INTRODUCCIÓN
La crianza de ovinos criollos en el Perú tiene vital importancia en la economía de la población rural, principalmente en la población altoandina. El sistema de crianza predominante es el extensivo, siendo el pastoreo en pastizales naturales la base de la alimentación, pero sin tener en cuenta la carga animal, la disponibilidad de forraje ni la condición del pastizal. Las prácticas de manejo que se aplican son generalmente tradicionales.
Uno de los problemas que afronta el productor de ovinos y que afecta la productividad del rebaño es la mortalidad neonatal de corderos. La mayor mortalidad neonatal ocurre dentro de los tres primeros días de vida, siendo entre 3 y 30%, dependiendo del manejo que se realiza con el rebaño (Pérez, 2010), con una media del 20% en sistemas extensivos (Ramos, 2018). La mortalidad de neonatos en explotaciones ganaderas pequeñas oscila entre 10 y 30% (De la Barra y Gamín, 2010), mientras que en sistemas de producción de ovinos Corriedale y Merino es menor a 10% como consecuencia de un mejor programa de manejo (Fernández et al., 2017).
La mortalidad neonatal de corderos es causada por diversos factores asociados con la oveja, con el cordero y el medio ambiente (Díaz et al., 2012). Entre estos, la condición corporal (CC) y edad de la oveja, el peso al nacimiento y sexo del cordero y el manejo de la parición como factor relacionado con el medio ambiente. Por este motivo, el presente estudio tuvo como objetivo identificar las causas y factores que se encuentran asociadas con la mortalidad corderos neonatos en re- baños de ovino criollo que permanecen en sistema de crianza extensiva.
MATERIALES Y MÉTODOS
El estudio se realizó en la comunidad campesina de Quero, ubicado en el distrito de Molinos, Jauja, Perú, a 3885 msnm. El lugar se caracteriza por su clima frío con una corta estación de lluvias (diciembre-marzo) y una mayor época seca (abril-noviembre). La precipitación anual es de 785.7 mm y la temperatura media de 7.8 ºC.
En el área de estudio se identificaron 13 estancias con predominio del ovino criollo, cuyo sistema de producción se basa principalmente en el pastoreo extensivo en pastizales naturales de propiedad comunal; en algunos casos con uso de insumos de producción local (heno), uso limitado de insumos externos (antiparasitarios) y prácticas de manejo tradicional como el boqueo para conocer la edad de la oveja y el perneo para confirmar el estado de gestación. Los rebaños en promedio tienen 135.8 ovinos y está formado por borregas (52.3%), carneros (3.2%), carnerillos (6.6%), ovejas jóvenes (15.3%) y corderos (22.5%).
El área de pastoreo se ubica entre 3972 y 4430 msnm, con predominio de Stipa ichu y Calamagrostis vicunarum como principales componentes del pajonal y de Muhlenbergia fastigiata y Alchemilla pinnata como componentes importantes del césped de puna. En el área pastorean también rebaños de llamas, pero los ovinos pastorean en áreas con mayor predominio de césped de puna y las llamas en áreas con predominio de pajonales.
Para el estudio se seleccionaron por conveniencia tres estancias que se diferenciaron por la forma de manejo de la parición, principalmente por contar con un potrero de manejo, y con mejor calidad y mayor cantidad de pastos respecto al pastizal en general, que permite al criador asegurar la supervivencia de los corderos neonatos, además de realizar la desinfección del ombligo y asegurarse del consumo de calostro.
- Estancia A: ubicada a 1.98 km del centro poblado de Quero, a una altitud de 3972m. El rebaño está compuesto por 128 ovinos y 45 llamas. Para la parición, las ovejas preñadas se separan del rebaño y se trasladan al centro poblado (3885 msnm), donde el criador les proporciona los cuidados necesarios. Durante el día (09:00 a 17:00 h) pastorean en un corral amplio donde predomina el rastrojo de avena, que hace las veces de potrero de manejo de la parición. En las noches se trasladan a un corral contiguo a la vivienda del criador donde se les provee heno de avena.
- Estancia B: ubicada a 2.52 km del centro poblado de Quero, a una altitud de 4196 m. El rebaño está compuesto por 163 ovinos y 39 llamas. Los animales pastorean entre las 08:00 y 16:00 h y durante la noche las ovejas son alojadas en un corral ubicado cerca de la vivienda. Cuenta con potrero de manejo de la parición cercado con malla ganadera donde pastorean las ovejas preñadas y las ovejas con cría.
- Estancia C: ubicada a 2.57 km del centro poblado de Quero, a una altitud de 4205m. El rebaño está compuesto por 112 ovinos y 96 llamas. Los animales pasto- rean entre las 07:00 y 17:00 h y durante la noche las ovejas son alojadas en un corral cerca de la vivienda del productor. No cuenta con potrero de manejo de la parición; por consiguiente, las ovejas preñadas y las ovejas con cría pastorean junto a las demás ovejas del rebaño.
Se realizó el control del parto de 132 ovejas (42 del rebaño A, 56 del rebaño B y 34 del rebaño C). En forma previa se había realizado el diagnóstico de preñez en el último tercio de gestación, y determinado la condición corporal (Romero, 2015) y la edad de las ovejas por el método de boqueo (Tinari et al., 2014). Se registró el peso y sexo del recién nacido. Se utilizó una balanza digital (± 2 g) en cada estancia. El diagnóstico de la mortalidad fue realizado por un médico veterinario siguiendo la técnica de necropsia en condiciones de campo (Moroni y Oemick, 2016). Para verificar los registros, los rebaños fueron visitados una vez cada dos semanas. Las causas de mortalidad fueron identificadas in situ y registradas en un cuaderno de acontecimientos.
Se utilizó la prueba de Chi cuadrado y el análisis de varianza (ANOVA) para determinar diferencias significativas por efecto de las variables del estudio, la prueba de Tukey para determinar diferencias entre medias, mediante el programa estadístico SPSS. Los factores asociados a la mortalidad fueron analizados mediante Regresión Logística (Hosmer et al., 2013).
RESULTADOS
Del total de 132 ovejas uníparas en las tres estancias, 20 de 28 corderos neonatos murieron durante las primeras 48 horas del nacimiento (71.4%). La tasa general de mor- talidad fue de 21.2% (Cuadro 1). Los corderos con pesos menores de 2 kg al nacer tuvieron la mayor mortalidad (37.8%), en tanto que la mortalidad de las crías hembras (4.6%) fue más alta que la de los machos.
Las causas de mortalidad de corderos neonatos se muestran en el Cuadro 2. La causa con mayor incidencia de muertes fue por neumonía (28.67%), seguido por inanición, distocia, diarrea y depredación, pero también se tuvo el 17.9% de muertes no diagnosticadas. El mayor porcentaje de mortalidad de neonatos se dio en el rebaño C (Cuadro 3), en cuyo sistema de producción no se cuenta con un potrero de parición.
El manejo de la parición (estancia), señalado como factor asociado con el medio ambiente, influenció significativamente la tasa de mortalidad (p<0.008), siendo mayor en la Estancia C en comparación con los rebaños de las estancias A y B (Cuadro 3).
La condición corporal de la oveja al parto influenció significativamente el porcentaje de mortalidad de los neonatos, siendo esta mayor en corderos nacidos de ovejas con CC <2 (p<0.05; Cuadro 3). De igual forma, la edad de la oveja mostró asociación significativa con la mortalidad temprana (p<0.046), siendo mayor en las ovejas de 4D (D: dientes) en comparación con las de 6D y 8D (Cuadro 3). Respecto a los factores asociados con el cordero, neonatos con menor peso al nacimiento presentaron una mayor y significativa mortalidad (p<0.013), en tanto que el sexo del cordero no influyó en la mortalidad de los neonatos (Cuadro 3).
Los factores asociados con la mortalidad de neonatos según la regresión logística se muestran en el Cuadro 4. De mayor a menor incidencia fueron la condición corporal de la oveja, el peso del cordero, el manejo de la parición (según estancia) y la edad de las madres. Los corderos con CC <2 al nacimiento tuvieron 7.4 veces más probabilidades de morir que aquellos nacidos de ovejas con mayor CC. En forma similar, corderos con pesos al nacer menor a 2 kg tuvieron 3.52 veces más probabilidades de morir que aquellos con pesos mayores al nacer, en tanto que los nacidos en la estancia C tuvieron 3.43 veces más probabilidades de morir que corderos nacidos en las estancias A y B, y aquellos nacidos de ovejas jóvenes (4D) tuvieron 2.85 veces más probabilidades de morir que los corderos nacidos de ovejas mayores (6D y 8D). Por otro lado, el sexo del cordero no sería un factor relacionado con la mortalidad de los neonatos.
DISCUSIÓN
El 21.2% de mortalidad de corderos neonatos del estudio se encuentra dentro del rango reportado (10% y 30%) para pequeñas explotaciones ganaderas (De la Barra y Gamín, 2010) y ligeramente mayor al referido en un estudio previo (20%) para la producción de ovejas en sistemas extensivos (Ramos, 2018). El mayor porcentaje de mor- talidad ocurrió poco después del parto, indicando la importancia de este periodo para la supervivencia de los corderos (Holmøy et al., 2017).
La tasa de mortalidad de neonatos, tanto en sistemas intensivos como extensivos, continúa siendo preocupación permanente de los productores de ovinos. Mortalidades entre 15 a 25% son frecuentes en crianzas de ovinos de todo el mundo (Nowak y Poindron, 2006; Campbell et al., 2009; Elizalde et al., 2019) y mucho depende de las condiciones en las que se crían. Por ejemplo, las tasas de mortalidad en Australia y Nueva Zelanda varían entre 4.5 y 26.8% (Campbell et al., 2009; Refshauge et al., 2016; Kopp et al., 2020), mientras que en ovejas autóctonas del continente africano se reportan tasas de mor- talidad más altas, de 8-56% (Ayele et al., 2019), 27.3-32.5% (Hadgu et al., 2021) y 20.9-22.3% (Zahid et al., 2021).
La principal causa de mortalidad observada en el estudio fue la neumonía (28.6%), presentándose entre el primer y tercer día del nacimiento, y estrechamente asociada con factores ambientales que son difíciles de controlar como la altitud (3972 y 4430 msnm) y condiciones climáticas al momento del parto (calor si los días son soleados y fuerte frío por las noches). La mortalidad de los neonatos por neumonía también está asociada al manejo de la parición, que exige condiciones adecuadas para la madre y la cría (Freitas- de-Melo et al., 2018; Temple y Manteca, 2020).
La inanición fue la segunda causa de mortalidad observada en el estudio (17.9%), la cual no solo se encuentra asociada a las variaciones del clima al momento del parto, sino además al bajo peso al nacimiento, la incapacidad de mamar y bajo consumo de calostro, subnutrición de la oveja y la escasa cantidad de leche en la ubre (Freitas-de-Melo et al., 2018; Lynch et al., 2018). El cordero al momento de nacer utiliza la poca reserva de energía para mantener el calor corporal y de no recibir calostro en las 2-3 horas siguientes al nacimiento se produce hipotermia (Dwyer et al., 2016). No obstante, el porcentaje observado en el presente estudio fue menor a los reportados por García-Pérez et al. (2021) de 88.1% y Macedo et al. (2010) de 20.4%, en ambos casos como síndrome de inanición-exposición, y por Swarnkar et al. (2019) de 21.9%, pero mayor al reporta- do por Mandal et al. (2007) de 9.6%.
Otros autores reportan como principales causas de mortalidad de neonatos en sistemas extensivos a septicemia, infecciones gastrointestinales, abortos y causas indeterminadas (Dwyer et al., 2016; Bangar et al., 2016; Refshauge et al., 2016; Zahid et al., 2021). En el presente estudio, causas de mor- talidad de neonatos con porcentajes menores fueron los mortinatos, distocia, depredación y diarrea.
La asociación entre la mortalidad de neonatos y el manejo de la parición se explica por la forma de atender la alimentación de las ovejas y sus crías por parte de cada criador. En general, los rebaños de ovinos criollos son criados de forma extensiva en pastizales naturales que se caracterizan por ser pobres nutricionalmente. Los pastos naturales son ricos en fibra y pobres en proteína y energía metabolizable (Martínez y De la Barra, 2009), lo que no satisface las necesidades nutricionales de las ovejas, especial- mente durante las etapas de gestación y lactación. Por esta razón cada criador toma la decisión de implementar un potrero de manejo de la parición. En el caso de los rebaños A y B, las ovejas con cría pastoreaban en potreros con mejores pasturas que las presentes para el rebaño C. En consecuencia, la mortalidad de neonatos está asociado con el manejo de la parición, de allí que según Shiels et al. (2022), cambios en el manejo permitirán disminuir las tasas de mortalidad de los corderos.
El estudio reveló que corderos nacidos de ovejas con baja CC tienen 7.42 más de probabilidad de morir que aquellos nacidos de ovejas con mayor CC. Este resultado fue mayor que el obtenido por García-Pérez et al. (2021) cuando compararon crías de ovejas con CC <2 con aquellas que nacen de ovejas con mejor condición corporal. Es claro que la CC de la oveja tiene efecto en la lactancia, crecimiento y supervivencia de las crías hasta el destete (Kenyon et al., 2014). En condiciones de pastoreo, las ovejas de mejor condición corporal tienen mejor comportamiento materno que las ovejas con menor condición corporal (Gronqvist et al., 2018), dándose el caso que ovejas con una mala CC prefieren buscar alimento que atender al neonato, pudiendo darse el abandonando del cordero (Barros de Moraes et al., 2016).
La edad de la oveja estuvo asociada con la mortalidad de neonatos. Las ovejas prime- rizas producen corderos con menor peso al nacimiento y muestran menor interés por el cuidado de sus crías (Lynch et al., 2018), afectando la mortalidad de los corderos de manera significativa (Mthi et al., 2020), como ocurrió en el presente estudio. Además, suele haber mayor frecuencia de distocia en primerizas, sobre todo cuando son de bajo peso corporal (Lynch et al., 2018), lo cual indudablemente afecta la sobrevivencia del cordero (McHugh et al., 2016).
El segundo factor asociado con la mor- talidad de neonatos fue el bajo peso del cordero al nacimiento, lo cual es percibido como la causa más común de muerte de los neonatos (Shiels et al., 2022) y se atribuye particularmente a la mala nutrición de la ove- ja durante la gestación (Dwyer et al., 2016). La suplementación de las ovejas en el último tercio de gestación incrementa el peso de los corderos al nacimiento y mejora los índices de supervivencia (Mukasa-Mugerwa et al., 1994). Por otro lado, los pesos de los corderos al nacimiento se incrementan con el número de parto, mayormente hasta la cuarta gestación (Lynch et al., 2018). Por último, el sexo del cordero no estuvo asociado con la mortalidad de los corderos, tal y como lo indican Woldemariam et al. (2014); sin embargo, otros estudios indican una mayor mortalidad neonatal en machos en sistemas extensivos (McHugh et al., 2016; Abdelqader et al., 2017).
CONCLUSIONES
En el sistema de crianza extensiva del ovino criollo en Junín, Perú, la principal causa de mortalidad de neonatos fue la neumonía, con mayor número de casos en el rebaño que carece de potrero de manejo de la parición.
La mortalidad de neonatos estuvo significativamente asociada con la condición corporal de la oveja durante la gestación, el peso del cordero al nacimiento y al manejo de la parición.