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vol.44 número2Cerrón-Palomino, Rodolfo; Álvaro Ezcurra Rivero; y Otto Zwartjes (eds.). Lingüística misionera. Aspectos lingüísticos, discursivos, filológicos y pedagógicos. Lima: Fondo editorial PUCP, 2019. 446 pp.In memoriam Lía Schwartz (1941-2020) índice de autoresíndice de assuntospesquisa de artigos
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Lexis

versão impressa ISSN 0254-9239

Lexis vol.44 no.2 Lima jul-dez 2020

http://dx.doi.org/10.18800/lexis.202002.014 

Reseñas

Steffen, Joachim; Harald Thun; y Rainer Zeiser. Classes populaires, scripturalité et histoire de la langue. Un bilan interdisciplinaire. Kiel: Editorial Westensee, 2018. 720 pp. ISBN 3-931368-72-6.

Sebastian Greußlich1 

1Rheinische Friedrich-Wilhelms-Universität Bonn - Alemania

El volumen recoge las actas de un coloquio internacional celebrado el 6 y 7 de noviembre del 2014 en la Universidad de Kiel (Alemania). Sus tres editores, también organizadores del evento, se desempeñan en el ámbito de la Literatura (Zeiser) y de la Lingüística Románica (Steffen, Thun). El título del simposio, formulado originalmente en lengua alemana, reza, traducido al español, “Capas sociales inferiores, escrituralidad e historia de la lengua. Un resumen interdisciplinario”. Queda patente, inmediatamente, su vinculación con uno de los temas esenciales que han ido contribuyendo a la revisión profunda de la historia de las lenguas producida a lo largo de los últimos 40 años. Esta revisión se basa, sobre todo, en la ampliación sistemática de la gama de variedades que se consideran como pertinentes para una visión completa de la comunicación lingüística en el pasado. Tal ampliación se realiza en dos direcciones: primero, hacia la consideración de lo hablado y de sus reflejos en la escritura por la falta inevitable de datos fónicos provenientes de tiempos pasados; segundo, hacia la consideración de lo diasistemáticamente marcado y tendiente al “polo de la inmediatez comunicativa”. Hago alusión con esto al modelo de la variación diasistemática desarrollado por Peter Koch y Wulf Oesterreicher, los dos eminentes investigadores a cuya memoria el volumen está dedicado.

Por supuesto, esta tarea es tanto más difícil de realizar cuanto más distantes se encuentran las épocas históricas estudiadas, y es justo decir que los notables avances que se han conseguido en este sentido son fruto de una verdadera lucha en dos frentes: en primer lugar, el conceptual, que ha implicado la necesidad de repensar la historia de la lengua como historia de la comunicación entre personas a través de las lenguas que son sus herramientas; en segundo lugar, el empírico, que procura identificar aquellas constelaciones comunicativas que producen documentos lingüísticos relacionados con las capas inferiores de la sociedad, precisamente los apropiados para las dimensiones buscadas de la variación. Ahora bien, la dedicatoria a los dos grandes especialistas arriba mencionados parece tanto más justificada cuanto ambos no solo fallecieron a fechas cercanas del coloquio que ha dado lugar a estas actas, sino que en tiempo de vida han contribuido como impulsores e innovadores de la investigación filológica de cartas privadas como fuente de la historia de las lenguas románicas. Koch y Oesterreicher han destacado por el desarrollo de conceptos analíticos que sirven al fomento de un diálogo interdisciplinario tan productivo como epistemológicamente válido. Finalmente, ellos mismos han convertido sus ideas sistemáticas en una práctica de investigación meticulosa y creativa de la que han sacado provecho varias generaciones de alumnos. Veremos a continuación cómo las actas retoman, reflejan y desarrollan estos propósitos.

El volumen reúne veintitrés estudios elaborados por especialistas provenientes de Alemania (9), Australia (1), Brasil (4), Canadá (1), España (1), Finlandia (1) Francia (2), Gran Bretaña (1), Italia (1), México (2), Uruguay (1) y los Países Bajos (2), lo cual documenta de forma impresionante el carácter internacional del acontecimiento. Las disciplinas de los participantes son la Lingüística, la Literatura, la Historia de la Comunicación, la Historia de la Enseñanza y -a caballo entre todas ellas- el Análisis del Discurso. Estamos, pues, ante un entramado interdisciplinario propicio para un diálogo reflexivo y enriquecedor.

Considerando el espacio limitado del que aquí disponemos, es imposible prestar atención detenida a todos y cada uno de los ­estudios que componen estas actas, aunque sin duda lo merecerían. Sin embargo, se ofrece aquí a los lectores interesados el sommaire completo, del cual partimos para realizar algunas observaciones acerca del contenido y su disposición:

“Introduction” (5-24); A. Steuckart “Les corpus peu lettrés de la Grande Guerre en linguistique française: de la grammaire à la textométrie” (25-48); S. Branca-Rosoff “La correspondance des poilus peu-lettrés. Les leçons d’un parcours” (49-68); F. Martineau “Les écrits des peu-lettrés dans leur contexte social : le journal de Charles Morin” (69-98); Carita Klippi “«Comme le pigeon que l’on découple pour l’exilé» Stratégies d’écriture dans l’épistolaire d’un poilu peu-lettré face à l’événement” (99-140); S. Große “Les «peu-lettrés» et la rédaction des lettres: une technique relativement libre ou hautement standardisée?” (141-170); J. Steffen “Les lettres de Poilus (sic!) et de leurs prédécesseurs: l’ars dictaminis populaire en France dans la diachronie” (171-196); R. Zaiser “La découverte du langage de la vie quotidienne dans les romans comiques du dix-septième siècle” (197-210); K. Kloocke “Quelques observations sur la difficulté de parler de la langue de ceux qui, normalement, n’écrivent pas. Commentaire sur quelques documents trouvés dans les papiers de Benjamin Constant” (211-226); G. Rutten/M. van der Wal “Dutch private letters from the seventeenth and eighteenth centuries. The linguistic experiences of the lower and middle ranks” (227-250); M. Fernández-Alcaide “Entre el arte epistolar y la necesidad comunicativa: las cartas particulares como ejemplo multidimensional” (251-282); B. Arias Álvarez/A. B. Oyosa Romero “Grupos sociales marginales: textos populares en Nueva España” (283-300); M. Schrader-Kniffki “Al dirigir a Ud. desde esta sepultura de vivos, mis letras: Cartas privadas de la cárcel de Oaxaca, México (1907-1910)” (301-324); A. Elizaincín “Un presidente semiculto. La correspondencia particular del Presidente Fructuoso Rivera” (325-336); E. Franzina “Lettere di emigranti soldati e dei loro familiari: tra Italia America, 1914-1918” (337-376); F. Carboni “„Cari parenti“: les lettres des immigrants italiens et leurs descendants dans le Rio Grande do Sul, Brésil” (377-396); C. V. Altenhofen/G. R. Neumann “Memórias da Guerra do Paraguai: oralidade, literariedade e escrituralidade no contexto da imigração alemã no Brasil” (397-446); B. M. Eckert Hoff “Identidade em transformação: uma análise de cartas de imigrantes alemães do sul do Brasil” (447-462); M. Lyons “Ordinary Writings of War and Emigration (1860s-1920s): Vernacular Language and Epistolary Literacy” (463-492); A. Forrest “War, Literacy and Soldiers’ Writings in the Revolutionary and Napoleonic War” (493-514); Ch. Winkler “De la communication en groupe dans les lettres des couches populaires françaises: Une étude de cas du Premier Empire” (515-534); M. Gutiérrez Maté “El español vernáculo dominicano y la escritura de una carta oficial: el caso de los besinos de asua en 1756” (535-594); J. Peemöller “Mobilität und Schriftlichkeit in der Familie Rossi um 1900” (595-640); H. Thun “Nouvelles perspectives pour une vieille discipline. Le Corpus Historique du Substandard Français (1789-1918) et l’histoire de la langue française” (641-720).

Como puede verse, la extensión de los artículos varía considerablemente, desde 11 hasta 79 páginas. En principio, es de saludar la flexibilidad alta que han mostrado los editores a este respecto; sin embargo, se puede dar también la impresión de un peso desigual de ciertos temas o ciertas cuestiones, sin que este resultado sea intencionado necesariamente. Otro aspecto de la redacción que se hubiera prestado a una homogeneización más estricta es el formato al interior de cada contribución.

No obstante, sí tiene un motivo evidente el peso relativamente mayor de los ocho estudios que se dedican a la lengua francesa, dejando atrás en términos cuantitativos los cinco estudios dedicados al español; los dos dedicados al italiano en situaciones de contacto, debidas a la emigración italiana a América; y, finalmente, dos estudios dedicados al portugués, igualmente en situaciones de contacto, debidas a la emigración europea hacia Brasil. Ante este trasfondo, resulta también que la relativa variedad de perspectivas analíticas es la mayor entre los estudios dedicados al francés. Este hecho se explica, si bien no solo, por la participación de dos de los editores en la elaboración en curso de un nuevo e importante corpus para una historia del francés revisada y complementada. Efectivamente, la Lingüística del Corpus constituye el anclaje conceptual del volumen; con ella se relacionan todos los estudios que enfocan el análisis de documentos para la historia de las diversas lenguas particulares.

Así, el estudio inicial de Steuckhart se dedica a la historia y al estado actual del desarrollo de los corpora de la Gran Guerra, poniendo énfasis en el corpus 14, dirigido por la misma autora. Discute cómo surgen nuevos retos metodológicos en cuanto al etiquetado y el diseño de filtros entre la individualidad histórica del dato empírico, por un lado; y las exigencias y promesas de la vertiente estrictamente digital de la Lingüística del Corpus, por otro. El cierre del volumen está constituido por un artículo extenso de Thun, dedicado a la historia, la génesis y las perspectivas del Corpus Historique du Substandard Français (1789-1918), cuyo desarrollo el mismo estudioso ha impulsado a partir de 2006 en un trabajo de pesquisa más que impresionante que ha continuado en colaboración con su equipo después. El artículo, apoyado en una gran cantidad de ejemplos, seguramente servirá para fomentar el trabajo con este corpus, el cual ahora se encuentra en proceso de digitalización y abarca la enorme cantidad de 65 000 documentos. Este constituirá, sin duda, una referencia para la sociolingüística histórica del francés.

Al interior de este marco constituido por la Lingüística del Corpus, podemos diferenciar, en líneas generales, otras tres áreas sistemáticamente fundadas. En primer lugar, la historia de las lenguas particulares (francés, neerlandés, español, italiano, portugués), de la que hemos tratado ya brevemente. Este orden según lenguas históricas particulares, abiertas a la comparación, sigue una pauta tradicionalmente establecida en la Romanística, que es también parte de su fundamento sistemático. Refleja un anclaje del volumen en el estudio filológico de prácticas lingüísticas y escriturales individuales, siendo esta una decisión epistemológicamente bien fundada y prudente a pesar de los innegables avances de la Lingüística del Corpus. Este anclaje filológico se muestra de una forma especialmente patente en el apartado dedicado al español. Los cuatro estudios de Fernández-Alcaide, Arias Álvarez/Oyosa Romero, Schrader-Kniffki y Elizaincín comparten importantes características en este sentido. Se basan en corpus de cartas estrictamente limitados a unos pocos documentos cuidadosamente examinados por lectura propia. Sobre la base de tal procedimiento, se perfila de forma contundente la constelación socio-histórica concreta que ha dado lugar (literalmente) al acontecimiento comunicativo que se plasma en las cartas investigadas. En consecuencia, el grado de generalización que los resultados permiten es menor, pero se gana en la comprensión del acto comunicativo particular en su historicidad. Se entiende mejor por qué es variable la correlación entre estatus social y comportamiento lingüístico. Se deja ver que la conciencia lingüística de los escribientes es más flexible de lo que se ha pensado convencionalmente, como lo demuestra también el estudio de Rutten y van der Waal para la historia del neerlandés en la Temprana Edad Moderna.

La segunda área concierne a la historia de la comunicación epistolar. Los tres estudios que componen este apartado, aunque dirigidos hacia constelaciones históricas siempre particulares, se centran sistemáticamente en el funcionamiento de la comunicación y sus dinámicas como fenómeno social, haciendo abstracción de lo que sería la historia de una lengua particular en sentido estricto. Esta es una actitud epistémica que coincide perfectamente con la condición de historiadores de dos de sus autores (Lyons, Forrest), mientras que el artículo de Winkler, por su parte, refleja bien la formación y los intereses de su autor, que se sitúan entre la historia y la romanística, y compaginan ambas perspectivas.

Finalmente, aprovechando el puente hábilmente construido por el estudio de Winkler, se añade una secuencia de dos estudios dedicados al contacto lingüístico individual que, sin embargo, se enmarcan en constelaciones históricas más amplias (Gutiérrez Maté, Peemöller). Se plantea ahí la cuestión de qué conclusiones de índole más general se pueden formular a partir del análisis meticuloso de la concreción individual. En este sentido, representan una perspectiva complementaria e inversa a los estudios socio-históricos del apartado anterior y dan una muestra instructiva de las implicaciones lingüísticas de la migración en épocas remotas, poniendo énfasis en los aspectos socio-históricos (Peemöller) y estrictamente estructurales (Gutiérrez Maté).

Ahora bien, se puede reconocer, al interior de todos los tres subapartados mencionados, una tendencia a proceder de forma ordenada y gradual desde lo estrictamente empírico y particular a lo abstracto y general, o al revés. Estudios de textos particulares o situaciones limitadas a un momento concreto del pasado preceden cuestiones abstractas que exigen una evaluación global de datos de corpus más amplios; problemas gramaticales tienden a aparecer antes de planteamientos de análisis de discurso; y análisis sincrónicos de constelaciones históricas particulares y textos individuales preceden a perspectivas diacrónicas sobre lapsos de tiempo extensos, etc. Este orden se invierte al pasar de un apartado al siguiente (es decir, del francés al español, del italiano al portugués, del portugués a la historia de la comunicación y, de aquí, a la lingüística de contacto). Resulta de estas idas y vueltas de lo general a lo particular una base propicia para la integración reflexiva de los conocimientos históricos generados a partir de la variedad de métodos y disciplinas que están presentes en el libro.

Ahora bien, no es el propósito aquí reconstruir los logros de cada uno de los estudios. Por tanto, me parece apropiado destacar, a modo de ejemplo, las contribuciones dedicadas a la lengua francesa, ya que son las que más directamente convergen con el trabajo de los editores del libro y sirven, a la vez, para dar a conocer en el mundo hispánico aspectos actuales de la sociolingüística histórica del francés que permiten identificar puntos de encuentro con las preocupaciones hispanísticas.

La secuencia de las contribuciones dedicadas a cuestiones empíricas de la historia del francés se inicia con una reflexión estrictamente teórico-metodológica (Branca-Rosoff), cuyas preocupaciones se ejemplifican por cartas extraídas del corpus 14; este constituye un inventario de 800 cartas de soldados franceses de la Primera Guerra Mundial (frecuentemente denominados “poilus”, peludos) que se caracterizan como “peu-lettrés”, el equivalente nocional del “­semiculto” en español. El estudio siguiente (Martineau) está dedicado a un caso particular extraído del Corpus de français familier ancien, elaborado bajo la dirección de la misma autora. Este es de índole sociolingüístico-histórica. Sus materiales (20 000 cartas de diverso perfil social y regional) se extienden más largamente en el tiempo, a saber, desde el s. XVII hasta comienzos del s. XX. Su análisis demuestra la problemática correlación entre el estatus social de la persona y el perfil concepcional del documento escrito. Ahí se conecta directamente Klippi con un estudio, especialmente rico en ejemplos, que trata el mismo problema desde la perspectiva del análisis del discurso, demostrando que la excepcionalidad del acontecimiento bélico favorece la creatividad del lenguaje y subvierte la correlación convencional entre estatus social y normas discursivas. El aspecto de las normas discursivas en el ámbito epistolar es preocupación específica de la contribución de Große, que trata de un corpus de epistolarios del s. XIX, evaluando su relevancia para la práctica epistolar de los “poilus” de la Gran Guerra; esta relevancia se muestra parcial, limitada a aspectos formales, sin afectar la narración de acontecimientos inauditos de la guerra. Una perspectiva paralela desarrolla Steffen en su estudio de la práctica epistolaria en su diacronía desde la Revolución Francesa hasta la Primera Guerra Mundial; sin embargo, pone énfasis en los documentos mismos, las cartas, y en los aspectos empíricos de la práctica del escribir, sacando provecho de los datos disponibles en el Corpus Historique du ­Substandard Français. Sobre la base de este material, consigue describir un proceso de apropiación paulatina de la tradición textual “carta privada” por los “peu-lettrés” a lo largo de un siglo y medio; signo de esta apropiación es un margen de maniobra creciente para actos de creatividad lingüística, mientras que disminuye el papel de los meta-comentarios discursivos para organizar la progresión temática. El apartado se cierra por dos estudios literarios: Zeiser discute, sobre la base del caso de la novela picaresca del s. XVII, la cuestión esencial para el propósito de una historia del subestándar de una lengua, que consiste en aclarar hasta qué punto una tradición textual artificialmente elaborada refleja, realmente, la lengua hablada por gente humilde. La respuesta que Zeiser nos puede dar, para los inicios de la novela en francés, es negativa, ya que un impacto lingüístico de índole naturalista en la literatura no se da antes del s. XIX. Para terminar, el estudio de Kloocke destaca de forma interesante las posibilidades que emanan de una recepción amplia de nociones y epistemologías de otras disciplinas. Desde la perspectiva de la crítica literaria y a través de la teoría del lenguaje coseriana, el autor se enfoca en documentos de índole jurídica, en particular, en peticiones de personas semicultas, para evidenciar el carácter ambiguo de este tipo de escritura pragmática entre deficiencia normativa y eficacia pragmático-enunciativa. Este es un planteamiento ya establecido en el ámbito hispánico, pero menos en el francófono.

En resumidas cuentas, se observa que este libro, tan rico en contenidos altamente pertinentes para el área de investigación que representa, además dispone de una estructura coherentemente construida. Esta toma en cuenta, por un lado, las convergencias entre los estudios ordenados sucesivamente al interior del volumen; por otro lado, refleja la dialéctica entre lo particular y contingente, y lo general y abstracto, que constituye el marco de toda reflexión histórica. Esta podría servir, sin embargo, más directamente, al provecho del trabajo sistemático de sus lectores si hubiera sido señalada explícitamente, por ejemplo, por medio de subapartados temáticos que se indiquen en el índice de contenidos con sus respectivos títulos. Ahora bien, es también cierto que existe un conflicto de objetivos entre la meta de facilitar un diálogo próspero entre lenguas y disciplinas, con su lógica interna propia cada una de ellas; y, por otra parte, el intento de alcanzar un alto grado de transparencia en la estructura del contenido de un volumen colaborativo. Para una filología comparativa como la románica, que ya es compleja a su interior, la coherencia sistemática representa un reto sin solución definitiva cuando busca el diálogo con disciplinas vecinas, y el acercamiento hermenéutico a las nociones y problemas epistémicos de aquellas. En este sentido, la renuncia a una estructuración explícita del contenido invita a la colaboración activa del lector para aprovechar los esclarecimientos mutuos que se pueden generar a partir de este diálogo de disciplinas. A continuación, se desarrollan unas pocas líneas de una lectura analítica y algunas apreciaciones pertinentes que de esta se derivan.

Para empezar, hay ciertos cuestionamientos fundamentales que son compartidos por todos los estudios reunidos en el volumen. Estos son, ante todo, los siguientes:

1. La carta como objeto de estudio empírico especialmente apropiado cuando se trata de detectar los rastros de la comunicación llevada a cabo por sectores de la sociedad afines al uso de variedades lingüísticas subestándares (remitiendo la noción “subestándar” en contexto románico a los trabajos de Jörn Albrecht). Como destacan los editores con justas razones, el motivo que mueve a personas poco escolarizadas a escribir es la distancia en el espacio, y esta apreciación es válida de forma transhistórica; es decir, en todo momento, la documentación escrita de variedades subestándares se encuentra favorecida por impulsos de movilidad y migración, y la carta es el género comunicativo que, por definición, permite remediar la distancia. Es por esto que la carta dispone de una variedad tan grande de tipos y géneros, y cuenta con una historia milenaria. Es un equivalente funcional de la conversación a distancia.

2. Se cuestiona la visión establecida según la cual el empleo de la escritura por personas de poca formación es, por definición, deficiente y convoca a la descripción de sus deficiencias. Más bien, en el contexto de la visión renovada de la historia de la lengua que arriba hemos esbozado en pocas frases, el conocimiento histórico de la lengua enriquece con este ámbito de la comunicación lingüística que se había encontrado fuera del interés de la ciencia lingüística. La observación de la normatividad explícita se complementa con aquella de una normatividad implícita, condicionada discursivamente e igualmente válida con miras a una comunicación eficaz y apropiada, si bien no necesariamente correcta. Así, la escritura de las “capas bajas” se describe en cuanto a las causas y contextos de su adecuación, independientemente de la posible falta de corrección.

3. El criterio de la adecuación, a su vez, invita a una revisión empíricamente sustentada de las ideas vigentes acerca de los grados de elaboración del discurso y de una lengua (Ausbau, en el sentido de Kloss). Al contrario de lo que se podría presumir, la notoria formalidad de la expresión no indica, justamente, el grado alto de formación y dominio idiomático del escribiente, sino al contrario: el uso formulaico de una lengua es la entrada a un uso más flexible de sus recursos, el primer paso en un proceso de adquisición. Históricamente, a esta observación le corresponde el caso muy frecuente de individuos ajenos al poder que inician procedimientos administrativos para reivindicar sus derechos por escrito. Al revés, personas formadas demuestran regularmente su dominio de la inmediatez comunicativa en su correspondencia privada.

La historia de la lengua, pues, se reinterpreta como un todo que abarca todos estos fenómenos y constelaciones. Su investigación tiene que dar, por tanto, una explicación a las tensiones y contingencias que de ahí se derivan. La introducción a las actas contiene aclaraciones sucintas y accesibles a este respecto; pone más énfasis, sin embargo, en el interés y los méritos de cada uno de los estudios particulares, a cuyo resumen se reserva una parte mayor del espacio. Los estudios recogidos en las actas aquí comentadas dan amplia e inspiradora cuenta de cómo esta visión renovada puede aportar a una verdadera profundización de nuestro entendimiento de las historias de las lenguas, concretamente, así como de la naturaleza de los motivos y recursos de la comunicación en un plano más abstracto.

En términos metodológicos, el conjunto de estos estudios refleja la idea de una interdisciplinariedad reflexiva, dando lugar al diálogo entre diversos enfoques metodológicos y entre diferentes disciplinas científicas, convergentes en su interés por el objeto de estudio, autónoma cada una en su fundamento sistemático. La redacción del libro fomenta, además, la creatividad científica al admitir cuatro lenguas románicas, así como el alemán y el inglés, una concesión tan necesaria para el trabajo de las filologías.

En términos materiales, el volumen da cuenta de la ampliación considerable que ha visto la base empírica de la historia de las lenguas. Esta se debe, por un lado, al empeño de los especialistas en lingüística del corpus que han avanzado notablemente en la ­elaboración de bases de datos materialmente coherentes y propicias para fines de investigación diversos; por otro lado, se debe, también, a los esfuerzos continuos de los investigadores de archivos que dirigen sus búsquedas con una nueva sensibilidad a cuestiones y documentos anteriormente ignorados, vinculando la perspectiva descriptiva de la micro-historia con los objetivos de la lingüística histórica.

El perfil del volumen que comentamos demuestra una clara adherencia a una serie de elementos constitutivos de lo que se podría denominar “romanística tradicional”: su comparativismo, su plurilingüismo, su raíz eminentemente filológica. El libro refleja que estos aspectos tradicionales del quehacer filológico siguen siendo la fuente del desarrollo productivo de nuestra ciencia en tal grado que, incluso, motivan una visión esencialmente nueva de la correlación entre estructura social, escritura y escrituralidad, moviendo notablemente hacia atrás los primeros momentos de contacto entre las capas inferiores de la sociedad y el escribir. Es a partir de estos fundamentos epistémicos que en el futuro se podrá sacar provecho cada vez más amplio de las herramientas poderosas que la construcción de bancos de datos digitales proporciona.

Quedan por reflexionar unas perspectivas pertinentes para el futuro desarrollo y posibles ampliaciones del trabajo y diálogo, cuyo inicio representan estas actas, según la expresa intención de sus editores. Son dos los aspectos que me parecen especialmente prometedores en este sentido: primero, el desarrollo sistemático de la colaboración en términos de una interdisciplinariedad reflexiva. Evidentemente, este tipo de ampliación de perspectivas no puede ni debe llevarse a cabo de forma indiscriminada, ya que la esencia de la interdisciplinariedad reflexiva consiste en la toma en consideración meticulosa y precisa de las nociones, métodos y pretensiones de la otra disciplina; sin embargo, me parece que existen limitaciones en esta área que no se deben a ninguna incompatibilidad epistémica, sino, más bien, a meras contingencias de la historia de la ciencia. Tal apreciación vale, sobre todo, para la Sociología, la Antropología y la Psicología de índole hermenéutica, tres disciplinas que todavía en el s. XIX se encontraban cercanas a la filología y mantenían afinidades productivas que se rompieron después por causas no exclusivamente epistémicas, sino institucionales, políticas y otras. Todas ellas pueden contribuir a explicitar mejor la vida social de épocas pasadas, la que en gran parte no corresponde a categorías válidas hoy en día. La Romanística, por su parte, constituye un campo de encuentro apto, ya que se relaciona con tradiciones científicas diversas, facilitando, por ejemplo, una conexión privilegiada con el psicoanálisis en francés, con el estudio discursivo de contextos coloniales en español, etc.; segundo, el impacto de las herramientas digitales en el estudio tanto filológico como estrictamente lingüístico de documentos históricos, que se plasma, no por último, en varios de los corpus tematizados en este volumen, deberá seguirse e impulsarse de modo continuo y atento, y esto, sobre todo, de parte de una Romanística que se comprende como consciente y orgullosa de sus raíces epistémicas, verdaderamente indispensables también para sus avances más actuales. Es innegable que los resultados de pesquisas realizadas por medio de filtros aplicados a bases de datos masivos generan conocimientos cualitativamente nuevos, incluso referidos a la funcionalidad de estructuras estrictamente gramaticales; es decir, que será absolutamente recomendable aprovechar esta vía de investigación en el futuro, y el interés vital de la Romanística es conformar la necesaria reflexión metodológica con sus experiencias y precauciones. Solo así se mantendrá la conciencia histórica, difícilmente conquistada en la historia del Occidente, en la era digital que recién está empezando.

Como demuestran estas Actas que, definitivamente, merecen ser tomadas en atenta consideración, las condiciones actuales son favorables para este propósito. Su publicación, pues, viene a su debido tiempo y puede servir como un punto de partida útil e inspirador para avanzar (no solo) en las direcciones esbozadas.

Recibido: 03 de Septiembre de 2020; Aprobado: 16 de Septiembre de 2020

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