INTRODUCCIÓN
El seno maxilar, o también llamado antro de Highmore, conforma el más grande de los senos paranasales. Está ubicado en el hueso maxilar, por debajo de la órbita ocular y por encima de los dientes posterosuperiores. Su desarrollo determina la forma definitiva de la cara; y durante la función fonética actúa como caja de resonancia de la voz. Entre otras funciones, están la respiratoria, de resistencia y drenaje 1-5.
Los senos maxilares están recubiertos por una delgada membrana mucosa que se adhiere al periostio y por epitelio respiratorio pseudoestratificado cilíndrico ciliado. Anatómicamente, tienen forma de pirámide irregular y constan de paredes anterior, inferior, superior y posterior, las cuales están relacionadas con el hueso maxilar (2-4). Dicha relación anatómica cambia conforme pasa el tiempo, ya que el hueso cortical alveolar se hace cada vez más delgado, siendo las molares y la segunda premolar las piezas dentales de mayor relación con el seno 5.
El seno maxilar tiene mucha proximidad al proceso dentoalveolar, y junto con el proceso maxilar son importantes en el desarrollo de la cara y la cavidad oral 6. En ese sentido, la mucositis se define como el engrosamiento de la mucosa antral ante la presencia de alguna infección odontogénica que desencadena una respuesta inflamatoria y migra desde el ápice de la raíz del diente infectado a través del hueso esponjoso hacia el piso del seno maxilar 7-9. Teniendo en cuenta que el grosor del revestimiento de la mucosa dentro del seno maxilar es menor que 1 mm en condiciones normales, y que radiográficamente no se puede percibir, la mucositis se define como la presencia de un revestimiento de la mucosa que tiene más de 4 mm de espesor 9.
Otra de las alteraciones patológicas del seno maxilar es el pseudoquiste antral (pseudoquiste de retención mucoso), que es la lesión solitaria reactiva o inflamatoria más común del seno maxilar que origina una elevación del tejido blando en el piso del seno maxilar. Generalmente, es asintomático, por lo que la mayoría de veces representa un hallazgo radiográfico, que puede ser unilateral o bilateral. Radiográficamente, se muestra como una lesión radiopaca homogénea en forma de cúpula «domo» que nace del piso del seno maxilar 10-13.
Por otro lado, la radiografía es el instrumento más utilizado para complementar un diagnóstico oral. Aunque las imágenes obtenidas otorgan una representación bidimensional de objetos tridimensionales, nos dan una visión amplia de los dientes y las estructuras maxilares, permitiendo obtener hallazgos en el piso o paredes del seno 7,8. La mucositis y el pseudoquiste antral son dos hallazgos radiográficos no tan raros en la población. Algunos autores reportan una prevalencia entre 1,4 % y 9,6 % con respecto al pseudoquiste antral 12,13; y una prevalencia entre 19 % y 36 % con respecto a la mucositis 9.
Aunque la etiología del pseudoquiste antral es indefinida y controversial, su prevalencia parece estar relacionada a variaciones climáticas y de humedad 13,14. Así como el revestimiento delgado de la base del seno maxilar puede reaccionar ante la humedad, también lo puede hacer ante cualquier proceso inflamatorio odontogénico (mucositis), que viene a ser una periodontitis apical sintomática o asintomática adyacente a la mucosa antral que aparece radiográficamente como un engrosamiento de la mucosa o expansión de tejido blando en forma de domo en el piso del seno; asimismo, no siempre hay destrucción ósea periapical evidente 15.
El presente estudio tuvo como objetivo determinar la prevalencia de pseudoquiste antral y mucositis como entidades frecuentes encontradas en radiografías panorámicas en pacientes de un centro radiológico de Huacho, Lima-Perú, 2019.
MATERIALES Y MÉTODOS
El presente estudio es de tipo transversal, observacional, descriptivo y retrospectivo. La población estuvo conformada por un total de 1646 radiografías panorámicas que fueron recolectadas del centro radiológico Diagnóxtica, de Huacho, tomadas y registradas entre enero y diciembre de 2019, considerando todas las edades. Mediante un muestreo no probabilístico por conveniencia se asignó como muestra a las radiografías panorámicas con el diagnóstico radiográfico de pseudoquiste antral y mucositis; y se eliminaron aquellas cuyos pacientes evidenciaban atrofia del seno maxilar, perforación de piso del seno maxilar, con fractura, patología quística o tumoral asociada a una pieza dental a nivel del seno maxilar, con sinusitis (nivel hidro-aéreo o veladura total del seno) odontogénica y no odontogénica. Finalmente, se obtuvo una población muestral de 1224 radiografías panorámicas.
La variable pseudoquiste antral se determinó considerando la presencia de IRO (imagen radiopaca) de tejido blando en forma de «domo» en la radiografía panorámica, de bordes definidos y redondeados que nace del piso del seno maxilar. La variable mucositis se determinó considerando la presencia de aumento del espesor o engrosamiento de la silueta de la mucosa antral o expansión en forma de cúpula, en relación con la presencia de periodontitis apical. El engrosamiento de la mucosa se determinó mediante la evidencia radiográfica del aumento del espesor de la silueta de la mucosa antral basal (presencia de líneas simples). La periodontitis apical es el conjunto de etapas sucesivas que conllevan la disminución de la densidad o pérdida de la estructura y forma del tejido óseo debido a un proceso infeccioso de origen pulpar y/o periodontal. Se consideró el hallazgo radiológico que incluya uno o más signos de alteración de la estructura ósea: a) ensanchamiento del espacio para el ligamento periodontal; b) borramiento de la lámina dura; c) proceso osteolítico; d) proceso osteogénico; e) proceso osteolítico y osteogénico. Las variables sexo, edad y mes de toma radiográfica se obtuvieron mediante la recolección de la información registrada en el momento de la toma radiográfica.
Se gestionó el permiso correspondiente con el centro radiológico Diagnóxtica de Huacho para tener acceso a las radiografías panorámicas virtuales del período enero-diciembre de 2019. Se revisaron dichas radiografías empleando una ficha como instrumento de evaluación para la recolección de datos, que fue validada por cinco especialistas bajo el criterio de expertos y con la calibración de los investigadores con un radiólogo con más de 10 años de experiencia. Se realizó la calibración intraobservadores con el test de kappa, y así se obtuvo el nivel de concordancia entre ellos, cuyo resultado fue de 0,80 (considerable). Posteriormente, se procedió a la confección de la base de datos con la información codificada por los investigadores, con el fin de mantener la confidencialidad de los participantes. Se realizó el análisis descriptivo mediante la obtención de las frecuencias absolutas y relativas de las variables de la investigación. De igual forma, se realizó un análisis bivariado mediante la prueba de chi cuadrado para encontrar asociación entre las variables. El estudio contó con un nivel de confianza del 95 % y un p < 0,05. Se empleó el programa Excel y SPSS 25,0.
Este estudio se ejecutó luego de recibir la aprobación del Comité Institucional de Ética de la Universidad Peruana Cayetano Heredia (CIE-UPCH), con fecha 4 de noviembre de 2020, con código SIDISI n.° 201477.
RESULTADOS
En el presente estudio se evaluaron 1224 radiografías panorámicas, de las cuales 451 pertenecieron a pacientes del sexo masculino y 773 del sexo femenino. Además, se evaluaron a pacientes de todas las edades. De 1224 pacientes, 70 (5,71 %) presentaron pseudoquiste antral de origen respiratorio (PAOR). La mayor frecuencia se dio en el grupo etario de mayores de 60 años (10,64 %), seguido del grupo de 51 a 60 años (7,14 %). Con respecto al lado, encontramos 31 casos en cada lado (44,29 % cada uno), y solo 8 casos (11,43 %) en ambos lados (Tabla 1).
Edad (años) | Total | No presenta | Presenta | |||||||||
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n | % | n | % | n | % | Ubicación | ||||||
Lado derecho | Lado izquierdo | Ambos lados | ||||||||||
n | % | n | % | n | % | |||||||
< 10 | 82 | 6,70 | 81 | 98,78 | 1 | 1,22 | 1 | 100,00 | 0 | 0,00 | 0 | 0,00 |
11-20 | 511 | 41,75 | 484 | 94,72 | 27 | 5,28 | 11 | 40,74 | 13 | 48,15 | 3 | 11,11 |
21-30 | 308 | 25,16 | 290 | 94,16 | 18 | 5,84 | 9 | 50,00 | 8 | 44,44 | 1 | 5,56 |
31-40 | 115 | 9,40 | 108 | 93,91 | 7 | 6,09 | 1 | 14,29 | 5 | 71,43 | 1 | 14,29 |
41-50 | 58 | 4,74 | 55 | 94,83 | 3 | 5,17 | 2 | 66,67 | 1 | 33,33 | 0 | 0,00 |
51-60 | 56 | 4,58 | 52 | 92,86 | 4 | 7,14 | 2 | 50,00 | 1 | 25,00 | 1 | 25,00 |
> 60 | 94 | 7,68 | 84 | 89,36 | 10 | 10,64 | 5 | 50,00 | 3 | 30,00 | 2 | 20,00 |
Total | 1224 | 100,00 | 1154 | 94,28 | 70 | 5,71 | 31 | 44,29 | 31 | 44,29 | 8 | 11,43 |
Prueba chi2 | p = 0,605 |
De los 70 pacientes con PAOR, se contabilizó 39 (8,64 %) varones y 31 (4,01 %) mujeres. El hecho de encontrar más varones que mujeres con esta lesión, a pesar de ser la minoría, es estadísticamente muy significativo (p = 0,007) (Tabla 2).
Sexo | Total | No presenta | Presenta | |||||||||
---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|
n | % | n | % | n | % | Ubicación | ||||||
Lado derecho | Lado izquierdo | Ambos lados | ||||||||||
n | % | n | % | n | % | |||||||
Masculino | 451 | 36,85 | 412 | 91,35 | 39 | 8,64 | 16 | 40,02 | 19 | 48,71 | 4 | 10,25 |
Femenino | 773 | 63,15 | 742 | 95,98 | 31 | 4,01 | 15 | 48,38 | 12 | 38,70 | 4 | 12,90 |
Total | 1224 | 100,00 | 1154 | 94,28 | 70 | 5,71 | 31 | 44,29 | 31 | 44,29 | 8 | 11,43 |
Prueba chi2 | p = 0,007 |
Con respecto al mes del año de la toma radiográfica, 11 (8,80 %) pacientes acudieron a tomarse la radiografía panorámica en septiembre, siendo el mes con la prevalencia más alta. Asimismo, al agrupar por estaciones, encontramos casi igual cantidad de individuos en verano (23 pacientes) y en invierno (22 pacientes).
De las 1224 radiografías panorámicas que evaluamos en el presente estudio, 171 (13,97 %) pacientes presentaron engrosamiento de la mucosa antral (EMA), manifestándose mayormente en el grupo etario de 31 a 40 años con 21,63 % (37 pacientes); además, existe otro pico etario de mayores de 60 años con 19,88 % (34 pacientes). Al correlacionar la pieza dental afectada y el EMA, observamos que la de mayor frecuencia fue la pieza 16 con 4,51 % (59 piezas), seguido por la pieza 26 con 3,67 % (48 piezas) (Tabla 3).
Grupo etario (años) | Total | Valor p | |||||||||||||||
---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|
< 10 | 11-20 | 21-30 | 31-40 | 41-50 | 51-60 | > 60 | |||||||||||
n | % | n | % | n | % | n | % | n | % | n | % | n | % | n | % | ||
Engrosamiento mucoso | |||||||||||||||||
No presenta | 82 | 7,78 | 482 | 45,77 | 276 | 26,21 | 78 | 7,40 | 35 | 3,32 | 40 | 3,79 | 60 | 5,70 | 1053 | 86,03 | < 0,0001 |
Presenta | 0 | 0,00 | 29 | 16,95 | 32 | 18,71 | 37 | 21,63 | 23 | 13,45 | 16 | 9,35 | 34 | 19,88 | 171 | 13,97 | |
Total | 82 | 6,70 | 511 | 41,75 | 308 | 25,16 | 115 | 9,40 | 58 | 4,74 | 56 | 4,58 | 94 | 7,68 | 1224 | 100,00 | |
Lesión periapical | |||||||||||||||||
No presenta | 82 | 7,78 | 482 | 45,77 | 276 | 26,21 | 78 | 7,40 | 35 | 3,32 | 40 | 3,79 | 60 | 5,70 | 1053 | 80,57 | < 0,0001 |
Pieza 18 | 0 | 0,00 | 0 | 0,00 | 2 | 18,18 | 4 | 36,36 | 1 | 9,09 | 1 | 9,09 | 3 | 27,09 | 11 | 0,84 | |
Pieza 17 | 0 | 0,00 | 1 | 3,44 | 5 | 17,24 | 5 | 17,24 | 5 | 17,24 | 4 | 13,79 | 9 | 31,03 | 29 | 2,22 | |
Pieza 16 | 0 | 0,00 | 14 | 23,72 | 11 | 18,64 | 11 | 18,64 | 8 | 13,55 | 2 | 3,38 | 13 | 22,03 | 59 | 4,51 | |
Pieza 15 | 0 | 0,00 | 3 | 10,00 | 5 | 16,66 | 7 | 23,33 | 4 | 13,33 | 3 | 10,00 | 8 | 26,66 | 30 | 2,30 | |
Pieza 25 | 0 | 0,00 | 7 | 18,42 | 4 | 10,52 | 12 | 31,57 | 3 | 7,89 | 4 | 10,52 | 8 | 21,05 | 38 | 2,91 | |
Pieza 26 | 0 | 0,00 | 12 | 25,00 | 6 | 12,50 | 10 | 20,83 | 8 | 16,66 | 5 | 10,41 | 7 | 14,58 | 48 | 3,67 | |
Pieza 27 | 0 | 0,00 | 0 | 0,00 | 6 | 22,22 | 7 | 25,92 | 5 | 18,51 | 2 | 7,40 | 7 | 25,92 | 27 | 2,07 | |
Pieza 28 | 0 | 0,00 | 0 | 0,00 | 3 | 25,00 | 2 | 16,66 | 4 | 33,33 | 1 | 8,33 | 2 | 16,66 | 12 | 0,92 | |
Total | 0 | 0,00 | 519 | 39,71 | 318 | 24,33 | 136 | 10,41 | 73 | 5,59 | 62 | 4,74 | 117 | 8,95 | 1307 | 100,00 |
Prueba chi2
De los 171 pacientes que se presentaron con EMA del seno maxilar, hubo 103 (60,58 %) mujeres y 68 (39,76 %) varones. La pieza más afectada, tanto en varones como en mujeres, fue la pieza 16, con 28 (47,45 %) y 31 (52,54 %), respectivamente; seguido por la pieza 26, con 22 (45,83 %) y 26 (54,16 %), respectivamente (Tabla 4).
Sexo | Total | Valor p | |||||
---|---|---|---|---|---|---|---|
Masculino | Femenino | ||||||
n | % | n | % | n | % | ||
Engrosamiento mucoso | |||||||
No presenta | 383 | 36,37 | 670 | 63,62 | 1053 | 86,03 | 0,393 |
Presenta | 68 | 39,76 | 103 | 60,58 | 171 | 13,97 | |
Total | 451 | 42,83 | 773 | 63,15 | 1224 | 100,00 | |
Lesión periapical | |||||||
No presenta | 383 | 36,37 | 670 | 63,62 | 1053 | 80,57 | 0,138 |
Pieza 18 | 5 | 45,45 | 6 | 54,54 | 11 | 0,84 | |
Pieza 17 | 11 | 37,93 | 18 | 62,06 | 29 | 2,22 | |
Pieza 16 | 28 | 47,45 | 31 | 52,54 | 59 | 4,51 | |
Pieza 15 | 10 | 33,33 | 20 | 66,66 | 30 | 2,30 | |
Pieza 25 | 15 | 39,47 | 23 | 60,52 | 38 | 2.91 | |
Pieza 26 | 22 | 45,83 | 26 | 54,16 | 48 | 3,67 | |
Pieza 27 | 11 | 40,74 | 16 | 59,25 | 27 | 2,07 | |
Pieza 28 | 9 | 75,00 | 3 | 25,00 | 12 | 0,92 | |
Total | 494 | 37,80 | 813 | 62,20 | 1307 | 100,00 |
Prueba chi2
Finalmente, se registró 11 pacientes (0,90 %) que presentaron tanto pseudoquiste antral como mucositis, correlacionadas; de estos, 4 se presentaron en el lado derecho (36,36 %), 3 en el lado izquierdo (27,27 %) y 4 en ambos lados (36,36 %) (Tabla 5).
Ubicación | Total | |||||||
---|---|---|---|---|---|---|---|---|
Lado derecho | Lado izquierdo | Ambos lados | ||||||
n | % | n | % | n | % | n | % | |
Solo presenta mucositis | 62 | 38,75 | 59 | 36,87 | 39 | 24,37 | 160 | 13,07 |
Solo presenta PsA | 27 | 45,76 | 28 | 47,45 | 4 | 6,77 | 59 | 4,82 |
Presenta ambos | 4 | 36,36 | 3 | 27,27 | 4 | 36,36 | 11 | 0,89 |
No presenta | 0 | 0,00 | 0 | 0,00 | 0 | 0,00 | 994 | 81,20 |
Total | 1224 | 100,00 |
Prueba chi2
DISCUSIÓN
En nuestro estudio, el 5,71 % (n = 70) presentó PAOR. Este valor se asemeja a lo hallado por Rodrigues et al. 1, quienes encontraron una prevalencia de PAOR de 3,19 % de una muestra de 6293 pacientes en una población brasileña; sin embargo, el valor hallado por nosotros difiere de lo encontrado por Carter et al. 13, quienes describieron una prevalencia de 9,7 % de una muestra de 1175 pacientes en una población norteamericana.
Con respecto a la localización, nuestro estudio no halló diferencia significativa por el lado afectado. Esto coincide con Allard et al. 16, quienes evaluaron una muestra de 1080 radiografías panorámicas y no encontraron diferencias significativas en cuanto al lado afectado. Rodrigues et al. 1 tampoco encontraron diferencia significativa entre la ocurrencia de PAOR en el lado derecho e izquierdo. Dada la simetría en el desarrollo de los senos tanto derecho como izquierdo, estos hallazgos nos sugieren ser coincidentes. Esto podría estar respaldado por el estudio de Sharma et al. 17, quienes quisieron estimar las dimensiones de los senos maxilares mediante tomografía computarizada, teniendo en cuenta la profundidad, la altura y la amplitud de los senos; sin embargo, no encontraron diferencias significativas para la variable lado.
En relación con el grupo etario, en el presente estudio se encontró una mayor prevalencia en el grupo de 60 años a más, seguido por el grupo de 51 a 60 años. Rodrigues et al. 1 encontraron una preferencia por la segunda y tercera décadas de vida, además observaron una disminución en la frecuencia de casos con el aumento de la edad, esto posiblemente se debe a que su muestra estuvo conformada por una mayor cantidad de pacientes jóvenes (edad promedio de 25 años). Casamassimo y Lilly 18 encontraron que el PAOR se diagnosticó mayoritariamente en la tercera década de vida y no hubo asociación entre el tamaño del quiste y la edad del paciente. En contraparte, Gutiérrez 19, en su estudio de la frecuencia de variantes anatómicas de los senos maxilares evaluada en tomografía computarizada volumétrica en Perú, sí encontró asociación (p = 0,01) entre la prevalencia de PAOR y la edad (edad promedio de 41,2 años). Dicha autora postula que condiciones tales como la ausencia de piezas dentales superiores, antecedentes de cirugía y patología dentro o adyacente a los senos maxilares afectarían los resultados, no necesariamente debido a la edad, sino más bien a los cambios producidos por dichas condiciones a nivel dental, y que afectarían directamente el contorno del seno maxilar.
En relación con el sexo, se encontró una prevalencia significativa por el sexo masculino, aunque participaron más mujeres que varones en nuestra muestra. Estos resultados concuerdan con Allard et al. 16, quienes hallaron que los hombres se vieron afectados significativamente más que las mujeres (p < 0,001) en una muestra con igual número de participantes de ambos sexos; por lo que estos autores descartan que esta diferencia pueda deberse a una mayor dedicación en el cuidado dental, al ser el PAOR, al igual que otros quistes, no odontogénico. En nuestro estudio, esto contrastaría nuestros resultados, debido a que, siendo nuestra muestra mayor en cantidad de mujeres que varones, la prevalencia fue mayor en varones, lo que sí podría concordar con la adecuada dedicación a la higiene en las mujeres. Carter et al. 13 también reportaron una ligera prevalencia por el sexo masculino a pesar de que su muestra estuvo conformada en su mayoría por mujeres.
Al correlacionar la presencia de PAOR con los meses del año, en el presente estudio se encontró una mayor frecuencia en los cambios de estación. Carter et al. 13 encontraron prevalencia significativa en los meses de noviembre, diciembre y enero, los meses más fríos en Nueva York (EE. UU.). Estos autores sugieren que, dada la alta prevalencia durante los meses fríos de invierno, esta variación estacional puede estar asociada con una mayor incidencia de viremias o irritación del tracto respiratorio superior. En contraparte, Sultan et al. 20, quienes evaluaron la prevalencia de PAOR en una población pediátrica de Estados Unidos, encontraron la mayor prevalencia en el mes de octubre, pero no fue estadísticamente significativo. Dichos autores conjeturan que dada la naturaleza incidental del PAOR al identificarse, este pico de incidencia durante el mes de octubre puede ser coincidente, ya que el PAOR puede persistir durante largos periodos de tiempo sin presentar sintomatología y no necesariamente identificarse en el inicio de su desarrollo.
En el presente estudio, se encontró una alta prevalencia de EMA, presentada en 171 pacientes (13,97 %). Aunque el EMA suele ser asintomático y considerado un hallazgo radiográfico, se hace presente en distintos estudios, como el de Shambhag et al. 21 y Leandro et al. 22, quienes encontraron una prevalencia de 60,5 % y 65,2 %, respectivamente, seguido de Lu et al. 23 con 48,4 %, y Goller et al. 24 con 33,8 %. En todos estos estudios, relacionaron la prevalencia de EMA con la edad, siendo Goller et al. 24 los que obtuvieron resultados más semejantes a los nuestros (21,63 %), ya que encontraron una mayor prevalencia en el grupo etario de 41 a 60 años con un 51,2 %; asimismo, tanto Shambhag et al. 21 como Lu et al. 23 presentaron una mayor prevalencia en pacientes mayores o iguales a 60 años. En nuestro estudio, este último grupo etario fue el segundo con mayor prevalencia de EMA (19,88 %). Debido a que las personas de edad avanzada presentan disfunciones orgánicas y sistémicas, sus componentes anexos pueden verse afectados, como es el caso del seno maxilar que es una cavidad anexa al sistema respiratorio.
También se correlacionaron las piezas dentales que condicionen EMA y se observó que la pieza 16 tuvo la mayor prevalencia con 4,51 % (59 piezas), seguido por la pieza 26 con 3,77 % (38 piezas). Autores como Goller et al. 24 y Shambhag et al. 21 mencionan que hubo una mayor prevalencia en piezas que presentaban lesión periapical, siendo las primeras molares las más frecuentes. Adicionalmente, Shambhag et al. 21 encontraron un 45,6 % de EMA relacionado con enfermedad periodontal. Por otro lado, Lu et al. 23 también encontraron una similitud entre el EMA y la presencia de lesión periapical (29,2 %), pero mencionan en su estudio que existe una prevalencia de engrosamiento sin periodontitis (41,5 %), que aumenta a 77,8 %, 76,9 %, 74,1 % y 100 % para aquellos casos que se presentan, respectivamente, con las clases 2, 3, 4 y 5 de enfermedad periodontal. Dichos autores también relacionan las primeras molares como aquellas que presentan una mayor prevalencia. De las primeras molares, es muy probable que la pieza 16 sea la más afectada, debido a que es una de las primeras en erupcionar y, por lo tanto, tiene más tiempo de exposición a los patógenos orales que condicionan la caries dental.
Al evaluar el EMA en los hombres, fue casi 2 veces más común que en mujeres, a pesar de que los hombres representaron una menor población en nuestro estudio. Goller et al. 24 y Shambhag et al. 21 también encontraron el doble de cantidad de EMA en varones en comparación con las mujeres. Janakiram et al. 25 mencionan en su estudio que los varones presentan una mayor prevalencia de enfermedad periodontal y, al tener distintas bacterias y otras toxinas que afectan el hueso alveolar, la membrana mucosa actúa como un escudo para los senos del maxilar. Romero et al. 26 encontraron una prevalencia de gingivitis en hombres que fue de 78 % y en mujeres de 75 %; a pesar de que los varones representaban una cantidad menor de población, fueron los que presentaron una mayor prevalencia de gingivitis. Esto demuestra la predilección por varones en la mayoría de los estudios que también podría estar relacionada con la poca dedicación que tienen estos en el cuidado de la higiene dental.
Al correlacionar, como objetivo principal de nuestro estudio, la presencia de pseudoquiste antral con mucositis, encontramos que 11 personas (0,90 %) presentaron ambas entidades, lo que representa una incidencia de casi 1 % de la muestra. Esto podría confirmar una posible hipótesis de que los pseudoquistes antrales también son generados por patologías periapicales y no exclusivamente por patologías respiratorias, lo cual nos llevaría a considerar mejor el tratamiento biomecánico y farmacológico de entidades como la periodontitis apical.
Finalmente, una de las limitaciones en la realización del presente estudio fue la escasez de literatura con respecto a entidades como mucositis y pseudoquiste antral, sobre todo en territorio peruano; por ello, consideramos que ahí radica la importancia de los datos epidemiológicos obtenidos en esta investigación, pues podrán ser usados en futuras indagaciones.
CONCLUSIONES
De forma general, podemos concluir que se comprobó la correlación entre la presencia de lesiones apicales que condicionan tanto el EMA como el pseudoquiste antral odontogénico, siendo esta relación de consideración debido a que se aproxima al 1 % (0,90 %) de la muestra, que resulta en una correlación poco prevalente (y no rara). En cuanto al PAOR, se encontró mayor prevalencia en el grupo de individuos mayores de 60 años, lo que indica que su presencia aumenta conforme aumenta la edad; y se encontró diferencia estadísticamente significativa por el sexo masculino. Con respecto al EMA, se encontró una mayor prevalencia en el grupo etario de 31 a 40 años, mayormente asociada a la pieza 16 y relacionada con la enfermedad periodontal y las lesiones periapicales.