INTRODUCCIÓN
En el Perú se viene incrementando la producción y consumo de carne de cuy (Sánchez, 2019; Cuibin et al., 2020). Las últimas cifras indican que el volumen de exportación en 2018 fue de 9958 kg y el valor de mercado en las fronteras aduaneras (FOB, por sus siglas en inglés) fue 128,000 dólares (MINAGRI, 2019). Se estima una población de 18 millones de cuyes en el país, distribuidos en 188 productores grandes y 17 192 productores medianos o pequeños (INEI, 2018).
A pesar del crecimiento productivo, la mayoría de los productores realiza la crianza con un manejo tradicional, ocasionando sobrecostos y menor calidad productiva (Zambrano, 2015; Salvatierra et al., 2018). Un punto crítico es la alimentación no balanceada (Tineo, 2015; Collado, 2016; Sotelo et al., 2020). Ante esto, diversos estudios han evaluado suplementos nutricionales para la optimización de la producción de cuyes, obteniendo buenos resultados (Quintana et al., 2013; Rosales et al., 2014; León et al., 2016; Reyes-Sánchez et al., 2018; Sullca, 2019; Hidalgo y Valerio, 2020).
En la parte andina de la región central del Perú (Junín), existe gran producción agrícola de mashua (Tropaeolum tuberosum) y tarwi (Lupinus mutabilis) (MINAGRI, 2018); no obstante, a pesar de que pueden reemplazar a la soya (Ojeda y Salazar, 2011) y al maíz (Urresta, 2010) por su alto valor nutritivo (INS, 2017), son poco valorados para su uso en las raciones alimenticias. Con el fin de aprovechar las propiedades nutritivas del tarwi y mashua, el presente estudio tuvo por objetivo evaluar el efecto de la suplementación de estos nutrientes sobre los indicadores productivos y valor nutricional de los cuyes de la sierra central. Esto permitirá nuevas posibilidades de alimentación en la producción de cuyes.
MATERIALES Y MÉTODOS
Ubicación
La investigación se llevó a cabo entre julio a setiembre de 2019 en las instalaciones de la granja de cuyes de la Escuela de Ingeniería Agroindustrial de la Universidad Nacional del Centro del Perú (UNCP), ubicada en la ciudad de Tarma, departamento de Junín, Perú. La zona presenta una temperatura media anual de 12 °C y una precipitación de 459 mm.
Material Biológico
Se emplearon 32 cuyes machos destetados de raza Perú con cuatro semanas de edad, pesos de 309 a 578 g, distribuidos aleatoriamente en cuatro jaulas de acero galvanizado y 73.5 cm3 de espacio. Para minimizar el sesgo, se colocaron pesos homogéneos de cuyes en cada jaula evaluados con la prueba de Levene (p>0.05).
T1: concentrado integral (control); T2: concentrado integral + 18% harina de tarwi; T3: concentrado integral + 25% harina de mashua; T4: concentrado integral + 25% harina de mashua + 18% harina de tarwi.
Fuente: Laboratorio de la Escuela de Ingeniería Agroindustrial UNCP
Diseño Experimental
Se utilizó un diseño completamente aleatorio (DCA) durante 40 días. En cada jaula se ubicó a un grupo de 8 cuyes (repeticiones) formando cuatro tratamientos de alimentación: T1: concentrado integral (control); T2: concentrado integral + 18% harina de tarwi; T3: concentrado integral + 25% harina de mashua; T4: concentrado integral + 25% harina de mashua + 18% harina de tarwi.
Dietas
Se preparó un concentrado integral según las recomendaciones del Consejo Nacional de Investigación (NRC, 1995), donde se adicionó las harinas de tarwi y mashua. Las mezclas según los tratamientos fueron realizadas con una balanza electrónica de 0.1 g de sensibilidad.
La harina de tarwi fue obtenida después de la limpieza de los granos con hipoclorito de sodio (150 ppm por 5 minutos), hidratación (1:2 grano/agua por 12 horas), cocción (60 minutos), desamargado (lavado 6 veces al día), secado (80 °C por 24 horas). La harina de mashua fue obtenida después de la limpieza de los tubérculos con hipoclorito de sodio (200 ppm por 5 minutos), rectificado en rodajas (2 mm espesor), secado (60 °C por 24 horas). La molienda en ambos se hizo en un molino de martillos.
Diariamente se suministró 100 g de alimento, tipo concentrado peletizado con diámetro de 4 mm y longitud de 12 mm por cada animal en comederos de arcilla enlozada. La mitad del alimento a las 07:00 y el resto a las 19:00. Se suministró agua ad libitum en bebederos de plástico.
Se tomaron 500 g de muestras de las dietas experimentales al inicio de la etapa para el análisis químico proximal en el Laboratorio de la Escuela de Ingeniería Agroindustrial de la UNCP (Cuadro 1).
Variables
Ganancia de peso vivo (GPV). Se registraron los pesos individuales de cada animal desde el inicio del experimento y cada siete días. Se empleó una balanza electrónica de 0.1 g de sensibilidad con el cuy en ayunas (Salcedo, 2017).
Consumo de alimento (CA). Diariamente se pesó el residuo no consumido. La CA fue calculada por diferencia entre los pesos del alimento ofrecido y no consumido.
Índice de conversión alimenticia (ICA). Se calculó dividiendo el CA y la GPV en cada unidad experimental (Salcedo, 2017).
Composición nutricional (CN). Se determinó el contenido de humedad, grasa, proteína, ceniza, fibra y extracto libre de nitrógeno de las carcasas al final del experimento, según las recomendaciones de la Asociación Oficial de Químicos Analistas (AOAC, 1990). El detalle de los métodos se muestra en el Cuadro 2.
Análisis Estadístico
Se calcularon los promedios y desviación estándar de la GPV, CA e ICA por semana y tratamiento. Se aplicó el test de Saphiro-Wilk para determinar la normalidad de los datos y la prueba de Kruskal-Wallis para la comparación de los tratamientos (α= 0.05). Además, se aplicó la prueba de MannWhitney para comparaciones entre tratamientos. Para los análisis y pruebas se utilizó el software estadístico MINITAB v. 18.
RESULTADOS
Indicadores Productivos
Ganancia de peso vivo
En el Cuadro 3 se aprecia el comportamiento de la GPV de los cuyes según la dieta ofrecida durante las seis semanas del estudio. Los tratamientos mostraron diferencias significativas (p<0.05), hasta la quinta semana, siendo mayor en T4 (concentrado integral + 25% harina de mashua+ 18% harina de tarwi); sin embargo, no hubo diferencias significativas entre tratamientos en la semana 6.
Los promedios de GPV por tratamiento se muestran en la Figura 1. Los cuyes de T4 presentaron la mayor ganancia (239.46 ± 77.65 g/semana), seguida del T2. La menor ganancia se observó en los cuyes de T3 (concentrado integral + 25% de harina de mashua). Los resultados muestran un mejor efecto con los suplementos con tarwi (T2 y T4) en el incremento de peso (p<0.05).
Consumo de alimento
El CA semanal no mostró diferencia significativa entre tratamientos durante las seis semanas del estudio (Cuadro 4).
En la Figura 2 se puede observar los promedios de CA toda la duración del experimento, donde los cuyes de T4 (485.92 ±90.82 g/semana) y T2 (430.50 ±74.48 g/semana) presentaron mayores consumos, a pesar de no mostrar diferencia significativa entre tratamientos (p<0.05).
Índice de conversión alimenticia
La primera y segunda semana se registraron conversiones alimenticias bajas sin diferencia significativa, y los grupos suplementados con mashua mostraron bajas conversiones en la tercera semana (p<0.05; Cuadro 5).
La Figura 3 muestra los promedios de conversión alimenticia durante el estudio. Los mejores promedios se obtuvieron en los cuyes de los tratamientos suplementados con tarwi (T2 y T4), aunque sin diferencia significativa.
Composición Nutricional
El Cuadro 6 muestra los componentes nutricionales de las carcasas de cuy según las dietas suministradas. Se encontró un mayor contenido de grasa en las carcasas de cuyes de T3 (p<0.05) y mayor contenido de fibra en T1 (p<0.05). De otro lado, hubo di ferencias significativas en los contenidos de materia seca, ceniza, humedad, proteínas y extracto libre de nitrógeno entre tratamientos.
T1: concentrado integral (control); T2: concentrado integral + 18% harina de tarwi; T3: concentrado integral + 25% harina de mashua; T4: concentrado integral + 25% harina de mashua + 18% harina de tarwi.
a,b,c Valores con superíndices diferentes dentro de columnas indican diferencias significativas
T1: concentrado integral (control); T2: concentrado integral + 18% harina de tarwi; T3: concentrado integral + 25% harina de mashua; T4: concentrado integral + 25% harina de mashua + 18% harina de tarwi.
a Valores con superíndices similares no son significativamente diferentes (p>0.05)
T1: concentrado integral (control); T2: concentrado integral + 18% harina de tarwi; T3: concentrado integral + 25% harina de mashua; T4: concentrado integral + 25% harina de mashua + 18% harina de tarwi.
a,b Valores con superíndices diferentes dentro de columnas indican diferencias significativas (p<0.05)
DISCUSIÓN
La suplementación con harina de tarwi (T2 y T4) tuvo mejor efecto en la GPV comparada con suplementos de harina de mashua (T3) e integral (T1). Asimismo, las GPV fue mejor que la reportada en otros estudios con alimento balanceado (Solorzano et al., 2010), harina de yacón (Perea et al., 2007) y harina de sangre (Salcedo, 2017), posiblemente debido al mayor contenido proteico del tarwi (Chauca et al., 2004; INS, 2017). El consumo de alimento (CA) fue ligeramente supe rior en las dietas con tarwi, aunque sin diferencia significativa, posiblemente debido al menor contenido de carbohidratos (Chauca, 1997; Ojeda y Salazar, 2011), pero fue, en todos los casos, mayor a los reportes con residuos de cerveza (Cerna, 1997) y harina de alfalfa (Salcedo, 2017).
T1: concentrado integral (control); T2: concentrado integral + 18% harina de tarwi; T3: concentrado integral + 25% harina de mashua; T4: concentrado integral + 25% harina de mashua + 18% harina de tarwi.
a,b Valores con superíndices diferentes dentro de filas indican diferencias significativas
No hubo diferencias significativas en el ICA; sin embargo, se observó que los cuyes tuvieron un proceso de adaptación al alimento en las primeras semanas, siendo menor para el grupo alimentado con suplemento de mashua (T3, semana 3), posiblemente debido el menor contenido de fibra y mayor contenido de carbohidratos (Morales, 2009; Urresta, 2010). Los resultados alcanzados fueron menores a lo reportado con el uso de peletizados (Tarrillo et al., 2018) y dietas suplementadas con aceite de pescado y semilla de sacha inchi (Guevara et al., 2016).
El valor nutricional de la carcasa no mostró grandes diferencias entre tratamientos, aunque se registró un mayor contenido de grasa con la suplementación de mashua, efecto que se contrasta con otros resultados de adición de suplementos (Huamaní, 2015; Flores-Mancheno et al., 2017).
CONCLUSIONES
La suplementación con harina de tarwi tuvo un efecto positivo en la mejora de la respuesta de la ganancia de peso vivo, sin afectar significativamente el consumo de alimento y la conversión alimenticia.
El suplemento con harina de mashua incrementó la proporción de grasa en las carcasas