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Revista de Psicología (PUCP)

versão On-line ISSN 0254-9247

Revista de Psicología vol.35 no.2 Lima jul./dic. 2017

http://dx.doi.org/10.18800/psico.201702.003 

ARTÍCULOS

 

Descripción de características de personalidad y dimensiones socioculturales en jóvenes mexicanos1,2

Description of personality characteristics and sociocultural dimensions in mexican youths

Descrição das características de personalidade e sócio-culturais dimensões em jovem mexicano

 

Jorge Raúl Palacios3 y Rubén Martínez4

Universidad Autónoma de Querétaro, México

1 Proyecto apoyado a través de la Convocatoria de Estancia Posdoctoral Vinculada al Fortalecimiento de la Calidad del Posgrado Nacional de CONACYT.
2 Agradecemos a la psicóloga Alejandra Lorena Valdez Pérez por su colaboración en la aplicación y captura de los cuestionarios, así como por las facilidades otorgadas durante la aplicación de los mismos.
3 Doctor en Psicología. Dirección postal: Cerro de las Campanas S/N, Santiago de Querétaro, México. Contacto: drjpalacios81@gmail.com
4 Doctor en Ciencias Sociales. Dirección postal: Cerro de las Campanas S/N, Santiago de Querétaro, México. Contacto: rubens@uaq.mx

 


RESUMEN

El objetivo de la presente investigación fue describir dimensiones socioculturales y características de personalidad. Participaron 121 estudiantes de 18 a 37 años (M= 21.34; DE= 2.6) de una universidad de la ciudad de Querétaro, México. Para medir las dimensiones socioculturales y características de personalidad se realizaron dos preguntas abiertas para obtener sus descripciones. Los hallazgos indican que las categorías socioculturales describen cualidades relacionadas al tradicionalismo, valores, normas, descripciones, tendencias económicas, percepciones y regionalismos. Las características de personalidad detallan rasgos de amabilidad, social expresivo, obediencia afiliativa, expresión afectiva (negativa y positiva), instrumentalidad negativa, intelecto, egocentrismo, rebeldía, control personal y persistencia. La discusión analiza la utilidad de los resultados para la evaluación de la sociocultura y los rasgos de personalidad en los jóvenes, así como las implicaciones para futuras investigaciones en la etnopsicología.

Palabras clave: personalidad, rasgos, normas, sociocultura, etnopsicología, jóvenes.

 


ABSTRACT

The aim of this study was to describe sociocultural dimensions and personality characteristics. in Mexican youths. The sample was conformed by 121 university students between 18 and 37 years old (M= 21.34; SD= 2.6) of the state of Querétaro, México. In order to measure sociocultural and personality characteristics two open questions were used to obtain associated clusters. The results indicated that the sociocultural dimensions describe terms associated with traditionalism, values, norms, descriptions, economic tendency, perceptions and local processes. The personality characteristics show traits of agreeableness, social expressive, obedient-affiliative, affective expression (negative and positive), negative instrumentality, intellect, egocentric, rebelliousness, personal control and persistency. The discussion analyzes the utility of the results for the assessment of sociocultural and personality traits in youths, as well as the implications for future research in ethnopsychology.

Keywords: personality, traits, norms, socio-cultural, ethnopsychology, youths.

 


RESUMO

O objetivo desta pesquisa foi descrever as dimensões socioculturais e características de personalidade em jovens mexicanos. A amostra foi conformada por 121 estudantes de 18 a 37 anos (M= 21.34, SD = 2,6) de uma universidade na cidade de Queretaro, no México. Para medir as dimensões socioculturais e características da personalidade Foram feitas duas perguntas abertas para suas descrições. Os resultados indicam que as categorias socioculturais descrever qualidades relacionadas ao tradicionalismo, valores, normas, descrições, as tendências econômicas, percepções e regionalismos. Características de personalidade traços detalhados de bondade, de expressão social, obediência filiação, expressão emocional (positivo e negativo), instrumentalidade negativo, intelecto, egocentrismo, rebeldia, de controle pessoal e persistência. A discussão analisa a utilidade dos resultados para a avaliação do sóciocultura e traços de personalidade em pessoas jovens, e as implicações para futuras pesquisas em etnopsicologia.

Palavras-chave: traços de personalidade, normas, sócio-cultura, etnopsicologia, juventude.

 


La investigación transcultural y etnopsicológica (Church, 2001; Díaz-Guerrero, 1994; Triandis, 1996, Yang, 2000) frecuentemente se centran en estudiar factores culturales, sociales y psicológicos como determinantes de una diversidad de conductas (Díaz-Guerrero, 2001; Betancourt, Flynn, Riggs & Garberoglio, 2010; Matsumoto, 2007; Palacios, 2011), y específicamente, la cultura es esencial para la comprensión de la conducta social y de la personalidad (Díaz– Guerrero, 1984, 1993; Palacios, 2015a; Triandis & Suh, 2002). Para entender la cultura, es necesario considerar sus interrelaciones con la ecología, las prácticas de socialización y el funcionamiento psicológico de los individuos (Berry, 2000; Kim, Park & Park, 2000). Estas interconexiones permiten la adaptación de las personas a los nichos ecológicos de su contexto particular en donde han crecido y se han desarrollado (Palacios, Bustos & Mercado, 2013).

Los seres humanos se desarrollan dentro de un entorno social en donde aprenden reglas de comportamiento de las personas que los rodean. Los agentes de socialización de su contexto social permiten explicar las causas y los efectos de su comportamiento (Palacios, 2010). Para comprender el comportamiento de las personas es necesario revisar las interacciones psicosociales de los individuos derivadas de su cultura. Las relaciones entre las personas dentro de un entorno sociocultural incluyen entre otras, el grado de acuerdo con premisas propias de la cultura (Díaz-Guerrero, 1994, 1995). De esta forma la sociocultura incluye una serie de premisas que norman las ideas, los sentimientos, las relaciones interpersonales, los papeles sociales y las reglas de interacción para llevarlas a cabo (Díaz-Guerrero & Iscoe, 1984). Estas premisas se miden por medio de afirmaciones que proveen un marco de referencia que sirven para dirigir la conducta dentro de la cultura. Específicamente dentro de la población mexicana, Díaz-Guerrero (1977), encontró que las premisas socioculturales originalmente se agruparon en nueve dimensiones factoriales como son: machismo, obediencia afiliativa, virginidad, abnegación, temor a la autoridad, estatus familiar, respeto sobre amor, honor familiar y rigidez cultural.

Estudios posteriores (Díaz-Guerrero, 2008; Flores, Cortés, Góngora & Reyes, 2002; Reyes, 2008) han encontrado que estas premisas se encuentran entre la permanencia y la transición. Recientemente, algunos estudios (Díaz-Loving, Rivera, Velasco & Montero, 2008) muestran que las premisas previamente señaladas han recibido modificaciones, de manera que se han encontrado efectos del paso del tiempo sobre la estructura y conformación de las premisas. Los autores anteriores encuentran cinco factores: Machismo, consentimiento, obediencia afiliativa, respeto y temor a la autoridad, y marianismo, lo que indica que aunque las premisas parecen sostenerse, están reflejando las normas y creencias de la sociocultura mexicana. Por su parte, Díaz-Loving, Rivera, Villanueva y Cruz (2011), distinguen normas que rigen el comportamiento (p.e. equidad, status quo padres, emancipación de los hijos, marianismo, virginidad y autoafirmación) y creencias que reflejan formas de pensar de los individuos (sexismo, pareja tradicional, status quo, apertura sexual, marianismo, temor a los padres, pareja, emancipación y machismo), que permiten explicar mapas cognitivos de la cultura mexicana.

Al considerar que la cultura cuenta con normas, creencias, roles, valores y actitudes integradas en una serie de premisas que reflejan el entorno sociocultural al que pertenecen los individuos (Díaz-Guerrero, 2008) y que pueden impactar la forma en que las personas perciben, actúan y como los individuos viven (Díaz-Guerrero, 1988, 2001; Díaz-Loving, 1998), es posible considerar que las características socioculturales de un ecosistema particular de nuestro país se presente como una estrategia para evaluar la incorporación de la cultura y su incidencia en los rasgos de personalidad de sus habitantes. Un ejemplo de lo anterior lo encuentra García (2008), quien reporta el efecto del tradicionalismo en la personalidad, específicamente en la instrumentalidad y la expresividad del mexicano. En otra investigación (García & García, 2011), realizada en la ciudad de Guanajuato, México, encontraron que la interiorización de la cultura tradicional afecta el proceso de atribución del control; que a su vez está asociado con la motivación al logro. Por su cuenta, Soler (2015), descubre asociaciones entre las premisas histórico-psico-socioculturales y cuatro tipos de mexicano, destaca que entre mayor aceptación de premisas tradicionales, estas se asocian con los mexicanos obedientes afiliativos y de control externo, mientras las personas que más se alejen de premisas tradicionales, presentaran características de personalidad del tipo rebelde autoafirmativo y con control interno. Palacios, Bustos y Soler (2015), mostraron que los jóvenes que se describen como colectivistas, se adaptan al contexto sociocultural al que pertenecen, facilitando la realización de acciones prosociales, que propician la conservación su medioambiente. Los estudios anteriores parecen mostrar que el ecosistema sociocultural promueve ciertos rasgos de personalidad y facilita el aprendizaje de reglas de comportamiento para comportarse de una u otra forma dentro de su grupo de referencia.

Por otra parte, diferentes aproximaciones han sido empleadas en la exploración de la estructura de la personalidad y su comparación a través de diferentes culturas (Church, 2000; McCrae, 2001). Por una parte, la aproximación Etic usualmente emplea mediciones transculturales centradas en constructos que pretenden contener rasgos universales, mientras que la aproximación Emic investiga rasgos idiosincráticos (indígenas) particulares de cada cultura (Díaz-Guerrero, 1994; Díaz-Loving, 1998; Reyes, 1996). Sin embargo, ambas aproximaciones son complementarias (Church, 2001; Díaz-Loving, 1998). Una propuesta representativa de la aproximación Etic es el modelo de los cinco factores de personalidad (Digman, 1997; Goldberg, 1990; McCrae & Costa, 1997) que describe la personalidad por medio de las dimensiones de extraversión, neuroticismo, agradabilidad, conciencia y apertura a la experiencia. Este modelo ha sido replicado en diferentes lenguajes y culturas (Schmitt, Allik, Mccrae & Benet, 2007). A pesar de lo anterior, algunos estudios (Digman, 1990; Zuckerman, 1992) han cuestionado el número de dimensiones que agrupan la personalidad bajo este enfoque, ya que se encuentra evidencia que el número de dimensiones va desde tres (Eysenck, 1992), seis (Ashton & Lee, 2001; Wasti, Lee, Ashton & Somer, 2008) o siete (Benet & Waller, 1995) factores que se integran para evaluar rasgos de personalidad.

En México existen pocos estudios que se han llevado a cabo bajo el modelo de los cinco factores de personalidad, entre los que se encuentra lo reportado por Rodríguez y Díaz-Guerrero (1997), quienes utilizando adjetivos bipolares, replicaron con claridad sólo las dimensiones de extraversión, estabilidad emocional y responsabilidad, la dimensión de intelecto se agrupo en los tres factores anteriores y la agradabilidad no se agrupa en una sola dimensión, si no que se divide en dos. Otros estudios (Ortiz, 2006; Reyes, Álvarez, Peredo, Miranda & Rebolledo, 2014) llevados a cabo en México, han logrado replicar los cinco factores de personalidad, aunque con dificultades en su conformación y confiabilidad, así como con imprecisiones en los factores de extraversión y amabilidad para el estudio de Ortiz (2006) y en los factores de responsabilidad y agradabilidad para el estudio de Reyes, Alvarez, Peredo, Miranda & Rebolledo (2014). La incertidumbre en estos factores abre la posibilidad de que estas discrepancias sean debidas a efectos culturales que no se consideraron en su medición en estos dos estudios.

Continuando con el enfoque Etic, diferentes investigaciones realizados en México han encontrado que algunos rasgos universales como la búsqueda de sensaciones (Palacios, 2015b), el locus de control (La Rosa, Díaz-Loving & Andrade, 1986), la asertividad (Flores, Díaz-Loving & Rivera,1987) y el autoconcepto (La Rosa & Díaz-Loving, 1991; Valdez & Reyes, 1993) presentan algunas variaciones etnoculturales que no se ajustan adecuadamente en nuestro país, lo que ha llevado a proponer que al momento de retomar rasgos universales se debe de considerar la sensibilidad cultural en su medición.

Los estudios realizados utilizando una aproximación Emic han explorado estructuras de personalidad adecuadas para cada cultura, encontrando conceptos que no se ajustan al modelo de cinco factores de personalidad. Los nuevos y diversos conceptos o factores de cada cultura, reflejan que la perspectiva indígena (etnopsicología) del estudio de la personalidad ha identificado constructos específicos del contexto cultural bajo estudio. Algunos ejemplos de estos conceptos reportados en diversas culturas son el concepto de amae (dependencia indulgente) en Japón (Markus & Kitayama, 1991), ubuntu (armonía colectiva) en Sudáfrica (Nel, Valchev, Rothmann, van de Vijver, Meiring & de Bruin, 2011), simpatía (agradar a las personas) en Latinoamérica (Triandis, Marín, Lisansky & Betancourt, 1984), resignación (asumir que las cosas pasan sin poder hacer nada) en México (Díaz-Guerrero,1994), ren qin (orientación en la relación) en China (Cheung, Leung, Fan, Song, Zhang & Zhang, 1996) y pakikiramdam (sensibilidad y empatía) en Filipinas (Katigbak, Church, Guanzon, Carlota & del Pilar, 2002).

En México, la investigación realizada bajo el enfoque etnopsicológico ha encontrado rasgos autóctonos (indígenas) que parecen ser cardinales de la personalidad del mexicano. Dentro de estos rasgos se destacan la abnegación (Avendaño y Díaz-Guerrero, 1992), la flexibilidad (Melgoza y Díaz-Guerrero, 1990), la automodificación (Palacios, 2015c) y los tipos de mexicano (Díaz-Guerrero, 1994; Palacios, 2014). Estos estudios han utilizado métodos etnosemánticos (asociaciones libres, grupos focales y redes semánticas), que han permitido identificar constructos etnopsicológicos y obtener la mejor aproximación a la investigación de la personalidad del mexicano, que puede observarse en el estudio sistemático del autoconcepto (Cortés & Flores, 2002; Díaz-Loving, Reyes & Rivera, 2002; La Rosa & Díaz-Loving, 1991, Valdez, González, Jiménez & Cañas, 1996; Valdez & Reyes, 1992; Valdez & Reyes, 1993). En estos estudios se ha logrado observar las características del mexicano y su relación con rasgos propios de esta cultura.

Considerando el efecto que la sociocultura tiene en el individuo, parece factible preguntar ¿cómo se forma la personalidad del mexicano? En primera instancia todo individuo nace en una cultura distintiva dentro de un ecosistema especifico, en donde tiene interacción con los valores tradicionales, características económicas y de los grupos en la cual cada infante nace (Díaz-Guerrero, 1988, 2008). Para Díaz-Guerrero (1996), la personalidad del mexicano emerge de asumir los mandatos de su cultura por medio del grado de aceptación o rechazo de premisas socioculturales (PSC), que inciden en el comportamiento individual. En términos de sus características individuales, el mexicano aprende a conformarse o a rebelarse, dando lugar a una estilo de confrontación en forma de dicotomía activo-pasiva para encarar los problemas que se le presentan en su cultura, es decir, confronta sus necesidades individuales y los mandatos de la cultura. Este estilo de confrontación dirige su personalidad en el contexto existente durante su desarrollo en un ecosistema o nicho conductual dado (Díaz-Guerrero, 1967,1984, 1994).

Los estudios realizados sobre las dimensiones fundamentales de la personalidad del mexicano han podido determinarse mediante estudios en diferentes ecosistemas del país (Díaz-Guerrero, 1988). Dentro de la cultura mexicana se puede encontrar que para funcionar conductual-mente dentro de este ambiente los individuos tienden a comportarse de manera obediente, afiliativa y respetuosa de las normas (Díaz-Guerrero, 1984, 1993, 1994, 1996), así como a desarrollar idiosincrásicamente rasgos socio expresivos y expresivo normativos (La Rosa & Díaz-Loving, 1991; Díaz-Loving, 1998) que describen a los mexicanos como sociables, amables y fáciles de tratar (Valdez y Reyes, 1993), lo que les permite ser aceptados y obtener ciertas oportunidades (Díaz-Guerrero, 1994).

Nuestro país tiene diversas regiones en función de la ubicación territorial (norte, centro, bajío, sur) con variaciones geográficas, políticas, económicas y socioculturales en cada uno de estos ecosistemas. La ciudad de Querétaro en México, ubicada en la zona bajío es uno de los ecosistemas culturales del país con mayor crecimiento. Según datos del INEGI (2015), hasta el año 2010, el estado contaba con un total de 1 827 937 habitantes, 887 188 eran hombres y 940 749 eran mujeres. La tasa de crecimiento anual para la entidad durante el período 20002010 fue del 2.6%. Además, el estado de Querétaro es una sociocultura resultado de una combinación de su época prehispánica, con hechos históricos a partir de la Independencia de México, con tradiciones y costumbres culturales derivadas de la época virreinal, con un creciente índice de desarrollo industrial, así como un acelerado desarrollo empresarial en la industria manufacturera, que destaca en la fabricación de productos metálicos, la industria automotriz y aeronáutica. Por estas condiciones, parece factible indagar que dimensiones socioculturales y rasgos personales emergen en este ecosistema particular de nuestro país.

El análisis realizado hasta el momento, muestra que existen pocos estudios que empíricamente evalúen las particularidades socioculturales de nuestro país, específicamente las características personales y sociales de los queretanos, factores vinculados a elementos culturales que inciden en sus relaciones interpersonales, sus normas y la forma de comportarse. Considerando que los rasgos de personalidad tienen un correlato sociocultural, se decidió realizar la presente investigación con el propósito de identificar y describir las dimensiones socioculturales y características de personalidad en jóvenes de Querétaro, México.

Método

Participantes

Participaron en el estudio 121 estudiantes de una universidad pública, seleccionados mediante un muestreo no probabilístico por conveniencia, de los cuales 29.8% fueron hombres y 72.2% mujeres, con un rango de edad entre 18 y 37 años, con una media de 21.34 (DE= 2.6) años, de la ciudad de Querétaro, México. El 62% solo se dedicaba a estudiar, mientras que el 38% restante estudiaba y trabajaba. Adicionalmente reportaron vivir con ninguna y hasta 10 personas, con una moda de 4 personas (M=3.31; DE=1.7).

Medición

Para indagar sobre las características de personalidad y las características sociales que tienen los habitantes de Querétaro, a diferencia de las personas de otras ciudades del país se realizaron dos preguntas abiertas: 1) ¿Menciona y/o describe por lo menos cinco características personales (no físicas) que tienen los queretanos, a diferencia de las personas de otros estados del país? y 2) ¿Menciona y/o describe por lo menos cinco características sociales que tienen los queretanos, a diferencia de las personas de otros estados del país?. Las preguntas se realizaron con la finalidad de obtener categorías relacionadas con rasgos de personalidad etnopsicológicos y dimensiones socioculturales propios de la cultura mexicana.

Procedimiento

La información se obtuvo a lo largo de un mes, lapso durante el cual se llevó a cabo la investigación. El cuestionario se aplicó a los participantes dentro del campus universitario, en zonas como la biblioteca, cafetería, espacios abiertos o bien utilizando a grupos escolares para tal fin en un tiempo aproximado de 7 minutos. Se les explicó que el cuestionario era para conocer algunas características personales y sociales de los queretanos. Se les aclaró que su participación era voluntaria, que la información era anónima, por lo cual se les solicitó que respondieran de forma sincera, explicándoles que sus respuestas se utilizarían para fines de investigación.

Análisis de datos

Como una de las metas de la investigación fue describir dimensiones y características con los datos obtenidos, la exploración de los resultados se realizó siguiendo el fundamento de los rasgos de personalidad y las premisas socioculturales. A partir de estas perspectivas se identificaron categorías emergentes considerando las características específicas expresadas tanto para los rasgos de personalidad como para las premisas socioculturales.

Las dimensiones y características fueron tratadas como categorías, que se organizaron posteriormente en conceptos con propiedades y dimensiones específicas, conformándose así categorías constituidas por contenidos e indicadores relacionados. Con las respuestas de las preguntas abiertas, se obtuvieron listas de respuestas para cada pregunta (características personales y sociales) y se obtuvieron una serie de respuestas (indicadores) por persona para cada una. Con las respuestas (indicadores) obtenidos se realizó un análisis de contenido, de cada pregunta, surgiendo de dicho procedimiento un conjunto de categorías referentes a los rasgos de personalidad de los queretanos y a categorías que describen los valores, actividades y normas sociales que se encuentran presentes entre sus habitantes.

Las respuestas agrupadas en categorías permite realizar un análisis cualitativo de la forma en la que las personas tienen representada la información. Una vez que los indicadores se agruparon en categorías, estas se analizaron con base en el procedimiento de redes semánticas establecido por Figueroa, González y Solís (1981), al cual se realizaron algunas modificaciones, para obtener un análisis cuantitativo. El análisis de los datos se realizó en el programa estadístico SPSS en su versión 20.0 La sección cuantitativa incluyó estadísticos descriptivos para la muestra (frecuencias y porcentajes).

Resultados

En cuanto a las dimensiones socioculturales de los queretanos, se obtuvieron un total de 640 respuestas (indicadores), un promedio de 5.28 descriptores por persona. La Tabla 1, muestra las categorías logradas derivadas de lo señalado por los jóvenes universitarios. Se obtuvieron descripciones asociadas al tradicionalismo (conservadores, religiosos, machistas), los valores (respetuosos, solidarios, intolerantes) y las normas (educados, limpios, formales). Dos categorías muestran formas de pensar y actuar sobre grupos o personas en específico, como son la exclusión social (elitistas, hostiles, racistas) y la percepción social (prejuiciosos, criticones, saludables). Una categoría hace referencia a la autonomía económica (trabajadores, individualistas, materialistas) que han desarrollado quienes viven en esta ciudad, así como dos categorías referentes a los regionalismos y costumbres nacionales, como son el uso del lenguaje (usan acento, utilizan diminutivos, usan modismos) y el nacionalismo (historia, aficionados, cultura).

 

 

Después de obtener las categorías conceptuales, se consiguió el núcleo de las categorías (NC) de cada pregunta realizada, el cual se obtiene al asignar el 100% a la categoría que obtuvo el porcentaje mas alto y por una regla de tres se obtiene el porcentaje de las categorías siguientes. La distancia categórica (DC), es el resultado de la diferencia de la categoría con mayor proporción de NC, menos la categoría que le sigue en orden descendente. La contigüidad (C) es una medida que analiza la proximidad entre dos conceptos (rasgos) y se ha utilizado en procedimientos para determinar rasgos fundamentales de la personalidad (Feist, Feist & Roberts, 2014), se calcula al diferenciar el nivel más alto del NC menos el nivel más bajo del mismo núcleo, dividido entre 100. Entre mayor sea el valor de C más cercanos serán los conceptos y existirá una menor diferenciación entre quienes obtienen puntuaciones altas y quienes obtienen puntuaciones bajas en una categoría, dimensión o ítem (Cohen & Swerdlik, 2006).

La riqueza semántica derivada de las dimensiones socioculturales se observa en la Tabla 2, en ella se aprecia el porcentaje obtenido para cada categoría, así como el NC, que indica que las primeras seis categorías (tradicionalismo, valores, normas, exclusión social, autonomía económica y percepción social) se encuentran por arriba del 25%. Las categorías uso del lenguaje y nacionalismo son la más distantes del NC, representado en esta ocasión por la categoría de tradicionalismo. La contigüidad obtenida para las dimensiones socioculturales, señala que las categorías más afines entre sí con un índice superior a .20, serían tradicionalismo, valores, normas, exclusión social, autonomía económica y percepción social.

 

 

Para la pregunta referente a las características de personalidad de los queretanos, se obtuvieron un total de 403 respuestas (indicadores) y un promedio de 3.33 descriptores por persona. En la Tabla 3, se encuentran las categorías con sus respectivos indicadores. Los resultados mostraron que los estudiantes universitarios mencionan categorías que reflejan rasgos de personalidad como son amabilidad (amables, agradables, bondadosos), social-expresivo (amigables, sociables, fiesteros), obediente afiliativo (obedientes, serviciales, corteses) y egocéntrico (orgullosos, egoístas, extrovertidos). De las respuestas aportadas por los estudiantes, surgen dos categorías vinculadas a la expresión emocional, una de expresión afectiva negativa (enojones, celosos, tímidos) y otra de expresión afectiva positiva (alegres, amorosos, felices). Se obtienen categorías que representan la descripción de características positivas de los mexicanos y que son aceptadas culturalmente como son el intelecto (estudiosos, organizados, ingeniosos), el control personal (controlados, cautelosos, equilibrados) y la categoría persistencia (perseverantes, entregados, activos), así como dos categorías que reflejan el lado negativo de los mexicanos, Instrumental negativo (conformistas, groseros, flojos) y rebelde (tercos, ambiciosos, imprudentes).

 

 

La Tabla 4 muestra el porcentaje obtenido para cada categoría, así como la riqueza semántica derivada de las características de personalidad. Se aprecia que las categorías control personal y afirmativo se encuentran por debajo del 25% del NC, y la categoría afirmativo es la más distante del NC, representado por la amabilidad. En términos de contigüidad, las categorías más afines entre sí, con un índice superior a .20, serían amabilidad, social expresivo, obediente afiliativo, expresión afectiva negativa y positiva.

 

 

Discusión

Los resultados serán discutidos por una parte, en cuanto a las categorías socioculturales y características de personalidad obtenidas en este estudio y por otra, al uso de la descripción semántica en la investigación.

El enfoque cultural (Betancourt et al., 2010; Church, 2001; Matsumoto, 2007; Triandis, 1996, Yang, 2000) y la etnopsicología propuesto por Díaz-Guerrero (1984, 1994, 2001), contribuyen en facilitar un balance entre la sociocultura y rasgos personales de los individuos. Además de proveer el marco para la interpretación y comprensión del funcionamiento psicológico del comportamiento humano (Berry, 2000; Kim et al., 2000; Triandis et al., 2002). Adicionalmente ofrecen una aproximación sensible de identificar categorías socioculturales para medir el efecto de la cultura sobre el comportamiento de las personas.

Derivado de lo anterior, fue posible encontrar categorías socioculturales específicas para la cultura mexicana. Estas dimensiones socioculturales pueden ser concebidas como atributos dinámicos que representan significados de las reglas, normas, valores, descripciones, percepciones, disposiciones o conductas que llevan a cabo las personas y evidencia el efecto que la cultura tiene en el ecosistema mexicano, además de encontrarse presentes en los individuos universitarios en la actualidad.

La conformación de las categorías socioculturales encontradas en los resultados en su conjunto, parecen indicar que existen aspectos descriptivos y normativos del ecosistema sociocultural del queretano, que también permanece estable en la cultura del mexicano y que posiblemente sea similar en ecosistemas de Latinoamérica. Lo anterior parece ser congruente con el estudio de las premisas histórico-socioculturales (Díaz-Guerrero, 1977, 1984, 1994, 1996), aunque con una perspectiva ligeramente diferente, ya que las premisas hacen referencia a afirmaciones que deben su existencia a la lógica silogística y para nosotros las dimensiones socioculturales obtenidas representan atributos dinámicos que permiten entender como está constituida la información a partir de significados aportados por las personas (Figueroa et al., 1981; Valdez et al., 1992, 1993) y que se agrupan en dimensiones o categorías.

Los individuos de la muestra estudiada describen en gran proporción (33%) pautas tradicionales de comportamiento, como lo han señalado otros estudios (Díaz-Guerrero, 1984, 1994. 1996; Díaz Guerrero et al., 1984; García, 2008; García et al., 2011) indicativo del papel tradicional de la sociocultura mexicana y en específico de la queretana, reflejando los mandatos culturales a través de premisas como se ha reportado previamente (Díaz -Guerrero, 1988, 1994, 2008; Díaz-Loving et al., 2008; Flores et al., 2002; Reyes, 2008).

Los valores son la segunda categoría que señalan los jóvenes para describir la sociocultura queretana. Esta categoría se integra por valores (solidarios, honestos), pero también por antivalores (corruptos, irrespetuosos). Desde nuestro punto de vista, los valores y antivalores reportados representan guías del comportamiento individual y social de este ecosistema, por lo que su adquisición, adopción e incorporación en la vida cotidiana de los jóvenes, es producto de la socialización primaria, las demandas sociales, así como de los aprendizajes culturales y educativos. Para Díaz-Guerrero (1994) existe una relación entre los valores y la interacción social e interpersonal como una medida que refleja lo deseable social y culturalmente, en este sentido, en esta socio-cultura se destaca que los valores y antivalores descritos, son formas aceptables de comportamiento en el entorno en el que se desenvuelven los jóvenes.

Las normas reportadas referentes con aceptar leyes, ser educados, participativos o limpios, no excluye el incumplimiento de normas como no respetar señalamientos de tránsito, no respetar al peatón o ser impuntuales. Las normas entendidas como reglas que en un grupo sugieren como las acciones que son apropiadas, encuentra respaldo en estudios sobre premisas histórico-socioculturales (Díaz-Guerrero, 1977, 1984, 1994, 1996, 2008; Díaz Guerrero et al., 1984; Flores et al., 2002; Reyes, 2008). Para algunos autores (Diaz-Loving, 2011; Díaz-Loving et al., 2008, Soler, 2015), las normas que rigen el comportamiento ayudan a explicar cambios tanto sociales como de los individuos. En el presente estudio, se observa que estas reglas guían el comportamiento individual y facilitan la convivencia social.

En este estudio, se encontraron categorías no exploradas en estudios previos que hacen referencia a las premisas socioculturales (Díaz-Guerrero, 1977, 1984, 1994, 1996, 2008; Díaz Guerrero et al., 1984; Diaz-Loving, 2011; Díaz-Loving et al., 2008, Flores et al., 2002; Reyes, 2008) estas categorías involucran dos aspectos diferentes dentro del estudio de la psicología social, como son la exclusión y percepción social. La primera categoría se integra por descriptores como elitistas, indiferentes, excluyentes que los lleva hasta la hostilidad a los foráneos, estos descriptores ocupan un porcentaje significativo (12%) al que se le debe de dar su importancia. Estos comportamientos y/o expresiones negativas parecen ser explícitos y visibles dentro de esta sociedad, posiblemente estas manifestaciones se deban a la competencia por los beneficios y oportunidades (seguridad, empleo, vivienda, etc.) que se encuentran en esta ciudad y que sus habitantes llegan a percibir a los extraños que se instalan aquí en forma cada vez más amenazadora que los lleva a expresarse de forma negativa. El contenido de la categoría de percepción social, muestra indicadores como prejuiciosos, criticones, chismosos, hipócritas y fijados. Estos descriptores parecen reflejar que en el contexto social o situaciones en donde se realiza la interacción con otros, se forman expresiones de socialización con y entre las demás personas, ya sea de forma individual (persona-persona) o dentro de un grupo (familia, amigos y vecinos), de manera que bajo estas circunstancias es donde se aprenden las pautas de comportamiento social. Al respecto, algunos autores (Betancourt et al., 2010; Palacios, 2010; 2011) mencionan que el proceso de aprendizaje social influye en la estructura cognitiva de una persona y sus patrones conductuales, en especial si una conducta se relaciona con comportamientos de su grupo social, de manera que la categoría de percepción social, reportada en este estudio, se encuentra articulada con las categorías de exclusión social, normas, valores y tradicionalismo.

La categoría de autonomía económica representa el auge que despliega el ecosistema queretano en términos de desarrollo industrial y/o económico (INEGI, 2015) y que puede ser una peculiaridad compartida de la región bajío del país. La descripción de esta categoría combina dos características, por una parte, incluye indicadores referentes a ser trabajadores, cooperativos y colaborar en equipo, definiciones típicas de una cultura colectivista como la Mexicana, y por otra, incorpora indicadores referentes a ser capitalistas, materialistas y competitivos, claros indicadores de una cultura individualista, como se ha descrito en estudios previos (Triandis, 1996; Triandis et al., 2002), pero en estos estudios se detalla que esta clasificación (individualismo-colectivismo) es independiente una de la otra. Una explicación a lo encontrado sería que en esta región de nuestro país, coexiste una dualidad colectivista –individualista, para alcanzar algún comportamiento de consumo o cierto nivel económico (Palacios et al., 2015). Otra explicación es que en esta categoría, los participantes de la muestra están describiendo un colectivismo horizontal o un individualismo vertical, como lo reporta Soler (2015) al señalar que estas dimensiones no son independientes, sino que son aspectos multidimensionales y que el colectivismo horizontal se mantiene invariablemente presente en los mexicanos, además de que la inclusión del individualismo vertical es un indicativo de una reconfiguración de la cultura mexicana.

Para ambos abordajes explicativos, estos hallazgos se tornan fascinantes del comportamiento descrito por los jóvenes, quienes están aprendiendo que esta dualidad, es un indicativo de que para ser los emprendedores que se requieren en esta región del país, son necesarias características vanguardistas que combinadas permitan crear empresas y promover su desarrollo económico de esta nación. La categoría de autonomía económica emergente en este estudio, se encuentra respaldada de forma parcial en lo encontrado por Díaz-Guerrero et al. (1984), quienes operacionalizaron el grado de satisfacción con el estándar económico de vida a través de la apreciación de la situación económica y esperanza de mejoría, grado de preocupación con la propia situación económica y grado de satisfacción con el estándar de vida.

Las últimas dos categorías (uso del lenguaje y nacionalismo) dan cuanta de regionalismos que se encuentran presentes y que posiblemente están en disminución. Ahora bien, esto posiblemente significa que tanto el uso del lenguaje como el nacionalismo, se encuentran poco presentes en esta sociocultura, sin embargo, el nacionalismo está comprometido a ser promovido por las instituciones nacionales y locales.

Considerando lo antes discutido, se puede señalar que en este estudio se encontró que nuestro país conserva un nivel de tradicionalismo por medio de la existencia de premisas socio culturales (PHSC clásicas) que se puede complementar con premisas en transición (creencias y normas), que encuentran consonancia con categorías emergentes (autonomía económica, exclusión y percepción social), que se establecen a partir de lo reportado en el presente estudio y que no se han reportado con anterioridad.

Por otra parte, el hecho de identificar categorías referentes a características de personalidad, evidencia la presencia de rasgos del mexicano en general y del queretano en particular. Las características de personalidad identificadas en el presente estudio, pueden ser entendidas como características relativamente permanentes de la personalidad de un individuo que se manifiestan en diferentes situaciones y que se representan por medio de indicadores descriptivos que llevan acabo las personas (Palacios, 2015c).

A partir de los datos encontrados, las categorías de amabilidad (amables y agradables) y social-expresivo (amigables, sociables), obtuvieron los mayores porcentajes (18.86% y 18.11% respectivamente). Estas características que los jóvenes señalan de los queretanos, encuentra un amplio respaldo bajo el enfoque etic del modelo de los cinco factores de personalidad al encontrar correspondencia entre la categoría amabilidad y el factor de agradabilidad de los cinco grandes, así como entre la categoría social-expresiva y el factor de extroversión del mismo modelo ya sea a nivel internacional (Digman, 1990, 1997; Goldberg, 1990; McCrae et al., 1997; Schmitt et al., 2007), como en los estudios realzados en México bajo esta postura teórica (Ortiz, 2006; Reyes et al , 2014; Rodríguez et al., 1997). Adicionalmente, las primeras dos categorías reportadas son rasgos centrales en la personalidad del mexicano.

Lo anterior es congruente con el enfoque emic y con lo encontrado en otros estudios sobre los tipos de mexicano (Palacios, 2014, 2015c ), así como en el estudio sistemático del autoconcepto del mexicano (Cortés et al., 2002; Díaz-Loving et al., 2002; La Rosa et al., 1991; Valdez et al., 1996; Valdez et al., 1992; Valdez et al., 1993), al referir que para los mexicanos es fundamental ser expresivos y que es necesario ser agradables, debido a que tiene un alto beneficio social.

La categoría de obediencia afiliativa es una de las características que esta fundamentalmente vinculada a la sociocultura mexicana, es decir, que los jóvenes describan a los queretanos como obedientes, serviciales, corteses, representa formas de pensar y la manera en que se comporta el mexicano dentro de su familia, y que le sirve para convivir en la sociedad en la que crece y se desarrolla. Los hallazgos de esta categoría son congruentes con estudios (Díaz-Guerrero, 1993, 1994, 1996; Soler, 2015) que mencionan que es una característica de la más comunes en la sociedad mexicana y que refleja la forma apropiada de relacionarse con el grupo de referencia (familia), ya que les preocupa lo que las personas piensen de ellos (Palacios, 2014, 2015c).

La categoría egocéntrico (orgullosos, extrovertidos, etc.), encuentra apoyo en algunos descriptores típicos del modelo de los cinco factores de personalidad (Digman, 1997; Goldberg, 1990; McCrae et al., 1997) para el factor de extroversión (Eysenck, 1992) y con la faceta de desinhibición de la búsqueda de sensaciones (Palacios, 2015b; Zuckerman, 1992). Además recupera el polo opuesto (bajo) del factor de honestidad como lo han mostrado los estudios internacionales (Ashton et al., 2001; Wasti, et al 2008) derivado de rasgos universales (etic), así como con respaldo de estudios (Nel, 2011) derivados de rasgos indígenas (emic), con la subcategoría encontrada bajo el nombre de egoísmo.

Se identificaron categorías vinculadas a la expresión emocional matizados por dos planos: el primero, integrado por la expresión afectiva negativa formada por indicadores como enojones, celosos y tímidos. El segundo, constituido por la expresión afectiva positiva con descriptores como son alegres, amorosos, felices. La presencia de estas categorías como características de personalidad cuenta con evidencia de estudios en México que las respaldan (Díaz-Loving, 2002; Ortiz, 2006), pero también con estudios (Benet y Waller, 1995) que evidencian las dimensiones de valencia positiva y negativa como relevantes para la personalidad. El hallazgo de expresiones afectivas, tanto positivos como negativos, dentro de los rasgos de personalidad parece sugerir que bajo un enfoque emic, emergen rasgos complementarios a los cinco tradicionalmente descritos como los grandes factores de personalidad (Digman, 1990, 1997; Goldberg, 1990; McCrae et al., 1997; Schmitt et al., 2007). La importancia de estas categorías radica en demostrar la existencia de dimensiones adicionales que conforman la estructura de personalidad y representan una forma idiosincrática de cómo los mexicanos incorporan rasgos por medio de su lenguaje cotidiano.

De los hallazgos encontrados se identificaron tres categorías que representan las mejores características de los queretanos y que conjuntan las óptimas facetas de la cultura mexicana. El intelecto descrito como personas estudiosas, organizadas y disciplinadas, así como el control personal que describe individuos controlados y equilibrados. El contenido por medio de los indicadores muestra lo que para los jóvenes se requiere para conducirse en este ecosistema sociocultural. El intelecto puede facilitar desempeñarse con eficiencia tanto en la familia, la escuela como en el trabajo (Díaz-Loving et al., 2002; La Rosa et al., 1991; Valdez et al., 1992, 1993) y el control personal expresa formas de regulación conductual que les posibilita ejecutar acciones que se pueden realizar de manera cotidiana. El contenido combinado de ambas categorías manifiesta que estos descriptores de la personalidad encuentran respaldo en rasgos universales como son intelecto, responsabilidad o consciencia (Digman, 1997; Goldberg, 1990; McCrae et al., 1997; Reyes et al., 2014; Wasti et al., 2008) y que además son similares el tipo de mexicano descrito como interno activo (Díaz-Guerrero, 1994; Palacios, 2015c) al ser uno de las formas de comportarse que mejores resultados obtendría en el contexto sociocultural mexicano.

La categoría persistencia (perseverantes, activos, etc.), retoma lo mejores aspectos de la cultura mexicana: incluye parcialmente algunos descriptores de los tipos de mexicano de control interno activo, la parte afirmativa del tipo rebelde activo, expuestos por Díaz-Guerrero, (1994) y el lado activo de la dicotomía activo-pasiva (Díaz-Guerrero, 1967, 1977, 1984, 1994). Representa el polo contrario del tipo de mexicano obediente afiliativo, además el contenido de esta categoría encuentra un amplio respaldo con el rasgo de activo independiente de Palacios (2015c). Al parecer estos autores destacan que los individuos que presentan estas características buscan ser independientes y autosuficientes.

En lo que respecta a las categorías de instrumental negativo (conformistas, groseros) y rebelde (tercos, imprudentes), parecen reflejar el lado negativo de los mexicanos en general y de los queretanos en particular. Ambas categorías son el opuesto de las categorías reportadas en este estudio bajo el nombre de intelecto, control personal y persistencia. Los atributos descriptivos de la instrumentalidad negativa, responden a una combinación de características que corresponden al tipo de mexicano de control externo y el tipo de mexicano rebelde activo (Díaz-Guerrero, 1994), además de asemejarse a los rasgos de rebelde activo y control externo, reportados previamente (Palacios, 2015c). Describirse como rebelde con los indicadores que lo conforman, es una forma de controlar o dominar su entorno al decir las cosas tal como son, buscando lo mejor para sí. Las características de esta categoría apoya lo encontrado anteriormente en varios estudios (Díaz-Guerrero, 1994; Palacios, 2015c; Valdez et al., 1992, 1993), para quienes ser rebelde se relaciona con una forma de resistir a todo lo que sea restricción, derivada de la sociedad mexicana que impone reglas excesivas y normas tradicionales que los empuja a cometer acciones para romperlas y a actuar en contra de ellas.

En conclusión, consideramos que México comprende un ecosistema cultural diverso, integrado por tradiciones, normas, valores, percepciones y estrategias económicas que se establecen como estándares culturales. La sociocultura derivada del ecosistema estudiado, promueve características personales que se establecen como una forma de ser (amabilidad, obediencia afiliativa y egocéntrico) que facilita la interacción social (social expresivo y rebelde), la expresión interpersonal (expresión afectiva negativa, expresión afectivo positiva e instrumental negativo) y la adaptación de capacidades personales (intelecto, control personal y persistencia) que guían el comportamiento de los queretanos.

En cuanto al uso de la técnica en la investigación, se observa que considerando el objetivo del presente estudio, la obtención de categorías socioculturales y de personalidad, así como su distribución semántica, resultan ser una práctica valiosa al utilizarse como una aproximación exploratoria por sí misma o como un paso previo en la construcción de instrumentos de medición. La técnica de categorías semánticas tiene varios alcances, ya que puede ser de utilidad al usarse para describir conceptos, explorar significados o como antecedente para el desarrollo de instrumentos de medición. El beneficio encontrado en este estudió es de gran relevancia al proporcionar por una parte, significados categóricos y semánticos de rasgos de personalidad y dimensiones socioculturales, por otra, la obtención de ponderaciones (núcleo de categoría) que indiquen cuales de estás tienen un mayor peso o son centrales (distancia categórica) para cada categoría, así como determinar cuáles de estas categorías están asociadas y son cardinales en un ecosistema particular como en este caso el de la ciudad de Querétaro. Además la información obtenida servirá para la elaboración de pruebas psicológicas a partir de la utilidad de la técnica, las medidas que se desarrollen podrán operacionalizar de mejor forma los constructos a evaluar, por lo que estamos seguros que los instrumentos desarrollados posteriormente serán más confiables, válidos y culturalmente relevantes.

Para finalizar, nos gustaría señalar la línea de investigación que se pretende seguir considerando los resultados encontrados. Primero, las categorías descritas en este estudio ofrecen la oportunidad de desarrollar instrumentos de medición válidos, confiables y sensibles culturalmente que revelen el sendero seguido por la sociedad mexicana tanto de la descripción de sus dimensiones socioculturales, como de características de personalidad. Posterior al desarrollo de instrumentos, su medición abre la oportunidad de investigar sobre cómo surgen, cómo se modifican y con qué se relacionan (Díaz-Loving et al., 2011), así como probar la influencia de las categorías socioculturales, sobre los rasgos de personalidad encontrados y el efecto de ambos en el comportamiento del mexicano o sobre conductas especificas (p.e. consumo de alcohol) en los habitantes de Querétaro en particular y de los mexicanos en general. Esto facilitará dirigir intervenciones para prevenir comportamientos de riesgo o bien aumentar el éxito de las personas o mejorar su economía personal, por lo que el estudio futuro de la interrelación entre dimensiones culturales, sociales, personales y conductuales (Díaz-Guerrero, 2001; Palacios, 2015; Triandis y Suh, 2002) permitirá comprender la etnopsicología del mexicano.

 

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Recibido: 4 de mayo, 2016
Revisado: 8 de enero, 2017
Aceptado: 27 de enero, 2017

 

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