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Lexis

Print version ISSN 0254-9239

Lexis vol.47 no.1 Lima Jan./jun. 2023  Epub July 12, 2023

http://dx.doi.org/10.18800/lexis.202301.013 

Artículos

Estructura argumental en lenguas huarpes: exploraciones diacrónicas y tipológicas*

Argument Structure in Huarpean Languages: Diachronic and Typological Explorations

1Universidad de Chile - Chile

2Universidad de La Frontera - Chile, ricardo.pineda@ufrontera.cl

Resumen

La presente investigación tiene como objetivo describir la codificación de los argumentos en las lenguas huarpes -millcayac y allentiac-, y para ello se centra en la determinación de su locus de marcación y el tipo de alineamiento. Con respecto al locus, se observan varios sistemas conviviendo en el estadio de la lengua descrito por Luis de Valdivia, pues en ambas lenguas se observa un alineamiento escindido en construcciones flagging, entre nominativo-acusativo y neutro, y secundativo e indirectivo; mientras que en la indexación, uno de tipo nominativo-acusativo y otro de tipo secundativo. Finalmente, respecto al proceso diacrónico, consideramos que las lenguas huarpes habrían presentado un predominio de la marcación a través de flagging y que habrían estado incorporando paulatinamente construcciones de indexación de argumentos en el momento en que Valdivia las registró, posiblemente como resultado de la influencia de las lenguas andinas circundantes, sobre todo del quechua. De hecho, de esta última habría recibido la marca de caso -ta y el morfema de objeto pu-.

Palabras clave: estructura argumental; lenguas huarpes; tipología; diacronía

Abstract

The following research describes argument marking in the Huarpean languages -Millcayac and Allentiac-, focusing on the determination of their marking locus and alignment type. With respect to the locus, several systems are observed coexisting in the synchronic stage described by Luis de Valdivia. In both languages, a split alignment is observed in flagging constructions, between nominative-accusative and neutral, and secundative and indirective alignments. In the indexing constructions, a nominative-accusative alignment and one of secundative type are recognized. Finally, regarding the diachronic process, we propose that the Huarpean languages might have exhibited a predominance of marking through flagging, and that they would have gradually incorporated argument indexing constructions at the time they were documented by Valdivia, possibly as a result of the influence of surrounding Andean languages, especially Quechua. In fact, from this language, they would have received the case marker -ta and the object morpheme pu-.

Keywords: argument structure; Huarpean languages; typology; diachrony

1. INTRODUCCIÓN

La estructura argumental ha sido uno de los dominios gramaticales que más se ha utilizado para describir y comparar las lenguas del mundo (Comrie 1993, Blake 2001, Cysouw 2003, Siewierska 2003, Corbett 2006, Bickel y Nichols 2009, Malchukov, Haspelmath y Comrie 2010, Bickel 2011, Haspelmath 2011, Siewierska 2013 y Comrie 2013). En cuanto a las lenguas de América del Sur, Lafone Quevedo (1896) fue uno de los primeros autores en analizar este dominio, clasificando las lenguas en sufijantes, prefijantes y mixtas. Luego de Lafone Quevedo, ha habido numerosos estudios que han abordado esta temática en el continente como los de Tovar, A. y Tovar, C. (1984), Campbell (2012a y 2012b) y Birchall (2014) sin que ninguno, hasta donde llega nuestro conocimiento, haya incorporado a las lenguas huarpes de forma sistemática en sus descripciones. En el contexto de la investigación de las lenguas que pertenecen al área andina, existen estudios como el de Torero ([2002]2005), Adelaar con Muysken (2004) y Adelaar (2008) que describen las lenguas andinas, incluyendo una de las lenguas huarpes, el allentiac, pero no profundizan en posibles explicaciones diacrónicas que consideren ambas lenguas de la familia o que describan el millcayac.

Por lo tanto, se considera pertinente realizar una descripción apoyada en el marco teórico tipológico anteriormente citado. Así, la presente investigación se propone describir el locus, la estrategia de marcación y el alineamiento de los argumentos en estas lenguas. Junto con lo anterior, se busca proponer un posible camino diacrónico que explique el estadio sincrónico descrito e identificar posibles cambios inducidos por contacto con lenguas vecinas dentro de dicho camino.

Las únicas fuentes que existen de las lenguas huarpes son los textos recopilados por Luis de Valdivia en 1607 ([1607]1894 y [1607]2011). En el presente trabajo se partió de la base del trabajo gramatical realizado por el sacerdote jesuita y se analizaron, además, todos los textos construidos por él con motivo de su labor evangelizadora, como los catecismos y confesionarios en ambas lenguas (para una visión general de las fuentes de allentiac y milcayac y una panorámica histórica de los materiales disponibles véase Cancino 2017). En particular, en el presente trabajo hemos utilizado la versión del trabajo de Valdivia para el allentiac editado por Medina en 1894 y la versión del trabajo de este mismo sacerdote para el milcayac editado por Bárcena en 2011. Para realizar esta tarea, se han transcrito y analizado morfológicamente los textos con ayuda del software FLEX. En la Figura 1 se puede observar cómo se realizó el trabajo en el software; en este caso, es el análisis del texto ‘Persignar’ en allentiac. Un trabajo como el realizado permitió una descripción con terminología lingüística actualizada de las lenguas huarpes.

Figura 1 Persignar en allentiac analizado en FLEX 

El artículo se organiza de la siguiente manera: luego de esta introducción, en 2 presentamos brevemente los pueblos y las lenguas huarpes. Posteriormente, en 3 exponemos el marco teórico que sustenta la presente investigación. En 4, presentamos los principales análisis referentes a la estructura argumental tanto del millcayac como del allentiac y, en 5, presentamos una discusión de estos análisis con especial atención a los posibles procesos diacrónicos internos y las relaciones de contacto involucradas. Finalmente, en 6 presentamos las principales conclusiones de la investigación.

2. LOS PUEBLOS Y LAS LENGUAS HUARPES

En términos generales, el territorio en el cual los huarpes se asentaron ha sido denominado por la arqueología andina como subárea centro-oeste argentina. El límite geográfico de la zona es el río Jáchal Zanjón por el norte, el río Diamante al sur, el río Desaguadero por el este y al oeste la cordillera de los Andes (Bárcena 2001: 561). Por tanto, es posible considerar que esta zona está ubicada en el límite meridional del área andina general. En la geografía de la región destaca el carácter lacustre del territorio y la presencia de la cordillera de los Andes, en la cual existen diversos pasos que posibilitaron el contacto entre los distintos grupos humanos (Bárcena 2001: 563). Para mayor claridad, adjuntamos la Figura 2 que muestra un mapa de la zona anteriormente descrita.

En cuanto a sus lenguas, la familia huarpe está compuesta por dos miembros: allentiac y milcayac. Por una parte, los hablantes allentiac se establecieron en la región palustre en los márgenes de las lagunas extintas de Guanacache y del Rosario, en la región sur de San Juan y noroeste de San Luis. Por otra parte, los milcayacs se establecieron al sur de las lagunas citadas, en los departamentos de Santa Rosa, La Paz, Rivadavia y General Alvear al norte (Rusconi 1962: 79). Actualmente ambas lenguas se encuentran extintas y la única fuente bibliográfica que existe de ellas, hasta donde llega nuestro conocimiento, son la gramática y textos que documentó Luis de Valdivia, publicadas en 1607.

Figura 2 Ubicación de los huarpes (Shobinger 2009: 42). El autor señala que el mapa es de C.T. Michieli, sin especificar la fuente.  

En cuanto a su vida social, Schobinger (2009) sugiere que los huarpes fueron un pueblo sedentario, que manejó la distinción social, la textilería, el grabado, las deformaciones tabulares erectas, el uso de tembetá y las habitaciones semisubterráneas en sus prácticas sociales. En términos históricos, según Schobinger (2009: 17), la adaptación al medio lacustre y pescador del noreste de Mendoza se inició en tiempos precerámicos. Ahora bien, los avances culturales, tales como la agricultura y la cerámica, se fechan aproximadamente entre el 800 y 300 a.C., los que pudieron ser influencias del centro oeste -lo que actualmente es Chile-, del noroeste argentino y también los Andes centrales. Así, es posible considerar que las relaciones entre los pueblos que habitaron las inmediaciones del centro-oeste argentino y los colindantes existieron desde las épocas más temprana hasta la colonización española que estuvo acompañada de la paulatina reducción de la población indígena. Por ejemplo, Canals Frau (1942) señala que es probable que haya habido huarpes que manejaran la lengua mapuche -de hecho Michieli (1990: 9) señala que las relaciones con los pueblos del lado oeste de la Cordillera de los Andes eran amplias y frecuentes, llevándolos a compartir ciertas características-. Junto con lo anterior, se ha planteado que era frecuente que algunas personas huarpes manejaran alguna de las lenguas quechuas que llegaron hasta el sector centro-occidental argentino, como resultado de la ocupación del territorio por parte del imperio inca (para el contacto con los incas, véase también Bárcena 2001: 622 y Shobinger 2009: 30). En este sentido, Rusconi (1962) plantea la idea del “cosmopolitismo indígena” como reflejo de la diversidad de materialidades que se encuentran en los sitios, lo que en palabras de Bárcena podría señalar una complementariedad de hábitats (2001: 581). Así, por ejemplo, el intercambio de moluscos sea desde el Atlántico o el Pacífico con los pueblos de Cuyo, entre ellos los huarpes, no sería un elemento extraño (2001: 478).

3. Rasgos considerados

3.1. Locus de marcación

Siguiendo a Nichols y Bickel (2013), el locus de marcación hace referencia al lugar que ocupan las marcas que manifiestan las relaciones sintácticas, en general, y las argumentales, en particular, dentro de cualquier frase. Esta marcación puede darse o bien en el núcleo, que en el caso de cláusula corresponde al predicado, o bien en los dependientes, en este caso particular los argumentos mismos. En el primer caso, tenemos lenguas de tipo head marking o de marcación en el núcleo -como se puede ver en el ejemplo (1) tomado del mapudungun (aislada: Andes)-, y en el segundo caso tenemos lenguas dependent marking o de marcación en los dependientes -como se puede ver en el ejemplo (2) tomado del uradhi (Pama: Australia)-.

(1) Mapudungun1 (Golluscio 2010: 721)

Nentu-fi-ñ chi weda poñu

sacar-3sg.p-1sg.a dem mal papa

‘Yo saque las papas malas’.

(2) Uradhi (Crowley 1983: 339, citado en Nichols y Bickel 2013)

wutpu-nku uma-ø ute-n

viejo-erg leña.abs recoger-pas

‘El viajo recogió algo de leña’.

De acuerdo con Birchall (2014), cuando se habla de locus de marcación siguiendo esta terminología, se hace para describir a las lenguas como un todo, en general. En cambio, para describir construcciones particulares dentro de las lenguas se suelen utilizar los términos flagging e indexing (indexación) de argumentos, esto a raíz de que una lengua puede tener construcciones en que los argumentos se marquen en el núcleo (indexación) y otros en los mismos argumentos (flagging). Aun así, la lengua en general puede mostrar tendencias a ser predominantemente de un tipo o de otro: en el resto del presente apartado, especificaremos los valores que puede tomar este rasgo, tomando en consideración las posibilidades dentro de la marcación en los dependientes y la indexación.

3.1.1. Codificación en el núcleo

Se identifican dos valores posibles para describir este rasgo: sufijo (3) y prefijo (4). Para ejemplificar el primer valor utilizamos el mapudungun, que ha sido caracterizada como una lengua con tendencia a la indexación (Salas 1992, Zúñiga 2006 y Golluscio 2010). Tal como se observa en (3) A y P son indexados por sufijos, situados después del núcleo leli- ‘mirar’.

(3) Mapudungun

leli-fi-ñ

mirar-3sg.p-1sg.a

‘lo miré’ (Golluscio 2010: 721).

En (4) se observa un ejemplo de cholón (hibito-cholón: Andes), lengua que prefija todos sus argumentos obligatorios (Alexander-Bakkerus 2005: 121), por lo tanto, van antes del núcleo kol ‘amar’, siendo la posición relativa entre dichos prefijos la que determina la función sintáctica correspondiente.

(4) Cholón (Alexander-Bakkerus 2005: 121)

a-m-kol-an

1sg-2sg-amar-ai

‘yo te amo’.

3.1.2. Codificación en el dependiente

Para efectos de la presente investigación, se identificaron dos valores posibles: sufijo nominal y sin marca. Una lengua que utiliza sufijos nominales, entre otros recursos, para codificar los argumentos obligatorios es el quechua ayacuchano (quechua: Andes): tal como se observa en (5), P ‘mesa’ es marcado mediante el sufijo nominal -ta.

(5) Quechua ayacuchano (Zariquiey y Córdova 2008: 95)

Ñuqa mesa-ta-m maqa-ni

yo mesa-acus-val golpear-1sg.a

‘yo golpeo la mesa’.

Respecto al segundo valor, así como hay lenguas que pueden explicitar las relaciones gramaticales mediante sufijos nominales, hay otras que no los explicitan mediante ninguna marca. Una lengua que presenta esta codificación es el kawésqar (chon: Patagonia), pues ningún argumento presenta alguna marca morfológica. Tal como se observa en (6) P ajajema ‘diablo’ no es marcado mediante ningún afijo nominal.

(6) Kawésqar (Clairis 1985: 372)

coco jeqsor qjeloq ajajema

1sg.a encontrar neg diablo

‘yo no he encontrado al diablo’.

3.2. Alineamiento

Cada lengua tiene una forma particular de codificar los argumentos obligatorios. El alineamiento se relaciona con la comparación de las propiedades de los argumentos entre diferentes construcciones de una misma lengua (Malchukov y otros 2010: 3). En la Tabla 1, basada en Haspelmath (2008 y 2011) se describen estos argumentos y cómo se entenderán en esta investigación2.

Tabla 1 Definición de conceptos (basada en Haspelmath 2008 y 2011

Para realizar el análisis, en primer término, se comparan las construcciones intransitivas con las monotransitivas (S, A y P), distinguiéndose tres tipos de alineamiento, los cuales pueden identificarse tanto para las construcciones con flagging como las indexadas:

a. nominativo-acusativo (S = A ≠ P): se dan en lenguas que codifican los argumentos S y A con el mismo conjunto de marcadores y P con un marcador distinto. En los ejemplos de (7) se trata de una construcción intransitiva, y (8) de una monotransitiva de la lengua muniche (aislada: Amazonia, Birchall, 2014:230). En ellos, se puede ver que la lengua presenta a sus argumentos indexados mediante sufijos: en (7) se puede observar que S se marca mediante el sufijo -nɯ, mismo sufijo se utiliza para marcar A, mientras que en P se utiliza un marcador distinto, el sufijo -pɯ.

(7) Muniche (Gibson 1996: 61-62, citado en Birchall 2014: 230)

miɲaʔʂa tsuʔ-maʔa matə-me-ɲɯ

poco bueno-v mejorar-prf-1sg.s

‘Yo mejoré un poco’.

(8) pjeɲca-ɲɯ -pɯ

amar-1sg.a-2sg.p

‘yo te amo’.

b. ergativo-absolutivo (S=P≠A): tiene lugar en lenguas que codifican S y P mediante la misma marca, siendo A el argumento que se expresa de manera distinta. Un ejemplo de lengua ergativa-absolutiva es el hunzib (caucásica oriental: Rusia, Comrie 2013). En los ejemplos siguientes, que contrastan por el flagging, se puede observar que S no lleva ningún tipo de marca (9), al igual que P en (10), el único argumento que lleva marca es A, que se codifica mediante el sufijo de caso -l.

(9) Hunzib (van der Berg 1995: 122, citado en Comrie 2013)

kid-ø y-ut’-ur

niña-ø cl-dormir-pas

‘La niña durmió’.

(10) oždi-l kid-ø hehe-r

niño-erg niña-ø golpear-pas

‘El niño golpeo a la niña’.

c. neutro (S=A=P): en este tipo de alineamiento los argumentos S, A y P son codificados de la misma forma. Una lengua con este tipo de alineamiento es el mandarín (sino-tibetana: China) cuyos argumentos no llevan ningún tipo de marca en los dependientes ni se indexan en el predicado (Li y Thompson 1981: 20, citado en Comrie 2013).

(11) Chino mandarín (Li y Thompson 1981: 20, citado en Comrie 2013)

Rén lái le

Persona venir ra

‘La persona vino’.

(12) Zhāngsān mà lǐsì le ma

Zhangsan regañar Lisi ra int

‘¿Zhangsan regañó a Lisi?’.

d. tripartito (S≠A≠P): en este tipo de alineamiento, S, A y P se codifican de manera distinta. Así, por ejemplo, en Hindi S no tiene marcación explicita (13), A se marca con la posposición ergativa ne y P se codifica con la posposición acusativa ko (14).

(13) Hindi (McGregor 1977, citado en Comrie 2013)

laRkaa kal aay-aa

niño ayer venir.aor-sg.m

‘El niño vino ayer’.

(14) laRke ne laRkii ko dekh-aa

niño.obl erg niña acus ver-sg.m

‘El niño vio a la niña’.

Para la siguiente parte del análisis, se deben comparar las construcciones monotransitivas con las ditransitivas (P, R y T). Se distinguen los siguientes tipos de alineamientos:

a. Indirectivo o de objeto indirecto (P=T ≠ R): en este tipo de alineamiento, el argumento R se codifica de forma diferente que P y T. Un ejemplo de lengua con este tipo de alineamiento en las construcciones con flagging es el alemán (germánica: Europa). En (14), P es codificado por una frase nominal que cuenta con el artículo definido en caso acusativo, esta misma situación se observa en (15), pero esta vez codificando T. En contraste, el artículo definido presente en la frase nominal que expresa R está marcado con caso dativo (Malchukov y otros 2010: 4).

(15) Alemán (Malchukov y otros 2010: 4)

ich aβ den apfel

Yo.nom comer la.acus manzana

‘Yo comí la manzana’.

(16) ich gab dem kind den apfel

Yo.nom dar.pas la.dat niño la.acus manzana

‘Yo le di la manzana al niño’.

b. Secundativo o de objeto secundario (P = R ≠ T): tiene lugar cuando T es codificado de forma diferente en comparación con P y R, que se marcan mediante los mismos recursos. Una lengua que presenta este tipo de alineamiento es el vilela (lule-vilela: Gran Chaco), que marca P (16) y R (17) de primera persona mediante el prefijo nah-, mientras que T no lleva ningún tipo de marca morfológica.

(17) Vilela

nah-ahpal-mi-h

1sg.p-apretar-2sg.a-pred

‘me apretaste’. (Lozano 1970: 84)

(18) maoqol inaq-ki nah-ne-bis-e

zorro hijo-1sg.pos 1sg.r-venir-pedir-3sg.a

‘el zorro me pidió a mi hijo’. (Lozano 1970: 61)

c. Neutro o de doble objeto (P=R=T): En este tipo de alineamiento, P, R y T son codificados mediante la misma estrategia. El dagaare (Malchukov y otros 2010: 4) es una lengua con este tipo de alineamiento. En (19) se observa que P no recibe ningún tipo de marca, al igual que R y T en (20).

(19) Dagaare (Oti-Volta: Congo. Bodomo 1997: 41-42, citado en Malchukov y otros 2010: 4)

O na ngmɛ ma la

él fut golpear me fact

‘él me golpeará’.

(20) O ko ma la a gane

él dar.prf me fact def libro

‘él me dio el libro’.

Junto con los alineamientos presentados, también existen los de tipo escindido, que involucra la presencia de varios tipos de alineamientos. Según Siewierska (2013), este tipo de alineamiento usualmente implica la combinación de dos alineamientos, generalmente incluyendo los de tipo neutro.

4. ANÁLISIS DE LAS LENGUAS HUARPES

Para organizar la presente sección, analizaremos las estrategias expresadas por recursos flagging, en primer lugar y, posteriormente, las expresadas mediante indexación en el verbo. En cada uno de los apartados analizaremos la estrategia específica de codificación y el alineamiento correspondiente.

4.1. Construcciones expresadas por recursos flagging

Tanto en allentiac como en milcayac, el argumento S y el argumento A no reciben marca de caso mediante sufijos nominales, tal como se observa en los ejemplos (21) y (22).

(21) Allentiac

a. ka xapiaey-a-npen

2sg enfermar-vt-2sg.ind.s

‘Estando tu enfermo’ (lit. ‘tú enfermaste’) (Valdivia [1607]1894. Confesionario: 16r)3

b. Eps ñuchum ku-ye killet-k-a-mna

3pl hombre 1sg-acus querer-tv-vt-3pl.a

‘Aquellos hombres me quieren’. (Valdivia [1607]1894. Arte: 10r)

(22) Millcayac

a. kaye xap-ti-te?

alma morir-hab-3sg.int.s

‘¿El alma muere?’. (Valdivia [1607]2011. Catecismo: 17v)

b. ku mutuani-rei-ka-ye-na Maria

1sg reverenciar-hab-2sg.p-tv-ind.1sg Maria

‘Dios te salve María’. (lit. ‘yo te reverencio María’) (Valdivia [1607]2011 . Ave María: 9v)

En contraste, en ambas lenguas, P puede ser marcado mediante el sufijo nominal -ye (ejemplos 23 y 24), -ta (ejemplos 25 y 26) o no ser codificado mediante ningún tipo de marca morfológica, como en (27) y (28). Así, las lenguas huarpes presentan un alineamiento escindido en este punto: en los casos en que P lleva marca morfológica, se presenta un alineamiento de tipo acusativo, donde S igual a A y distinto de P; en contraste, en los casos en que P no lleva marca morfológica, se verifica un alineamiento neutro en donde ni S, ni A ni P llevan algún tipo de marca. Ahora bien, resulta interesante destacar que no se observó un patrón de comportamiento semántico o pragmático que permitiera explicar en qué contextos P lleva marcación de caso y en qué contextos va sin marca, por lo que no estamos en condiciones de elaborar alguna explicación a la división señalada.

(23) Allentiac

domingo tekta-ye fiesta-ye huñumlta-a-etma

domingo día-acus fiesta-acus respetar-vt-obl

‘Respeta el domingo día de fiesta’ (lit. ‘respeta el día domingo, la fiesta’) (Valdivia [1607]1894. Mandamientos: 4r)

(24) Milcayac

hehema-ye-na dios prri-ye chu wakwak-ta ayawex-tiwe

consentir-tv-1sg.a dios padre-acus todo cosas-acus vencer-prtc.act

‘Creo en Dios todo poderoso’. (Valdivia [1607]2011. Credo: 10r)

(25) Allentiac

Lela xang-ta ma-a-n

deshonesta palabras-acus decir-vt-2sg.int.a

‘¿Tú dices palabras deshonestas?’. (Valdivia [1607]1894. Confesionario: 18v)

(26) Milcayac

ku padre-ta konfessa-pai-na,

1 padre-acus confesar-fut-1sg.ind.a

‘Yo confesaré al padre’. (Valdivia [1607]2011. Acto de contrición: 20v)

(27) Allentiac

epti Dios el-w-a-na chis-taktao tehe ache,

porque Dios hacer-tv-vt-3sg.ind.a cielo-de.día tierra conj

‘(Porque) son hechuras de Dios que hizo el cielo y la tierra’. (lit. ‘porque Dios hizo el cielo y la tierra’) (Valdivia [1607]1894. Credo: 10r)

(28) Milcayac

temte nem-teyta-ye viernes xumuk-ta

carne comer-hab-2sg.int.a viernes día-abl

¿Has comido carne los viernes?’. (Valdivia [1607]2011. Confesionario: 26v)

Con respecto a R, ambas lenguas muestran una ligera diferencia en su marcación. Mientras en allentiac se utilizan las mismas marcas de caso que se utilizan para marcar P, -ta (29) y -ye (30), en milcayac se prefiere largamente el uso de -ye (31), aunque si se presenta el sufijo -ta (31). Además, resulta interesante destacar que en el análisis de las lenguas no se encontraron construcciones con R sin marca morfológica. Finalmente, en cuanto a T no lleva ningún tipo de marca, en ninguna de las dos lenguas, como se puede observar en los ejemplos (33) y (34).

(29) Allentiac

kunuk telang wakwak echang hunukhuar-ta pech-a-n

Chicha maíz cosas esto Hunukhuar-dat ofrecer-vt-2sg.int

‘¿Has ofrecidole chicha, maíz u otras cosas a Hunukhuar?’. (Valdivia [1607]1894. Confesionario: 16r)

(30) ka-ye patati poyup elt-a-na echag-ta na

2sg-dat alguno pecado hacer-vt-3sg.ind.a esto-acus neg

ltertekt-a-wa

pensar-vt-imp.2sg

‘Perdonar al que erró contra ti’. (lit. ‘él te hizo algún pecado, eso no lo pienses’) (Valdivia [1607]1894. Obras de misericordia: 6r)

(31) Millcayac

epi-ye pa-ye-tati xap-ten ka-ch

dem-dat quien-dat-de.entre morir-3sg.imp tú-gen

kaye-ta ma-ye-ye

corazón-abl decir-ipfv-int.2sg.a

‘Hasle deseado la muerte a esa persona, o a otra’. (lit. ‘en tú corazón has dicho: “que muera” a ese o a alguien’) (Valdivia [1607]2011. Confesionario: 28v)

(32) padre-ta konfesae-pa-wa-tke chu poyup

padre-dat confesar-fut-pl-3sg.ind todo pecado

‘Confesarán todos los pecados al padre’ (Valdivia [1607]2011. Acto de contrición: 19v)

(33) Allentiac

Chu tekta cham ku-cha-ch kupi ke-x-che-te

todo día pos 1-pl-gen pan 1.r-pl.obj-dar-2sg.imp.a

yang tekta-ta

este día-acus

‘El pan nuestro de cada día dánoslo hoy’. (Valdivia [1607]1894. Padre nuestro: 2v)

(34) Millcayac

ke-x-che-xke epi xumuk-ta ku-chu-che chelachela kupi

1.r-pl-dar-2sg.imp.a ese día-abl 1-pl-gen contidiano pan

‘El pan nuestro de cada día dánoslo hoy’. (Valdivia [1607]2011. Padre nuestro: 9v)

Por tanto, ambas lenguas presentan nuevamente un alineamiento escindido. Por un lado, en los casos en que P recibe marca morfológica, se verifica un alineamiento secundativo donde P se codifica como R y de forma distinta a T. Por otro lado, en los casos donde P no recibe marca morfológica, entonces se trata de un alineamiento indirectivo, donde P se codifica como T y en forma distinta de R.

En síntesis, con respecto a las construcciones marcadas en los dependientes, ambas lenguas huarpes presentan dos tipos de alineamiento conviviendo en el estado sincrónico descrito por Valdivia. Se observa uno del tipo acusativo en que S y A no son marcados mediante sufijos nominales, mientras que P es marcado mediante los sufijos -ta o -ye. Junto con este, también se observa uno neutro, pues P, en ocasiones, puede aparecer sin ninguna marca morfológica. Respecto a las construcciones ditransitivas también se observan dos alineamientos, uno indirectivo, en el que P y T, sin marca morfológica, se diferencian de R que recibe marca de caso. Cuando P es codificado mediante marcas de caso, se utilizan las mismas que se utilizan para codificar R, por lo que se presenta un alineamiento secundativo.

4.2. Construcciones expresadas a través de indexación

En allentiac S (35) y A (36) se marcan mediante un conjunto de sufijos verbales que codifican modo, persona y número gramatical. El paradigma de marcación de esta lengua se puede observar en la Tabla 2.

(35) Allentiac

señor Dios ka-imen he-na

señor Dios 2sg-com estar-3sg.ind.s

‘El señor es contigo’. (Valdivia [1607]1894. Ave María: 2v)

(36) Pe-teru-alt-a-na

3.p-enterrar-ipfv-vt-3sg.ind.a

‘[Fue crucificado, muerto] sepultado’. (lit. ‘lo enterró’) (Valdivia [1607]1894. Padre nuestro: 3r)

Tabla 2 Paradigma de marcación de S/A en allentiac 

Al igual que en allentiac, en milcayac S (37) y A (38) se marcan mediante sufijos verbales, que cambian según modo, persona y número gramatical. En la Tabla 3 se observa el paradigma para marcar estos argumentos en esta lengua.

(37) Millcayac

Kruz-ta xap-e-nap ku-ch poyup tamari

cruz-abl morir-ipfv-3.ind.sg 1sg-gen pecados por

‘Murió en la cruz por quitárnoslos’. (lit. ‘murió en la cruz por mis pecados’) (Valdivia [1607]2011. Catecismo: 18r)

(38) Millcayac

pu-tekre-we-wa-nap

3.p-enterrar-tv-pl-3.ind.a

‘[Fue crucificado, muerto y] sepultado’. (lit. ‘lo enterraron’.) (Valdivia [1607]2011. Credo: 10r)

Tabla 3 Paradigma de marcación de S/A en millcayac 

Para codificar P, en estas lenguas existen formas antepuestas al verbo: ahora bien, consideramos que no contamos con datos suficientes para clasificarlos como prefijos, clíticos o formas libres en proceso de gramaticalización. Una posible pista sobre la naturaleza de estas formas es que se encuentran diferenciadas de los pronombres personales, pero probablemente vinculados con ellos, para la primera y la tercera persona que, además, reciben, en el caso de ser necesario, su propia marcación de número. En contraste con estas formas, la forma antepuesta de segunda persona se mantiene igual que el pronombre personal, como se observa en la Tabla 4. En la sección 5, de discusión, profundizaremos en el posible proceso diacrónico involucrado, para el cual resulta interesante constatar que ambas lenguas cuentan con una forma alternativa pu- para tercera persona, posiblemente vinculada con las lenguas quechua, como se puede ver en (38) para el millcayac y (39) para el allentiac.

(39) Allentiac

ku pu-killet-k-a-nen

1sg 3.p-querer-tv-vt-ind.1sg

‘Yo le quiero’. (Valdivia [1607]1894. Gramática: 10r)

Tabla 4 Paradigma de marcación de P/R en lenguas huarpes 

La codificación de R en el predicado se rige por los mismos patrones que P, en ambas lenguas, como se puede observar en los siguientes ejemplos.

(40) Allentiac

ka ku-tamari ka-ch llawe ke-x-tenwa-npen

2sg 1sg-causa 2-gen hijo 1.r-pl-enviar-2sg.ind.a

‘Que enviaste a tu hijo para que se hiciese hombre por mí’. (lit. ‘tú nos enviaste a tu hijo por mí’) (Valdivia [1607]1894. Confesionario: 20v)

(41) Milcayac

padre xama ke-che-pa-teke ku-ch poyup tamari

Padre mandamiento 1sg.r-dar-fut-3sg.a 1sg-gen pecado a.causa.de

‘Y con propósito de cumplir la penitencia que yo te diere…’. (lit ‘el padre me dará mandamiento por mi pecado’) (Valdivia [1607]2011. Exortación: 23v).

En este marco, resulta interesante constatar que tanto en allentiac como en millcayac existen sufijos para indexar P y R, aunque con menor frecuencia en comparación con los prefijos, tal como se puede apreciar en los siguientes ejemplos

(42) Allentiac

ku ka-ye killet-e-k-ka-nen

1sg 2sg-acus querer-vt-tv-2sg.p-1sg.a

‘Yo te quiero’. (Valdivia [1607]1894. Arte: 9r)

(43) he poyup maan ma-ki-a-npen

este pecado ahora decir-1sg.r-vt-2sg.ind.a

‘Estos pecados [que] ahora me has dicho’. (Valdivia [1607]1894. Confesionario: 20v)

(44) Millcayac

Epi tamari rinte kaye oxo-e-ke-tke

Eso por.causa mucho corazón doler-caus-1sg.R-3sg.ind.A

‘de lo cual me duele mucho el corazón’. (Valdivia [1607]2011. Acto de contrición: 20r)

(45)Eguy xumuk-ta yutuk-tita-ye payetati yutuk-ta

ese día-abl trabajar-hab-2sg.int.a alguien. trabajar-acus

ana, ma-pe-ye-ye?

o decir-3sg.r-ipfv-2sg.int.a

‘¿Has trabajado o hecho que otros trabajen en tales días [de fiestas]?’. (Valdivia [1607]2011. Confesionario: 26v)

Finalmente, en cuanto a T, en el análisis de las lenguas no se observan construcciones en que esté indexado al núcleo verbal, de manera similar a lo que ocurre en la marcación en los dependientes.

En síntesis, con respecto a las construcciones indexadas, las lenguas huarpes tienen un alineamiento acusativo donde S y A se codifican de la misma forma, diferenciados de P, y un alineamiento secundativo en el que P utiliza las mismas marcas para codificar R.

4.3. Doble marcación en las lenguas huarpes

Junto con las estrategias de codificación de argumentos presentada, en las lenguas huarpes se observa también la presencia de doble marcación de los argumentos P y R, así, en algunas construcciones, el argumento es codificado mediante prefijo verbal y marca de caso simultáneamente, tal como se observa en los ejemplos (46) y (47).

(46) Allentiac

pu-lemte-k-epma-knen yang padre papa-ye

3sg.p-temer-tv-fut-1pl.ind.a este padre papa-acus

‘[El santo padre papa] a quien todos respetamos…’. (lit. ‘respetaremos a este padre papa’) (Valdivia [1607]1894. Catecismo: 13r)

(47) Millcayac

Dios-ye pe-kellene-m-tema

Dios-acus 3sg.p-querer-tv-obl

‘Amarás a Dios’. (Valdivia [1607]2011. Mandamientos: 11r)

5. Discusión

Como se explicó en los apartados anteriores, las lenguas huarpes tienen distintas estrategias para codificar los argumentos P, R y T. Para identificar si existe alguna diferencia entre estas estrategias, se cuantificaron todas las realizaciones de las distintas estrategias en ambas lenguas según argumento. En la Tabla 5, se observan los resultados de P.

Tabla 5 Cuantificación de las codificaciones de P en lenguas huarpes 

5.1. Las formas antepuestas y los sufijos verbales

Como se observa en la Tabla 5, en allentiac la estrategia con más realizaciones es la forma antepuesta. Adelaar con Muysken (2004: 548) sugieren que el sistema de formas antepuestas para codificar argumentos tendría relación con los pronombres y las marcas de caso. Específicamente para la primera persona -ke, señalan que esta sería una forma apocopada de ku-ye ‘1SG-ACUS’. Por su parte, la forma antepuesta de segunda persona es la misma que el pronombre ka ‘2SG’. Luego, la forma de tercera persona pe- parece tener que ver también con la forma apocopada de ep-ye ‘3SG-ACUS’, vinculados a partir de un proceso de metátesis. Finalmente, en cuanto a pu-, esta la única forma no vinculada directamente con el pronombre personal correspondiente4; sugerentemente, presenta similitudes con el sufijo proyectivo -pu de las lenguas quechuas, el cual puede tener significados direccionales del tipo ‘en otro lugar’, pero también vinculados con la estructura argumental (‘a otro’). Junto con la similitud en forma y significado, el hecho de que sea la única forma no explicable directamente a través de los pronombres personales y que, además, cuente con una forma alternativa pe- sí vinculada con ellos, favorece la interpretación de esta forma como un posible préstamo del quechua5. Finalmente, resulta interesante destacar que, de acuerdo con Torero ([2002]2005: 507), el afijo de plural de objeto -x sería también una forma apocopada de -cha, el sufijo de plural de los pronombres.

Respecto al uso de formas antepuestas en milcayac, no se han realizado estudios diacrónicos respecto al paradigma de codificación de argumentos, pero se presume que el proceso sería parecido al del allentiac, puesto que estas formas también tienen relación estrecha con los pronombres personales, tal como se observa en la Tabla 3. Por su parte, sobre el uso de sufijos verbales para codificar argumentos, el número de ocurrencias no es elevado, tal como se observa en la Tabla 4, pero podrían indicar que las lenguas estaban comenzando a utilizar esta estrategia para marcar P, aspecto que no sería de extrañar, pues, por un lado, sufijan también A y S y, por otro, este es el mecanismo mayoritario de las lenguas andinas con las que estuvo en contacto -quechua y mapudungun-- para codificar argumentos.

En cuanto al proceso diacrónico, si tomamos como base la forma antepuesta de primera y tercera persona, es posible observar que esta se basa en una forma compuesta por el pronombre personal y la marca de caso, lo que sugiere que esta última forma sería la más antigua. Esto se ve reforzado porque la marca de número para las formas antepuestas es también una forma apocopada de la marca de número de los pronombres personales que, además, se sitúa luego de este complejo ya gramaticalizado. En otras palabras, es posible plantear que las lenguas huarpes fueron originalmente lenguas de marcación en los dependientes que, posiblemente a través del contacto con lenguas vecinas, fueron evolucionando hacia lenguas de doble marcación, como el quechua y el aymara, a través de la incorporación de construcción de marcación en el núcleo.

5.2. Los sufijos nominales de caso

El uso de sufijos nominales de caso es diferente según la lengua que se describa. En allentiac, el uso de marcas de caso no es tan recurrente como el uso de las formas antepuestas: si se suman ambas marcas de caso más las que se encuentran presenten en construcciones doblemente marcadas, entrega un total de 32 realizaciones, número que sigue siendo menor respecto a las formas antepuestas. En el caso del milcayac, el uso de sufijos nominales supera al uso de prefijos verbales para codificar argumentos, estableciéndose como la estrategia más utilizada en la lengua. Esto parece confirmar los planteamientos de que, por un lado, la forma original de marcar la estructura argumental de estas lenguas era a través de sufijos nominales de caso y, por otro lado, de que el allentiac estuvo más expuesto al contacto con quechua que el milcayac, resultando más innovador en este punto. De forma más específica, es importante destacar que la forma -ta, presente en ambas lenguas, coincide en forma y, al menos parcialmente, en significado con la marca de caso acusativo -ta de las lenguas quechuas (Cerrón-Palomino [1987]2003: 132-33). Resulta interesante el uso mayoritario del sufijo nominal -ye en comparación con los usos de -ta, de lo que se deduce que a pesar de la convivencia de ambas marcas en el estado sincrónico recogido por Valdivia, este último sufijo nunca logró remplazar por completo la marca original de caso -ye. De forma similar a lo que se argumentó para la forma antepuesta pu, junto con esta similitud, el hecho de que exista una forma sinónima conviviendo con el posible préstamo favorece la interpretación del origen quechua de este marcador. Además, si se compara la frecuencia de uso de cada marcador en ambas lenguas, tenemos que, por un lado, el marcador ta- es más frecuente que -ye en allentiac (12 ocurrencias versus 9) y, a su vez, es más frecuente en esta lengua que en milcayac (12 ocurrencias versus 6); por otro, el marcador -ye es mucho más frecuente que el marcador ta- en milcayac (57 ocurrencias versus 6). Lo anterior respaldaría la idea de que el allentiac estuvo más expuesto al contacto con el quechua, al menos en el dominio de la estructura argumental, donde se observa una incorporación mucho más pervasiva de la marca de caso acusativo -ta.

Sobre la no marcación de argumentos, como hemos señalado anteriormente, no se observó un patrón de comportamiento semántico o pragmático que permitiera explicar en qué contextos P lleva marcación de caso y en qué contextos va sin marca. Este punto es una de las proyecciones de la presente investigación, aunque no es posible determinar con certeza si se podrá realizar, debido a la cantidad y naturaleza de los datos disponibles.

6. CONCLUSIONES

En el presente trabajo se concluye que las lenguas huarpes son lenguas que, en cuanto a la indexación, presentan un alineamiento nominativo-acusativo, utilizando sufijos verbales para codificar S/A y formas antepuestas o sufijos para P; y un alineamiento secundativo, al utilizar el mismo juego de formas antepuestas o sufijadas de P para R y ningún tipo de indexación para T. En las construcciones indexadas no se encontraron escisiones en el alineamiento, aspecto que efectivamente se observó al analizar los valores que asume este rasgo en construcciones flagging, en la que se encontró un alineamiento nominativo-acusativo; es decir, que S y A no llevan ningún tipo de marca y P puede ser codificado mediante los sufijos nominales de caso -ta o -ye Sin embargo, también pueden ocurrir sin marca morfológica, por lo que también se observa un alineamiento neutro. Por su parte, al comparar P, T y R, se observa un alineamiento secundativo en casos en que P y R son marcados mediante los sufijos nominales -ta o -ye, pero uno de tipo indirectivo cuando P no lleva marca morfológica, por lo que su codificación es igual a T y se diferencia de R. En todos los casos encontrados se observa marcado mediante sufijo nominal. Un aspecto de proyección de la presente investigación es profundizar en las razones semánticas y/o pragmáticas que pueden subyacer y explicar estas escisiones, aunque no sabemos si esto será posible debido a la cantidad y naturaleza de los datos disponibles para la descripción de estas lenguas.

En cuanto al proceso diacrónico, se propone que las lenguas huarpes inicialmente habrían sido lenguas de marcación en los dependientes y habrían estado avanzando hacia lenguas de marcación en el núcleo a través de formas antepuestas al verbo e, incipientemente, incluso sufijos verbales. En este proceso pueden haber influido lenguas con las que las huarpes estuvieron en contacto, sobre todo el quechua, que es una lengua con doble marcación, con construcción de indexación en el verbo y con flagging. Esta influencia se puede ver no solo en el tipo de alineamiento, sino también en la presencia de la forma pu, un posible préstamo de forma y contenido desde el sufijo proyectivo quechua -pu, utilizado como forma antepuesta en estas lenguas para marcar P y R de tercera persona, y que convive con la forma antepuesta pe-, derivada del pronombre personal de tercera persona en ambas lenguas. Junto con estos cambios posiblemente producidos por contacto, también se encuentra el sufijo de caso acusativo -ta, igual en forma y significado al -ta presente en las lenguas quechuas: este sufijo, además, se usa más frecuente y extensivamente en el allentiac que en el milcayac, lo que favorece la hipótesis de que esta lengua habría estado más expuesta al contacto con el quechua, dado su ubicación más cercana a los Andes centrales.

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*Este trabajo fue realizado gracias a la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo de Chile (ANID) a través del Fondo Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico (Fondecyt) en su proyecto de Iniciación 11180078 que apoyó financieramente la investigación y la preparación del artículo.

1Basándonos en las “Leipzig Glossing Rules”, consultado en <https://www.eva.mpg.de/lingua/pdf/Glossing-Rules.pdf>, se han utilizado las siguientes abreviaturas en las glosas: 1=primera persona, 2=segunda persona, 3=tercera persona, A = agente, ABL= ablativo, ACUS=acusativo, ACT = activo, AI= aspecto incompletivo, AOR = aoristo, CAUS = causativo, CL= clítico, COM = comitativo, CONJ = conjunción, DAT = dativo, DEF = definido, DEM = demostrativo, ERG = ergativo, FACT= factual FUT=futuro, GEN = genitivo, HAB = habitualidad, IPFV = imperfectivo, IMP = imperativo, IND = indicativo, INT = interrogativo, NEG = negación, NOM= nominativo, OBL = obligativo, P = paciente, PAS = pasado, PL=plural, POS = posesivo, PRED= predicado, PRF = perfectivo, PRTC= participio, R = receptor, RA = relevancia actual, S = sujeto, SG=singular, TV=tema verbal, V= verbo, VAL = validador, VT=vocal temática.

2La discusión sobre los alineamientos tiene una larga tradición en lingüística. Así, por ejemplo, la noción de ergatividad ha sido discutida en trabajos señeros dentro de la disciplina como Comrie (1978) y Dixon (1994). En este marco, Haspelmath, tanto en (2008) como en (2011) realiza una revisión histórica y crítica de diferentes maneras en que se han utilizado estos conceptos, integrando la relación que se puede establecer entre S, A y P con las posibles relaciones que se pueden establecer entre P, T y R, razón por la cual lo hemos tomado como base para la elaboración de la presente tabla. Agradecemos los comentarios del dictaminador 1 sobre este punto.

3Para facilitar la referencia a la obra de Valdivia, junto con la referencia a la obra donde se ubica, añadiremos la referencia a la sección específica. Téngase presente que, por una parte, los textos religiosos cuentan con una única numeración y, a su vez, el arte cuenta con una numeración independiente, al igual que el vocabulario. A su vez, la numeración se acompaña de r, en el caso de ubicarse en posición ‘recto’ y de v en el caso de ubicarse en posición ‘verso’.

4En una primera instancia, es posible considerar un parecido que permita relacionar en forma interna a pe- y pu-. Ahora bien, no consideramos que haya una relación explicable exclusivamente en forma interna entre pe- y pu-, pues estas formas no coinciden más que en la consonante inicial. Si observamos el proceso que va de ku- a ke- este es explicable no por un cambio meramente fonológico, sino por la gramaticalización de la forma ku-ye, proceso que también acompaña la formación de pe- a partir de ep-ye: este tipo de proceso no puede explicar el paso de -e a -u en pu-. Vale la pena destacar que tampoco existe un cambio fonológico de /e/ a /u/ en ninguna dimensión de la lengua, hasta donde llega nuestro conocimiento. Por esta razón, consideramos al menos sugerente la posibilidad del contacto con el quechua. Ahora bien, la existencia de una forma antepuesta para marcar objeto, relativamente similar en la forma, puede haber motivado que, en una primera instancia se diera una situación particular como lo es el paso de un sufijo del quechua hacia una forma antepuesta en las lenguas huarpes. A este respecto, resulta interesante destacar que, de todas maneras, los marcadores de objeto ya habían empezado un proceso de sufijación cuando fueron documentados por Valdivia, como se desarrolla más adelante. Agradecemos a los dictaminadores 1 y 2 por sus comentarios al respecto.

5Torero ([2002]2005:520) establece una vinculación entre la forma antepuesta pu- de las huarpes, a la que llama prefijo, y el sufijo proyectivo -pu del protoquechua. Más ampliamente, establece una vinculación entre lo que sería la marcación de tercera persona del protoquechua pay y el sufijo proyectivo -pu, por un lado y, a partir de ahí establece una coparticipación andina general en este tipo de relaciones, indicando explícitamente una relación con el pronombre de tercera persona de las huarpes ep y el prefijo de tercera persona objeto pu-. Este cambio se habría dado en una época muy temprana y habrían participado las protolenguas de las lenguas en cuestión. Si bien compartimos con Torero la relación entre el prefijo pu- de las huarpes y el proyectivo -pu de las lenguas quechuas, consideramos que no existen elementos para plantear una relación de contacto tan temprana entre las lenguas, lo que a su vez vuelve difícil plantear un contacto en un plano como el de los pronombres personales. Sin embargo, creemos posible que, dado el contacto huarpe con el imperio inca, se haya dado un cambio en curso hacia la generación de una forma pu-, en un plano específico como la marcación de objeto, cuya caracterización reciente es posible de ver en la alternancia de esta forma con la forma pe-, propia de las lenguas huarpes y explicable por un cambio de tipo interno.

Recibido: 16 de Septiembre de 2022; Aprobado: 16 de Marzo de 2023

Autor de correspondencia: * fhasler@uchile.cl

Autor de correspondencia: ** daniela.aristegui@ug.uchile.cl

Autor de correspondencia: *** mariana.poblete@ug.uchile.cl

Autor de correspondencia: **** consuelo.sandoval.b@ug.uchile.cl

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