INTRODUCCIÓN
Bandura 1 propone la autoeficacia como una construcción personal sobre cuán exitosamente puede uno llevar a cabo las conductas requeridas para producir un resultado deseado, y así es el eje de su teoría sobre el cambio de la conducta. La autoeficacia percibida determina si se inicia una conducta de afrontamiento, el esfuerzo a invertir y la perseverancia frente a eventuales obstáculos hacia el cambio. De otro lado, si bien originalmente la autoeficacia se relacionó a situaciones específicas, ha pasado a ser considerada como un concepto más general, y así, representa la confianza en la capacidad personal para tratar con diferentes situaciones demandantes 2,3. El nivel de autoeficacia hace diferencia entre las personas con respecto a cómo sienten, piensan y actúan. Quienes tienen mayores niveles de autoeficacia tienen también mayores expectativas de conseguir resultados positivos, que se traduce en una actitud optimista. 4
Autoeficacia en el campo de la salud está relacionada con la confianza de la persona en su capacidad para realizar ciertas conductas orientadas a mejorar su estado de salud, la cual influye en su compromiso para desarrollar tales conductas y en el desempeño de ellas. También se refiere a la creencia optimista acerca de ser capaz de resistir tentaciones y de adoptar un estilo de vida saludable 5. Asimismo, con el concepto de empoderamiento del paciente, por el que se consigue que éste entienda su situación y tenga un mayor control e influencia sobre su propia salud. 6,7
Otros constructos psicológicos investigados en relación con las conductas que llevan a enfermar y al manejo personal del tratamiento son autoestima, optimismo, sentido de coherencia, soporte social y afrontamiento activo 8,9, señalándose la importancia de desarrollar y evaluar intervenciones psicosociales que se integren al manejo de enfermedades transmisibles y no transmisibles, en los programas de prevención y tratamiento, y en especial en problemas crónicos de salud.
Entre los problemas prevalentes de salud mental en los establecimientos de salud figuran depresión, desórdenes de ansiedad y abuso de alcohol, que incluso no son detectados 10, y en los que la autoeficacia se encuentra disminuida, influyendo en la actitud y conductas ante éstos y otros problemas de salud concurrentes. 11
Autoeficacia es un mediador clave del cambio conductual en la salud y es una característica modificable. El desarrollo de la autoeficacia se focaliza en diferentes aspectos: conductas que mantienen los problemas de salud, autocuidado, cumplimiento de las indicaciones médicas y en programas de entrevista motivacional 12. Conocer el nivel de autoeficacia de los usuarios de establecimientos de salud, de las condiciones clínicas y de los trastornos mentales más frecuentes, permite orientar la ejecución de acciones y programas que contribuyan al cambio de conductas para recuperar la salud.
El objetivo de la investigación fue determinar el nivel de autoeficacia en la población atendida en hospitales generales y centros de salud de Lima Metropolitana y su relación con la presencia de trastornos mentales y diagnósticos clínicos prevalentes.
MATERIAL Y MÉTODOS
Estudio descriptivo, relacional, sobre la base de datos del Estudio Epidemiológico de Salud Mental en Hospitales Generales y Centros de Salud de Lima Metropolitana realizado en el año 2015 10. La población estuvo conformada por personas de 18 años o más que acudieron para atención médica a ocho hospitales generales y dos centros de salud de referencia de cada uno. El muestreo fue estratificado según establecimiento y por conglomerados, según diecisiete especialidades médicas y el servicio de psicología. Las especialidades médicas fueron: Cardiología, Cirugía, Dermatología, Endocrinología, Enfermedades Infecciosas / Infectología, Gastroenterología, Ginecología, Medicina General, Medicina Interna, Neumología, Neurología, Oftalmología, Otorrinolaringología, Psiquiatría, Reumatología, Traumatología y Urología. La muestra final fue 10 885.
Todos los datos utilizados en la presente investigación fueron tomados de la base de datos del estudio primario: información sociodemográfica, especialidad médica, diagnóstico médico, diagnóstico de trastornos mentales y autoeficacia 10. Para el estudio actual se establecieron los diagnósticos médicos con una frecuencia mayor o igual al 1% en la muestra, identificándose seis: Hipertensión esencial primaria (I10X), Gastritis no especificada (K297), Enfermedad por VIH (B20.0), Infección de vías urinarias (N390), Hiperplasia de la próstata (N40) y Lumbago no especificado (M545). El diagnóstico de trastorno mental se obtuvo de las secciones correspondientes de la Mini Entrevista Neuropsiquiátrica Internacional versión español modificada 10. Para el estudio actual, trastornos de ansiedad en general incluyó: agorafobia, trastorno de pánico, trastorno de ansiedad generalizada, trastorno obsesivo compulsivo, trastorno de estrés postraumático y fobia social; trastornos depresivos en general incluyó: episodio depresivo moderado a severo y distimia, y, problemas de alcohol, incluyó abuso/dependencia. Autoeficacia fue recogida con la Escala de Autoeficacia General de Schwarzer y Jerusalem (EAG) compuesta por diez ítems, con altos índices de confiabilidad en estudios realizados en diferentes países. 13,14
Para el estudio, se utilizó la base de datos sin ponderación. Se utilizó estadística descriptiva e inferencial estableciendo porcentajes, medias y desviación estándar y confiabilidad de la EAG, y para la independencia de medias, las pruebas de Mann-Whitney y Kruskal-Wallis, y correlación de Spearman. El análisis se realizó con el programa SPSS versión 20, licencia institucional del INSM.
El proyecto de la investigación original 10 de la cual se tomaron los datos, fue aprobado por el Comité Institucional de Ética de la Investigación del INSM, incluyendo el consentimiento informado de los participantes. El proyecto de la investigación actual, de datos secundarios, fue exonerado de revisión por el mismo Comité de Ética.
RESULTADOS
Las características de la muestra de los usuarios de los establecimientos de salud se presentan en la tabla 1.
La confiabilidad de la EAG por el método de consistencia interna a través del Alpha de Cronbach fue 0,949, con media de 30,89 ± 6,29. Según las variables sociodemográficas la EAG mostró diferencias significativas en todas ellas (tabla 2). La autoeficacia fue mayor en varones, decreciente con mayor edad, creciente con mayor nivel educativo, decreciente con mayor nivel de pobreza, y mayor en el estado soltero.
Tabla 2 Escala de autoeficacia general según variables sociodemográficas.

a Prueba de Mann-Whitney
b Prueba de Kruskal-Wallis
En la tabla 3, se presentan la media y desviación estándar de la EAG en los usuarios de las 17 especialidades médicas y del servicio de psicología. La comparación entre todas las medias de la EAG de las especialidades mediante la prueba Kruskal-Wallis reveló la existencia de diferencias significativas (p<0,001). De manera específica, la comparación de la media de la EAG de cada especialidad con la media del resto de la muestra presentó diferencias significativas: la media de los usuarios de las especialidades de cirugía, dermatología, gastroenterología, medicina interna y traumatología fue mayor que el resto, y fue significativamente menor en los usuarios de las especialidades de medicina general, neurología, psiquiatría y del servicio de psicología.
Tabla 3 Valores de la Escala de autoeficacia general según especialidades médicas y comparaciones con la EAG total

EAG total: M=30,89; DE=6,29
a Prueba de Mann-Whitney
En la tabla 4 se muestra la media y desviación estándar de la EAG en los usuarios con los seis diagnósticos clínicos más frecuentes y para los tres trastornos mentales comunes, la comparación de las medias de la EAG de cada grupo diagnóstico con la media para toda la muestra y las correlaciones entre la presencia de cada grupo diagnóstico y la puntuación de la EAG. La media de los usuarios con el diagnóstico de enfermedad por VIH fue significativamente mayor, mientras que en los grupos de ansiedad en general y depresión en general fue menor significativamente. Asimismo, en estos tres grupos la correlación con la EAG fue significativa, pero baja.
DISCUSIÓN
El puntaje promedio de la EAG en la población ambulatoria, M=30,89+6,29 es menor al informado en otro estudio 15 con población de Lima M=34,3, posiblemente como reflejo del natural sentimiento de vulnerabilidad ante la amenaza al estado de salud. La autoeficacia varía según todas las condiciones sociodemográficas, lo que refleja su multideterminación.
Entre las diecisiete especialidades médicas, el nivel de autoeficacia es menor en los usuarios de medicina general, psiquiatría y neurología, y en el servicio de psicología, lo cual indica el menor sentido de competencia para afrontar sus enfermedades y trastornos, en particular en los problemas de salud mental. 11
En el estudio se identificaron los diagnósticos con frecuencia mayor al 1%: hipertensión esencial primaria, gastritis no especificada, enfermedad por VIH, infección de vías urinarias, hiperplasia de la próstata y lumbago no especificado, encontrándose que los promedios en la EAG son similares a los de la población hospitalaria globalmente, excepto en enfermedad por VIH. Nótese que la mayoría son condiciones crónicas, en las que la adherencia al tratamiento y el cambio en el estilo de vida son fundamentales para mantener el mayor grado de funcionalidad y de calidad de vida, considerando la importancia del desarrollo de autoeficacia, como se muestra en los siguientes estudios. En relación con la hipertensión, el diagnóstico más frecuente, los programas de tratamiento y preventivos incluyen programas educativos que promueven la autoeficacia entendida como la confianza de la persona en su capacidad para mejorar el manejo de la presión sanguínea a través de cambios en el estilo de vida. 16
El segundo diagnóstico más frecuente fue gastritis, que se encuentra dentro de los diez grupos de problemas de salud con mayor demanda a nivel nacional 17. En pacientes con trastornos gastrointestinales eosinofílicos, condición crónica inflamatoria, Ballou et al. 18 encontraron menores niveles de autoeficacia en pacientes con mayor cantidad de síntomas actuales en comparación con quienes se encuentran en remisión y los que siguen su régimen de dieta. Con relación a personas con VIH, Wolf et al. 19 encuentran que, si bien la adherencia al tratamiento está directamente relacionada con el nivel de educación, tal asociación está mediada por el nivel de autoeficacia.
En mujeres embarazadas, Ghouri et al. 20 resaltan el rol de la autoeficacia para desarrollar conductas orientadas a prevenir infecciones urinarias y el uso de antibióticos, por la frecuencia de infecciones resistentes del tracto urinario. De la revisión meta analítica de estudios sobre programas de automanejo para pacientes con cáncer de próstata, se encuentra que tienen efecto positivo en la calidad de vida y en la autoeficacia 21. De otro lado, el dolor crónico, como el caso del lumbago, es una de las condiciones más difíciles de tratar; además de las intervenciones dirigidas al aumento de la autoeficacia, el apoyo en el modelo conductual es importante para examinar los pensamientos catastróficos y la kinesofobia. 22
Respecto de otros problemas de salud frecuentes, no abordados en este estudio, igualmente se destaca la importancia de considerar la autoeficacia dentro de los programas de apoyo al tratamiento. Así, para el autocuidado en la diabetes mellitus tipo 2 23; en enfermedad coronaria 24; en problemas pulmonares crónicos 25; consumo de tabaco 26; enfermedades crónicas 27; en programas de abuso de drogas, ejercicio físico, bajar de peso 28. Asimismo, se encuentra que el nivel de autoeficacia para el manejo de síntomas específicos del daño cerebral y calidad de vida mejoran después de la rehabilitación neuropsicológica 29. Se ha estudiado la autoeficacia y la posibilidad de desarrollarla en relación a conductas saludables como habituarse a ejercicios físicos 3, mejorar la relación madre-bebe considerando qué tan difícil percibe la madre al niño 30, entre otras condiciones.
La frecuencia de desórdenes mentales comunes en la atención primaria es alta, particularmente depresión, ansiedad y problemas en el consumo de alcohol, y muchos casos no son identificados 10. En el presente estudio se encuentra que, en comparación con todos los usuarios de los establecimientos de salud, la autoeficacia es significativamente menor en las personas que presentan trastornos de ansiedad en general y depresión en general, y las correlaciones entre la presencia de estos trastornos y autoeficacia, aunque bajas, son inversas y significativas.
En particular, características personales como autoestima y autoeficacia se encuentran disminuidas en estas condiciones, que reflejan experiencias de desamparo e impotencia para tratar con diferentes situaciones 14. En una revisión de artículos sobre las expectativas de eficacia y las expectativas de aspiración en trastornos de depresión y ansiedad, Villamarín 11 encontró que en trastornos de ansiedad el nivel de autoeficacia se relaciona directamente con la conducta de afrontamiento y la sensación de miedo, y en el caso de depresión aparece la combinación de alta aspiración de resultados y baja autoeficacia. El abordaje de la autoeficacia en las condiciones de depresión y ansiedad fortalecería no solo la capacidad de las personas para manejar el tratamiento de estas condiciones, sino para el tratamiento de las enfermedades coexistentes.
La confianza en la propia habilidad para realizar ciertas conductas relacionadas con la salud influye en la realización de tales conductas, las cuales a su vez influyen en la prevención de enfermedades y en la evolución de éstas. La no adherencia al tratamiento puede afectar la calidad de vida de las personas, en especial tratándose de enfermedades crónicas, planteándose la autoeficacia dentro del modelo de la teoría social cognitiva, al lado de otras teorías como la de Prochaska y Diclemente, como un factor para explicarla y modificarla. 9
Entre las limitaciones de la investigación se debe mencionar que las variables utilizadas provienen de un estudio más amplio que contempla otras variables, cuyo contenido eventualmente puede influir en las respuestas a la EAG. Los diagnósticos clínicos más frecuentes identificados no necesariamente se corresponden con los diagnósticos prevalentes en los establecimientos, considerando las características del muestreo. No se han abordado condiciones de comorbilidad que potencialmente pueden afectar el nivel de autoeficacia.
Se concluye que la EAG varía según condiciones sociodemográficas, lo que se debe tener en consideración para las intervenciones, y es menor en la población que acude a atención médica en comparación con el nivel informado en la población general. Se registran menores niveles de autoeficacia en los usuarios de las especialidades de medicina general, psiquiatría y neurología y en el servicio de psicología. No es diferente el nivel de autoeficacia en los seis diagnósticos clínicos más frecuentes en relación al obtenido en todos los usuarios, excepto en enfermedad por HIV que es significativamente mayor. El nivel de autoeficacia es significativamente menor en las condiciones de trastornos depresivos en general y de trastornos de ansiedad en general, no así en el abuso/dependencia de alcohol, en comparación con la población que asiste a los servicios de atención.
















