SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.43 número78AGUIRRE, Carlos, 2015, La ciudad y los perros. Biografía de una novela, Lima, Pontificia Universidad Católica del Perú. 316 ppSEMINARIO DE MARZI, Bruno, 2015, El desarrollo de la economía peruana en la era moderna. Precios, población, demanda y producción desde 1700, Lima, Fondo Editorial de la Universidad del Pacífico. 1.300 pp índice de autoresíndice de materiabúsqueda de artículos
Home Pagelista alfabética de revistas  

Servicios Personalizados

Revista

Articulo

Indicadores

  • No hay articulos citadosCitado por SciELO

Links relacionados

  • No hay articulos similaresSimilares en SciELO

Compartir


Apuntes

versión impresa ISSN 0252-1865

Apuntes vol.43 no.78 Lima ene./jun. 2016

http://dx.doi.org/10.21678/0252-1865-00430078_02 

RESEÑA

CUETO, Marcos y Steven PALMER, 2015, Medicine and Public Health in Latin America: A History, Cambridge, Cambridge University Press. ix + 306 pp.


Venía esperando un libro como este desde hace un tiempo. Su necesidad era clara, dado el crecimiento de la historia de la medicina en América Latina, analizado en artículos como los de Mariola Espinosa o el que escribí con Anne-Emanuelle Birn. El trabajo de Cueto y Palmer es una síntesis magistral útil para nuevos integrantes del campo, tanto estudiantes como profesores en busca de un texto sólido para usar de guía. Considerando la diversidad de fuentes que los autores consultaron, sorprende la coherencia de la organización cronológica del libro, su buena elección de ejemplos específicos, así como la forma elegante que tiene para mostrar las similitudes y diferencias que existían y existen entre naciones vecinas en materia de salud y medicina.

Medicine and Public Health in Latin America se remonta al periodo colonial de inicios del siglo XVI para establecer temprano cómo las interacciones entre lo nativo y lo proveniente de Europa y África nos legaron un sistema híbrido que enmarca ideas y prácticas acerca de la salud, la enfermedad y la medicina, las cuales mantienen vigencia en el mundo de hoy, y sin las cuales no podemos entender fenómenos como la interculturalidad en la salud pública o el uso prevalente de la medicina naturista. Es notable la persistencia de este mestizaje, a pesar de la indudable primacía de la medicina occidental en la jerarquía formal latinoamericana y de los esfuerzos de las elites criollas profesionales para subordinar, mofarse y atacar a lo no occidental.

Tras el retroceso institucional uniforme durante las guerras de Independencia, la consolidación de las comunidades médicas se dio en la segunda mitad del siglo XIX. Las ciudades capitales, en particular, se volvieron focos de vitalidad profesional. Nuevas asociaciones disputaban con éxito el poder de autoridades cívicas y religiosas en cuanto a las políticas de salud y el control de hospitales. Al mismo tiempo, se organizaban para obtener mejores estadísticas médicas, para consolidar agendas de investigación con carácter nacional y para interactuar más efectivamente con sus colegas del exterior. Siguiendo la consigna positivista de secularizar y modernizar, los médicos, además, jugaron un papel central al estigmatizar y sancionar conductas populares consideradas primitivas o aberrantes en nombre de un servicio desinteresado a la colectividad nacional.

Fue en la primera mitad del siglo XX que actores externos, tanto gobiernos extranjeros como organizaciones filantrópicas y organismos de gobernancia transnacional, empezaron a participar más decididamente en asuntos latinoamericanos de salud pública y de educación médica, algo que se mantiene vigente hasta nuestros días. Esto, sin embargo, no ha conllevado a una simple subordinación de los actores locales. De hecho, Cueto y Palmer presentan numerosos ejemplos en los que se generaron y mantuvieron programas de investigación e intervención originales y robustos gracias a la iniciativa de trabajadores de salud e investigadores en áreas como la investigación fisiológica y oncológica, la eugenesia y la planificación familiar.

La negociación entre diferentes actores fue clave en el origen y mantenimiento de los proyectos mencionados líneas arriba. Sin embargo, Cueto y Palmer no han escrito un libro para celebrar acríticamente a médicos, políticos, activistas, investigadores o filántropos. Uno de los conceptos esenciales que el libro usa es el de «cultura de la supervivencia»: las ideas y prácticas que emergen dado el entendimiento y compromiso parcial de las autoridades sanitarias de América Latina, por un lado, y los esfuerzos populares truncos para hacerle frente a los problemas de salud que nos aquejan, por el otro. Cueto y Palmer responsabilizan por este desencuentro entre el poder formal y el informal principalmente al mundo oficial de las autoridades sanitarias. La participación de estas últimas, como en el caso del control de la malaria en el siglo XX, se caracterizó por campañas autoritarias, geográficamente limitadas, que marginaban la participación y el conocimiento de las comunidades afectadas y que se basaban más en el uso intensivo de tecnologías a corto plazo (como los insecticidas) que en la promoción de cambios sociales profundos y duraderos, incluyendo la distribución de los recursos humanos de salud en los países de la región. Este desencuentro nos ayuda a entender el retorno de enfermedades como la tuberculosis, así como nuestra vulnerabilidad a nuevas epidemias, algo esencial en los tiempos del zika.

Palmer, profesor de la Universidad de Windsor en Canadá, y Cueto, investigador de la Casa de Oswaldo Cruz en Río de Janeiro y antiguo director del Instituto de Estudios Peruanos, han tenido sendas carreras distinguidas. Sus contribuciones individuales resaltan en este proyecto cooperativo. El reconocido trabajo de Palmer acerca de la historia del pluralismo médico y de la anquilostomiasis, por ejemplo, es de gran utilidad en este volumen. Lo mismo se puede decir de la destreza de Cueto al tratar temas como la historia de la atención primaria en salud o la de agencias como la Organización Panamericana de la Salud, lo que también se hace en Medicine and Public Health in Latin America. Ambos autores, además, mantienen un vivo interés en la filantropía sanitaria de instituciones como la Fundación Rockefeller a comienzos del siglo XX. Una segunda edición deberá reconsiderar el impacto en la salud regional de fenómenos más recientes, como la obesidad entre los jóvenes o las enfermedades crónicas de los adultos mayores. También sería una oportunidad para subsanar pequeños errores, como el del nombre de la píldora anticonceptiva vendida por G. D. Searle (Enovid, no Envoid; p. 196).

En el entretiempo, una buena noticia es que Medicine and Public Health in Latin America está siendo traducido al español y al portugués. De por sí, estas traducciones serán una gran contribución a nuestro acervo intelectual, y confío en que ayudarán a mover los temas de salud más al centro de los debates de historia en América Latina. Una tarea paralela, sin embargo, debe ser poner este excelente libro y sus lecciones en manos de los mismos trabajadores de salud y sus aliados.

Raúl Necochea López*

Department of Social Medicine, University of North Carolina School of Medicine, Carolina del Norte

* Correo electrónico: raul_necochea@med.unc.edu