Señor Editor:

Luego de la epidemia del SARS-CoV, el año 2003, se dejó para la reflexión: “Estamos en un momento crítico de la historia. Se agota el tiempo para prepararnos ante la próxima pandemia. Debemos actuar ya, con decisión y propósito. ¿Puede evitarse un desastre? La respuesta es un sí calificado” ¹. Dieciseises años después, una pandemia sin proporciones, la del SARS- CoV-2 (COVID-19), devela una suma de errores y dejadez en la salud pública mundial; confirmando así el desastre en que nos encontramos, pues la segunda ola y en algunos lugares la tercera ola, pareciera imparable. Por una parte, ya se cuenta con vacunas y por otra la tarea titánica de una vacunación mundial y hacer frente a la aparición de nuevas cepas que podrían dar un curso diferente a la pandemia.

Con relación a la economía es importante mencionar que “El Producto Interno Bruto (PIB) mundial sufrió en el 2020 su caída más pronunciada desde el final de la Segunda Guerra Mundial, millones quedaron desempleados o sus puestos suspendidos, y los gobiernos inyectaron billones de dólares en sus economías para evitar daños mayores. Sin embargo, la recuperación de 2021 es muy incierta” ².

Según el Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC), una agencia de la Unión Europea ³, registró hasta la segunda semana de febrero de 2021, 109,2 millones de personas contagiadas, habiendo fallecido 2,4 millones de personas, siendo el 47,87% de países americanos y el 33,47% de países europeos.

Creemos necesario observar estas cifras mundiales en la semana 59, a inicios de una vacunación mundial, un esperanzador declive de la pandemia y el registro de tres nuevas cepas que ya circulan por el mundo.

Según los datos de la Tabla 1, construidos en base a la información de ECDC ³, pareciera que no hubiera relación entre la tasa de letalidad y el número de fallecidos por millón, ambos indicadores miden la eficacia de la respuesta epidemiológica frente a la pandemia; el caso de China es muy curioso, una letalidad de 4,8 con 3 fallecidos por millón, el caso contrario es Estados Unidos, con 1,76 de letalidad y nada menos que 1469 fallecidos por millón. Se podría decir que China refleja lo cruenta que fue la pandemia confinada en Wuhan, mientras que las cifras de Estados Unidos muestran lo sucedido en lo extenso de su territorio.

Tabla 1 Países con la COVID-19; fallecidos por millón de la semana 01-2020 a la semana 06-2021. 

Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC), una agencia de la Unión Europea (3).

En el Gráfico 1 se muestran dos recuadros, en el recuadro (A) podemos apreciar que la variable tasa de letalidad es explicada en 25,28 % por un modelo cuadrático asociado a la variable fallecidos. México es el país americano más afectado del mundo por la epidemia, mención aparte Perú, según la información de OPENCOVID-PERU ⁴ el sub-registro total de fallecidos sería del 60%, sincerando las cifras alcanzaríamos a México. En el recuadro (B) podemos apreciar que la variable fallecidos por millón es explicada en 65,49 % por un modelo cuadrático asociado a la variable contagios por millón; los países europeos tienen las cifras más altas en muertes por millón, seguidos de los países americanos; ambos representan el 81,33% de los fallecidos a nivel mundial.

Gráfico 1 Países con la COVID-19: Modelos de regresión cuadrática, (A) tasa de letalidad y (B) fallecidos por millón, de la semana 01-2020 a la semana 06-2021. Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC), una agencia de la Unión Europea (3). 

El Gráfico 2 en términos generales muestra que los países americanos gestionaron de peor forma la pandemia pues su tasa de fallecidos por semana no dejó de crecer, a diferencia de los países europeos que logrando controlar la pandemia, rebrota en una segunda ola muy fuerte espoleada por el hallazgo de una nueva cepa británica.

Gráfico 2 COVID-19. Evolución de la tasa de fallecidos por semana, de la semana 01-2020 a la semana 03-2021. Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC), una agencia de la Unión Europea (3). 

Concluimos diciendo, que países importantes como Estados Unidos y Gran Bretaña, demoraron en reaccionar; un factor negacionista sin precedentes perjudico al mundo occidental, pese al gran esfuerzo que China realizó por focalizar la pandemia en Wuhan siendo trasmitido en directo a nivel mundial, europeos y americanos minimizaron los hechos. Perú hizo todo lo recomendado por la OMS, pero los resultados le fueron adversos, al contar con una infraestructura tecnológica básica, pobres requerimientos en salud pública, gran informalidad económico productiva y una geografía muy diferenciada, hizo que el virus haga todo el daño posible. Pero como humanidad debemos aferrarnos a toda luz de esperanza; para revertir este momento tan difícil, queda el reto de organizarnos globalmente para una vacunación rápida y masiva, momento decisivo ante la incertidumbre del daño que nos podrían hacer nuevas cepas.