SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.32 número33Chan, Anita Say. Networking Peripheries: Technological Futures and the Myth of Digital Universalism. Cambridge: MIT Press, 288 pp.Underberg, Natalie M. y Elayne Zorn. Digital Etnography: Anthropology, narrative, and new media. Austin: University of Texas Press, 2013, 127 pp. índice de autoresíndice de materiabúsqueda de artículos
Home Pagelista alfabética de revistas  

Servicios Personalizados

Revista

Articulo

Indicadores

  • No hay articulos citadosCitado por SciELO

Links relacionados

  • No hay articulos similaresSimilares en SciELO

Compartir


Anthropologica

versión impresa ISSN 0254-9212

Anthropologica vol.32 no.33 Lima  2014

 

RESEÑAS

 

Gubrium, Aline y Krista Harper. Participatory Visual and Digital Methods. Walnut Creek, CA: Left Coast Press, 2013, 227 pp.

 

Francesca Bayre

Universidad de Barcelona. Correo electrónico: fbayre@uoc.edu

 


Este libro es un punto de encuentro en varios sentidos. Por un lado, representa el confluir de las trayectorias de investigación de sus autoras, Gubrium y Harper, profesoras respectivamente de Salud Pública y de Antropología y Políticas Públicas en la Universidad de Massachusetts Amherst, a cuyas voces se suman en el libro muchas otras. Por otro lado, la reflexión planteada se sitúa en el cada vez más transitado cruce de caminos entre las metodologías participativas, visuales y digitales, en el ámbito de la antropología. La preocupación central del libro es ofrecer respuestas a las críticas feministas, postcoloniales y postmodernas que, cada una a su manera, han supuesto un desafío a la etnografía. La urgencia que se percibe en el fondo del texto es la necesidad de cuestionar el poder de la representación tal y como se ha venido construyendo en antropología.

¿Cómo utilizar las metodologías visuales y digitales para implicar a los sujetos en la etnografía? Con métodos y tecnologías participativas, el proceso de investigación puede ser más abierto, más democrático, más atractivo e incluyente. Las autoras llegan a los métodos visuales y digitales a través del enfoque participativo, en el que el conocimiento se produce en colaboración entre investigadores y sujetos, y que puede cambiar radicalmente la relación tradicional entre académicos y miembros de la comunidad estudiada.

Sin embargo, la participación y la colaboración no son solo uno de los temas principales de este trabajo, sino también el eje vertebral de su construcción. Si al principio el objetivo de Gubrium y Harper era la recopilación sencilla y práctica de las técnicas más utilizadas entre las metodologías participativas visuales y digitales, como referencia para los estudiantes e investigadores interesados, al final el proceso de escritura acabó alineándose con el enfoque participativo de construcción del conocimiento que protagoniza las páginas del libro. El primer ejemplo: para la estructura se toma prestado el concepto de core story, el «relato central», tal como lo utiliza Sarah Elder refiriéndose a las historias de Timoty Asch: «son el tipo de relatos identitarios que cada uno cuenta sobre su vida. Estas historias son tan parte de nosotros como nuestras huellas digitales [...], dan forma y sentido a los incoherentes detalles de nuestras experiencias, permitiéndonos poner orden en el material en bruto de nuestras vidas».

En este sentido, cada capítulo del libro, tras concentrarse sobre una técnica en concreto, relata unas historias centrales que reflejan las trayectorias de producción de sentido metodológico de cada estudioso sobre su propio trabajo.

Para construir estos relatos se optó también por un enfoque colaborativo: las historias se construyen a partir de entrevistas, a menudo posibles gracias a una tecnología digital (Skype), sobre la experiencia directa de cada participante, y se revisan de forma colaborativa hasta la redacción final. Es por esto que se puede considerar el libro tanto una introducción metodológica como una (auto) etnografía colaborativa de la investigación participativa digital. De hecho, las autoras incluyen sus relatos centrales en los capítulos correspondientes: para Gubrum. El uso del relato digital como herramienta en sus estudios de antropología médica en el ámbito de la salud pública y para Harper el uso del Photovoice como metodología de investigación-acción en el ámbito de la justicia ambiental, en una comunidad Rom, en Hungría.

En el delicado intento de tejer todas estas voces y estos itinerarios de investigación, el segundo capítulo sitúa en un nivel teórico los ámbitos de referencia principales: el enfoque participativo en etnografía, los métodos desarrollados en antropología visual y la más reciente, pero no menos pronunciada, presencia de las tecnologías digitales en la investigación.

La mayor implicación y visibilidad de los sujetos en los métodos considerados conllevan también una serie de riesgos que las autoras advierten con cautela. Es por eso que el tercer capítulo del libro se dedica enteramente a las cuestiones éticas, insistiendo de cerca y con precisión en cuatro momentos principales. Desde la participación como ética de investigación, que supone una relación igualitaria entre investigadores y participantes, pasando por la responsabilidad de los investigadores en la sincronización de objetivos entre instituciones, academia y participantes, haciendo especial hincapié en la toma de conciencia ética de los propios sujetos y la necesidad de su consentimiento para utilizar los datos producidos, así como la gestión de la autoría de estos ante los ámbitos académicos y artísticos. Aunque el apartado dedicado a la ética termina con el ejemplo del trabajo de Darcy Alexandra, contado en la forma detallada del «relato central», este no se cierra sino que vuelve continuamente en todo el libro, a través de las historias y los aspectos prácticos de cada técnica descrita y comentada.

Empezando por el capítulo dedicado al Photovoice, un método de investigación-acción participativa basado en la implicación de miembros de la comunidad en la producción de imágenes fotográficas a partir de un tema concreto. Tras la producción, los participantes seleccionan algunas fotografías, y a partir de la puesta en común de la reflexión alrededor de las imágenes, suele plantearse el diálogo con las instituciones implicadas en relación con el tema tratado y que pueden aplicar políticas de cambio para solucionar los problemas evidenciados.

Es un método sencillo y económicamente asequible, especialmente interesante para explorar los aspectos más relacionados con la percepción y la experiencia como formas incorporadas de conocer el mundo. Si por un lado las imágenes pueden ser poderosas herramientas de elicitación que conllevan la posibilidad de evocar memorias y reflexiones, por otro, también se pueden utilizar para montar exposiciones y comunicar directamente con un amplio público, como muestran los estudios de caso incluidos, el de la misma Harper y el trabajo de Claudia Mitchell.

Las autoras dedican el quinto capítulo al largo recorrido del cine y el video participativo, deteniéndose en la historia de este método y sus pioneros, desde la «antropología compartida» de Jean Rouch, el trabajo de Faye Ginsburg y el de Sol Worth y John Adair, entre muchos otros. Las historias centrales de este apartado están dedicadas al excelente trabajo de Sarah Elder y Leonard Kamerling, al de Charles Menzies y al de Peter Biella, que hacen especial énfasis en el video participativo como posibilidad de ahondar en la comprensión de la construcción de la identidad de los sujetos, abordando también temas muy prácticos y ofreciendo sugerencias puntuales, como la manera de introducir la cámara en el campo.

Relacionado con la construcción de narraciones personales sobre la identidad y la experiencia se sitúa también el Digital Storytelling o relato digital, descrito en el capítulo 6, que consiste en una narración visual muy breve construida por un participante a través de imágenes, video, música, voz y texto a partir de un tema escogido. Desarrollado en el Center for Digital Storytelling de San Francisco (storycenter.org), este método se ha aplicado en situaciones muy dispares, como muestran los relatos centrales de Gubrium y el de Otañez, así como el proyecto Silence Speaks de Amy Hill.

Siguen las técnicas relacionadas con sistemas de información geográfica (GIS) participativos, especialmente adecuados para reflejar situaciones relacionadas con el espacio como en los ejemplos reportados, que van desde casos de derecho y tierra en Sudáfrica o Nueva Zelanda, hasta el caso del magnífico proyecto de planificación urbana comunitaria en el Third Ward de Houston. Si el problema principal de este tipo de trabajo residía hasta hace poco en la dificultad de manejar programas complejos de cartografía, parece que cada vez más se están desarrollando tecnologías que permiten un acceso mucho menos especializado.

La misma tendencia de rápida simplificación en la tecnología se aplica también a la gestión de archivos digitales y la posibilidad de crear exposiciones virtuales para la investigación, con el objetivo de descolonizar y democratizar el concepto de archivo y de museo, tema abordado en el capítulo octavo y que se ejemplifica con el proyecto del museo virtual Kommunalka en Rusia o el interesante experimento del archivo digital online de la Brown Paper en New Hampshire, en el que se abre una colección fotográfica a la interpretación del público. Esta apertura no se debería limitar -sugieren Gubrium y Harper en el último capítulo- solo a la fase de recolección de datos etnográficos, sino que habría que extender la colaboración a la fase de análisis, de escritura y de difusión de los resultados.

El entusiasmo palpable y contagioso que permea el libro hacia las posibilidades, ricamente documentadas, que permiten abrir el proceso etnográfico y compartir la investigación con un público más amplio, va acompañado de una rigurosa lucidez ante las posibles limitaciones y riesgos de las metodologías empleadas, como se nota por la insistente presencia de advertencias éticas. En equilibrio entre creatividad y responsabilidad social, la riqueza de detalles técnicos, sugerencias, temas peliagudos como la financiación o la gestión de la autoría, hacen de este libro un compañero de viaje importante para quien quiera dibujar su propio camino en este terreno de investigación, teniendo como mapa un amplio horizonte de posibilidades que sigue en proceso de transformación, una transformación que escapa a este ámbito específico y afecta a todo el panorama de la disciplina antropológica.

 

Francesca Bayre

Universidad de Barcelona

 

Creative Commons License Todo el contenido de esta revista, excepto dónde está identificado, está bajo una Licencia Creative Commons