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Lexis

versión impresa ISSN 0254-9239

Lexis vol.41 no.1 Lima  2017

http://dx.doi.org/http://doi.org/10.18800/lexis.201701.009 

RESEÑAS

 

Diario de noticias sobresalientes en Lima y Noticias de Europa (1700-1711). Volumen 1 (1700-1705). Paul Firbas y José A. Rodríguez Garrido (edición y estudio). New York: IDEA, 2017. 377 pp., ilust.

 

Pedro M. Guibovich Pérez

Pontificia Universidad Católica del Perú

 


En estos tiempos en los que los medios de comunicación son tan variados y nos permiten estar al tanto del acontecer local e internacional en cuestión de segundos, es difícil imaginar cuán importantes eran las noticias y cuánta ansiedad podía provocar la falta de ellas en los siglos virreinales. Entonces el sistema de comunicaciones estaba sujeto a múltiples vicisitudes. Tormentas, ataques de piratas y naufragios interferían el curso de las noticias, cuando no la acción de algunos polizontes no deseados. En 1688, la Inquisición de Lima solicitaba a sus superiores en Madrid copias de las cartas acordadas enviadas por ellos porque muchas habían llegado completamente destrozadas por los roedores. Sin cartas acordadas, el Tribunal no podía operar. El flujo de noticias entre España y sus posesiones en América era esencial porque garantizaba el normal desempeño no solo de las actividades personales, sino también institucionales.

A pesar de todo, las noticias circulaban en el imperio español. Los eventos sucedidos en el ámbito virreinal solían transcurrir por los canales de la oralidad y la correspondencia privada; en tanto, que lo que sucedía en Europa lo era por medio de hojas, impresas unas en España y otras en Lima. La publicación de estas últimas no era periódica y estuvo librada al interés mercantil de algún editor o impresor. Pero la aparición del Diario de noticias, a partir de 1700, vino a cambiar tal estado de cosas. Desde entonces, la ciudad de Lima y el virreinato peruano empezaron a contar con una publicación oficial del acontecer local e internacional. Había nacido el periodismo. El Diario se publicó entre 1700 y 1711. Este primer volumen, editado con particular rigor y cuidado por José Antonio Rodríguez y Paul Firbas, comprende los años de 1700 a 1705, incluye 31 diarios de la ciudad de Lima y 13 de noticias de Europa, además de un acucioso y esclarecedor estudio introductorio, notas explicativas a pie de página y diversas ilustraciones.

El Diario constituye una relación de los acontecimientos que ocurrían en la ciudad, complementada con la publicación de las Noticias de Europa, en que se reimprimían o se resumían los sucesos del Viejo Continente que se conocían a través sobre todo de gacetas impresas europeas, cartas o avisos recibidos por el conducto oficial y a las que, por ello, se les otorgaba crédito. El contexto de aparición del Diario es el que sigue a la muerte de Carlos II y la consiguiente crisis generada por la guerra de sucesión al trono de España. Como bien lo señalan sus modernos editores, su objetivo era doble: de un lado, apoyar las pretensiones de Felipe V, como heredero de Carlos II; y de otro, informar acerca de los hechos más relevantes sucedidos en la capital del virreinato.

En cuanto a las noticias locales, el Diario informa sobre el arribo de los barcos, los fallecimientos de personajes civiles y eclesiásticos, las celebraciones de funciones religiosas, las conmemoraciones de las efemérides de las familias real y vicerreal, las inauguraciones de obras en los edificios religiosos, las ejecuciones de delincuentes, los nombramientos de autoridades locales, las funciones en el teatro de la corte, entre muchos otros eventos. Pero también ilustra, siguiendo a Johan Huizinga, el "tono de la vida" en la capital virreinal: el miedo ante las epidemias, el lúgubre tañido de las campanas cuando se hizo pública la noticia del fallecimiento de Carlos II, el temor ante una muerte súbita sin auxilio espiritual, la desconcertante circulación de rumores, la incertidumbre ante la falta de noticias fidedignas... El Diario es de enorme interés como fuente histórica porque complementa otros textos similares sobre la ciudad de Lima: los escritos por los clérigos Antonio Suardo y Joseph de Mugaburu, cronistas del periodo comprendido entre 1629 y 1694. En lo que toca a las noticias europeas, el Diario privilegia el desarrollo de la guerra de la Sucesión española en los diferentes frentes de batalla, y las acciones políticas y cortesanas de Felipe V.

El Diario fue impreso en el taller del más importante impresor de la capital: Joseph de Contreras y Alvarado. Había nacido en Lima y su padre, llamado como él, Joseph de Contreras, había sido impresor. Contreras y Alvarado era un hombre culto, autor de poesías, pero sobre todo un empresario. Su actividad está documentada a partir de 1689. Por entonces, siguiendo una práctica muy extendida debía trabajar en un taller no propio. Pero en 1691 adquirió en remate la imprenta de Manuel de los Olivos, lo cual le permitió con seguridad un mayor posicionamiento en el mercado local, en particular frente a su principal, sino único competidor, el también impresor Luis de Lyra. Al igual que su padre, Contreras y Alvarado obtuvo el privilegio de ser nombrado "impresor real", y el Diario describe con algún detalle las celebraciones que llevó a cabo con ocasión de dicho nombramiento (p. 241). Falleció en Lima en 1714.

La detenida lectura del Diario plantea muchas interrogantes. Una de ellas es la de su autoría. Es claro que Contreras y Alvarado fue el impresor, pero no el autor del Diario. Ninguno de los ejemplares del Diario o de las Noticias de Europa aparece firmado. Pero en uno de ellos, el No 13 de 1702, informa del martirio del agustino Agustín Hurtado en la selva de Huamanga: "esta noticia se recibió en este convento de Lima y publicó con demostraciones de solemnes honras, moviéndose a seguir sus pasos y ministerio quatro religiosos y dos legos" (p. 152). Es claro que el lugar donde se recibió la noticia es el mismo en el que se escribió el Diario: el convento agustino de la capital. El autor, al menos de este ejemplar sino de muchos otros, fue un religioso. En abono de esta hipótesis es importante destacar la manera tan detenida en que se narran las vidas de hombres y mujeres famosos por su piedad y virtud cristianas, así como algunos episodios moralizantes. En cualquier caso, de lo que no cabe duda es que se trató de un autor cercano al poder, ya que suele detallar las circunstancias del recibo de la información oficial procedente del exterior. Conocer la identidad del autor del Diario sin duda permitirá determinar la naturaleza de su relación con el poder y, en consecuencia, definir con mayor claridad el carácter oficial u oficioso del periódico.

Una segunda cuestión tiene que ver con las condiciones materiales de la producción del Diario. Como muchos otros textos salidos de las prensas locales, el Diario no presenta una tipografía e impresión particularmente atractivas. Ello se explica porque se imprimía en una prensa de segunda mano, en no muy buenas condiciones, que había estado operativa durante un largo tiempo como lo refiere el inventario de bienes de Contreras y Alvarado, practicado después de su muerte en 1715. En él se registró una imprenta "muy gastada por haver estado cerviendo más de beinte años".

Los descuidos en la impresión, visibles en las erratas y las omisiones textuales, pudieron haber sido también producto de la premura por dar publicidad a las noticias. Así leemos que el martes santo de 1702, el virrey Conde de la Monclova recibió unas gacetas impresas con noticias de Europa, que el cronista anónimo precisa "que por haberse dado a la prensa para remitirse en este correo, se omiten en esta gaceta" (p. 150). La producción del Diario estuvo de alguna manera condicionada por la partida de los chasquis, el sistema de correos que aseguraba el flujo de noticias e información en el extenso virreinato, y que hizo posible que el periódico llegara a muchas manos

No cabe duda que el Diario era distribuido en el virreinato, pero ¿entre quienes?, ¿cuál era la composición de su público lector?, ¿cuál pudo ser la recepción del mismo? Son algunas preguntas que tan solo dejo aquí formuladas. Futuras investigaciones con seguridad arrojarán luces sobre la circulación y el consumo del periódico.

La moderna edición del Diario tiene enorme valor no solo por haber sido el primer periódico en América, sino además porque es una fuente privilegiada para el estudio de la historia local, la propaganda política, la circulación de noticias y la función de la imprenta en el contexto colonial. Por ello, nuestro renovado agradecimiento a José Antonio Rodríguez y Paul Firbas, sus editores.

 

Recibido: 1/06/2017

Aceptado: 20/06/2017

 

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