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Revista de Neuro-Psiquiatría

versión impresa ISSN 0034-8597

Rev Neuropsiquiatr vol.77 no.2 Lima abr. 2014

 

 

Dr. Roberto Llanos Zuloaga (8.7.1933 - 27.3.2014)

 

Enrique Macher-Ostolaza1,a; 2,b,c

1Instituto Nacional de Salud Mental Honorio Delgado - Hideyo Noguchi. Lima, Perú.
2Facultad de Medicina Alberto Hurtado. Universidad Peruana Cayetano Heredia. Lima, Perú.
aEx Director General; bProfesor; cPsiquiatra de Niños, Adolescentes y Adultos.

 


Ha fallecido una persona noble, valiente y generosa, cuya valía se hará más grande con el tiempo y el estudio de su legado académico especialmente dentro del Análisis Transaccional, con el concepto de la Reparentalización, y con el florecer de la institución bioética que él fundara: la Asociación Peruana de Bioética (ASPEBIO).

Roberto nació el 8 de julio del año 1933 en la antigua Maternidad de Lima, hijo de doña Rosa Zuloaga Valverde y de don Roberto Llanos Paredes. Fue el sétimo hijo del matrimonio, que tuvo nueve vástagos, siendo Roberto el único hijo varón.

Su infancia y escolaridad transcurrieron en Lima, donde asistió al colegio Nuestra Señora de Guadalupe, pero no por mucho tiempo, ya que por asuntos de inconformidad estudiantil, le fue cancelada la matrícula y pasó al colegio Lima San Carlos, donde culminó la educación secundaria. Fue un alumno muy querido y respetado por compañeros y profesores, siendo quien se destacaba por sus alocuciones en las actividades cívicas en las que participaba el colegio.

Luego haría su recorrido por la Facultad de Ciencias y después pasó a la Facultad de Medicina –San Fernando- de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM). Hizo prácticas clínicas en el Hospital Santo Toribio de Mogrovejo como ayudante del Dr. Alfredo Saavedra, quien fuera asistente del Dr. Honorio Delgado. En dicha institución, realizaron experimentos psiquiátricos con la sustancia Liserg Saure Dietylamid (LSD) o Dietilamida del Ácido Lisérgico. Posteriormente, realizó prácticas con el mismo Dr. Saavedra en el recordado Pabellón No. 20 del Hospital Víctor Larco Herrera y, en el último año de la carrera, las efectuó también en el Hospital de la Policía. En esa época, se congregó con un numeroso grupo de psiquiatras y otros médicos y conformaron la Sociedad Amantes de la Neuropsiquiatría que funcionó ininterrumpidamente durante 20 años. Su primera etapa de praxis psiquiátrica la realizó en el Hospital de la Policía y luego pasó a la ciudad de Trujillo por un breve periodo como catedrático en la universidad de dicha ciudad, regresando a Lima luego, nuevamente al Hospital Víctor Larco Herrera para desempeñar funciones asistenciales (Figura 1).

 

 

En 1966 viajó a Alemania impulsado por el Dr. Honorio Delgado -quien hasta lo acompañaría a la embajada de Alemania para presentarlo y facilitar los trámites de su documentación- a seguir estudios de postgrado en psiquiatría en la Universidad de Tübingen, en la especialidad de psicoterapia, con especial mención en psicodrama. Luego, de 1967 a 1968, fue asistente en el famoso Instituto Max Planck de Psiquiatría en Munich, antes de regresar al Perú. Mientras permaneció en tierras teutonas contrajo matrimonio con una pedagoga, la señora Magister Sylke Ackert, entonces estudiante de filosofía y filología alemanas, habiéndose conocido porque ambos fueron llevados al retiro espiritual de un movimiento estudiantil misionero por amigos en común, resultando que los dos vivían muy cerca el uno del otro.

A fines de 1968, regresó al Perú con su esposa y la primera de sus dos hijos, Sofía; aquí nacería después Jean Pierre. Un primer año de retorno difícil, especialmente si se considera que había sido invitado promisoriamente a ejercer en el pueblo natal de su esposa (quien me dijo que finalmente había sido una excelente decisión la de retornar al Perú). Luego de tentar suerte en Trujillo, se incorporó al Ministerio de Salud, en el servicio de Psiquiatría Infantil del Hospital San Bartolomé de Lima, el cual dirigió durante doce años. También empezó a ejercer labores de catedrático en la Universidad Femenina del Sagrado Corazón (UNIFÉ), en la Facultad de Psicología, dictando magistralmente los cursos de Caracterología y Psicología de la Personalidad, entre varios otros: su jornada se iniciaba con sus clases puntualmente a las siete de la mañana en el Hospital San Bartolomé. Igualmente ejerció la docencia en las facultades de Psicología de la Universidad Ricardo Palma, Pontificia Universidad Católica del Perú, Universidad de Lima, Universidad San Martín de Porres, Universidad Nacional Mayor de San Marcos y en la Escuela de Enfermería del Hospital Loayza: en todas ellas se granjeó unánime admiración por su capacidad didáctica y sus vastos conocimientos que excedían lo meramente psiquiátrico. Fue asimismo destacado miembro fundador y realizó labores organizacionales en el Instituto Nacional de Salud Mental “Honorio Delgado - Hideyo Noguchi”, de Lima, que principió sus labores en 1982.

En 1975 fue incorporado como miembro del staff de los consultorios de Psiquiatría de la Clínica Ricardo Palma, llevado por el Dr. Cassinelli, lo que lo hace Miembro Fundador de ese centro asistencial. Obtuvo el grado de Doctor en Medicina en 1990 en la Universidad Peruana Cayetano Heredia. Fue fundador de la Asociación Peruana de Bioética, de la Asociación Peruana de Psicoterapia, de la Asociación Peruana de Psiquiatría y de la Sociedad Peruana de Psiquiatría Biológica. Ejerció con brillo diversos e importantes cargos en instituciones médicas y educativas del país. Dentro del ámbito gremial: en 1961 fue Presidente de la Sociedad Peruana de Psiquiatría, Neurología y Neurocirugía; ocupó asimismo la Vicepresidencia de la Asociación Psiquiátrica Peruana (1984 -1985) y fue Presidente de la misma entre los años 1986 y 1988. En el ámbito académico se recuerda con admiración su desempeño como Jefe de Departamento de la Facultad de Psicología de la Universidad Femenina del Sagrado Corazón por luengos años, donde le cupo además la Coordinación del Doctorado en Psicología entre los años 1996 y 2003.

La bioética entretuvo mucho de su tiempo académico desde comienzos de la última década del siglo pasado. Empezó en 1990 con una convocatoria del Colegio Médico, pero luego de algunas reuniones el movimiento no prosperó. En junio de 1991 se ideó en Caracas la Federación Latinoamericana de Instituciones de Bioética (FELAIBE), donde Roberto fue invitado para participar en la siguiente reunión, la misma que se llevó a cabo en diciembre de 1991 en Argentina, donde se dio inicio a la fundación de nuestra Asociación Peruana de Bioética. La Organización Panamericana de la Salud encargó a Roberto redactar un artículo especial sobre la bioética en el Perú, el cual salió publicado en castellano y en inglés en un boletín de 1992. Luego fue invitado a numerosas reuniones y fue el principal organizador del III Encuentro Latinoamericano de Bioética, realizado en Lima en setiembre de 1993 en el campus de la Universidad Femenina del Sagrado Corazón.

Entre las diversas publicaciones del Dr. Roberto Llanos -alrededor de un centenar, muchas de ellas desperdigadas en revistas científicas como nuestra Revista de Neuro-Psiquiatría, además de hebdomadarios, periódicos y boletines- han de resaltarse los varios libros que dedicó a temas de psicología y psicoterapia individual y grupal, a saber: El Matrimonio Simbiótico (1992), El Encuentro Grupal (1993) Personalidad y Carácter - Estructura y evaluación (1994) Psicopatología del Niño y el Adolescente (1996), y Diez lecciones de Musicoterapia (1999).

El profesor Roberto Llanos nunca perdió sus lazos vivenciales con Alemania: así, retornó a Europa varias veces, ya sea en plan de viaje familiar, como académico o simplemente turístico. Y, a pesar de que su espondilitis anquilosante (enfermedad de Bechterew) fue siempre in crescendo, y debió pasar los últimos veinte años de su vida en silla de ruedas, de los cuales los cinco finales incluso sin poder mantener la postura erguida, fue siempre un pundonoroso y dinámico animador de las tertulias médicas y participante activo de los congresos médicos, de psiquiatría y psicología, de bioética, y de los eventos de su otra gran pasión –la ópera- habiendo llegado a tener participación en un par de ellas en Lima. Como anécdota simpática, su señora esposa nos contaba que en el invierno alemán Roberto conseguía las mejores entradas a los precios más bajos porque al acercarse la función eran las que menos se habían vendido y las remataban “por un marco”, con lo que se ganaba el poder invitar a la novia al teatro (Silke dixit). También era capaz de tomar de improviso un ómnibus e irse a Padova (Italia) un fin de semana si se noticiaba que habría alguna función operística de su agrado.

Anecdóticamente, conversando con alguna de sus hermanas, me comentaban que de muchacho le llamaban “Choloque Grande”: el choloque es un árbol de nuestro Norte cuyo nombre científico es Sapindus saponaria y que produce semillas duras, redondas, negras y brillantes, y muy buscadas por sus diversos usos. Yo me pregunto si aquello obedecía a que, en un juego de palabras, sus hermanas reconocían en él un germen, el de la sabiduría. Y, otra anécdota, para reprender graciosamente alguna travesura del hermano único, también lo llamaban “Trebor”, así, con b labial, porque, si le quitan la “o” terminal de su nombre, es lo mismo, pero al revés.

Roberto fue una persona que se supo hacerse querer por su enorme don de gentes y amabilidad, energía vital y carisma de maestro. Nunca fue domeñado por sus problemas de salud, sino que más bien se sobrepuso a ellos para agigantarse en la labor psiquiátrica y psicoterapéutica y en la cátedra. Sus dolencias finalmente nos arrebataron su humanidad material pero, para los que creemos en esa otra vida a la que nos sumaremos todos en su momento, allí confiamos encontrarnos jubilosamente con Roberto para continuar nuestras conversaciones sobre el canto lírico, la ópera y los temas de bioética y psicoterapia que marcaron sus intereses más amados.

Como dijera al inicio: ha fallecido una persona noble, valiente y generosa.

Roberto, amigo, estás con Dios, descansa en paz.

 

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