INTRODUCCIÓN
El fósforo (P) es un nutriente esencial en la nutrición de pollos de carne, siendo el segundo mineral en orden de abundancia en el organismo. Este mineral es un componente de las estructuras óseas y membranas celulares; además, participa directamente en el metabolismo energético, equilibrio ácido-base y en los procesos de división celular, así como de transmisión genética (ProszkowiecWeglarz y Angel, 2013; Hamdi et al., 2017).
El P presente en las dietas para pollos de carne proviene principalmente de las materias primas de origen vegetal, en donde se encuentra en un 60-80% formando complejos con el ácido fítico, también conocido como fitato, no estando disponible en las aves (Carvalho de Oliveira et al., 2006; Patiño et al., 2012); de allí que se requiera adicionar una fuente de P de origen inorgánico en la dieta para cubrir los requerimiento de este mineral (Lima et al., 1997; Lambert et al., 2014).
Los fosfatos inorgánicos son fuentes no renovables de P y son empleados en la nutrición animal. Provienen de minas de roca fosfórica y son tratados con un ácido fuerte como el ácido sulfúrico y neutralizados con carbonato de calcio. Dependiendo del proceso químico, se obtienen diversas formas de fosfato inorgánico: dicálcico (DCP), monodicálcico (MDCP), monocálcico (MCP) y tricálcico (TCP), donde varían los niveles de P y calcio, así como el nivel de hidratación de la molécula (con o sin agua) (Hamdi et al., 2017). Debido a esta variabilidad, es importante conocer la biodisponibilidad de la fuente de fosfato inorgánico que se añade a la dieta, el cual se puede comprobar de forma directa por medio de estudios de digestibilidad o de forma indirecta por medio de los parámetros productivos, valores relacionados al desarrollo óseo a nivel de la tibia, así como con los niveles de mineralización de dicho hueso (Mutucumarana, 2014).
Los estudios de disponibilidad indirecta relacionados a las características óseas se basan en que entre el 80 y 85% del P en el organismo del ave se encuentra retenido en los huesos, por lo que pueden ser utilizados como indicadores de la disponibilidad de dicho mineral en la dieta (Mebelebele et al., 2017). Los huesos de los miembros posteriores, sobre todo la tibia, se le utiliza para analizar el contenido de cenizas, calcio o P en su composición, o por métodos indirectos como características morfométricas, densidad, resistencia a la rotura, etc. (Rodehutscord, 2011). En el mercado se encuentras varias de fuentes de fosfatos; sin embargo, no existe suficiente información sobre su grado de utilización por los pollos de engorde, tanto productivas como de características óseas de la tibia. Por esta razón, el objetivo del presente estudio fue comparar el comporta-miento productivo, características morfomé-tricas e indicadores de mineralización ósea a nivel de tibia en pollos de engorde alimenta-dos con dietas con cinco fuentes comerciales de fosfatos inorgánicos.
MATERIALES Y MÉTODOS
El estudio se realizó en la estación experimental de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia (FAVEZ) de la Universidad Peruana Cayetano Heredia (UPCH), ubicada en Lurín, Lima. Perú. Se emplearon 300 pollos BB machos de 1 día de edad de la Línea Cobb 500, provenientes de un mismo lote de reproductoras y vacunados en planta de incubación contra Marek, Gumboro, Newcasttle, bronquitis y laringotraqueitis.
Las aves fueron distribuidas en seis tratamientos con 10 repeticiones por trata-miento y cinco aves por repetición. Las aves fueron alojadas en jaulas metálicas de malla galvanizada (baterías) de cinco pisos y dos divisiones por piso, con comederos lineales ubicados en la parte externa de cada jaula y bebederos tipo tongo ubicados en el interior de la jaula. La temperatura de crianza se manejó por medio de campanas calefactoras y la ventilación por medio de cortinas, teniendo como base las recomendaciones de crianza de la línea genética.
Los tratamientos fueron: T1, dieta basal + fosfato monosódico grado alimenticio (MNaP) (25% de P, 0% de Ca); T2, dieta basal + fosfato dicálcico (DCP) (18.5% P, 26% Ca); T3, dieta basal + fosfato monodicálcico 1 (MDCP 1) (21.5% P, 26% Ca); T4, dieta basal + fosfato monodicálcico 2 (MDCP 2) (21.0% P, 15% Ca); T5: dieta basal + fosfato monocálcico 1 (MCP 1) (22.3% P, 14% Ca); T6, dieta basal + fosfato monocálcico 2 (MCP 2) (22.7% P, 15% Ca). Se empleó una dieta basal para pollos de carne de 1 a 21 días de edad, cuyo valor nutricional calculado y composición se presenta en el Cuadro 1. La presentación de la dieta basal fue en base a harina. No se adicionaron enzimas como fitasas, carbohidrasa o proteasa. La inclusión de las diferentes fuentes de fósforo inorgánico se realizó con base a la recomendación de cada proveedor (Hoja técnica del producto) y se añadió cascarilla de arroz para llegar al 100% del total de la dieta en cada tratamiento. También se administró agua limpia y fresca ad libitum con un nivel de 3 ppm de cloro. El periodo de alimentación con las dietas experimentales fue de 21 días.
T1, dieta basal + fosfato monosódico grado alimenticio (MNaP) (25% de P, 0% de Ca); T2, dieta basal + fosfato dicálcico (DCP) (18.5% P, 26% Ca); T3, dieta basal + fosfato monodicálcico 1 (MDCP 1) (21.5% P, 26% Ca); T4, dieta basal + fosfato monodicálcico 2 (MDCP 2) (21.0% P, 15% Ca); T5: dieta basal + fosfato monocálcico 1 (MCP 1) (22.3% P, 14% Ca); T6, dieta basal + fosfato monocálcico 2 (MCP 2) (22.7% P, 15% Ca)
La eutanasia de los pollos se realizó a los 21 días de edad por medio de una aplicación intracraneal (unión atlanto-occipital) de pentobarbital sódico (130 mg/kg de peso vivo). Se retiraron las dos tibias de cada ave, que formó una repetición. Se procedió a retirar el tejido muscular, graso y cartilaginoso de las tibias siguiendo el procedimiento empleado por Peceros et al. (2016). Los contenidos de calcio y fósforo en la tibia se realizaron en el Laboratorio de Plantas, Aguas y Fertilizantes de la Facultad de Agronomía de la Universidad Nacional Agraria La Molina (UNALM), Lima.
Se registró la cantidad de alimento ofrecido y el residuo del día anterior. En forma semanal se registró el peso vivo, consumo de alimento y ganancia de peso total, utilizando una balanza digital con 0.01 g de precisión. La conversión de alimento final se calculó dividiendo el consumo de alimento total sobre la ganancia de peso total.
Se realizaron las mediciones de las tibias derecha: peso (mg), largo (mm), diámetro de diáfisis (mm) y volumen (cm3) utilizando una balanza digital (precisión de 0.1 mg), probetas graduadas (10 y 25 ml) y un vernier (15 cm y 0.05 mm); además, se determinaron indicadores de mineralización ósea como densidad (mg/cm3), índice de Seedor (mg/mm), índice de robusticidad (mm) y porcentaje de cenizas, calcio y fósforo. La tibia izquierda se empleó para la medición de la resistencia de tibia (kgf/cm2).
Se empleó un diseño completamente aleatorizado (DCA) con seis tratamientos, 10 repeticiones y 5 aves por repetición. Los datos obtenidos se analizaron con el programa estadístico Minitab® 17. Se determinó la normalidad y homogeneidad de varianza de los datos. Luego se utilizó el análisis de varianza (ANOVA) para determinar diferencias estadísticas y la prueba de Tukey para diferencias las medias (p<0.05).
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
El Cuadro 2 muestra los parámetros productivos obtenidos a los 21 días de edad en pollos de carne alimentados con las fuentes de fosfatos inorgánicos en estudio. No se encontró diferencia estadística entre las variables evaluadas. Los resultados concuerdan con los trabajos de Lima et al. (1997) y Hamdi et al. (2017), quienes no observaron diferencias estadísticas al comparar el efecto de diferentes fuentes de fosfatos sobre el rendimiento productivo en broilers a los 21 días de edad.
T1, dieta basal + fosfato monosódico grado alimenticio (MNaP) (25% de P, 0% de Ca); T2, dieta basal + fosfato dicálcico (DCP) (18.5% P, 26% Ca); T3, dieta basal + fosfato monodicálcico 1 (MDCP 1) (21.5% P, 26% Ca); T4, dieta basal + fosfato monodicálcico 2 (MDCP 2) (21.0% P, 15% Ca); T5: dieta basal + fosfato monocálcico 1 (MCP 1) (22.3% P, 14% Ca); T6, dieta basal + fosfato monocálcico 2 (MCP 2) (22.7% P, 15% Ca)
1 Los valores son promedios de 10 repeticiones de 5 aves cada una (50 aves por tratamiento)
Los cuadros 3 y 4 muestran los resultados de las mediciones de características morfométricas e indicadores de mineralización a nivel de la tibia derecha. El peso, volumen, índice de Seedor y resistencia de tibia no fueron afectados por la fuente de fosfato en el alimento, pero hubo diferencias significativas en el largo, diámetro de diáfisis, densidad e índice de robusticidad (p<0.05).
T1, dieta basal + fosfato monosódico grado alimenticio (MNaP) (25% de P, 0% de Ca); T2, dieta basal + fosfato dicálcico (DCP) (18.5% P, 26% Ca); T3, dieta basal + fosfato monodicálcico 1 (MDCP 1) (21.5% P, 26% Ca); T4, dieta basal + fosfato monodicálcico 2 (MDCP 2) (21.0% P, 15% Ca); T5: dieta basal + fosfato monocálcico 1 (MCP 1) (22.3% P, 14% Ca); T6, dieta basal + fosfato monocálcico 2 (MCP 2) (22.7% P, 15% Ca)
1 Los valores son promedios de 10 repeticiones de 5 aves cada una (50 aves por tratamiento)
a,b Valores en la misma fila con letras diferentes difieren significativamente (p<0.05)
T1, dieta basal + fosfato monosódico grado alimenticio (MNaP) (25% de P, 0% de Ca); T2, dieta basal + fosfato dicálcico (DCP) (18.5% P, 26% Ca); T3, dieta basal + fosfato monodicálcico 1 (MDCP 1) (21.5% P, 26% Ca); T4, dieta basal + fosfato monodicálcico 2 (MDCP 2) (21.0% P, 15% Ca); T5: dieta basal + fosfato monocálcico 1 (MCP 1) (22.3% P, 14% Ca); T6, dieta basal + fosfato monocálcico 2 (MCP 2) (22.7% P, 15% Ca)
1 Los valores son promedios de 10 repeticiones de 5 aves cada una (50 aves por tratamiento)
a,b Valores en la misma fila con letras diferentes difieren significativamente (p<0.05)
Mabelebele et al. (2017), estudiaron los parámetros morfométricos a nivel de fémur y tibia en pollos indígenas (Venda Chicken) y pollos de carne (Ross 308), obteniendo un Rvalue mayor al 90% para la relación entre el largo y peso de tibia con el peso de carcasa; sin embargo, no se pudo determinar esta relación en el presente estudio. Por otro lado, Lima et al. (1997), no encontraron diferencia estadística a la variable resistencia de tibia con relación a las fuentes de fosfatos suplementados en la dieta, lo cual concuerdan con los resultados del estudio.
Cabe señalar que el índice de Seedor tiene relación directa con la densidad del hueso; es decir, a mayor sea el índice, mayor será la densidad del hueso; mientras que el índice de robusticidad indica que a menor valor sea, el hueso es más fuerte (Mabelebele et al., 2017). No obstante, Aguilar et al. (2018) mencionan que la densidad es el valor más importante a la evaluación indirecta de la mineralización ósea.
Las fuentes de fosfato afectaron los contenidos de calcio y P (p<0.05), mas no así el porcentaje de ceniza (Cuadro 5). Los huesos pueden mostrar diferentes respuestas según el tipo de fosfato; por ello, este valor no se puede emplear directamente como medida de la disponibilidad del P. Si bien, se encuentra una correlación significativa entre el contenido de cenizas en huesos y P retenido, esta correlación es baja (r=0.7) y no da suficiente sustento para poder recalcular la disponibilidad de P a partir de los datos obtenidos de los huesos (Rodehutscord, 2011). Sin embargo, el contenido de P en el hueso puede ser representativo del contenido de P corporal. Shastak et al (2012) determinaron que incrementos en el contenido de P a nivel de la tibia en 1 mg corresponde con aumentos del P corporal en 17.7 mg, cuando se emplea dietas con bajo contenido de P (P disponible de 0.35).
T1, dieta basal + fosfato monosódico grado alimenticio (MNaP) (25% de P, 0% de Ca); T2, dieta basal + fosfato dicálcico (DCP) (18.5% P, 26% Ca); T3, dieta basal + fosfato monodicálcico 1 (MDCP 1) (21.5% P, 26% Ca); T4, dieta basal + fosfato monodicálcico 2 (MDCP 2) (21.0% P, 15% Ca); T5: dieta basal + fosfato monocálcico 1 (MCP 1) (22.3% P, 14% Ca); T6, dieta basal + fosfato monocálcico 2 (MCP 2) (22.7% P, 15% Ca)
1 Los valores son promedios de 10 repeticiones de 5 aves cada una (50 aves por tratamiento)
a,b Valores en la misma fila con letras diferentes difieren significativamente (p<0.05)
CONCLUSIONES
La fuente de fosfato inorgánico no tiene un efecto directo sobre los parámetros productivos cuando el nivel de P disponible se encuentra en un nivel de 0.45% del total de la dieta.
El fosfato dicálcico presentó un mayor porcentaje de fósforo a nivel de la tibia en comparación con las otras fuentes evaluadas.