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Anthropologica

versión impresa ISSN 0254-9212

Anthropologica vol.40 no.49 Lima jul./dic. 2022  Epub 27-Feb-2023

http://dx.doi.org/10.18800/anthropologica.202202.011 

La(s) Etnografía(s) Hoy: A 100 años de Los Argonautas del Pacífico Occidental

Introducción al Dossier: La(s) etnografia(s) hoy: sus desafíos y vigencia a cien años de la publicación de Los argonautas del Pacífico occidental de Bronislaw Malinowski

1Pontificia Universidad Católica del Perú - Perú, pames@pucp.edu.pe

En 1922 se publicó un libro que hoy representa un cambio trascendente en la historia de la disciplina antropológica: Los argonautas del Pacífico occidental, de Bronislaw Malinowski. Este libro contribuyó a visibilizar un cambio de paradigma metodológico y teórico, al colocar en el centro del trabajo antropológico a la etnografía, un enfoque y método que caracterizaría a la disciplina desde entonces.

El desarrollo de la antropología ya apuntaba en esa dirección con el trabajo pionero de otros investigadores que, antes y durante la misma época que Malinowski, venían aplicando los principios de trabajo de campo sobre el terreno (Stocking, 1993). Sin embargo, no se puede negar la importancia simbólica y pedagógica de este libro para colocar a la etnografía como el método por excelencia de la disciplina, y en particular su introducción, que ofrece una descripción de esta forma particular de indagación y construcción de conocimiento sobre el terreno. Algunos historiadores de la antropología la han comparado con un manifiesto vanguardista, en tanto daba inicio a un nuevo lenguaje en el campo (Ardener 1986) y otros con el libro del génesis en la biblia del trabajo de campo (Van Maanen 1988).

La historia del libro tiene, además, conexiones notables con procesos contemporáneos: su autor vivió una reclusión prolongada mientras realizaba la etnografía, debido a su nacionalidad polaca (entonces parte del imperio austrohúngaro) en el contexto de la Primera Guerra Mundial mientras se encontraba en colonias británicas, y poco después de dicha guerra una pandemia se extendía en el mundo.

A lo largo de estos cien años el texto ha sido parte de intensos debates que han reconfigurado también el tipo de etnografía que proponía inicialmente. Por ejemplo, en los años 1960, cuando se publican los diarios de campo de Malinowski durante su trabajo en Melanesia (Malinowski 1986) y se inicia una discusión sobre el rol de la reflexividad y la subjetividad en el trabajo etnográfico, o en los años 1980, cuando se ponen en cuestión la voz y la mirada que caracterizan las etnografías modernas desde una perspectiva posmoderna (Clifford y Marcus, 1986; Clifford, 1991). Todo ello produce relecturas críticas de un texto que sigue acompañando así el desarrollo de la disciplina.

No es por eso extraño que en lo que va del año se hayan celebrado ya diversos eventos en torno a este aniversario, los cuales reflexionan en torno a la importancia de esta obra. Hasta donde llega mi conocimiento, se realizaron cuatro eventos: el primero de ellos tuvo lugar el 4 y 5 de julio en el London School of Economics, en Londres, donde Malinowski estudio antropología y donde se desempeñó también como profesor por varios años, formando a varios connotados antropólogos y antropólogas en su famoso seminario. El evento, titulado Malinowski and the Argonauts: a hundred years of economic anthropology and the ethnographic method, se enfocó principalmente en la importancia del libro para el subcampo de la antropología económica, pero también presentó trabajos históricos sobre la escritura del libro y sobre el papel del autor en la antropología.

El 3 de agosto se desarrolló un seminario organizado por el Centro de Antropología Social - CAS del Instituto de Desarrollo Económico y Social, en Buenos Aires, Argentina, titulado 1922-2022: Los argonautas del Pacífico occidental y se presentaron trabajos que reflexionaron en torno a la etnografía y diversos aspectos presentados en el libro y en otras obras del autor: la economía, la cultura material, la magia, el lenguaje, la incertidumbre y las aplicaciones contemporáneas de la etnografía. Rosana Guber, al presentar este seminario, recordaba parte de la historia o tradición etnográfica (como la llamaría Pacheco de Oliveira, 2018) propia de la Argentina, y cómo las antropólogas que trabajaron con este texto recrearon activamente sus propuestas1.

El 14 y 15 de setiembre, se desarrolló el Simposio «De-centering Anthropology by way of Malinowski», en la Universidad de Bolzano, Italia, región en la que Malinowski y su familia pasaron varios veranos en la década de 1920 y 1930. En este evento se exploraron diversos temas, desde aspectos biográficos hasta las relaciones de colaboración y de género entre Malinowski y su primera esposa Elsie Masson, o la presencia de Malinowski en otros territorios como México y Kenia, así como los conceptos de reflexividad y descentramiento en la antropología, o la descolonización de sus archivos.

Finalmente, entre setiembre y octubre, en dos fechas y en modalidad virtual, se realizó el seminario «La(s) etnografia(s) hoy: su vigencia y desafíos a 100 años de la publicación de Los argonautas del Pacífico occidental de Bronislaw Malinowski, en la Pontificia Universidad Católica del Perú, en Lima. En este evento, que da origen al dossier que aquí presentamos, se reunieron antropólogos y antropólogas de diversos países de América para examinar los desafíos de la etnografía hoy y discutirlos a la luz de Los argonautas.

Toda esta actividad en torno al centenario de una obra refleja lo que ya señalábamos al principio: su posición especial en la historia y método de la disciplina antropológica. Como señalara Sergio Visacovsky en las jornadas del CAS, un aniversario constituye una ocasión propicia para revisar un pasado en la antropología dado por sentado o revisitar una obra para reflexionar que sirve y que no de todo aquello, propósito que anima este dossier.

Pero el centenario es una oportunidad también para discutir la vigencia de la etnografía hoy, los límites que ha debido superar en el contexto de la pandemia y los aportes que puede ofrecer en un mundo pospandémico. Se propuso hacer este dossier especialmente en el contexto del sur global y en nuestra región, América Latina. En ese sentido, busca tanto conmemorar la publicación de una obra sustancial de la antropología a través del debate con respecto a la etnografía hoy y los retos que enfrenta actualmente, como propiciar el diálogo entre colegas y estudiantes de diversos países de la región en torno a un aspecto neurálgico de la disciplina.

Desde la región existen importantes reflexiones que compartir en torno al devenir de la etnografía, a la creación de tradiciones etnográficas también diversas en la región, que se plantean escenarios y problemáticas muchas veces más cercanos y menos exóticos que los que inicialmente se consideraron en obras como la que aquí nos convoca, y donde sin embargo la etnografía ofrece un gran potencial para mejorar nuestra comprensión de los hechos sociales. La reflexión de nuestras particulares formas y lugares de trabajo y producción del conocimiento ha implicado replanteamientos y apropiación activa, como lo mencionaba Rosana Guber en las jornadas del CAS.

En América Latina, como en otras partes del sur global, se plantean nuevas maneras de encarar la relación con el otro que supone el trabajo de campo etnográfico, que están atravesadas por procesos y relaciones compartidos por investigadores e investigados que conviven en un mismo territorio y Estado. Estos procesos, además, tienen un trasfondo histórico marcado por el colonialismo y que impacta en la construcción del presente de las sociedades en y con las que trabajamos.

Los antropólogos y antropólogas de la región han venido escribiendo y reflexionando sobre estos temas hace un buen tiempo, mostrando la pluralidad de las antropologías y etnografías de la región (y de ahí el título de nuestro seminario, enfatizando esa pluralidad), por lo que resulta un momento propicio para encontrar espacios de intercambio y discusión sobre ello, que es lo que se propone este dossier.

Al mismo tiempo, las tradiciones etnográficas de nuestra región no existen al margen de otras y mantienen (o buscan recuperar) el diálogo con la producción antropológica en otras partes del mundo. Todo lo anterior se refleja en los artículos que componen este dossier sobre las etnografías hoy, a cien años de la publicación de Los argonautas. Así, este dossier reúne trabajos de Rosana Guber (CIS-IDES/CONICET Argentina) y Elsie Rockwell (DIE-CINVESTAV/México), dos antropólogas que han contribuido con la formación de varias generaciones de antropólogos y antropólogas latinoamericanos, tanto con su actividad docente como con sus libros sobre etnografía, que han circulado ampliamente por toda la región.

Asimismo, incluye artículos de Joao Pacheco de Oliveira (Museu ­Nacional / Universidad Federal de Rio de Janeiro / Brasil) y Maritza Díaz (Pontificia Universidad Javeriana / Colombia), también conocidos catedráticos y referentes en el campo antropológico tanto en sus países como fuera de ellos. Finalmente, Frederick Damon (University of Virginia / EEUU), un especialista en Melanesia, comparte su conocimiento sobre la institución que Malinowski presenta por primera vez en Los argonautas y nos recuerda la importancia de las miradas comparadas entre diferentes regiones del mundo.

Desde distintas perspectivas, tradiciones y experiencias, los trabajos aquí reunidos nos muestran la vitalidad de la discusión que anima hoy el quehacer etnográfico. Ofrezco a continuación un breve resumen de los artículos que componen el dossier.

Imagen 1 Afiche del seminario “Las etnografías hoy’’, Departamento de Ciencias Sociales de la PUCP. Diseño: Juan Pablo Campana. 

Rosana Guber nos recuerda en su artículo que, a pesar de las críticas que el libro ha recibido a lo largo de los años y el descrédito del funcionalismo que pregonaba su autor, su propuesta de trabajo etnográfico sigue conteniendo un esquema útil para la formación de etnógrafos y la organización de los datos. Para ello, usa su propia investigación sobre la Marina de Guerra argentina y las memorias de su participación en la guerra de Las Malvinas y nos muestra el esqueleto de la vida social, los imponderables de la vida cotidiana y la mentalidad o el punto de vista nativo de los marinos, los tres elementos que, en su hoy famosa introducción al libro, Malinowski propone para dar cuenta de cómo funciona la etnografía. Guber enfatiza la importancia de la inmersión en la experiencia del otro para construir una comprensión de aquella desde su punto de vista y no solo desde el nuestro y nuestra manera de comprender el mundo. Resaltó además la importancia que daba Malinowski a este esfuerzo y a la búsqueda de tolerancia y comprensión mutua en un mundo sumido en la guerra: en 1922 cuando se publicó Los argonautas del Pacifico occidental, el mundo vivía una posguerra de terribles consecuencias y Guber nos invitaba a leer el texto también como un alegato antibélico. Esto tiene sentido si consideramos con Raymond Firth que Malinowski era «un pensador que intentó poner en relación sus generalizaciones sobre la naturaleza humana y la sociedad en general con el contexto mundial que lo rodeaba» (Firth, 1989, p. 19) y que le tocó vivir ambas guerras mundiales con consecuencias personales que implicaron su inmovilidad en el territorio2. Guber nos confronta además con el hecho de que cien años después la guerra es una realidad que sigue presente en Europa (y llamativamente no en las Trobriand).

Elsie Rockwell resaltó que la introducción del libro sintetiza la ruptura clave que tuvo lugar en la antropología de la época y que funda la tradición de trabajo de campo etnográfico, cuyas consignas centrales siguen vigentes hasta hoy. Así, resalta el énfasis que pone el autor en vivir entre aquellos que estudiamos, el uso de métodos rigurosos para documentar la organización social, la observación minuciosa de la vida real y la colección de un corpus de inscripción de evidencie de la mentalidad nativa. Reflexiona, asimismo, sobre la importancia de la experiencia vivida por quien hace etnografía (usando el extraordinario relato de Borges titulado El etnógrafo), y cómo es esta experiencia vivida algo esencial para la producción del conocimiento etnográfico, lo único que hace posible encontrar el sentido de todas las fichas reunidas en el trabajo de campo. Prestar atención a lo dicho, pero también a lo observado, a los detalles de la materialidad y de los objetos preciados que se intercambian son elementos de Los argonautas que persisten como evidencia de la experiencia vivida. Y señala también los retos que conlleva trasladar esta experiencia vivida al texto, a la escritura. Aborda, asimismo, la necesaria integración entre antropología e historia y la historización de la etnografía, ya que lo que experimentamos en campo está inscrito en una historia cambiante, en proceso y con distintas temporalidades. En ese sentido, para entender el presente etnográfico por el cual opta Malinowski y que fue criticado por ahistórico, recurre al trabajo de Fabian y su planteamiento de que esta apuesta involucra un reconocimiento de que todos nos encontramos envueltos en una misma historia, desafiando la noción eurocéntrica evolucionista que culminaba en la civilización occidental, predominante en la época de Malinowski. Tanto Elsie Rockwell como Rosana Guber, al hablarnos de sus intereses etnográficos, las lenguas, la oralidad y la escritura; la vida y el trabajo docente en el primer caso; la memoria de la guerra de las Malvinas y la marina en el caso de la segunda, nos recuerdan que la etnografía hoy se aplica en los ámbitos no documentados de nuestra propia realidad y no solo en realidades remotas.

Joao Pacheco de Oliveira nos propone recordar el carácter histórico y procesual del conocimiento y considerar, por lo tanto, en qué escenario histórico y social se produce el encuentro con el otro (a lo que llama la «situación etnográfica»). Tomar en cuenta así las múltiples condiciones en las que se produce el conocimiento antropológico lleva a reconocer la producción en cada contexto de una forma concreta de hacer investigación antropológica, la cual deviene «tradición etnográfica» y con este concepto nos invita a reconocer el carácter plural de la antropología y la necesidad de investigar otras tradiciones etnográficas más allá de las escuelas metropolitanas dominantes, identificando las mediaciones históricas, culturales y políticas que dan forma (y transforman) las aplicaciones de la etnografía en diversos contextos. Finalmente, presta atención a los usos sociales de la antropología, la importancia del posicionamiento desde la investigación y del diálogo y la consideración de las perspectivas y necesidades de aquellos sobre quienes ella habla (los «otros»).

Maritza Díaz Barón reflexiona en torno a dos campos novedosos en la antropología, como son la antropología de la infancia y la antropología de la educación. Ambos temas ya estaban presentes en los trabajos de Malinowski y otros antropólogos, pero de manera marginal o secundaria. Nos señala así un profundo cambio ocurrido en la antropología de las últimas décadas, que deja de ver a los niños como objetos pasivos para considerarlos sujetos activos en la producción de la cultura, y con quienes es necesario establecer una interlocución que reconozca su voz y su agencia. Para ello, ofrece variados ejemplos de la producción antropológica y etnográfica en América Latina y discute la participación de niños y jóvenes en la investigación etnográfica. Plantea también cómo esta investigación interpela a la antropología de la educación, y entra en discusión con conceptos de descolonización y la emergencia de saberes indígenas que pugnan por ser considerados también en los espacios educativos. Con su artículo nos ofrece ejemplos de cómo el método etnográfico se ha transformado a lo largo de los cien años transcurridos desde la publicación de Los argonautas, incluyendo nuevos sujetos, así como nuevas formas colaborativas de trabajo etnográfico y del «estar ahí», pero también cómo algunos elementos centrales permanecen, como la búsqueda por comprender el punto de vista del nativo ―en este caso los niños, niñas y adolescentes―, expandiendo así la base epistemológica de la etnografía.

Finalmente, Frederick Damon pasa revista a algunas conexiones interesantes entre esta obra, Los argonautas, y el desarrollo de la antropología andina (como la manera en que la descripción del Kula inspiró a John Murra para su teoría del archipiélago vertical). También recapitula generaciones de antropólogos formados y dedicados a la investigación de esta institución, el Kula, hasta el presente, para finalmente, dar a conocer obras más recientes sobre el Kula, con nuevas formas de trabajo colaborativo en la investigación de campo, con enfoques nuevos que iluminan otros aspectos no contemplados inicialmente, como el género, la historia, la etnobotánica y la arqueología de la zona, y en última instancia, la vigencia que tiene esta institución no solo en las islas del Pacífico occidental, sino también en la reflexión comparada sobre la ecología histórica y el futuro del planeta.

Como puede verse en esta breve síntesis de las contribuciones que recoge este dossier, y como pudimos discutir en el seminario que le dio origen, la flexibilidad de la etnografía queda de manifiesto, así como los varios cambios que ha experimentado y que sigue experimentando la etnografía en los cien años que han pasado desde la publicación de Los argonautas del Pacífico occidental. Enfrentamos hoy desafíos con respecto a nuevas formas de construir la relación con el otro, cómo tomar en cuenta sus intereses y explorar formatos colaborativos en el trabajo de campo, así como pluralizar formas de conocimiento, para así hacer frente de mejor manera a las problemáticas de nuestros pueblos y de las personas con las que trabajamos.

Entre las cosas que mantienen su vigencia veremos en estos artículos la importancia del «estar ahí», pero definiendo también una posición frente a las problemáticas que observamos, la importancia de escuchar y tomar en cuenta lo que tienen que decir las personas. Vale la pena señalar también la vigencia de la intención y voluntad comparativas que caracteriza a la antropología desde sus inicios, y que Malinowski resaltaba ya en su introducción: «Quizás la comprensión de la naturaleza humana, bajo una forma lejana y extraña, nos permita aclarar nuestra propia naturaleza» (Malinowski, 1973, p. 42).

Con ello propone que el conocimiento etnográfico nos permite tanto conocer al «otro» como reflexionar sobre lo que somos y hacemos «nosotros», y problematizar esa línea divisoria. La comprensión de la diversidad humana sigue siendo una gran necesidad en el mundo contemporáneo, como lo fue cien años atrás, en tanto nos permite afrontar la incomprensión y la intolerancia que vemos crecer a nuestro alrededor, como señalaba también Claudio Lomnitz en el seminario. Esto era algo que también le preocupaba a Malinowski, el momento de incomprensión y ruptura que llevaba a la guerra, a un espacio de confrontación y violencia. La(s) etnografía(s), en su pluralidad y riqueza, desarrolladas a lo largo de más de cien años, tienen todavía mucho que ofrecer para enfrentar los desafíos actuales de nuestras sociedades.

Antes de terminar esta introducción quisiera agradecer al Departamento de Ciencias Sociales de la PUCP por hacer posible el ciclo de seminarios que dio origen a este dossier, a través del fondo de apoyo a iniciativas docentes, y a la Facultad de Ciencias Sociales por el apoyo en su difusión. Asimismo, agradezco a mis colegas María Eugenia Ulfe, Guillermo Salas y Alejandro Diez, profesores de la especialidad de Antropología, por sus valiosas sugerencias y comentarios para la realización del ciclo de seminarios y su conversión en este dossier. A los participantes del seminario, que se conectaron desde diversas ciudades del Perú y de otros países de América Latina, mostrando el interés por el encuentro y el diálogo con sus preguntas y comentarios. Gracias especiales también a Santiago Montoya Carrillo, quien colaboró con las diversas tareas de organización del seminario y el dossier. Un agradecimiento, asimismo, a Alexander Huerta Mercado, director de la revista Anthropologica, por acoger de manera entusiasta y oportuna la propuesta del dossier. Esperamos que su lectura sea útil para seguir el diálogo en torno a las formas de hacer etnografía hoy.

REFERENCIAS

Ardener, E. (1985). Social Anthropology and the decline of Modernism. En J. ­Overing (ed.), Reason and Morality (pp. 47-70). Tavistok Publications. https://doi.org/10.4324/9780203451533_chapter_3 [ Links ]

Clifford, J. y Marcus, G. (eds.) (1986). Writing Culture: The Poetics and Politics of Ethnography. University of California Press. https://doi.org/10.1525/9780520946286 [ Links ]

Clifford, J. (1991). Sobre la autoridad etnográfica. En Clifford, J. Dilemas de la cultura: Antropología, literatura y arte en la perspectiva posmoderna (pp. 39-77). Gedisa. [ Links ]

Malinowski, B. (1973) Los argonautas del Pacífico occidental. Península. [ Links ]

Malinowski, B. (1989). Diario de campo en Melanesia. Júcar Universidad. [ Links ]

Pacheco de Oliveira, João (2018). Tradiciones etnográficas y construcción de conocimientos en antropología. Interdisciplina 4(9), 93-112. https://doi.org/10.2307/j.ctvn96g99.10 [ Links ]

Stocking, G. (1993). La magia del etnógrafo. En H. Velasco Maillo, F. García Castaño y A. Díaz de Rada (eds.), Lecturas de antropología para educadores (pp. 43-93) Trotta. [ Links ]

Van Maanen, J. (1988). Tales of the Field: In Writing Ethnography. University of Chicago Press [ Links ]

1El seminario está disponible en YouTube en el siguiente enlace: https://www.youtube.com/watch?v=AaSkL3fRXDU

2La Primera Guerra Mundial, como ya indicamos, lo encontró en el Pacífico occidental ―entonces territorio británico― y siendo ciudadano de un país en guerra con el imperio británico, su movilidad se vio limitada. Cuando estalló la Segunda Guerra Mundial se encontraba de visita en los Estados Unidos y hubo de permanecer ahí. No pudo volver nunca a Europa, ya que murió repentinamente en 1942.

Recibido: 20 de Octubre de 2022; Aprobado: 04 de Diciembre de 2022

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