SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.23 número1Perspectivas y Agencia en la Comunicación para el Desarrollo y el Cambio Social en las AméricasInfluencers virtuales de apariencia humana como forma de comunicación online: el caso de Lil Miquela y Lu do Magalu en Instagram. índice de autoresíndice de materiabúsqueda de artículos
Home Pagelista alfabética de revistas  

Servicios Personalizados

Revista

Articulo

Indicadores

  • No hay articulos citadosCitado por SciELO

Links relacionados

  • No hay articulos similaresSimilares en SciELO

Compartir


Revista de Comunicación

versión impresa ISSN 1684-0933versión On-line ISSN 2227-1465

Revista de Comunicación vol.23 no.1 Piura mar./ago. 2024  Epub 28-Mayo-2024

http://dx.doi.org/10.26441/rc23.1-2024-3319 

Articles

Autoría en la cobertura de la guerra en Ucrania: El trabajo de redacción prima sobre las crónicas de corresponsales

1 Universidad de Deusto (España) Graduada en Relaciones Internacionales por la Universidad de Deusto e investigadora interesada en medios y comunicación. Ha trabajado como desarrolladora de proyectos en el Departamento de Proyectos de Finnova. Actualmente cursa un Máster Erasmus Mundus en Periodismo, Medios de Comunicación y Globalización en la Aarhus University y la Escuela Danesa de Medios de Comunicación y Periodismo. elena.campo@opendeusto.es

2 Universidad de Deusto (España) Doctora en Comunicación y la Investigadora Principal del programa ARES (análisis de resistencias antifeministas), financiado por la Agencia Estatal de Investigación. El tema central de sus estudios son los medios y los datos y los algoritmos como herramientas para el activismo de datos y como espacio para el debate político y social. Es autora del libro Data Activism and Social Change, Londres: Palgrave- Macmillan. m.gutierrez@deusto.es

3 Universidad de Deusto (España) Doctora en periodismo en la especialidad de Ciencia, Tecnología y Salud por la Universidad del País Vasco. Actualmente investiga temas relacionados con el impacto social de la Ciencia, el Género, la Comunicación en Salud y las Industrias Culturales en la Universidad de Deusto y en la Universitad Oberta de Catalunya. antonia.moreno@deusto.es

Resumen:

La guerra en Ucrania ha acaparado los titulares de todo el mundo. Este análisis pregunta quién la está cubriendo y qué dice esto sobre los reportajes de guerra. El advenimiento de la Web y la subsiguiente polarización de los medios contraponen la demanda constante de información con la expectativa periodística de un análisis sosegado. Mientras que los medios tradicionales siguen garantizando credibilidad, cada vez más personas acuden a proveedores de información alternativos. Para explorar las repercusiones de estos cambios en el periodismo de guerra, este estudio analiza

11.268 bylines en las noticias sobre Ucrania publicadas digitalmente por los diarios más leídos en España (El País, El Mundo, El Correo y La Vanguardia) y EE. UU. (The Wall Street Journal, The New York Times, USA Today y New York Post), durante la primera semana del conflicto, del 24 de febrero al 2 de marzo de 2022. A través de ellos, se establece la relación laboral de los autores con cada diario, empleando LinkedIn o Twitter cuando resulta necesario. Si bien la literatura relevante sugiere que freelancers y agencias dominan las noticias internacionales, este análisis concluye que la mayor parte de la cobertura de la guerra (65, 64%) se ha generado en las salas de redacción, lejos de la primera línea. Al tiempo que confirma una contribución significativa de las agencias y una presencia decreciente de freelancers, constata la supervivencia de las oficinas extranjeras.

Palabras clave: autoría; cobertura de guerra; invasión de Ucrania; periodismo de guerra; corresponsales

1. Introducción

En las primeras semanas de la invasión rusa de Ucrania, los periódicos registraron niveles de lectura récord (Pavlik, 2022). The Times, por ejemplo, ganó 1.000 suscriptores diarios durante las dos primeras semanas, una de sus tasas de crecimiento más altas; asimismo, The Guardian anunció febrero de 2022 como su quinto mes más exitoso en páginas vistas (Kersley, 2022). Aunque la atención decreció más tarde, ha habido mucho interés en las repercusiones geoestra- tégicas, económicas y humanitarias del conflicto. Sin embargo, se ha prestado poca atención a lo que ocurre tras bambalinas de la cobertura mediática. En este análisis se pregunta quién está cubriendo la guerra en Ucrania, qué dice esto sobre los reportajes de guerra y qué implica para los periodistas. En definitiva, este artículo sirve para entender el papel de los corresponsales de guerra en la era de las plataformas.

Este asunto es relevante. Una encuesta del Instituto Reuters mostró que las audiencias de cua- tro países estaban siguiendo de cerca la guerra; destacaron Alemania, seguida de Brasil, Reino Unido y Estados Unidos. Los resultados de esta encuesta también mostraron una demanda pública de que los medios se centren en las implicaciones más amplias del conflicto (Eddy & Fletcher, 2022).

La cobertura de guerra es tan antigua como los conflictos armados, dado que, desde sus ini- cios, el periodismo de guerra ha sido parte de las fuerzas armadas. El primer civil desarmado enviado al frente con la misión de informar fue William Howard Russell, que cubrió la guerra de Crimea de 1854 para el diario británico The Times (Sánchez Gómez, 2018, p.6).

La aparición de noticias televisivas 24 horas al día y siete días a la semana en la década de 1980 significó que se solicitara a los periodistas que alimentaran a las audiencias con actualizaciones constantes, especialmente en tiempos de guerra (Sambrook, 2010). Pero el advenimiento de la Web y, más tarde, de las plataformas sociales, junto con la polarización ideológica de los medios y de la opinión pública (Makhortykh & Bastian, 2022), y los recortes en corresponsalías y oficinas en el extranjero (Sambrook, 2010) supusieron un gran desafío para las coberturas internacionales. Si bien las marcas pueden generar confianza (Sambrook, 2010), hoy en día más personas recurren a proveedores alternativos, como blogs y plataformas, que típicamente no verifican ni editan la información (Information Agency, 2021). Por ejemplo, el 40 % de los estadounidenses dijo estar informándose sobre la guerra online, el 31 % por la televisión, el 5 % en la radio y el 3 % en los periódicos (Eddy & Fletcher, 2022). Aunque la mayoría de las organi- zaciones periodísticas están en la Web, esta tensión indica que las formas menos convencionales de informarse están ganando espacio.

Esta investigación explora quién cubrió la invasión de Ucrania para investigar nuevos patrones en la cobertura de guerra. Se ha optado por la invasión de Ucrania por su carácter híbrido, ya que la desinformación tiene un papel importante (Pavlik, 2022). Realizamos primero un repaso del papel de las corresponsalías extranjeras y de la evolución de la cobertura bélica en España y EE. UU., donde tienen su sede los diarios elegidos.

2. Marco referencial

2.1. El papel de las corresponsalías

Las corresponsalías extranjeras son cruciales por varias razones. Una son las versiones simplifi- cadas y antagónicas de los hechos generadas por los bloques ucraniano y ruso (Makhortykh & Bastian, 2022, p.28), típico de tiempos de guerra. En estos dos países, los medios informativos se han convertido en altavoces de cada gobierno (Pavlik, 2022, p.10), amplificando los mensajes que refuerzan el lado propio y dañan al otro (Martínez Domínguez, 2022, p.20).

Otra es que las burbujas ideológicas generadas por las plataformas contribuyen a la polariza- ción (Rivas-de-Roca & García-Gordillo, 2023), facilitando los monólogos (Pariser, 2011). Al en- cerrar a las personas en burbujas ideológicas, las plataformas evitan el cruce de ideas y el debate que sería conveniente en un contexto de hostilidades (Urman y Makhortykh, 2022). Además, en general, la gente suele olvidar que el contenido de las plataformas tiene una agenda y no cuestiona su relación con la realidad (Pavlik, 2022).

Sin embargo, las plataformas digitales pueden facilitar la publicación de información. Con el posterior desvanecimiento del papel de gatekeeper de editores y editoras (Cozma & Chen, 2013), la tecnología digital ha incrementado la presencia de perspectivas alternativas en el debate público. Es decir, las organizaciones periodísticas ya no determinan lo que está encima de la mesa (Sambrook, 2010). La tecnología digital también facilita el trabajo de freelancers y genera periodismo ciudadano (Milán y Gutiérrez, 2017). Uno de los primeros ejemplos de democratización de la producción informativa fue la cobertura en 2011 de la guerra de Siria (Serrat Alvarado, 2017), que fue cubierta por ciudadanía y activistas (BBC, 2012). Sin embargo, un desafío es, entonces, el exceso de imágenes, propaganda, información y desinformación presentadas de manera similar simultáneamente y en tiempo real.

Como resultado de estas transformaciones, la cobertura de la guerra ha sufrido profundos cam- bios estructurales. Antes, los y las corresponsales eran quienes primero daban la noticia; ahora, sus editores y editoras se enteran de los hechos desde sus escritorios antes que quienes ahora, desde el terreno, los verifican (Sánchez González, 2019). Los reporteros de guerra se guiaban previamente por el olfato, el color y el gusto; ahora, su trabajo es priorizar, confirmar y contex- tualizar (Sánchez González, 2019). El cierre de oficinas en el extranjero (Reynolds, 2010) lleva a que algunos periodistas cubran conflictos sobre los que pueden no saber mucho o a recurrir a freelancers (Molina, 2012b). Los avances tecnológicos, los mecanismos de censura en los países en conflicto, las fluctuaciones de la lectoría y la seguridad han obligado a los periodistas a adap- tarse constantemente. Las corresponsalías extranjeras han pasado de ser testigos a invitadas incómodas (Tejedor et al., 2022).

Sin embargo, cuando la imparcialidad y el pluralismo han desaparecido, y hay mucho ruido en las plataformas, las corresponsalías suelen ofrecer puntos de vista independientes (Molina, 2012a).

2.2. La noticia de la guerra de Ucrania

Varios factores han hecho que esta guerra sea de interés periodístico. Primero, los impactos

económicos de la guerra en Ucrania se sintieron a escala global (Kammer et al., 2022), debido al

bloqueo de un punto de entrada indispensable para las reservas de energía y bienes primarios (Bernabé-Crespo, 2020, p.267). En segundo lugar, en Europa, la cercanía de Ucrania fomentó una identificación con la población afectada (Cucarella, 2022). Además, el gobierno de Ucrania ha ofrecido acceso a imágenes y textos que presentan el lado humano de la guerra (Edelson, 2022). La cobertura se ve facilitada por la libertad para moverse por el país y los precios relativamente bajos de transporte y alojamiento. En tercer lugar, la geopolítica también juega un papel. Las noticias han presentado el conflicto como una guerra de poder europea (Bermúdez, 2022; Doyle, 2023; Al Jazeera y News Agencies, 2022), alimentando la narrativa del presidente ucraniano Volodímir Zelensky de una defensa de la civilización (Ege, 2022). En cuarto lugar, las narrativas fáciles de digerir conducen a una mayor cobertura (Cucarella, 2022). El presidente ruso Vladimir Putin dice que la invasión es una contraofensiva contra la amenaza de la OTAN (Bernabé-Crespo, 2020, p.280); entretanto, Ucrania interpreta el conflicto como una agresión rusa (Bernabé-Crespo, 2020). Quinto, el número de refugiados asciende a casi ocho millones, según Amnistía Internacional, dando lugar a una crisis humanitaria (Martínez Domínguez, 2022). Por otro lado, la posibilidad de una guerra nuclear se ha cernido sobre el conflicto (Bailey, 2022). Y finalmente, las tecnologías digitales abren la puerta a la multiplicación de actores de la comunicación. El campo de batalla convencional ahora se entrelaza con la lingüística, la economía, la propaganda, las plataformas y los medios (Donofrio et al., 2022).

En definitiva, la guerra de Ucrania es uno de los conflictos más cubiertos de la historia (Prieto, 2022). Ucrania se ha convertido en una tendencia mundial en las plataformas, com- binando contenido publicado por periodistas, YouTubers, TikTokers y otros (Carrión, 2022).

2.3. La actualidad internacional no vende

La cobertura internacional en España y EE. UU. es diferente por, al menos, tres motivos: las desigualdades de poder entre España y EE. UU., la evolución del periodismo de guerra en cada uno y sus diversas audiencias. Teniendo en cuenta el interés periodístico de la guerra y la proximidad de esta, los periódicos españoles y sus públicos se han interesado por las noticias de Ucrania (Álvarez, 2023). Asimismo, en EE. UU., que todavía aspira a ser una superpoten- cia, sus medios y públicos también se han implicado (Kelly & Chalfant, 2022; Maher & Turvill, 2022). Sin embargo, en ambos países las noticias internacionales raramente están entre lo más popular, y sus respectivas audiencias se sienten atraídas por seguir temas domésticos, noticias blandas y entretenimiento (Wu & Hamilton, 2004).

Una comparación entre España y EE. UU. revela dos modelos diferenciados de cobertura de noticias internacionales y diferentes salidas profesionales y recursos económicos para los periodistas. La disponibilidad de recursos puede condicionar el tiempo de permanencia en el terreno, el nivel de seguridad, el equipamiento y el acceso a la zona de guerra (Prieto, 2022). Según la corresponsal española Anna Bosh, el modelo español consiste en centrarse en información de actualidad y obtener el máximo número de noticias (MM, 2012). Entretanto, los y las periodistas estadounidenses tienden a ofrecer sus propios análisis, por lo que les puede tomar más tiempo producir noticias de última hora, que se dejan para las agencias internacionales (MM, 2012). El periodismo estadounidense tiene más apoyo económico que el periodismo español; por ejemplo, las organizaciones de medios estadounidenses suelen enviar más reporteros y cubrirlos con mayor protección. La falta de recursos en España podría explicarse por una mayor caída de beneficios en los medios que en otros países (Varela, 2004). En España, la rentabilidad media de los diarios se acerca al 10%, mientras que en EE. UU. oscila entre el 20% y el 35% (Varela, 2004). Las tendencias de consumo emergentes y los bajos márgenes de beneficio determinaron el cierre masivo de las oficinas exteriores españolas, que se aceleró tras la crisis de 2008 (Reynolds, 2010). Por su parte, desde EE. UU., se han enviado equipos grandes con protección; algunos, como el de CNN, contrataron conductores e intérpretes locales (Maher & Turvill, 2022), algo inimaginable para muchos periodistas autónomos españoles que pagan sus gastos.

España nunca ha sido un país con una mirada hacia el exterior (Barreira, 2022). El franquismo aisló el país y redujo la actividad de las corresponsalías. La situación se mantuvo hasta que se inició la apertura democrática a finales de los años setenta. Uno de los aspectos más destacados de la actualidad española en el extranjero fue la cobertura de la guerra de Irak en 2003 (Sahagún, 2004). Fue el evento más cubierto por el número de periodistas; pero ningún reportero permaneció en suelo iraquí tras la conmoción inicial y la muerte de dos periodistas españoles, José Couso y Julio Anguita Parrado (Thorn, 2003).

Tras la crisis económica de 2008, los corresponsales españoles en el extranjero se vieron asfixiados por la falta de recursos, el escaso apoyo editorial y su sustitución por otras fuentes de información menos costosas. Este reemplazo no es exclusivo de España, sin embargo, las realidades de los y las corresponsales son tan diversas como los tipos de medios para los que trabajan, contratos mediante los que formalizan su relación laboral y países desde los que retransmiten (Brüggemann et al., 2016). Por lo tanto, hablar de las corresponsalías extranjeras como de una especie en extinción es obviar su diversidad y peculiaridades. En el panorama español, esta figura también presenta particularidades, pero es cierto que los pocos que se mantienen en el ejercicio de su profesión se concentran especialmente en cubrir Europa, América y, en menor medida, Oriente Medio, mientras que se presta menos atención a Asia y África (Sánchez Gómez, 2018).

A pesar de no ser un punto caliente habitual, Ucrania ha cobrado protagonismo tras la invasión de Rusia, presentándose como una situación excepcional que ha incrementado la sensación de inseguridad (Villaplana Jiménez & Megías Collado, 2022). La demanda de información sobre la evolución de la guerra ha sido constante. Para el 34% de las personas encuestadas en el Barómetro del Real Instituto Elcano, Rusia era la principal amenaza para la seguridad de España (Villaplana Jiménez and Megías Collado, 2022, p. 272). El compromiso de los medios españoles con la guerra de Ucrania ha sido firme (Núñez, 2022). Pero esto no siempre se ha traducido en un compromiso con la seguridad de los reporteros. Según Reporteros Sin Fronteras, la mitad de los periodistas españoles que cubren el conflicto ucraniano son autónomos, alrededor del 30% no cuentan con la protección adecuada, hasta un 16% asegura que no les pagan más de 50 euros por pieza y el 38,5% no tiene experiencia en la cobertura de conflictos (Etura & Martín Sánchez, 2022). La falta de conocimientos específicos no es tan preocupante como los fallos en seguridad, capacitación o equipamiento, que amenazan la integridad física y la calidad del trabajo de los y las profesiones españolas en Ucrania (Unesco & Reporteros sin Fronteras, 2017). España es un ejemplo de cómo la situación económica y las demandas de la sociedad en casa afectan las perspectivas y condiciones laborales en el periodismo (Brüggemann et al., 2016).

Como fundadores del periodismo de guerra, la cobertura de conflictos de los medios norteamericanos comenzó con la conflagración de 1898 (Maxwell & Jenner, 2004). Después de un período de aislacionismo, el advenimiento de las dos guerras mundiales revivió el periodismo extranjero estadounidense (Startt, 2010). La guerra de Vietnam (1955-1975) amplió la cobertura de los medios de EE. UU. Pero después de Vietnam, el foco de atención se mantuvo en el ámbito doméstico (Sahagún, 2014). Hasta el final de la Guerra Fría, el país se convirtió en la potencia hegemónica mundial y tomó conciencia de su peso económico y cultural a nivel mundial. Las nuevas relaciones internacionales requerían ojos y oídos en todos los rincones del mundo (Wu & Hamilton, 2004). Por lo tanto, Estados Unidos fortaleció su periodismo internacional y desplegó corresponsales en todas partes para anticipar las tendencias globales (Sambrook, 2010).

Sin embargo, los y las periodistas estadounidenses no supieron anticipar conmociones como la invasión de Irak o la guerra en Afganistán (Wu & Hamilton, 2004). En Irak, los medios no solo no sabían lo suficiente sobre el país, sino que también aceptaron falsedades alimentadas por el gobierno de los EE. UU. sobre la participación de Irak en los ataques de 2001 contra los EE.

UU. (Lewis & Reading-Smith, 2008).

La atención a las noticias internacionales ha disminuido en los últimos años en EE.UU. En la década de 1970, el 35% de la transmisión de noticias era internacional; para la década de 2000, solo del 12 al 15% de las transmisiones de noticias tuvieron coberturas internacionales (Sambrook, 2010). El número de corresponsales permanentes en la última década también se ha reducido en un 25% (Pérez de Armiñán, 2015). La distribución geográfica de los y las corresponsales estadounidenses favorece el Reino Unido, seguido de Europa y México (Wu & Hamilton, 2004). Solo el 3% de las corresponsalías de EE. UU. permanecen en el extranjero, produciendo en su mayoría noticias de última hora (Wu & Hamilton, 2004).

Pocos actores importantes de los medios estadounidenses tenían personal sobre el terreno an- tes de la invasión de Ucrania; solo dos han afirmado tener corresponsales in situ antes de la ofensiva. The Washington Post informa de que envió un equipo a Ucrania un mes antes; AP tenía una oficina a tiempo completo en Kiev. Con un grupo de nueve corresponsales enviados en marzo de 2022, The Washington Post tenía más personas cubriendo un solo conflicto que en cualquier otro momento desde la Primavera Árabe (Maher & Turvill, 2022). AP, con dos docenas de personas en Ucrania, complementó otros medios en otros lugares. En marzo de 2022, CNN tenía 75 personas desplegadas en Ucrania, incluidos conductores e intérpretes lo- cales. WSJ y NYT, con equipos de menos de 10 personas, recurrieron a las coberturas desde la redacción (Maher & Turvill, 2022). Es decir, la mayoría de los demás medios de comunicación produjeron noticias desde sus redacciones, enviaron periodistas o publicaron notas de agencias de noticias y freelancers.

En definitiva, Estados Unidos ha estado más abierto al exterior que España. Incluso cuando ambos sufrieron la crisis y la disminución de la demanda de noticias internacionales, EE. UU. continúa cubriendo más eventos en el extranjero y de mejor manera. El tamaño tiene que ver con eso, ya que, por ejemplo, EE. UU. tiene centenares de diarios, frente a las decenas que hay en España.

3. Metodología

Las preguntas de investigación son: quién cubre la guerra en Ucrania y si los principales perió- dicos de España y Estados Unidos dependen más de corresponsales de guerra, corresponsales, agencias de noticias, artículos de redacción u otro tipo de autoría. El objetivo es dilucidar la relevancia de los corresponsales de guerra. Hemos realizado un análisis de texto de 11.268

11.268 firmas o firmas para responder a las preguntas.

Concretamente, este estudio investiga cómo algunos de los diarios más leídos en España (El País, El Mundo, El Correo y La Vanguardia) y EE. UU. (The Wall Street Journal, The New York Times, USA Today y New York Post) informaron sobre la guerra. Los bylines fueron a) publicados durante la primera semana de la guerra (del 24 de febrero al 2 de marzo de 2022); b) extraídos de los archivos digitales de los diarios; c) filtrados mediante el motor de búsqueda de Google, utilizando palabras clave como “guerra”, “invasión”, “Ucrania” o “Rusia”; o d) seleccionados manualmente para detectar titulares sin términos relevantes. Es posible que algunos titulares no se hayan detectado debido a un error humano. La búsqueda en Google se realizó utilizando palabras que no reflejan el punto de vista de los medios prorrusos, que pueden utilizar termi- nología ofrecida por el régimen ruso llamando a la guerra “una operación”. Sin embargo, sin investigación, es difícil afirmar que esto influiría en los resultados.

Los bylines se emplean para rastrear a los autores o autoras de los artículos, sus nombres y su relación laboral con el periódico. Esa relación se ha establecido a través de descripciones a pro- porcionadas por la organización o al examinar las cuentas personales de los y las corresponsales en plataformas como Twitter o LinkedIn. Según su relación laboral, los y las autoras han sido clasificadas en seis categorías y tres subcategorías.

Sólo han sido consideradas corresponsalías internacionales reporteros o reporteras que informan desde fuera del país donde se encuentra la sede de su periódico. Para este estudio, reporteros que trabajan desde los diferentes estados estadounidenses o las provincias españolas que presentados por sus organizaciones como corresponsales han sido registrados como parte de la redacción. En los casos en los que una firma combinaba diferentes autores o autoras, se priorizaba la categoría con menor representación dentro de la muestra para tener una imagen más amplia. Por ejemplo, un byline firmado por un corresponsal internacional y otro reportero de la redacción se contabilizó como corresponsal internacional.

Utilizamos “byline” como sinónimo de “noticia”, ya que sólo tenemos en cuenta un byline por

noticia. Para este análisis se ha considerado la tipología de la Tabla 1 para codificar las noticias.

Tabla 1 Códigos 

Tipo Rol Código Significado
Corresponsal internacional Un periodista empleado para informar en el extranjero para un periódico o una organización de radiodifusión. IC Las noticias son escritas por los periodistas de los periódicos o por las organizaciones de medios, sin que provengan necesariamente de los países en disputa, Rusia y Ucrania.
Corresponsal especial Un periodista empleado para informar en el extranjero para un periódico u organismo de radiodifusión por un período de tiempo limitado. SC Las noticias son escritas por los periodistas de los periódicos o de los medios de comunicación, que se despliegan para una tarea específica y no permanecen en el terreno por un período prolongado.
Freelancer Un periodista que trabaja por cuenta propia para un periódico o una organización de radiodifusión. FR Las noticias son compradas por los periódicos o las organizaciones de medios de vez en cuando a los freelancers, no necesariamente desde el lugar.
En el lugar Periodistas de una de las categorías anteriores que informaron directamente desde Ucrania o Rusia. ICU Subcategorías de las categorías mencionadas anteriormente. Cada figura se ha establecido para estudiar el grueso de las noticias que llegan directamente del campo de batalla; se han codificado, agregando una U para Ucrania o una R para Rusia a los códigos originales.
ICR
SCU
SCR
FRU
FRR
Newsroom La redacción de un periódico u organismo de radiodifusión, incluidas sus diferentes secciones (entre ellas, internacional, economía y negocios, cultura, opinión). N Las noticias están escritas por los periodistas de los periódicos o de los medios de comunicación de diferentes secciones (p. ej., internacional, deportes, cultura) y se publican identificando o sin identificar al/los autores/es; también se incluyen editoriales, colaboraciones y contenido infográfico sin firmas. Se ha registrado una subcategoría especial para colaboraciones, codificada con una “C” para reunir las piezas escritas por personas con conocimientos en un campo (por ejemplo, profesores/as, historiadores/as, políticos/as) que no forman parte del personal del periódico pero que contribuyen a él.
Agencia de noticias Una organización periodística que vende notas a otras organizaciones periodísticas. A Las noticias son publicadas por agencias de noticias internacionales que no identifican al/los autores/es.
Corresponsal de agencia Una organización periodística que vende notas a otras organizaciones periodísticas. AC AC incluye las noticias publicadas por agencias de noticias internacionales que sí identifican al autor; su presencia en el estudio se ha limitado a algunos artículos de USA Today de AP, que solo ofrece firmas en noticias de texto a fotógrafos, reporteros/as de televisión y periodistas de video que brindan información sin la cual no habría noticia.
Otro medio Una organización periodística diferente a la analizada, a menudo dentro del mismo grupo empresarial, que brinda noticias a otras organizaciones periodísticas. AM Notas publicadas por otro periódico u organismo de radiodifusión diferente al analizado.

Fuente: Elaboración propia con base en Sánchez Gómez (2021), AP (2021) y Encyclopedia Britannica (2023).

Sin acceso a sus contratos, la relación laboral de los y las profesionales con el diario no está clara.

Todos los periódicos, excepto USA Today, brindan información sobre sus firmas; pero, incluso cuando lo hacen, es difícil evaluar su estatus laboral. A veces, la información proporcionada solo incluye los trabajos anteriores de los periodistas sin especificar su destino o encargo actual. Entretanto, la sección “sobre la firma” de El País y La Vanguardia no identifica si se han enviado corresponsales especiales para cubrir la guerra, aunque especifica el origen de las noticias. En otros, como WSJ y NYT, es más difícil determinar si los o las reporteras asignadas para cubrir la guerra fueron enviadas al campo de batalla. Ambos brindan resúmenes de los portafolios de sus periodistas, pero carecen de información sobre dónde se encuentran. Un ejemplo es Valerie Hopkins, presentada por NYT como “una corresponsal internacional que cubre la guerra en Ucrania, así como en Rusia y los países de la ex Unión Soviética”. El comunicado deja espacio para clasificarla como corresponsal internacional en Ucrania, Rusia o países vecinos. Acudiendo a su página de LinkedIn, parece ser corresponsal del NYT en Moscú; aun así, hemos codificado su firma como corresponsal internacional en Ucrania, ya que otro artículo la ubica allí durante la primera semana de la invasión (Maher & Turvill, 2022).

Otro desafío ha sido detectar a los y las trabajadoras independientes, ya que pocos periódi- cos son transparentes sobre sus contribuciones (Argiz, 2006). Sin embargo, algunas de estas relaciones laborales son duraderas (Gutiérrez Cuesta, 2021). Como resultado, a menudo se les presenta como parte de su personal. Por ejemplo, Mikel Ayestarán, que se define como freelancer en su página web, es retratado por El Correo como corresponsal en Oriente Medio. Por eso, sus artículos han sido asignados a la categoría de freelancer. Asimismo, NYP se abstiene de ofrecer información sobre sus trabajadores y trabajadoras independientes. Identificamos a Hollie McKay y Vladislav Davidzon, quienes informaron desde Ucrania y contribuyeron con NYP, como trabajadores independientes después de revisar sus cuentas de Twitter y LinkedIn.

Si bien siempre se reconoce la autoría de las agencias, sus corresponsales apenas reciben crédito. Solo unos pocos corresponsales de AP son identificados por su nombre en una serie de artículos de USA Today. El anonimato transmite la idea de que las noticias tienen la misma calidad, algo habitual en las noticias de agencia (Murray, 2023). Sin embargo, la ausencia de firmas es poco común en las revistas; aun así, algunos medios, como The Economist (tres de cuyos artículos fueron publicados en La Vanguardia), también defienden el anonimato como una forma de empoderar una sola voz colectiva (The Economist, 2013).

Un pequeño porcentaje de los artículos observados provienen de otros medios del mismo gru- po. Es el caso de los artículos de The Topeka Capital-Journal, Florida Today y otros publicados por USA Today; todos ellos pertenecen a Gannet (Gannet Co., 2023). Por último, las colaboraciones de expertos y expertas que no forman parte de un periódico son difíciles de identificar y requi- rieron verificaciones. Tales fueron los casos del historiador José María Faraldo, la profesora Clara Portela y el analista Javier Solana, escribiendo para El País.

Convertimos los números absolutos en porcentajes dividiendo la cantidad de noticias encontra- da por categoría por el total de noticias de guerra en cada categoría, y multiplicando el número obtenido por cien. La fórmula se aplicó primero a cada periódico, luego a todos los diarios españoles y estadounidenses; y por último a todos los medios. Los números en las subcategorías también se incluyen en sus respectivas categorías.

4. Resultados

El primer resultado de este análisis es que las agencias de noticias internacionales han realizado una contribución destacable, aunque no masiva (12,46% del total de la cobertura). Los diarios estadounidenses superan a los españoles, con el 14,94% de sus notas de agencias, frente al 10,11% en los medios españoles. Las variaciones más significativas se observan entre perió- dicos. El Correo no publicaba contenidos de agencia y El País publicaba un ínfimo porcentaje (1,75%), de OTR PRESS y otras agencias no especificadas. Entretanto, el 11,38% de lo que publicó La Vanguardia fueron reportajes de la agencia EFE y otros de agencias no identificadas, que especifican el origen de sus informes desde Kiev, Moscú, Pekín, Berlín, Bruselas o Ginebra.

Asimismo, El Mundo, con más de una quinta parte de su contenido procedente de agencias de noticias (24,36%), es el diario español con más contenido de agencia (de Europa Press, EFE, AFP, AP, Tresb, Servimedia y GTRES). Sin embargo, USA Today va por delante, con el 38,94% de su contenido procedente de una sola agencia, AP. Las contribuciones de AP a USA Today son en su mayoría contenidos audiovisuales. La presencia de contenidos de agencias en el resto de los periódicos americanos es anecdótica, con un 5,18% y un 4,75%, respectivamente; NYT y NYP solo incluyeron noticias de AP y Reuters, una agencia británica, mientras que WSJ no publicó contenidos de agencia (ver tabla 1).

El segundo resultado es que la presencia de freelancers fue, en general, baja (2,03% del total). Los diarios estadounidenses superan también a los españoles, con un 2,57% de la cobertu- ra firmada por freelancers frente al 1,52%. Destaca la baja presencia de freelancers que cubren esta guerra desde los grandes diarios. Según los datos, sus contribuciones han sido más una excepción que la norma. El Correo y El País, son los dos medios españoles con más contenidos freelance, con el 2,80% y 2,05% respectivamente; en ellos, destacan Mikel Ayestarán de Kiev y Leópolis, Miguel Gutiérrez Garitano de Odesa y Jorge Said de Zaporizhya. Cabe mencionar también las publicaciones de Hollie McKay y Vladislav Davidzon desde Ucrania para NYP, convirtiéndose en el diario con mayor porcentaje de contenido freelance (6,01%). Entretanto, Marchichka Varenikova, periodista y productora independiente con sede en Kiev, y Masha Froliak, periodista y productora de contenido audiovisual, para NYT, representaron el 1,62% de la cobertura realizada por freelancers (Tabla 2).

En tercer lugar, el estudio indica que, quizás por la vecindad geográfica de Ucrania y su énfasis en la cantidad de producción, los medios españoles ofrecieron más noticias internacionales que los periódicos americanos -9,25% frente a 4,25%, respectivamente- (Tabla 1). En España, todos los periódicos utilizaron un único corresponsal para cubrir el lado ruso de la frontera: Gonzalo Aragonés, de La Vanguardia, Javier G. Cuesta, de El País, Xavier Colás, de El Mundo, y Rafael M. Mañueco, de El Correo, con destino en Moscú. El lado ucraniano fue cubierto por enviados y enviadas especiales a las principales ciudades por donde avanzaba el frente de guerra (Lviv, Zhytomyr, Avdiivka, Sloviansk, Vuhlevar, Dnipro, Medikam y Zaporizhya), así como a Polonia, principal país receptor de personas refugiadas (DatosRTVE, 2023). Pocos periodistas fueron enviados a Ucrania. En El País, las firmas son de Pilar Bonet, María R. Sahuquillo y Luis de Vega, con el apoyo de Cristian Segura de Polonia. El Mundo tuvo dos corresponsales especiales, Javier Espinosa y Alberto Rojas. La Vanguardia desplegó a Félix Flores y Plàcid García Planas, con el respaldo de María-Paz Flores, la corresponsal internacional en Berlín, enviada temporalmente a Polonia. El Correo solo envió a Álvaro Ybarra Zavala (Tabla 2).

En los EE. UU., se encuentra un panorama diferente, ya que algunos medios tenían oficinas en esos países y enviaron equipos mayores. Un cuarto resultado indica que las firmas eran recurrentes, lo que implica un número limitado de periodistas que escriben desde el corazón del conflicto. Por ejemplo, WSJ y NYT siguieron el mismo patrón, cubriendo el lado ruso desde sus oficinas permanentes en ese país y el lado ucraniano desde sus oficinas y con enviados y enviadas especiales. Según WSJ, su cobertura en Ucrania estuvo a cargo de James Marson, periodista que cubre el país desde hace 15 años. A partir de enero de 2022, su equipo incluía a Yaroslov Trofimov, corresponsal jefe de asuntos internacionales, que ya había cubierto la revolución de Maidan de 2014, y el enviado especial Brett Forrest, el primer reportero que accedió al suburbio de Bucha en Kiev después de la retirada de las tropas rusas. Por el lado ruso, este periódico se basó en las contribuciones de Ann M. Simmons, la jefa de la oficina de Moscú, Alan Cullison, reportero en la zona desde 1999, y Evan Gershkovich, detenido desde el 29 de marzo de 2022 por cargos de espionaje. Asimismo, el NYT se basó en información de su jefe de oficina en Moscú, Anton Troianovski, y de Valerie Hopkins, una corresponsal de Moscú trasladada a Ucrania (ver Tabla 2). Además, el periódico incluyó dos artículos escritos por Andriy Yermak, jefe de la oficina presidencial de Ucrania, y una contribución de la periodista ucraniana Veronika Melkozerova. En cuanto a NYP y USA Today, las firmas desde el lugar eran más escasas. El NYP tenía un reportero centrado en la cobertura de la guerra, Evan Simko-Bednarki, cuya presencia en el lugar no se pudo determinar. En tanto, USA Today contó con Katelyn Ferral en Ucrania y Anna Nemtsova, corresponsal en Asia Oriental de The Daily Beast y colaboradora de USA Today en Moscú. Este periódico también publicó a Gabriela Miranda, una reportera asignada a la guerra en Ucrania (Tabla 2). Esta última se vio obligada a renunciar después de una investigación que señaló irregularidades en su uso de fuentes y falta de transparencia (Gordon, 2022). En resumen, Rusia se cubrió por corresponsales regulares que ya estaban en el país, mientras que Ucrania dejó espacio para más enviados y enviadas especiales.

Era de esperar que la apertura ucraniana a los medios internacionales, frente al bloqueo ruso, hubiera favorecido el envío de más corresponsales a Ucrania y una cobertura limitada desde suelo ruso (Corral, 2022). Sin embargo, un quinto resultado es que el mayor acceso al terreno y a las fuentes ucranianas no se tradujo en una mayor cobertura. Los datos indican que solo un 3,48% de las noticias procedían de Ucrania, mientras otro 3,36%, de Rusia (Tabla 1). Este resultado apunta a que, en general, el envío de reporteros a Ucrania se equipara a la presencia de oficinas en Rusia. A pesar de su costoso mantenimiento (Sambrook, 2010), el mantenimiento de oficinas extranjeras demostró su relevancia en un contexto de cierre.

También hemos analizado parte del estado de salud de las oficinas y los corresponsales extranjeros. Los corresponsales internacionales fueron responsables del 15,23% de las noticias, superando así el porcentaje de cobertura procedente de agencias de noticias y freelancers. EE. UU., con un 12,37% del total de firmas de corresponsales internacionales, pierde frente a España (con un 17,93%) por la inexistencia de corresponsales en USA Today y NYP. Sin embargo, WSJ y NYT tenían la red más extensa y sólida de corresponsales extranjeros. En NYT, el diario con mayor porcentaje, el 31,82% del total de sus relatos bélicos fueron firmados por corresponsables; este diario afirma tener 31 oficinas fuera de EE. UU. En la muestra, los y las corresponsales de este periódico escribieron desde Berlín, Bruselas, Roma, Ginebra, Londres y París, coincidiendo con el tradicional interés estadounidense por el Reino Unido y Europa. La muestra también incluía artículos desde muchas otras ciudades. En WSJ, que muestra un alto porcentaje de corresponsales internacionales (responsables del 24,77% de su cobertura), los y las autoras estaban en Frankfurt, Berlín, Europa, París, Londres y Bruselas. La muestra también incluyó firmas del norte de África, el sudeste asiático y Medio Oriente. Sin embargo, el sexto resultado es que la mayoría de los periódicos se basó en informes de la redacción, que representan el 65,64% de todas las noticias sobre la guerra. Este trabajo se ha enriquecido con expertos y expertas ajenas a la plantilla de los diarios, cuyos conocimientos de historia, geopolítica o economía fueron fundamentales para proporcionar las claves del conflicto. En El País, estas colaboraciones han supuesto el 11,40% de la cobertura (Tabla 1).

Finalmente, un séptimo hallazgo es que la mayoría de los titulares pertenecían a reporteros hombres, mientras que un pequeño porcentaje, el 18,45% de la cobertura, fue firmada por mujeres. En la mayoría de los casos, los titulares femeninos fueron firmados por un pequeño grupo de mujeres que provenían del lado ucraniano. Solo Ann M. Simmons, jefa de la oficina en Moscú del WSJ, y Anna Nemtsova, corresponsal especial en Moscú de USA Today, enviaron sus artículos desde Rusia. En EE. UU., el trabajo de campo de las mujeres se redujo a piezas de la freelancer Hollie McKay en el NYP. En WSJ, aparte de Simmons, solo la freelancer Natalia Ojewska transmitía desde algún lugar cerca de Varsovia. En USA Today, el trabajo de Nemtsova fue enriquecido por el de Katelyn Ferral desde Ucrania y una sola contribución de la periodista ucraniana Nastia Gospinchenk. El NYT tuvo el número más significativo de titulares femeninos en EE. UU. (10), firmados por las corresponsales internacionales en Ucrania Valerie Hopkins y Lara Jakes. El trabajo de la fotoperiodista Lynsey Addario fue reconocido en los bylines de Andrew E. Kramer y, en este análisis, su contribución fue tenida en cuenta como mujer trabajando desde el frente. La corresponsal Carlota Gall y la freelancer afincada en Kiev Marichka Varenikova también trabajaron para el NYT desde Ucrania, al igual que la colaboradora ucraniana Veronika Melkozerova. Mientras que, en España, sólo El País contó con dos mujeres sobre el terreno, María R. Sahuquillo y Pilar Bonet. María Paz-López, informando desde Polonia para La Vanguardia, estuvo cerca del campo de batalla (Tabla 2).

La Tabla 2 muestra los resultados obtenidos, proporcionando un marco para comparar países y periódicos.

Tabla 2 Porcentaje de firmas por periódico y país 

ESPAÑA EE. UU. AMBOS
MEDIOS El País El Mundo El Correo La Vanguardia Total medios españoles WSJ NYP NYT EE.UU. Hoy en día Total de medios de EE. UU. MEDIOS (total)
Total noticias Ucrania/total noticias publicadas 342/1206=28,36% 312/1157=28,97% 214/1557=13,74% 448/2292=19,55% 1316/6212=21,18% 222/680=32,65% 316/1276=24,76% 309/971=31,82% 398/2129=18,69% 1245/5056=24,62% 2561/11268=22,72%
AGENTES / FUENTES DE INFORMACION IC 68= 19,88% 52= 16,67% 53= 24,77% 63= 14,06% 236= 17,93% 55= 24,77% ------ 98= 31,72% 1= 0,25% 154= 12,37% 390= 15,23%
SC 24= 7,02% 4= 1,28% 1= 0,47% 30= 6,70% 59= 4,48% 14= 6,31% ------ --------- 2= 0,5% 16= 1,29% 75= 2,93%
FR 7= 2,05% 3=0.0096 6= 2,80% 4= 0,89% 20= 1,52% 4= 1,80% 19= 6,01% 5= 1,62% 4= 1,01% 32= 2,57% 52= 2,03%
In situ ICU ------- ------ -------- ---------- --------- -------- ------- 11=3,56% -------- 11=0,88% 11=0,43%
ICR 11= 3,22% 17= 5,45% 19= 8,88% 19= 4,24% 66= 5,02% 10= 0,45% ------- 9= 2,91% -------- 19= 1,53% 85= 3,32%
SCU 20= 5,85% 4= 1,28% 1= 0,47% 24= 5,36% 49= 3,72% 14= 6,31% ------- --------- 1= 0,25% 15= 1,20% 64= 2,50%
SCR ------- ------- ------- ---------- ---------- ------- ------- --------- 1= 0,25% 1= 0,08% 1= 0,04%
FRU 2= 0,58% ------- 5= 2,34% ---------- 7= 0,53% ------- 6= 1,90% 1= 0,32% -------- 7= 0,56% 14= 0,55%
FRR ------- ------- ------- ------- ------- ------- ------- ------- ------- ------- -------
N 237= 69,30% 169= 54,17% 151= 70,56% 297= 66,29% 854= 64,89% 149= 67,11% 266= 84,18% 190= 61,49% 230= 57,79% 827= 66,43% 1681= 65,64%
C 39= 11,40% 9= 2,88% 12= 5,61% 37= 8,26% 97= 7,37% 10= 4,5% 18= 5,70% 13= 4,21% 4= 1,01% 45= 3,61% 142= 5,54%
A 6= 1,75% 76= 24,36% ------- 51= 11,38% 133= 10,11% ------- 15= 4,75% 16= 5,18% 155= 38,94% 186= 14,94% 319= 12,46%
AC ------- ------- ------- ---------- ---------- ------- ------- --------- 13= 3,27% 13= 1,04% 13= 0,51%
AM ------- 8= 2,56% 3= 1,40% 3= 0,67% 14 =1.06% ------- 16= 5,06% --------- 6= 1,5% 22= 1,77% 36= 1,41%

La tabla representa el número total de artículos registrados para cada categoría y sus porcentajes resultantes (después de aplicar la fórmula: ([categoría seleccionada/cantidad total de noticias sobre Ucrania en la muestra seleccionada] x 100)). En la primera fila, los porcentajes representan el volumen de noticias sobre Ucrania con relación al total de noticias publicadas en el(los) periódico(s).

Las cifras con decimales se han redondeado al siguiente decimal superior (p. ej., 26, 96629 = 26, 97). Las casillas vacías simbolizan que no se reconoció ningún autor dentro de esa categoría.

***En NYP, ocho firmas corresponden a un reportero enfocado en Ucrania (Evan Simko-Bednarski), cuya presencia en el terreno no pudo ser confirmada.

Sus bylines se destacan debido a la falta de corresponsales internacionales y corresponsales especiales en su periódico.

Código de colores: Amarillo (datos del total de medios españoles), verde (datos del total de medios estadounidenses), naranja (datos del total de medios analizados) y azul (datos de las subcategorías).

Fuente: Elaboración propia

La Tabla 3 recoge los nombres de los y las periodistas y las agencias mencionadas para que sea más fácil realizar la correspondencia con sus medios y país de origen.

Tabla 3 Periodistas y agencias 

IC ICU ICR SCU FR FRU N C Agencias
El País Javier G. Cuesta Pilar Bonet, María R. Sahuquillo, Luis de Vega Jorge Said José María Faraldo (historiador),
Clara Portela (profesora), Javier Solana (analista)
El Mundo Xavier Colás Javier Espinosa, Alberto Rojas Europa Press
EFE
AFP
AP
Tresb,
Servimedia
GTRES
El Correo Rafael M. Mañueco Álvaro Ybarra Zabala Mikel Ayestarán, Miguel Gutiérrez Garitano OTR PRESS y otras
La Vanguardia María-Paz López (Polonia) Gonzalo Aragonés Félix Flores, Plàcid García Planas EFE y otras
WSJ Ann M. Simmons Yaroslov Trofimov Natalia Ojewska (freelancer Varsovia)
Evan Gershkovich James Marson
Brett Forest
NYT Valerie Hopkins Anton Troianovski Carlota Gall, Lynsey Addario (fotoperiodista) Marchichka Varenikova, Masha Froliak Andriy Yermak (jefe oficina presidencial Ucrania) AP Reuters
Andrew Veronika Melkozerova (periodista ucraniana)
E.Kramme
USA Today Katelyn Ferral Anna Nemtsova Gabriela Miranda Nastia Gospinchek AP
NYP Hollie Mckay, Vladislav Davidzon Evan Simko-Bednarski AP Reuters

Fuente: Elaboración propia

La Tabla 4 resume los resultados obtenidos para ofrecer una imagen clara y concisa antes de adentrarnos en la discusión de los resultados y conclusiones.

Tabla 4 Resumen de resultados 

Resultado Trascendencia
Las agencias hicieron una importante aportación a la cobertura de la invasión de Ucrania de ocho de los diarios más importantes de España y EE.UU. (12,46%) Muestra que los periódicos se basan significativamente en el contenido de otras organizaciones de noticias
La presencia de freelancers en bylines fue bajo (2.03%) Indica una dependencia cada vez menor de los periodistas independientes sin afiliación
Los medios españoles ofrecieron más cobertura desde el lugar, medido en bylines, que los diarios americanos Los equipos españoles sobre el terreno firmaron más bylines que los estadounidenses, cuyos datos se vieron perjudicados por la escasez de corresponsales y enviados especiales en USA Today y NYP.
En general, un número limitado de periodistas escribía desde el corazón de la guerra La ausencia de fuentes propias de los periódicos sobre el terreno implica una mayor dependencia en otros focos informativos (como plataformas, blogs, inteligencia de fuentes abiertas, periodismo ciudadano y similares)
El mayor acceso al terreno y las fuentes ucranianas no se tradujo en una mayor cobertura Implica que el bloqueo ruso de los medios internacionales no impidió la cobertura (porque varios medios tenían oficinas propias); mientras que la apertura ucraniana permitió una mayor cobertura por parte de los enviados especiales
Hubo una confianza significativa en los informes de redacción, ya que el 65,64% de las notas fueron generadas desde las salas de redacción Implica externalizar la cobertura de guerra; la guerra es cada vez más cubierta por menos personal desplegado en el terreno y más desde las salas de redacción
La mayoría de las bylines pertenecían a reporteros hombres Aunque ahora hay muchas mujeres involucradas en la cobertura de la guerra, su contribución sigue siendo mucho menor que la de los hombres

Fuente: Elaboración propia

Como se ve en la Tabla 4, los resultados muestran una dependencia de las agencias de noticias internacionales para las noticias de guerra, mientras que el número de periodistas indepen- dientes no afiliados, es menor. El análisis muestra una diferencia entre los periódicos españoles y americanos, que publicaron relativamente menos noticias sobre el terreno que sus homólogos europeos. Fuentes alternativas, como plataformas, blogs o periodismo ciudadano, llenaron este vacío. Además, el análisis de las firmas muestra que el bloqueo ruso no impidió la cobertura general, aunque la apertura ucraniana facilitó una cobertura más directa desde el terreno. Fundamentalmente, la guerra fue cubierta en su mayor parte desde la seguridad de las salas de redacción, mientras que la mayoría de las firmas fueron de reporteros masculinos.

5. Discusión y conclusiones

Los resultados no coinciden con las suposiciones iniciales. Con base en Molina (2012b), se esperaba que la mayor parte de las noticias internacionales fueran cubiertas por agencias y freelancers. Teniendo en cuenta la perspectiva internacional de los medios estadounidenses y los recursos más significativos en comparación con los medios españoles (Brüggemann et al., 2016), se presumía que los primeros desplegaran más periodistas. El mejor acceso otorgado por Ucrania a la zona de guerra (Prieto, 2022) también hacía esperar una presencia más destacada de periodistas extranjeros allí que en Rusia. Finalmente, por la disponibilidad de información online y el costoso mantenimiento de oficinas internacionales en el extranjero (Sambrook, 2010), cabía esperar que estas no tuvieran un papel determinante.

Los datos recopilados contradicen la idea de que las agencias de noticias y los freelancers lide- raron la cobertura de la guerra. Las presiones económicas y la corporativización de los medios han sido señaladas como culpables de priorizar las ganancias y las exclusivas sobre la calidad de las noticias (Sambrook, 2010). Por eso se ha dicho que la cobertura propia ha sido sustituida por contenidos generados por agencias de noticias y precarios freelancers (Brüggemann et al., 2016). Este estudio contradice esta idea, aunque sus limitaciones impiden la generalización. Probable- mente las conclusiones hubieran sido diferentes si el objeto de estudio hubieran sido diarios independientes con menos recursos en lugar de ocho diarios de gran tirada pertenecientes a conglomerados. La membresía en estos grupos permite que los periódicos operen más allá de la rentabilidad. El NYP no fue rentable hasta 2022 (Turvill, 2021) pero podía operar gracias a la financiación de la empresa a la que pertenece, News Corp. Esta corporación, propiedad del magnate Rupert Murdoch (News Corp., 2022), también absorbió a la editorial del WSJ, Dow Jones and Company (Maher, 2022). Otro gigante corporativo, Gannet, es propietario de USA Today y otros 109 medios de comunicación (Bomey, 2019). Mientras que la familia Sulzberger controla el NYT desde 1896 (Villalonga & Hartman, 2007). En cuanto a los diarios españoles, todos ellos forman parte de grandes grupos mediáticos. El País pertenece al grupo mediático español más destacado, PRISA (Dircomfidencial, 2023); La Vanguardia forma parte del Grupo Godó (Cuesta & Planas, 2023); El Correo pertenece al Grupo Vocento (Sousa et. Al, 2023), y El Mundo forma parte de Unidad Editorial (Unidad Editorial, 2023).

La cobertura del conflicto se ha visto afectada por la mala salud de los medios de comunicación en sus países de origen. Las notas más cortas sobre la guerra y una audiencia centrada en las noticias nacionales podrían haber implicado que el despliegue español sobre el terreno fuese menor que el estadounidense. Sin embargo, los datos recopilados muestran que los equipos españoles sobre el terreno, con un 9,27% de la cobertura total de los medios españoles, supe- raron a los estadounidenses, que no sobrepasaron el 5% de la cobertura total estadounidense sobre la guerra. No obstante, aunque los porcentajes indiquen que ha habido un mayor des- pliegue in situ español, la realidad es que los medios estadounidenses siguen contando con un mayor despliegue internacional en general. Así lo demuestra el hallazgo del mayor porcentaje de bylines de corresponsales internacionales en dos periódicos de EE. UU. y el mayor alcance global de las oficinas extranjeras de EE. UU. Como parece indicar la recurrencia y el origen de los bylines de medios españoles, estos suelen contar con oficinas unipersonales y con menor extensión geográfica. Por eso, gracias al mayor tamaño de sus medios y un mejor apoyo finan- ciero, EE. UU. continúa brindando una mejor cobertura de eventos desde el extranjero.

Los porcentajes extraídos no pueden reflejar la desaparición y reducción de oficinas en el exterior (Gray, 2017; Molina, 2012), puesto que el análisis se limita a explorar la situación actual de los medios y no lo compara con escenarios previos. Aun así, el cierre de bureaux es una realidad extendida que empezó en EE. UU. Sin ir más lejos, el WSJ ha cerrado sus oficinas de Budapest, Madrid y Riad, y ha reducido las de Moscú, India, Escandinavia y Berlín (Gray, 2017). En España, los diarios limitan su cobertura exterior a las principales ciudades europeas y las mayores ciudades americanas, y tienen escasa presencia en América Latina y Oriente Medio. El Correo cuenta con el mayor porcentaje, un 24,77%, de firmas de corresponsales internacionales, pero, en referencia a sus páginas web, El País destaca como el medio español con mayor proyección internacional. Su presencia se extiende por 45 países (EdP, 2023). A pesar del alcance de sus oficinas exteriores, la mayoría no pueden competir con el tamaño, el personal, y el equipamiento de las norteamericanas.

Por lo general, el estallido de una guerra produce el mayor despliegue de medios sobre el terreno. Esto no es raro; cuando un país va a la guerra también lo hacen sus medios de comuni- cación. Sin embargo, los bylines en ambos países fueron recurrentes y solo un 6,84% provenían de la zona de guerra. Debido al marco temporal del estudio, solo se ha considerado el trabajo de los y las periodistas cuyos nombres aparecían en los bylines, sin contabilizar a otros profe- sionales enviados con posterioridad. A pesar de ello, se ha podido comprobar el importante espacio mediático reservado a la guerra. Ucrania ha ocupado casi una quinta parte, el 22,72%, de la cobertura total de los medios analizados. Parece contradictorio que, con tanta atención mediática, el contenido de cada medio desde la zona de guerra haya sido tan escaso. Esto tiene que ver con la transformación de los periodistas de testigos en parte del conflicto (Greste, 2017), como, por ejemplo, ocurrió en la cobertura de la invasión de Irak por parte de EE.UU. en 2003. Los medios fueron usados por el entonces presidente George Bush para apoyar la falsa idea de que Irak estaba detrás de los atentados del 11 de septiembre de 2001 y escondía armas nucleares (Merchant, 2023).

El bloqueo ruso a los medios internacionales limitó la cobertura en suelo ruso (Corral, 2022), mientras que la apertura ucraniana permitió el envío de corresponsales especiales a su terri- torio. Si bien el mayor acceso al terreno ucraniano ha favorecido una cobertura benévola por parte de los medios occidentales (Makhortykh & Bastian, 2022), no se ha traducido en más cobertura.

Ambos países incluyeron a los medios de comunicación en sus estrategias militares, lo que los llevó a controlar su acceso a zonas sensibles para evitar la difusión de información incómoda. Rusia optó por forzar el cierre de medios de comunicación y atacar a periodistas en suelo ucraniano (Corral, 2022). Esto no impidió que veteranos corresponsales afincados en el país emitan noticias, principalmente desde Moscú. La productividad de los y las corresponsales estacionadas en Rusia ha propiciado que, a pesar de ser menos que los enviados a Ucrania, hayan producido prácticamente el mismo número de noticias. En cambio, Ucrania ofreció un mayor acceso a las fuentes y al territorio (Prieto, 2022). En este país, plataformas como Telegram, Viber y Twitter han desempeñado un papel clave, ofreciendo la posibilidad de hacer periodismo ciudadano e inteligencia de fuentes abiertas (OSINT en inglés). Una encuesta de Research and Branding Group descubrió que, en 2021, los y las ucranianas eligieron Internet como fuente principal de noticias en lugar de la televisión tradicional (Information Agency, 2021). Quizás la mayor disponibilidad de estas fuentes significó un menor protagonismo de los bylines de corresponsales y enviados especiales.

El análisis ha concluido que la cobertura de la guerra estuvo dominada por la redacción, ocu- pando el 65,64% del total de bylines. En consecuencia, la mayor parte del contenido informativo se produjo a miles de kilómetros de los escenarios de la guerra. Sin embargo, se sigue valoran- do la cobertura presencial. Así, la falta de recursos y el reducido acceso a las zonas de guerra se ha compensado con la digitalización y externalización de la cobertura bélica. No queda mucho de las grandes redacciones internacionales del siglo XX. Hoy en día, las oficinas de una sola persona que cubren grandes regiones son comunes y los y las corresponsales son enviadas a todo el mundo para realizar diferentes tareas. No obstante, Ucrania demuestra que, aunque la mayoría de las secciones de internacional se escriben desde las salas de redacción, las corres- ponsalías siguen siendo útiles.

Actualmente hay muchas mujeres involucradas en el periodismo de guerra, pero su contribu- ción sigue siendo menor que la de los hombres. Un pequeño porcentaje de las firmas (18,45 %) pertenecían a mujeres, en su mayoría escribiendo desde Ucrania. Solo Simmons de The WSJ y Nemtsova de USA Today escribieron desde Rusia. En España, sólo El País contó con dos mujeres en el campo, Sahuquillo y Bonet. Esto confirma que el periodismo de guerra sigue siendo un terreno donde no se da la igualdad (Unda-Endemaño et al., 2022). Las razones van más allá del alcance de este estudio.

Los desafíos que enfrentan los medios son evidentes en el periodismo de guerra. Quienes cubren guerras no solo tienen que lidiar con la precariedad, el aumento de la competencia y la disminución de las audiencias, sino que también enfrentan escenarios inaccesibles, fuentes sesgadas y censura. La tecnología digital ha enfrentado a los medios con la ruptura del tiempo y el espacio, dando lugar a los peores y mejores momentos del periodismo. Hoy en día, cualquier persona puede transmitir información instantáneamente desde cualquier lugar.

La digitalización de la información la ha democratizado, pero también la ha corrompido y devaluado (Sánchez Gómez, 2018). Si antes era una élite de corresponsales extranjeros quienes ofrecían una información exclusiva desde el extranjero, ahora las últimas noticias llegan a las redacciones con antelación. Ante la imposibilidad de restringir la circulación de información y desinformación, los gobiernos recurren al bloqueo de plataformas digitales y al lanzamiento de bulos; esto se amplifica en tiempos de guerra. Los conflictos incorporan emociones potentes a las coberturas y el campo de la información interfiere con el campo de batalla, dando lugar a conflictos híbridos (Nazaruk, 2022). Muchos periodistas ya no son objeto de protección y se exponen al encarcelamiento, la censura, el ataque o el asesinato (Springer et al. 2022). La audiencia, con más protagonismo que nunca, recurre cada vez más a las fuentes de información online.

Este análisis sugiere que la guerra en Ucrania se cubre principalmente desde las propias salas de redacción. Aunque los medios se basan significativamente en el contenido de las agencias, el estudio señaló una tendencia a la baja en la contribución de los freelancers. Los y las correspon- sales internacionales más destacadas tenían ya su sede en Rusia, con lo que se constata la ventaja de tener oficinas extranjeras, mientras que la cobertura de Ucrania estuvo especialmente en manos de enviados especiales.

Bibliografía

Al Jazeera and News Agencies (2022, diciembre 22). Russia accuses us of fighting proxy war in Ukraine. Russia-Ukraine war News | Al Jazeera. https://www.aljazeera.com/news/2022/12/22/russia-accuses-us-of-fighting-proxy-war-in-ukraineLinks ]

Amnesty International (2023). Human rights in Ukraine. https://www.amnesty.org/en/location/europe-and-central-asia/ukraine/report-ukraine/#:~:text=Almost%208%20million%20Ukrainians%2C%20mostly,be%20displaced%20within%20the%20countryLinks ]

AP (2021, junio 2). Byline - telling the story: News values: AP. Associated Press. https://www.ap.org/about/news-values-and-principles/telling-the-story/bylineLinks ]

Argiz Acuña, Á. (2006). De mercenarios a héroes: un recorrido por la historia del periodismo Freelance. Estudios Sobre El Mensaje Periodístico, 12, 27-43. https://revistas.ucm.es/index.php/ESMP/article/view/ESMP0606110027A/12253Links ]

Bailey, I. J. (2022, febrero 28). Call out bigotry in reporting on the Ukraine invasion. Nieman Reports. https://niemanreports.org/articles/russia-ukraine-reporting-racism/Links ]

Barreira, D. (2022, enero 27). David Jiménez: “el problema del periodismo es que el corresponsal cobra 50€ y el Tertuliano 6.000.”. El Español. https://www.elespanol.com/el-cultural/letras/20220127/david-jimenez-problema-periodismo-corresponsal-cobra-tertuliano/645435801_0.htmlLinks ]

BBC (2012, noviembre 16). Cuando las redes sociales se convierten en Arma de Guerra. BBC News Mundo. https://www.bbc.com/mundo/noticias/2012/11/121116_tecnologia_israel_hamas_redes_sociales_aaLinks ]

Bermúdez, Á. (2022, mayo 2). Rusia y Ucrania: Qué es una “Guerra proxy” y por qué Moscú acusa a la OTAN de haberla iniciado. BBC News Mundo. https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-61267212Links ]

Bernabé-Crespo, M. B. (2020). Fronteras Ocultas en la Zona Gris Europea. Geopolítica(s). Revista de Estudios Sobre Espacio y Poder, 11, 259-285. https://doi.org/10.5209/geop.64580 [ Links ]

Bomey, N. (2019, febrero 22). Gannett 4Q print revenue declines but digital subscriptions spike. USA Today. https://eu.usatoday.com/story/money/2019/02/20/gannett-fourth-quarter-earnings-beat-expectations/2916215002/Links ]

Brüggemann, M., Keel, G., Hanitzsch, T., Götzenbrucker, G., y Schacht, L. (2016). Diverging worlds of foreign correspondence: The changing working conditions of correspondents in Germany, Austria, and Switzerland. Journalism, 18, 539-557. https://doi.org/10.1177/1464884915620270 [ Links ]

Carrión, J. (2022). Estamos ante la Primera Guerra Mundial Digital. Comunicación: Estudios Venezolanos de Comunicación, 198(2º semestre), 17-20. https://comunicacion.gumilla.org/wp-content/uploads/2022/09/COM2022198.pdfLinks ]

Corral Hernández, D. (2022). Medios de comunicación en la guerra de Ucrania, voces y certeza frente al silencio y la desinformación. Instituto Español de Estudios Estratégicos, 47, 1-16. https://www.ieee.es/Galerias/fichero/docs_opinion/2022/DIEEEO47_2022.pdfLinks ]

Cozma, R., y Chen, K.-J. (2013). What’s in a tweet?. Journalism Practice, 7, 33-46. https://doi.org/10.1080/17512786.2012.683340 [ Links ]

Cucarella, L. (2022, marzo 21). “Freelancers” como enviados especiales, Hasta que algo se complica. Laboratorio de Periodismo Luca de Tena. https://laboratoriodeperiodismo.org/freelancers-corresponsales-guerra/Links ]

Cuesta, C., y Planas, P. (2023). La Vanguardia. Libertad Digital. https://www.libertaddigital.com/empresas/la-vanguardia/Links ]

DatosRTVE (2023, febrero 21). El Mapa de los refugiados de la guerra de ucrania. RTVE.es. https://www.rtve.es/noticias/20230221/mapa-refugiados-guerra-ucrania/2297260.shtml#:~:text=Polonia%2C%20lugar%20de%20paso%20y,o%20han%20regresado%20a%20UcraniaLinks ]

Dircomfidencial (2023, mayo 19). Noticias sobre El País. https://dircomfidencial.com/actualidad/el-pais/Links ]

Donofrio, A., Rubio Moraga, Á. L., y Abellán Guzmán, C. (2022). Rusia-Ucrania, un análisis comparativo de la audiencia en Twitter de los perfiles del Gobierno de la Federación Rusa y la Oficina del presidente de Ucrania. Revista Latina de Comunicación Social, 81, 18-43. https://doi.org/10.4185/rlcs-2022-1819 [ Links ]

Doyle, M. (2023, marzo 7). Solo Una Paz Fría podrá frenar la nueva guerra fría en la que estamos inmersos. El País. https://elpais.com/ideas/2023-03-07/solo-una-paz-fria-podra-parar-la-nueva-guerra-fria.htmlLinks ]

Eddy, D. K., y Fletcher, D. R. (2022, junio 15). Perceptions of media coverage of the war in Ukraine. Reuters Institute for the Study of Journalism. https://reutersinstitute.politics.ox.ac.uk/digital-news-report/2022/perceptions-media-coverage-war-UkraineLinks ]

Edelson, L. (2022, marzo 1). How positive actors with a strong information operation and Tech platforms being (somewhat) sensible can create an environment in which misinformation struggles to take hold. Twitter. https://twitter.com/LauraEdelson2/status/1498742294056472578Links ]

EdP (2023). Historia de El País. Escuela de Periodismo UAM - El País. https://escuela.elpais.com/historia-de-el-pais/Links ]

Ege, S. (2022, mayo 11). Medios de Comunicación, ideología y la Guerra en Ucrania. Monitor De Oriente. https://www.monitordeoriente.com/20220511-medios-de-comunicacion-ideologia-y-la-guerra-en-ucrania/Links ]

Encyclopedia Britannica (2023, mayo 8). News agency. Encyclopædia Britannica. https://www.britannica.com/topic/news-agencyLinks ]

Etura, D., y Martín Sánchez, C. (2022, junio 29). Situación de los periodistas españoles en ucrania y fronteras. Reporteros Sin Fronteras. https://www.rsf-es.org/wp-content/uploads/2022/06/Informe-RSF-Espana.pdfLinks ]

Gannett Co. (2023, mayo 23). Local Brands Map. Gannett. https://www.gannett.com/local-brands-map/Links ]

Gordon, J. (2022, junio 17). USA Today removes twenty-three stories from its website over claims reporter made-up quotes and fabricated interviewees for stories on Texas abortion ban, Ukraine and a guide to sunscreen. Daily Mail Online. https://www.dailymail.co.uk/news/article-10926003/Gabriela-miranda-USA-Today-reporter-fabricated-quotes-invented-fake-sources.htmlLinks ]

Gray, R. (2017, febrero 16). The Wall Street Journal’s global retrenchment. The Atlantic. https://www.theatlantic.com/politics/archive/2017/02/wall-street-journal-retrenches-around-the-world/516915/Links ]

Greste, P. (2017). How journalism became one of the most dangerous jobs in the world. YouTube. TEDxSydney. https://youtu.be/AqnSHi8HEeQLinks ]

Gutiérrez Cuesta, J. J. (2021). La precariedad en el periodismo: el colaborador en la prensa de Bizkaia (Tesis). Universidad del País Vasco). [ Links ]

Information Agency (2021, febrero 23). In a first, internet bypasses TV as Main News source for Ukrainians. Information Agency. https://www.unian.info/society/media-space-internet-bypasses-tv-as-main-news-source-for-ukrainians-11330729.htmlLinks ]

Kammer, A., Azour, J., Selassie, A. A., Goldfajn, I., y Rhee, C. Y. (2022, marzo 8). La guerra en ucrania repercute en todas las regiones del mundo. IMF. https://www.imf.org/es/Blogs/Articles/2022/03/15/blog-how-war-in-ukraine-is-reverberating-across-worlds-regions-031522Links ]

Kelly, L., y Chalfant, M. (2022, febrero 25). US employs unusual Intel strategy to Counter Putin. The Hill. https://thehill.com/policy/international/russia/595916-us-employs-unusual-intel-strategy-to-counter-putin/Links ]

Kersley, A. (2022, marzo 30). Unprecedented reader interest in Ukraine as publishers shift to covering longer war. Press Gazette. https://pressgazette.co.uk/news/ukraine-reader-interest-publishers-uk/Links ]

Lewis, C., y Reading-Smith, M. (2008). False Pretences. The Center for Public Integrity. https://publicintegrity.org/inside-publici/finding-the-truth-in-935-lies-about-war-with-iraq/Links ]

Maher, B. (2022, agosto 9). Record News Corp profits dwarf $20M talktv launch costs. Press Gazette. https://pressgazette.co.uk/news/news-corp-results-2022/Links ]

Maher, B., y Turvill, W. (2022, marzo 5). How America’s largest news outlets are covering the Ukraine invasion. Press Gazette. https://pressgazette.co.uk/news/american-media-coverage-ukraine-cnn-new-york-times/Links ]

Makhortykh, M., y Bastian, M. (2022). Personalizing the war: Perspectives for the adoption of news recommendation algorithms in the media coverage of the conflict in Eastern Ukraine. Media, War & Conflict, 15, 25-45. https://doi.org/10.1177/1750635220906254 [ Links ]

Martínez Domínguez, L. (2022). El periodismo en los conflictos armados: una mirada al presente y al pasado (Tesis). Facultad de Comunicación, Sevilla, España. [ Links ]

Maxwell Hamilton, J., y Jenner, E. (2004). Foreign Correspondence: Evolution, Not Extinction. Nieman Reports, 58, 98-100. [ Links ]

Merchant, N. (2023, marzo 23). Iraq WMD Failures Shadow US intelligence 20 years later. AP NEWS. https://apnews.com/article/iraq-war-wmds-us-intelligence-f9e21ac59d3a0470d9bfcc83544d706eLinks ]

Milán, S., y Gutiérrez, M. (2015). Citizens´ Media Meets Big Data: The Emergence of Data Activism. Mediaciones, 14. https://doi.org/10.26620/uniminuto.mediaciones.11.14.2015.120-133 [ Links ]

M. M. (2012). Los chicos del club. En Corresponsales: una especie en extinción. Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE) . Revista nº 30 otoño 2012. ISSN 1131-6357. https://fape.es/corresponsales-una-especie-en-extincin/Links ]

Molina, M. (2012a). Cita a ciegas. ¿El corresponsal ha muerto? ¿Larga vida al corresponsal?. En Corresponsales: una especie en extinción. Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE). Revista nº 30 otoño 2012. ISSN 1131-6357. https://fape.es/corresponsales-una-especie-en-extincin/Links ]

Molina, M. (2012b). ¿Doctor Livingstone, supongo?. En Corresponsales: una especie en extinción. Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE). Revista nº 30 otoño 2012. ISSN 1131-6357. https://fape.es/corresponsales-una-especie-en-extincin/Links ]

Murray, C. (2023, enero 4). What is a byline in journalism? Discover its origin. Become a Writer Today. https://becomeawritertoday.com/what-is-a-byline-in-journalism/Links ]

Nazaruk, T. (2022). Subscribe and follow. Telegram and Responsive Archiving the War in Ukraine. Sociologica, 1G, 217-226. https://doi.org/10.6092/issn.1971-8853/15339 [ Links ]

News Corp. (2022, diciembre 6). About Us. News Corp. https://newscorp.com/about-news-corp/Links ]

Núñez, N. (2022, marzo 25). Así trabaja la Sección de Internacional para cubrir La Guerra de Ucrania. El País. https://elpais.com/comunicacion/el-pais-que-hacemos/2022-03-25/asi-cubre-la-guerra-en-ucrania-la-seccion-de-internacional-de-el-pais.htmlLinks ]

Pariser, E. (2011). The Filter Bubble: What the Internet Is Hiding from You. New York: Penguin Press HC. [ Links ]

Pavlik, J. V. (2022). The Russian War in Ukraine and the Implications for the News Media. Athens Journal of Mass Media and Communications, 8, 1-17. https://www.athensjournals.gr/media/Pavlik(2022)-UKRAINE-MEDIA-04.pdfLinks ]

Pérez de Armiñán, C. (2015). La Inversión En Corresponsalías Se Ha Reducido. ACPE. http://corresponsales.org/blog/carmen-perez-de-arminan-la-inversion-en-corresponsalias-se-ha-reducido/Links ]

Prieto, M. G. (2022). Ucrania, la muerte a manos rusas. Cuadernos de Periodistas: Revista de La Asociación de La Prensa de Madrid, 44, 19-32. https://www.cuadernosdeperiodistas.com/ucrania-la-muerte-a-manos-rusas/Links ]

Reynolds, J. (2010, septiembre 7). Correspondents: They come in different shapes and sizes. Nieman Reports. https://niemanreports.org/articles/correspondents-they-come-in-different-shapes-and-sizes/Links ]

Rivas-de-Roca, R., y García-Gordillo, M. (2023, enero 15). Creación Periodística de Héroes y anti-héroes en Twitter: Zelenski y Putin en la Guerra de Ucrania. Revista de Comunicación. https://doi.org/10.26441/RC22.1-2023-2939 [ Links ]

Sahagún, F. (2004). Corresponsales de guerra: de la paloma a internet. Con Pretensiones (Cuadernos de Periodistas), 7-106. [ Links ]

Sahagún, F. (2014, marzo 27). Corresponsales extranjeros, ¿Especie en extinción o en Transformación?. Cuadernos de Periodistas. https://www.cuadernosdeperiodistas.com/corresponsales-extranjeros/Links ]

Sambrook (2010). Are Foreign Correspondents Redundant? The changing face of international news. Reuters Institute for the Study of Journalism, 1, 1-108. https://reutersinstitute.politics.ox.ac.uk/sites/default/files/2017-12/Are%20Foreign%20Correspondents%20Redundant%20The%20changing%20face%20of%20international%20news.pdfLinks ]

Sánchez Gómez, Y. (2018). Análisis de la evolución y situación actual del Periodismo Internacional (Tesis). Elche, Alicante. http://dspace.umh.es/handle/11000/7085Links ]

Sánchez González, T. (2019). Los corresponsales de guerra: revisión y actualización del trabajo periodístico en los conflictos. Revista de Pensamiento Estratégico y Seguridad CISDE, 4, 57-67. http://www.uajournals.com/ojs/index.php/cisdejournal/article/view/481Links ]

Serrat Alvarado, S. (2017). “Una trinchera como oficina”: reportaje en profundidad sobre las condiciones laborales de los periodistas de guerra (Tesis). Departamento de periodismo. Universidad de Sevilla. https://idus.us.es/bitstream/handle/11441/64516/MEMORIA%20DEL%20REPORTAJE.pdf?sequence=1Links ]

Sousa, A., Hornero, C., Vilches, S., y Venegas, N. (2023, abril 13). Quién es quién en los medios de España. El Mundo. https://www.elmundo.es/television/medios/2023/04/13/6429ce0dfc6c832f1e8b459a.htmlLinks ]

Springer, N., Nygren, G., Widholm, A., Orlova, D., y Taradai, D. (2022). Narrating “their war” and “Our War.”. Central European Journal of Communication, 15, 178-201. https://doi.org/10.51480/1899-5101.15.2(31).1 [ Links ]

Startt, J. (2010). Journalism’s roving eye: A history of American foreign reporting by John Maxwell Hamilton Baton Rouge, LA: Louisiana State University Press, 2009,655 pp. reviewed by James D. Startt Valparaiso University. American Journalism, 27, 154-155. https://doi.org/10.1080/08821127.2010.10677764 [ Links ]

Tejedor, S., Cervi, L., y Tusa, F. (2022). Periodismo en contextos de violencia, Principales problemas y Posibles Vías de Solución: Percepciones de periodistas latinoamericanos. Revista de Comunicación, 21, 285-306. https://doi.org/10.26441/rc21.2-2022-a14 [ Links ]

The Economist (2013, septiembre 5). Why are the economist’s writers anonymous?. The Economist. https://web.archive.org/web/20180520121948/https://www.economist.com/the-economist-explains/2013/09/04/why-are-the-economists-writers-anonymousLinks ]

Thorn, A. (2003). Fifteen journalists die while covering war in Iraq. The News Media & The Law. Reporters Committee for Freedom of the Press., 7. https://www.rcfp.org/journals/the-news-media-and-the-law-spring-2003/fifteen-journalists-die-whi/Links ]

Turvill, W. (2021, febrero 5). Murdoch’s New York Post achieves first profit “in modern times.”. Press Gazette. https://pressgazette.co.uk/news/new-york-post-profit/Links ]

Unda-Endemaño, A., Iturregui-Mardaras, L., y Cantalapiedra-González, M. J. (2022). La Tribu Sin Suerte. Transformaciones y retos del periodismo de conflicto en España. Cuadernos. Info, 53, 1-21. https://doi.org/10.7764/cdi.53.42963 [ Links ]

Unesco y Reporteros sin Fronteras (2017). Manual de Seguridad Para Periodistas: Guía Práctica Para Reporteros En Zona de Riesgo. https://unesdoc.unesco.org/ark:/48223/pf0000243988Links ]

Unidad Editorial (2023). Unidad Editorial Líder en el sector de la Comunicación Global. Unidad Editorial. https://www.unidadeditorial.es/corporativo.aspx?id=corporativaLinks ]

Urman, A., y Makhortykh, M. (2022). My War Is Your Special Operation: Engagement with pro- and Anti-Regime Framing of the War in Ukraine on Russian social media, 1, 1-26. https://doi.org/10.31219/osf.io/67snk [ Links ]

Varela, J. (2004). Cambiar para sobrevivir. Cuadernos de Periodistas: Revista de La Asociación de La Prensa de Madrid, 18-32. [ Links ]

Villalonga, B., y Hartman, C. (2007, marzo 29). The New York Times Co. - Case Solution. Casehero. https://www.casehero.com/new-york-times-co/Links ]

Villaplana Jiménez, F. R., y Megías Collado, A. (2022). La Percepción de inseguridad en la sociedad española ante Situaciones Excepcionales: El covid-19 y la Guerra en Ucrania. Methaodos Revista de Ciencias Sociales, 10, 259-282. https://doi.org/10.17502/mrcs.v10i2.562 [ Links ]

Wu, H. D., y Hamilton, J. M. (2004). US foreign correspondents. Gazette (Leiden, Netherlands), 66, 517-532. https://doi.org/10.1177/0016549204047574 [ Links ]

Recibido: 31 de Agosto de 2023; Aprobado: 15 de Diciembre de 2023

Creative Commons License Este es un artículo publicado en acceso abierto bajo una licencia Creative Commons