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Lexis

versión impresa ISSN 0254-9239

Lexis vol.40 no.2 Lima jul./dic. 2016

 

ARTÍCULOS

 

Seguimiento de referencia en náhuatl

 

Manuel Peregrina Llanes y Zarina Estrada Fernández

Universidad de Sonora, México

 


Resumen

El seguimiento referencial es abordado desde un enfoque funcional-cognitivo y desde una perspectiva tipológica dando cuenta de los mecanismos que esta lengua usa para codificar la referencia y mantener la cohesión a lo largo del texto. Este es un estudio sobre el discurso náhuatl. El análisis está basado en la Estructura de la Información (EI) y la Coherencia Discursiva que se ha documentado por medio del fenómeno lingüístico conocido como seguimiento de la referencia.

Palabras clave: referencia, mecanismos referenciales, náhuatl.

 


Abstract

The reference tracking is introduced from approach cognitive-functionalist and from a typological view to shed light on the mechanisms that this language uses to codify the reference and keep cohesion along the text. This study is about Nahuatl discourse. The analysis is based on Information Structure (IS) and Discursive Coherence. It is explored through the linguistic phenomenon named reference tracking.

Keywords: reference, referential mechanisms, Nahuatl.

 


1. Antecedentes

Las características estructurales del náhuatl lo posicionan dentro del ámbito de las lenguas consideradas de alta complejidad. De morfología sintética con tendencia aglutinante, esta lengua permite la construcción de una cláusula básica a partir de una raíz verbal a la que se le afijan distintos morfemas con cargas gramaticales en las que se precisa la función sintáctica de los participantes en el evento, así como sus roles semánticos, además de otros valores relacionados con el carácter verbal de la construcción. En (1) se ilustra una cláusula—tomada del texto "Los muertos" (Peregrina 2005: 19)—en ella se puede observar la complejidad característica de esta lengua.

(1) ach-ni-kin-tla-mik-ti-li-s

    NEG-1SG.SUJ-3PL.OBJ-O.INDF-morir-CAUS-APL-FUT1

    ‘yo no se lo mataré para ellos’

Este trabajo tiene dos propósitos principales: (i) ofrecer una caracterización de los mecanismos referenciales que se observan en la lengua, y (ii) dar cuenta de la frecuencia de ellos a lo largo del análisis de 50 textos narrativos. Lo primero, (i), requiere de la identificación previa del total de recursos referenciales evidentes, es decir, manifiestos. Ellos dan cuenta de la complejidad estructural del náhuatl dado que codifican la referencia a través de ocho distintos mecanismos morfosintácticos que incluyen: las frases nominales, los pronombres personales libres de sujeto y objeto, los pronombres ligados de sujeto y objeto definido, así como los de objeto indefinido humano y no humano, y finalmente, el pronombre de reflexivo. Todos ellos se enlistan en la tabla 1, seguidos de las abreviaturas pertinentes para el análisis. En los ejemplos en (2) se ilustran dichos recursos a través de construcciones provenientes de diferentes textos; entre ellos: "La bruja" en (2a), "El venado II" en (2b-2d), "El gusano" en (2e) y "Un ciego" en (2f-2g) (Peregrina 2013).2 Los mecanismos referenciales ocultos remiten a la llamada anáfora cero y al índice pronominal cero (ø-); estos últimos recursos serán tratados en la sección 4.3.1.

 

 

 

Para el logro del segundo objetivo, (ii) de la cuantificación de la ocurrencia de los mecanismos referenciales, se discutirá la frecuencia de uso de los mecanismos característicos para la codificación de las terceras personas en función de sujeto observados dentro del seguimiento de referencia.

El corpus está integrado por cincuenta cuentos nahuas documentados en la región conocida como la Huasteca, en el estado de Veracruz, México.3 Los cuentos son del tipo popular y aluden a temas diversos los cuales conforman un compendio de historias con moralejas o enseñanzas que permiten observar diversos aspectos y valores de la vida cotidiana de este pueblo indígena como son: el cuidado, protección, ayuda mutua, astucia, dedicación, amor, entre otros. Todas estas narrativas constituyen una magnífica muestra de los principios de identidad de la cultura náhuatl.

El resto de este trabajo se organiza de la siguiente manera: En el apartado 2 se proporciona información relevante sobre los nahuas y algunas de las características relevantes de la lengua. En los apartados 3 y 4, se abordan aspectos teóricos y metodológicos relevantes para el análisis de los datos. En el apartado 5 se enfrenta el análisis de los datos considerando primero cada uno de los mecanismos referenciales y en segundo lo relativo a la frecuencia de uso de cada uno de esos recursos. Finalmente se presentan las conclusiones.

2. La lengua náhuatl

El pueblo náhuatl ha subsistido en territorio mexicano durante siglos. Esta nación tiene una historia sumamente importante tanto para sus nativos como para todos los mexicanos. Así los nahuas constituyen un grupo étnico que junto con todos los demás pueblos indígenas conforman las raíces mismas de lo que hoy conocemos como México.

Se destaca el hecho de que esta lengua es hablada por nahuas en México y Centroamérica, y que surgió por lo menos desde el siglo VII. Así, debido a la expansión de la cultura tolteca a finales del siglo X en Mesoamérica este idioma comenzó a difundirse por encima de otros en este territorio hasta convertirse en lengua franca, en especial bajo los territorios conquistados por el imperio mexica, también llamado azteca, desde el siglo XIII hasta su caída (el 13 de agosto de 1521) a manos de los españoles.

Existe una gran cantidad de documentos que se escribieron en los dos primeros siglos de la colonia en donde se plasma la cultura náhuatl. La documentación histórica y literaria de esta lengua ha sido abundante desde los primeros trabajos de los misioneros hasta nuestros días. En cuanto a la documentación descriptiva de la lengua ha habido una productividad importante de estudios diacrónicos y sincrónicos, por ejemplo, Garibay (1978), Hasler (1995), Lastra (1986), Launey (1992), Molina (1977), Siméon (1977), Sullivan (1992), entre muchos otros.

En este artículo se presenta un estudio descriptivo morfosintáctico de carácter sincrónico de una variante del náhuatl. Esta lengua de la familia yutoazteca presenta un orden de palabra no fijo, pero de acuerdo con los datos del corpus, mantiene una preferencia en las cláusulas de (S)VO. En relación con el sistema de alineamiento, el náhuatl es nominativo-acusativo. Es una lengua de marcación en el núcleo. Respecto con la marcación del objeto en las cláusulas, este idioma presenta la característica de ser una lengua de objeto primario.

Para esta investigación es determinante la consideración de los siguientes elementos anafóricos, los cuales se citan en la tabla 2, a saber: los pronombres personales libres de sujeto-objeto, los pronombres ligados de sujeto y objeto definido, así como de objeto indefinido humano y no humano, y de reflexivo.

 

 

En la tabla 2 se muestra en la primera parte rotulada con el término de ‘libres’ el grupo de pronombres independientes que obedecen a una marcación del sujeto o del objeto de acuerdo con el contexto sintáctico. Asimismo, en náhuatl existen varios conjuntos de pronombres ligados (índices pronominales). El primero en la tabla es el que marca al participante en función de sujeto y el segundo inventario codifica al participante en función de objeto. Cabe decir que también se encuentran las dos formas que marcan a los participantes en función de objetos indefinidos, aquellos que son humanos y los que no son humanos.

El morfema que se prefija a la raíz verbal en primer lugar le corresponde sintácticamente al sujeto. Por otra parte, siendo este idioma una lengua de objeto primario, el morfema de objeto prefijado inmediatamente junto a las raíces verbales bitransitivas privilegiará al participante que realiza el rol semántico de beneficiario/maleficiario antes que el de tema.

Los pronombres ligados en el náhuatl no solamente pertenecen a los grupos de las funciones sintácticas de sujeto y objeto, y con ello identificar a los distintos participantes de las cláusulas, sino que también encontramos su codificación por medio de otros procedimientos de carácter afijal como lo es la reflexivización. En el náhuatl de la Huasteca Veracruzana el morfema para marcar el reflexivo/recíproco/media es -mo. Véase en la tabla 2 el pronombre de reflexivo.

3. La referencia: cohesión discursiva

3.1. El discurso

Givón (1984) argumenta que el discurso es un constructo lingüístico multiproposicional, es decir, elaborado a partir de la combinación de diversas proposiciones. El término proposición se refiere a la unidad mínima de comunicación, es decir, información construida primordialmente por un predicado o verbo y el conjunto de argumentos básicos. Los argumentos básicos son los que se reconocen como actantes o participantes (Tesnière 1959 citado en Lazard 1998), mientras que entre los no básicos se encuentran aquellos que codifican información contextual: tiempo, lugar, manera, instrumento, entre otros.

La naturaleza del discurso hace posible que se pueda explicar que la referencia a los participantes se da donde la continuidad temática, la de la acción y la del participante más importante o tópico se traslapan e interactúan y no se pueden aislar para su análisis una de otra. Esta continuidad referencial provee un marco conveniente para organizar los elementos que dan la estructura y coherencia al discurso de una determinada lengua en un análisis lingüístico, de acuerdo con Payne (1997).

Halliday y Hasan (1976: 10) definen el discurso en términos estructurales como el postulado de una unidad mayor que la oración, refiriéndose al párrafo o a una entidad mayor como lo es el episodio. Por tanto, la visión del discurso como materia de análisis para estos autores es como una macrorganización de cláusulas encadenadas para formar eventos que suceden en tiempos y locaciones, en el mundo real o imaginario, pero que siempre enmarcan condiciones en las que las cláusulas deberán ser vistas dentro de una unidad que comprende más de un enunciado. Asimismo, ellos perciben al discurso como una acción y un proceso de interlocución entre un codificador y un decodificador de un mensaje con el propósito de compartir información pertinente a los involucrados inmersos en un contexto que comparten y que les es implícito más allá de solo el texto mismo. Esto lleva a la búsqueda de las explicaciones dentro y fuera de lo que está codificado verbalmente considerándose el habla como uno de los principales intercambios comunicativos. Por ello se considera a los discursos como procesos dinámicos de negociación de significados entre los participantes. Así, desde el punto de vista funcional-congnitivo, lo relevante del análisis del discurso es la interacción entre quienes producen y reciben el mensaje por medio de enunciados y secuencias extensas de ellos (Givón 1983; Comrie 1998).

En esta investigación se aborda el estudio del discurso desde una perspectiva en donde los lazos cohesivos se establecen mediante mecanismos gramaticales que son los responsables de dar la textura al discurso, esto es lo que lo hace su razón de ser. En otras palabras, la textura del discurso en sí, es la codificación gramatical y aceptable que el hablante elabora desde su competencia lingüística y comunicativa en la lengua en uso, y que establece los recursos necesarios para el ejercicio de decodificación del mensaje por parte del interlocutor (oyente/lector). Halliday y Hasan (1976:4), argumentan que las relaciones cohesivas en un texto se establecen por medio de la interpretación de un elemento en el discurso que depende de la de otro, es decir, un elemento presupone al otro en el sentido de que no puede ser decodificado efectivamente, excepto recurriendo al primero que lo enuncia. De acuerdo con Comrie (1989:37), lo anterior es una de las características más importantes de un discurso coherente, es decir, que el oyente sea capaz de recuperar del mensaje informativo, provisto por el hablante, lo más cercano a cómo cada entidad está siendo referida en cada punto del discurso.

Las nociones abordadas en los párrafos anteriores muestran como existe una relación directa y dependiente entre la gramática y el contexto discursivo en el que se realiza la lengua, es decir, el texto y su textura respectivamente. Este es el acercamiento teórico desde donde la estructura de la información (EI) se explica, el cual parte de la relación entre la forma y la función de la lengua (Halliday 1967). El modelo (EI) propone relacionar cómo el hablante codifica gramaticalmente su mensaje por medio de estructuras lingüísticas seleccionadas que se establecen como ‘pistas’ para que el oyente pueda decodificar el mensaje y así lograr que la situación comunicativa compartida entre ellos sea exitosa. Aquí entonces se establece la relación entre la gramática y el discurso, en donde este último se interpreta a la luz de lo establecido por medio de los mecanismos lingüísticos realizados en la primera.

3.2. La coherencia y la cohesión

Una de las nociones determinantes para la constitución de un discurso consistente y sistemático es la coherencia. Esta ha sido considerada como una parte esencial del acto comunicativo fuera del aspecto gramatical o formal. La coherencia se ha visto como una propiedad del producto externo de la comunicación (Grimes 1975; Halliday y Hasan 1976). Así para Östman y Blommaest (1995), la coherencia es propuesta dando cuenta de la interpretación del texto por el trasfondo cultural y de conocimientos en el que se inserta más que de los aspectos puramente lingüísticos.

La cohesión es otra característica del discurso producido según las estrategias del emisor; esta se realiza a través de la forma en que las cláusulas y las proposiciones en ellas están unidas en el texto.

Los elementos lingüísticos que tienen un mismo referente quedan unidos en bloques que conforman a su vez las diferentes partes del texto, logrando el emisor una estrategia comunicativa facilitando así al receptor la disposición de la información. Los elementos más comunes en las estrategias de cohesión discursiva de acuerdo con Östman y Blommaest (1995: 243) son: los participantes, el tiempo y los locativos, los cuales están presentes en el discurso por medio de los diferentes mecanismos gramaticales que les sirven como marcadores para referirse a ellos. Desde la perspectiva del análisis descriptivo, los mecanismos de cohesión citados se refieren a los medios lingüísticos a través de los cuales las oraciones se unen y son ligadas dentro de unidades más grandes como los párrafos, estas estrategias gramaticales son relativamente de más fácil acceso que los mecanismos de coherencia, ya que los que le competen a esta última, se aplican más a las relaciones de carácter lógico-semántico y pragmático.

La cohesión está presente en los niveles lingüísticos de la gramaticalidad y formalidad del texto oral o escrito y la coherencia es producida mediante mecanismos dentro y fuera de la lengua, con la participación de otros sistemas de símbolos además del lenguaje, tales como los elementos suprasegmentales como el acento, la entonación y de otro tipo como la gestualidad, la proxémica, los aspectos culturales, las concepciones mentales y el conocimiento que las personas tengan como antecedente a la hora de recibir el discurso. De esta manera, los términos de coherencia y cohesión han sido usados dentro de la lingüística textual para aludir a las propiedades fundamentales de todo discurso.

Por su parte, Givón (2005) nos presenta la gramática de la coherencia referencial (GCR) en donde la visión sobre el discurso se caracteriza por que cada pasaje está constituido por una serie de componentes que, con respecto a su nivel jerárquico, se van formando unos a los otros en orden de menor a mayor:

    cláusulas ► cláusulas encadenadas ► párrafos ► episodios ► discurso

Las cláusulas en un discurso no son independientes unas de las otras, sino que son enunciadas con el propósito de conformar una información apta para que el oyente/lector pueda recibir la transmisión de una idea, concepto o evento, así su secuencia, no al azar, se encadena por medio de conectivos referenciales, temporales y espaciales que permiten la concepción de un encadenamiento dinámico y coherente pragmáticamente hablando.

3.3. La referencia

La referencia es casi el fenómeno central y omnipresente en la lengua y en el uso de la misma Kibrik (2011:8). A continuación, presentaremos en (3) a (5) un ejemplo usado por este autor, en donde plasma con precisión la importancia de la referencia como un fenómeno lingüístico de preponderancia analítica en cada lengua.

(3) a. Well I thought you were going to talk to me about Christmas presents.

b. I have spoken to you about Christmas presents. I’ve told you about all I can tell you. Why don’t you, why don’t you sit down and tell me what you want for Christmas. I mean that would be useful.

En (4), se presenta la versión de (3), extrayendo y presentando solamente los elementos nominales (incluyendo aquellos que pertenecen a una jerarquía compleja dentro de la estructura interna de la cláusula), mientras que en (5), por otra parte, todos los elementos nominales han sido removidos y los otros elementos lingüísticos han sido preservados.

Comparando las dos secuencias que se han manipulado (4) y (5) con la secuencia original en (3) se puede notar fácilmente que una gran información sobre el contenido del uso del lenguaje se implementa en expresiones referenciales (4), ya que es mucho más informativa por que la especificación referencial es dada por los elementos nominales; esto se debe a que los elementos citados en (4) normalmente son los que codifican los roles como elementos oracionales, o sea, de quién y de qué se dice algo en el texto.

Así se pone en evidencia que la referencia y los mecanismos por los cuales se codifica en las lenguas del mundo constituyen un ­conjunto de procedimientos necesarios para el análisis discursivo, ya que como menciona Kibrik (2011),4 una de cada tres palabras en el discurso natural es una expresión referencial. Así se destaca el argumento de que la referencia es casi la principal de las herramientas usadas por los hablantes y de que la comunicación lingüística nunca podría ser posible sin ella.

La comprensión del concepto de referencia en el discurso se basa en la estructura de la información (EI) tanto del que elabora el texto desde su perspectiva y conocimiento ontológico, es decir, desde su conocimiento del mundo real, así como de su conocimiento de la realidad objetiva en la que se sitúa. De igual forma, los procesos cognitivos5 que se dan en la mente del receptor del mensaje deberán estar relacionados con los factores existenciales del mismo, los cuales brindarán la plataforma adecuada para poder discernir el mensaje y seguir la secuencia de datos que le permitirán decodificarlo. Por tanto, a lo largo de este trabajo, la referencia será vista como un fenómeno basado en el discurso y la discusión aquí será focalizada sobre los referentes y la referencia. Los principios subrayados en el uso de las expresiones referenciales serán en gran medida construidos a partir de la estructura del discurso y otros factores de carácter discursivo. La relación entre discurso y referencia es muy fuerte, ya que ella constituye uno de los más importantes y persistentes fenómenos discursivos codificándose en todos los niveles abordados por la gramática de la coherencia referencial (GCR).

En el esquema (A) se presentan los tipos de mecanismos referenciales a los que se hará alusión en los siguientes apartados de este trabajo. Obsérvese la clasificación de los mismos y las condiciones de relación y oposición entre ellos propuestas por Kibrik (2011) de acuerdo con una base tipológica.

 

4. Mecanismos referenciales

4.1. Mecanismos referenciales plenos evidentes

Se entiende por mecanismo referencial pleno evidente a las frases nominales. El término ‘pleno’ implica que la codificación de un referente por medio de una frase nominal es relativamente informativa, ya que el referente es especificado de forma léxica-semántica. Esto implica que los referentes en el discurso se presentan a través de formas léxicas de contenido fonético completo y que la realización de las mismas remite cognitivamente a significados tanto codificables por el hablante como decodificables para el oyente, y mediante ellos se logra sostener la cohesión discursiva y el éxito del trato comunicativo.

4.1.1. Frases Nominales

Los nombres cuentan, prototípicamente, con características léxicas definidas; pueden ser codificados solos o acompañados de modificadores, determinantes o descriptores. Asimismo, los nombres son los depositarios del contenido semántico de lo referido por ellos y, en las lenguas humanas, los elementos responsables de la conceptualización de las entidades humanas y no humanas, reales o imaginarias, propias o comunes, colectivas o particulares, entre otras.

Las frases nominales son el mecanismo de referencia privilegiado en la mención inicial de los actantes del discurso. Las características léxico-semánticas de las frases nominales hacen eficaz la identificación de cada uno de los referentes depositándolos en la memoria de trabajo6 para poder ser recuperados por medio de otros mecanismos referenciales. Los nombres también cumplen con una función anafórica o catafórica en la recuperación de la información a la que cognitivamente el oyente tiene acceso gracias a la memoria. Sin embargo, en las diferentes lenguas del mundo, la frecuencia de las frases nominales dentro del discurso es relativamente baja respecto a otros mecanismos, ya que puede alternar con los pronombres libres y ligados, dígase aparecer junto a ellos o en distribución complementaria. Es claro que en el discurso no se privilegia su función como mecanismo referencial, sino más bien como elemento de significación léxico-semántica que permite la identificación de los distintos participantes, de su grado de definitud y especialmente del participante topical, dígase el más importante o tema central del discurso.

Kibrik (2011) señala que, con respecto a la incidencia de las frases nominales en el discurso, la tipología lingüística, dígase el comportamiento de las lenguas del mundo, puede predecir que el uso de las frases nominales como recurso referencial aparecerá junto a otros mecanismos de referencia reducidos. Estos generalmente corresponden a los pronombres o al mecanismo referencial de tipo oculto como es la anáfora cero.

4.2. Mecanismos referenciales reducidos evidentes

Un tipo de mecanismo referencial que se opone a las frases nominales son los mecanismos referenciales reducidos. En las lenguas del mundo existen dos tipos de mecanismos referenciales reducidos evidentes, los cuales pertenecen al grupo léxico conocido como pronombre. Los mecanismos citados regularmente se codifican por medio de dos tipos de elementos pronominales: por una parte, los que se conocen como pronombres libres o independientes y, por la otra, los denominados pronombres ligados o dependientes. El término ‘reducido’ sugiere que estas expresiones referenciales son semánticamente más simples y pueden aludir a un referente individual en contextos comunicativos concretos o específicos. Por tanto, se determina que un mecanismo referencial reducido no puede introducir participantes en un discurso tal como lo realiza una frase nominal, excepto en aquellos casos en donde se hace referencia a los participantes del habla, el hablante y el oyente, dígase la primera y segunda persona, por medio de los llamados pronombres locutivos, sobre todo en contextos de discurso directo. En este sentido, los pronombres llamados locutivos no son anafóricos, ya que cada mención que se hace en el discurso sobre el hablante o el oyente depende de la prominencia que se otorga a ese referente en el momento comunicativo, sin que dependa de las menciones anteriores.

En el discurso indirecto, en cambio, la propiedad referencial sobresaliente está dada por la jerarquía de privilegio que se manifiesta entre los referentes no locutivos, es decir, entre los participantes referidos en tercera persona. La jerarquía de privilegio es una de las características básicas del discurso y atañe a los pronombres no locutivos, por lo que estos mecanismos referenciales son posiblemente los más especializados.

En este contexto, Kibrik (2011: 120) señala que el término ‘pronombre’ está equivocado. Primero porque los pronombres deben entenderse como aquellos que se contraponen a las frases nominales y no a los nombres, y segundo, porque los llamados pronombres no siempre sustituyen a un supuesto nombre, como es el caso de la referencia que expresan los pronombres locutivos. Por ello, solamente los pronombres anafóricos constituyen una opción viable para que el hablante pueda enunciar el cambio referencial. Por tanto, siguiendo a Kibrik (2011: 121), diremos que el término pronombre implica solamente tres aspectos:

  1. Un pronombre es un mecanismo referencial solo si codifica directamente referentes.

  2. Un pronombre es un mecanismo referencial reducido, dado que no tiene contenido léxico.

  3. Un pronombre es un mecanismo evidente y por ello se opone a la llamada referencia cero.

A partir de lo anterior, la llamada referencia cero queda excluida de la noción de ‘pronombre’ que aquí se maneja, pese a que algunos lingüistas usan actualmente la denominación ‘pronombre cero’.

4.2.1. Pronombres libres

Los llamados pronombres libres, también conocidos en la literatura como plenos o independientes, corresponden a los llamados pronombres personales. Este grupo léxico conforma el tipo más familiar de pronombres y constituye, de alguna manera, el tipo neutral o no marcado de los mecanismos reducidos de referencia. La definición de los pronombres libres considera los siguientes aspectos:

  1. Pueden aparecer junto con las frases nominales y no solo en distribución complementaria.

  2. Son siempre usados en contextos en donde la mayoría de las lenguas usarían la referencia cero. Esto con el fin de expresar la correferencialidad de sujetos de cláusulas coordinadas.

  3. Puede haber múltiples tipos distintos de pronombres.

  4. Alternan con frases nominales plenas en posiciones argumentales, tal como sujeto u objeto.

  5. Su comportamiento es algo ambivalente.

  6. Son frases nominales por sí mismos.

  7. No todos ellos están privados de ciertos rasgos de palabras independientes, tal como una independencia prosódica.

  8. Son reducidos prosódicamente.

  9. Se someten a reducción segmental.

  10. Hacen un complejo prosódico con algunas palabras fuertes prosódicamente (como un hospedador), por lo general un predicado verbal.

  11. Se oponen a las formas pronominales ligadas, estas últimas incluyen clíticos y afijos.

4.2.2. Pronombres ligados

Para iniciar la descripción de este mecanismo diremos que el término ‘pronombre’ para denominar esta clase de elementos gramaticales no es de lo más apropiado, ya que el término se acuñó para nombrar a los pronombres libres, para poder oponerlos como sustitutos de los nominales. Sin embargo, los llamados pronombres ligados no pueden ser sustitutos de las frases nominales por el simple hecho de que siendo afijos no pueden ser considerados elementos léxicos y, por lo tanto, sintácticos. Funcionalmente, estos elementos gramaticales co-ocurren con frases nominales plenas siendo correferenciales en la misma cláusula.

Por causa de tradición y porque es de alguna manera adecuado para la distinción de los elementos reducidos visibles a los plenos, y a pesar de la explicación anterior acerca de lo inapropiado del término para nombrar a los afijos que se abordarán, se dice que los pronombres ligados, se reconocen por medio de los rasgos particulares que a continuación citaremos:

  1. No pueden, en primera instancia, por sí solos introducir participantes definidos, dado que dependen para ello de otros mecanismos visibles con los que serán correferenciales.

  2. Codifican a los argumentos.

  3. Codifican los roles semánticos de los referentes.

  4. Pueden referir a los participantes principales y no principales del evento.

  5. Sirven como representantes de argumentos cuando no hay presente una frase nominal, pero si hay una frase nominal, entonces el par correferente forma un todo y constituye la representación del argumento.

  6. Son tenaces, como mecanismos referenciales aparecen de manera omnipresente en las lenguas que los tienen.

  7. Constituyen una característica central de las llamadas lenguas tendencia polisintéticas.

  8. Se relacionan con las lenguas de marcación de núcleo.

Cabe aclarar que los pronombres ligados no pueden existir con independencia referencial, excepto en aquellos casos en que se encuentran coindizados a otro mecanismo visible de referencia como lo sería una frase nominal. La falta de independencia prosódica de los afijos les remite funcionar morfológicamente como pistas gramaticales de recuperación de la información por parte de los oyentes del discurso, asimismo como elemento referencial usado por los hablantes para echar mano de una estrategia cargada de significación argumental y de fácil recuperación en la memoria de trabajo.

En concordancia con los estudios tipológicos sobre el mecanismo que nos ocupa en esta discusión, diremos que es un hecho que la más alta concentración de lenguas con pronombres ligados se localiza en América, especialmente en América del Norte, siendo la familia yutoazteca una de las más representativas en el uso de este mecanismo morfosintáctico (Kibrik 2011: 101).

4.2.3. Independencia prosódica

Ahora bien, algo en lo que dedicaremos un espacio de discusión breve en este trabajo es la explicación de la escala de distinción entre los pronombres libres, los clíticos y los pronombres ligados. Véase el esquema (B), en donde se presenta el continuo respecto de estos tres procedimientos morfosintácticos basado en su independencia prosódica.

 

El término ‘clítico’ originalmente evolucionó hasta llegar todavía a ser usado para describir tipos de palabras que son restringidas en su libertad, más que tipos de afijos que son más libres que otros afijos. Los clíticos son tan independientes como otras palabras, excepto por su conducta prosódica. Después de todo, la libertad es siempre relativa más que absoluta, y los pronombres débiles, que son generalmente los clíticos, pueden justificadamente ser caracterizados como formas libres en comparación con los pronombres ligados. Por tanto, el argumento anterior explica con asertividad la relación y distinción prosódica y estructural de los tres tipos de mecanismos presentados en el esquema (B), siendo los pronombres libres, también llamados fuertes, los más independientes, seguidos por los clíticos, también llamados pronombres débiles, que conservan una libertad prosódica mayor a la de los últimos que son los pronombres ligados o afijados. Así, diremos que la diferencia entre palabras y afijos es como la que existe entre sintaxis y morfología, la cual es notoriamente no discreta.

Para ilustrar lo que hasta este momento hemos discutido, obsérvese en (6) el comportamiento de los pronombres libres y los clíticos en el segmento de discurso de español.

(6) María jugaba en el parque con Juan. Ella lanzaba la pelota y él la atrapaba. Sin embargo, la noche llegaba y ellos temían que regresarse a casa. Ella tenía miedo porque se oscureció muy de repente y comenzó a llover. Los niños se olvidaron de la hora que era y olvidáronse de la pelota al correr hacia su hogar.

Las partes léxicas señaladas en el texto en (6) son los pronombres libres, que funcionan gramaticalmente como pronombres personales de sujeto (ella, él, ellos) y de objeto (la, se). La forma (se) incrustada en la parte final del ítem verbal conjugado olvidaron está funcionando como clítico, y su independencia prosódica, menor a la de un pronombre libre, pero mayor a la de un ligado, se ve reflejada en el uso de la misma forma prosódica y función sintáctica de la construcción se olvidaron.

Aunque el ejemplo en (6) muestra el comportamiento morfo-sintáctico y la función referencial como elementos anafórico de los pronombres libres, el idioma inglés sería una lengua más prototípica dentro de la tipología para ser descrita como lengua de pronombres libres, ya que en esta lengua el condicionamiento gramatical de la presencia casi obligatoria del sujeto sintáctico en las cláusulas y así mismo en el discurso, hacen que esta lengua use este mecanismo reducido visible abundantemente en sus estructuras lingüísticas (como el ejemplo en (3) lo ilustra).

4.3. Mecanismos referenciales reducidos ocultos

En la estructura argumental de algunas lenguas del mundo se presenta un mecanismo que permanece oculto formalmente hablando, pero que semánticamente es recuperado por los hablantes en el desarrollo del discurso. Este mecanismo referencial es del tipo reducido y cumple con las características funcionales esperadas para un procedimiento de seguimiento de referencia. Aquí se llamará referencia cero a lo que se ha conocido en la literatura lingüística también como anáfora cero,7 la cual está en oposición al conjunto formado por los pronombres libres y ligados como mecanismos referenciales reducidos evidentes que se han expuesto anteriormente (4.2).

4.3.1. Referencia cero

Se dice que cuando un referente específico es implicado semánticamente, pero no es fonéticamente expresado entonces tenemos una referencia cero. Esto es, cada instancia a lo que convencionalmente llamamos anáfora cero, codificará un referente mencionado dentro de una cláusula, pero que no existe un mecanismo formal en particular, ni libre ni ligado, que lleva a cabo este acto de referencia. Así la referencia cero se define de acuerdo con Kibrik (2011: 104) como:

  1. Cero es vacío de forma fonética por definición.

  2. Cero es libre por defecto.

  3. Cero puede aparecer en varios lugares en una cláusula.

  4. Cero como sujeto aparecerá en la posición en que aparezcan los sujetos por medio de otro mecanismo visible (frase nominal).

  5. Cero no es postulado en lenguas que usan sistemáticamente un elemento visible para la referencia. Es decir, una frase nominal.

  6. La diferencia cualitativa entre cero y los pronombres es mucho menos que la que existe entre ambas de ellas juntas, por un lado, y las frases nominales plenas por el otro.

El japonés es una lengua que tipológicamente se reconoce como lengua de referencia cero, ya que a través de este mecanismo oculto recupera los roles semánticos de los participantes, esto hace posible que en el desarrollo del discurso los hablantes puedan codificar y decodificar el mensaje con éxito recurriendo a este procedimiento de seguimiento referencial. Obsérvese el comportamiento de este mecanismo por medio del ejemplo en (7), en donde citamos un fragmento del discurso To Kyoto ‘para Kyoto’, las dos referencias ceros en (7b) corresponden al participante principal y a la meta.

En (7a) se muestra el contexto desde el cual se interpreta la referencia cero marcada en (7b) por medio del símbolo ø. La codificación del participante tópico mediante el mecanismo de referencia ø en (7b), y que ha sido aludido en (7a) con el nom ga es el participante principal de las dos cláusulas. Mientras que el otro participante Kyoto que realiza el rol de meta en (7a), también es referenciado en (7b) por el mecanismo de referencia cero ø. El orden de la doble referencia cero es de izquierda a derecha: participante principal, participante meta. En donde el primero es argumental y el segundo es un adjunto.

Para continuar con la perspectiva tipológica de este mecanismo referencial, citaremos lo que Kibrik expone acerca de los aspectos encontrados en este tipo de lenguas con predisposición a la referencia cero (2011: 113). Las lenguas del este y sureste de Asia son reconocidas por la particularidad de tener escasa morfología. Esta escasez se refleja en varios rasgos tipológicos básicos, e incluye lo siguiente:

  1. Aislamiento: separación entre morfemas, frecuencia de palabras mono morfemáticas.

  2. Analítica: las cargas gramaticales son transmitidas por palabras funcionales más que por afijos.

  3. No marcación: las relaciones entre constituyentes no son marcadas ni en el núcleo ni el en dependiente; estas relaciones son más que nada transmitidas por el orden linear.

Tomando en cuenta lo anterior, no podríamos concluir que la escasez o no complejidad morfológica de una lengua implica la referencia cero, ya que esto puede resultar del hecho de que la referencia cero es desfavorecida para lenguas con un desarrollo morfológico por la razón de que estas usualmente tienen pronombres ligados.

Para concluir con esta sección, se proporcionan las conclusiones respecto al tipo de lengua en relación a los mecanismos de referencia expuestos hasta aquí. Así se estará asumiendo que:

  1. Si una lengua tiene un pronombre ligado para codificar al participante agente y también tiene el marcador del participante paciente adjuntada al verbo, entonces este marcador del paciente también será afijado, es decir, un ligado.

  2. Si una lengua tiene un pronominal ligado para el participante agente y marcación verbal de persona para dos argumentos, se infiere que es una lengua predominantemente de pronombres ligados.

  3. Si una lengua tiene pronombres libres para codificar a los argumentos centrales y marcadores no personales en el verbo, se contará como una lengua de pronombres libres.

  4. Si una lengua usa referencia cero en la posición del participante agente y tiene marca de persona en el verbo, ella puede ser tentativamente considerada como lengua de referencia cero.

Se ha podido documentar la noción del seguimiento de referencia respecto a los mecanismos plenos y reducidos, visibles y ocultos. Asimismo, el comportamiento de las lenguas en relación al fenómeno de seguimiento de referencia y la perspectiva tipológica de la clasificación de las lenguas del mundo.

5. Caracterización de la referencia en náhuatl

En este apartado se presentan los mecanismos referenciales en náhuatl, particularmente en la variante de la Huasteca Veracruzana de donde proceden los datos analizados. En la tabla 3 se da un listado de los textos que conforman el corpus de estudio. En ese concentrado se enlista el nombre de las narraciones, el número de cláusulas y morfemas8 que componen a cada una de ellas, así como el porcentaje que representa cada cuento respecto al total de las cláusulas del corpus.

 

 

El análisis de estas narrativas y de las cláusulas señaladas aquí ha permitido documentar los mecanismos referenciales evidentes y ocultos. Dentro de los primeros se encuentran (i) las frases nominales, (ii) los pronombres libres en función de sujeto-objeto, (iii) los pronombres ligados de sujeto y (iv) de objeto definido e indefinido, y (v) el reflexivo. Entre los del segundo tipo se considera a la referencia o anáfora cero.

La descripción de los procedimientos de referencia se hará con base en un texto del corpus titulado ‘Una rana’ (Peregrina, 2015), tal como se muestra en (8). El cuento se ha dividido en 4 episodios: (8a-8e), (8f-8k), (8l-8p), (8q-8u), con la finalidad de dar cuenta de cada uno de los mecanismos codificados y mostrar claramente la cohesión discursiva que se consigue por medio del seguimiento de referencia.

5.1. Episodio 1

Los participantes son introducidos a la historia por medio de frases nominales plenas. Esto se observa en (8a) y (8b) y (8d), donde el participante topical es codificado primero por medio de una frase nominal plena formada por un determinante y un nombre compuesto, se tenantamasoli ‘una rana’ y nopa tenantamasoli ‘esta rana’ respectivamente. En el episodio (8c), otro de los participantes está codificado por la frase nominal compuesta por el pronombre posesivo de tercera persona del singular i-, el nombre kone ‘hijo’, el marcador de constructivo (poseído) -wa- y la marca de plural -h. Asimismo, en cada una de las raíces verbales se observa, tanto en las intransitivas como en las transitivas, los morfemas pronominales de sujeto y de objeto identificando con esto al participante principal que se encuentra en correferencia con la entidad referida por las frases nominales. En (8b), (8d) y (8e) el participante principal corresponde al sujeto codificado por el pronombre ø-, mientras que el otro participante está codificado mediante el pronombre de objeto de tercera persona del plural -kin-, en (8b). Obsérvese como en (8e) se introduce una cláusula intransitiva sin una frase nominal que la presida, por lo que se recupera la información del participante sujeto por medio de un mecanismo no gramatical sino semántico, es decir, la referencia o anáfora cero (@).9

Morfológicamente hablando, el náhuatl es una lengua sintética y con tendencia aglutinante, que prefija y sufija morfemas a la palabra verbal o predicado. Esto de alguna manera se contrapone con la descripción de las lenguas que se caracterizan por el uso de la referencia cero, en donde la separación entre morfemas y frecuencia de palabras monomorfemáticas constituyen sus estructuras sintácticas. Sin embargo, el náhuatl presenta una característica morfológica interesante desde el punto de vista de la referencia cero. Es decir, el náhuatl de la Huasteca Veracruzana cuenta con un inventario de pronombres sujeto, el cual tiene índices pronominales formales para las primeras y segundas personas. Sin embargo, las terceras personas no presentan ninguna forma realizada fonéticamente, es por ello que nos hemos referido a ese vacío como pronombre ø-, el cual formalmente no codifica un índice pronominal como en las primeras y segundas personas, pero semánticamente sí lo hace, por lo menos a nivel del discurso.10 Es en este contexto discursivo donde el náhuatl, debido al vacío fonético de un marcador para la tercera persona sujeto tanto del singular como del plural, echa mano de la referencia cero.

5.2. Episodio 2

El uso de la anáfora cero se verá a lo largo del discurso como uno de los mecanismos referenciales más frecuente en la codificación del participante topical, corroborando con ello que la anáfora cero es el mecanismo más importante en el que se sostiene la coherencia discursiva (Givón 2005). Obsérvese como en (8g) se reintroduce al participante secundario konewah ‘hijos’ por medio de la frase nominal pospuesta al verbo. Lo mismo sucede en la introducción del nuevo participante en la trama se weyi kabayo ‘un caballo grande’ en (8i). Nótese como después del uso del mecanismo pleno evidente como es la frase nominal, la lengua codifica a los participantes por medio de los procedimientos anafóricos como lo son los pronombres ligados y la anáfora cero.

 

5.3. Episodio 3

En esta parte del relato, se recupera la mención al participante topical a través de una frase nominal, (nopa) tamasoli ‘rana’, pospuesta a la palabra verbal, -soneh-, en (8l), y al verbo -kuitlatopon-, en (8p); esto implica un procedimiento catafórico en el uso de las frases nominales en el discurso. En (8l), (8n) y (8o) el verbo se encuentra codificado por medio del pronombre ø-, lo que a su vez hace constatar que la ausencia de una frase nominal que recupere el significado léxico del referente permite proponer la presencia de la referencia cero @. Asimismo se encuentra el pronombre reflexivo -mo- con el cual se marca la correferencialidad entre el sujeto y objeto de las cláusulas citadas. En contraste, en (8m) y (8ñ), el participante topical se codifica por medio de otro mecanismo reducido evidente: el pronombre libre de tercera persona del singular ya, en función de sujeto.

 

5.4. Episodio 4

La parte final del cuento se encuentra codificada por medio de cuatro cláusulas transitivas, en las cuales el participante principal de la narrativa surge como el sujeto de ellas. En (8q), (8r), (8s) y (8t), los mecanismos usados para la codificación del participante topical son el pronombre ø- que a la tercera persona sujeto y la anáfora cero responsable del seguimiento referencial del participante. El participante secundario nopa kabayo ‘el caballo’, objeto de la cláusula (8r), se codifica a través de una frase nominal.

El análisis del porcentaje de la frecuencia de uso de los diversos mecanismos de referencia en el total de cuentos analizados mostró que son dos los mecanismos importantes en el seguimiento de referencia: el primero corresponde a los pronombres ligados cuya función se encuentra más en el ámbito morfo-sintáctico, y el segundo el de la anáfora cero @, que en otras lenguas (Givón (1983) para el ute; Estrada y Ramírez (2010) para el pima bajo) corresponde al mecanismo usualmente más productivo. Los resultados globales del análisis de frecuencia de ocurrencias de los distintos mecanismos de referencia en náhuatl son los siguientes:

  1. Los pronombre ligados como mecanismos referenciales reducidos evidentes apoyan el seguimiento de referencia en un 39.94%

  2. La anáfora cero como mecanismo referencial reducido oculto mostró un 30.53%

  3. Las frases nominales como mecanismo referencial pleno evidente evidenció una frecuencia de 20.87%, y

  4. Los pronombres libres, como mecanismo referencial reducido evidente mostró un 8.61%

La importancia que tienen los primeros dos mecanismos en el corpus estudiado responde al tipo de género discursivo analizado. Se trata de un corpus conformado por discursos narrativos que se encuentran primordialmente elaborados en estilo indirecto. En ellos, las terceras personas realizan la gran mayoría de los eventos narrados. Respecto a la frecuencia de ocurrencia, el tercer mecanismo de seguimiento de referencia corresponde a las frases nominales y el cuarto a los pronombres libres. Las primeras apoyan la introducción, o recuperación léxica-semántica de los participantes involucrados en el discurso, mientras que los segundos son relevantes como elementos anafóricos con función enfática. Las características tipológicas del náhuatl condicionan el porcentaje de ocurrencia de los distintos mecanismos referenciales.

6. Conclusiones

En el análisis presentado en esta investigación, hemos resaltado, la influencia de distintos aspectos con el tema de seguimiento de referencia. Por un lado, la perspectiva discursiva, dígase tipo de género de discursos analizados, determina en gran parte el tipo de mecanismos referenciales que son útiles para el análisis de la referencia.

Por otro, las propiedades tipológicas de la lengua hacen necesario esclarecer el papel que el pronombre cero de tercera persona tiene en la morfología de la lengua y su impacto como recurso en segundo lugar de frecuencia en el seguimiento de referencia. Finalmente, el nivel de la interpretación cognitiva-semántica da énfasis en el panorama general de los mecanismos referenciales y cuáles de ellos son los más frecuentes en el seguimiento referencial global del náhuatl de la Huasteca Veracruzana. Las aportaciones finales de este estudio son las siguientes:

  1. El náhuatl es una lengua con características morfológicas que la colocan entre el tipo de lenguas sintéticas y con tendencia aglutinante que presenta una alta complejidad morfológica en sus estructuras.

  2. Este idioma cumple con los rasgos estructurales que la posicionan como lengua de pronombres ligados de acuerdo con la clasificación tipológica (Kibrik 2011).

  3. Esta lengua es de indización personal (pronominal), es decir, requiere que los participantes en función de sujeto y objeto de cada predicado sean codificados obligatoriamente por medio de morfemas ligados que se prefijan a las raíces verbales en las cláusulas. El paradigma de pronombres ligados de sujeto muestra que la lengua cuenta con índices pronominales para las primeras y segundas personas, pero presenta la ausencia fonológica de índice pronominal para las terceras personas, lo que impone la necesidad de representar el valor morfológico de las terceras personas sujeto a través del pronombre ø-.

  4. La anáfora cero, a su vez, es el mecanismo de seguimiento de referencia cuando se omite la codificación léxica-semántica de un referente, especialmente el referente topical, que en otros contextos puede ser codificado mediante frases nominales.

Nuestra postura con respecto al uso de la referencia cero en el náhuatl pareciera de alguna manera antagónica, por el hecho de que tipológicamente es designado como el mecanismo referencial de más alta frecuencia para aquellas lenguas con poca complejidad morfológica y que se constituyen estructuralmente como lenguas aislantes. Sin embargo, los resultados presentados, producto del análisis del corpus estudiado, dan evidencia de la presencia de este mecanismo reducido a nivel del discurso. El estudio del mismo ha permitido observar que existe una correlación inversamente proporcional entre el grado de explicitud de la forma nominal y el grado de continuidad topical: a mayor retención léxica-semántica del referente topical, menor explicitud de referencia.

De esta manera, la referencia o anáfora cero como constructo de naturaleza semántica que permite la codificación de la referencia de los participantes en el discurso, constituye el hilo conductor que mantiene la cohesión del texto y la coherencia discursiva del mismo.

Los pronombres indizados al verbo, en cambio, codifican las funciones morfo-sintácticas de los participantes sujetos y objetos.

 

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1 1=primera persona, 2=segunda persona, 3=tercera persona, ABS=absolutivo (no poseído), ABUN=abundante, ADE=adhesivo, AFIR=afirmación, APL=aplicativo, BEN=benefactivo, CAUS=causativo, CNST=constructivo (poseído), COL=colectivo, COP=cópula, DET=determinante, DIR=direccional, EST=estativo, EXT=extensión, FUT=futuro, HAB=habitual, IMP=imperativo, IMPFV=imperfecto, IMPRS=impersonal, INT=partícula interrogativa NEG=negación, NMZR=nominalizador, NOM=nominativo, OBJ=objeto, O.INDF=objeto indefinido, PRTC=participio, PFV=Perfecto, PL=plural, POS=posesivo, PREH=presente habitual, PRES=presente, PRET=pretérito, RED=reduplicación, RFLX=reflexivo, RSLT=resultativo, SG=singular, SUJ=sujeto, ø=pronombre cero.

2 Atendiendo a la propuesta de Kibrik (2011) también se han documentado mecanismos referenciales auxiliares, como por ejemplo los demostrativos, los pronombres posesivos y el imperativo. Sin embargo, por razones relacionadas a la extensión de esta contribución solamente se consideran los evidentes y ocultos.

3 Los cuentos pertenecen a una colección que fue elicitada por Alan Sandstrom en 1990. La versión inicial transcrita fue revisada en los audios originales y transcrita en la versión como actualmente aparece. Asimismo, se hicieron las adecuaciones necesarias para homogenizar la escritura y así evitar la multiplicidad de estilos de escritura de los fonemas de la trascripción inicial. Así todas ‘c’ en todos los contextos excepto antes de ‘h’ se sustituyen por ‘k’. Toda ‘y’ en función del morfema de tercera persona del singular posesivo prefijado al nombre se sustituye por ‘i’. Toda secuencia ‘hu’ se sustituye por ‘w’. Toda ‘j’ se sustituye por ‘h’ y toda ‘sh’ se sustituye por ‘x’.

4 Citando a Biber (1999).

5 Kibrik dice que la lingüística cognitiva es el estudio que relaciona el lenguaje con la mente humana. El enfoque cognitivo en la lingüística pertenece a una clase más amplia de los enfoques que se llaman funcionales (2011: 17).

6 Se refiere al dominio cognitivo responsable para el cambio referencial. Dos procesos cognitivos se relacionan directamente con ella: la atención y la activación. El primero de ellos es presentado en la estructura lingüística como referencia o mención. El segundo es directamente ejecutado en la memoria de trabajo (o del discurso), y puede ser alto o nulo y es del que depende el cambio referencial (Kibrik 2011: 52).

7 Uno de los mecanismos que se ha manifestado de acuerdo a la teoría lingüística como el de prominencia en el uso de los hablantes para codificar la correferencialidad de los participantes en el discurso, y que durante años ha sido privilegiado como la estrategia anafórica por excelencia, es la que se ha denominado anáfora cero (Givón 1984; 2005), y que aquí nos referimos a ella como referencia cero (Kibrik 2011).

8 Para mayor información con respecto a los criterios de análisis de las cláusulas véase Peregrina (2013: 71).

9 Mención de un referente en el discurso que depende de la activación del referente derivado de una mención anterior, pero sin tener una realización gramatical, sino más bien una realización semántica sin elementos fonéticos (Kibrik 2011: 35).

10 La propuesta anterior se basa en el corpus analizado en esta investigación y cabe decir que, aunque los datos que aquí se presentan son exclusivamente de un mismo género narrativo, quizás esta argumentación sea también válida para otros tipos de discurso en la lengua. Trabajos posteriores podrán corroborar este hecho.