Señora editora:
El defecto de Stafne es una condición mandibular poco común, asintomática, conocida también como quiste óseo de Stafne, cavidad ósea de Stafne, quiste óseo latente, defecto aberrante de la glándula salival, defecto óseo del desarrollo de la mandíbula, cavidad ósea idiopática y mandíbula cortical. Su etiología es incierta; sin embargo, se han evidenciado casos en los que se da debido a la presión de la glándula salival adyacente y en otros casos por una pequeña conexión con tejido blando contiguo que no se visualiza en las radiografías 1. El hallazgo de este defecto predomina en pacientes de sexo masculino entre 50 y 70 años de edad 2.
Radiográficamente, se caracteriza por su radiolucidez, forma redondeada u ovalada, ser unilocular y tener bordes escleróticos. Se clasifica en cinco tipos: tipo 0: limitado a la cortical lingual; tipo 1: limitado al hueso esponjoso; tipo 2: alcanza la cortical bucal; tipo 3: alcanza la cortical bucal provocando expansión; y tipo 4: sin cortical bucal. Dicha cavidad ósea está llena de tejido blando glandular, vasos sanguíneos, tejido adiposo y/o linfoide y haces nerviosos 2-4.
Los efectos del defecto de Stafne en las estructuras adyacentes son adelgazamiento del hueso esponjoso y reabsorción de la cortical bucal extendida (según su clasificación); asimismo, se ha reportado reabsorción radicular de dientes contiguos1.
Para el diagnóstico se utilizan diferentes técnicas de imagen, como radiografías panorámicas, tomografía computarizada, tomografía computarizada de haz cónico, resonancia magnética (para una evaluación óptima del tejido blando). Entre los diagnósticos diferenciales, se tienen lesiones radiolúcidas de la mandíbula, tales como ameloblastoma, quiste residual, quiste o lesiones periapicales 2.
En conclusión, la identificación del defecto de Stafne es importante, ya que se considera una entidad poco frecuente. Imagenológicamente, es similar a los quistes de mandíbula, lo cual podría llevar a confusiones en el diagnóstico. Al ser un defecto óseo benigno del desarrollo, no causa ningún cambio patológico y la intervención quirúrgica no es necesaria para el tratamiento; sin embargo, se sugiere controles clínicos y radiográficos cada 1 o 2 años por medio de una radiografía panorámica, así como visitas al odontólogo 4,5.