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Revista de Psicología (PUCP)
versión On-line ISSN 0254-9247
Revista de Psicología v.29 n.2 Lima 2011
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In memoriam: Cecilia Thorne
Es para mí un honor intentar trazar la imagen de una figura tan importante de la psicología como la Dra. Cecilia Thorne León. Su notable carrera la convirtió en una de las figuras más representativas del Perú y de Ibero América, tanto en evaluación como en psicología educacional, su especialidad.
Cecilia nació en Lima de una familia muy numerosa. Ella era la menor de 16 hermanos y desde muy pequeña aprendió a integrarse y a conciliar, destacando a lo largo de su carrera universitaria.
Sus estudios superiores los inició en la PUCP, creando así un vínculo desde la adolescencia que se mantuvo como un hilo conductor a través de las distintas etapas de su vida. Al casarse viajó a Francia, continuando sus estudios en La Sorbona de París, donde obtuvo con honores su título profesional. Siguió estudios de maestría con resultados muy satisfactorios y finalmente llevó a cabo su doctorado en la Universidad Católica de Nimega, Holanda.
Tomando en consideración que las experiencias moldean la personalidad, es probable que del contacto y de la elaboración de tan diversos sistemas de pensamiento, costumbres y valores, se desprenda la amplitud de su enfoque y la universalidad de su conocimiento.
La otra experiencia que quiero reseñar y que impactó significativamente su vida, fue su terrible accidente automovilístico de 1986 y el pronóstico médico según el cual nunca volvería a caminar. Era entonces el juicio de un profesional que desconocía los recursos de Cecilia para vencer situaciones extremas. El coraje, la motivación de logro, la persistencia, la inteligencia y la creatividad de Cecilia se impusieron y logró superar el dolor, la inseguridad y la incertidumbre del futuro. La psicología se constituyó en una herramienta práctica muy importante: empleó técnicas cognitivas en los diarios y tediosos ejercicios de rehabilitación para controlar el dolor. También usó técnicas dinámicas para modular y expresar la variedad de sentimientos que afloraban, manteniendo así la coherencia de una personalidad flexible y capaz de utilizar armoniosamente sus recursos y sus conocimientos.
Hemos visto estas cualidades exacerbadas en su lucha contra la agresiva enfermedad que soportó por más de seis años. Se adaptó a las limitaciones físicas, era una experta en el uso del bastón, y enfrentó el dolor y los padecimientos con coraje y optimismo. En esa difícil época continuó produciendo, escribiendo y llevando a cabo una variedad de investigaciones. Hace solo unos meses, la vimos segura, espontánea y brillante, presentando un libro sobre violencia que ella editó en colaboración con la Universidad de Lovaina, haciendo despliegue de la habilidad y motivación que solo ella tenía.
Dentro de los múltiples logros profesionales y académicos alcanzados, señalaré únicamente algunos. Luchadora incansable, dirigió a un destacado grupo de profesionales para impulsar la creación del Colegio de Psicólogos del Perú, teniendo ella el carnet con el número uno.
Destacan los éxitos para establecer relaciones a nivel internacional con diferentes países e instituciones, en su afán de que el Departamento de Psicología se abra a la experiencia de colaboración y aprendizaje con otros medios científicos. Este proceso se inició con el acuerdo logrado entre la PUCP y la Universidad Católica de Nimega, iniciando así un programa de cooperación con fructíferos resultados a través del programa de Doctorado y Maestría para los miembros de la comunidad universitaria.
Su persistencia, rigurosidad científica y empuje se plasmaron en su excelente trabajo de investigación, para obtener su doctorado, que sorprendió incluso en un medio tan exigente como el de Holanda. Su estudio junto a los trabajos pioneros de María Raguz y Roberto Lerner abrieron el camino para que la Universidad Católica de Nimega otorgara directamente los grados académicos. Convaleciente del accidente viajó a Amsterdam y continuó con su investigación sin amilanarse por sus limitaciones físicas ni por las dificultades propias de un proyecto que se iniciaba. Más bien, aprovechó su capacidad de liderazgo creativamente, coordinando de manera sistemática el programa y logrando que se delineara el proyecto de forma más ordenada y precisa.
A su regreso al Perú se reintegró a la PUCP y participó activamente en la docencia y en la investigación, iniciando líneas de estudios en Evaluación y en Psicología Educacional. Su calidad científica y profesional, así como su elevado entusiasmo se plasmaron en los excelentes trabajos de investigación y en su actividad docente. Los temas elegidos para su tesis doctoral, la lectura y la escritura, revelan su preocupación por el Perú, así como su compromiso para con los más pobres. Deseosa de luchar contra las inequidades educativas, inició una línea de investigación sobre el aprendizaje de la lectura y sobre el sistema educativo peruano, que continuó a lo largo de su vida.
Se convirtió en una de las personas más preparadas en esta área a nivel nacional, y fue consultora internacional del Banco Mundial en el campo de la educación para países como Venezuela y Haití. Sus estudios científicos abrieron un camino para superar las diferencias y para rescatar las capacidades de los menos favorecidos. Ella enfatizó siempre la necesidad de actualizar la calidad potencial de los niños, señalando esta necesidad como eje de todo proceso de evaluación.
Es digno resaltar su esfuerzo para establecer programas de colaboración con las Universidades de Lovaina en Bélgica, Nimega y Utrech en Holanda, Complutense en España, Universidad de Buenos Aires en Argentina, y la Universidad de Harvard en EEUU, entre otras. Su habilidad para los idiomas, así como su simpatía, habilidad social y don de gentes, la presentaron siempre como una muy exitosa representante de la psicología peruana, que llevó siempre alto el nombre de la PUCP a la comunidad científica nacional e internacional.
Asimismo, consiguió que muy distinguidos profesionales extranjeros participen como profesores visitantes, enriqueciendo los programas de estudios, gracias a la influencia de estos distintos sistemas de pensamiento, ampliando el campo del quehacer profesional. Es de desatacar el elevado número de alumnos graduados con tesis de calidad, que continúan con sus aportes inéditos sobre nuestra realidad. Cecilia impulsó y supervisó personalmente, con minuciosidad y alta exigencia, numerosas tesis de investigación en el pregrado y posgrado de Psicología, recibiendo siempre el agradecimiento y reconocimiento de sus estudiantes.
Un punto significativo a resaltar en su vida académica fue su motivación y perseverancia para publicar de manera ininterrumpida la Revista de Psicología a lo largo de 25 años, logrando superar la indiferencia inicial. Ella consideraba que a través de la investigación y de la publicación de los estudios realizados se lograría consolidar la Psicología científica en nuestro país. Bajo su dirección, la Revista de Psicología alcanzó un lugar de prestigio dentro de las revistas científicas, a nivel nacional y panamericano.
Su participación en diferentes congresos internacionales constituye un motivo de orgullo particular, debido no solo a la calidad y rigurosidad de sus presentaciones, sino también al despliegue de su carisma y habilidades sociales, que marcaron su presencia.
Su lucha para que Psicología ocupe el lugar que le corresponde como profesión dentro de la universidad la llevó a cabo favoreciendo nuestra participación en proyectos y discusiones multidisciplinarias, el método más adecuado para integrarnos manteniendo nuestra individualidad. Gracias a su notable capacidad de organización, convocatoria y liderazgo, se logró la creación del Departamento de Psicología en la PUCP. Más aún, logró convocar un equipo docente de calidad que recientemente logró la acreditación internacional de la carrera.
Quiero señalar que los cambios significativos en los objetivos de la PUCP, que la mantienen como la universidad sobresaliente que es hoy en día, los inició Cecilia, como Directora de la Dirección Académica de Planeamiento y de Análisis Estratégico. Su capacidad de anticipación, su habilidad para llevar a cabo proyectos y su liderazgo, se plasmaron en el nuevo modelo que incluye ideas y procedimientos creativos y exitosos.
El impulso y la creatividad de Cecilia no se circunscribieron al Perú. Colaboró con la Sociedad Interamericana de Psicología, siendo la Presidenta del Congreso Interamericano de Psicología realizado en Lima el año 2003. Gracias a su labor fue un evento muy exitoso, con numerosa asistencia, diversidad de temas y elevada calidad de expositores y participantes. También participó en todos los procesos de creación de la Sociedad Iberoamericana de Evaluación Psicológica, habiéndose constituido como una de las más motivadas colaboradoras. Participó activamente en una variedad de eventos de la Universidad de Buenos Aires, en investigaciones y dirigiendo tesis doctorales. Allí tomó contacto con ADEIP, institución centrada en el estudio y profundización de los distintos procesos de la evaluación, uno de sus temas centrales de estudio.
Recibió numerosos premios como reconocimiento a su contribución profesional, destacando el Premio Nacional de Psicología, Premio Nacional de Investigación y la medalla Dintilhac.
Adicionalmente, fue sumamente generosa en el apoyo al desarrollo profesional de sus colegas, facilitando cartas de recomendación en la postulación a estudios de posgrado y becas, a nivel nacional e internacional. Actuó siempre con objetividad, sin tomar en cuenta la especialidad u orientación teórica, facilitando el desarrollo profesional de cada uno.
En los últimos años inició la creación de los Cuadernos de Psicología para poner al alcance de la colectividad temas básicos de nuestra especialidad en lenguaje sencillo y claro. Fomentó la proyección de la psicología académica hacia la comunidad. Logró ver finalizado el primero de los cuadernos: Los desórdenes de la conducta alimentaria. Anorexia y Bulimia que ella editó y supervisó. La mayoría de estudios están ya encaminados siguiendo su orientación.
El otro gran amor de su vida fue su familia. Quiero solo subrayar el profundo afecto por sus hijas, por su esposo Lucho, sus hermanos, sus sobrinos, sus sobrinos nietos, la familia total y la ilusión por el nietecito en camino.
No existe despedida a las personas sobresalientes. Queremos sus colegas y amigos dejar constancia del agradecimiento y el orgullo de haber compartido experiencias con una persona tan valiosa por su inteligencia, sensibilidad, consistencia y generosidad. El recuerdo de sueños y proyectos compartidos bajo su liderazgo corresponden a los vínculos imperecederos de la amistad con una persona leal, directa, valiente y desinteresada. Su alegría, su reconocida energía y su capacidad de compromiso y de entrega en lo que se proponía, fueron características de su personalidad que todos extrañaremos. Cecilia estará siempre con nosotros a través de las distintas generaciones, identificadas con los valores de la verdad y el conocimiento, luchando por el avance y el prestigio de la psicología. Sabemos que las experiencias introyectadas y expresadas a través del recuerdo mantienen vivas a las personas queridas y Cecilia vivirá siempre dentro de Psicología.
Matilde Ráez