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Areté

versión impresa ISSN 1016-913X

arete vol.28 no.1 Lima  2016

 

ARTÍCULOS

 

La doctrina de la inconmensurabilidad en Paul Feyerabend: una objeción contra una particular concepción de racionalidad científica

The Doctrine of Incommensurability in Paul Feyerabend. An Objection Against a Particular Conception of Scientific Rationality

 

Teresa Gargiulo

Universidad Nacional de Cuyo, Argentina/ CONICET

 


Resumen

La inconmensurabilidad ha ocasionado innumerables controversias y debates. En estos parece ser unánime la interpretación de tal doctrina como una objeción contra la objetividad, el realismo y el progreso científico. Ahora bien, este marco hermenéutico es estrecho para poder comprender la intención de Paul Feyerabend al formular su doctrina de la inconmensurabilidad. Pues este no pretendió cuestionar nunca dichas nociones en cuanto tales sino únicamente mostrar cuán vano resulta ser el intento del neo-positivismo y del racionalismo popperiano por definirlas. En un sentido positivo sostenemos que la inconmensurabilidad en Paul Feyerabend impide o evita retomar, a la hora de definir aquellas nociones, las dialécticas propias del positivismo lógico o del racionalismo crítico. Nuestra intención en este trabajo es exponer su tesis de la inconmensurabilidad como un cuestionamiento a un modo particular de concebir la racionalidad científica y sus consecuentes nociones de objetividad, progreso y realismo científico.

Palabras clave: Feyerabend; inconmensurabilidad; criterio de demarcación; relación ciencia-metafísica; Kuhn.

 


Abstract

The doctrine of incommensurability has been the cause of many controversies and debates. In these discussions, the interpretation of this doctrine as an objection to objectivity, realism and scientific progress seems to be unanimous. However, this hermeneutical framework is too narrow to adequately understand Paul Feyerabend’s in formulating his doctrine of incommensurability. For he never intended to challenge these notions themselves, but only aimed at showing that the Neo-Positivist and Popperian Rationalist attempts to define them are futile. In addition, we argue that, in defining these notions, Paul Feyerabend’s conception of incommensurability avoids the apparatus developed by the Logical Positivists and Critical Rationalists. The goal of this article is to present his thesis of incommensurability as a challenge to a particular way of conceiving scientific rationality and its consequent notions of objectivity, progress and scientific realism.

Key words: Feyerabend; incommensurability; demarcation criterion; metaphysicsscience relationship; Kuhn.

 


Introducción

En el año 1962, con la aparición de La estructura de las revoluciones científicas (1970) de Thomas Kuhn y el artículo Explicación, reducción y empirismo (1962/1989) de Paul Karl Feyerabend1, irrumpe en el campo de la filosofía de la ciencia una de las tesis más controversiales de la segunda mitad del siglo XX, a saber, la tesis de la inconmensurabilidad.

Las diversas comprensiones que dichos autores tienen acerca de esta tesis, así como la falta de un uso consistente y claro de ella en la abundante literatura, ha exigido una ardua tarea analítica que ha permitido distinguir las distintas versiones y sentidos que puede adoptar esta doctrina. En esta tarea se destaca el trabajo de Sankey y Hoyningen-Huene (2001), quienes clasifican las distintas acepciones que adquiere la doctrina de la inconmensurabilidad tanto en Kuhn como en Feyerabend. Por su parte, Hoyningen-Huene ha profundizado particularmente el desarrollo y la evolución de esta tesis en la obra de Kuhn. En línea con este trabajo de esclarecimiento, Oberheim ha explicado las diferencias que existen entre la tesis popperiana de la inconsistencia lógica y la doctrina de la inconmensurabilidad de Feyerabend2. Finalmente, cabe destacar el trabajo de Perovich3, quien tiene el mérito de haber subrayado el signo distintivo de la doctrina de la inconmensurabilidad de Feyerabend, a saber, la relación de inconsistencia ontológica entre teorías sucesivas.

No obstante, y a pesar de esta y otra abundante literatura especializada, parece quedar una parcela inédita de estudio en torno a la doctrina de la inconmensurabilidad de Paul Feyerabend, pues en ella no se atiende a lo que consideramos un aspecto esencial de su doctrina, a saber, al carácter de objeción que ella guarda respecto a un modo particular de concebir la racionalidad científica y a sus consecuentes nociones de objetividad, progreso y realismo científico. Feyerabend, con su doctrina de la inconmensurabilidad, da cuenta de la impotencia de las dialécticas con las que el positivismo lógico y el racionalismo crítico pretenden fundamentar o definir aquellas nociones. Ahora bien, si no se destaca este cuestionamiento radical que implica su doctrina de la inconmensurabilidad, existe el riego de acceder a una comprensión fragmentaria e incompleta de esta tesis.

En continuidad con estas líneas de investigación, procuraremos analizar esta particular dimensión de la doctrina de la inconmensurabilidad. Desde este nuevo horizonte o perspectiva explicaremos cómo su tesis de la inconmensurabilidad ontológica –tal cual ha sido ya definida por Perovich4– se ordena, en definitiva, a mostrar la impotencia del positivismo y del racionalismo para definir la ciencia y sus consecuentes nociones de progreso y realismo científico. En este sentido, creemos que el valor del presente estudio no radica en la originalidad o la novedad de su tesis, sino, más bien, en la precisión con la que se expresa la intencionalidad o el fin último que Feyerabend persigue con su crítica.

Para dar cuenta de ello, en primer lugar, presentaremos la tesis de la inconmensurabilidad ontológica como la causa y explicación de sus demás versiones de inconmensurabilidad (1). Una vez comprendida la naturaleza ontológica de esta tesis, analizaremos sus consecuencias (2). Primero, explicaremos cómo ella supone un cuestionamiento a los distintos intentos del positivismo y del racionalismo por explicar el progreso científico (2.1) y, asimismo, a los mismos esfuerzos por definir el realismo científico (2.2).

La inconmensurabilidad ontológica

John Preston asegura que el primer artículo donde Feyerabend expone el problema de la inconmensurabilidad –aunque sin hacer uso del término mismo– es en Complementarity (1958)5. Eric Oberheim, quien ha hecho un estudio a partir de bibliografía exhaustiva y desde los mismos originales del epistemólogo, lo corrige y sostiene que ya en 1951, en la disertación de su tesis doctoral6, Feyerabend usa la noción de inconmensurabilidad para rechazar el rol que el empirismo lógico concede a las oraciones observacionales en la comprobación de las teorías7. Sin embargo, indudablemente –y tal como señala Hoyningen-Huene– donde Feyerabend hace una exposición sistemática de su doctrina de la inconmensurabilidad es en Explicación, reducción y empirismo (1962)8.

La crítica que Feyerabend dirige contra el positivismo lógico, particularmente contra la teoría de la reducción de Nagel y la teoría de la explicación de Hempel y Oppenheim –con sus respectivos principios de deducibilidad9 y de estabilidad del significado10– lo conduce a dar razón de la inconmensurabilidad existente entre teorías comprehensivas. Toda teoría –explica Feyerabend–, en virtud de su ontología, no solo define un modo particular de ver la realidad, sino que estable una manera de seleccionar11, disponer y explicar12; la evidencia o hechos observacionales13, fija la significación que adquieren los términos teóricos y observacionales14, crea los instrumentos de observación y medición, y codifica los modos en que los resultados deben interpretarse15. De aquí que, en la medida en que las teorías estén informadas por una ontología distinta, el conjunto de datos observacionales, términos, leyes o principios de una teoría resulten incompatibles o, más propiamente, inconmensurables con los de otra. Para Feyerabend la inconmensurabilidad revela la relación de inconsistencia que existe entre dos o más teorías sucesivas. "[U]na teoría es incompatible con otra si sus consecuencias ontológicas son incompatibles con las consecuencias ontológicas de la última"16. La causa última de la inconmensurabilidad es la ontología que atraviesa el contexto teórico como un todo.

Esta relación de inconmensurabilidad es lo que justamente impide para Feyerabend que una teoría sea reducida o explicada en los términos de sus sucesoras y que el significado de sus términos permanezca invariable, pues la transición de una teoría A a una teoría B implica un cambio más radical que la incorporación de A, sin modificación alguna, al contexto de B. Más bien, lo que tiene lugar es una sustitución de la ontología de A por la ontología de B17.

En La ciencia en una sociedad libre (1978), Feyerabend define la inconmensurabilidad en Kuhn como una relación multidimensional, mientras que destaca que inicialmente con su doctrina de la inconmensurabilidad se refiere de modo exclusivo a la imposibilidad de establecer relaciones lógicas de inclusión o reducción entre los conceptos y enunciados observacionales pertenecientes a distintas teorías18.

Inicialmente Feyerabend aplica su noción de inconmensurabilidad para referirse a la incompatibilidad conceptual que existe entre enunciados o teorías científicas sucesivas19. Esto ha dado lugar a que su doctrina de la inconmensurabilidad sea reducida a una inconsistencia semántica entre teorías rivales.

Ejemplo de ello son los estudios que ofrecen sobre esta cuestión Sankey y Hoyningen-Huene, Devitt, Shapere y Preston20.

En estos estudios se obvia que Feyerabend no se limita a aplicar su noción de inconmensurabilidad a los conceptos y a las teorías, sino que –tal como muestra Oberheim– la extiende también a la relación que puede existir entre cosmovisiones, tradiciones, culturas, comunidades, paradigmas, valores, prácticas, acciones, percepciones, cuestiones, problemas, etcétera21. No obstante, fundamentalmente estos críticos ignoran que el mismo Feyerabend niega explícitamente que su doctrina de la inconmensurabilidad sea de naturaleza lingüística. En la introducción que precede a los volúmenes I y II de los Philosophical Papers, afirma que su tesis de la inconmensurabilidad no constituye ningún intento de esbozar las consecuencias de una teoría contextual del significado. Aun más, subraya que las teorías del significado no juegan ningún rol en esta discusión22. En Explanation, Reduction and Empiricism (1962), lejos de reducir la inconmensurabilidad a una inconsistencia semántica, postula que esta última no es más que uno de los resultados o efectos de la inconmensurabilidad ontológica entre teorías: "…lo que ocurre cuando se da el paso de una teoría T´ restringida a una teoría T más amplia (capaz de abarcar todos los fenómenos abarcados por T´) es algo mucho más radical que la incorporación de la teoría T´ inalterada al contexto de T, que es más amplio. Es, más bien, una sustitución de la ontología de T´ por la ontología de T, y el correspondiente cambio en el significado de todos los términos descriptivos de T´ (suponiendo que esos términos se sigan empleando)"23.

La sustitución de ontología es propiamente la causa del consiguiente cambio del significado de los términos teóricos y observacionales. La existencia de una inconsistencia semántica depende en definitiva de un cambio en la manera de entender y explicar el mundo. Este giro en su modo de comprender la naturaleza y causa de la relación de inconmensurabilidad entre teorías no instánciales es explicado por Feyerabend: "Yo creía desde hace algún tiempo que las diferencias conceptuales siempre serían acompañadas por diferencias perceptuales, pero abandoné esta idea en mi [1965a]24, el texto en las notas a pie de página 50ss. (la razón: la idea no está de acuerdo con los resultados de la investigación psicológica). En Contra Método25, pp. 238ss. advertí contra ‘una inferencia del estilo (o la lengua) a la cosmología y al modo de percepción’ y especifiqué condiciones en las cuales tal inferencia puede ser hecha"26.

En Adiós a la razón (1987), Feyerabend explica que fue formulando su versión ontológica de la inconmensurabilidad en la medida que fue descubriendo la dependencia de los elementos metodológicos y semánticos con respecto a la ontología de la teoría: "Anthony Perovich (AP) muestra que, al discutir la inconmensurabilidad, yo he pasado de una versión semántica a una versión ontológica, y que ocasionalmente he confundido ambas cosas. El cambio se explica (post hoc, ¡desde luego!) por mi creciente convicción de que la metodología es algo parasitario en la ontología y no al revés… Yo añadiría que los ‘principios universales’ no deben interpretarse de una forma demasiado intelectualista27.

Por ejemplo no deben interpretarse como principios de uso lingüístico que pueden separarse de su empleo y discutirse aisladamente"28.

Anthony Perovich es quien tiene el mérito de haber expuesto, en su artículo "Incommensurability, its Varieties and its Ontological Consequences" (1991), la naturaleza ontológica de la doctrina de la inconmensurabilidad de Feyerabend. Allí demuestra que su formulación más madura de tal doctrina sitúa a la sustitución de la ontología como la explicación última del cambio o variación del significado29.

Por su parte, Gonzalo Munévar30 prueba que el problema de la inconmensurabilidad en la obra del vienés es independiente de una teoría lingüística. Explica que, ya sea que uno sostenga el operacionismo de Bridgman, según el cual el significado de los términos científicos debe ser determinado por operaciones, o que nos inclinemos por la teoría de Hempel, según la cual el significado de un término depende en parte del rol que este juega dentro del marco de una teoría, el problema de la inconmensurabilidad permanece. Cuando cambiamos de una teoría a otra, también cambian, evidentemente, las "operaciones" o instrumentos experimentales a través de las cuales definimos los términos; o, en el caso de que optemos por la teoría de Hempel, advertimos que todo cambio de teoría nos conduce a un cambio de significado de sus términos. Los términos científicos no son convertibles de una teoría a otra: son inconmensurables. La intención de Feyerabend no es tomar postura por una teoría particular sobre el lenguaje, sino mostrar cómo la visión del mundo y de la realidad en la que se inscribe una teoría científica afecta el uso y significado de sus términos.

La tesis que condujo a Feyerabend al problema de la inconmensurabilidad no fue una teoría lingüística, sino el descubrimiento de la incidencia que tienen los elementos ontológicos o una tradición metafísica en el quehacer científico. En La ciencia en una sociedad libre (1978) él mismo presenta "la noción de inconmensurabilidad, [como una] consecuencia natural de la identificación de las teorías con las tradiciones"31. Esta es la causa y raíz de la inconmensurabilidad. Y justamente aquí es donde el segundo Wittgenstein parece haberle ofrecido un significativo aporte32.

La tesis de la inconmensurabilidad ontológica es aquella que revela la relación de inconsistencia entre teorías comprensivas en cuanto que estas están informadas por ontologías mutuamente excluyentes.

Feyerabend asegura que "una teoría es incompatible con otra si sus consecuencias ontológicas son incompatibles con las consecuencias ontológicas de la última"33. Lo que ocurre cuando se pasa de una teoría A a una teoría B, explica Feyerabend,"es una sustitución de la ontología"34 y un correspondiente cambio en el significados de los términos teóricos y observacionales35. Con ello, quiere decir que la inconmensurabilidad ontológica es en definitiva la causa y explicación última de la inconsistencia semántica y metodológica entre teorías. En La ciencia en una sociedad libre (1978) escribe: "Pero lo que yo digo no es que las pinturas sean inconmensurables entre sí, sino que las cosmologías que de ellas (y de la literatura, la filosofía, la teología e incluso la geografía de la época) se infieren son inconmensurables"36.

Dicho de otro modo, para Feyerabend la inconmensurabilidad aspectual o lingüística no son más que aspectos o partes constitutivas de la verdadera causa de la inconmensurabilidad. Para el vienés, la irreductibilidad del contenido, la variación en el significado de los términos, las dificultades de traducción recíproca de sus términos, la incapacidad de determinar un referente común, la ausencia de una mutua inteligibilidad y de estándares comunes para evaluar distintas teorías comprensivas, etcétera, no son más que el resultado de la inconsistencia ontológica entre teorías no instánciales o comprehensivas. En este sentido, la explicación que ofrece Feyerabend de la tesis de la inconmensurabilidad parece ser más radical y abarcativa que la de Kuhn37.

La inconmensurabilidad, según el vienés, describe la relación de inconsistencia entre teorías universales o comprehensivas38, es decir, entre aquellas que tienen implicancias ontológicas distintas. La inconmensurabilidad describe la relación entre aquellas teorías que son lo suficientemente ricas como para dar una explicación acerca de la naturaleza de todos los fenómenos físicos39 y que son capaces de sustituir a las demás cosmovisiones como un todo40, tales como la teoría aristotélica, la teoría newtoniana o la teoría cuántica41. En pocas palabras, fue el esclarecimiento del papel imprescindible que juega la metafísica y/u ontología en las teorías científicas no instánciales, lo que condujo a Feyerabend al problema de la inconmensurabilidad. Esta doctrina es la que permite a Feyerabend ampliar la noción de ciencia. A través de ella, como se expone en el siguiente punto, descubre que aquellos elementos que pretendían excluir tanto el positivismo lógico como el racionalismo crítico de Popper a un contexto de descubrimiento o a un ámbito pre-científico o pre-racional, constituyen el corazón de la misma ciencia.

Entre los años 1955 y 1968, Feyerabend utiliza frecuentemente la noción de "metafísica" en el sentido popperiano, es decir, para referirse a todo aquello que no puede ser objeto de falsación empírica42. En este sentido, una teoría será metafísica en la medida que no sea posible especificar un resultado experimental que pueda ponerla en peligro u obligarnos a abandonarla. Feyerabend asume esta concepción de la metafísica no como una tesis propia, sino en orden a llevar cabo una reducción al absurdo de la misma, es decir, con el fin de mostrar la contradicción intrínseca que supone.

Además de esta referencia a la concepción popperiana de metafísica, el epistemólogo con esta noción se refiere, en un marco más general, a todos aquellos elementos que no son susceptibles de comprobación empírica y en este sentido coincide con lo que el positivismo lógico en general entiende por metafísica43. La metafísica es caracterizada dialécticamente por el positivismo como lo no científico, extendiéndose así a todo juicio de valor, prejuicio o concepción ontológica, estética, moral, política o religiosa. Pues bien, cuando Feyerabend utiliza esta noción ambigua e imprecisa de metafísica le interesa demostrar la paradoja por la cual todos aquellos elementos que el positivismo lógico considera como carentes de sentido –pues no pueden ser criticados y desarrollados según sus "cánones de racionalidad"– constituyen la materia que fecunda la tarea científica.

Sin embargo, en otros pasajes Feyerabend prefiere hablar no ya de metafísica sino de ontología, para referirse a las visiones del mundo que informan la actividad científica. Reconoce como ontológico a todo sistema conceptual comprehensivo lo suficientemente rico como para esbozar una explicación de la totalidad de las apariencias físicas y, por tanto, capaz de sustituir a las demás cosmovisiones como un todo44.

Feyerabend45 asegura que entiende la ontología en el mismo sentido que Quine, es decir, como visiones contingentes o eventuales que facilitan descripciones hipotéticas acerca de la estructura y naturaleza del mundo físico. Feyerabend asume la concepción de ontología de Quine46 como aquella ciencia relativa a la elección de una eventual red lingüística dentro de la cual reificamos el material observacional, pero la asume en orden a reducir al absurdo la pretensión de que la ontología se limite a preguntarse por la existencia de entidades dentro de un discurso lingüístico. En sus numerosos artículos en torno a la mecánica cuántica, denuncia insistentemente la necesidad de que la mecánica cuántica posea una auténtica referencia ontológica y no únicamente un marco ontológico que explique el comportamiento cuántico de acuerdo a sus propios principios47.

2. Las consecuencias de la inconmensurabilidad

Entre las controversias y discusiones suscitadas en torno a la doctrina de la inconmensurabilidad no se aprecia una comprensión cabal del sentido y las implicancias que esta tiene para Feyerabend. Los críticos y especialistas en el vienés se limitan a presentar el problema de la inconmensurabilidad como si ella condujera única y necesariamente a concepciones relativistas, escépticas o instrumentalistas respecto la ciencia, sin comprender la intencionalidad última de Feyerabend. Sugieren que su doctrina de la inconmensurabilidad promueve una visión escéptica, fragmentaria, irracional y relativista respecto a la ciencia en cuanto que impide toda posibilidad de explicar el progreso, la objetividad o el realismo científico48.

Pues bien, atendiendo a los sentidos con los que Feyerabend aplica la noción de metafísica y ontología y comprendiendo la naturaleza ontológica de su doctrina de la inconmensurabilidad, podemos pasar a dilucidar la intencionalidad y el objeto de su denuncia.

La tesis de la inconmensurabilidad significó una verdadera revolución en el campo de la filosofía de la ciencia. Esta constituye para Feyerabend un cuestionamiento a un modo particular de concebir la racionalidad científica y a sus consecuentes nociones de objetividad, progreso y realismo científico. El alcance de esta tesis lo presenta explícitamente en su Tratado contra el Método (1975): "La inconmensurabilidad, que examino más adelante, está estrechamente relacionada con la cuestión de la racionalidad de la ciencia. En realidad, una de las objeciones más generales, no solo contra el uso de teorías inconmensurables sino incluso contra la idea de que existan tales teorías en la historia de la ciencia, es el miedo de que restringirían severamente la eficacia de la argumentación tradicional no dialéctica. Examinemos, pues, con un poco más de detalle los standards críticos que, según algunos, constituyen el contenido de una argumentación ‘racional’. Más en particular, examinemos los standards de la escuela popperiana cuya ratiomanía nos concierne principalmente"49.

Sin embargo, Feyerabend no pretende –tal como sugiere la literatura recién mencionada– postular positivamente el relativismo, la irracionalidad o el escepticismo respecto a la ciencia. Insiste en que no se puede hacer responsable a la doctrina de la inconmensurabilidad de estas valoraciones de la ciencia: "Bueno, [con la doctrina de la inconmensurabilidad] no me proponía realizar, desde luego, una contribución de carácter positivo. Solo quería criticar una tesis popular, pero en mi opinión, susceptible de inducir a error, sobre la explicación y la reducción. Para criticar esta tesis, he señalado una característica del cambio científico que la tesis en cuestión no podía explicar, y la he llamado ‘irreductibilidad’. Por lo que a mí respecta, la irreductibilidad no representa una dificultad para la ciencia ni, a este respecto, para nadie –solo representa una dificultad para algunas doctrinas filosóficas muy ingenuas y, como se considera que estas doctrinas son ingredientes esenciales de un cierto tipo de ‘racionalidad’, también para las concepciones de esta clase… El fenómeno que he denominado irreductibilidad solo da razón de una pequeña parte de estos equívocos, y considero no solo ingenuo, sino verdaderamente criminal, convertirlo en un gran Monstruo, responsable de todos los males de la ciencia y del mundo en general"50.

Por el contrario, lo que pretende mostrar, por reducción al absurdo, es que estas actitudes no son sino una consecuencia lógica que se sigue de los mismos supuestos del positivismo lógico y del racionalismo crítico: "(Otra conclusión es que los racionalistas no han logrado todavía derrotar el escepticismo: todos los puntos de vista son igualmente buenos o, dicho de otra forma –que no es más que su natural prolongación–, toda valoración de las teorías y formas de vida es aceptable)… A este pseudorazonamiento se le puede desenmascarar por medio del análisis académico o se le puede reducir al absurdo. Yo elegí este último camino"51 52.

La inconmensurabilidad es una reducción al absurdo de los intentos del racionalismo crítico y del positivismo lógico por definir la ciencia. Denuncia el fracaso de tales tradiciones para dar cuenta de la racionalidad científica y particularmente de nociones tales como progreso científico y objetividad científica. Pasemos a considerar, a continuación, cómo ella objeta la noción de progreso científico.

2.2. La inconmensurabilidad y el progreso científico

La inconmensurabilidad cuestiona directamente la posibilidad de hablar de progreso científico en los términos de Popper o del positivismo lógico. Estos definen el progreso de la ciencia en virtud del aumento de contenido empírico. Una teoría tiene contenido empírico solo si esta es comprobable o falseable –afirma el vienés53, tratando de abarcar con tal definición tanto la visión de Popper54 como la de Carnap55 al respecto–.

Popper distingue dos tipos de sentencias básicas lógicamente posibles: "…la clase de todas aquellas sentencias básicas con las cuales algo es inconsistente (o que estas excluyen, o prohíben): llamamos a esto la clase de falseadores potenciales de la teoría; y en segundo lugar, la clase de todas aquellas sentencias básicas con las cuales algo no se contradice (o que estas ‘permiten’")56.

Para Popper57, aquellas sentencias que establecen falseadores potenciales de una teoría constituyen su contenido empírico. Es necesario destacar que Popper no concede a las sentencias básicas un carácter fundacional o indubitable. Por el contrario, en Conjeturas y refutaciones58 sostiene que todos los términos son teóricos, aunque algunos son más teóricos que otros. Esto implica que las sentencias observacionales que componen la base empírica son teóricas, singulares, relativas a hechos observables y, por ende, objetos de falsaciones intersubjetivas59 60.

Feyerabend asume esta concepción y el principio de aumento de contenido según el cual una teoría es preferible en cuanto ofrece mayor información que las teorías precedentes; mas no lo hace en orden a defender positivamente esta concepción o principio61 o para proponer una nueva visión como sugieren Preston62, Ronald Laymon63 y Nélida Gentile64. El vienés asume el ideal del aumento de contenido empírico, pero no porque esté comprometido con él, sino en orden a llevar a cabo una crítica inmanente al positivismo y al racionalismo. Lo que pretende demostrar es la impotencia de tal definición para dar cuenta del progreso científico en la sucesión de teorías comprehensivas mutuamente inconmensurables.

La inconmensurabilidad cuestiona la capacidad del positivismo lógico y del racionalismo crítico de dar cuenta del progreso científico en un cierto tipo de transición teórica; pues mientras estos definen el progreso como el proceso en el cual las teorías existentes son mejoradas o el número de hechos conocidos es simplemente incrementado, la inconmensurabilidad prueba que los principales avances teóricos no son parte de un proceso continuo de aumento de contenido o de enriquecimiento de ideas ya establecidas, sino que obligan a una revisión del estatus ontológico de las antiguas teorías.

La inconmensurabilidad supone la existencia de un cambio conceptual radical. Según ella, los términos de una nueva teoría no se refieren a ninguna de las entidades designadas por las teorías anteriores. Esta variación o discontinuidad de referente invalida la noción de progreso, pues si las teorías no pueden ser comparadas con respecto a un contenido o referente común, entonces es imposible evaluar el progreso científico. Si no existe posibilidad ni patrón común que permite comparar una teoría con otra ¿en función de qué se puede determinar que una teoría es mejor o más verdadera que otra?

La argumentación es análoga aun cuando se expone el problema de la inconmensurabilidad bajo la forma de una intraducibilidad del lenguaje de una teoría a otra, o bajo la forma de la ininteligibilidad recíproca entre los esquemas conceptuales de dos teorías rivales65. La variación semántica de los términos impide que los contenidos de las teorías puedan ser directamente comparados y embarga la posibilidad de acceder desde uno u otro a una recíproca intelección. Cada teoría propone términos para entender la experiencia con un sentido muy distinto al de los términos propuestos por las otras teorías. Pues bien, si las teorías no tienen un vocabulario común, el contenido de tales teorías no puede ser directamente comparado, objetan los críticos66. Ahora bien, si no hay un vocabulario semánticamente neutro, agrega Achinstein, es imposible saber si lo que una teoría niega o afirma acerca del mundo contradice o no las afirmaciones hechas por otra teoría. Cada una de las teorías hablaría de sí misma, de cosas acerca de las cuales ninguna otra teoría podría decir algo en absoluto, dejando así sin validez ni sentido el mismo concepto de contradicción y progreso científicos67 68.

En general, los críticos de nuestro autor no supieron ver que la visión relativista de la ciencia que se seguía de la doctrina de la inconmensurabilidad no implica para Feyerabend el fracaso de la racionalidad científica en cuanto tal. Con ella busca cuestionar un determinado modelo de racionalidad con su consecuente noción de progreso científico. El vienés no pretende postular una concepción relativista respecto a la ciencia, sino mostrar que el modelo positivista y racionalista de racionalidad debe reconocer el relativismo como una consecuencia que se sigue de su impotencia para poder explicar el progreso científico en ciertas transiciones teóricas.

Podríamos resumir el planteo de nuestro filósofo de la ciencia del siguiente modo: la transición de dos teorías comprehensivas mutuamente inconmensurables no puede ser explicada según los cánones y principios del positivismo lógico y del racionalismo crítico. De hacerlo, se encuentran ante la siguiente disyuntiva: o deben admitir el fracaso de sus principios para dar cuenta del progreso científico o deben proclamar un relativismo. Feyerabend optó por mostrar el absurdo de estas tradiciones por este segundo camino: a saber, exponer su fracaso mostrando una concepción relativista del progreso científico cuando es analizada desde sus propios principios.

2.1. La inconmensurabilidad y el realismo científico

La inconmensurabilidad ontológica atenta directamente contra el realismo científico. El realismo concibe la sucesión de teorías como descripciones alternativas de un dominio común de entidades que existen independientemente de pensamiento humano y de las teorías científicas. Ahora bien, la inconmensurabilidad ontológica cuestiona justamente la continuidad de la referencia ontológica en las teorías científicas rivales. ¿Cuál de las teorías alternativas trata con lo real? ¿Qué conceptos de las teorías en competencia describen algo de lo real y cuáles no? ¿Las teorías ontológicamente inconmensurables hablan o no hablan acerca de lo mismo? ¿Las ontologías de las teorías científicas son vías de acceso a la realidad o simplemente ofrecen la posibilidad de construir una infinidad de mundos alternativos? ¿Qué estatuto ontológico poseen las entidades que se constituyen en objeto de estudio de las teorías científicas?69.

Ante estos interrogantes podría parecer que Feyerabend mantiene en principio una postura ambigua, o al menos oscilante. Entre 1961 y 1970 asegura que los conceptos inconmensurables se refieren a un mismo núcleo de cosas70, pero desde 1975 postula la tesis inversa: las teorías son construcciones con su propio dominio de referencia71.

Esta oscilación de Feyerabend respecto a la cuestión de si entre dos teorías inconmensurables hay o no hay superposiciones referenciales constituye uno de los blancos de sus críticos72. Robert Farrell explica que no hay propiamente una oscilación por parte de Feyerabend; con estos cambios de parecer lo que quiere mostrar es la irrelevancia del problema acerca de la referencia73.

Feyerabend no sostuvo dos posturas contrarias –como parece dar a entender Craig Dilworth74– sino que, más bien, alcanza en 1975 una formulación más precisa del problema. En La ciencia en una sociedad libre (1978) el vienés subraya que, desde los cánones del positivismo lógico y del racionalismo crítico, no hay modo de poder determinar desde el interior de una teoría científica si ella se refiere o no a la misma entidad que su teoría rival75.

Esta formulación de la doctrina de la inconmensurabilidad no supone por parte de Feyerabend la defensa de una metafísica idealista. La inconmensurabilidad ontológica no es un pseudo-problema fruto de una metafísica neokantiana –tal como dan a entender Devitt, Preston, Sankey y Hoynigen-Huene en el caso de Thomas Kuhn–76. Feyerabend presenta la inconmensurabilidad como un hecho histórico y no como el resultado de una metafísica idealista. La misma historia de la ciencia pone de manifiesto cómo en ciertas transiciones teóricas existe una sucesión de supuestos ontológicos que son recíprocamente inconsistentes.

En su teoría pragmática de la observación Feyerabend supone la existencia independiente de un mundo que es fuente de las percepciones77. Concibe las sentencias observacionales como aquellas sentencias con las que el observador imita los estímulos perceptuales. Las teorías no son sino intentos de describir realísticamente la naturaleza de este mundo78. En este sentido, su realismo normativo implica reconocer que todas las teorías tienen una referencia común. Las descripciones acerca de la naturaleza de las entidades y los procesos constitutivos del mundo difieren radicalmente de una teoría a otra. No obstante, todas ellas se refieren a un único mundo79.

Ahora bien, si se interpreta a Feyerabend desde una metafísica idealista y desde ella se analizan aquellos pasajes donde afirma que las entidades están constituidas por las teorías, se puede afirmar coherentemente, tal como lo hace Sankey, que las teorías inconmensurables no poseen un referente común. Esto sucede porque una metafísica idealista conduce lógicamente a postular una radical discontinuidad referencial entre teorías inconmensurables.

Feyerabend reconoce efectivamente que el significado y la referencia están íntimamente conectados. En Reply to Criticism. Comments on Smart, Sellars and Putnam (1965), escribe que "las conversaciones acerca del significado pueden ser remplazadas, sin desperdicio, por la conversaciones acerca de las teorías"80. No obstante, nunca sostuvo que estas realidades sean intercambiables. Asegura que la referencia está determinada por el contenido de las teorías y que las percepciones que provienen del mundo son descriptas por las teorías. Sin las teorías, las entidades o procesos no existirían tal como son pensadas, interpretadas o descriptas por ellas. En numerosos pasajes de su obra Feyerabend aboga por un realismo normativo en contraposición con el instrumentalismo. Mientras que este último considera lo real como algo dado, nuestro autor postula que lo real se comprende en función de lo teórico. En la introducción de los volúmenes I y II de sus Philosophical Papers, Feyerabend, aludiendo al realismo implícito en sus primeros artículos, afirma que "el realismo nos invita a rechazar el sentido común y a anunciar este descubrimiento: se ha encontrado que la realidad objetiva es un error metafísico"81. Según el vienés, conocemos la realidad en función de nuestros conceptos, comprendemos el objeto real en función del objeto teórico; mas esto no implica, en absoluto, que haya identificado el objeto real con el objeto teórico.

Por lo demás, nunca he afirmado la identidad de lo que es y de lo que se piensa que es (‘confusión’ de objetos teóricos y objetos reales). El ‘realismo’, tal y como se define en el capítulo de la inconmensurabilidad, no implica la identificación de lo real con el objeto teórico; "realismo" quiere decir que se trata de comprender lo real en función de lo teórico en lugar de considerarlo como algo "dado". Al menos este es mi punto de vista sobre la relación entre el objeto real, el objeto teórico y el objeto de la experiencia82.

En su doctrina de la inconmensurabilidad, Feyerabend quiso mostrar, contra el positivismo lógico y al racionalismo crítico, las dificultades que estos encuentran en ciertas transiciones teóricas para determinar lo real, lo objetivo, lo racional cuando entra en escena una nueva concepción del mundo. Afirma que "en tales situaciones no puede ser realmente esbozada una distinción entre los fenómenos y la interpretación por un lado y los fenómenos y hechos objetivos por el otro"83.

Demuestra que es imposible poder distinguir desde el interior de una teoría científica el objeto real del objeto teórico, los elementos subjetivos de los objetivos, lo metafísico de lo empírico, lo racional de lo que parece ser irracional84, pues cada teoría científica, en función de la ontología o visión del mundo que la anima, establece un criterio de demarcación particular y arbitrario entre estas realidades. De aquí que los participantes de una teoría se ven obligados a reconocer en una revolución científica que no pueden dominar, con las formas de racionalidad que tienen a su alcance, la nueva ontología o visión del mundo que supone la nueva teoría.

Desde el exterior de una teoría se puede fácilmente racionalizar cualquier transición teórica, asegura Feyerabend contra Lákatos. Sin embargo, tampoco en este caso se encuentra un criterio epistémico externo a las teorías inconmensurables que nos permita definir qué es lo real, qué es lo progresivo o qué es lo racional. Esto es lo que lo conduce a Feyerabend a presentar como una consecuencia lógica un relativismo según el cual las teorías científicas no son más que descripciones arbitrarias, todas ellas igualmente válidas o equivalentes85.

Uno de los textos donde Feyerabend sintetiza la intencionalidad última de su doctrina de la inconmensurabilidad, es decir, donde expone lo que pretende cuestionar con ella, lo encontramos en el siguiente párrafo de La ciencia en una sociedad libre (1978):

"Ahora bien, cuando me ocupé de la inconmensurabilidad no solo pretendía hacerle la vida imposible a los racionalistas críticos, sino también comprender los cambios que sobrevienen al entrar en escena una nueva concepción del mundo. Estos cambios pueden ser analizados de muchas formas. Pueden ser analizados ‘desde el exterior’, esto es, contemplándolos desde la perspectiva de una filosofía privilegiada (el marxismo, en el caso de CS86). No niego que esta clase de análisis sea posible ni tampoco que pueda lograr racionalizar cualquier cambio (CS me atribuyen la creencia en la ‘imposibilidad de racionalizar todo cambio científico’ [p. 331], pero lo cierto es que yo restrinjo la inconmensurabilidad a tipos especiales de cambio y admito que los ‘enfoques externos’ pueden llegar a racionalizar incluso estos cambios especiales [TCM87, p. 224]). Sin embargo, lo cierto es que un análisis desde el exterior no me interesa demasiado. Lo que me interesa no es como se ve un hecho concreto cuando se proyecta sobre otra ideología, sino cómo se le ve ‘desde el interior’ (es decir, como le ven las partes implicadas). ¿Pueden estas partes conferir sentido a los cambios acontecidos? ¿Puede someterlos a los que consideran que es su propia racionalidad o se ven obligados a reconocer que forman parte de un proceso que no pueden dominar con las formas de razón que tienen a su alcance? Esta es, dicho sea de paso, la pregunta que se suscita cada vez que se da una revolución científica. La pregunta no es, pues, si el científico en su conjunto parecerá razonable quinientos años después, sino hasta qué punto se le puede hacer razonable en su momento, hasta qué punto se debe permitir una violación de la razón (‘razón’ significa siempre la forma de razón que está al alcance de los participantes). Evidentemente, este análisis es de la máxima importancia para cada investigador, puesto que le prepara para acontecimientos que de otro modo podrían pillarle por sorpresa"88.

La inconmensurabilidad, en cuanto descubre lo metafísico en el seno de la actividad científica, pone en crisis un modelo de ciencia que es heredero de una tradición epistemológica que intenta definir lo científico a expensas de lo metafísico. La epistemología moderna, y luego la filosofía de la ciencia, en sus intentos de fundar o definir la objetividad o la racionalidad del conocimiento científico, ideó todo tipo de distinciones. A saber, la distinción de Hume entre cuestiones de hecho y relaciones entre ideas, distinción que fue retomada más tarde por Kant en su división entre juicios sintéticos y juicios analíticos, y posteriormente por el positivismo lógico para el cual la distinción analítico-sintético se convertirá en la piedra angular de la teoría empirista del significado89. A esto se suma la distinción entre teoría y método que caracteriza al racionalismo científico.

Para Feyerabend, la inconmensurabilidad implica una crisis de esta tradición epistemológica que busca dar cuenta de la objetividad, la racionalidad y el progreso científico en los términos de dichas distinciones. Los resultados hasta aquí obtenidos aconsejan abolir la distinción entre un contexto de descubrimiento y un contexto de justificación, y prescindir de la distinción afín entre términos observacionales y términos teóricos. Ninguna de estas distinciones desempeña papel alguno en la práctica científica. Los intentos de reforzarlas tendrían consecuencias desastrosas90.

Con el problema de la inconmensurabilidad denuncia la falsa dualidad o dialéctica introducida entre el sujeto y el objeto, entre lo real y lo aparente, entre los hechos y la teoría, entre las proposiciones teóricas y observacionales, entre el contexto de descubrimiento y justificación, entre ciencia y metafísica. En su Tratado contra el Método (1975), escribe: "La separación entre historia de la ciencia, su filosofía y la ciencia misma, se desvanece en el aire y lo mismo sucede con la separación entre ciencia y no-ciencia"91.

Así, demuestra que la concepción de ciencia del empirismo lógico y del racionalismo crítico, al excluir los elementos metafísicos del cuerpo científico, es incapaz de dar cuenta del progreso, la racionalidad y la objetividad científica en un cierto tipo de transiciones teóricas. Estos no ofrecen criterios para discernir si las nuevas teorías se refieren al mismo contenido empírico, si implican un progreso respecto a la anterior92, o si es racional su manera de delimitar lo objetivo de lo metafísico93.

La inconmensurabilidad ontológica demuestra la impotencia de este modelo de ciencia para justificar la objetividad científica, pues en él se sitúa, con el principio de consistencia, la experimentación o las sentencias observacionales como el fundamento neutro y objetivo que permite corroborar o falsar una teoría. Ahora, la sustitución de ontología que presentan ciertas transiciones teóricas invalida justamente esta posibilidad de falsar o determinar, intersubjetivamente, la verosimilitud de las teorías. Esto se debe a que si la evidencia empírica o las sentencias observacionales no poseen el mismo sentido o significado en las teorías en competencia, estas no pueden constituir la base común para corroborar una teoría y falsar otra94.

Aunque Feyerabend denuncia la ausencia de criterios metodológicos universales que justifiquen la elección racional de una teoría, nunca utilizó la noción de inconmensurabilidad para referirse a ella95. Aun así, como una consecuencia lógica de esta inconsistencia metodológica, el vienés formula su anarquismo epistemológico. Ante la pretensión del positivismo lógico y del racionalismo crítico de resguardar la racionalidad y la objetividad científica apelando a ciertas exigencias metodológicas, el quehacer científico se presenta como una empresa caótica y subjetiva. Si el racionalista quiere un principio metodológico aplicable bajo cualquier circunstancia, el único criterio válido – dice Feyerabend con su ironía característica– es el principio "todo vale"96 (por cierto, un principio vacío e inútil), pero justamente la intención de Feyerabend es mostrar por reducción al absurdo las contradicciones y paradojas en las que incurre un racionalista o un positivista lógico al intentar definir la ciencia por un método. Feyerabend pretende mostrar las incoherencias que supone este modo particular de entender, definir y fundamentar en el método la objetividad o la racionalidad científica97.

Conclusión

La doctrina de la inconmensurabilidad significó para Feyerabend una oportunidad para reducir al absurdo los intentos de definir dialécticamente la ciencia a expensas de lo metafísico. La inconmensurabilidad revela la relación de inconsistencia que existe entre teorías científicas comprehensivas al estar informadas por ontologías recíprocamente excluyentes. Ahora bien, dicha inconsistencia demuestra la imposibilidad de hablar de progreso, realismo y objetividad científica en los términos del positivismo lógico y del racionalismo crítico, pues estos definen dichas nociones en virtud de un conjunto común de entidades observables. La inconmensurabilidad pone en evidencia cómo cada teoría, en función de la ontología que la anima, establece un criterio de demarcación particular entre el objeto real y el objeto teórico, entre los elementos objetivos y los subjetivos, entre lo empírico y lo metafísico. De este modo, demuestra la imposibilidad que existe para determinar desde el interior de una teoría científica si en la sucesión de teorías existe realmente progreso, si las teorías tratan con un mismo contenido empírico o si las entidades postuladas por la nueva teoría tienen idéntica referencia ontológica.

La doctrina de la inconmensurabilidad tal cual es formulada por Paul Feyerabend no solo revela la relación de inconsistencia o la irreductibilidad ontológica entre teorías científicas comprehensivas, sino que concomitantemente denuncia el reduccionismo que suponen determinados modos de entender la ciencia. La inconmensurabilidad, en este sentido, puede ser entendida como una reducción al absurdo de las nociones de progreso y realismo científico formuladas por el positivismo lógico y el racionalismo crítico.

Al destacar la presencia de la metafísica en la ciencia Feyerabend no pretende denostar la ciencia, sino demostrar que es falsa la dialéctica que tanto el positivismo lógico como el racionalismo crítico establecen entre ciencia y metafísica. Ahora bien, si esta separación es falsa, la inconmensurabilidad, en un sentido negativo, impide retomar dialécticas o supuestos del positivismo lógico y del racionalismo crítico –o de la epistemología moderna en general–, a la hora de fundar la objetividad o la racionalidad científica. En un sentido positivo, se puede decir que la inconmensurabilidad, tal como la formuló Paul Feyerabend, es un intento de mostrar la necesidad de buscar una concepción de la racionalidad científica más amplia, omnicomprensiva y capaz de abordar tesis metafísicas.

 


1 Para facilitar la lectura, las citas de las obras de Paul Feyerabend tendrán doble fecha: La primera se refiere al año de la primera publicación; la segunda, a la publicación consultada. El objetivo de la doble fecha es dar cuenta de un orden cronológico de las publicaciones y, al mismo tiempo, remitir al lector a los lugares precisos donde pueda cotejar las citas textuales, las paráfrasis y las referencias generales.

2 Oberheim, E., Feyerabend’s Philosophy. Quellen Und Studien Zur Philosophie, Berlín: Walter de Gruyter, 2006, pp. 77-115.

3 Perovich, A., "Incommensurability, its Varieties and its Ontological Consequences", en: Beyond Reason: Essays and the Philosophy of Paul Feyerabend, Boston Studies in the Philosophy of Science, v. CXXXII (1991), pp. 313-328.

4 Cf. Ibid., p. 319.

5 Preston, J., Feyerabend. Philosophy, Science and Society, Oxford: Blackwell, 1997, pp. 102-103, refiriéndose a: Feyerabend, P., "Complementarity", en: Proceedings of Aristotelian Society, Suppl. v. XXXII (1958), pp. 75-104.

6 Feyerabend, P., Zur Theorie der Basissätze, Tesis doctoral, Viena: Biblioteca de la Universidad de Viena, 1951. No disponemos de su tesis doctoral, pues esta aún no ha sido publicada. No obstante, teniendo en cuenta los estudios realizados por Oberheim –quien sostiene que "en su tesis doctoral Feyerabend usó la idea básica de inconmensurabilidad en el mismo sentido que la usó en 1954, 1958, y 1962" (Oberheim, E., o.c., p. 70)– nos abocaremos al estudio de los artículos publicados en estos años. En su tesis doctoral, Feyerabend refuta particularmente el conservadurismo conceptual implícito en el principio metodológico de Heisenberg (según el cual una vez que se establece conclusivamente un resultado experimental simultáneamente se constituyen las condiciones para los próximos desarrollos teóricos). Feyerabend prueba que estas condiciones a priori entorpecen el progreso de la ciencia al impedir el desarrollo de nuevos términos conceptualmente incompatibles (inconmensurables) con los de las teorías existentes.

7 Ibid., pp. 169-170.

8 Hoyningen-Huene, P., "Paul K. Feyerabend. An Obituary", en: Preston, J. y otros (eds.), The Worst Enemy of Science? Essays in memory of Paul Feyerabend, Nueva York: Oxford University Press, 2000, pp. 3-15, p. 9.

9 El principio de la deducibilidad postula, según Feyerabend, que toda nueva teoría no es más que una consecuencia lógica de su predecesora. De aquí la posibilidad y la exigencia de explicar toda teoría mediante la reducción de sus principios a las leyes y principios de las teorías que la anteceden; y que las teorías en un determinado dominio sean consistentes en un sentido lógico estricto (cf. Feyerabend, P., Límites de la ciencia. Explicación, reducción y empirismo, Barcelona: Paidós, 1962/1989, pp. 41-42 y 62 (en adelante, LC).

10 El principio de estabilidad del significado –tal como lo concibe el vienés– dicta que el significado de los principales términos observacionales permanecen intactos e invariables respecto al proceso de reducción o explicación. Los términos claves no cambian de significado al ser abarcados o reducidos a una nueva teoría. Los términos observacionales de una teoría científica se reducen a una experiencia u observación común, la cual garantiza la estabilidad de los significados de los términos observacionales (Ibid., pp. 41-42 y 49, nota 11).

11 Ibid., p. 108.

12 Ibid., p. 54; Feyerabend, P., "An attempt at a realistic interpretation of experience", en: Realism, rationalism and scientific method, Philosophical Papers Volume 1. Cambridge: Cambridge University Press, 1958/1981, p. 31. En adelante, se referirá a este artículo como "An attempt" y a esta publicación como RRSM, PhilP v. I.

13 Feyerabend, P., LC, pp. 54, 73, 92 y 129.

14 Ibid., p. 78; Feyerabend, P., "An attempt", pp. 17-36, p. 31.

15 Feyerabend, P., LC, pp. 53-54 y 77-78.

16 Feyerabend, P., "Introduction to volumes I and II" en: Problems of Empiricism. Philosophical Papers Volume 2. Cambridge: Cambridge University Press, 1981, pp. vii-xii y xi. En adelante, se referirá a esta publicación como PE PhilP v. II.

17 Feyerabend, P., LC, pp. 39, 92 y 119; idem., "Review of Changing Patterns of Reconstruction", en: British Journal for the Philosophy of Science, v. XVIII, 4 (1977), pp. 351-382, p. 364, nota 3. En adelante, "Review CPR".

18 Feyerabend, P., La ciencia en una sociedad libre, Madrid: Veintiuno Editores S.A., 1978/1982, pp. 74-75; idem., "Review CPR", pp. 363-364.

19 Feyerabend, P., "An attempt", en: Proceedings of the Aristotelian Society, v. LVIII (1958), pp. 143-170, p. 163 (esta es una nueva edición del trabajo, donde el autor introduce cambios); idem., LC, p. 39.

20 Cf. Hoyningen-Huene, P. y H. Sankey (eds.), Incommensurability and Related Matters, Dordrecht: Kluwer Academic Publishers, 2001, pp. ix-xiii; Devitt, M., "Incommensurability and the Priority of Metaphysics", en: Hoyningen-Huene, P. y H. Sankey (eds.), Incommensurability and Related Matters, pp. 143-157; Shapere, D., "Meaning and the Scientific Change", en: Colodny, R. (ed.), Mind and Cosmos, Pittsburgh: Pittsburgh University Press, pp. 41-85; Preston, J., Feyerabend. Philosophy, Science and Society, pp. 86-88, 102, 157 y 184; idem., "Science as Supermarket: ‘Post-Modern’ Themes in Paul Feyerabend’s Later Philosophy of Science", en: Preston, J. y otros (eds.), The Worst Enemy of Science? Essays in memory of Paul Feyerabend, pp. 80-101, pp. 88-89.

21 Oberheim, E., o.c., p. 130.

22 Feyerabend, P., "Introduction: Scientific Realism and Philosophical Realism", en: RRSM, PhilP v. I, 1981, p. x; idem., "Two Letters of Paul Feyerabend to Thomas S. Kuhn on a Draft of The Structure of Scientific Revolutions", en: Hoyningen-Huene, P. (ed.), Studies in History and Philosophy of Science, v. XXVI, 3 (1961/1995), pp. 353-387, p. 386; idem., "On the ‘Meaning’ of Scientific Terms", en: RRSM, PhilP v. I, pp. 97-103, pp. 97, 102-103; idem., "Reply to Criticism. Comments on Smart, Sellars and Putnam", en: RRSM, PhilP v. I, pp. 104-131, p. 113 y 130.
Evidentemente, en numerosos artículos, Feyerabend se ocupa de la cuestión de la interpretación del significado de los términos o sentencias (cf. Feyerabend, P., "Wittgenstein’s Philosophical Investigations", en: PE, PhilP v. II, Cambridge: Cambridge University Press, 1955/1981, pp. 99-130; idem., "An attempt", pp. 17-36; idem., "On the Interpretation of Scientific Theories", en: RRSM, PhilP v. I, 1960/1981, pp. 37-43; idem., "Hidden variables and the argument of Einstein, Podolsky and Rosen", en: RRSM, PhilP v. I, 1962/1981, pp. 298-342; Feyerabend, P., "Explanation, Reduction and Empiricism", en: RRSM, PhilP v. I, pp. 44-96; idem., "Problems of Empiricism", en: Colodny R. (ed.), Beyond the Edge of Certainty. Essays in Contemporary Science and Philosophy. Pittsburgh: CPS Publications in the Philosophy of Science, 1965, pp. 145-260. Por ejemplo, en "On the ‘Meaning’ of Scientific Terms" presenta efectivamente la inconmensurabilidad como una consecuencia lógica de su teoría pragmática de la observación. No obstante, en la medida que Feyerabend descubre que las cuestiones semánticas y metodológicas son dependientes de los elementos ontológicos de las teorías, formula de una manera más precisa su versión ontológica de la inconmensurabilidad (Feyerabend, P., Adiós a la razón, 3ra. edición, Madrid: Tecnos, 1987/2005, p. 54; idem., La ciencia en una sociedad libre, pp. 254-255).

23 Feyerabend, P., LC, p. 92.

24 Feyerabend se refiere aquí a su texto "Reply to Criticism", en: Cohen, R.S. y M.W. Wartofsky (eds.), Boston Studies in the Philosophy of Science, v. II (1956), Nueva York: Humanities Press.

25 En esta cita el autor está haciendo referencia a su Tratado contra el método. Véase la nota 27.

26 Feyerabend, P., "Review CPR", p. 365, nota 1.

27 Cf. Feyerabend, P., Tratado contra el método, Barcelona: Ariel, 1970/1989, pp. 264ss.

28 Feyerabend, P., Adiós a la razón, p. 54.

29 Cf. Perovich, A., o.c., p. 317.

30 Munévar, G., "Variaciones filosóficas sobre temas de Feyerabend", en: Munévar, G. y G. Guerrero (comp.), Variaciones sobre Temas de Feyerabend, Caracas: Programa editorial Universidad del Valle, 2006, pp. 40 y 144-145; idem., "A Rehabilitation of Paul Feyerabend", en: J. Preston y otros (eds.), The Worst Enemy of Science? Essays in memory of Paul Feyerabend, pp. 58-79, pp. 73-74.

31 Feyerabend, P., La ciencia en una sociedad libre, p. 72.

32 Ibid., p. 73.

33 Feyerabend, P., "Introduction: Scientific Realism and Philosophical Realism", pp. 3-16, xi.

34 Feyerabend, P., LC, pp. 39.

35 Ibid.

36 Feyerabend, P., La ciencia en una sociedad libre, pp. 254-255.

37 Para una exposición de las características que comparten la concepción de Kuhn y Feyerabend acerca de la relación de inconmensurabilidad entre teorías, cf. Hoyningen-Huene, P., "Paul K. Feyerabend and Thomas Kuhn", en: Preston J., y otros (eds.), The Worst Enemy of Science? Essays in Memory of Paul Feyerabend, pp. 102-114, pp. 104-105. Para estudiar, en cambio, las diferencias que existen entre ambas, cf. Oberheim, E., o.c, pp.125-127.

38 Esta restricción de la tesis de la inconmensurabilidad a las teorías comprehensivas constituye para Hoyningen-Huene la diferencia principal entre la concepción de inconmensurabilidad de Feyerabend y la de Kuhn (cf. Hoyningen-Huene, P., "Paul K. Feyerabend and Thomas Kuhn", p. 106).

39 Feyerabend, P., LC, pp. 137-138.

40 Ibid., p. 138.

41 Feyerabend, P., "An attempt", pp. 29 y 35.

42 Cf. Feyerabend, P., "On the Interpretation of Scientific Theories", pp. 42-43.

43 Cf. Feyerabend, P., LC, pp. 17 y 40; idem., Contra el Método, pp. 140-141.

44 Cf. Feyerabend, P., "Complementarity", pp. 78-79 y 90-91; idem., "Knowledge without Foundation", en: Preston, J. (ed.), Paul K. Feyerabend: Knowledge, Science and Relativism, Philosophical Papers Volume 3, Cambridge: Cambridge University Press, 1961/1999, pp. 50-77, pp. 52-54 (en adelante, se referirá a esta publicación como FKSR, PhilP v.III); idem., "Hidden Variables and the Argument of Einstein, Podolsky and Rosen", p. 323; idem., LC, pp. 38, 77-78, 137-138; idem.,"Reply to Criticism. Comments on Smart, Sellars and Putnam", pp. 109-110; idem., "The Mind-Body Problem", en: Continuum, v. V (1967), pp. 35-49, p. 40; idem., Tratado contra el método, pp. 102-103; idem., "Review CPR", p. 365, nota 1.

45 Feyerabend, P., "How to be a Good Empiricist: A Plea for Tolerance in Matters Epistemological", en: FKSR, PhilP v.III, 1963/1999, pp. 78-103, pp. 87-88.

46 Cf. Quine, W., La relatividad ontológica y otros ensayos, Madrid: Tecnos, 1986; idem., La búsqueda de la verdad, Barcelona: Crítica, 1992.

47 Cf. Feyerabend, P., "Complementarity", pp. 75-104, p. 80; idem., "Hidden Variables and the Argument of Einstein, Podolsky and Rosen", pp. 312-313; idem., "Dialectical Materialism and the Quantum Theory", en: Slavic Review, v. XXV (1966), pp. 414-417.

48 Véase las investigaciones de autores como Preston, Lloyd, Gellner, Watkins, Ribes, Giedmyn, Grundfeld, Theocharis y Mihalis, Bunge, Horgan, Nickels, Rossi, Finocchiaro, Bhaskar, Andersson, Counihan, Kulka, Hattiangadim, Broad, Worral, entre otros.

49 Feyerabend, P., Tratado contra el método, p. 157.

50 Feyerabend, P., Diálogos sobre el Método, 2da. edición, Madrid: Cátedra, 1989/2000, p. 158.

51 Feyerabend, P., La ciencia en una sociedad libre, pp. 173-174.

52 Entre los pasajes donde Feyerabend presenta el relativismo como una consecuencia lógica del racionalismo se pueden mencionar los siguientes (Feyerabend, P., La ciencia en una sociedad libre, pp. 141-142 y 173-174; idem., "Logic, Literacy and Professor Gellner", en: British Journal for the Philosophy of Science, v. XXVII (1976), pp. 381-391, pp. 385-388; idem., "Historical Background: Some Observations on the Decay of the Philosophy of Science", en: PE PhilP v. II, 1981, pp. 1-33, pp. 21-22; idem., "Reason, Xenophanes and the Homeric Gods", en: The Kenyon Review, v. IX (1987), pp. 12-22, pp. 19-20; idem., "Realism and the Historicity of Knowledge", en: Journal of Philosophy, v. LXXXVI (1989), pp. 393-406, pp. 395 (nota 4) y 399-400; idem., Three Dialogues on Knowledge, Cambridge: Basil Blackwell, 1991, pp. 89-90 y 101; idem., "Review of Science and Relativism. Some Key Controversies in the Philosophy of Science. By Larry Laudan", en: Isis, v. LXXXIII (1992), pp. 367-368; idem., Against Method, 3ra. edición, Londres: Verso, 1993/2008, pp. xiii-xiv.

53 Feyerabend, P., "Review of Metascientific Queries and Causality. By Mario Bunge", en: Philosophical Review, 70 (1961), pp. 396-405, p. 402.

54 Popper, K., The Logic of Scientific Discovery, 4ta. edición, Londres: Routledge, 1980, p. 120.

55 Carnap, R., "La superación de la metafísica mediante el análisis lógico del lenguaje", en: Ayer, A. (comp.), El Positivismo Lógico, México: Fondo de Cultura Económica, 1978, pp. 66-87, pp. 67 y 85.

56 Popper, K., The Logic of Scientific Discovery, p. 86, traducción de la autora.

57 Ibid., p. 120.

58 Popper, K., Conjectures and Refutations: The Growth of Scientific Knowledge, 4ta. edición, Londres: Routledge, 1972.

59 Cf. Popper, K., The Logic of Scientific Discovery, pp. 44 y 102-103.

60 Es pertinente esta precisión ante la confusión de Laudan. Cf. Laudan, L., Beyond Positivism and Relativism: Theory, Method and Evidence, Boulder: Westview Press, 1996 y Worrall, J., "Is the Empirical Content of a Theory Dependent on its Rivals?", en: Acta Philosophica Fennica, v. XXX (1978), pp. 298-310, pp. 303-304, quienes acusan a Feyerabend de incoherente debido a una errónea comprensión que ellos mismos poseen acerca de lo que es para Popper el contenido empírico. Ambos cuestionan a Feyerabend si toda teoría va a ser inconsistente con una teoría por el solo hecho de considerar consecuencias empíricas contrarias. Uno y otro entienden el contenido empírico o los falseadores potenciales como la negación de las consecuencias empíricas de una teoría. Pero tal definición es falsa. Para Popper aquellas sentencias que niegan el contenido empírico de una teoría no constituyen en sí mismas falseadores potenciales. Para ello, es necesario además que las sentencias básicas cumplan los requisitos que se explicitan arriba.

61 De hecho, Feyerabend insiste reiteradamente que en la ciencia, así como en el arte, no existe propiamente progreso. Siendo quizás más precisos, afirma que desde las categorías del racionalismo crítico y del positivismo lógico no se puede hablar propiamente de progreso científico. Estos deben reconocer que solo hay cambios o una sucesión de teorías, tradiciones o paradigmas mutuamente inconmensurables. (Cf. Feyerabend, P., "An Attempt", p. 29ss.; "Complementarity", pp. 81-83; idem., "Reichenbach´s Interpretation of Quantum Mechanics", en: RRSM, PhilP v. I, (1958/1981), pp. 236-246, p. 240, nota 6; idem., "Professor Bhom´s Philosophy of Nature", RRSM, PhilP v. I, (1960/1981), pp. 219-235, p. 19; idem., "Review of An Introduction to the Logic of the Sciences. By Rom Harré", en: British Journal for the Philosophy of Science, v. XII (1961), pp. 245-250, pp. 246-247; idem., "Knowledge without Foundation", en: FKSR, PhilP v.III, (1961/1999), pp. 50-77, p. 70; idem., "Explanation, Reduction and Empiricism", pp. 83 y 88; idem., "Problems of Microphysics", en: Colodny, R. (ed.), Frontiers of Science and Philosophy: University of Pittsburgh Series in the Philosophy of Science Volume 1, Pittsburgh: University of Pittsburgh Press, 1962, pp. 189-283; idem., "How to be a Good Empiricist", pp. 83ss.; "Problems of Empiricism", pp. 170 y 199; idem., "Reply to Criticism. Comments on Smart, Sellars and Putnam", pp. 107 y 110; idem., "Review of Law and Psychology in Conflict. By J. Marshall", en: Inquiry, v. X, (1967), pp. 114-120, p.117.

62 Cf. Preston, J., o.c., pp. 133-134.

63 Cf. Ibid., p. 229.

64 Cf. Gentile, N., "El camino de Feyerabend: crítica, proliferación teórica y realismo", en: Filosofia Unisinos, v. VIII, 2 (2007), pp. 109-127, p. 101. John Preston y Ronald Laymon acusan paradójicamente a Feyerabend de positivista en cuanto que el único criterio que ofrece para elegir entre teorías alternativas es el aumento de contenido empírico, ideal propio del positivismo lógico. Nélida Gentile formula un razonamiento análogo argumentando que los ideales del positivismo parecen animar tanto el realismo conjetural como el pluralismo metodológico de Feyerabend. Probablemente la confusión de Preston, Laymon y Gentile se debe a desconocer uno de los recursos habituales que emplea Feyerabend para mostrar la inconsistencia de la tesis que ataca, es decir, su uso de los razonamientos por reducción al absurdo.

65 Kuhn y Feyerabend distinguieron entre la intraducibilidad de lenguajes mutuamente inconmensurables y la posibilidad de acceder desde uno u otro a una reciproca comprensión. Ambos consideran que la traducción de un lenguaje, o de algunos de sus términos específicos, a otro lenguaje podría fracasar. No obstante, de esta intraducibilidad no se sigue necesariamente la imposibilidad de entender por inmersión un lenguaje que se nos presenta en principio como inconmensurable (cf. Kuhn, T., "Commensurability, Comparability, Communicability", en: Asquith, P. y T. Nickles (eds.), PSA 1982, v. II, East Lansing: Philosophy of Science Association, (1983), pp. 669-688; Feyerabend, P., Tratado contra el Método. Esquema de una Teoría Anarquista del Conocimiento, pp. 265-266; idem., "Putnam on Incommensurability: Comments on Reason, Truth and History", en: British Journal for the Philosophy of Science, v. XXXVIII, 1 (1987), pp. 75-81). La crítica provocada por estas dificultades ha planteado algunas soluciones alternativas: Donald Davidson, por ejemplo, asegura que es posible acceder a un lenguaje independiente que permite traducir teorías inconmensurables en la medida que se distinga entre un esquema conceptual y el contenido que es organizado por el esquema conceptual (cf. Davidson, D., "On the Very Idea of a Conceptual Scheme", en: Inquiries into Truth and Interpretation, Oxford: Oxford University Press, 1984, pp. 183-198). Howard Sankey adopta una versión modificada de la teoría de la referencia que permite un cambio en ella y concede un rol a la descripción en la determinación de la referencia. En el capítulo seis de su libro sobre inconmensurabilidad argumenta que podría haber un fracaso en la traducción de teorías debido a la diferencia de significado de la referencia, pero este fracaso en la traducción se restringe únicamente a la descripción del referente. A pesar de la inhabilidad que puede existir para traducir teorías inconmensurables postula en ella referentes superpuestos o coincidentes (cf. Sankey, H., The Incommensurability Thesis, Aldershot: Avebury, 1994).

66 Cf. Sankey, H. y P., Hoyningen-Huene, "Introduction", en: Hoyningen-Huene, P. y H. Sankey (eds.), Incommensurability and Related Matters, pp. vii-xxxiv, pp. ix-xiii; Devitt, M., "Incommensurability and the Priority of Metaphysics", en: Incommensurability and Related Matters, pp. 143-157; Klimovsky, G., Las desventuras del conocimiento científico. Una introducción a la epistemología, 5ta. edición, Buenos Aires: A-Z Editora, 2001, p. 382; Shapere, D., "Meaning and the Scientific Change", p. 51.

67 Cf. Achinstein, P., Concepts of Science, Baltimore: Johns Hopkins University Press, 1968, p. 93).

68 Feyerabend, en respuesta a un comentario de Dudley Shapere, admite que las sentencias que carecen de un significado común son incapaces de contradecirse reciprocamente (cf. Feyerabend, P., "Reply to Criticism. Comments on Smart, Sellars and Putnam", p. 115). Pues –tal como explica Dilworth– solo son contradictórias aquellas teorías donde una teoría niega lo que simultáneamente afirma la otra. En la inconmensurabilidad hay únicamente una incompatibilidad en el orden de las cualidades que se le atribuyen simultáneamente a un mismo objeto (cf. Dilworth, C., Scientific Progress. A Study Concerning the Nature of the Relation between Successive Scientific Theories, Dordrecht: Springer, 2007, pp. 59-62).

69 Cf. Kordig, C., "Feyerabend and Radical Meaning Variance", en: Noüs, v. IV (1970), pp. 399-404, pp. 400-401; Munévar, G., "Reviews Symposia: Radical Fallibilism vs Conceptual Analysis: The Significance of Feyerabend’s Philosophy of Science", en: Metascience, v. VIII (1999), pp. 216-226, pp. 221-222. Estos cuestionamientos han dado lugar a una variada literatura que ensaya distintas soluciones. Israel Scheffler asume la distinción de Fregue entre la referencia y el sentido. Asegura que aun cuando el sentido de los términos varíe en las transiciones teóricas, no se sigue una modificación en la referencia de dichos términos. Esta referencia común es lo que permite comparar el contenido de las teorías. Las distintas sentencias de las teorías podrían acordar o discordar con un estado común de cosas, podrían referirse a las mismas cosas, a pesar de la variación de su sentido. Pero Scheffler no cierra la cuestión. No explica los numerosos casos de la historia de la ciencia –de los que han dado cuenta tanto Kuhn como Feyerabend– en los que distintas teorías parecen emplear los mismos términos para referirse a cosas diferentes (cf. Scheffler, I., Science and Subjectivity, Indianapolis: Bobbs-Merrill, 1967). Saul Kripke y Hillary Putnam, por su parte, intentan superar el problema de incomparabilidad de teorías asegurando que el referente de los términos es independiente del contenido descriptivo o conceptual de las teorías. El referente es determinado de una manera directa por la relación causal entre el interlocutor y el objeto. Ahora, si la referencia de los términos permanece estable a través de la variación del contenido conceptual, entonces no existirá el problema de la comparación teórica (cf. Kripke, S., Naming and Necessity, Oxford: Blackwell, 1980 y Putnam, H., "Mind, Language and Reality", en: PhilP v. II, (1975)). La postura de Kripke y Putnam obtuvo como respuesta la objeción de Fine, quien les mostró que en ella están excluyendo como un principio a priori la posibilidad de un cambio de referente. Ambos están excluyendo un hecho que es puesto de manifiesto en numerosos casos de la historia de la ciencia (cf. Fine, A., "How to Compare Theories: Reference and Chance", en: Nous, v. IX (1975), pp. 51-65). Este mismo argumento es formulado por Enç, Kroon y Nola, quienes afirman que si la referencia de los términos teóricos es determinada mediante la especificación de una relación causal entre los fenómenos observados y las entidades responsables de esos fenómenos, sería imposible que los términos teóricos fracasen en su referencia. No obstante aseguran que vemos que en la historia de la ciencia este fracaso es una rutina (cf. Enç, B., "Reference of Theoretical Terms", en: Nous, v. X (1976), pp. 261-282; Kroon, F., "Theoretical Terms and the Causal Views of Reference", en: Australasian Journal of Philosophy, v. LXIII (1985), pp. 143-166; Nola, R., "Fixing the Reference of Theoretical Terms", en: Philosophy of Science, v. XLVII (1980), pp. 505-531). Por otra parte, Papineau, Devitt y Sterelny señalaron a Kripke y Putnam que si el referente de los términos no está determinado por ningún significado descriptivo, sino únicamente por la ostentación de los objetos, sería imposible asegurar una referencia inequívoca (cf. Papineau, D., Theory and Meaning, Oxford: Oxford University Press, 1979; Devitt, M. y K. Sterelny, Language and Reality, 2da. edición, Oxford: Blackwell, 1999).

70 Cf. Feyerabend, P., "Two Letters of Paul Feyerabend to Thomas S. Kuhn on a Draft of The Stucture of Scientific Revolutions", p. 364; idem., "Consolations for the Specialist", en: PE, PhilP v. II, pp. 131-167, pp. 156-159; Feyerabend, P. y otros, "Discussion at the Conference on Correspondence Rules", en: Radner, M. y S. Winokur (eds.), Minnesota Studies in the Philosophy Science, v. IV, Minneapolis: University of Minnesota Press, 1970, p. 247.

71 Cf. Feyerabend, P., Tratado contra el Método. Esquema de una Teoría Anarquista del Conocimiento, pp. 269-271; idem., La ciencia en una sociedad libre, p. 70.

72 Los críticos apuntan que aquellas teorías que poseen una referencia común no se pueden decir recíprocamente inconmensurables (véase los trabajos de Scheffler, Putnam, Kitcher, Parsons, Devitt y Sankey).

73 Cf. Farrell, R., Feyerabend and Scientific Values. Tightrope-Walking Rationality, Dordrecht: Kluwer Academic Publishers, 2003, pp. 92-93.

74 Cf. Dilworth, C., Scientific Progress. A Study Concerning the Nature of the Relation between Successive Scientific Theories, pp. 78-79.

75 Cf. Feyerabend, P., Contra el Método. Esquema de una Teoría Anarquista del Conocimiento, pp. 117-118; La ciencia en una sociedad libre, pp. 200-203, nota 38.

76 Cf. Devitt, M., "Incommensurability and the Priority of Metaphysics"; Preston, J., Feyerabend. Philosophy, Science and Society, p. 100; Hoyningen-Huene, P., Reconstructing Scientific Revolutions. The Philosophy of Science of Thomas S. Kuhn, Chicago: The University of Chicago Press, 1993; Sankey, H. y P. Hoyningen-Huene, "Introduction", p. xvi.

77 Feyerabend dice asumir la teoría pragmática de la observación de Popper, Carnap y Neurath quienes supieron defenderla a lo largo de la década del 30 para finalmente abandonarla. El positivismo lógico original suscribía que las sentencias observacionales eran relativas a los datos sensibles y, por ende, a observaciones. Popper, Carnap y Neurath argumentan contra esta visión que las sentencias observacionales son relativas a objetos físicos externos y no a eventos psíquicos internos. Feyerabend asume esta última visión sosteniendo que las observaciones son causadas por objetos físicos y que las sentencias observacionales se refieren a estos y no a meros eventos psicológicos. Cf. Feyerabend, P., "An Sttempt"; idem., "Explanation, Reduction and Empiricism", p. 49ss.; idem., "Problems of Empiricism", pp. 152, 198-199, 240ss.; idem., "Reply to Criticism. Comments on Smart, Sellars and Putnam", p. 125.

78 Cf. Feyerabend, P., "An Attempt".

79 Feyerabend, P., "Professor Bhom’s Philosophy of Nature", p. 224; idem., "Herbert Feigl: A Biographical Sketch", en: Mind, Matter and Method: Essays in Philosophy and Science in Honor of Herbert Feigl, p. 4. Aquí, Feyerabend reconoce tanto a Popper como a Kraft como las fuentes de su realismo normativo. Oberheim (o.c., p. 191) precisa aun más esta incidencia de estos filósofos, indicando que Feyerabend adapta el realismo normativo de Kraft al realismo conjetural de Popper.

80 Feyerabend, P., "Reply to Criticism. Comments on Smart, Sellars and Putnam", p. 114, nota 27.

81 Feyerabend, P., "Introduction to Volumes I and II", pp. vii-xii.

82 Cf. Feyerabend, P., La ciencia en una sociedad libre, p. 201, nota 38.

83 Feyerabend, P., "An attempt", p. 28.

84 Cf. Feyerabend, P., Three Dialogues on Knowledge, pp. 101-102.

85 Para una visión crítica se pueden revisar los trabajos de Dilworth, Russell, Gellner, Munervar, Van Fraassen, Preston, Lloyd, Hattiangadi, Oberheim y Farrell.

86 Con las siglas CS, Feyerabend hace referencia a los autores de una recensión de su Tratado contra el método, los cuales no parecen haber comprendido, según él, el sentido y verdadero alcance de su anarquismo. Se trata de Curthoys, J. y W. Suchting, "Feyerabend’s discourse against method: a marxist critique", en: Inquiry, v. XX (1977), pp. 243-371.

87 Aquí Feyerabend hace referencia a la edición de 1975 de su Tratado contra el método. Esquema de una teoría anarquista del conocimiento.

88 Cf. Feyerabend, P., La ciencia en una sociedad libre, p. 202, nota 38.

89 Cf. Hahn, H., y otros, "La concepción científica del mundo: el Círculo de Viena", en: REDES, v. IX, 18 (2002), pp. 103-149.

90 Cf. Feyerabend, P., Tratado contra el método. Esquema de una teoría anarquista del conocimiento, p. 152.

91 Ibid., p. 32.

92 Cf. Feyerabend, P., "Consolations for the Specialist", en: PE, PhilP v. II, pp. 131-167.

93 Cf. Feyerabend, P., Against Method, 3ra. edición, Londres: Verso, pp. 207 y 242-243; idem., Tratado contra el método. Esquema de una teoría anarquista del conocimiento, pp. 265-266; idem., Tratado contra el método, 2da. edición, Madrid: Tecnos, 1981, p. 16; idem., "Historical Background: Some Observations of the Decay of the Philosophy of Science", en: PE, PhilP v. II, pp. 1-33, p. 23, nota 17.

94 Cf. Feyerabend, P., Matando el tiempo. Autobiografía, Madrid: Debate S.A., 1994/1995, pp. 133-134; Tratado contra el método, p. 16.

95 Kuhn sí lo hizo, pero para salvar la racionalidad científica propone como solución un convencionalismo. Para él, a la hora de elegir un paradigma no hay un estándar más alto que el asentimiento o la convención de una comunidad científica relevante (cf. Kuhn, T., The Structure of Scientific Revolutions, 2da. edición, Chicago: Chicago University Press (1970), p. 94). La intención de Kuhn no es negar la racionalidad científica, sino presentar como racional una imagen no-formal de ciencia y objetar simultáneamente la pretensión de Popper, Reichenbach o Carnap de reducir los ‘cánones de racionalidad’ a un análisis lógico-lingüístico de la ciencia a expensas de los problemas semánticos que ella presenta (cf. Kuhn, T., "Reflections on my Critics", en: Lakatos, I. y A. Musgrave (eds.), Criticism and the Growth of Knowledge: Proceedings of the International Colloquium the Philosophy of Science, London 1965, Cambridge: Cambridge University Press, 1970, pp. 231-278, pp. 234, y 266-267.

96 Cf. Feyerabend, P., "Experts in a Free Society", en: FKSR, PhilP v.III, (1970/1999), pp. 112-126, p. 124; idem., La ciencia en una sociedad libre, pp. 223, 170-171 y 193-194.

97 La inconmensurabilidad significa una crisis para el positivismo lógico y el racionalismo crítico que insisten en la distinción entre ciencia y metafísica tal como afirma Feyerabend en las décadas de 1960 y 1970. En la década de 1990, el vienés destaca que esta puede significar un obstáculo para el racionalismo y el relativismo que conciben las culturas como sistemas cerrados e inconmensurables. En sus estudios acerca de la historia de las concepciones humanas, Feyerabend destaca la posibilidad de la inteligencia humana de argumentar y reflexionar al margen de determinados que existe entre los marcos culturales. Su valoración positiva de la inteligencia explica la comunicación y comprensión entre culturas, invalidando así la noción de cultura como una unidad inconmensurable propia del relativismo y el racionalismo (cf. Feyerabend, P., La conquista de la abundancia. La abstracción frente a la riqueza del ser, Barcelona: Paidós, p. 194). En Provocaciones filosóficas (1991) hace referencia a esta virtualidad de la inteligencia humana como un motivo que lo alejó de su antigua posición relativista: "Los relativistas sugieren que debemos relacionar todos los juicios acerca de la realidad y la existencia con un marco socialmente dado. Esto parece interesante y, alguna vez, también a mí me lo pareció. Pero hay una gran desventaja: la gente puede argumentar más allá de los marcos de referencia y al margen de ellos. La comprensión puede, durante un tiempo, estar atada a un marco, sin embargo es capaz de construir puentes hacia los que un relativista estricto tendría que considerar puros disparates. Hay otra desventaja: no todos los marcos dan placer a quienes viven en su seno (placer desde su propio punto de vista). Hace un enfoque bastante concreto para llegar a una cultura viable; viable, de nuevo, desde el punto de vista de los que viven en esa cultura" (Feyerabend, P., Provocaciones filosóficas, Madrid: Editorial Biblioteca Nueva, 1991/2003, pp. 61-62). Esta valoración de la inteligencia pone de manifiesto que Feyerabend nunca negó la posibilidad de una mutua o reciproca inteligibilidad o comparabilidad entre teorías o culturas –como creyeron sus críticos a propósito de su doctrina de la inconmensurabilidad–. Estos no entendieron que la inconmensurabilidad era una objeción, una reducción al absurdo o una objeción a modos específicos de concebir la ciencia y la cultura.

 

Recibido: 05/11/2014
Aceptado: 27/04/2015

 

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