta con la de Torero, las clasificaciones de ILV y nuestra propuesta, que será explicada en las siguientes secciones.

Tabla 1 Diferentes estimaciones de números de lenguas quechuas3  

Nuestra cifra mínima concuerda esencialmente con la propuesta de Torero de ocho lenguas para Perú, Bolivia y Argentina, pero es un poco más conservadora en el sentido de que considera la posibilidad de que el quechua chanca-ayacuchano y algunos dialectos del boliviano sean lenguas distintas del cuzqueño, y también menciona las diferencias considerables entre los quechuas de Chachapoyas versus San Martín y de Cajamarca versus Cañaris (hasta nueve o más lenguas para estos tres países; ver discusión abajo). Nuestro número mínimo también incluye la adición de las cuatro lenguas del grupo ecuatoriano-colombiano que Torero no tomó en cuenta, para un total de por lo menos doce lenguas. Se considera que la propuesta de ocho lenguas de la ALQ para la familia entera subestima la diversidad de los grupos quechuas norte y sur, y que, finalmente, en términos del número bruto de lenguas distintas, la diversidad en las zonas norte y sur resulta relativamente comparable a la diversidad del quechua central.

1.2. Criterios

En este estudio, aplicamos un conjunto de criterios a la literatura quechuista y a nuestros datos para determinar la cantidad de lenguas quechuas distintas basada en el conocimiento directo de las tres macrorregiones donde se hablan lenguas quechuas: Camacho Rios, hablante nativa de quechua boliviano, asesoró la región sur; Julca Guerrero, hablante nativo de quechua ancashino, asesoró la región central; y Floyd, profesor de quichua serrano ecuatoriano a nivel universitario y hablante de segunda lengua de nivel avanzado, asesoró la región norte. En esta colaboración, hemos podido combinar nuestra experiencia de investigación en cada región, y juntos ha sido posible llegar a una visión global que sería más difícil alcanzar individualmente.

Proponemos un número aproximado para la cantidad de lenguas en la familia quechua, tras analizar la literatura quechuista sobre la base de nuestra experiencia colectiva y nuestros datos primarios. Para llegar a este número, aplicamos una serie de criterios relevantes para la distinción lengua-dialecto:

1. La intercomprensión o inteligibilidad mutua: la intercomprensión es el factor más importante para la pregunta lengua-dialecto (ver Gooskens y van Heuven 2021 para una discusión reciente). Cuando se encuentran hablantes de dos quechuas distintos, ¿pueden conversar de cualquier tema fácilmente sin mayor confusión? Si la respuesta es afirmativa, estas dos variedades de quechua serían dos dialectos de la misma lengua; en caso contrario, serían dos lenguas distintas. Aunque, a veces, se oye decir que los hablantes de alguna lengua quechua lo entienden “todo” en otra lengua quechua, en realidad, esto tiende a aplicarse solamente a frases básicas, como ocurre en la comunicación parcial entre hablantes de lenguas romances cercanas como el español, portugués o italiano, y no se llega a la fluidez. No nos parece razonable contar este tipo de comunicación limitada como prueba de buena intercomprensión, ya que solamente calificamos como “intercomprensión alta” el tipo de comunicación libre que es posible entre los diferentes dialectos de una misma lengua, como dos dialectos de español o inglés de diferentes países. A lo previamente mencionado, cabe resaltar que la diversidad interna entre una “misma lengua” quechua ha sido poco explorada a la fecha. Por ejemplo, en el caso del quechua boliviano, en las formas verbales de los hablantes del área urbana, hay más prominencia de las formas bimorfémicas (raíz-INFL) sin ninguna elaboración morfológica. Por el contrario, las formas verbales de los monolingües que viven en áreas rurales son morfológicamente más elaboradas (ver Camacho Rios 2022). Potencialmente, existe una barrera semántica a nivel morfológico que también dificultará una buena intercomprensión, incluso entre una misma lengua quechua, y, aunque aquí mencionamos la comprensión interregional, con investigaciones futuras será posible proponer números mayores de lenguas quechuas a nivel intrarregional.

Para aplicar el criterio de la intercomprensión, sumamos a las menciones de la inteligibilidad mutua encontradas en la literatura quechuista la experiencia de los tres autores como hablantes de tres quechuas distintos, quienes hemos tenido la oportunidad de interactuar con hablantes de muchos otros quechuas en nuestras respectivas regiones (además de escuchar grabaciones de otros quechuas). Dicha experiencia nos permite determinar cualitativamente los límites generales de la intercomprensión entre quechuas vecinas en cada área. Cuando una versión preliminar de este estudio fue presentada en el congreso CILLA IX en la Universidad de Texas en 2019, realizamos pruebas en vivo entre el quechua boliviano, ecuatoriano serrano y ancashino, con lo que se demostró claramente, por la muy baja intercomprensión alcanzada y por las risas de espectadores ante nuestra evidente confusión, que estas son tres lenguas quechuas muy distintas. Aplicaremos sistemáticamente el mismo criterio del grado de intercomprensión por región para todos los otros quechuas de los Andes sureños, norteños y centrales. Aunque esta medida es necesariamente subjetiva, los resultados deberían cuadrar con los otros criterios enumerados en esta sección.

2. La cercanía lingüística (morfosintáctica-fonológica): comparando fuentes en la literatura que aplican los métodos de la lingüística descriptiva es posible asesorar cuánta diferencia existe entre los sonidos, la gramática y el vocabulario de variedades lingüísticas emparentadas. Estudios de intercomprensión han indicado antes que las diferencias fonológicas presentan la barrera más grande para la inteligibilidad, mientras que las diferencias léxicas son más fáciles de superar (Gooskens 2007). Posiblemente, ello es un factor en el entendimiento de los quechuas con muchas diferencias fonológicas, como, por ejemplo, el quechua central peruano en oídos de hablantes sureños (Julca Guerrero 2009b; Luykx, García Rivera y Julca Guerrero 2016). Este efecto es conocido entre el español y su lengua hermana menos fonológicamente conservadora, el portugués: la ­percepción informal de muchas personas según la cual el español es más fácil de entender para hablantes de portugués que viceversa ha sido confirmada por investigaciones, aunque la ventaja lusófona tal vez no resulte tan grande como se piensa (Jensen 1989, Oktavia 2019). Entre las lenguas quechuas, existen casos similares, como, por ejemplo, la percepción del kichwa ecuatoriano amazónico, que tiene mucha reducción histórica de consonantes, en oídos de hablantes serranos que las siguen pronunciando. En el caso de diferencias morfosintácticas, estas pueden pasar sin ser percibidas en diálogos sencillos, pero, en el momento de usar expresiones más complejas, se pierde la inteligibilidad cuando no existe suficiente coincidencia gramatical. Para clasificar dos variedades como la misma lengua, las diferencias lingüísticas no deberían generar problemas de entendimiento mayores ni en casos de uso de morfosintaxis compleja. Consideramos que la distancia fonológica y morfosintáctica es un factor directamente asociado con la falta de intercompresión entre dos variedades quechuas, y, en la discusión que sigue, mencionamos algunas de las diferencias lingüísticas más notables entre los quechuas de cada región.

3. La cercanía léxica: la lejanía léxica puede ser asociada con una distinción entre dos lenguas, pero, aunque a veces son las más notadas por hablantes, las diferencias léxicas son más fáciles de superar que las diferencias fonológicas o gramaticales, ya que es muy sencillo incorporar palabras alternativas de clases abiertas, pero es complicado aprender nuevos sufijos gramaticales o fonemas. La comparación léxica de Torero (1974) nos da algo de información sobre este tema (aunque desafortunadamente solo publicó las cifras y no las listas de palabras), pero, al final, todas las lenguas quechuas tienen niveles relativamente altos de coincidencia léxica, y, mientras la fonología y morfosintaxis permitan formular preguntas de aclaración, no consideraremos a las diferencias léxicas como la causa principal de la incomprensión entre variedades quechuas. Cuando el vocabulario más básico o frecuente es distinto, como los pronombres u otras palabras muy comunes (por ejemplo, sustantivos como “agua” o verbos como “ver”), ello puede dar la impresión de una diferencia extrema, pero son diferencias más superables que las fonológicas y morfosintácticas.

4. Actitudes sociolingüísticas: los factores sociolingüísticos, a veces, juegan un papel importante en especificar exactamente dónde deben hacerse distinciones precisas entre un quechua y otro. Para llegar a nuestra propuesta, consideramos preguntas como las siguientes: ¿la gente en las comunidades locales considera estas variedades dos lenguas distintas?, ¿cuando se encuentran dos hablantes de variedades distintas del quechua, hablan en sus quechuas o cambian a español?, ¿existe un estándar regional de quechua unificado o de prestigio?, ¿sería factible usar materiales escolares o documentos públicos de una variedad en una comunidad donde se habla otra variedad?, ¿hay algún otro factor como la identidad étnica, cultural o regional que sea importante conectar con diferencias lingüísticas? Aunque estos factores sociolingüísticos son menos primordiales para distinguir lenguas y dialectos que la intercomprensión en sí, hay que reconocer que, a veces, afectan la percepción social. Para explorar las experiencias subjetivas de la intercomprensión y sus límites, además de aplicar escalas numéricas, es útil realizar entrevistas etnográficas donde hablantes compartan sus perspectivas, como las presentadas en Julca Guerrero (2009b), y Luykx, García Rivera y Julca Guerrero (2016).

5. Fragmentación geográfica: cuando las variedades regionales quechuas no colindan con otras regiones quechuahablantes, puede ser relativamente sencillo proponer fronteras entre lenguas distintas, como en los casos del quechua argentino, los quechuas ecuatorianos y los quechuas norperuanos, que están aislados geográficamente de los otros quechuas. Ahora bien, este factor no es definitivo en todos los casos. También, tiene que haber considerables diferencias lingüísticas; por ejemplo, aunque el quechua boliviano no colinda directamente con el quechua cuzqueño, ambos son considerados por muchos como dialectos de la misma lengua. Por otro lado, cuando evaluamos lenguas en la llamada “zona contigua”, desde Cuzco hasta los Andes peruanos centrales (Torero 1968, Taylor 1984, Hartmann 1984), es más difícil determinar fronteras lingüísticas dentro de una distribución geográfica continua y puede ser necesario recurrir a los demás criterios. Consideramos que la fragmentación geográfica puede ser una buena indicación de la existencia de fronteras lingüísticas, pero siempre en concordancia con los demás factores mencionados arriba. Nuestra estimación es limitada a quechuas modernos que cuentan con documentación descriptiva contemporánea desde la segunda mitad del siglo XX. Ello permite evaluar grados de similitud de una forma relativamente precisa, aunque algunos de ellos están actualmente a punto de dejar de ser hablados. En cambio, no incluimos quechuas extintos de la época colonial o el periodo republicano temprano, aunque esto podría aumentar el número total de lenguas, porque su documentación es más limitada y porque estos quechuas son menos relevantes para la diversidad actual de la familia.

Tomando en cuenta estos criterios, en las secciones que siguen procederemos a evaluar la evidencia para contar lenguas distintas sobre la base de la literatura quechuista para tres bloques regionales de variedades quechuas: (1) el sur boliviano-peruano-argentino, (2) la zona de Ecuador-Colombia y el norte de Perú, y, finalmente, (3) los Andes centrales de Perú. Para cada región, mencionaremos todos los candidatos para lenguas quechuas distintas y resumiremos lo que sabemos sobre sus niveles de intercomprensión, sus similitudes lingüísticas y de los otros criterios mencionados arriba. Propondremos un número de lenguas para cada región y, al final, combinaremos los números para generar una propuesta para el número total de lenguas quechuas, y daremos unas consideraciones adicionales lingüísticas y sociales en relación con nuestro resultado.

2. LAS LENGUAS QUECHUAS DEL SUR

La región de los Andes sureños de Perú, con la capital incaica de Cuzco, es una zona emblemática del quechua en su variante conocida como Cuzco-Collao (Cusihuamán 1976a, 1976b). Ya había iniciado su difusión en la época inca, aunque en una situación todavía muy multilingüe. Con la colonia española, surgió un monolingüismo en el emergente quechua sureño en muchas zonas, con difusiones a Bolivia (Laime Ajacopa, Layme, Plaza y Cazazola 1997) y Argentina (De Granda 1999, Alderetes y Albarracín 2004), en gran parte relacionados con la condiciones socioeconómicas de la minería colonial (Assadourian, Bonilla, Mitre y Platt 1980; Contreras Carranza 1994; Bigelow 2020; Flynn y Giráldez 2002). Inicialmente, fue estandarizado por la Iglesia con referencia al quechua cuzqueño de fines del siglo XVI (Durston 2007), lo que formó la base para un estándar urbano de quechua influyente hasta hoy en la región (Niño-Murcia 1997, Coronel-Molina 2008). Más tarde, con la fragmentación política y social entre los países y regiones donde se hablan variedades del quechua sureño, se incrementó la diversificación para formar los quechuas sureños modernos: el cuzqueño-boliviano, el argentino de Santiago del Estero, el ayacuchano y el quechua de Yauyos. Este último es una variedad transicional al quechua central (Taylor 1984, Shimelman 2016).

2.1. Quechua ayacuchano o chanca

El quechua moderno ayacuchano tiene bases históricas en tiempos incas y coloniales alrededor del importante centro de Guamanga, hoy Ayacucho, en su posición de cruce de caminos entre los centros de minería, comercio y administración en Cuzco, Lima y los Andes centrales (ver Itier 2016). Ha sido estudiado como una variedad distinta al quechua cuzqueño-boliviano desde el siglo XX (Anónimo 1905, Rowe 1950) y, aunque se ha descrito un alto grado de intercomprensión con el quechua de Cuzco, con el que colinda (Carbajal Solís 2004), con hablantes del quechua del norte de Bolivia no es posible comunicarse fácilmente, y por eso dejamos abierto su estatus como una lengua distinta frente a por lo menos algunos dialectos del quechua cuzqueño-boliviano. Tiene un léxico relativamente similar al de los otros quechuas vecinos, pero su fonología es muy distinta de la del quechua cuzqueño-boliviano. Por ejemplo, conserva las oclusivas /m/ al final de sílabas, cambia /q/ a /χ/ en muchos contextos, y carece de las oclusivas explosivas (o eyectivas) o aspiradas de Cuzco; también tiene formas gramaticales distintas como -niku para la primera persona exclusiva del plural (Landerman 1991: 76-77). Por el contrario, el quechua boliviano tiene un contraste fonológico entre oclusivas simples, aspiradas y explosivas (ver Plaza Martinez 1995, 2009), y, en ese sentido, son más similares el quechua cuzqueño y boliviano frente al ayacuchano. Siendo la fonología el factor principal que afecta la intercomprensión, seguido por la morfosintaxis, las notables diferencias en estas áreas y las resultantes dificultades comunicativas entre el ayacuchano y algunos dialectos del boliviano sugieren que podrían potencialmente considerarse dos lenguas distintas, algo que dejamos abierto para futuros estudios dentro de nuestra estimación del número de lenguas.

El quechua ayacuchano es también conocido como “chanca” (Soto-Ruiz 1976, Zariquiey y Córdova 2008) y tiene dos subvariedades principales. La primera subvariedad es el quechua chanca que se habla en la mayoría de los departamentos: Ayacucho y Huancavelica, junto con Andahuaylas en el departamento de Apurímac; la segunda sería la variedad emparentada arequipeña que se habla en las provincias de Antabamba, Cotahuasi, y en las alturas y norte de Arequipa. En la zona noroeste de la región del quechua ayacuchano, se encuentran las variedades de Yauyos del departamento de Lima. Aunque estas tienen algunas semejanzas con el ayacuchano, por sus diferencias considerables (Taylor 1984, Shimelman 2016), aquí las consideramos lenguas quechua distintas, como se verá más adelante.

2.2. Quechua cuzqueño y boliviano

El complejo cuzqueño-boliviano del quechua emergió históricamente de procesos de cambio lingüístico con influencia del aimara y otras lenguas surandinas (Hardman 1985, Browman 1994, Cerrón-Palomino 2012) junto con una difusión basada en la actividad minera por las rutas a Potosí y otros centros mineros importantes durante la época colonial (Pierrard 2019). Ha experimentado un número de cambios en el tiempo que distinguen este quechua de las otras lenguas quechuas, como la fricativización de oclusivas finales, /m/ > /n/ final, y la preservación de la secuencia de consonantes explosivas y aspiradas (Rowe 1950, Parker y Weber 1996, Gallagher 2013). Su forma estandarizada, usada desde el periodo colonial en ámbitos urbanos y oficiales, y hoy promocionada por instituciones como la Academia Mayor de la Lengua Quechua en Cuzco, es considerada una forma prestigiosa por sus conexiones con la capital inca (Niño-Murcia 1997, Coronel-Molina 2008). Muchos hablantes de este quechua son bidialectales, en el sentido de que entienden el estándar usado en los medios de comunicación y el sistema educativo (con bilingües dominantes en español), mientras que, en sus comunidades, en espacios monolingües pueden existir muchas microvariedades locales con rasgos más distintivos a nivel fonológico (Camacho Rios 2020) y a nivel morfológico (Escobar Zapata 2019; Camacho Rios 2019, 2022; Camacho Rios y Tallman en prensa). La variación interna del quechua boliviano es aun más visible en la morfología del habla de los ancianos quechua-aimara bilingües en Huaylloma, norte de Potosí (Vega Vargas 2023). Aunque parece que hay un alto grado de intercomprensión entre estos dialectos, es posible que la uniformidad interna del quechua cuzqueño-boliviano haya sido parcialmente exagerada, y que tenga más diversidad localizada de lo que se relata en las fuentes escritas en el quechua cuzqueño estándar.

En su nivel más general de categorización, se pueden agrupar los dialectos del quechua cuzqueño-boliviano en cinco conjuntos: en Perú encontramos (1) el quechua cuzqueño propiamente en el departamento de Cuzco, y en partes de Puno y Arequipa; (2) el quechua del este de Apurímac en Abancay, Antabamba y Cotabamba; (3) el quechua de Puno en la mayoría del departamento del mismo nombre. En Bolivia, encontramos un dialecto muy cercano al de Puno, (4) el quechua del norte de Bolivia en Charazani y Chuma, con un dialecto más lingüísticamente alejado en Apolo; y (5) el quechua del sur de Bolivia en Chuquisaca, Cochabamba, Oruro, Potosí y Sucre. Las variedades habladas en todas estas regiones, aunque diversas, tienen un nivel relativamente alto de intercomprensión entre sí, en comparación con las otras variedades sureñas de Ayacucho y Yauyos al norte, y Santiago del Estero al sur.

2.3. El quichua argentino de Santiago del Estero

Empezando durante el imperio inca y continuando durante la colonia española, la familia quechua se extendió hasta partes del sur del continente en Argentina y Chile, y fue hablado en lugares como Catamarca y la Rioja donde no se usa hoy en día (Nardi 1962). Solamente en la región de Santiago del Estero existe todavía una comunidad de hablantes actuales de un quechua moderno (De Granda 1999). Este “quichua” ha estado fragmentado geográfica y socialmente de los otros quechuas de este grupo por mucho tiempo, lo cual ha dado lugar a considerables diferencias con el quechua cuzqueño-boliviano como la preservación de consonantes finales, la pérdida de /h/ inicial y la ausencia de explosivas y aspiradas, además de varias diferencias morfosintácticas y léxicas. La separación lingüística, histórica y geográfica de este quechua indica que actualmente debe ser considerado una lengua distinta de los otros quechuas sureños.

2.4. El quechua de Yauyos

El quechua de la provincia de Yauyos en el departamento de Lima presenta mucha diversidad de configuraciones de rasgos asociados tanto con el quechua sureño como el quechua central (Taylor 1984, Shimelman 2016). Tiene muy baja vitalidad lingüística, pero Taylor (1984) encontró hablantes en los años 80 y parece que todavía tiene algunos hablantes (Shimelman 2016: 2), aunque tal vez muy mayores. Aquí, lo incluimos con los quechuas del sur, pero también se podría incluir entre los quechuas centrales, ya que los dialectos de Yauyos varían con respeto a formas consideradas típicas del quechua del sur (primera persona sujeto -ni y objeto -wa, condicional -yman) y del quechua central (primera persona sujeto -: y objeto -ma:, condicional -:man); sin embargo, esto no parece causar demasiada incomprensión (Shimelman 2016: 15). Consideramos que el quechua de Yauyos es suficientemente distinto de los otros quechuas colindantes como para ser tratado como una lengua aparte. A nivel interno, a pesar de la variación en la zona, se han observado buenos niveles de intercomprensión entre dialectos locales (Shimelman 2016: 1-15), razón por la cual tratamos el quechua de Yauyos como una sola lengua, pero no descartamos la posibilidad de que haya más de una, dada la complejidad dialectal de esta región (en áreas como, por ejemplo, Laraos; ver Taylor 1990).

2.5. Total de lenguas quechuas del sur

Entre las variedades quechuas tradicionalmente consideradas como quechuas sureños, vemos la necesidad de especificar un mínimo de dos lenguas, posiblemente tres, y con el quechua de Yauyos como una variedad limítrofe con el quechua central, contamos entre tres y cuatro lenguas modernas para esta región. Aunque se ha observado cierto grado de intercomprensión para los quechuas de Ayacucho y Cuzco, las grandes diferencias entre los dos extremos que forman Ayacucho y el quechua boliviano del norte dificultan el entendimiento a un grado suficiente como para considerar la posibilidad de dos lenguas diferentes en este conjunto. Es posible que algunos estudios hayan subestimado la diversidad del quechua ayacuchano-chanca relativo al quechua cuzqueño-boliviano por enfocarse más en formas estándares urbanas de lugares como Cuzco, Ayacucho o Cochabamba en vez de la diversidad rural. Esta diversidad no parece llegar a un nivel que requiera distinguir lenguas adicionales dentro de estos grupos, pero no descartamos que haya variedades locales del quechua cuzqueño y boliviano que sean tan diferentes que no se entiendan entre sí, lo que deja abierta la posibilidad de que este grupo tenga más lenguas. Por el momento, sin embargo, en cuanto al quechua sureño, esto nos daría entre tres y cinco lenguas. Después de considerar la cantidad de lenguas quechuas en las otras dos regiones, se sumarán estas lenguas quechuas sureñas al total de la familia.

3. LAS LENGUAS QUECHUAS DEL NORTE

En el norte de Perú, y en gran parte de Ecuador y el sur de Colombia, existen tres diferentes grupos históricos de quechua: (1) el complejo de lenguas ecuatorianas-colombianas, que también incluye parte de la Amazonía peruana; (2) el complejo Chachapoyas-Lamas de los departamentos peruanos de Amazonas y San Martín; y (3) los grupos de Cajamarca y Cañaris-Incahuasi, en el departamento de Cajamarca y zonas andinas de Lambayeque. Totalmente fragmentados geográficamente unos de los otros, cada uno de estos tres grupos ha tenido una trayectoria histórica independiente. Trataremos cada uno de estos individualmente, antes de volver a considerarlos, al final, para evaluar el número total de lenguas actuales.

3.1. Los quechuas del grupo ecuatoriano

Los incas introdujeron el quechua a la sierra ecuatoriana en el siglo XV, y, con la llegada de los españoles en el siglo XVI, el quechua inca fue adoptado como lengua general colonial, difundido primero desde Quito y los centros coloniales andinos. Así se inició con un cambio masivo de las lenguas locales al emergente “quichua” en la sierra, y después, por misiones en el territorio quiteño, se cubrió gran parte de la Amazonía peruana en ese tiempo (Stark 1985, Muysken 2019, Floyd 2022). Mientras que, en muchas partes de Loreto (Perú), el quechua local cedió al español y se produjo un dialecto de español distinto (Vallejos 2014, Fafulas 2020, Valenzuela y Jara 2020), en la Amazonía ecuatoriana, en cambio, el quichua local se mantuvo como la lengua más generalizada de la zona hasta tiempos relativamente recientes.

Con la demarcación de las fronteras entre Ecuador, Perú y Colombia, los quechuas de origen ecuatoriano que se encontraban aislados en estos países vecinos se divergieron considerablemente de los quechuas hablados en Ecuador. La separación entre Andes y Amazonía produjo también una divergencia, tal vez un poco menor, entre los dos quichuas ecuatorianos. Aunque todas estas lenguas compartieron unos cambios tempranos (por ejemplo, la innovación del -ku progresivo), los quechuas modernos que descienden del quechua quiteño colonial hoy en día están fragmentados en lenguas modernas muy claramente distinguibles entre ellas, cada una con muchas innovaciones no compartidas con las otras. Tienen una intercomprensión baja entre ellas, lo cual lleva a los hablantes a usar el español cuando van más allá de frases muy básicas. En cambio, cuando hablantes de diferentes dialectos de cada una de estas cuatro lenguas se comunican pueden usar su dialecto nativo libremente, y, aunque notan diferencias, se entienden sin problemas. Las cuatro lenguas quechuas del grupo ecuatoriano son las que siguen:

3.1.1. Kichwa serrano ecuatoriano

Todo el complejo dialectal del quichua o, más actualizado, “kichwa” serrano de Ecuador es inteligible entre sí, con un nivel muy alto de microvariación fonológica regional y algunas diferencias léxicas según la región, pero con un grado menor de variación morfosintáctica. Hay tres macroregiones dialectales: norteño (Imbabureño, Caranqui, Cayambe, Quito), central (Cotopaxi, Tungurahua, Bolivar, Chimborazo) y sureño (Cañari, Azuay, Loja-Saraguro) (Stark y Muysken 1977, Carpenter 1982). El kichwa serrano ecuatoriano preserva algunos rasgos conservadores no vistos en los otros quechuas del grupo como reflejos de oclusivas complejas (ver Floyd 2021), y también presenta innovaciones que han transformado partes de la gramática como la evidencialidad, los predicados de experiencia y de necesidad deóntica, el cambio de referencia y otras áreas para aproximar las lenguas barbacoas perdidas en la colonia temprana (Floyd 2022), lo cual le da un carácter distinto al de las otras tres lenguas del grupo.

3.1.2. Kichwa amazónico ecuatoriano

Todos los dialectos del kichwa del oriente ecuatoriano parecen ser inteligibles entre sí, aunque hay algunas diferencias fonológicas, léxicas y morfosintácticas entre los tres dialectos generales: Pastaza en el sur, Napo en el Oriente central y Coca en el norte (Orr y Wrisley 1965, Zariquiey 2014, Grzech 2016). El kichwa amazónico también se ha difundido en Perú y Colombia. Estos kichwas tienen mucha reducción fonológica, lo que dificulta en gran medida el entendimiento para hablantes de otros quechuas de la región, pero también preserva sonidos antiguos como la lateral /ʎ/, que solo se preserva en el sur de la sierra; en otros lugares, ha sido reemplazada por alófonos como /l/, /ʒ/, /ʃ/ y /č/. Este kichwa ha sido influido por lenguas amazónicas, posiblemente en áreas como los ideófonos (Nuckolls 1996), y ha pasado por unas transformaciones gramaticales considerables, como el reemplazo total del paradigma verbal de tiempo futuro con una construcción auxiliar (Grzech 2016: 92-93). Aunque ha habido intentos de estandarizar el kichwa amazónico junto al kichwa serrano, esto nunca ha tenido éxito debido a las muchas diferencias lingüísticas, lo cual lleva a los hablantes de kichwa amazónico a considerar casi unánimemente que su lengua no es la misma que el kichwa serrano (Grzech 2017).

3.1.3. Quechua del bajo Pastaza, Perú

Este quechua, llamado “inga” por sus hablantes, es limitado a una zona relativamente pequeña de Perú, con poca variación dialectal y todos los hablantes de la zona se entienden entre sí (Landerman 1973, Waters 1996, Homan en prensa). Tienen un nivel de contacto con el kichwa de Pastaza de río arriba y, esporádicamente, con el quechua de Lamas, pero tienen grandes diferencias morfosintácticas con las lenguas quechuas vecinas. En particular, aunque contrasta con Lamas en que tiene rasgos claramente ecuatorianos (por ejemplo, el progresivo -ku), es muy conservador frente a los otros quechuas ecuatorianos en tanto que preserva casi toda la morfología personal de objeto y de posesión que se ha perdido en los otros. Aunque se describen niveles medianos de intercomprensión con el kichwa amazónico con el que colinda, grandes diferencias morfosintácticas entre estos quechuas complican la comunicación más allá de un nivel básico.

3.1.4. Ingano colombiano

Este quechua ha ido por una trayectoria distinta por estar separado de la zona kichwa de Ecuador por su posición al otro lado de la frontera colombiana, constituyendo otra lengua moderna (Levinsohn 1976, Parks 1990). Es hablado también en la Amazonía colombiana, y parece presentar un grado menor de variación dialectal entre sierra y selva. No es lingüísticamente más emparentado con el kichwa del norte de Ecuador; más bien, parece ser un trasplante antiguo desde la zona de Quito, antes de que ocurrieran muchas innovaciones en el kichwa ecuatoriano. Por su prolongado aislamiento de otros quechuas, y por la posible influencia del kamëntsá debido al largo contacto histórico que tuvo con este, ha llegado a ser una lengua bien distinta en su fonología (por ejemplo, colapso de /s/ y /ʃ/), morfosintaxis (por ejemplo, una construcción posesiva totalmente nueva con verbo yuka-, verbalización del sufijo de poseedor -yoq) y léxico (retenciones no vistas en otras lenguas de la zona como sipas “mujer joven”, kawa- “ver”, mandur “achiote”, y palabras nuevas fusionadas como sachuku para “silvestre” [sacha-uku, “monte-adentro”]). Para un hablante de kichwa serrano ecuatoriano, es posible entender algunas frases básicas del ingano, pero no hablar con fluidez en un primer encuentro (aunque, con mucha experiencia y adaptación, se vuelve más fácil).

3.2. El quechua de Chachapoyas-Lamas

En la zona transicional de los Andes norteños de Perú hacia la Amazonía, se encuentra un complejo de dos variantes quechuas relacionadas históricamente: el quechua de Chachapoyas, probablemente de una introducción incaica relativamente tardía, y el quechua de Lamas-San Martín, que parece haberse difundido por la ruta de Chachapoyas hasta las misiones de las tierras bajas amazónicas. El nivel de intercomprensión interna entre el quechua de Chachapoyas y el quechua lamista no está totalmente claro, y como son distintos en algunos aspectos (por ejemplo, Chachapoyas es más conservador en unos aspectos de fonología, al preservar la distinción entre africadas /č/ y /ĉ/), posiblemente se podría argumentar que son dos lenguas, aunque comparten algunas innovaciones claves como el pluralizador -sa(pa). Sin embargo, basándonos en Taylor (1979), las consideramos suficientemente emparentadas para, posiblemente, clasificarlas como una sola lengua en el conteo actual, pero dejamos esta pregunta abierta, tomando en cuenta que son muy diferentes en muchos aspectos, tanto lingüísticos como sociales y geográficos.

La muy baja vitalidad lingüística del quechua de Chachapoyas relativa al quechua lamista dificulta determinar si se trata de una o dos lenguas. Sin embargo, Valqui encontró unos hablantes chachapoyas recientemente (Valqui, Escobar, Chalco, Flores, Ramirez y Córdova 2019: 5-6). En todo caso, por sus considerables diferencias fonológicas, léxicas y morfosintácticas con otros quechuas, no es posible proponer que el grupo Chachapoyas-Lamas sea un dialecto de otra lengua quechua norteña, ya sea de Cajamarca o de Ecuador.

3.3. Los quechuas de Cajamarca y Cañaris-Incahuasi

Las variedades de quechua habladas en Cajamarca y Lambayeque están entre las menos documentadas, pero las fuentes existentes son suficientemente detalladas para confirmar que estos quechuas no deben ser agrupados con ningún otro en una misma lengua (Torero 1968; Quesada Castillo 1976a, 1976b, 2006). Los quechuas de Cajamarca y Lambayeque han sido descritos como relativamente similares, y por eso los contamos tentativamente como una sola lengua, pero en verdad muestran considerables diferencias morfosintácticas: Cajamarca muestra rasgos más conservadores e idiosincráticos, mientras que Cañaris-Incahuasi comparte elementos con el quechua central, como la primer persona objeto -ma, y el comparativo/semblativo -na (Torres Menchola 2017). Además, no parece haber muchas pruebas de rasgos específicos compartidos entre estos grupos más allá del léxico regional común. Similitudes gramaticales como el pluralizador -llapa parecen ser retenciones de una forma antigua (Durston 2002: 239-240), y no necesariamente demuestran una relación histórica entre estos dos quechuas. Por eso consideramos que podría ser más apropiado considerarlos como dos lenguas en vez de dos dialectos de la misma lengua. Esta cuestión se podría resolver con una evaluación de intercomprensión entre dialectos, pero, a la fecha, no conocemos ningún estudio de este tipo. Aunque los consideramos como una misma lengua aquí, dejamos abierta la posibilidad de que sean dos.

3.4. Número de lenguas quechuas zona norte

La zona norte, que incluye Ecuador, Colombia y el norte del Perú, presenta un grado relativamente alto de separación lingüística entre los diferentes quechuas de la región, que reflejan una diversidad correlacionada con su fragmentación geográfica. Los quechuas ecuatorianos, aunque históricamente emparentados entre ellos (Muysken 2019), están separados políticamente por fronteras y aislados geográficamente por barreras naturales como la Traversa de Huancabamba, una zona baja que rompe la cadena de los altos Andes entre Ecuador y Perú (Aldana Rivera 2018), o como la zona de terreno montañoso entre Andes y Amazonía en Ecuador. Para el grupo ecuatoriano, es necesario proponer cuatro lenguas muy bien definidas lingüística y socialmente una de la otra (Landerman 1991: 239-243; Muysken 2019; Carpenter 1982). Para Chachapoyas, la variedad andina tiene una relación clara con la variedad de las tierras bajas de San Martín, pero no conocemos estudios que las traten como dos lenguas distintas (Taylor 1979); por lo tanto, las consideramos como una sola lengua en la estimación conservadora, pero dejamos abierta la posibilidad de que sean dos. El caso de Cajamarca-Ferreñafe es más difícil porque, aunque estas variedades tienen semejanzas, también tienen considerables diferencias morfosintácticas y, aunque las tratamos como una sola lengua, no descontamos la posibilidad de que sean dos distintas (Quesada Castillo 1976a, 2006; Torres Menchola 2017). En total, distinguimos seis lenguas quechuas para la zona norte, o hasta ocho si consideramos San Martín y Ferreñafe aparte.

4. LAS LENGUAS QUECHUAS CENTRALES

Comparado con el altiplano surandino y los valles interandinos de Ecuador, los Andes centrales de Perú tienen una geografía mucho más compleja y difícil de transitar, caracterizada por enormes cordilleras y cañones entre las áreas pobladas. Esta situación corresponde con un conjunto de lenguas quechuas diversas, altamente dialectizado hasta el punto de que no existe una inteligibilidad general entre variedades. Sin embargo, todavía no hay total claridad sobre cuántas lenguas formarían el conjunto de los quechuas centrales hablados en los departamentos de Áncash, Huánuco, Junín, Pasco, Lima y La Libertad, donde, a pesar de similitudes regionales, se registra una diversidad muy grande en su interior, con una transición gradual entre variedades limítrofes (Julca Guerrero 2009a, 2009b, en prensa). Comparten similitudes entre todos (como -ma para primera persona objeto; -piqta [-piq o -pita] para el ablativo; -traw o -chaw para locativo, en vez de -wa, -manta y -pi vistos en otras variedades; también, el mantenimiento de un contraste de africadas y la presencia de vocales largas; entre otros), pero, dentro de cada región, la diversidad es alta, y más aun entre regiones. Por ejemplo, solo en el Callejón de Huaylas (Áncash), el quechua local registra considerable variación (Parker 1976; Julca Guerrero 2009b, 2010; Molina-Vital 2024), aunque no fuera de los límites de la intercomprensión, y, si se sigue comparando con las hablas de Pasco, Huánuco, Junín y Lima, las diferencias son mayores y se disminuye la intercomprensión.

Aunque nos parece claro que se trata de múltiples lenguas, esta complejidad a veces no nos permite saber fácilmente cuándo deberíamos hablar de dialectos y cuándo de lenguas distintas. Cerrón-Palomino (1987), Torero (1974), Julca Guerrero (2009a, 2009b, 2010), a partir de la caracterización de isoglosas morfológicas, concretamente el tratamiento del pluralizador verbal, identifican la existencia de tres subgrupos que, en rigor, adquieren la categoría de lenguas quechuas modernas de los Andes centrales: (1) el quechua “huanca” de Pasco-Junín, (2) el quechua ancashino de Áncash-Huánuco, y (3) el quechua “Alto Huallaga” de las regiones Alto Pativilca-Alto Marañón-Alto Huallaga. En concordancia con lo anterior, presentaremos los tres subgrupos recién mencionados.

4.1. Quechua huanca

Este grupo de variedades quechuas está centrado en el valle de Mantaro y sus alrededores, en los departamentos de Junín y Pasco (Cerrón-Palomino 1976, 1984; Adelaar 1977). Pueden ser comparados morfológicamente con la triple pluralización mediante -pa:ku, -:ri y -rka:, y, fonológicamente, el fonema /q/ ha dado lugar a la glotal /?/ o ha desaparecido. Asimismo, la vibrante /r/ ha dado lugar a la lateral /l/, entre otros elementos. Tiene dos subvariedades que son relativamente inteligibles entre sí: (1) quechua Jauja-Huanca, en el departamento de Junín en Jauja, Concepción y Huancayo, y (2) quechua Huangáscar-Topará, en el departamento de Lima: Topará, Huangáscar y Azángaro.

4.2. Quechua ancashino

El quechua ancashino es hablado en casi todo el departamento de Áncash y partes occidentales de Huánuco. Se habla alrededor de la Cordillera Blanca y áreas cercanas (Escribens y Proulx 1970; Parker 1976; Solís Fonseca 2002; Julca Guerrero 2009b, 2010, en prensa; Molina-Vital 2024). Morfológicamente, usa el morfema pluralizador verbal -ya(:). Fonológicamente, tiene la africada sorda alveolar /ts/, la posvelar /q/ que registra muchas variaciones [q, h, χ, g, Ø] y la monoptongación de las secuencias tautosilábicas /aw/ > [o:], /ay/ > [e:], /uy/ > [i:]. Tiene dos variedades principales, habladas al oeste y al este de la Cordillera Blanca: (1) el dialecto Huaylas, hablado en todo el Callejón de Huaylas (Recuay, Huaraz, Carhuaz, Yungay y Huaylas) y la vertiente andina del Pacífico (Aija y las serranías de Santa, Casma y Huarmey); y (2) el dialecto Conchucos, hablado en el departamento de Áncash (en las provincias de Pomabamba, Sihuas, Yungay [Yanama], Antonio Raimondi, Asunción, Carlos Fermín Fitzcarrald, Corongo, Huari y Mariscal Luzuriaga); en el departamento de Huánuco (en Huamalíes, Marañón y Huacaybamba); y en el departamento de La Libertad (Pataz).

4.3. Quechua Alto Huallaga

El quechua de las cuencas del Alto Huallaga, el Alto Pativilca y el Alto Marañón es una lengua distinta a los quechuas ancashinos y huancas. Aunque comparte rasgos con estas dos desde un punto de vista geográfico, también tiene sus propios rasgos independientes (Weber 1996). Por ejemplo, fonológicamente, presenta el uso indistinto o complementario entre /č/ y /ts/, que son contrastivos en las otras lenguas (en huanca en la forma original, con /tr/). Existen varias subvariedades de esta lengua: (1) Alto Huallaga, que se habla en el departamento de Huánuco en Pachitea, Huánuco y Ambo, (2) Alto Marañón, en Huánuco en Dos de Mayo y Yarohuilca, y (3) Alto Pativilca, en el departamento de Áncash en Bolognesi y Ocros, y en el departamento de Lima en Cajatambo y Chancay. En el caso de este último grupo, la literatura sobre la variedad de Pacaraos lo ha descrito tan distinto de los otros quechuas centrales que parece necesario plantearse si esta sería una cuarta lengua en la región, y no parte del complejo de Alto Huallaga o de uno de los otros grupos del quechua central. También se puede incluir (4) Yaru quechua en ese grupo, en Junín en la zona de Tarma y Yauli, en Pasco y en Lima, al sureste de Cajatambo y en las serranías de Chancay.

4.4. Número de lenguas zona central

La alta diversidad descrita para la zona de quechua central, esencialmente, representa un largo continuo dialectal, pero estudios anteriores (Torero 1974; Luykx, García, y Julca Guerrero 2016) y el estudio presente concuerdan en que existen tres sub-regiones dentro de las cuales la intercomprensión es alta, y entre las cuales es más baja. Por esto consideramos que como mínimo el número adecuado de lenguas para asignar a esta región es tres. Como se notó anteriormente, el quechua de Pacaraos ha sido descrito como muy distinto (Adelaar 1986), por lo que esta variedad podría constituir una lengua adicional en este grupo. El quechua de Yauyos comparte elementos con el quechua central y el quechua sureño, pero su estatus como lengua distinta fue considerada anteriormente junto con el complejo sureño. Finalmente consideramos que este grupo constituye tres o posiblemente cuatro lenguas.

5. RESULTADOS Y DISCUSIÓN

Aquí podemos sumar entre las tres regiones descritas en las secciones anteriores para estimar el número de lenguas de la familia quechua basado en el conjunto de criterios aplicados: la intercompresión, la cercanía lingüística y otros factores sociohistóricos o geográficos. En la Tabla 2, se presenta un resumen con el número de lenguas de cada zona, junto con el número total para la familia quechua.

Tabla 2 Resumen de estimación de cantidad de lenguas quechuas por región 

Como vemos aquí, es necesario postular un mínimo de doce lenguas distintas a través de todos los países andinos: una en Colombia, una en Bolivia, una en Argentina, dos en Ecuador y las siete restantes en Perú (tomando en cuenta que algunas variedades cruzan las fronteras). Si incluimos algunas variedades más como lenguas distintas, San Martín, Cañaris-Incahuasi, Pacaraos, y posiblemente el quechua boliviano versus el cuzqueño, llegaríamos a un número de quince o dieciséis. Como se ha reportado tanta diversidad entre los quechuas centrales, es posible que alguna otra variedad central pueda ser propuesta como otra lengua adicional en el futuro, así que el número máximo quedaría abierto para esa región. Sin embargo, con la evidencia que tenemos actualmente, parece posible clasificar los quechuas centrales como tres o máximo cuatro lenguas en total.

5.1. La distribución geográfica de la diversidad quechua

Las doce a diecisiete lenguas quechuas que identificamos en este estudio están distribuidas desde Sibundoy (Colombia) en el norte, hasta Santiago del Estero (Argentina) en el sur y siguen un eje andino de unos 4000 km. Los mapas de las lenguas quechuas a veces no hacen distinción entre lenguas y dialectos; en el mapa de la Figura 1 (abajo) solo se representan las lenguas distintas aquí propuestas. Para cada lengua, se otorga una localización ubicada en una población central importante históricamente para el desarrollo del quechua de cada región (por ejemplo, Quito, Cuzco, Huaraz, Chachapoyas, Santiago del Estero, etc.). Lo que se observa es que las lenguas son más o menos densamente distribuidas por casi toda esta zona, con algunas excepciones, como la Traversa de Huancabamba, que separa las zonas quechuahablantes de Ecuador y Perú, y la extensión de la zona aimarahablante, que separa el quechua cuzqueño y boliviano, o la larga distancia entre el quechua boliviano y el argentino, que antes era una zona quechuahablante más contigua cuando todavía se hablaba quechua en zonas como Tucumán. Aunque por los accidentes históricos de difusión y contracción algunas de las lenguas individuales actualmente ocupan más territorio que otras, en cada región, Ecuador-Colombia, norte de Perú, centro de Perú y sur de Perú junto con Bolivia y Argentina, existen aproximadamente el mismo número de lenguas (un promedio de tres o cuatro en cada región).

Figura 1 Ubicaciones de las 13-16 lenguas quechuas (oscuro = lengua, claro = posible lengua) 

En discusiones sobre la diversidad de las lenguas quechuas, se ha dicho que la zona central tiene un grado más alto de diversidad dialectal que otras regiones (Cerrón-Palomino 2003: 326, Adelaar 2013: 50, 62-63). Aunque esa caracterización tal vez nos llevaría a suponer que hay unos diez o más idiomas quechuas distintos en esa zona, cuando analizamos los datos de la literatura y de nuestros estudios de campo yendo región por región sobre la base de la intercomprensión y los otros criterios aplicados aquí, encontramos evidencia solamente para tres o cuatro lenguas quechua en los Andes centrales, comparable a los números de otras zonas. En realidad, comparado al resto de las lenguas quechuas, los quechuas centrales representarían una minoría de las lenguas de la familia: existen tres o cuatro quechuas centrales, frente a nueve o más lenguas quechuas distintas fuera de la zona central. Esta conclusión también es apoyada por el recálculo de la base de datos léxicos de Torero hecho por Heggarty (2007: 333-335), quien encontró que la zona central tiene la misma diversidad léxica que la zona sureña. Aunque es cierto que están difundidos de manera más dispersa, los quechuas sureños constituyen por lo menos tres o cuatro lenguas, al igual que la zona central. La diversidad dialectal rural del cuzqueño-boliviano no debe ser subestimada a pesar de la existencia de un estándar formal-urbano en esa zona. Cuando también comparamos la cantidad alta de distintas quechuas del norte de Perú y Ecuador-Colombia, resulta que la diversidad quechua moderna no está concentrada en la zona central solamente, sino que está distribuida alrededor de todo el territorio quechuahablante.

5.2. “El quechua” versus “las lenguas quechuas”

Más allá de la pregunta de exactamente cuántas lenguas son, no hay duda de que no se trata de una sola lengua quechua, sino de una familia lingüística. Referirse a la familia entera como “el quechua” y “la lengua quechua” como se suele hacer puede tener consecuencias negativas de varios tipos. Por ejemplo, bajo la idea de un solo quechua, se pueden aplicar materiales oficiales o ­pedagógicos en comunidades donde realmente no se corresponden con la lengua local. Esto no es relevante solamente para la educación, sino también es necesario para miembros de las comunidades exigir que sus lenguas sean reconocidas como distintas como parte de luchas de autonomía cultural o territorial. Además, cuando tratamos la familia quechua como una sola lengua caemos en el hábito de llamar a sus lenguas miembros “dialectos”, algo que puede fomentar la discriminación por el sentido despectivo de la palabra. Por ejemplo, puede resultar en que se denieguen propuestas para proyectos de documentación lingüística e investigación por tratarse sobre un “dialecto” en vez de una lengua.

Por otro lado, es entendible que a veces programas de enseñanza de lenguas quechuas quisieran representar la familia como una sola lengua, para animar a estudiantes diciéndoles que van a poder usar la lengua en cinco países distintos. Sin embargo, la realidad no es tan sencilla. Aunque siempre se puede mencionar que estudiar una lengua quechua da muchas ventajas para un estudio acelerado de otra lengua quechua, como tienen mucho en común, es necesario reconocer que estudiar una lengua quechua no permite comunicarse con hablantes de otra directamente sin ninguna adaptación. Para darles unos ejemplos conocidos, se puede explicar que estudiar una lengua quechua ya sabiendo otra es algo parecido a estudiar portugués ya sabiendo español o estudiar alemán ya sabiendo inglés. Esperamos que este trabajo sea una guía de cómo abandonar la práctica común homogeneizante y reduccionista de referirse a “la lengua quechua”, y usar los nombres de las lenguas quechuas específicas acorde con las posturas interculturales de reconocimiento de la diversidad lingüística quechua como recurso, riqueza y valor.

Volviendo a la sugerencia hecha al inicio de este artículo, los lingüistas podríamos ofrecer una respuesta a la pregunta “¿cuántas lenguas quechuas hay?”, aceptando que es parcialmente subjetiva y que pueden ofrecerse diferentes propuestas: creemos que “entre doce y dieciséis lenguas” es la caracterización más sólida basada en la evidencia que tenemos. Un número así nos da un punto de partida para la política lingüística, y subraya la necesidad de considerar la diversidad real y no intentar forzar la unificación entre diferentes lenguas quechuas. Consideramos que una respuesta corta y general como “Más de diez lenguas entre todos los países andinos” también podría ser adecuada para comunicar la diversidad brevemente al público. Se puede ofrecer la sugerencia de usar diferentes términos regionales como “quechua ancashino”, “quechua cajamarquino”, “quechua ayacuchano” (o “quechua chanca”), “quichua serrano ecuatoriano”, “ingano colombiano”, “quichua argentino” y similares, y compararlos con las “lenguas” de familias como romance o eslavo o maya que el público entiende mejor como conjuntos de múltiples lenguas cercanamente relacionadas entre ellas.

Difundir el mensaje de que las lenguas quechuas son múltiples lenguas distintas crea consecuencias positivas tanto para las comunidades de hablantes, al validar formas locales de hablar, como para la lingüística, el enseñarnos mucho sobre la diversificación lingüística. Este estudio es solamente un intento inicial de asignar un número específico de lenguas a la familia, y nuestra propuesta podría ser mejorada con la contribución de investigadores trabajando con comunidades quechuahablantes en zonas que no se han documentado muy profundamente todavía. Sin embargo, con la estimación presentada en este estudio tal vez ya vamos acercándonos a una respuesta a la pregunta de cuántas lenguas quechuas existen.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Adelaar, Willem (1977) Tarma Quechua: Grammar, Texts, Dictionary. Brill. <https://brill.com/view/title/3288>. Consultado: 2 de noviembre de 2023. [ Links ]

Adelaar, Willem (1986) Morfología del quechua de Pacaraos. Documento de Trabajo 53. Lima: Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Instituto de Lingüística Aplicada. [ Links ]

Adelaar, Willem; y Muysken, Peter (2004) The language of the Andes. Cambridge: Cambridge University Press. [ Links ]

Adelaar, Willem (2013) “Quechua I y quechua II: en defensa de una distinción establecida”. Revista Brasileira Lingüística Antropológica”. 5, 1, 45-65. https://doi.org/10.26512/rbla.v5i1.16542 [ Links ]

Aldana Rivera, Susana (2018) “De llave del reino y frontera a límite. Un ensayo sobre la Transversal de Huancabamba y su construcción como región entre dos países”. Bulletin de l’Institut français d’études andines. 47, 1, 19-39. https://doi.org/10.4000/bifea.9171 [ Links ]

Alderetes, Jorge R.; y Albarracína, Lelia Inés (2004) “El Quechua en Argentina: el caso de Santiago del Estero”. International Journal of the Sociology of Language. 167, 83-93. https://doi.org/10.1515/ijsl.2004.023 [ Links ]

Anónimo (1905) Vocabulario políglota incaico: comprende más de 12,000 voces castellanas y 100,000 de keshua del Cuzco, Ayacucho, Junín, Ancash y Aymará. Lima: Tipología del Colegio de Propaganda Fide del Perú. <http://archive.org/details/vocabulariopolg01unkngoog>. Consultado: 2 de septiembre de 2022. [ Links ]

Asociación de lenguas quechuas (2020) “Imataq qichwa simi? Hayk’a qichwa Simikunataq? / ¿Qué es el quechua? ¿Cuántas lenguas quechuas hay?”. 26 de junio de 2020. Facebook. <https://www.facebook.com/LenguasQuechuas/posts/107293451041199>. Consultado: 12 de agosto de 2022. [ Links ]

Assadourian, Carlos Sempat; Bonilla, Heraclio; Mitre, Antonio; y Platt, Tristán (1980) Minería y espacio económico en los Andes, siglos XVI-XX. Lima: Instituto de Estudios Peruanos. <https://repositorio.iep.org.pe/handle/IEP/557>. Consultado: 30 de agosto de 2023. [ Links ]

Bigelow, Allison Margaret (2020) Mining Language: Racial Thinking, Indigenous Knowledge, and Colonial Metallurgy in the Early Modern Iberian World. Chapel Hill: Omohundro Institute of Early American History and Culture y University of North Carolina Press. [ Links ]

Blasco, Lucía (2018) “¿Cuántas lenguas originarias existen en Perú y cuáles de éstas se hablan en otros países?”. 6 de noviembre de 2018. BBC News Mundo. <https://www.bbc.com/mundo/noticias-46074381>. Consultado: 10 de septiembre de 2022. [ Links ]

Browman, David L. (1994) “Titicaca Basin Archaeolinguistics: Uru, Pukina and Aymara AD 750-1450”. World Archaeology. 26, 2, 235-251. https://doi.org/10.1080/00438243.1994.9980274 [ Links ]

Calvo Pérez, Julio (1993) Pragmática y gramática del quechua cuzqueño. Cuzco: Centro de Estudios Regionales Andinos Bartolomé de Las Casas. [ Links ]

Camacho Rios, Gladys (2019) “Verb Morphology in South Bolivian Quechua: A Case Study of the Uma Piwra Rural Variety”. Tesis de maestría. Universidad de Texas, Austin. [ Links ]

Camacho Rios, Gladys (2020) “Analysis of the acoustics effects of uvular and non-uvular sounds on high vowels: a comparison of two Bolivian Dialects”. En Du Terran à la Théorie: Les 40 ans du LACITO. Actes du colloque international, 15-17 novembre 2016. Eds., Isabelle Leblic y Lameen Souag. Villejuif: LACITO-Publications, 275-284. [ Links ]

Camacho Rios, Gladys (2022) “Verbal complexity in South Bolivian Quechua: insights from the speech of monolingual elders”. Tesis doctoral. Universidad de Texas, Austin. [ Links ]

Camacho Rios, Gladys; y Tallman, Adam (En prensa) “Constituency and word formation in South Bolivian Quechua”. En Constituency and Convengence in the Americas. Eds., Adam J.R. Tallman, Sandra Auderset y Hiroto Uchihara. Berlín: Language Science Press, capítulo 23. [ Links ]

Carbajal Solís, Vidal César (2004) “Determinación de la frontera dialectal del quechua ayacuchano y cuzqueño en el departamento de Apurímac”. Tesis de doctorado. Universidad Nacional Mayor de San Marcos. <https://sisbib.unmsm.edu.pe/bibvirtualdata/Tesis/Human/carbajal_sv/carbajal_sv.PDF>. Consultado: 2 de septiembre de 2022. [ Links ]

Carpenter, Lawrence Kidd (1982) “Ecuadorian Quichua: Descriptive Sketch and Variation”. Tesis de doctorado. Universidad de Michigan. [ Links ]

Cerrón-Palomino, Rodolfo (1976) Diccionario Quechua Junín-Huanca. Lima: Ministerio de Educación. [ Links ]

Cerrón-Palomino, Rodolfo (1984) “Huanca-Quechua Dialectology”. Tesis de doctorado. Universidad de Illinois. [ Links ]

Cerrón-Palomino, Rodolfo (1987) Lingüística quechua. Cuzco: Centros de Estudios Andinos Bartolomé de las Casas. [ Links ]

Cerrón-Palomino, Rodolfo (2003) Lingüística quechua. 2da edición. Cuzco: Centro de Estudios Regionales Andinos Bartolomé de Las Casas. [ Links ]

Cerrón-Palomino, Rodolfo (2008) Voces del Ande: ensayos sobre onomástica andina. Lima: Fondo Editorial Pontificia Universidad Católica del Perú. [ Links ]

Cerrón-Palomino, Rodolfo (2012) “Contactos y desplazamientos lingüísticos en los Andes centro-sureños: el puquina, el aimara y el quechua”. Boletín de Arqueología PUCP. 14, 255-282. [ Links ]

Chambers, John Kenneth; y Trudgill, Peter (2002) Dialectology. 2daedición. Cambridge: Cambridge University Press . [ Links ]

Contreras Carranza, Carlos (1994) “La minería en la historia de Perú”. América Latina en la historia económica. 1, 1, 33-40. https://doi.org/10.18232/alhe.v1i01.22 [ Links ]

Coronel-Molina, Serafin (2008) “Language Ideologies of the High Academy of the Quechua Language in Cuzco, Peru”. Latin American and Caribbean Ethnic Studies. 3, 3, 319-340. https://doi.org/10.1080/17442220802462477. [ Links ]

Cusihuamán, Antonio (1976ª) Diccionario quechua, Cuzco-Collao. Lima: Ministerio de Educación . [ Links ]

Cusihuamán, Antonio (1976b) Gramática quechua, Cuzco-Collao. Lima: Ministerio de Educación . [ Links ]

De Granda, Germán (1999) “Historia lingüística y tipología genética del quechua de Santiago del Estero, Argentina”. Revista Andina. 17, 1, 109-129. <http://revista.cbc.org.pe/index.php/revista-andina/article/view/578>. Consultado: 30 de octubre de 2023. [ Links ]

Durston, Alan (2002) “El Aptaycachana de Juan de Castromonte. Un manual sacramental quechua para la sierra central del Perú (ca. 1650)”. Bulletin de l’Institut Français d’études Andines. 31, 2, 219-292. https://doi.org/10.4000/bifea.6719 [ Links ]

Durston, Alan (2007) Pastoral Quechua: The History of Christian Translation in Colonial Peru, 1550-1650. Notre Dame: University of Notre Dame Press. [ Links ]

Eberhand, David; Simons, Gary; y Fenning, Charles (2020) Ethnologue: Languages of the World. 23era edición. Dallas: SIL International. [ Links ]

Escobar Zapata, Emérita (2019) “Sobrevivencia del quechua inga en Raqch’i-Cusco”. Tierra Nuestra. 13, 2, 12-26. https://doi.org/10.21704/rtn.v13i2.1400 [ Links ]

Escribens, Augusto; y Proulx, Paul (1970) Gramática del quechua de Huaylas. Lima: Universidad Nacional Mayor de San Marcos. [ Links ]

Espinoza Bustamante, Franklin (2022) Chawpin qichwata alli qillqanapaq maytu. Manual de escritura Quechua Central. Lima: Ministerio de Educación . <https://hdl.handle.net/20.500.12799/8170>. Consultado: 28 de octubre de 2023. [ Links ]

Fafulas, Stephen (2020) Amazonian Spanish. Amsterdam: John Benjamins. <https://benjamins.com/catalog/ihll.23>. Consultado: 1 de noviembre de 2023. [ Links ]

Floyd, Simeon (2021) “Oclusivas complejas en el quechua de Domingo de Santo Tomás”. Letras. 92, 135, 115-140. https://doi.org/10.30920/letras.92.136.10 [ Links ]

Floyd, Simeon (2022) “Ecuadorian Highland Quichua and the Lost Languages of the Northern Andes”. International Journal of American Linguistics. 88, 1, 1-52. https://doi.org/10.1086/717057 [ Links ]

Flynn, Dennis O.; y Giráldez, Arturo (2002) “Cycles of Silver: Global Economic Unity through the Mid-Eighteenth Century”. Journal of World History. 13, 2, 391-427. https://doi.org/10.1353/jwh.2002.0035 [ Links ]

Gallagher, Gillian (2013) “Speaker Awareness of Non-Local Ejective Phonotactics in Cochabamba Quechua”. Natural Language & Linguistic Theory. 31, 4, 1067-1099. https://doi.org/10.1007/s11049-013-9200-1 [ Links ]

Gooskens, Charlotte (2007) “The Contribution of Linguistic Factors to the Intelligibility of Closely Related Languages”. Journal of Multilingual and Multicultural Development. 28, 6, 445-467. https://doi.org/10.2167/jmmd511.0 [ Links ]

Gooskens, Charlotte (2013) “Experimental Methods for Measuring Intelligibility of Closely Related Language Varieties”. En The Oxford Handbook of Sociolinguistics. Eds., Robert Bayley, Richard Cameron, y Ceil Lucas. Oxford University Press, 195-213. https://doi.org/10.1093/oxfordhb/9780199744084.013.0010 [ Links ]

Gooskens, Charlotte; y Van Heuven, Vincent J. (2021) “Mutual Intelligibility”. En Similar Languages, Varieties, and Dialects: A Computational Perspective. Eds., Marcos Zampieri y Preslav Nakov. Cambridge: University of Cambridge Press, 51-95. https://doi.org/10.1017/9781108565080.006 [ Links ]

Grzech, Karolina (2016) “Discourse Enclitics in Tena Kichwa: A Corpus-Based Account of Information Structure and Epistemic Meaning”. Tesis de doctorado. SOAS Universidad de Londres. [ Links ]

Grzech, Karolina (2017) “¿Es necesario elegir entre la estandarización de las lenguas minoritarias y la vitalidad de sus variedades? Estudio de caso del kichwa de Alto Napo”. Onomázein. 16-34. <http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=134553393002>. Consultado: 5 de noviembre de 2023. [ Links ]

Hammarström, Harald (2008) “Counting Languages in Dialect Continua Using the Criterion of Mutual Intelligibility*”. Journal of Quantitative Linguistics. 15, 1, 34-45. https://doi.org/10.1080/09296170701794278 [ Links ]

Hardman, Martha J. (1985) “Aymara and Quechua: Languages in Contact”. En South American Indian Languages. Austin: Texas University Press, 617-643. [ Links ]

Hartmann, Roswith (1984) “Bemerkungen zum heutigen Stand der Quechua-Forschung”. INDIANA. 9, 351-366. https://doi.org/10.18441/ind.v9i0.351-366 [ Links ]

Haugen, Einar (1966) “Dialect, Language, Nation”. American Anthropologist. 68, 4, 922-935. https://doi.org/10.1525/aa.1966.68.4.02a00040 [ Links ]

Heggarty, Paul (2007) “Linguistics for Archaeologists: Principles, Methods and the Case of the Incas”. Cambridge Archaeological Journal. 17, 3, 311-340. https://doi.org/10.1017/S095977430700039X [ Links ]

Homan, Joshua (En prensa) “Quechua del Pastaza sureño”. En Las lenguas del Perú: Hacia un estado del arte. Eds., Pilar Valenzuela, Jaime Peña y Roberto Zariquiey. [ Links ]

Itier, César (2016) “La formación del quechua ayacuchano, un proceso inca y colonial”. Bulletin de l’Institut français d’études andines. 45, 2, 307-326. https://doi.org/10.4000/bifea.8003 [ Links ]

Jensen, John B. (1989) “On the Mutual Intelligibility of Spanish and Portuguese”. Hispania. 72, 4, 848-852. https://doi.org/10.2307/343562 [ Links ]

Julca Guerrero, Félix (2009ª) Lengua y sociedad andina. Carhuaz-Lima: Uprichallay y Líder Ediciones. [ Links ]

Julca Guerrero, Félix (2009b) Quechua ancashino, una mirada actual. Lima: Fondo editorial del Pedagógico San Marcos. [ Links ]

Julca Guerrero, Félix (2010) “Variación dialectal del quechua en el Callejón de Huaylas desde las perspectivas de la lingüística y de los hablantes”. Tesis doctoral. Universidad de Texas, Austin. <https://repositories.lib.utexas.edu/handle/2152/ETD-UT-2010-05-1020>. Consultado: 28 de octubre de 2023. [ Links ]

Julca Guerrero, Félix (en prensa) “Quechua de Áncash”. En Enciclopedia de las lenguas indígenas u originarias del Perú en el Bicentenario. Tomo I. Eds., Pilar Valenzuela, Roberto Zariquiey y Jaime Peña. Lima: Ministerio de Cultura y Pontificia Universidad Católica del Perú. [ Links ]

Laime Ajacopa, Teófilo; Layme Pairumani, Félix; Plaza, Pedro; y Cazazola, Efraín (1997) Diccionario bilingüe quechua-castellano, castellano-quechua. La Paz: Centro Cultural Jayma. [ Links ]

Landerman, Peter (1973) Vocabulario quechua del Pastaza. Vol. 8. Serie Lingüística Peruana. Yarinacocha: Instituto Lingüístico de Verano. <http://www.sil.org/americas/peru/html/pubs/show_work.asp?id=2291>. Consultado: 15 de septiembre de 2022. [ Links ]

Landerman, Peter (1991) “Quechua Dialects and Their Classification”. Tesis doctoral. Universidad de California, Los Ángeles. [ Links ]

Levinsohn, Stephen H. (1976) The Inga Language. The Hague: Mouton. [ Links ]

Luykx, Aurolyn; García Rivera, Fernando; y Julca Guerrero, Félix (2016) “Communicative Strategies across Quechua Languages”. International Journal of the Sociology of Language. 240, 159-191. https://doi.org/10.1515/ijsl-2016-0018 [ Links ]

Molina-Vital, Carlos (2024) “A sketch grammar of Huaylas Quechua”. En The Oxford Guide to the languages of the Central Andes. Ed., Matthias Urban. Oxford: Oxford University Press [ Links ]

Muysken, Pieter (2019) El Kichwa ecuatoriano: orígenes, riqueza, contactos. Quito: Abya-Yala. [ Links ]

Nardi, Ricardo L. J. (1962) “El quichua de Catamarca y La Rioja”. Cuadernos del Instituto Nacional de Antropología y Pensamiento Latinoamericano. 3, 189-285. <https://revistas.inapl.gob.ar/index.php/cuadernos/article/view/303>. Consultado: 2 de octubre de 2022. [ Links ]

Niño-Murcia, Mercedes (1997) “Linguistic Purism in Cuzco, Peru: A Historical Perspective”. Language Problems and Language Planning. 21, 2, 134-161. https://doi.org/10.1075/lplp.21.2.03nin [ Links ]

Nuckolls, Janis B. (1996) Sounds Like Life: Sound-Symbolic Grammar, Performance, and Cognition in Pastaza Quechua. Nueva York: Oxford University Press. [ Links ]

Oktavia, Diana (2019) “Understanding New Language: Mutual Intelligibility in Romance Language Pair”. Journal Of Language Education and Development (JLed). 2, 1, 180-187. https://doi.org/10.52060/jled.v2i1.203 [ Links ]

Orr, Carolyn; y Wrisley, Betsy (1965) Vocabulario quichua del oriente del Ecuador. Quito: Instituto Lingüístico de Verano, en cooperación con el Ministerio de Educación Pública. [ Links ]

Parker, Gary (1976) Gramática quechua Ancash-Huailas. Lima: Ministerio de Educación del Perú e Instituto de Estudios Peruanos. [ Links ]

Parker, Steve; y Weber, David (1996) “Glottalized and Aspirated Stops in Cuzco Quechua”. International Journal of American Linguistics. 62, 1, 70-85. https://doi.org/10.1086/466276 [ Links ]

Parks, Roger (1990) “The Historical-Comparative Classification of Colombian Inga (Quechua)”. Working Papers. 15, 2, 73-99. https://doi.org/10.17161/KWPL.1808.439 [ Links ]

Pierrard, Alexis (2019) Sociolinguistique historique et moderne du Quechua sud-bolivien. Paris: Éditions L’Harmattan. [ Links ]

Plaza Martinez, Pedro (1995) Qhichwata Qillqanapaq. La Paz: Ministerio de Desarrollo Humano. Secretaría Nacional de Educación. [ Links ]

Plaza Martinez, Pedro (2009) “Quechua”. En Lenguas de Bolivia. Tomo I. Ámbito Andino. Eds., Mily Crevels y Pieter Muysken. La Paz: Plural editors, 215-284. [ Links ]

Quesada Castillo, Félix (1976ª) Gramática quechua, Cajamarca-Cañaris. Lima: Ministerio de Educación . [ Links ]

Quesada Castillo, Félix (1976b) Diccionario Quechua, Cajamarca-Cañaris. Lima: Ministerio de Educación . [ Links ]

Quesada Castillo, Félix (2006) Quechua de Cajamarca: fonología, morfología, sintaxis. Lima: Editorial Mantaro. [ Links ]

Rowe, John Howland (1950) “Sound Patterns in Three Inca Dialects”. International Journal of American Linguistics. 16, 3, 137-148. https://doi.org/10.1086/464079 [ Links ]

Shimelman, Aviva (2016) A Grammar of Yauyos Quechua. Berlín: Language Science Press . https://doi.org/10.5281/zenodo.376355 [ Links ]

Solís Fonseca, Gustavo (2002) “Zonas Dialectales del Quechua en el Sur de Ancash”. Arqueología y Sociedad. 14, 151-164. https://doi.org/10.15381/arqueolsoc.2002n14.e12727 [ Links ]

Soto-Ruiz, Clodoaldo (1976) Diccionario Quechua: Ayacucho-Chanca. Lima: Ministerio de Educación . [ Links ]

Stark, Louisa R. (1985) “Ecuadorian Highland Quechua: History and Current Status”. En South American Indian Languages: Retrospect and Prospect. Eds., Harriet E. Manelis Klein y Louisa R. Stark. Austin: Texas University Press , 443-480. [ Links ]

Stark, Louisa R.; y Muysken, Pieter C. (1977) Diccionario quichua-español y español-quichua. Quito: Banco Central del Ecuador. [ Links ]

Sullón Acosta, Karina; Huamancayo Curi, Edinson; Mori Clement, Mabel; y Carbajal Solis, Vidal (2013) Documento Nacional de Lenguas Originarias del Perú. Lima: Ministerio de Educación . [ Links ]

Taylor, Gerald (1979) Diccionario normalizado y comparativo quechua: Chachapoyas-Lamas. París: L’Harmattan. [ Links ]

Taylor, Gerald (1984) “Yauyos: un microcosmo dialectal quechua”. Revista Andina. 3, 121-146. <http://revista.cbc.org.pe/index.php/revista-andina/article/view/43>. Consultado: 2 de noviembre de 2023. [ Links ]

Taylor, Gerald (1990) “Le dialecte quechua de Laraos, Yauyos. Étude morphologique”. Bulletin de l’Institut Français d’Etudes Andines. 19, 2, 293-325. [ Links ]

Torero, Alfredo (1964) “Los Dialectos Quechuas”. Anales científicos de la Universidad Agraria. 2, 446-478. [ Links ]

Torero, Alfredo (1968) “Procedencia geogŕáfica de los dialectos quechuas de Ferreñafe y Cajamarca”. Anales científicos de la Universidad Agraria. 7, 3-4, 291-316. [ Links ]

Torero, Alfredo (1974) El quechua y la historia social andina. Lima: Universidad Ricardo Palma, Dirección Universitaria de Investigación. [ Links ]

Torero, Alfredo (2004) Idiomas de los Andes. Lingüística e historia. 2da edición. Lima: Editorial Horizonte. [ Links ]

Torres Menchola, Denis Joel (2017) “Los problemas de la clasificación del quechua de Ferreñafe”. Tesis de licenciatura. Pontificia Universidad Católica del Perú. <https://tesis.pucp.edu.pe/repositorio/handle/20.500.12404/8473>. Consultado: 28 de octubre de 2023. [ Links ]

Valenzuela, Pilar; y Jara, Margarita (2020) “El español peruano amazónico: Aportes al conocimiento de su perfil lingüístico”. En Los castellanos del Perú. Eds., Luis Andrade Ciudad y Sandro Sessarego. Oxford: Routledge, 26-70. https://doi.org/10.4324/9781003083412 [ Links ]

Vallejos, Rosa (2014) “Peruvian Amazonian Spanish: Uncovering Variation and Deconstructing Stereotypes”. Spanish in Context. 11, 3, 425-453. https://doi.org/10.1075/sic.11.3.06val [ Links ]

Valqui, Jairo; Escobar, Emérita; Chalco, Walter; Flores, Rosario; Ramírez, Cristhyna; y Córdova, Gavina (2019) “Documentación lingüística del quechua de Chachapoyas: registro acústico de la monoptongación”. LIAMES. Línguas Indígenas Americanas. 19, 1-19. https://doi.org/10.20396/liames.v19i1.8655086 [ Links ]

Vega Vargas, Ramiro (2023) “Formas imperativas en la variante bilingüe quechua-aymara hablada en Huaylloma, Provincia Charcas, Norte de Potosí, Bolivia”. Tesis de licenciatura. Universidad Mayor de San Simón. [ Links ]

Waters, William (1996) “Una breve comparación entre los rasgos gramaticales del quichua ecuatoriano de Napo y el quechua peruano del Pastaza”. En Estudios Etno-Lingüísticos III. Ed., Stephen Parker. Pucallpa: Instituto Lingüístico de Verano, 166-172. <https://www.sil.org/resources/archives/30347>. Consultado: 28 de octubre de 2023. [ Links ]

Weber, David (1996) Una gramática del quechua del Huallaga (Huánuco). Vol. 40. Serie Lingüística Peruana. Lima: Ministerio de Educación e Instituto Lingüístico de Verano. [ Links ]

Zariquiey, Roberto (2014) “Fonología del quichua del Napo: una aproximación a su sincronía y a su historia”. Boletín Instituto Riva-Agüero. 31, 291-320. <https://repositorio.pucp.edu.pe/index/handle/123456789/114304>. Consultado: 25 de octubre de 2023. [ Links ]

Zariquiey, Roberto; y Córdova, Gavina (2008) Qayna, kunan, paqarin: una introducción práctica al quechua chanca. Lima: Estudios Generales Letras, Pontificia Universidad Católica del Perú. [ Links ]

1“Quechua is the most spoken Indigenous language of the Americas, with 7-8 million speakers mostly in Peru, Bolivia, and Ecuador, and also some areas of Colombia, Argentina and Chile”. Ver en <http://web.sas.upenn.edu/quechua/study-quechua/>. Consultado: octubre de 2023.

2“The question remains: how many Quechuan languages are there?” (2004: 168).

3Yauyos fue contado como sureño para la comparabilidad entre propuestas.

Received: September 28, 2022; Accepted: November 07, 2023

Creative Commons License Este es un artículo publicado en acceso abierto bajo una licencia Creative Commons