Señor editor,
La pandemia de la COVID-19 tiene un impacto en la salud mental de la población en general, incrementando los sentimientos de soledad, miedo, síntomas de ansiedad, depresión y estrés 1. Estudios recientes, han examinado los efectos de la COVID-19 en la salud mental de personas diagnosticadas con la enfermedad y sus familiares; con trastornos mentales pre-existentes y aquellos vulnerables a estresores biológicos y psicosociales; así como personas sobreexpuestas a las noticias de la COVID-19 2. Sin embargo, se ha prestado poca atención a la salud mental de los miembros de la policía, quienes conforman un grupo de respuesta importante frente a la COVID-19.
Los problemas de salud mental son frecuentes en policías. Una investigación 3, que involucró a 67 estudios de 24 países, indicó que el 14,6% de los policías presentaba síntomas de depresión, el 14,2% trastorno de estrés postraumático, el 9,6% trastorno de ansiedad generalizada, 8,5% presentaba ideaciones suicidas, y el 5% era dependiente del alcohol. Actualmente, los policías se encuentran trabajando en el control del orden público y buscan garantizar el cumplimiento de las medidas dispuestas por el gobierno peruano para enfrentar la COVID-19. Entre algunas de sus actividades específicas se pueden mencionar el control de las cuarentenas y toques de queda, evitar las aglomeraciones y reuniones, así como la protección de las instituciones de salud y lugares de abastecimiento de alimentos de primera necesidad. Lamentablemente, realizan su trabajo con recursos limitados y se exponen a un mayor riesgo de contagio de la enfermedad, lo cual conlleva a un incremento de la carga laboral y el estrés 4. Además, el número de casos confirmados y muertes de policías a causa de la COVID-19 supera a cualquier otro grupo profesional en el Perú y el mundo que se encuentre en la primera línea de trabajo 5. En estas condiciones, la salud mental del personal policial es un problema de salud pública que requiere ser atendido.
Por lo expuesto, se diseñó un estudio que evaluó preliminarmente síntomas de depresión, ansiedad generalizada y miedo relacionado a COVID-19 en 120 policiales de Lima que laboran en la vía pública para hacer cumplir las medidas adoptadas por el gobierno peruano. Se utilizó un muestreo por conveniencia tipo bola de nieve. Los criterios de inclusión fueron: 1) Miembros activos de la Policía Nacional del Perú; y 2) Miembros que vigilan la vía pública para hacer cumplir las medidas tomadas por el gobierno peruano para detener la propagación de la COVID-19. Los participantes dieron su consentimiento informado en línea y respondieron la encuesta de forma anónima a través de Google Form. Los edad promedio de los participantes fue 23,57 años (desviación estándar (DE)= 8,37), donde la gran mayoría fueron hombres (95%). El 76,9% de los participantes no tenía hijos. Respecto al estado civil, el 81% eran solteros, el 12,4% casados, 0,8% divorciados y 5,8% convivientes. La mayoría de policías reportó no haber sido diagnosticado con la COVID-19 (81,8%), pero, refieren tener familiares cercanos o lejanos (68,6%) y colegas (66,9%) diagnosticados con la enfermedad. Se hipotetiza que el trabajo de los policías durante la pandemia de la COVID-19 es un factor significativo que agrave la presencia de síntomas negativas para la salud mental.
Utilizando el Patient Health Questionnaire-2 (PHQ-2) 6 y el Generalized Anxiety Disorder scale (GAD-2) (7), el 19,6% y el 17,3% de los policías presentaron síntomas de depresión y ansiedad generalizada, respectivamente. Estos porcentajes son superiores a los reportados en la literatura internacional, donde el 14,6% y 9,6% presentaban síntomas de depresión y ansiedad generalizada, respectivamente 3. Respecto al miedo por la COVID-19, evaluado con la versión peruana de la Fear of COVID-19 Scale (8), el 42,5% indicó tener mucho miedo de la COVID-19, al 41,6% le incomoda mucho pensar en la COVID-19, el 43% tuvo mucho miedo de perder la vida por la COVID-19. Sin embargo, el 65% reportó que sus manos no se vuelven húmedas cuando piensan en la COVID-19, el 52,3% no se pone nervioso o ansioso cuando ve noticias e historias sobre la COVID-19 en las redes sociales, el 60,8% indicó no tener problemas para dormir y finalmente, al 59,3% no se le acelera el corazón cuando piensa en contraer COVID-19. Estos hallazgos sugieren que los policías tienen bajos niveles de reacciones somáticas del miedo y altos niveles de reacciones emocionales del miedo. Los resultados pueden observarse en la Tabla 1. Asimismo, ante la pregunta «Tengo miedo de infectar a mis familiares con la COVID-19», el 78% de los policías encuestados señaló estar de acuerdo y muy de acuerdo.
Los resultados, aunque preliminares, sugieren la presencia de manifestaciones de síntomas que podrían deteriorar la salud mental de los policiales del Perú. Debido a la situación actual sin precedentes, producto de la pandemia, los sistemas de salud de la policía no se encontraban preparados para atender los problemas de salud mental que experimentarían sus miembros. Sin embargo, considerando el aumento de los casos actuales y los brotes futuros, ahora es el momento de preparar a los policías para afrontar este tipo de situaciones 9. Es decir, no solo deben considerarse los problemas que enfrenta la policía durante la pandemia de la COVID-19, sino que se debe planificar y preparar para afrontar los futuros problemas de salud mental que la COVID-19 dejará a su paso en el personal policial 10. Una identificación temprana de estos síntomas de ansiedad, depresión y miedo por la COVID-19 permite una mejor prevención e intervención en la salud mental en esta población que constituye uno de los principales grupos de respuesta frente a la pandemia.
En este contexto, se sugieren acciones para mitigar el impacto negativo de la pandemia por la COVID-19 sobre la salud mental de esta población, como la mejora de sus condiciones de trabajo, el correcto equipamiento y/o medidas de protección para los policías, con el objetivo de prevenir su contagio de COVID-19 y el de sus familias, la formación de equipos de asistencia psicológica especializada, redes de contención psicosocial, así como actividades de relajación y desensibilización después del trabajo para los policías y sus familias. Brindar capacitación sobre habilidades de afrontamiento positivas ayudaría a los policías a manejar el estrés que enfrentan, sin presencia de efectos secundarios, como un mayor agotamiento y comportamientos poco saludables como alcoholismo 9. Se espera que estas sugerencias sirvan para orientar la formulación de políticas específicas para este grupo y contribuyan a prevenir efectos no deseados sobre su salud mental.