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Revista de Gastroenterología del Perú

versión impresa ISSN 1022-5129

Rev. gastroenterol. Perú v.31 n.4 Lima oct./dic. 2011

 

ARTÍCULOS ORIGINALES

 

Experiencia con el tapón biológico para fístula anal compleja

Experience with a biological plug for biological in complex anal fistula

 

Luis A. Borda Mederos1 ; Luis I. Chiroque Benites1 ; Jesús O. Pinto Elera2 ; Ana J. Manzaneda Pineda2

1 Asistente del Servicio de Coloproctología del Hospital Nacional Guillermo Almenara Irigoyen, EsSalud.
2 Alumno de la Facultad de Medicina Alberto Hurtado, Universidad Peruana Cayetano Heredia.

 


RESUMEN

El tratamiento de la fístula anal compleja es un reto quirúrgico debido al riesgo de lesión de los esfínteres con la posibilidad de desarrollar incontinencia fecal. Existen muchas técnicas para el tratamiento de las fístulas anales como fistulotomía, fistulectomía, sedales, colgajo de avance endorectal y cola de fibrina, con diferentes tasas de recurrencia e incontinencia fecal. Desde el 2006 se utiliza el tapón biológico Surgisis® AFP que produce el cierre de la fístula en aproximadamente 12 semanas, sin cirugía, por reemplazo del trayecto fistuloso por células del paciente, teniendo al parecer ventajas sobre las demás técnicas.
Se revisa en forma retrospectiva los resultados de 46 pacientes con fístula ano rectal compleja tratados con Tapón biológico en un periodo de 4 años. De éstos, 34 eran hombres (73,9%) y 12 eran mujeres; la edad promedio fue 47,2 años. Según el tipo de fístula, 41 fueron fístulas recidivadas (89,1%) y 5 transesfinterianas altas (10,8%). Los pacientes fueron intervenidos previamente 2,2 veces en promedio. Se tuvo éxito en el 73,9% de casos con un seguimiento promedio de 29,8 meses. El uso del Tapón para fístula anal Surgisis® AFP es una nueva alternativa con resultados aceptables en términos de recurrencia comparables a otras técnicas, pero con incontinencia nula.

PALABRAS CLAVE: Fístula anal, fístula anorectal, tapón.

 


ABSTRACT

Treatment of complex anal fistula is a surgical challenge because the risk of sphincter injury with the possibility of developing fecal incontinence. There are many techniques for the treatment of anal fistulas such as fistulotomy, fistulectomy, seton, endorectal advancement flap and fibrin glue, with different rates of recurrence and fecal incontinence. The biologic plug Surgisis® AFP it’s being used since 2006 and produces the closure of the fistula in approximately 12 weeks, without surgery, by replacement of the fistulous tract by cells of the patient, apparently having advantages over other techniques.
We retrospectively reviewed the results of 46 patients with complex anorectal fistula treated with the biological plug over a period of 4 years. Of these, 34 were men (73.9%) and 12 women, the mean age was 47.2 years. According the type of fistula, 41 were recurrent fistulas (89.1%) and 5 high transsphincteric fistulas (10.8%). Patients underwent surgery on average 2.2 times previously. The anal fistula plug was successful in 73.9% of cases with a median follow-up 29.8 months. Use of anal fistula plug Surgisis® AFP is a new alternative with acceptable results in terms of recurrence comparable to other techniques, but with no incontinence.

KEY WORDS: Anal fistula, anorectal fistula, plug.

 


INTRODUCCIÓN

La fístula anal o anorectal es el tracto o cavidad que comunica el recto o canal anal con una apertura externa identificable. Usualmente comprende una apertura externa (orificio secundario), un trayecto principal y una apertura interna (orificio primario). La fístula anal denota la fase crónica de la sepsis anorectal y es caracterizada por drenaje purulento crónico o dolor cíclico asociado con reacumulación del absceso, seguido de descompresión espontánea intermitente. Alrededor del 90% son de etiología criptoglandular (1,2) y es la historia natural de más del 50% de abscesos anorrectales.

La clasificación clásica de las fístulas fue descrita por Parks (3), y utiliza al esfínter anal externo como punto de referencia, pudiendo ser interesfinterianas, transesfinterianas, extraesfinterianas y supraesfinterianas. Sin embargo, últimamente se viene usando una clasificación que las separa en Fístulas simples o complejas, la diferencia radica en el riesgo que existe de lesionar los esfínteres al momento de repararlas y en consecuencia producir incontinencia. Las Fístulas complejas comprenden aquellas que involucran un tercio o la mitad del esfínter externo, fístulas anteriores en mujeres, fístulas recurrentes, fístulas con múltiples trayectos, aquellas con incontinencia preexistente, las asociadas a enfermedad de Crohn y las secundarias a radiación (4).

MATERIAL Y MÉTODOS

Estudio descriptivo y retrospectivo realizado entre 2007 y 2010, en Hospitales de EsSalud de Lima y provincias y clínicas particulares. Se incluyeron todos los pacientes diagnosticados de fístula anal compleja que fueron tratados con el Tapón para fístula anal Surgisis® AFP. Se evaluó el sexo, edad, tipo de fístula, etiología, número de cirugías previas, tiempo de seguimiento y resultado, considerándose como éxito al cierre o cicatrización de la fístula sin cirugía.

Una alternativa relativamente nueva es el Tapón para fistula anal surgisis® AFP, que es relativamente simple y rápida, se puede realizar bajo anestesia local, regional o general. Consiste en identificar los orificios interno y externo y limpiarlos. Luego se inserta una sonda que atraviese el trayecto fistuloso desde el orificio externo hasta el interno, en donde se fija al extremo estrecho del tapón que tiene forma cónica. Se jala el tapón hacia afuera hasta que el orificio interno quede bloqueado, una vez posicionado se recorta los extremos remanentes y se fija el extremo ancho a la mucosa rectal usando una sutura absorbible.

RESULTADO

En el periodo de estudio se intervinieron a 46 pacientes con el Tapón para fístula anal Surgisis® AFP, 34 fueron hombres (73,9%) y 12 mujeres (26,1%); la edad promedio fue 47,2 años (rango 14–65). Según el tipo de fístula, 41 fueron fístulas recidivadas (89,1%) y 5 transesfinterianas altas (10,8%), en los 46 pacientes (100%) la etiología fue criptoglandular.

El número de cirugías previas fue 2,2 veces en promedio (rango 0-4) (Tabla 1). Se tuvo éxito en el 70,7% de fístulas recidivadas y en 100% de fístulas transesfinterianas altas y un éxito total de 73,9% (Tabla 2); con un seguimiento promedio de 29,8 meses (rango 11-58).

 

 

 

 

DISCUSIÓN

El manejo de toda fístula tiene como objetivo erradicar la sepsis, cerrar la fístula y prevenir recurrencia preservando la continencia fecal del paciente, lo que requiere clasificar adecuadamente el trayecto primario de la fístula y evaluar su extensión. Se utilizó la palpación digital bajo anestesia, que es el examen clínico mandatorio para evaluar a estos pacientes, sin embargo, aún en manos expertas puede subestimar la extensión de la fístula y sus ramificaciones (5). Se ha descrito que la inyección de peróxido de hidrógeno por el orificio externo de la fístula ayuda a ubicar el orificio interno por el gas que libera, pero en ocasiones un trayecto ocluido puede frustrar su utilidad.

El uso de imágenes radiológicas sirve como ayuda en la evaluación de los trayectos fistulosos y orienta en la elección de alguna técnica quirúrgica. La fistulografía fue la primera técnica que se usó para delinear la anatomía de la fístula; y proporciona un buen mapeo de los trayectos fistulosos pero tiene limitaciones por inadecuada técnica, oclusión del trayecto fistuloso o incorrecta interpretación de las imágenes. Un estudio en 1985 mostró que la fistulografía era acertada sólo en 16% de casos (6), pero otros encontraron que mostraba patología que no se había sospechado previamente en casi la mitad de pacientes (7,8); sin embargo debido a su variable efectividad muy pocos médicos la utilizan de rutina. Una variante es la fistulografía por tomografía computada (TC), que puede usarse en pacientes seleccionados sobre todo cuando se sospecha de absceso pélvico que necesita ser drenado con guía tomográfica.

Las otras dos técnicas son la Ecografía Anal (EA) y las Imágenes por Resonancia Magnética (IRM). La EA muestra imágenes de alta resolución de la mucosa y los esfínteres, y requiere de una mínima preparación; también se usa la EA 3D sin embargo la primera es más precisa para evaluar el trayecto primario y el orificio interno (9). Esta técnica es beneficiosa pues es de bajo costo y rápida, pero es dependiente del operador y tiene limitaciones para evaluar la fosa isquioanal y la región del supraelevador que de no ser drenados conllevaría a una fístula recurrente (10).

La IRM ha revolucionado la evaluación de la fístula anorrectal. Ésta técnica tiene una excelente resolución del tejido blando, muestra imágenes de múltiples planos, tiene gran campo de visión y es el método óptimo para identificar el trayecto primario de la fístula y sus extensiones (5). Además de la técnica estándar también existe otra que utiliza una probeta endoanal, que actualmente no está disponible en nuestro medio. Ésta última delimita con gran exactitud los esfínteres y los orificios internos (11), pero tiene menor campo de visión y puede producir artefactos adyacentes a la probeta. Al igual que con la TC también se puede realizar fistulografía usando contraste rectal, sin embargo su uso no se ha popularizado.

Una vez realizada la evaluación preoperatoria se debe elegir la técnica quirúrgica a usar. Mientras el tratamiento de las fístulas interesfinterianas o superficiales es relativamente simple y preserva por completo el esfínter externo, las fístulas complejas tienen un manejo más cuidadoso. Por eso en los últimos años han aparecido opciones de tratamiento conservador para la fístula anal compleja que incluyen el Tapón para fístula anal Surgisis® AFP, la cola de fibrina y drogas biológicas en especial para pacientes con enfermedad de Crohn, en combinación o no con alguna técnica quirúrgica. La tasa de éxito para la cola de fibrina es alta a corto plazo, sin embargo a largo plazo se observa una recurrencia del 69% al 100% de casos (12,13,14), y ocurre por extravasación de la cola de fibrina desde el trayecto fistuloso o por falla al identificar y llenar completamente todas las ramas de la fistula (15). Sin embargo, por ser mínimamente invasiva y segura se considera como tratamiento de primera línea a pesar de la alta tasa de falla (15).

Las fístulas complejas también se pueden manejar con setón cortante, que mientras divide lentamente el tejido del trayecto fistuloso permite al mismo tiempo su cicatrización. Ésto permite que se preserve la continuidad del esfínter y teóricamente preserve la función esfinteriana. Su tasa de éxito varía desde 82% a 100%, sin embargo las tasas de incontinencia pueden superar el 30% (16,17,18).

Otro de los métodos utilizados es el colgajo de avance endorectal que es una opción atractiva para manejo de las fístulas complejas. Existen diferentes técnicas y en manos experimentadas tiene tasas de recurrencia variables que van de 0% a 36% y rangos de incontinencia de 0% a 12,5%(19,20,21), probablemente debido a la experiencia del cirujano. Sin embargo, no todos los pacientes son candidatos a ésta técnica, como aquellos con fístulas muy altas por la dificultad técnica o aquellos con estenosis anal o proctitis activa por las altas tasas de complicación y fallas (22).

El método más moderno para tratar las fístulas complicadas es el Tapón para fístula anal Surgisis® AFP, que se viene usando desde el 2006 cuando se reportó la primera serie por Johnson et al con 15 pacientes(23). Este xenoinjerto está hecho de submucosa de intestino delgado de cerdo liofilizado y es resistente a las infecciones, no produce reacción de cuerpo extraño por las células gigantes y es repoblado por células nativas del huésped dentro de las 12 semanas(24). Al colocar el tapón dentro del trayecto fistuloso se evita dividir el esfínter y por lo tanto mantiene su función intacta. Este dispositivo provoca un cierre mecánico inmediato del trayecto fistuloso, su forma cónica provee de estabilidad y ayuda a prevenir la expulsión (24).

La técnica es relativamente sencilla; luego de la preparación mecánica y antibiótico profilaxis con el paciente en litotomía y bajo anestesia regional se procede a la identificación de la anatomía de la fístula y a la fijación del Tapón biológico según la técnica descrita (Figura 1-8)

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Los primeros reportes del uso del Tapón para fístula anal Surgisis® AFP en el 2006 fueron bastante buenos, en los que Johnson, Champagne y O’Connor reportaban tasas de éxito de 87%, 83% y 80% respectivamente (23,25,26). Esto generó gran expectativa respecto a la técnica, sin embargo los siguientes reportes mostraron tasas de éxito que oscilan entre 24% a 71% (27,28,29,30), todos los estudios anteriores fueron realizados en USA. La experiencia europea reporta tasas de éxito de 41% a 61% (29,31,32). Por otro lado en India Garg reporta éxito en 71% de los casos (29) (Tabla 3). Comparando los resultados de la experiencia extranjera con la nuestra tenemos resultado exitoso en el 73,9% de casos que es bueno, teniendo en cuenta que el tiempo de seguimiento promedio de 29 meses es mayor en comparación a otras series. Hay que tener en cuenta que el periodo mínimo para considerar como éxito o falla al procedimiento es de 3 meses, según consenso (33).

 

 

 

REFERENCIAS

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2. Lowney, J, Fleshman, J. Benign Disorders of the Anorectum. In: Maingot's Abdominal Operations, 11th edition, Zinner, M, Ashley, S (Eds), McGraw-Hill, New York 2007.

3. Parks, AG, Gordon, PH, Hardcastle, JD. A classification of fistula-in-ano. Br J Surg 1976;63:1-12.

4. Safar B, Jobanputra S, Sand D. Anal Fistula Plug: Initial Experience and Outcomes. Dis colon rectum 2009;52:248-52.

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