INTRODUCCIÓN
Realizar actividad física (AF) tiene muchos beneficios para la salud, ya que una simple actividad ligera de 3 a 4 minutos de caminar o hacer estiramientos colabora a que los músculos estén relajados y aumenta la circulación sanguínea. Asimismo, trae beneficios para el cuerpo y mente, pudiendo disminuir la hipertensión, ayudar a controlar el peso, disminuir el riesgo de presentar enfermedades cardiovasculares, accidentes cerebrovasculares, diabetes, diferentes tipos de cáncer, además durante la pandemia estas enfermedades aumentan la vulnerabilidad a la Covid-191 .
El periodo universitario es una etapa en la que los estudiantes pueden practicar hábitos saludables como realizar actividad física, de esa forma mantener una vida saludable 2. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), los niveles de AF en adolescentes están en descenso y ello es preocupante, pues las prácticas generadas en esta etapa de la vida suelen convertirse en rutinas futuras. A ello, se le suma el confinamiento por la pandemia por la Covid-19, ya que la mayoría de las personas permanecieron en sus hogares sin hacer ninguna actividad física o quienes usualmente la practicaban han disminuido la intensidad y frecuencia 1 .
Según la OMS, la falta de AF es un problema de salud pública, ya que al menos el 60% de las personas a nivel mundial no realizan AF necesaria para su salud, y ello se evidencia con mayor frecuencia en países desarrollados y en desarrollo 3. Asimismo, la falta de la práctica de AF es un factor de riesgo para el surgimiento de enfermedades no transmisibles, tales como: accidentes cerebrovasculares, cáncer y la diabetes. Además, la inactividad física es el cuarto factor de riesgo en la mortalidad mundial, pues 6% de las muertes registradas a nivel mundial están relacionadas con la falta de la práctica de actividad física 4.
Por otro lado, la inactividad física genera problemas en el sistema de salud, ya que un mayor número de pacientes con las enfermedades mencionadas generará mayor demanda de atención y eso conllevará al aumento del gasto en salud, ya sea mediante los seguros públicos y privados o peor aún, el gasto del bolsillo. Todo ello necesita una buena gestión del sistema de salud, priorizando la atención primaria de la salud e impulsando estrategias para mantener a la población en AF.
Frente a la propagación de la pandemia, se emitieron diversos decretos para reducir el número de contagios, tales como: cuarentena total y focalizada, toque de queda, distanciamiento social e inmovilización obligatoria. Todo ello ha generado que las personas tengan dificultades para practicar algún tipo de AF. Por ello, surge la necesidad de conocer la práctica de AF en los estudiantes universitarios, quienes vienen realizando sus actividades académicas mediante clases virtuales o trabajando en sus mismos hogares, lo cual influye a que ellos eviten practicar algún tipo de AF. En ese contexto, el objetivo del estudio fue determinar el nivel de actividad física en estudiantes de una universidad privada durante el confinamiento por la Covid-19.
MATERIAL Y MÉTODOS
Investigación cuantitativa, observacional de corte transversal comparativa antes y después, realizada en estudiantes de pregrado de la Facultad de Salud Pública y Administración (FASPA) de la Universidad Peruana Cayetano Heredia (UPCH). Se incluyeron a estudiantes mayores a 18 años del tercer al décimo ciclo, quienes llevaron las clases virtuales durante la pandemia de la Covid-19. Se excluyeron a estudiantes de otras universidades quienes realizaban su intercambio estudiantil y estudiantes con alguna discapacidad física. En consecuencia, se envió la encuesta virtual a los 161 estudiantes, 128 de la carrera de Administración en Salud y 33 de la carrera de Salud Pública y Salud Global, quienes cumplieron con los criterios de selección, adjuntando el cuestionario IPAQ versión corta y consentimiento informado; todo ello se aplicó online usando el Google formulario, la tasa de respuesta fue 56,5% (n=91). Para el procesamiento y análisis de datos, la información obtenida mediante el cuestionario IPAQ, de manera automática, fue almacenada en Microsoft Excel 2021.
El instrumento IPAQ (International Physical Activity Questionnaire) consta de dos versiones (versión larga y corta); en este estudio se utilizó la versión corta, que consta de 7 ítems y proporciona información sobre el tiempo empleado al caminar, en actividades de intensidad moderada, intensidad vigorosa y tiempo de pasar sentado 5. Para el análisis de fiabilidad del instrumento, en 14 centros de 12 países recogieron datos de fiabilidad y validez las dos versiones del instrumento IPAQ. Mediante la aplicación test-retest se evaluó la repetibilidad dentro de la misma semana. La validez concurrente, entre ambos métodos (largo y corto), se midió en la misma administración, y la validez de criterio del IPAQ se evaluó con respecto al acelerómetro CSA (ahora MTI). En general, se ha demostrado una fiabilidad alrededor de 0,8 (r= 0,81; IC95%: 0,79-0,82) y para la versión corta, de 0,65 (r= 0,76; IC95%: 0,73-0,77). Los coeficientes de validez para ambas versiones obtuvieron una concordancia razonable (r= 0,67; IC95%: 0,64-0,70) 6
Los resultados se registraron en MET, que es la unidad de medida del índice metabólico. Los valores fueron: caminar (3,3 MET), actividad física moderada (4 MET) y actividad física vigorosa (8 MET). Por lo tanto, para obtener el resultado se multiplicaron los valores de MET por los minutos en un día que se realizó la AF por el número de días que lo realiza a la semana y de esa forma se obtuvo el número de MET a la semana 7. Asimismo, según las recomendaciones de actividad física de la OMS, en la población entre 18 a 65 años, recomienda que el tiempo que deben dedicar es como mínimo 150 minutos por semana entre actividades moderadas y vigorosas.
En base a las respuestas, los resultados se clasificaron en tres niveles: (a) Nivel bajo: el estudiante no practica algún tipo de AF o lo que realiza no es suficiente para lograr el nivel moderado; (b) Nivel moderado: el estudiante practica 5 o más días de una combinación de actividades (caminar, moderada y vigorosa) que alcanza un registro de 600 MET por min/semana; (c) Nivel alto: el estudiante realiza AF vigorosa entre 3 o más días por semana que acumulen un registro de 1 500 MET por min/semana, o realiza una combinación de actividades entre leve, moderada o vigorosa entre 7 o más días y que alcance un registro de 3 000 MET por min/semana 8.
Se determinaron medidas de tendencia central (media, mediana, moda y proporciones) y medidas de dispersión como desviación estándar y rango intercuartílico (RIQ). Se utilizó Chi cuadrado, prueba exacta de Fisher, U de Mann Whitney, test de Mc Nemar y correlación de Spearman, de acuerdo con el tipo de variables.
El estudio fue revisado y aprobado por el Comité Institucional de Ética en Humanos de la UPCH, registro SIDISI (203700). Se respetaron los valores éticos establecidos por los principios bioéticos internacionales, y se resguardó la información de cada participante con absoluta reserva; para ello, los resultados se almacenaron con códigos y en dos archivos diferentes, en uno los datos del estudiante con sus respectivos códigos y en otro se almacenaron los resultados y códigos.
RESULTADOS
La mediana de edad fue 21 años (RIQ: 21-22 años), 79,0% fue de sexo femenino, 78,0% de la carrera de Administración en Salud, 14,3% del tercer año de estudios y 70,3% del cuarto año; y 81,0% residía en Lima Metropolitana. No hubo diferencias significativas entre la población y muestra, para edad, sexo, carrera profesional y año de estudios; por tanto, nuestros resultados son extrapolables a toda la población pese a la tasa de respuesta registrada, menor de lo esperada (Tabla 1).
En relación a la frecuencia de AF antes de la pandemia, 36 estudiantes realizaban AF vigorosa y moderada mayor a 150 minutos según lo recomendado por las instituciones internacionales; durante la pandemia, disminuyó significativamente en 36,1% (n=23); (p=0,04). Los MET calculados no presentaron distribución normal; antes de la pandemia fue Me: 1386,0 (RIQ: 693,0-3879,0) y durante la pandemia fue Me: 792 (RIQ: 247,5-1356,0) MET (p=0,001). Con relación al nivel de AF antes y durante la pandemia, la cantidad de estudiantes con práctica de nivel alto disminuyó en 55,6% y el nivel moderado disminuyó en 10,9%, mientras el nivel bajo aumentó en 111,1%, siendo significativa, cuando se agrupó las variables nivel alto y moderado (p=0,0008) (Tabla 2).
El nivel de AF según el programa académico antes y durante la pandemia en ambas carreras era de nivel moderado. Comparando ambos periodos, en relación con la carrera de Administración en Salud hubo una diferencia significativa, ya que el nivel alto disminuyó en 58,3%, mientras el nivel bajo aumentó en 161,5% (p=0,0001) (Tabla 2). La población de sexo femenino mostró un cambio significativo en la práctica de AF antes y durante la pandemia; el nivel alto disminuyó en 52,4%, y el nivel bajo aumentó en 88,2% (p=0,013). Para el sexo masculino, el nivel alto disminuyó en 66,7% y el nivel bajo se quintuplicó; pero no fue estadísticamente significativo (p=0,078). Además, no hubo diferencia significativa entre los niveles de AF según sexo (Tabla 2).
Con relación al año académico, antes de la pandemia la mayor parte de los estudiantes de los años tercer, cuarto y quinto realizaban AF entre nivel alto y moderado; sin embargo, durante la pandemia la mayor proporción de estudiantes de los años mencionados practicaban AF de nivel bajo y moderado; sin significancia. En los estudiantes del cuarto año (representaron 70,3% de los participantes), durante la pandemia, el nivel alto de AF disminuyó en 54,5%, (22 a 10); mientras el nivel bajo aumentó en 92,9%, (14 a 27) (p=0,013).
No hubo una correlación entre la edad y los MET, (r=0,09; p=0,35). En relación con el lugar actual de residencia, los alumnos que vivían en la ciudad mostraron una variación significativa en el nivel de AF durante la pandemia (p=0,0001); el nivel alto disminuyó en 65,2%, y el nivel bajo aumentó en 153,8%. Sin embargo, en los participantes residentes en el campo, las cifras se mantuvieron para los tres niveles de AF (p=N.S.). Además, no hubo diferencia entre el nivel de AF según el lugar actual de residencia, antes (p=0,601) ni durante la pandemia (p=0,290) (Tabla 2).
En relación con los días de AF, no hubo una variación significativa, antes y durante la pandemia. Con relación a la caminata, se encontró una variación significativa entre antes y durante la pandemia (p=0,0001) (Tabla 3). En relación con el tiempo promedio de AF en un día, se encontró una variación significativa durante la pandemia (p= 0,009). Con relación a minutos sentados al día, la mayor parte de los estudiantes permanecían sentados mayor a 240 minutos, algunos superando los 600 minutos al día; encontrando una variación significativa (p=0,0289) entre antes y durante la pandemia (Tabla 4).
DISCUSIÓN
Se destaca la importancia de la AF en el campo de la salud y educación. En el ámbito de la salud contribuye a promover un mejor sistema inmunológico y prevenir enfermedades no transmisibles, disminuye los síntomas de depresión y ansiedad, y contribuye a mantener una buena salud metabólica y musculoesquelética 9. En el ámbito de la educación, mejora el rendimiento académico y así constituye en la formación integral, personal y profesional del estudiante 9,10. Por lo tanto, el tema de AF debe formar parte de las intervenciones del sistema sanitario, al reducir esta potencial carga de enfermedades y los problemas mencionados, a través del desarrollo de estrategias que permitan promover y mantener físicamente activa a la población desde su niñez.
Los resultados de este estudio mostraron que la Covid-19 y el confinamiento, tuvieron efectos negativos en el nivel de AF, ya que el porcentaje de alumnos con nivel alto disminuyó, mientras que el nivel bajo aumentó. Ello es semejante a lo reportado por Díaz et al., 11, en Ecuador, sobre 635 estudiantes entre 12 a 20 años, hubo correlación usando prueba Tau de Kendall, disminuyendo de 3,64 a 3,42. Aucancela et al. 12 (Ecuador), en 267 estudiantes universitarios midió la variación de AF de antes y durante la pandemia, disminuyendo el nivel alto y moderado en 5,2% y 7,9%, respectivamente; mientras el nivel bajo aumentó en 13,0%. Por el contrario, Urosa 13, midió la AF antes y durante la pandemia en la población escolar y adulta de España, en 297 participantes, reportando que el nivel alto aumentó en 13,2%, mientras el nivel moderado y bajo disminuyeron en 12,1% y 7,0%, respectivamente (Tabla 5).
Frente a ello, son diversas las posibles causas que estarían relacionadas con la disminución en la práctica de AF. Primero, las medidas dictadas por el gobierno como la cuarentena, inmovilización social obligatoria y la suspensión temporal de clases presenciales. Segundo, el espacio físico se redujo a consecuencia de lo anterior, los estudiantes se vieron obligados a permanecer en sus hogares, sin poder practicar AF. Tercero, el miedo al contagio hizo que los estudiantes eviten salir de sus hogares y juntarse con amigos o terceras personas. Finalmente, la educación remota y potencial sobrecarga de las actividades académicas. Todo ello, requiere una investigación con cada uno de los posibles factores y así afirmar las verdaderas razones relacionados a la disminución de la práctica de AF.
Con relación a la AF antes de la pandemia, se encontraron diferentes comportamientos resaltando cifras mayores en el nivel alto; en nuestro estudio antes de la pandemia, 29,6% de estudiantes realizaba AF de nivel alto; Morales et al. 16, reportaron que 59,0% de adolescentes de Callao realizaban AF de nivel alto; y Atúncar 14, reportó 41,0% de estudiantes de Lima realizaban AF de nivel alto. Similar fue para el nivel bajo de AF; en este estudio, 19,7% de estudiantes realizaba AF de nivel bajo; Morales et al. 16 reportaron 15,0%, Atúncar 14 11,0% y Nina 15 27,0%, sin embargo, en un estudio hecho en España por Santillán et al. 17, reportaron que más de la mitad (55,7%) realizaban AF de nivel bajo.
Por otro lado, durante la pandemia se encontraron resultados variables resaltando mayores porcentajes en el nivel alto, generando posibilidades de existencia de una subjetividad propia de la aplicación del instrumento (Tabla 5). Este estudio encontró que 13,2% y 41,7% realizaban AF de nivel alto y bajo, respectivamente. Maza et al. 18, en Lima, de 113 docentes encuestados de una universidad privada, reportó que 40,7% realizaban AF de nivel alto y 32,7% de nivel bajo. Yanamango et al. 19, en 97 trabajadores administrativos en una universidad privada del Perú, reportó que 43,3% realizaban AF de nivel alto y 34,0% de nivel bajo. Estudios de otros países, muestran resultados muy diferentes. Ayala et al. 20, en Colombia, en 100 estudiantes del área deportiva, reportó que 84,0% realizaban AF de nivel alto y 10,0% nivel bajo. Rico y col. 21, en México, en 466 personas, reportó que 31,8% practicaba AF alta y 46,4% AF baja.
Con respecto a la edad y los MET, los resultados mostraron que no hubo una correlación, es decir, la edad no influye en la AF, ya que los estudiantes de diferentes edades realizan AF con la misma intensidad. Ello en sintonía con otros estudios antes de la pandemia, donde estudiantes de diferentes edades presentan valores similares, como el estudio realizado por Espinoza y Gonzales 2 en estudiantes de Lima-Perú, donde los diferentes grupos de edad presentaron similar comportamiento. Asimismo, el estudio realizado por Práxedes et al. 22, en universitarios de España, mostró que no existe asociación entre grupos de edad y niveles de AF. Se puede evidenciar, que en los estudios analizado el espectro de edad es similar, por lo tanto, se resalta que la edad no influye en la práctica de AF, ya que los estudiantes lo realizan con la misma frecuencia e intensidad.
Con relación al sexo y AF, los resultados del presente estudio no muestran asociación entre ambas variables. Sin embargo, la comparación del antes y durante la pandemia, mostró que en ambos grupos hubo una disminución del nivel alto y un aumento del nivel bajo. Dichos resultados haciendo una comparación con estudios prepandemia presentan un comportamiento similar, tal es el caso el estudio de Atúncar 14, que en su estudio no encontró diferencias en la AF entre sexos. De la misma forma, en estudio hecho durante la pandemia por Yanamango et al. 19, no se encontró una asociación entre ambas variables. Asimismo, en el estudio prepandemia de Espinoza y Gonzales 2, los resultados indican que los varones presentaban AF de nivel bajo. De la misma forma, en estudio de Maza et al. 18, hecho durante la pandemia, los del sexo masculino realizaban mayor AF en todos los niveles.
Con respecto a la frecuencia de AF, los resultados del presente estudio indican que antes de la pandemia, 40,0% de los participantes la realizaban según las recomendaciones de las instituciones internacionales como OPS/OMS, que de 18 a 64 años se debe practicar 150 minutos a la semana entre actividad vigorosa y moderada, como mínimo; mientras que durante la pandemia disminuyó a 25,0%. Comparando con estudios prepandemia, se reporta mayor actividad; Atúncar 14 reportó que 89,0% practicaban AF de acuerdo con el nivel recomendado, Castañeda y Campos 23 en estudiantes españoles reportaron 54,8%.
El estudio presentó algunas limitaciones, tales como: la baja tasa de respuesta, si bien no hubo diferencias entre la población y participantes en las variables sociodemográficas analizadas, no se tiene la certeza de su comparabilidad. Asimismo, las preguntas pre-pandemia recogieron su percepción y recuerdo del pasado (aprox. 3 meses); por tanto, se debe considerar posibles sesgos de memoria y respuesta (deseabilidad y frustración sociales). Finalmente, solo se obtuvo MET por semana tanto antes y durante la pandemia en valores absolutos y no se sabe con precisión los factores que estarían asociados en la variación de los niveles de AF.
Se concluye, que el nivel de AF durante la pandemia, mostró una disminución significativa en el nivel alto y un aumento en el nivel bajo, y con relación al nivel moderado, no hubo mucha variación entre ambos periodos. Segundo, la frecuencia y duración disminuyó de manera significativa entre aquellos realizaban AF mayor a 150 minutos por semana. Tercero, en relación con la edad de los participantes y los MET indican que no hubo una asociación y de la misma forma en relación con el sexo de los participantes y el nivel de AF, no hubo una asociación ni antes ni durante la pandemia.
Finalmente, surgieron algunas recomendaciones, tales como: elevar los niveles de AF en los estudiantes universitarios y en población en general, adoptando nuevas estrategias que promuevan la práctica en el contexto actual, especialmente en actividades que generan mayor gasto de energía, y disminuir el tiempo de actividades sedentarias. Asimismo, se sugiere realizar más estudios para identificar los factores que estarían asociados a la práctica de AF.