Introducción

Puma yagouaroundi (É. Geoffroy Saint-Hilaire, 1803) ha sido objeto de debate taxonómico, con estudios que lo ubican en los géneros Puma o Herpailurus. Filogenias moleculares, como las de ^{Johnson et al. (2006}), respaldan su clasificación como especie hermana del puma (Puma concolor). El jaguarundi es un felino terrestre con hábitos arborícolas, solitario o en parejas. Su desplazamiento diario alcanza hasta 7 km, con un rango de hogar entre 13 y 100 km². Su dieta es generalista, incluyendo pequeños mamíferos, aves y reptiles. Prefiere hábitats abiertos como bosques secos, secundarios y sabanas, siendo menos frecuente en bosques húmedos tropicales. Puede adaptarse a áreas con vegetación secundaria cercana a asentamientos humanos (^{Emmons & Feer 1997}).

El jaguarundi se distribuye desde el sur de Texas hasta el norte de Argentina, incluyendo Centro y Sudamérica, con registros hasta los 2200 m de altitud (^{Emmons & Feer 1997}). En Perú, es una de las ocho especies de Felidae registradas (^{Pacheco et al. 2020}), con distribución principal en la Amazonía, aunque también se ha reportado al oeste de los Andes en Lambayeque (Laquipampa), Cajamarca (Udima) (Pacheco et al. 2020) y en La Libertad (Sunchubamba) (^{Grimwood 1969}), confirmando su presencia en bosques montanos y de transición.

Puma yagouaroundi es un felino pequeño a mediano, de cuerpo alargado, extremidades cortas y cabeza pequeña y aplanada. Presenta variación cromática intraespecífica, con tonalidades que van desde gris y marrón hasta rojizo y negro, incluso dentro de una misma población. Las orejas son cortas, y la cola, aproximadamente el 60% de la longitud corporal, es delgada (^{Rumiz et al. 2022}).

La especie está incluida en el Apéndice I de la CITES (poblaciones de Centro y Sudamérica en Apéndice II) y está categorizada como Preocupación Menor (LC) por la UICN. Aunque ampliamente distribuida, no es objeto de caza comercial y es considerada poco común en su rango (^{Emmons & Feer 1997}).

El Coto de Caza El Angolo (CCEA) esta ubicado en el norte de Perú (departamento de Piura), entre las provincias de Sullana y Talara. Con una extensión de 65000 ha, está destinado a la caza deportiva y al turismo social (Club de Caza, Pesca y Turismo Piura, 2006). Se localiza entre 4°21’1”- 4°26’37” S y 80°37’57”- 80°56’45” W, con un rango altitudinal de 130 a 1600 m (^{Barrio et al. 2015}). El relieve es variado, dominado por colinas y cerros de la cordillera de Los Amotapes (^{Landeo 1992}). La vegetación corresponde al bosque estacionalmente seco, con árboles caducifolios, arbustos espinosos y cactáceas columnares. Durante la temporada de lluvias (enero-marzo), el follaje y la cobertura herbácea aumentan notablemente (Club de Caza, Pesca y Turismo Piura, 2006). El clima es predominantemente cálido y seco, con una estación seca de nueve meses. Los cuerpos de agua son quebradas de flujo temporal, que se reducen a filtraciones en época seca.

Además, el CCEA forma parte de la Reserva de Biósfera Noroeste Amotapes-Manglares, que incluye el Parque Nacional Cordillera de los Amotapes, la Reserva Nacional de Tumbes y el Santuario Nacional Los Manglares de Tumbes. Esta reserva abarca más de 961414.52 ha en la cordillera occidental de los Andes (^{Céspedes, 2017}).

Figura 1 Mapa de la localidad de registro fotográfico de Puma yagouaroundi en el sector Sauce Grande, Coto de Caza El Angolo, Piura, Perú. 

Figura 2 Fotografía de Puma yagouaroundi obtenida mediante cámara trampa, sector Sauce Grande, Coto de Caza El Angolo, Piura-Perú. 

Discusión

En un estudio previo realizado en el sector Sauce Grande, y en proximidad al punto donde se obtuvo el presente registro, ^{Tovar Narváez (2022}) identificó restos de un pequeño félido no determinado en el análisis de heces de Puma concolor, posiblemente perteneciente al P. yagouaroundi. En este trabajo documentamos por primera vez la presencia confirmada de P. yagouaroundi en el Coto de Caza El Angolo, lo que eleva a cuatro el número de especies de la familia Felidae registradas en esta área natural protegida: Puma concolor, Leopardus pardalis (^{Elías et al., 2021}), Leopardus colocolo (^{Vásquez, 2017}; ^{García-Olaechea & Hurtado, 2018}) y Puma yagouaroundi (este estudio).

La imagen fue obtenida en marzo, dentro del periodo de lluvias que se extiende de enero a marzo en el Coto. La intensidad de las precipitaciones varía interanualmente y tiende a incrementarse en años asociados a eventos de El Niño. Esta variabilidad climática influye directamente en la disponibilidad de recursos y en la dinámica ecológica del bosque seco.

En este contexto, el uso de cámaras trampa ha demostrado ser una herramienta eficaz para el estudio de fauna silvestre, especialmente en el caso de especies crípticas o difíciles de observar mediante métodos directos (^{Howe et al., 2017}). La evidencia obtenida mediante esta técnica permite no solo registrar nuevas especies, sino también generar datos fundamentales para comprender la estructura y funcionalidad de las comunidades ecológicas.

Cabe destacar que el Coto de Caza El Angolo forma parte del centro de endemismo de Tumbes, albergando especies con distribución restringida y alto valor para la conservación de la biodiversidad regional (^{Vásquez 2017}). Su buen estado de conservación, tanto a nivel de cobertura vegetal como de diversidad faunística, lo convierte en un entorno favorable para la persistencia de grandes y medianos depredadores. La presencia de al menos cuatro especies de félidos constituye un indicador directo de la disponibilidad de presas y de la salud funcional del ecosistema. Esta situación es particularmente significativa en el sector Sauce Grande, donde la coexistencia de múltiples carnívoros refuerza la evidencia sobre la integridad ecológica y la salud ecosistémica.