Señora editora:
Luego de la lectura cuidadosa del artículo publicado en su prestigiosa revista, titulado «Estrés percibido en estudiantes de Odontología de una universidad privada de Acapulco, México», en el año 2023 (enero-septiembre), donde se reporta que al menos seis de cada diez estudiantes percibieron variaciones elevadas de estrés 1), nos ha llamado la atención esta situación, ya que ello constituiría un impacto serio para la salud pública en las facultades y escuelas de Odontología de las diferentes universidades.
En la actualidad, se ha reportado que los estudiantes de Odontología experimentan cantidades considerables de estrés en el período estudiantil. Este estrés se debería principalmente al carácter exigente de la formación académica de la profesión del cirujano dentista 2). Se ha explicado que el estrés académico de los estudiantes durante la pandemia se debió a varios factores, como la acumulación de tareas universitarias, las condiciones emocionales, los factores financieros, la familia, la conexión a internet, el miedo a contraer el virus COVID-19 y el encierro 3).
Los resultados de una revisión sistemática coadyuvan a la explicación de que el estrés académico de los estudiantes durante la pandemia se debió a diversos factores, además de los descritos anteriormente, como los síntomas de los trastornos mentales de los estudiantes, problemas de salud fisiológicos, depresión, síntomas de angustia, ansiedad y mala calidad del sueño, que repercuten en el rendimiento académico, así como en otros ámbitos. En general, el impacto del estrés de los estudiantes universitarios se traduce en depresión, agotamiento, salud mental inadecuada e incluso indicios suicidas 3).
La mayor parte de la evidencia disponible se fundamenta en estudios de tipo transversal, por lo que se requieren futuros estudios de tipo longitudinal para monitorizar a los estudiantes a lo largo de su carrera profesional. Además, es necesario realizar más investigaciones para explorar y probar intervenciones de manejo del estrés 2). Por lo tanto, es importante reconocer las múltiples actividades académicas de los estudiantes -incluso laborales en algunos casos-, que deben ser un desafío para las autoridades universitarias a fin de establecer medidas preventivas y de promoción en estadios primarios de estrés del alumnado.