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Lexis

versión impresa ISSN 0254-9239

Lexis vol.40 no.2 Lima jul./dic. 2016

 

ARTÍCULOS

 

Estructura sintáctica de las construcciones con verbos parasintéticos de los tipos a-…-ary en-…-ar

 

Gabriel Martínez Vera

University of Connecticut

 


Resumen

Postulamos una estructura sintáctica unitaria para las construcciones con verbos parasintéticos de los tipos a-…-ar yen-…-ar mediante cuatro hipótesis: ambos esquemas verbales tienen una estructura sintáctica básica común en relación con Sv y SV, cuyos núcleos son CAUSE y BECOME, respectivamente; la diferencia entre ambos radica en que, dentro de la escala de afectación (Beavers 2011), en relación con a-…-ar, se especifica (composicionalmente) el estado resultante del tema, mientras que, en relación con en-…-ar, ello no tiene lugar. Proponemos que la afectación es un operador ubicado en una proyección externa a Sv, el cual cuantiza el evento determinando la especificidad del estado resultante para el objeto; y la forma morfológica del operador es a- o en- en caso de que su valor sea positivo o negativo respectivamente.

Palabras clave: parasíntesis, cuantización, estructura del evento, afectación, estado resultante.

 


Abstract

I postulate an unitary syntactic structure for constructions with a-…-ar and en-…-ar parasynthetic verbs through four hypothesis: both patterns have a common basic syntactic structure regarding vP and VP, whose heads are CAUSE and BECOME, respectively; the difference between the patterns lies on, within a scale of affectedness (Beavers 2011), the fact that a-…-ar assigns (compositionally) a result state to the theme, while this does not happen with en-…-ar. I claim that affectedness is a binary operator located higher than vP that quantizes the event determining the specificity of the result state for the object; and the morphological form of the operator is a- (if its value is positive) or en- (if its value is negative).

Keywords: parasynthesis, quantization, event structure, affectedness, result state.

 


En este trabajo, proponemos un análisis de la estructura sintáctica de las construcciones con verbos parasintéticos de los tipos a-…-ar y en-…-ar del español. Las ilustramos mediante ejemplos:

(1) Los tractores allanaron el camino.

(2) Roberto arrinconó a su enemigo.

(3) La niña engordó a su perro.

(4) El hombre enterró al señor.

En relación con estos casos, se identifican dos aspectos comunes.

Por un lado, se encuentra un argumento causante: los tractores en (1), Roberto en (2), la niña en (3) y el hombre en (4). Por otro lado, al paciente o tema sufre un cambio o proceso, cuyo tipo es indicado por el predicado base de las formas verbales. En (1), el camino cambia de estado: sufre un proceso cuyo tipo es indicado por llano; en (2), (a) su enemigo cambia de posición: sufre un proceso cuyo tipo es indicado por rincón; en (3), (a) su perro cambia de estado: sufre un proceso cuyo tipo es indicado por gordo; y, en (4), (a)l señor cambia de estado: sufre un proceso cuyo tipo es indicado por tierra. Ambos aspectos se vinculan, ya que el argumento causante desencadena el proceso del argumento paciente. Cabe también preguntarse por la diferencia entre las formas verbales del tipo a-…-ar frente a las del tipo en-…-ar. Proponemos fijarse en el estado resultante del argumento paciente o tema.

Las hipótesis que vamos a sustentar, en las que recogemos esta presentación intuitiva del fenómeno, son las siguientes: (i) los esquemas verbales a-…-ar y en-…-ar tienen una estructura sintáctica compartida con respecto a Sv y SV, cuyos núcleos son CAUSE y BECOME, respectivamente; (ii) la diferencia entre los esquemas verbales parasintéticos a-…-ar y en-…-ar radica en el grado de afectación que imponen sobre el objeto entendido en relación con si se implica o no un estado resultante: los verbos del tipo a-…-ar son predicados que especifican composicionalmente que el objeto alcanza un estado resultante (i.e. al tema se le asigna un grado de afectación no cuantizado), mientras que los del tipo en-…-ar no determinan si el objeto alcanza o no dicho estado, sino que dicho estado se entiende pragmáticamente (i.e. al tema se le asigna un grado de afectación potencial); (iii) la afectación ocupa un lugar por fuera de Sv en la estructura sintáctica y constituye un operador de valor binario que indica si se especifica o no un estado resultante para el objeto; y (iv) la forma morfológica del operador es a- o en- en caso de que el valor del operador sea positivo o negativo respectivamente.

El texto está dividido de la siguiente forma: en la primera sección, revisamos brevemente los estudios previos en torno al tema; en la segunda, postulamos la estructura básica común a ambos esquemas; en la tercera, distinguimos ambos según el grado de afectación que cada esquema le asigna al tema; en la cuarta, proponemos la representación sintáctica de la afectación; y, en la quinta, planteamos las consecuencias de nuestra propuesta.

1. Estudios previos

En esta sección, nos ocupamos de cómo, en los estudios previos sobre las formas verbales parasintéticas de los tipos que consideramos, tanto dentro de la gramática tradicional hispanista como en el marco de la Gramática Generativa, se ha intentado dar respuesta al fenómeno que tratamos.

En el marco de la gramática tradicional hispanista, nos centramos en Serrano-Dolader (2000), y Real Academia Española y Asociación de Academias de la Lengua Española (2009), porque son las fuentes que tratan el tema que tratamos de manera exhaustiva, además de que presentan muchos ejemplos.1Sintetizamos su propuesta en relación con dos puntos. Por un lado, proponen una estructura trimembre con los afijos discontinuos a-…-ary en-…-ar, los cuales se adjuntan a bases nominales (acartonar, embotellar) y adjetivas (ablandar, endulzar), aunque también mencionan bases adverbiales (alejar). Como es obvio, proponer afijos discontinuos implica multiplicar innecesariamente el número de unidades en la lengua (el prefijo a- deacallar sería distinto de la partículaa- de un parasintético como abultar) y no permite establecer una relación entre formas que parecen relacionadas (no existe a priori la posibilidad de examinar el prefijo en-de encubrir como si fuera la misma partícula en- de endulzar, etc.). Por otro lado, se presenta la misma glosa (‘cambio de estado’) tanto para a-…-ar (afirmar) como para en-…-ar (endulzar), por lo que habría distintos procesos morfológicos para el mismo significado, pero también se presentan glosas diferentes para un mismo esquema (acortar ‘cambio de estado’, abotinar ‘dar forma de N’, endulzar ‘cambio de estado’, embetunar ‘untar, adherir o superponer’), con lo que se hace casi imposible intentar sistematizar las glosas de los esquemas. Así, nosotros rechazamos el análisis tripartito.

En el marco de la Gramática Generativa, nos centramos en los acercamientos sintácticos al fenómeno.2 Fernández Alcalde (2011) propone como núcleo V el predicado de transición BECOME (cuya materialización es a- o en-), al cual se adjuntan raíces adjetivas (en afear) o los predicados de estado BE (en adehesar), locativo LOC (en embotellar) o posesivo POS (en acomplejar) en caso de que la base sea una raíz nominal. A pesar de que el autor sostenga que propone una visión unitaria de la parasíntesis, en verdad presenta cuatro opciones para la formación de un verbo parasintético. Además, no se distinguen los prefijos a- y en-, y habría verbos que no encuentran un lugar en esta propuesta, como amartillar o acuchillar, para los cuales parecería necesario un nuevo predicado (porejemplo, instrumental). Sin embargo, vale resaltar la propuesta de que los verbos parasintéticos se articulan como predicados complejos, además de que son raíces las bases que intervienen en la derivación sintáctica.

Gumiel, Pérez y Nieto (1999) se centran en los parasintéticos deadjetivales y proponen una estructura paralela a la de las resultativas del inglés. Proponen que v y V son núcleos vacíos, y que el complemento de V es un SP, cuyo núcleo es una preposición ‘en, dentro’ con forma fonológica a-, en- o ∅, y cuyo complemento es un SA que delimita el evento y que es cuantificado (SQ). Su propuesta predice acertadamente que en los verbos parasintéticos no hay un argumento meta, según la Restricción del Camino Único (Unique Path Constraint) de Goldberg (1991);3 además, plantean que solo predicados con fases pueden ser bases de estas formas verbales, mas no predicados individuales (*avelozar, *enhonestar); y hay suficiente espacio en la estructura para dar cuenta de las ambigüedades por adjunción de adverbios (como casi). Sin embargo, su propuesta no es acertada por establecer que en castellano habría estructuras resultativas, lo cual ha sido seriamente cuestionado (Mendivil 2003); asimismo, no es claro cómo dar cuenta de la diversidad de los verbos parasintéticos mediante una preposición (arrinconardenota un cambio de posición, que no es dentro de un rincón) y no con un predicado como BECOME, lo cual implica que tengan que apelar a un SQ para hacer posible la cuantificación del predicado base. Finalmente, tanto Fernández Alcalde (2005) como Gumiel, Pérez y Nieto (1999) postulan que a- y en- son la forma morfológica de núcleos por debajo del verbalizador v, lo cual no refleja su distribución morfológica, como muestra Montalbetti (1996) al argumentar que los prefijos se adjuntan a bases verbales ya conformadas. Así, aunque los estudios reseñados constituyen una mejor alternativa a la estructura trimembre, tienen varias limitaciones.

Por último, Mendivil (2003) propone que, en los verbos parasintéticos del tipo que consideramos, hay un verbo ligero causativo (CAUSE) en el núcleo funcional v que introduce el agente externo.

Como complemento de este núcleo funcional, propone que se encuentra una cláusula reducida, es decir, al igual que Fernández Alcalde, hace explícita la relación predicativa que constituye el complemento de v. A pesar de que no profundiza en estas cuestiones, porque su objetivo no es dar cuenta de los verbos parasintéticos, sus propuestas nos parecen apropiadas, como profundizamos en la siguiente sección.

Sobre la base de las cuestiones señaladas en esta sección, pasamos a desarrollar nuestra propuesta.

2. Estructura común a a-…-ar y en-…-ar

En esta sección, proponemos la estructura léxico-conceptual que nos sirve de base para proponer una estructura sintáctica según la Hipótesis de Sv. Recogemos, en primer lugar, ejemplos que ilustran la diversidad de los verbos parasintéticos de los tipos que consideramos:

(5) El problema atontó a Juan.

(6) Juan acartonó la voz.

(7) Pedro acuchilló a Juan.

(8) El hombre alejó la mesa de la pared.

(9) Pedro engordó los pollos.

(10) La foto embobó a Juan.

(11) Juan enroscó la tapa.

(12) El señor enterró a Juan.

Sintetizamos nuestro análisis en un cuadro (donde Ejem = ejemplo, Arg 1 = argumento causante, v = núcleo verbalizador v, V = núcleo V, Arg 2 = argumento paciente o tema):

Arg 1, en ambos esquemas verbales, es el argumento causante del proceso que se desencadena en el paciente o tema. Nótese, en relación con el núcleo verbalizador v, que, si bien en (6-9, 11, 12) Arg 1 es agentivo, en (5, 10), este no es el caso, aunque no por ello deje de ser el causante del proceso desencadenado. Así, tener la función de causante es aquello que resulta común a los argumentos externos. Sobre esta base, de la misma manera que Mendivil (2003) y asumiendo la distinción de Harley (2003) y Folli y Harley (2003) entre predicados verbales DO ‘agentivo’ y CAUSE ‘causativo’, sostenemos que hay un predicado CAUSE en los verbos parasintéticos que consideramos, a saber, el núcleo v, que puede ser [±agentivo].4

Antes de explicitar lo que resta de (13), es necesario caracterizar la afectación, noción relativa a la interfaz sintaxis-semántica, cuyo tratamiento se remonta a Anderson (1977). La afectación consiste en "a persistent change in or impingement of an event participant" (Beavers 2011: 2) que solo atañe a predicados dinámicos o que implican fases, y que puede ser entendido como un cambio de estado, de posición o de volumen, como señala Beavers:

(14)  Mary walked to the bookstore.

Mary caminar.PAS a la librería

‘Mary caminó a la librería.’

(15)  Peter wiped     the table clean.

Peter limpiar.PAS la mesa limpia

‘Peter dejó la mesa limpia.’

(16)  John ate     the pear.

John comer.PAS la pera ‘John comió la pera.’

En los tres casos, hay un argumento afectado. En (14), Mary sufre un cambio, en la medida en que se traslada de un lugar L1 (entendido contextualmente) a otro L2que sí se indica (the book-store); en (15), la mesa sufre un cambio al pasar de un estado EI (entendido contextualmente) en el que no está limpia a otro E2en el que sí lo está; y, en (16), the pearsufre un cambio al pasar de unvolumen V1 (entendido contextualmente) en el que existe a otro V2 en el que ya no existe. Así, en los tres casos tiene lugar un proceso, pero cada uno es distinto según el predicado dinámico implicado: en (14), hay un predicado de movimiento que indica un cambio de posición en el agente; en (15), hay un predicado que señala un de cambio de estado en el paciente; y, en (16), se halla un predicado de consumo que indica un cambio de volumen en el paciente. Debido a que la afectación atañe a estos tres tipos de predicados, sobre la base de Pustejovsky (1988, 1991) y Beavers (2011), entendemos la noción de cambio de manera general, a saber, como un proceso, adoptando la nomenclatura de Pustejovsky.

Para esclarecer qué entendemos mediante la noción de proceso, presentamos los siguientes ejemplos:

(17) Juan preparó el pastel.

(18) Juan cortó el pastel.

(19) Juan golpeó el pastel.

(20) Juan miró el pastel.

En (17), hay un proceso desde un estado inicial EI (a lo largo de distintos subestados En) en el que el pastel no es pastel todavía (por no haber sido terminado de preparar, por ejemplo) a un estado resultante ER en el que hay pastel. En (18), hay un proceso desde un estado EI en el que hay pastel a un estado resultante ER en el que también hay pastel, pero ERno es igual a EI: en ER,el pastel está cortado, mientras que, en EI no lo está. En (19), hay un proceso desde un estado EI (a lo largo de distintos subestados En), pero, si bien se entiende (contextual o pragmáticamente) que hay un estado resultante ER, este último no es necesario: bien podría ser que el golpe no dejara ningún rastro en el pastel, con lo cual no habría una diferencia visible entre EI (y distintos subestados En) y ER; por ello, por estar dadas todas las condiciones para que ER en efecto tenga lugar, ER se entiende pragmáticamente. En cambio, en (20), no hay un proceso para el pastel. Así, existe una distinción entre un conjunto de estados E I…En y el estado resultante ER. Por la relevancia que tiene, como se verá en esta y en la siguiente sección, postulamos las nociones de proceso P y estado resultante ER:

(21)  Proceso (P)

El proceso P del tema x es el conjunto de estados EI…En, donde En ≠ ER.

(22)  Estado resultante (ER)

El estado resultante ER de un tema x es el último estado de x en un evento.

Retomando (13) sobre esta base, para el argumento paciente o tema Arg 2, tiene lugar un proceso P desde un estado inicial EI que se entiende contextualmente, donde el tipo o carácter de P es indicado por el predicado base del verbo parasintético. Capturamos la noción de proceso P mediante el predicado BECOME, núcleo V. Representamos lo mencionado en la siguiente tabla:

Un caso que merece mención especial es (8): en alejar, están presentes dos argumentos, uno causante, y otro paciente o tema. Lo interesante es que el predicado lej- requiere, a su vez, de un argumento locativo, por lo que el predicado base no sería lej-, sino lej- de la pared. Esta caracterización da cuenta acertadamente delsignificado de (8), donde el argumento la mesa sufre un proceso con respecto a un desplazamiento desde EI, es decir, el predicado base lej- de la pared indica el tipo de proceso para el paciente o tema. Así, el verbo parasintético alejaren (8) se podría parafrasear de lasiguiente manera: El hombre a-lej-delapared-ó la mesa. De manera más general, el verbo alejar se interpretaría de la siguiente forma:a-lej-(X)-ar.5

Nuestra noción de proceso en relación con los esquemas verbales parasintéticos se distingue de las propuestas, previamente discutidas, de los estudios tradicionales y dentro de la Gramática Generativa relativas a la noción de cambio de estado. Utilizamos una noción menos restrictiva que cambio de estado entendido en relación con la transferencia de una propiedad (Serrano-Dolader 2000; RAE 2009) o en relación con una preposición (Gumiel, Pérez y Nieto 1999), y no hace falta especificar, con los predicados BE, LOC o POS, el tipo de cambio que sufre el paciente o tema (Fernández Alcalde 2011). Mediante la noción amplia de proceso, podemos dar cuenta de la diversidad de cambios de un paciente o tema desde EI que se evidencian en los verbos parasintéticos de los tipos que consideramos, en particular, cambios de estado (5-7, 9-12) o cambios de posición (8) a través de un solo predicado:6

Conviene enfatizar que hemos tratado la noción de proceso P como la salida desde EI de un paciente o tema, es decir, no hemos hecho mención acerca de si este argumento alcanza (o no) un estado resultante. En este último aspecto, radica la diferencia fundamental entre los dos esquemas que tratamos, como abordaremos en la siguiente sección. Así, nuestra propuesta unifica las perspectivas que se han adoptado en la literatura con respecto a la noción de cambio de estado.

En relación con los predicados base, sostenemos que cualquier raíz léxica constituye un predicado posible para la formación de un verbo parasintético de los tipos que estudiamos. En la literatura se reconocen, fundamentalmente, dos tipos de bases: nominales y adjetivas. La gramática tradicional, a su vez, reconoce, al menos, una base adverbial: lej(os). Sin embargo, ante esta diversidad, representada en (5-12) (desde la perspectiva tradicional planteada, (5, 9, 10) tendrían bases adjetivas; (6, 7, 11, 12), bases nominales; y (8), base adverbial), afirmamos que toda raíz léxica que puede indicar el tipo de proceso que sufre un argumento paciente o tema puede constituir una base posible para la formación de un verbo parasintético de los tipos que consideramos.

Esta afirmación no conduce a la sobregeneración de formas verbales parasintéticas, porque permite explicar de manera natural verbos parasintéticos existentes, tales como apocar,aminorar, acercar, acoger, atraer, encoger, encubrir, etc. Si bien las tres primeras formas verbales mencionadas (apocar, aminorar, acercar) se ajustarían a los tipos de bases que priman, según la gramática tradicional, en el esquema a-…-ar (nominales, adjetivas o adverbiales), no es claro cuáles serían las bases de las formas verbales restantes (acoger, atraer, encoger, encubrir). Desde nuestra perspectiva, en cambio, en todos los casos, el predicado base es una raíz.

A su vez, nuestra propuesta recoge, de manera natural, el hecho de que solo un predicado base con fases (Gumiel, Pérez y Nieto 1999) o dinámico (Beavers 2011) puede indicar el tipo de P para un paciente o tema, porque solo un predicado de este tipo puede indicar un estado temporal de un argumento. Así, no son posibles palabras como las siguientes, en las que los predicados base veloz, inteligent(e) y honest(o) son predicados que no implican fases:

(25) *avelozar – *envelozar

(26) *ainteligentar – *eninteligentar

(27) *ahonestar – *enhonestar

Sobre la base de lo mencionado, proponemos las estructuras léxico-conceptuales para (5-12) en relación con la parte común a los verbos parasintéticos de los tipos a-…-ar yen-…-ar:

En (28), se hace explícita la articulación de los predicados con sus respectivos argumentos. El predicado CAUSE, núcleo verbalizador v, tiene dos argumentos: el primero de ellos es el argumento causante (Arg 1 en (13)) y el segundo es el predicado BECOME. Este último tiene dos argumentos: el primero es el argumento paciente o tema (Arg 2 en (13)) y el segundo es el predicado base que indica el tipo de proceso que sufre el primero. El predicado CAUSE debe ser más externo que el predicado BECOME, en la medida en que el primero es aquel que desencadena el proceso indicado por el segundo (Cuervo 2003; Mendivil 2003). Así, los verbos parasintéticos de los tipos que consideramos se articulan como predicados complejos.

Haciendo una abstracción a partir de la muestra representativa que hemos considerado en (5-12), cuyas estructuras léxico-conceptuales están indicadas en (28), proponemos que la estructura léxico-conceptual común a ambos grupos de verbos es la siguiente:

(29) CAUSE (X, BECOME (Y, Z))

Donde X es el argumento causante, Y es el argumento paciente o tema, y Z es el predicado base que señala el tipo de proceso que sufre paciente o tema.

La representación sintáctica para (29) tiene la misma forma que un verbo con más de dos argumentos en español (cf. Cuervo 2003; Mendivil 2003; Mateu 2012), con lo cual se puede dar cuenta de que los verbos parasintéticos no admiten un argumento meta, como señalan Gumiel, Pérez y Nieto (1999) en relación con la Restricción del Camino Único (Unique Path Constraint) de Goldberg (1991).

La estructura sintáctica es la siguiente:7

El núcleo de Sv es el núcleo verbalizador CAUSE que introduce el argumento causante (en adelante, el argumento alto). El núcleo de SV es el predicado BECOME. Se trata de un predicado complejo: V permite que se establezca la relación entre el argumento paciente o tema (en adelante, el argumento bajo), que ocupa la posición de especificador de SV, y el predicado que indica el tipo de proceso que sufre el argumento bajo, que se encuentra en la posición de complemento de SV. Podemos explicitar la correspondencia entre (29) y (30): el predicado CAUSE, núcleo verbalizador, introduce el argumento causante X. Su complemento es SV, por lo que dicho argumento alto es quien causa la realización del predicado. SV refleja la relación predicativa propia de los verbos parasintéticos: el complemento de BECOME introduce el predicado Z que debe ser satisfecho por el argumento Y.

La formación de una única forma verbal tiene lugar a través de sucesivos movimientos nucleares. El núcleo √RAÍZ sube hacia el núcleo V BECOME, los cuales suben al núcleo v CAUSE (Roberts 2010):

En la siguiente sección, distinguimos a-…-ar de en-…-ar mediante la consideración de los grados de afectación para el tema.

3. Afectación

En esta sección, sostenemos que si bien los tipos de esquemas que tratamos especifican un cambio persistente o aluden a un impacto en el argumento bajo (Beavers 2011: 2), hay una diferencia entre los verbos parasintéticos del tipo a-…-ary los del tipo en-…-ar relativa al grado de afectación que cada uno impone sobre el objeto, el cual debe entenderse en relación con la implicación del estado resultante del argumento bajo: los verbos del primer tipo son predicados que especifican que el objeto alcanza un estado resultante (i.e. se le asigna al tema un grado de afectación no cuantizado), mientras que los del segundo tipo especifican que no se determina si el objeto alcanza o no dicho estado (i.e. se le asigna al tema un grado de afectación potencial).

Reescribimos los ejemplos (17-20) con el fin de caracterizar los grados de afectación de un tema según la escala de afectación propuesta por Beavers (2011).

(32) Juan preparó el pastel.

(33) Juan cortó el pastel.

(34) Juan golpeó el pastel.

(35) Juan miró el pastel.

Como señalamos en la sección 2, en (32-35), los temas sufren un proceso desde EI, mientras que, en (35), ningún proceso tiene lugar para el tema. Además, en (32, 33), se especifica ERpara el tema, mientras que, en (34, 35), eso no se hace. Junto a ello, es necesario tratar la cuantización del tema. Krifka (1989, 1992, 1998) trata los conceptos de cuantización y cumulación para describir la estructura cuantificacional de nombres y eventos, que permite explicitar la relación entre un tema y el evento en el que participa:

(36)  Cumulativo

Un predicado Pr es cumulativo cuando, si Pr se aplica a A y B, también se aplica a la suma de A y B, siempre que se aplique al menos a dos entidades distintas.

(37)  Cuantizado

Un predicado Pr es cuantizado cuando, si Pr se aplica a A y B, B no puede ser una parte propia de A.

Así, como señala Rodríguez-Mondoñedo (2012), por ejemplo, "an event like to drink water has to be cumulative since if we add or subtract any amount of water, the event remains the same", es decir, se aplica a indistintamente a una porción de agua A o a una porción de agua B, pero también a la suma de las porciones A y B sin que se cree un nuevo evento. En cambio, como continúa el autor, "­drinking two beers is a quantized event: if we add or substract beers we change the number of events" (2012: 167), es decir, si se altera, por ejemplo, el número de cervezas a tres, ya no se trata del mismo evento, sino que se lo modifica (ya que se ha cambiado la cantidad de dos a tres cervezas).

Para determinar si un predicado es cumulativo o cuantizado, se utiliza la prueba de la adjunción de adverbiales de grados de participación. Dado que los eventos en los que se cuantiza al objeto requieren que la participación en el evento sea absoluta, no se admiten expresiones adverbiales que expresen grados de participación en el evento, tales como muchísimo, considerablemente y un poquito. En relación con (32-35), obtenemos lo siguiente:

(38) Juan preparó #muchísimo / #considerablemente / #un poquito el pastel.

(39) Juan cortó muchísimo / considerablemente / un poquito el pastel.

(40) Juan golpeó muchísimo / considerablemente / un poquito el pastel.

(41) Juan miró muchísimo / considerablemente / un poquito el pastel.

Así, solo en el primer caso se encuentra un predicado que cuantiza al objeto, mientras que, en los restantes, el predicado no lo cuantiza.

A partir de lo mencionado, basándonos en Beavers (2011), caracterizamos los grados de afectación que pueden implicar los predicados Pr para un tema x:

  1. El grado cuantizado, que se ilustra en (32), es aquel en el que tiene lugar un proceso P para un tema x desde un estado EI (a lo largo de distintos subestados En) a un estado resultante ER, donde el ER de x es especificado por el predicado Pr.

  2. El grado no cuantizado,8 que se ilustra en (33), es aquel en el que tiene lugar un proceso P para un tema x desde un estado EI (a lo largo de distintos subestados En) y se especifica composicionalmente (no léxicamente) que hay un ERpara x.

  3. El grado potencial, que se ilustra en (34), es aquel en el que tiene lugar un proceso P para un tema x desde un estado EI (a lo largo de distintos subestados En) y no se especifica que hay un estado resultante ER para x (este se entiende contextual opragmáticamente, mas no semánticamente).

  4. El grado inespecificado, que se ilustra en (35), es aquel en el que no tiene lugar un proceso P para un tema x.

Es importante señalar que existe una correlación entre la cuantización del tema x y la especificación de ER: hay cuantización de x ssi el predicado Pr especifica el ERde x. Así, la distinción señaladaen la sección 2 entre proceso P y estado resultante ER es pertinente: los estados EI…En de P son irrelevantes para la cuantización (solo importa el ER). En este sentido, los grados no cuantizado, potencial e inespecificado corresponden a la noción de cumulación. Representamos los grados caracterizados mediante la siguiente tabla:

Para determinar cuáles son las características (42a-c) de un predicado en relación con un tema, existe una prueba que permite determinar el valor de cada una de ellas. Así, para determinar la presencia de un proceso P (42a), está el esquema lo que le ocurrió/sucedió a X, porque solo un argumento afectado por un predicado (es decir, donde se implica P) puede ser topicalizado mediante la estructura indicada por el nombre de la prueba. Por ejemplo:

(43) Los romanos destruyeron la ciudad.

(44)  a. ¿Qué le ocurrió/sucedió a la ciudad?

b. Lo que le ocurrió/sucedió a la ciudad es que los romanos la destruyeron.

(45) Los magos vieron la estrella.

(46)  a. ¿Qué le ocurrió/sucedió a la estrella?

b. #Lo que le pasó a la estrella es que los magos la vieron.

En (43, 44), el predicado destruir implica un proceso para la ciudad, es decir, se trata de un predicado cuyo tema resulta afectado. En cambio, en (45, 46), el predicado ver no implica un proceso en relación con la estrella, motivo por el cual (46b) resulta anómala (#), es decir, se trata de un predicado que no especifica un proceso para el tema.

Para determinar el valor de (42b), característica relativa a la cuantización de un tema, está la prueba relativa a la adjunción deadverbiales de grados de participación, que señalamos anteriormente en (38-41).

Para determinar el estado resultante ER (42c), es pertinente la prueba de implicación: ¿es el predicado Pr, pero no ER una contradicción? En caso de que Pr especifique léxica o composicionalmente ER, decir que el tema x no está en ER resultaría contradictorio. En cambio, si ER se entiende pragmáticamente, no hay contradicción. Beavers propone los esquemas (47, 48), los cuales corresponden a si el tema x en Pr sufre un cambio de estado o un cambio de posición, respectivamente. Téngase en cuenta que ER debe entenderse en relación con una propiedad visible del tema x, es decir, algo notorio a simple vista, sin mayor elucubración en relación con cambios mínimos (no perceptibles) en x.

(47) Pr, pero no hay nada diferente acerca de x.

(48) Pr, pero x no cambió de posición.

Una alternativa adicional que permite explicitar si existe una contradicción es la siguiente:

(49) Pr, pero x no está (en) ER.

En caso de que, mediante el uso de los esquemas, haya una contradicción, se implicaría que x alcanza ER, sea este un nuevo estado o una nueva posición. En caso de que no haya una contradicción, no se implicaría que x alcanza ER.

Para ilustrar esta prueba, presentamos los siguientes ejemplos:

(50)  a. Juan acabó la cena, #pero no hay nada diferente acerca de la cena.

b. Juan acabó la cena, #pero la cena no está acabada.

(51) Juan salió de la habitación, #pero Juan no está en una nueva posición.

(52) Juan tocó los papeles, pero no hay nada diferente acerca de los papeles.

(53)  a. Juan golpeó el carro, pero no hay nada diferente acerca del carro.

b. Juan golpeó el carro, pero el carro no está golpeado.

Debido a que, en (50), el predicado acabar implica que el tema x (la cena) alcanza un nuevo estado (ER), hay una contradicción. Asimismo, dado que, en (51), el predicado salir implica que el tema x (Juan) alcanza una nueva posición (ER), hay una contradicción. En cambio, puesto que los predicados tocar y golpear no implican el estado resultante ER de los papeles y el carro respectivamente, en (52, 53), no hay contradicción. Nótese que la construcción copular de (49) no siempre es posible, como para (51): está salido es agramatical. Del mismo modo, el sufijo -doimplica cuestiones comoel cambio en la estructura argumental del verbo al cual se adjunta, así como la posibilidad de su funcionamiento como adjetivo, entre otros (RAE 2009: 2085). Por ello, utilizaremos mayormente los esquemas de (47, 48) y solo usaremos (49) cuando los primeros no brinden resultados completamente transparentes.

En resumen, existe una correspondencia entre las características (42a-c) y las pruebas antes señaladas en los siguientes términos:

Sobre esta base, determinamos el grado de afectación para el tema x que implican los verbos parasintéticos que consideramos. Sometemos los ejemplos (5-12) a la prueba Lo que le ocurrió/sucedió a X para determinar (42a):

(55) Lo que le ocurrió/sucedió a Juan es que el problema lo atontó.

(56) Lo que le ocurrió/sucedió a la voz es que Juan la acartonó.

(57) Lo que le ocurrió/sucedió a Juan es que Pedro lo acuchilló.

(58) Lo que le ocurrió/sucedió a la mesa es que el hombre la alejó de la pared.

(59) Lo que le ocurrió/sucedió a los pollos es que Pedro los engordó.

(60) Lo que le ocurrió/sucedió a Juan es que la foto lo embobó.

(61) Lo que le ocurrió/sucedió a la tapa es que Juan la enroscó.

(62) Lo que le ocurrió/sucedió a Juan es que el señor lo enterró.

Porque la prueba funciona sin dificultad, los esquemas de los tipos que estudiamos son predicados que cuantizan a x, que no cuantizan a x, o que implican un cambio potencial en x.

Aplicamos la prueba de la adjunción de adverbiales de grados de participación a (5-12) para determinar (42b), ya que solo los predicados que no cuantizan al tema los admiten:

(63) El problema atontó muchísimo / considerablemente / un poquito a Juan.

(64) Juan acartonó muchísimo / considerablemente / un poquito la voz.

(65) El hombre alejó muchísimo / considerablemente / un poquito la mesa de la pared.

(66) Pedro engordó muchísimo / considerablemente / un poquito los pollos.

(67) La foto embobó muchísimo / considerablemente / un poquito a Juan.

(68) Juan enroscó muchísimo / considerablemente / un poquito la tapa.

(69) El señor enterró muchísimo / considerablemente / un poquito a Juan.9

Los ejemplos son gramaticales. Sobre esta base, sumada a los resultados de la prueba anterior, podemos afirmar que los esquemas de los tipos que consideramos no cuantizan al objeto.

Para determinar si los verbos parasintéticos a-…-ar y en-…-ar implican un estado resultante ER para el tema x, sometemos (5-12) a la prueba de implicación:

(70) El problema atontó a Juan, #pero no hay nada diferente acerca de Juan.

(71) Juan acartonó la voz, #pero no hay nada diferente acerca de la voz.

(72) Pedro se acuchilló, #pero no hay nada diferente acerca de Pedro.

(73) El hombre alejó la mesa de la pared, #pero la mesa no cambió de posición.

(74) Pedro engordó los pollos, pero no hay nada diferente acerca de los pollos.

(75) La foto embobó a Juan, pero no hay nada diferente acerca de Juan.10

(76) Juan enroscó la tapa, pero no hay nada diferente acerca de la tapa.

(77) El señor enterró a Juan, pero no hay nada diferente acerca de Juan.

En los casos (70-73), relativos a a-…-ar, existe una contradicción, ya que los predicados implican que el tema alcanza un estado resultante ER. En cambio, en (74-77), donde está presente en-…-ar, los predicados no implican el estado resultante ER de los argumentos bajos.

Sin embargo, podrían juzgarse (74, 75) como inaceptables por considerar que, en estos casos, se implique ER. La prueba (49) permite desambiguarlos:

(78) Pedro engordó los pollos, pero los pollos no están gordos.

(79) La foto embobó a Juan, pero Juan no está bobo.

Por ello, afirmamos que los verbos parasintéticos en-…-ar no implican ER para el tema x.

En síntesis, a partir de las pruebas examinadas, tenemos los siguientes resultados:

Los valores en relación con a-…-ar corresponden al grado no cuantizado de la escala de afectación, es decir, son predicados que indican que hay un proceso para el tema x, no cuantizan a x e implican composicionalmente el estado resultante de x; en cambio, los valores en relación con en-…-ar corresponden al grado potencial de la escala de afectación, es decir, son predicados en los que hay un proceso para el tema x, no cuantizan a x y no implican composicionalmente el estado resultante de x. Así, la única diferencia entre ambos radica en si se implica o no que el tema alcanza un estado resultante: para a-…-ar, sí se implica dicho estado, mientras que, para en-…-ar, no se lo implica.

Lo interesante de esta distinción es que permite sistematizar de manera natural ejemplos que, a primera vista, parecen muy diversos, como se muestra en estos ejemplos:

(81) Los atajos acortan el camino.

(82) El sastre abotona la camisa.

(83) Juan arrincona a Pedro.

(84) El hombre acuchilla a su enemigo.

(85) Roberto ensucia la mesa.

(86) La joven embolsa sus aretes.

(87) Jaime enmarca los cuadros.

(88) El chico embetuna sus zapatos.

En principio, no parecería que existiera nada en común entre (81-84) además de la que haya un proceso para x. Sin embargo, esta apreciación no nos parece correcta, porque, además del proceso que sufren los argumentos bajos, lo realmente interesante es que todos estos casos son explicados de manera unitaria al ser el foco de atención el argumento bajo: se implica la existencia de un estado resultante para este. En relación con (85-88), ocurre lo mismo: no parecería que tuvieran nada en común además del hecho de que hay un proceso para x. Sin embargo, al fijarse en el argumento bajo en la línea de lo mencionado en esta sección, es posible hacer una sistematización: si bien hay un estado resultante que se entiende contextualmente, este no es implicado composicionalmente para x por el predicado verbal.

En definitiva, a partir de la noción de afectación, hacemos una nueva generalización empírica: es posible sistematizar los esquemas verbales de los tipos que estudiamos mediante la consideración de que las formas verbales del tipo a-…-ar son predicados que no cuantizan al objeto, mientras que las formas verbales según el esquema en-…-ar son predicados que indican un cambio potencial del objeto.

A continuación, planteamos la representación sintáctica que corresponde a la distinción planteada.

4. Representación sintáctica de la afectación

En esta sección, sostenemos que (i) la afectación, en las formas verbales de los tipos que tratamos, ocupa un lugar por fuera de Sv en la estructura sintáctica y constituye una forma de especificación del argumento bajo, lo cual lo sustentamos sobre la base de Bowers (2010) y Kratzer (2004). Además, sobre la base de evidencia empírica y de Montalbetti (1996), sustentamos que (ii) la forma morfológica del núcleo de afectación, un operador, es a- y en-, la cual varía según el valor positivo o negativo del operador, respectivamente. Finalmente, presentamos algunos ejemplos que analizamos según nuestra propuesta.

En relación con (i), sostenemos que la afectación ocupa un lugar alto en la representación sintáctica. Para ello, consideramos dos propuestas. La primera es la de Bowers (2010), que se sitúa en una tradición que se remonta a Torrego (1998). Según Bowers, un argumento afectado ocupa una posición alta en la estructura sintáctica. Sustenta que, dentro del Orden Universal de Ensamble, Afectado > Tema. Para ello, basándose en Pesetsky (1995), quien a su vez toma datos de Burzio (1986), presenta los siguientes ejemplos con respecto al alcance o ámbito en las construcciones de dativo:

(89)  Sue showed John and Mary each other’s friends.

Sue mostrar.PAS John y Mary cada otro.POS amigos

‘Sue les mostró a John y Mary los amigos de cada uno.’

(90) *Sue showed each other’s friends John and Mary

Sue mostrar.PAS cada otro.POS amigos John y Mary

‘Sue les mostró los amigos de cada uno a John y Mary.’

(Bowers 2010: 113)

Como señala Bowers, (89) es gramatical, porque el argumento John and Mary c-comanda a la anáfora each other. En cambio, (90) es agramatical, puesto que la anáfora c-comanda a su antecedente en violación de la Condición A de la Teoría de ligamiento. Así, el argumento Afectado ocupa un lugar elevado en la estructura sintáctica.

La segunda propuesta es Kratzer (2004), quien plantea que hay operadores de la estructura del evento situados fuera del dominio temático. En particular, aborda la relación entre telicidad y caso acusativo en el caso del alemán y en el inglés, debido a que la telicidad constituye un modo de especificar un argumento (bajo) en relación con el evento. Kratzer sustenta que, por ser el objeto relevante para determinar la telicidad de un evento, esta no puede formar parte del verbo, sino que un operador [acc] (télico) establece una relación con el objeto, en la cual el primero especifica al segundo. Estos dos argumentos, entonces, básicamente significan que, para dar cuenta de la afectación, se necesita de otro predicado. En la línea de lo señalado en la sección 3, este predicado especifica el estado resultante del argumento bajo.

Desde esta perspectiva, es necesario sustentar la cuestión relativa a cómo la afectación constituye una forma de especificación del argumento bajo. Al respecto, conviene recordar que las formas verbales de los tipos que estudiamos implican un proceso (BECOME), aspecto que, como tratamos en la sección 2, es común a las formas verbales a-…-ar y en-…-ar. Como tratamos en la sección 3, estas formas verbales no se limitan a ser predicados que indican un proceso, sino que cada uno de ellos implica una especificación con respecto al estado resultante del argumento bajo. Así, las formas verbales del tipo a-…-ar asignan un estado resultante a dicho argumento, mientras que las formas verbales del tipo en-…-ar no lo hacen. Así, las formas verbales de los tipos que consideramos especifican el estado resultante del argumento bajo.

La cuestión relativa a que los tipos de afectación constituyen formas de especificación del argumento bajo es corroborada por el hecho de que, en la línea del mismo artículo de Kratzer (2004), solamente los argumentos determinados pueden ser especificados. De manera interesante, las construcciones con verbos parasintéticos de los tipos que consideramos solo son gramaticales si el argumento bajo es determinado:

(91) Juan atonta a un hombre / el hombre / unos hombres / los hombres / hombres / *hombre.

(92) Juan acuchilla a una mujer / la mujer / unas mujeres / las mujeres / mujeres / *mujer.

(93) Pepe ensilla un caballo / el caballo / unos caballos / los caballos / caballos / *caballo.

La presencia de un nombre escueto (hombre, mujer y caballo) con la función de objeto hace que las oraciones sean agramaticales, mientras que todas las otras opciones, en las que los argumentos son SDs, las oraciones son gramaticales. Así, estas oraciones constituyen evidencia de que las formas verbales de los tipos que consideramos constituyen un modo de especificación del argumento bajo, el cual tiene que ser determinado. En otras palabras, en caso de que la afectación no fuera un tipo de especificación del argumento bajo, los casos con un SN como argumento con función de objeto no tendrían por qué ser agramaticales. Nótese, además, que la especificación del estado resultante en las formas verbales de los tipos que consideramos no solo tiene lugar cuando de hecho se especifica que se alcanza dicho estado (en relación con a-…-ar), sino que tambiénse puede especificar que no se implica que se alcanza dicho estado (en relación con en-…-ar).

No obstante, hay algunos ejemplos que parecen contradecir esta generalización por ser el argumento bajo, en principio, un nombre escueto:

(94) Juan embolsa azúcar.

(95) El hombre embotella vino.

(96) El trabajador empaqueta sal.

Para dar cuenta de estos casos, es pertinente considerar dos ejemplos de Garrido (1996: 295):

(97)  a. Perdí confianza.

b. Perdí la confianza.

El nombre confianza es un sustantivo no contable, que, como señala Garrido en relación con (97a), es un continuo que denota el conjunto de cantidades o porciones de confianza (1996: 295). En cambio, la confianza es un sintagma determinante que supone la indicación de una cantidad con respecto al conjunto de porciones de confianza. Esta diferencia se refleja en los siguientes ejemplos,en los que se puede modificar la indicación de cantidad de confianza denotada por la confianza, pero no el conjunto de porcionesdenotado por confianza, mediante la adjunción de elementos que cuantifican la totalidad del evento:

(98)  a. Perdí en gran parte la confianza.

b. Perdí la confianza completamente.

c. Perdí la confianza por completo.

(99) *Perdí en gran parte / completamente / por completo confianza.

En este sentido, los nombres no contables, en casos como (98) suponen una manera de individuación. Desde esta perspectiva, es posible acercarse a los ejemplos (94-96): azúcar, vino y sal son argumentos bajos posibles, porque constituyen una individuación, es decir, la selección del conjunto de cantidades o porciones del continuo de azúcar, vino y sal. La individuación, en cambio, no es posible con nombres contables (como hombre, mujer y caballo en relación con (91-93)), sino que denotan materia. Sobre esta base, la individuación, por entenderse como la selección de la totalidad de las porciones de un nombre, constituiría un modo de determinación, por lo cual sería posible que los nombres no contables estén sujetos a especificación, como en las formas verbales que consideramos.

En conclusión, sobre la base de Bowers (2010) y de Kratzer (2004), sostenemos que la afectación, en los casos que estudiamos, debe ocupar no solo un lugar elevado en dicha estructura, sino que dicho lugar debe estar por fuera de Sv. Nótese que ambas fuentes de evidencia son distintas, pero convergentes: Bowers estudia el lugar de los argumentos dentro de la estructura sintáctica, mientras que Kratzer se centra en operaciones que involucran a un argumento para que resulte especificado. Al ser la afectación un modo de especificación de un argumento, encontramos una relación entre ambas propuestas sobre la base de la cual afirmamos que la afectación ocupa un lugar por fuera de Sv.

Sobre la base de lo anterior, nos queda discutir la hipótesis (ii), relativa a la forma morfológica del núcleo de afectación. Al respecto, consideramos los siguientes verbos:

(100) ablandar – *blandar

(101) acalorar – *calorar

(102) ensuciar – *suciar

(103) encajonar – *cajonar

En estos casos, las formas de la izquierda son todas gramaticales, mientras que las de la derecha, debido a la ausencia de los prefijos a-y en-, son agramaticales. Sobre esta base, afirmamos que el núcleoque especifica el valor del estado resultante de los argumentos bajos en las formas verbales de los tipos que consideramos tiene como forma morfológica el prefijo a-(en caso de que el valor sea positivo)y en- (en caso de que el valor sea negativo). Así, la agramaticalidad de las formas de la derecha se debería a que, al no estar presentes los prefijos a- o en-, es decir, al no estar presente un núcleo de afectación, no se podría especificar si se implica o no el estado resultante del argumento bajo.

En relación con lo mencionado, es relevante recoger el argumento morfológico de Montalbetti (1996). El autor sustenta que los prefijos de los esquemas verbales de los tipos que consideramos se adjuntan a una base verbal ya conformada. Este argumento lo interpretamos en relación con lo tratado en esta sección: la especificación del argumento bajo en los casos que tratamos es asignada por un núcleo de afectación con formas a- y en-, el cual se ubica por fuera de Sv. La hipótesis de Montalbetti puede ilustrarse con ejemplos:

(104) [ablandar]V → [a- + [blandar]V]V

(105) [engordar]V → [en- + [gordar]V]V

En (104, 105), se muestra que la formación de los verbos ablandar y engordar ocurre en dos etapas: en primera instancia, seconstruyen los verbos blandar y gordar, y, en segunda instancia, se adjuntan los prefijos a- y en- respectivamente. Así, los prefijos se adjuntan a una base verbal conformada en primera instancia.

Montalbetti se basa en el efecto de Myers: cuando hay pares nombre-verbo de carácter homofónico, existe una forma sencilla de determinar cuál es la base, puesto que solo la base permite derivación ulterior. Un ejemplo de lo mencionado es el siguiente, a través del cual se evidencia que el nombre honor es la base:

(106) a. [honor]N [[honor]N + -ary]A

b. [honor]V *honor + -al / -ant/ -ive

(Montalbetti 1996: 333)

Este efecto permite determinar si la sufijación de -ar es anterior a la prefijación en las formas verbales parasintéticas, para lo cual son pertinentes los siguientes pares nombre-verbo:

(107) [achique]N / [achicar]V

(108) [acomode]N / [acomodar]V

(109) [afloje]N / [aflojar]V

(110) [engorde]N / [engordar]V

(111) [entierro]N / [enterrar]V

(112) [embrujo]N / [embrujar]V

Como señala Montalbetti, las bases son verbales y no nominales, porque las primeras están sujetas a derivación posterior. Así, son agramaticales las formas nominales de (113), mientras que son posibles y/o existentes las de (114) (se indican con asterisco (*) las formas agramaticales, con visto (√) las existentes y se dejan en blanco las posibles, pero inexistentes):

 

De este modo, los prefijos a-y en- se adjuntan a bases verbales (yno nominales). Desde nuestra perspectiva, esta evidencia corrobora que los prefijos a- y en-, las formas morfológicas de los núcleos deafectación, ocupan una posición por fuera de Sv.

En definitiva, sobre la base de los argumentos de Bowers (2010), Kratzer (2004) y Montalbetti (1996), sostenemos que el núcleo de afectación ocupa un lugar alto, por fuera de Sv, en la representación sintáctica y tiene la forma morfológica a-y en-, la cual varía segúnel valor positivo o negativo de dicho núcleo. En la línea de Kratzer (2004), quien señala que la telicidad es un operador, postulamos que el núcleo de afectación, para cuya representación tomamos el nombre Aff de Bowers (2010), es un operador con valor binario en relación con el rasgo [estado resultante] ([±ER]).

A continuación, incorporando la estructura léxico-conceptual presentada en (29) y la representación sintáctica de dicha estructura mostrada en (30), proponemos la estructura léxico-conceptual y nuestra representación de la estructura sintáctica de los verbos parasintéticos del tipo a-…-ar en (115, 116) respectivamente, y deltipo en-…-ar en (117, 118) respectivamente:

(115) a-…-ar

Aff [+ER] (Y, CAUSE (X, BECOME (Y, Z)))

 

 

(117) en-…-ar

Aff [–ER] (Y, CAUSE (X, BECOME (Y, Z)))

 

En (115, 117), se hace explícito que los argumentos de Aff son Y (es decir, el primer argumento del predicado BECOME, dado que este argumento es especificado en relación con el estado resultante por el núcleo de afectación) y el predicado CAUSE. La diferencia entre ambas radica solamente en el valor del rasgo [ER].

En (116, 118), se hace explícito que SAff ocupa un lugar alto en las representaciones sintácticas, por fuera de Sv. Los argumentos de la izquierda en (115, 117) ocupan la posición de especificador en cada sintagma, mientras que los argumentos de la derecha se ubican en la posición de complemento en los sintagmas.

Nos queda revisar la cuestión relativa a los movimientos nuclear y de sintagma que tienen lugar en esta estructura. Mediante movimiento nuclear, se agrupan los núcleos que con-forman las formas verbales de los tipos que consideramos: así, el núcleo √RAÍZ sube al núcleo BECOME; estos dos suben al núcleo CAUSE; y estos tres suben al núcleo Aff. Mediante movimiento de sintagma, el argumento bajo sube a la posición de especificador de SAff para ser especificado en relación con el rasgo [ER]:11

La hipótesis alternativa a la que hemos propuesto consistiría en proponer que a- y en- son núcleos bajos que están situados en la posición de complemento del núcleo V BECOME. En este caso, no estaríamos ante Aff, sino ante SP, en el cual el complemento de los prefijos antes mencionados sería S√RAÍZ. Sin embargo, esta alternativa no captura las propiedades observadas anteriormente en relación con los verbos de los tipos que consideramos. Implica que el prefijo se adjunta a la base antes de que esta sea verbalizada, lo cual contradice la evidencia presentada por Montalbetti (1996), porque se estarían aceptando secuencias como a-tont-, a-bob-, a-cuchill-, en-gord-, en-dulc- y em-botell-, las cuales no dan cuenta de que primero debe conformarse una base verbal. Esta estructura tampoco da cabida para que la especificación del estado resultante del objeto por un núcleo de afectación sea asignada en una posición alta en la representación, lo cual contradice las propuestas de Bowers (2010) y Kratzer (2004), porque, en relación con la primera, el argumento afectado tendría que ser bajo y, en relación con la segunda, la especificación relativa al objetivo tendría que ocurrir dentro de SV. Sin embargo, esta última consecuencia no es de ningún modo transparente, porque un SP no captura la distinción propuesta en relación con la afectación. Por lo tanto, esta hipótesis no da cuenta de manera apropiada de las formas verbales de los tipos de consideramos, mientras que la propuesta en la que Aff es un núcleo alto es más adecuada.

Para ilustrar nuestra propuesta, revisamos dos ejemplos de dos variedades del español:

(120) Los obreros amurallan la ciudad.

(121) Los obreros enmurallan la ciudad.

Presentamos, a continuación, la estructura léxico-conceptual y la representación sintáctica previa a los movimientos nucleares de (120) en (122, 123), respectivamente:

(122) Los obreros amurallan la ciudad.

Aff [+ER] ([la ciudad]i, CAUSE ([los obreros], BECOME ([la ciudad]i, [murall-])))

Los movimientos nucleares tienen lugar según lo mencionado en (119).

En relación con (121), presentamos la estructura léxico-conceptual y la representación sintáctica previa a los movimientos sintácticos en (124, 125) respectivamente:

(124) Los obreros enmurallan la ciudad.

Aff [–ER] ([la ciudad]i, CAUSE ([los obreros], BECOME ([la ciudad]i, [muralla])))

Los movimientos nucleares tienen lugar según lo mencionado en (119).

La diferencia entre las estructuras para (123, 125) radica en el valor del rasgo [ER]. En relación con (120), la especificación del argumento bajo como no cuantizado es asignada por el núcleo Aff [+ER], mientras que, en relación con (121), la especificación de dicho argumento como potencial es asignada por el núcleo Aff [–ER]. Lo interesante de estos dos casos es que la entidad que sufre un proceso desde EI, la ciudad, puede admitir que se asigne tanto un valor positivo como un valor negativo al estado resultante:12 en (120), se especifica que el estado resultante del argumento la ciudad implica las murallas, mientras que, en (121), este estado resultante se entiende contextualmente.

5. Consecuencias de nuestra propuesta

En esta sección, planteamos las consecuencias de nuestra propuesta.

Proponemos una estructura sintáctica unitaria para todas las formas verbales parasintéticas de los esquemas a-…-ar yen-…-ar en la que se captura, mediante el predicado BECOME, la noción de proceso desde EI para x, además de la dimensión causativa presente en ellas por medio del predicado CAUSE. Mediante esta estructura, se da cuenta de la imposibilidad de que haya un argumento meta en este tipo de construcciones verbales (Goldberg 1991; Gumiel, Pérez y Nieto 1999).

Asimismo, se reduce la diferencia entre ambos esquemas a una sola: el valor del rasgo [ER] de un operador de afectación. Los esquemas del tipo a-…-ar son predicados que implican un ER para el tema x (i.e. el grado no cuantizado de la escala de afectación para x), es decir, [+ER]. Los esquemas del tipo en-…-ar son predicados que no implican un ER para el tema x (i.e. el grado potencial de dicha escala para x), es decir, [–ER]. Desde esta perspectiva, se hace esperable, como ocurre en la lengua, que la variación de interpretación en relación con cómo entender el estado resultante del argumento bajo sea mayor para los esquemas del tipo en-…-ar por entenderse dicho estado pragmáticamente. Al respecto, Serrano-Dolader (2000), en el marco de la gramática tradicional, indica que hay significados idiosincráticos en relación con este esquema (cuando tienen base nominal) mediante ejemplos como enarbolar, enraizar, emplazar (2000: 4713), embotellar, enlistar (Real Academia Española 2014), entre otros; en cambio, no lo señala para a-…-ar ni para en-…-ar cuando tiene base adjetiva.

Adicionalmente, nuestra propuesta es económica, porque, con una maquinaria basada en la estructura estándar de los verbos del español, damos cuenta del fenómeno de la parasíntesis. Asimismo, nuestro planteamiento aporta nueva evidencia para la línea de investigación sobre la especificación del argumento bajo en relación con la afectación; además, brinda evidencia acerca de que la interpretación como individuación de los nombres no contables constituiría una forma de determinación; y confirma, desde un acercamiento sintáctico, el planteamiento de Montalbetti (1996) sobre la formación de los verbos parasintéticos del español: primero se forma una base verbal y el prefijo se adjunta a dicha base.

En este punto, hacemos una mención adicional acerca de los tipos de procesos posibles en las formas verbales que consideramos. Para ello, consideramos ejemplos que implican procesos dispares en relación con el argumento bajo:

(126) El camión allanó el camino.

(127) Juan amartilló la pared.

(128) La basura enturbia el agua.

(129) Los chicos encajonaron la ropa.

(130) Juan arrinconó a Pedro.

En estos casos, se da cuenta del proceso que sufre el argumento bajo desde EI mediante el predicado BECOME, cuyo tipo es indicado por el predicado base. Hay dos tipos de procesos en los ejemplos: aquellos entendidos como cambios de estado en (126-129) y aquellos entendidos como cambios de posición en (130).

Nos interesa señalar que nuestra propuesta, mediante la noción de proceso, permite acercarse a esta diversidad, además de que predice adecuadamente que los verbos parasintéticos de los tipos que consideramos no son predicados de consumo, ya que estos especifican léxicamente el estado resultante del argumento bajo, cuestión que no se encuentra en los verbos parasintéticos de los tipos que examinamos. Es más, la pertinencia de una noción como la de proceso podría profundizarse con mayor detalle al considerar esta noción desde una perspectiva semántica que tenga en cuenta la noción de escala, como Beavers (2011). Para el autor, las diferencias en relación con los procesos que sufre un argumento varían según la escala que selecciona dicho argumento en función del predicado del evento. No obstante, dejamos este proyecto para otra ocasión.

Asimismo, en relación con el predicado base (S√RAÍZ y su núcleo √RAÍZ), constituye una ventaja no limitarse a la consideración de que las bases son adjetivas o nominales, como se sostiene normalmente según tratamos anteriormente. Esto es relevante no solo porque evita tener problemas con verbos como alejar, al que la gramática tradicional le atribuye una base adverbial, sino también porque, en relación con verbos como apocar, aminorar, acoger, atraer, encoger, encubrir, etc., evitamos tener que especificar que, además de basesnominales, adjetivas y adverbiales, habría casos con bases verbales o con cuantificadores. En este sentido, nuestra propuesta se ajusta a la diversidad de datos que se registran. Asimismo, en la misma línea de lo mencionado por Gumiel, Pérez y Nieto (1999) en relación con la imposibilidad de que un predicado individual sea la base de un verbo parasintético, predecimos adecuadamente que no se encuentran predicados individuales en estos esquemas verbales, dado que solo un predicado con fases o dinámico puede indicar un tipo de proceso P para un tema x. Sobre esta base, consideramos los siguientes ejemplos:

(131) El profesor calla a los estudiantes.

(132) El profesor acalla a los estudiantes.

(133) La mujer cubre a su marido.

(134) La mujer encubre a su marido.

La diferencia entre (131, 132) y (133, 134) debe entenderse, fundamentalmente, en relación con la noción de afectación. Así, en (131, 132), la diferencia principal se debe a que, en (132), está el núcleo Aff [+ER], que implica el estado resultante del argumento los estudiantes, mientras que ello no ocurre en (131). En relación con (133, 134), la diferencia principal se debe a que, en (134), se encuentra el núcleo Aff [–ER], que no implica composicionalmente el estado resultante del argumento los estudiantes, mientras que ello no tiene lugar en (133).13

Por último, nos centramos en la adjunción verbal de elementos como casi y a la cuantificación del estado resultante. Con respecto al primer punto, revisamos estos casos:

(135) La humedad casi alisó tu pelo.

(136) Juan casi endulzó el café.

Cada oración presenta dos interpretaciones posibles: La humedad casi es la causante de que el pelo se alisara y Juan casi es el causante de que el café se endulzara, por un lado, y La humedadcausó que el pelo quedara casi liso y Juan causó que el café quedara casi dulce. Mediante nuestra propuesta, se da cuenta de la ambigüedad presente: si casi se adjunta a Sv, se obtienen las primeras interpretaciones y si casi se adjunta a SV, se obtienen las segundas.

Con respecto al segundo punto, acerca de la cuantificación del estado resultante, revisamos los siguientes ejemplos:

(137) El profesor aligeró (demasiado) la carga (a los estudiantes).

(138) El chico acercó (demasiado) las maletas (a la pared).

(139) El chico alejó (demasiado) las maletas (de la pared).

(140) El joven engordó (demasiado) las palomas.

(141) El joven endulzó (demasiado) el jugo.

Señalamos, contra Gumiel, Pérez y Nieto (1999), que no se cuantifica el estado resultante. Por el contrario, lo que se cuantifica es el proceso del argumento desde EI. En su planteamiento, no había un predicado verbal cuantificable, porque el núcleo que establecía la relación entre el argumento bajo y el predicado base era una preposición. En cambio, en nuestra propuesta, hay un predicado cuantificable (BECOME) que denota un proceso cuyo tipo es indicado por el predicado base. Así, en estos ejemplos, el cuantificador demasiado se situaría entre Sv y SV.

En síntesis, nuestra propuesta plantea una estructura sintáctica para dar cuenta, de manera unitaria, de los verbos parasintéticos a-…-ar y en-…-ar del español. Así, los verbos parasintéticos de lostipos que consideramos son predicados complejos que se articulan en torno a tres núcleos: el núcleo V BECOME, el núcleo v CAUSE y el núcleo de afectación (Aff). El núcleo V BECOME es un predicado que denota el proceso que sufre un paciente o tema (un SD que ocupa la posición de especificador en SV) desde un estado EI, donde el tipo de proceso es indicado por el predicado dinámico base (una √RAÍZ), el cual ocupa la posición de complemento en SV. El núcleo v CAUSE es un predicado en cuyo especificador se sitúa un argumento [±agentivo], el cual es el causante de que un proceso en el argumento paciente o tema tenga lugar, y cuyo complemento es SV, a cuyo núcleo le asigna la categoría verbal.

El núcleo de afectación (Aff) es un operador con el rasgo de valor binario [estado resultante] ([±ER]) que especifica si el argumento paciente o tema alcanza un estado resultante ER (para lo cual dicho argumento se desplaza, por movimiento de sintagma, desde la posición de especificador de SV a la de especificador de SAff), y que tiene como complemento a Sv. Cuando Aff [+ER], se especifica que el argumento paciente o tema alcanza un estado resultante ER (i.e. al tema se le asigna un grado de afectación no cuantizado); cuando Aff [–ER], se especifica que no se implica el estado resultante ER para el argumento paciente o tema (i.e. al tema se le asigna un grado de afectación potencial); la forma morfológica de Aff [+ER] es a- y la de Aff [–ER] es en-.

 

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1 Varela (2005, 2012) sostiene la misma propuesta que reseñamos, aunque con menor detalle. Para una discusión en torno a la historia del concepto de parasíntesis y sus aplicaciones en la tradición hispanista, véase Cuadrado (1999).

2 En este marco, están los textos que asumen alguna forma de lexicalismo, entre los cuales se encuentran Montalbetti (1996), Serrano-Dolader (1995) y Eguren (1991). Para una revisión crítica de las propuestas que asumen esta perspectiva, véase Fernández Alcalde (2011), Serrano-Dolader (1995) y Lang (1989). Otras cuestiones que no consideramos son los aspectos morfonológicos y fonológicos como condicionantes en la derivación de formas verbales parasintéticos. Lang (1989) trata esta cuestión brevemente y Montalbetti (1996) la desarrolla con mayor profundidad. En ambos casos, se llega a la conclusión de que no hay patrones absolutos en relación con estos aspectos, sino solo tendencias generales.

3 Goldberg define esta restricción del siguiente modo: "X [NP] cannot be predicated to move to two distinct locations at any give time t" (1991: 368). Con respecto a los casos que examinamos, esta restricción predice acertadamente que casos como el siguiente son agramaticales, donde el argumento meta en cinco botellas se entiende como la dirección hacia la cual se orienta el argumento interno (en este caso, el vino):

(i) *Juan embotella el vino [SP en una botella].

4 Aun cuando Cuervo (2003) trata la cuestión de la estructuración de predicados complejos según la Hipótesis de Sv para el español, dejamos de lado su propuesta, debido a que no hace la distinción entre CAUSE y DO. Se centra en este último, el cual introduce un evento de carácter agentivo.

5 La forma final del verbo alejarse debe a una serie de movimiento nucleares.

6 Los cambios de volumen implican una especificación del estado resultante del paciente o tema por parte del predicado. Como trataremos en la sección 3, en los verbos parasintéticos, los predicados no especifican el estado resultante. Por ello, no se encuentran cambios de volumen, en los que sí se lo especifica. Hacemos una mención a esta cuestión al tratar las consecuencias de nuestra propuesta.

7 Ignoramos la proyección del sintagma de tiempo (ST) por no ser relevante para nuestro tratamiento del tema.

8 Un revisor anónimo indica que utilizar el nombre no cuantizado para este segundo grado puede resultar un poco confuso, porque, en sentido estricto, los grados (ii-iv) son no cuantizados (es decir, cumulativos), por lo que sugiere modificarlo. Si bien esta precisión es correcta, mantenemos el nombre, asumiendo de manera relativamente estricta la clasificación de Beavers (2011).

9 Esta prueba presenta dificultades con algunos predicados en sus usos prototípicos, por ejemplo, acuchillar (a alguien) o encarcelar (a alguien). Las dificultades interpretativas desaparecen cuando el objeto se cambia, por ejemplo, en encarcelar los pensamientos. Nos parece que las dificultades se relacionan con una interpretación por defecto por medio de la cual en casos como los anteriores el objeto se interpreta como cuantizado.

10 Un revisor anónimo señala que la prueba no es clara con respecto a (74, 75, 78, 79). Como indiqué anteriormente, lo relevante es que haya un cambio visible en el tema x. Dado que no hay implicación de ER, este es en principio, cancelable. Nos parece que en contextos como los siguientes, el valor de la verdad de ambos ejemplos se mantiene:

(i) Contexto para (74, 78): Pedro les da comida suficiente a los pollos para que ganen peso. De hecho, los pollos se comen toda la comida; sin embargo, los pollos no han subido de peso, dado que, por ejemplo, por el calor ambiental, los pollos queman muchas calorías. Así, un hablante que sabe que Pedro ha estado engordando los pollos, podría enunciar (74, 78).

(ii) Contexto para (75, 79): Hay una foto que hace que Juan se vuelva muy distraído, como bobo. Juan sabe que esto le ocurre con cierta frecuencia, por lo que se ha esforzado para que su estado de distracción no sea evidente (porque no puede evitar que la foto tenga ese efecto en él). Su amigo, Pedro, que sabe lo que la foto causa en él, pero ha caído en la cuenta de que cada vez es menos perceptible el estado de Juan, incluso hasta para desapercibido. En este contexto, podría enunciar (75, 79).

11 No tratamos la linearización por ser una cuestión de externalización (cf. Kayne 1994; Chomsky 1995; hay que tener en cuenta las especificaciones morfológicas de los afijos presentes en la estructura propuesta).

12 Un revisor anónimo indica que no distingue la diferencia entre ambos verbos.

Precisamente esto es lo crucial. Dado que ambos prefijos expresan morfológicamente una misma cabeza, sería esperable que haya bases que admiten ambos, es decir, podría haber hablantes que elijan una forma verbal por encima de la otra.

Asimismo, creemos que es esperable no poder distinguir la diferencia en el significado, dado que, como hablantes de una variedad en específico, el término que usamos es uno de los dos. Nótese, por otra parte, que hay verbos que sí presentan una diferencia en el significado: abotellarvs. embotellar. Mientras que el primero significa ‘tomar la forma de una botella’, el segundo significa ‘poner en una botella’. Debido a que el primero especifica ER, predecimos acertadamente que el argumento interno adopta una propiedad del predicado base, mientras que el segundo caso, al no implicar ER, puede presentar un abanico más amplio de significados, como elde ‘poner en una botella’. Nótese también que los verbos en-…-ardeberían poder tener más de una interpretación, lo cual es posible. Por ejemplo, engrasar (el pavo) podría tener más de un significado, ya que este predicado podría describir apropiadamente al menos dos situaciones: (i) cuando se engrasa el pavo cubriendo al pavo con grasa o (ii) cuando se engrasa el pavo poniendo grasa al interior del pavo.

13 Un revisor anónimo indica que cubrir solo indica una acción física, mientras que encubrir implica una interpretación moral, por lo que estamos ignorando un aspecto importante al distinguir estos dos verbos. Al respecto, lo que nos interesa resaltar es que la posibilidad de este cambio en el significado de encubrires posible precisamente porque tiene el prefijo en-, es decir, se puede desarrollar un significado idiosincrático, como señalamos al inicio de esta sección.